Encuentran una ciudad desconocida de 4.000 años de antigüedad en la frontera del Imperio Acadio

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Uno de los edificios públicos de Kunara durante las excavaciones. Data de finales del tercer milenio, alrededor del año 2200 a.C.

Los arqueólogos de la misión francesa que trabajan desde 2012 en el yacimiento de Kunara, en el Kurdistán iraquí, han sacado a la luz los restos de una ciudad, hasta ahora desconocida, de unos 4.000 años de antigüedad que prosperó en las fronteras del primer imperio mesopotámico, el acadio.
Situada en las estribaciones de los montes Zagros sobre dos pequeñas colinas a orillas del río Tanjaro, y a unos 5 kilómetros de Solimania, la capital del Kurdistán iraquí, la ciudad de Kunara aporta evidencias sobre un pueblo hasta ahora poco conocido, probablemente el centro de un reino que permaneció en la periferia de la influencia mesopotámica.

En el centro de la imagen, situación aproximada de Kunara en Google Maps



Foto: Mission archéologique française du Peramagron

Según Aline Tenu (izquierda), que dirige la misión arqueológica, "Se han descubierto grandes cimientos de piedra, de decenas de metros de extensión, tanto en la parte superior como inferior del yacimiento. Aparentemente datan de finales del tercer milenio, alrededor de 2200 a.C. En otras palabras, las estructuras monumentales fueron erigidas hace más de 4.000 años".

También aparecieron evidencias de actividad ganadera, irrigación y agricultura, lo que sugiere una ciudad próspera habitada por gentes de la montaña en la frontera occidental del Imperio Acadio. Entre los hallazgos hay numerosas tablillas de arcilla de unos 10 centímetros cuadrados, con escritura cuneiforme.

Según los arqueólogos, los habitantes de Kunara pueden estar relacionados con la estela de Naram-Sin que se exhibe en el Museo del Louvre y muestra a este gobernante triunfando sobre un pueblo de las montañas, los Lullubi, que los mesopotámicos representaban como bárbaros. Aline Tenu cree que "es posible que esta ciudad fuera una de las capitales de los Lullubi".


Primera de las tablillas descubiertas / foto Mission archéologique française du Peramagron

De confirmarse la teoría cambiaría por completo la concepción de éstos como un pueblo aislado, ya que las excavaciones revelaron evidencias de herramientas fruto del comercio con regiones distantes, como Anatolia y el Cáucaso. Y que estaban en contacto con otras zonas donde se había empezado a desarrollar la Edad del Bronce queda ilustrado por la presencia de una serie de moldes para cuchillas metálicas.

Los hallazgos incluyen además varios fragmentos de cerámica, algunos decorados con motivos zoomorfos, huesos de osos y leones (quizá procedentes de cacerías), y restos de dos caballos, una montura excepcional en el tercer milenio. Restos de cabras, ovejas, vacas y cerdos sugieren la existencia de un sistema de cría ganadero. Y la presencia de una red de irrigación al sur de la ciudad evidencia el cultivo de cereales, especialmente malta y cebada.

Fragmento de cerámica decorada / foto Mission archéologique française du Peramagron

Toda esta actividad quedó registrada por los escribas de Kunara en las tablillas de arcilla. Parece que tenían un buen conocimiento de la escritura acadia y sumeria. De hecho las primeras tablillas analizadas, encontradas en un edificio de la ciudad baja, registran un gran número de entradas y salidas de harina. También mencionan títulos como Ensi (rey o gobernador) y Sukkal (alto dignatario), lo que sugiere una administración basada en el modelo mesopotámico.
Otro grupo de tablillas encontrado en una zona diferente proporciona información sobre almacenes de cereales, algunos con capacidades de más de 2.000 litros. Son volúmenes importantes que confirman la actividad agrícola, con una característica sorprendente: la unidad en que se citan las medidas no es el Gur imperial acadio, sino el Gur de Subartu, hasta ahora desconocida. Para los arqueólogos, el uso de una unidad de medida original "resuena como un acto de independencia".


Mapa de Kunara / foto Mission archéologique française du Peramagron

En las tablillas aparecen también nombres como Khabaya o Ninarshuna que son desconocidos para los asiriólogos. Aunque están escritos en cuneiforme, estos nombres no suenan mesopotámicos, lo que hace pensar que Kunara tenía su propio idioma. Lo único que ninguna tablilla menciona es el nombre original de la ciudad, según Aline Tenu, que aparentemente fue devastada por un incendio hace 4.000 años y ya nunca se recuperó.

Fuente: labrujulaverde.com | 28 de marzo de 2019

Otras fuentes: etc.ancient.eu | Une riche cité découverte aux portes de la Mésopotamie | Ministère de la Culture.

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Divulgando la Historia desde 1998. Bienvenidos a la Cultura.

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