Recuperan en la Boella (Tarragona) herramientas y restos esqueléticos de animales de hace un millón de años

Restos esqueléticos prehistóricos recuperadao en el Barranco de la Boella (Tarragona). IPHES

La decimotercera campaña de excavaciones que el Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social (IPHES) ha dirigido al Barranco de la Boella -en el término municipal de La Canonja- ha permitido recuperar restos esqueléticos de animales y herramientas de piedra prehistóricas contemporáneas a las primeras ocupaciones humanas de Eurasia, entre hace un millón y 800.000 años.

Iniciados el pasado 7 de septiembre, los trabajos finalizarán este miércoles. Los arqueólogos valoran especialmente la investigación en este espacio para poder explicar las primeras ocupaciones humanas en el continente europeo, un periodo con evidencias prehistóricas muy escasas.

Pico hecho con esquisto encontrado junto a los restos de mamut. IPHES

Este año, las tareas se han centrado en explorar la superficie de los niveles arqueológicos más recientes de la unidad estratigráfica II fechada en el Pleistoceno Inferior final -entre un millón y 800.000 años-. Estas superficies con restos arqueológicos del Paleolítico Inferior fueron moldeadas por río Francolí y sus afluentes. Las especies animales identificadas son «numerosas» e ilustran «paleoambientes con abundante agua dulce, como se observa en las zonas interiores de humedales y albuferas típicas de la costa mediterránea».

Se han documentado animales corredores de espacios abiertos -rinocerontes, caballos, cèrvidos- y otros que necesitan gran cantidad de agua como los hipopótamos y mamuts. Este año también se han encontrado partes dentarias de carnívoros -jaguares- y restos fecales de carroñeros -hienas-. Las industrias de piedra tallada están hechas con sílex «de mucha calidad y esquistos».

Foto:Intervención en extensión en la cala 2 del Barranc de la Boella. ARIADNA TIMONEDA/IPHES.

Los expertos destacan, además de la singularidad y antigüedad de los hallazgos, su buena conservación. Uno de los aspectos más relevante del conjunto de herramientas de piedra del Barranco de la Boella es la presencia de picos y hendidores, una especie de hachas de mano que son consideradas las más antiguas de Europa.

Los trabajos se desarrollan con el apoyo del Ayuntamiento de La Canonja, la Diputación de Tarragona y la AGAUR (Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias e Investigación). Además, desde el Proyecto de Especialización y Competitividad Territorial (PECT) Turístico en familia se impulsa la acción 'Mamut' con el apoyo del Ayuntamiento de la Canonja y liderado por la Diputación de Tarragona. Financiado al 50% por los fondos europeos de desarrollo regional FEDER, se trata de un proyecto que pretende crear y promocionar productos de tipo vivencial y educativo entorno el turismo familiar.

Fuente: tarragonadigital.com | 28 de septiembre de 2020

El Museo Arqueológico Nacional acoge la exposición temporal "El majlis: diálogo entre culturas"

El Museo Arqueológico Nacional (MAN) abrió al público hoy la exposición temporal El majlis: diálogo entre culturas, un proyecto original del Museo del Jeque Faisal Bin Qassim Al Thani (Museo FBQ, Doha, Qatar). Las piezas seleccionadas proceden de cuatro continentes para mostrar el intercambio cultural entre diferentes civilizaciones a lo largo de la historia: coranes chinos, lámparas de mezquita hechas en Viena, alfombras persas con la Virgen María entre textos rusos, y objetos místicos que desde África, cruzando el mundo árabe, llegaron a la India.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 17 de enero, narra las historias que se podrían oír en un majlis, un espacio social de gran importancia para la cultura islámica, presente en todos los hogares árabes, inscrito desde 2015 en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

La exposición, organizada por el Museo FBQ en colaboración con los museos de Qatar, la oficina de la UNESCO en Doha y el Comité Nacional de Qatar para la Educación, la Cultura y la Ciencia y bajo el patronazgo de su Alteza Real el Emir de Qatar, Tamim bin Hamad al-Thani, llega a Madrid después de un recorrido europeo iniciado en septiembre de 2018.

Hasta ahora ha visitado El Palacio del Gran Maestre de La Valeta (Malta); el Palacio de Fontenoy, sede de la UNESCO en París; el Instituto del Mundo Árabe en París, o el Weltmuseum de Viena.

El Majlis, corazón de la muestra

El centro de la muestra, tanto física como conceptualmente, lo ocupa el majlis, un espacio de hospitalidad y diálogo presente en cualquier casa del Golfo Pérsico. Aunque significa literalmente “lugar para sentarse”, es mucho más que eso para la sociedad árabe e islámica, donde cumple un papel determinante al ser concebido como el centro de encuentros sociales, espacio político para el debate y foro para la enseñanza y el análisis.

Las obras que componen la exposición testimonian cientos de años de diálogo intercultural. Más que en el valor de estas piezas para la historia del arte, su importancia radica en lo que cuentan: relatos sobre civilizaciones que se relacionan entre sí y sobre la voluntad de establecer diálogos culturales. A través de ellas se muestran episodios de varias religiones, se plasman concepciones del mundo y del universo, se ilustran temas del poder y la política e historias de amor, guerra y paz.

La exposición contará con mediadores culturales para atender las consultas del público, además de visitas guiadas gratuitas y un conjunto de actividades destinadas a dar a conocer el concepto del majlis.

Fuentes: estrelladigital.es | madridiario.es | 28 de septiembre de 2020

Descubren nuevas conductas funerarias y rituales en las poblaciones neolíticas de la península ibérica

Cráneos encontrados en la Cueva de la Dehesilla. Crédito: Universidad de Sevilla

Expertos del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla (US) acaban de publicar, en la prestigiosa revista Plos One, un estudio sobre un importante hallazgo arqueológico en la Cueva de la Dehesilla (Cádiz).

En concreto, se han descubierto dos cráneos humanos y un caprino infantil junto a diversas estructuras y materiales arqueológicos que corresponden a un ritual funerario del Neolítico Medio (4800-4000 a.C.) desconocido, hasta este momento, en la península ibérica.

"Este hallazgo abre nuevas líneas de investigación y escenarios antropológicos, donde el sacrificio humano y animal puede haberse relacionado con cultos ancestrales, rituales propiciatorios y ruegos divinos en festividades conmemorativas", explica el investigador de la US Daniel García Rivero (izquierda).

El depósito arqueológico localizado en la Cueva de la Dehesilla está formado por dos cráneos de humanos adultos, concretamente de una mujer y de un hombre, éste de edad más avanzada. El de la mujer muestra una depresión en el hueso frontal, que corresponde seguramente a una trepanación incompleta, así como cortes en el hueso occipital producidos por decapitación. Además, se ha hallado un muro que delimita los cráneos humanos y el esqueleto del caprino, por un lado, de un altar de piedra con una estela y un hogar, por otro. Por último, en el denominado Locus 2, se han localizado varios recipientes cerámicos singularmente decorados, algunos objetos líticos y restos vegetales carbonizados.

Lesión y marcas de corte en el cráneo de la mujer.

"Este conjunto de elementos muestra diversas características que lo convierten en un hallazgo arqueológico excepcional. El tratamiento diferencial de cráneos con evidencias traumatológicas junto con animales sacrificados, así como las estructuras y materiales arqueológicos documentados, no se corresponden con el registro funerario, digamos normativo, que conocíamos hasta el momento. Este descubrimiento reviste una gran importancia no sólo por su peculiaridad, sino porque constituye un depósito ritual sellado, intacto, que constituye una gran oportunidad para seguir acercándonos con más detalle a las conductas funerarias y rituales de las poblaciones neolíticas de la península ibérica", resalta el profesor García Rivero.

Este trabajo contribuye de forma especial al conocimiento de los rituales funerarios del tramo central del V milenio antes de Cristo, el periodo hasta la fecha más desconocido de las poblaciones neolíticas de la península ibérica en su conjunto. De ese momento, el escaso registro funerario conocido muestra fundamentalmente inhumaciones individuales, siendo poco usuales los enterramientos secundarios y realmente extraordinario el tipo de contexto ahora hallado. Las inhumaciones suelen aparecer en áreas de hábitat, y usualmente se le asocian restos de cerámicas y conchas, así como hogares, que reflejan la importancia de las actividades relacionadas con el uso del fuego, pero sin estructuras de piedra como las ahora documentadas en la Sierra de Cádiz.

Vista de las estructuras arqueológicas del Locus 2 desde el norte.

El estudio y revisión de todo el registro funerario de esta franja cronológica permite plantear una suerte de mosaico cultural en relación con las tradiciones funerarias y rituales de estas poblaciones campesinas y ganaderas, con una probable división entre la región andaluza y la fachada oriental de la península, zonas ambas que concentran la mayoría de los datos disponibles a día de hoy. (Fuente: U. Sevilla)

Fuente: noticiasdelaciencia.com | 28 de septiembre de 2020

El hallazgo de un túmulo 'kurgán' en Siberia puede proporcionar pistas sobre las grandes migraciones de los siglos III-IV d.C.

Una imagen parcial del túmulo-cementerio de Tunnug 1 en la estepa siberiana. Los arqueólogos trabajaron durante el otoño de 2019 con la esperanza de que el agua subterránea congelada facilitara las excavaciones. Al final tuvieron que bombear agua gélida de debajo de una gruesa capa de hielo para excavar el yacimiento. FOTOGRAFÍA DE TREVOR WALLACE.

La caída de un antiguo imperio nómada podría haber desencadenado siglos de violencia en la estepa euroasiática; ahora, un equipo de arqueólogos cree haber descubierto un cementerio de víctimas de este periodo misterioso.

Durante los últimos cuatro años, un equipo de arqueólogos rusos y suizos ha excavado un kurgán, o túmulo funerario, en la república rusa de Tuva, en el sur de Siberia. El kurgán, conocido como Tunnug 1, es uno de los primeros y más grandes construidos por los escitas, una cultura nómada que dominó la mayor parte de la estepa entre Europa y Asia desde aproximadamente el 1100 a.C.

Al excavar el límite meridional del túmulo funerario, los arqueólogos se toparon con un conjunto de tumbas más recientes que databan del 100 al 400 d.C. Los investigadores no se esperaban grandes sorpresas, solo la oportunidad de analizar más de cerca las dietas, costumbres de enterramiento y esperanza de vida de estos nómadas de la estepa.

Pero cuando Marco Milella, un arqueólogo de la Universidad de Berna, Suiza, y sus colegas examinaron las docenas de esqueletos de Tunnug 1, se quedaron perplejos. «Nunca he trabajado con una población de esqueletos caracterizada por tanta violencia», cuenta Milella. «Al principio no fue del todo sorprendente, pero después encontramos uno tras otro. Muchas de estas personas fueron víctimas de interacciones violentas... y las pruebas no solo estaban en hombres adultos, también en niños».

En un artículo publicado hace poco en Journal of Physical Anthropology, Millela y sus colegas han analizado más de 100 lesiones óseas para elaborar un panorama de la sociedad de la estepa impregnado de violencia. De las 87 personas enterradas en este pequeño cementerio, más de 20 tenían signos de traumatismos en los huesos, como marcas de cortes, agujeros de flecha y de puntas de espadas, y golpes aplastantes. Entre las víctimas había niños pequeños e incluso una mujer mayor, pero la mayoría eran preadolescentes y adultos.

Esqueletos de aproximadamente 1700 años de antigüedad de nómadas esteparios del sur de Siberia hallados el sitio arqueológico “Tunnug1”. © Tunngl 1 Proyecto de investigación.

La vuelta al caos

Esta evidencia de violencia podría explicar los acontecimientos que tuvieron lugar lejos de los pastizales de Siberia meridional. Las personas enterradas en el túmulo funerario vivieron durante una época de cambios. Unos siglos antes, la región formaba parte de un imperio de nómadas llamado Xiongnu, cuyas expediciones de saqueo por el este y el sur motivaron a los emperadores chinos para empezar a construir la Gran Muralla. Los escritores chinos de la época se maravillaban —aunque los despreciaban— de sus vecinos nómadas.

«Tienen la costumbre de pastorear sus rebaños en tiempos de paz y ganarse la vida cazando, pero en periodos de crisis toman las armas y emprenden expediciones de pillaje y saqueo. Esta parece ser su naturaleza innata», escribió con desdén el historiador chino Sima Qian en el siglo I a.C., unos cien años antes de los primeros entierros en Tunnug 1.

Cuando el Imperio Xiongnu cayó en torno al año 100 d.C., la estepa quedó sumida en el caos. En lugar de atacar al naciente imperio chino, los guerreros de la región comenzaron a luchar entre sí. «Es probable que lo que vemos en este túmulo de Tunnug 1 sea el declive de la estabilidad política en la zona tras la caída del Imperio Xiongnu», afirma Gino Caspari (izquierda), director de excavaciones y arqueólogo de la Universidad de Berna.

Cinco puntas de flecha de hierro halladas en la Tumba 33 del cementerio de Tunnug 1. Es probable que estuvieran dentro de una aljaba que se ha descompuesto con el paso de los milenios. FOTOGRAFÍA DE TREVOR WALLACE.

«Violencia reiterada e intencionada»

Mediante la datación con carbono radioactivo, los arqueólogos demostraron que las tumbas de Tunnug 1 abarcaban siglos, partiendo del año 100 d.C. En lugar de una sola batalla o masacre, parecen representar las consecuencias de saqueos o de batallas a pequeña escala en un periodo prolongado.

«Esto sugiere guerras internas, ojo por ojo, violencia vengativa», afirma Christopher Knuesel (derecha) arqueólogo de la Universidad de Burdeos que no participó en el estudio. Sin embargo, señala que la violencia prolífica llama la atención, sobre todo en un túmulo-cementerio que se utilizó durante siglos.

«Esto suele encontrarse en fosas comunes», añade Knuesel. «Que se haya encontrado en tumbas individuales es una combinación muy poco común».

Es probable que la cifra real de muertes violentas fuera mucho mayor, ya que las lesiones pueden resultar mortales sin dejar marcas en los huesos. Los bioarqueólogos, que se especializan en el análisis de restos óseos antiguos, estiman que, por cada esqueleto hallado con daños visibles, otros tres han sido asesinados de formas que no han dejado señales en los huesos. «Lo que observamos en el esqueleto es una subestimación; muchas lesiones no dejan marcas en el esqueleto», afirma Milella.

Lesión en un resto cráneal probablemente originado por una flecha. © Marco Milella

Los arqueólogos observaron una herida con forma de diamante —probablemente de una flecha— en el cráneo de un hombre joven enterrado en Tunnug 1, Siberia, hace unos 2000 años. Los investigadores creen que las lesiones físicas observadas en el cementerio de Tunnug 1 podrían reflejar el caos interno en la estepa tras la caída del Imperio Xiongnu. FOTOGRAFÍA DE TREVOR WALLACE.

De hecho, los investigadores descubrieron puntas de flecha alojadas entre los huesos sin marcas de varios esqueletos de Tunnug 1, lo que apunta a que penetraron un tejido blando y quedaron expuestas cuando se descompuso la carne circundante.

Los investigadores también hallaron los restos de hombres y niños con cortes en la parte delantera de la columna vertebral, cerca del cuello, pero sin las heridas en los brazos ni el tórax propias del combate cuerpo a cuerpo o de la autodefensa. La combinación sugiere que fueron degollados, bien durante una ejecución atroz, bien como parte de una ceremonia violenta. «Es probable que parte de estos rasgos estén relacionados con asesinatos ritualizados», afirma Milella.

Mandíbula inferior de un niño de aproximadamente 8 años; la herida señalada por la flecha fue realizada por un arma blanca. © Marco Milella.

«Eran más que brutos»

Puede que la violencia fuera habitual entre estos nómadas de la estepa, pero excavaciones anteriores han demostrado que también eran compasivos. Cuando excavó en un yacimiento similar en Tuva en los años noventa, Eileen Murphy (izquierda), arqueóloga de la Queen’s University de Belfast, Irlanda del Norte, también halló señales de traumatismos y violencia en muchos esqueletos. Pero apunta que los restos que destacaron pertenecían a personas que habían recibido cuidados a largo plazo.

«Había muchas evidencias de personas con discapacidades en la infancia que habían sobrevivido hasta la adultez», cuenta Murphy, que no participó en el estudio actual. «Los pueblos de las estepas tenían una faceta afectuosa. Eran más que brutos».

Que los grupos posteriores aún dieran sepultura a sus difuntos en un cementerio escita construido mil años antes de su época también «revela cierta continuidad», observa Milella. «El propio kurgan se utilizó para fines funerarios. Es probable que fuera un lugar especial y simbólico. Resulta fascinante si piensas en el periodo de tiempo que implica esto».

Un chamán de Tuva hace ofrendas y pide ayuda a los ancestros al comienzo de la temporada de excavaciones en Tunnug 1 en 2019. En general, los residentes de Tuva tienen una mezcla de creencias animistas y budistas. FOTOGRAFÍA DE TREVOR WALLACE.

Además, durante el periodo de tiempo de los entierros en Tunnug 1, durante los primeros siglos d.C., la caída del Imperio Xiongnu causó repercusiones que afectaron a otros imperios de Asia y Europa. A medio mundo de distancia, los escritores romanos documentaron sobre tribus belicosas de Asia central en la misma época. Finalmente, la embestida de los godos, los alanos y los hunos hacia el oeste contribuiría a la caída del Imperio Romano.

Los nuevos hallazgos de violencia en Tunnug 1 podrían aportar un motivo plausible para las migraciones nómadas. «En los siglos III y IV hay movimientos de personas por todas partes», afirma Knuesel. «Quizá uno de los motivos por el que salieron de las estepas fue la inestabilidad imperante».

Fuentes: nationalgeographic.es | Universidad de Berna | 23 de septiembre de 2020

El 'Homo sapiens' llegó a la península ibérica 5.000 años antes de lo que se pensaba

Excavación de los estratos con restos líticos de humanos modernos, en primer plano, y de neandertales, al fondo, en la cueva de Lapa do Picareiro (Portugal). JONATHAN HAWS

Millones de personas acuden cada año al Santuario de Fátima, en el centro de Portugal, para buscar respuestas a sus inquietudes. Es un lugar considerado milagroso porque tres niños aseguraron, hace un siglo, que habían visto allí a la Virgen María echando chorros de luz por las manos. La aparición les dijo a los chavales —tres pastorcillos pobres— que si aceptaban el sufrimiento y rezaban “muchos rosarios” irían al cielo, según el relato oficial. Los que no se conforman con este tipo de explicaciones, sin embargo, pueden caminar 10 kilómetros más, hacia el sur de Fátima, hasta la cueva de Lapa do Picareiro, un yacimiento en el que los científicos buscan respuestas a dos de las grandes preguntas de la humanidad: quiénes somos y de dónde venimos.

Hace unos 46.000 años, los Homo sapiens —los humanos modernos surgidos en África más de 200.000 años antes— llegaron a las puertas de Europa oriental. El continente estaba entonces dominado por los neandertales, otra especie humana más corpulenta y, sin duda, también inteligente. En unos pocos miles de años, no obstante, aquellos grupos de hombres y mujeres se extendieron desde los Balcanes siguiendo la cuenca del río Danubio y la costa mediterránea. Los Homo sapiens conquistaron fácilmente toda Europa hasta que, según la teoría clásica, se frenaron al llegar a la cuenca del río Ebro, que supuestamente se habría convertido en una frontera natural durante cinco milenios entre los humanos modernos, al norte, y los neandertales, al sur, hace entre 42.000 y 37.000 años. La península ibérica era entonces el último refugio de los neandertales, ya al borde de la extinción.

La cueva de Lapa do Picareiro no cuadra con este relato. Un equipo de investigadores, encabezado por el arqueólogo estadounidense Jonathan Haws (izquierda), ha encontrado allí herramientas de piedra características de los humanos modernos y con una antigüedad de entre 41.000 y 38.000 años, unos cinco milenios más de lo que se contemplaba hasta ahora en el occidente ibérico. Los Homo sapiens, afirman Haws y sus colegas, no se detuvieron ante el río Ebro, sino que se extendieron por la península ibérica como ya lo habían hecho por el resto de Europa, “en un abrir y cerrar de ojos desde el punto de vista geológico”.

"La evidencia de nuestro estudio -explica Haws- respalda definitivamente lo que ya se sugería en Bajondillo respecto a una llegada temprana de humanos modernos, aunque aún no está claro cómo llegaron a Picareiro. Puede que lo hicieran a lo largo de ríos que fluyen de este a oeste, pero aún es posible una ruta costera".

Los análisis genéticos muestran desde hace años que todas las personas con ancestros europeos tienen alrededor de un 2% de su ADN de origen neandertal. Las dos especies tuvieron hijos en común en algunos momentos, pero no hay ninguna evidencia de que eso ocurriera en la península ibérica. “Hasta ahora no hay pruebas claras de que los neandertales y los 'Homo sapiens' coexistieran en las mismas regiones de la península, ni de que se cruzaran y tuvieran hijos. Pero nuestros resultados muestran un escenario más complejo, con los Homo sapiens deambulando por el sur antes de lo que se pensaba”, explica la arqueóloga Sahra Talamo (derecha), la investigadora de la Universidad de Bolonia (Italia) que ha fechado los restos.

Los yacimientos atribuidos al 'Homo sapiens' de Lapa do Picareiro y Bajondillo contradicen la teoría de que el río Ebro hizo de frontera natural e impidió la entrada del 'Homo sapiens' a la península ibérica durante miles de años.

Su investigación, publicada en la revista PNAS, plantea que los humanos modernos quizá se encontraron a su paso con algunos grupos de neandertales residuales, pero la mayor parte de la península estaría ya vacía, posiblemente por cambios climáticos. El territorio se habría convertido así, durante unos pocos milenios, en una especie de mosaico, con zonas ocupadas por neandertales y otras habitadas por Homo sapiens, según los autores.

El arqueólogo portugués João Zilhão (izquierda), padre de la teoría de la frontera del Ebro en 1991, no acepta los nuevos datos y afirma que pronto publicará “una refutación detallada”. Su hipótesis sigue siendo que el río y las montañas del Sistema Ibérico funcionaron como una barrera que impidió el intercambio de personas, de sexo y de ideas entre los sapiens y los neandertales. Las respuestas siempre son más sencillas en el Santuario de Fátima que en la ciencia.

Pese a las reticencias de Zilhão, investigador de la Universidad de Barcelona, la cueva de Lapa do Picareiro no es el único yacimiento que pone en duda la hipótesis del Ebro. El año pasado, un equipo español publicó el hallazgo en la cueva malagueña de Bajondillo de herramientas características de los humanos modernos, con una antigüedad de unos 44.000 años. Otros científicos mostraron entonces su incredulidad, pero los autores de aquel descubrimiento se ven ahora reforzados. “El río Ebro era una frontera ficticia. Hay que desechar esa idea”, propone la prehistoriadora María Dolores Simón (derecha), de la Universidad de Sevilla.

Artefactos líticos de los niveles de transición del Paleolítico Medio al Superior en la cueva de Lapa do Picareiro (Portugal). (A) Núcleos de pedernal y tableta de núcleo del nivel DD. (B) Lascas de cuarcita del nivel FF. (C) Raspadores de extremos / núcleos y láminas carinados auriñacienses tempranos del nivel GG. (D) Núcleo y lascas del Paleolítico Medio.

Simón, investigadora de la cueva de Bajondillo, asegura que pronto se conocerán más yacimientos de humanos modernos de épocas similares en Granada y Guadalajara. “Hay que estudiar cómo se relacionaron los sapiens con los neandertales en la península ibérica. La hibridación entre las dos especies está muy clara en Próximo Oriente. Allí no hubo un conflicto bélico, hubo un contacto cordial, más cordial imposible: tuvieron descendencia juntos. Pero eso ocurrió en Próximo Oriente, aquí no se ha visto. Quizá no se llegaron a encontrar nunca en la Península, porque los neandertales ya se habían extinguido”, hipotetiza la prehistoriadora.

Antes de Bajondillo y Lapa do Picareiro, los yacimientos sapiens más antiguos en la Península —el murciano Abrigo de la Boja y la alicantina Cova de les Cendres— no superaban los 37.000 años. “Con los datos que había anteriormente, la hipótesis de la frontera del Ebro era plausible. Ya no se mantiene”, coincide Francisco José Jimenez (izquierda), un paleoclimatólogo del CSIC en el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra.

Jiménez, también investigador en la cueva de Bajondillo, cree que ese yacimiento malagueño sugiere que los humanos modernos utilizaron la ruta mediterránea para avanzar por la Península. “Una vez que te has adaptado a la vida costera, la costa es como una autopista”, reflexiona. “El problema es que entonces el nivel del mar estaba más bajo y ahora esos yacimientos que nos permitirían conocer la expansión costera estarán 100 metros bajo el agua”, lamenta Jiménez.

La arqueóloga italiana Sahra Talamo insta por su parte a “intensificar” la búsqueda de yacimientos a lo largo del río Tajo y el interior de la Península. “Expandir el área de investigación aumentará las posibilidades de encontrar más lugares visitados por los 'Homo sapiens' durante su temprana expansión hacia Portugal”, opina.

La arqueóloga Carolina Mallol (derecha) cree que el nuevo estudio sobre Lapa do Picareiro es “valioso”, pero es muy cautelosa. “Es una cueva. Y las cuevas son muy problemáticas estratigráficamente. Tienes una sucesión de estratos, pero es posible que uno de esos estratos sea el mismo que el que está debajo, solo que procede de una esquina de la cueva: vino un aguacero, trajo un montón de lodo con piedras y lo puso encima”, advierte Mallol, de la Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife).

Otro de los problemas, subraya la arqueóloga, es que en Lapa do Picareiro no hay restos humanos, solo herramientas de piedra. “La gran asunción es que esa industria lítica está hecha por 'Homo sapiens', pero no está demostrado”, advierte. Mallol hace un llamamiento a abrir la mente: “La evidencia genética ya apunta a que hubo contacto entre Homo sapiens y neandertales. Es un hecho. Lo que falta es evidencia arqueológica de ese encuentro. En la península ibérica no hay un yacimiento en el que se demuestre que hubo contacto social entre ambas especies. ¿Dónde y cómo fue ese contacto? ¿Cómo estamos tan seguros de que los últimos neandertales de la península ibérica no estaban desesperados y cuando entraron los 'Homo sapiens' se conocieron y hubo unos siglos de contacto en los que aprendieron tecnología nueva? ¿Cómo puedes descartar eso?”.

Fuentes: elpais.com | abc.es | 28 de septiembre de 2020

Los neandertales tenían mayor semejanza genética con los ‘Homo sapiens’ que con los denisovanos

Recreación de un Homo neanderthalensis (izquierda) y un Homo sapiens.

El análisis del ADN fósil ha cambiado nuestra manera de entender la historia evolutiva humana. La existencia de flujos genéticos entre diferentes especies humanas, incluidas las existentes entre neandertales y humanos modernos, se ha revelado como un factor clave para el estudio del árbol evolutivo humano.

“Hace unos 100.000 años había varias especies diferentes de humanos, incluidos los humanos modernos, los neandertales y los denisovanos”, explica Antonio Rosas (izquierda), investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC). “El estudio del genoma confirmó que los neandertales eran el grupo humano hermano de la especie humana actual (H. sapiens)”, añade.

A su vez, el hallazgo de una nueva variante de ADN en los restos de la cueva de Denisova, en Siberia, desveló la existencia de un nuevo tipo humano, estrechamente relacionado evolutivamente con los neandertales, con quien compartieron su último antepasado hace unos 350.000 de años.

Sin embargo, el análisis del ADN mitocondrial de los fósiles de la Sima de los Huesos de Atapuerca, de unos 400.000 años de antigüedad y antepasados directos de los neandertales, reveló algo que no cuadraba en el esquema.

“El ADN mitocondrial encontrado en los restos de la Sima de los Huesos se asemeja más al de los denisovanos que al de los neandertales, a pesar de que neandertales y denisovanos compartan un antepasado que vivió mucho tiempo antes de que los linajes de 'Homo sapiens' y neandertal se separaran”, indica el investigador del CSIC.

Este modelo ha sido confirmado ahora en un estudio, publicado en la revista Science, donde se ha estudiado el cromosoma Y (cromosoma sexual masculino). Los investigadores, con participación del MNCN-CSIC, la Universidad de Oviedo y el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC, han analizado las secuencias genéticas de dos homínidos denisovanos y tres neandertales, uno de ellos procedente del yacimiento de El Sidrón situado en Asturias.

“Al igual que sucede con el ADN mitocondrial, el cromosoma Y revela una mayor similitud entre el hombre de neandertal y el 'Homo sapiens', lo que indica que ambos están muy próximos genéticamente, mientras que el cromosoma Y de los denisovanos parece tener una raíz más antigua”, añade Rosas. Los investigadores calcularon que el ancestro común más reciente de los cromosomas Y humanos modernos y neandertales vivió hace unos 370.000 años, mucho más recientemente de lo que se pensaba.

Molar superior de un neandertal masculino (Spy 94a) de Spy, Bélgica analizado en el estudio. © I. Crevecoeur.

Mayor hibridación entre neandertales y Homo sapiens

Los científicos han propuesto que la mayor similitud del ADN del Homo sapiens y los neandertales, en comparación con los denisovanos, podría deberse a una hibridación entre ambos. El modelo plantea que hubo un encuentro entre ambas especies hace unos 300.000 años, cuando algunos homínidos relacionados con el linaje del Homo sapiens trasfirieron ciertos genes a los neandertales en una fase antigua de su evolución.

En otras palabras, “los neandertales más primitivos debieron portar originalmente un ADN mitocondrial similar al de los denisovanos, el cual, posteriormente, fue reemplazado a través de flujo génico desde un linaje relacionado con el 'Homo sapiens'”, indica el experto.

Este reemplazo de los linajes genéticos durante la evolución de los neandertales podría deberse a los efectos del azar en el seno de poblaciones pequeñas y aisladas, algo que confirma la observación de pequeñas anomalías esqueléticas con base genética, debido probablemente a la endogamia o al cruzamiento entre familiares próximos.

“Es en un contexto de grupos con pocos individuos y dispersos en el territorio, en los que se suaviza mucho la selección purificadora, donde puede entenderse el proceso de sustitución del ADN mitocondrial y del cromosoma Y”, añade Rosas.

"El análisis de los linajes paternos es una de las pocas incógnitas sobre los neandertales que quedaban por resolver, en parte porque la mayoría de las muestras bien conservadas son de mujeres”, explica Carles Lalueza Fox (izquierda), investigador del IBE (UPF-CSIC).

“Con este estudio, no solo descubrimos una nueva migración de África a Europa hace unos 300.000 años, sino que podemos hacer una predicción: los cromosomas Y anteriores a esta fecha serán más parecidos a los de los denisovanos que a los de los propios neandertales”, concluye el científico.

Fuentes: agenciasinc.es | Max Planck Gesellschaft | 24 de septiembre de 2020

Hallan un complejo funerario en Alemania de un posible príncipe germánico con restos de seis mujeres y un valioso ajuar funerario

El complejo funerario ha sido desenterrado en Sajonia-Anhalt, cerca de Brücken-Hackpfüffel (Alemania). Los expertos han mantenido su ubicación exacta en secreto.

Un complejo funerario de un gran jefe o príncipe germánico que vivió hace 1.500 años, durante el periodo de las invasiones bárbaras, ha sido desenterrado en Sajonia-Anhalt, cerca de Brücken-Hackpfüffel (Alemania).

Los expertos consideran que es el hallazgo arqueológico más importante ocurrido en este país desde hace 40 años y han mantenido en secreto la ubicación exacta de la excavación para evitar cualquier expolio. Las excavaciones comenzaron después de que se hubiera limpiado el terreno donde se ubica el complejo funerario para construir una nueva granja de pollos y se tropezaran con el mismo.

Sin embargo, los investigadores todavía tienen que localizar los restos del personaje de alto estatus, los cuales, se especula, son cenizas que pueden estar dentro de un caldero de bronce depositado en la tumba central, que tiene forma de montículo y mide alrededor de 4x4 metros.

El caldero, situado en el punto focal de dicha tumba central, está además rodeado de los restos de seis mujeres. Los investigadores dicen que pueden haber sido concubinas o viudas pertenecientes al eximio personaje de la tumba, pero es todavía un misterio saber si ya estaban muertas cuando fueron enterradas conjuntamente o si fueron sacrificadas para tal fin.

Esta fotografía aérea muestra la tumba central del entierro. Aquí se muestran los restos de 11 animales, incluido el ganado. caballos y perros

Hay muchas especulaciones sobre el motivo de la extraña disposición de los cuerpos femeninos, y los investigadores dicen que es también demasiado pronto para hablar de un posible culto ritual. El complejo funerario alberga además los restos de once animales, entre bovinos, caballos y perros. Estos animales fueron enterrados ulteriormente y es una indicación más de que el lugar fue creado para honrar a una persona de alto rango social.

Asimismo, más allá de la tumba central, hay en su alrededor otras 60 tumbas en las que se enterraron, posteriormente, otros individuos para honrar igualmente al señor de alto estatus social.

El caldero, que se cree que es fundamental para la historia de la tumba, se levantó del suelo (en la foto) y se analizará cuidadosamente en un laboratorio.

El caldero, que se cree que es fundamental para conocer la historia de la tumba, ya ha sido extraído y se analizará cuidadosamente en un laboratorio.

"Todavía no hemos encontrado los restos del difunto príncipe, pero tal vez sus cenizas estén en el caldero de bronce", dijo la arqueóloga Susanne Friederich (izquierda), del Landesmuseum Halle. Y agrega: "Es evidente que estos hallazgos únicos sugieren que aquí fueron enterradas altas personalidades de sociedad a la que pertenecían".

En este sentido, se cree que la cámara funeraria central habría sido parte de una tumba en forma de montículo, y las docenas de tumbas circundantes se agregaron más tarde.

Las estimaciones iniciales datan el sitio entre el 480 y el 530 d.C., un período de tiempo posterior a la caída del Imperio Romano, en el que muchas tribus germánicas, como los hunos, invadieron territorios que ya no estaban bajo la protección romana.

Este cuenco de vidrio muy bien conservado se encuentra en el taller del Landesmuseum für Vorgeschichte para un examen más detenido.

El arqueólogo Arnold Muhl, también perteneciente al Landesmuseum Halle, dijo: "En las tumbas, entre otras cosas, se ha hallado un cuenco de vidrio decorado, una fusayola de vidrio, varios broches de plata dorada para túnicas, una espada y un escudo de hierro, así como una moneda de oro del emperador romano de oriente Flavio Zenón de en torno al año 480. Las piezas de vidrio provienen de los talleres galo-romanos que estaban ubicados a lo largo del Rin, los cuales solo ellos dominaban esta técnica".

El arqueólogo Arnold Muhl muestra broches artísticos para vestiduras en su taller. Los objetos tienen unos 1.500 años y provienen de 60 tumbas intactas halladas junto a la tumba del supuesto príncipe germánico.

Esta moneda de oro presenta la cabeza del emperador de Roma Flavio Zenón, que vivió alrededor de 480 y fue encontrada en el lugar del entierro.

Otros hallazgos incluyen un inmaculado vaso de vidrio adornado con ranuras curvas que habría albergado una lámpara de mecha flotante y otros broches para ropa. Estos tipos de broches, que incluyen piezas de tela enganchada, indican su pertenecia a una tribu germánica, ya sea los longobardos, alamanes o turingios.

Broche muy elaborado con restos de tela enganchada.

El complejo funerario está en perfectas condiciones debido a su especial ubicación y disposición, la cual, inadvertidamente, lo protegió de posibles daños. De hecho, estaba en un depresión natural que, con el tiempo, fue cubierta por 1,20 metros de sedimentos que le proporcionaron una capa protectora. Esto impidió que fuera dañado por cualquier arado y a la vez lo ocultó de la vista de los cazadores de tesoros o ladrones de tumbas.

Se cree que esta estatuilla de un dios germánico tiene alrededor de 1.800 años. Es probable que la misma haya sido un objeto sagrado y fuera enterrada junto con su dueño.

Mediante el análisis de los huesos y los artefactos encontrados, los científicos esperan obtener más información detallada sobre la vida de las personas enterradas en el complejo funerario.

Fuente: dailymail.co.uk | 22 de septiembre de 2020

Hallan la armadura romana más antigua y completa en el sitio de la batalla de Teutoburgo

Varias de las piezas ya restauradas de la armadura romana hallada en el sitio de la batalla de Teutoburgo. Museo de Kalkriese

En el año 9 d.C., tres legiones al mando de Publio Quintilio Varo, el legado del princeps Augusto, partieron hacia el norte de Germania para sofocar una rebelión que se estaba gestando entre las tribus locales. Sin embargo, en el bosque de Teutoburgo, al pie de la actual colina de Kalkriese, en el sur de Sajonia, el poderoso contingente romano fue masacrado en su totalidad: no sobrevivió apenas nadie de las tres legiones enteras de la fuerza militar más formidable del planeta. Muchos cayeron atravesados por las lanzas de los bárbaros o ahogados en el cenagoso terreno; otros, como el general, optaron por suicidarse antes que caer prisioneros y ser sacrificados en terribles rituales.

La armadura fue descubierta por arqueólogos en Kalkriese, donde se cree que fue el sitio de la Batalla del Bosque de Teutoburgo en el 9 d.C.

La batalla de Teutoburgo es uno de los episodios más oscuros del Imperio Romano, una terrible derrota que sería respondida con nuevas campañas militares para pacificar —a sangre y fuego— la región y recuperar las águilas de las legiones, sus insignias. Un fascinante acontecimiento histórico que ahora regresa a la actualidad: un equipo de arqueólogos alemanes ha hallado en el yacimiento de Kalkriese, escenario del gran triunfo germánico, la armadura romana más antigua y completa jamás descubierta, que probablemente perteneció a un legionario ejecutado por los bárbaros al término del enfrentamiento.

Reconstrucción de la armadura de un legionario romano. Museo de Kalkriese

El elemento desenterrado es una coraza casi entera de la lorica segmentata utilizada por los legionarios, es decir, una parte de su armadura compuesta de dos placas para proteger el pecho y la zona abdominal y la espalda. Los arqueólogos, al identificar un objeto de metal en el suelo, obtaron por retirar un bloque de tierra de unos 500 kg y luego analizarlo con un escáner de rayos X. Cada pieza —hay unas treinta en total, de las cuales se han perdido cuatro o cinco— se ha ido retirando y restaurando de forma individual. Las bisagras, hebillas y herrajes de bronce son claramente visibles y también se han encontrado restos de cuero.

Stefan Burmeister (izquierda), director del Museo de Kalkriese, ha señalado que al lado de la coraza romana, en la zona de los hombros, se ha documentado un "violín de musaraña", una especie de esposas de hierro que se cerraban en torno al cuello y que inmovilizaban las muñecas justo delante de la cara. Una pista de que el soldado pudo ser sacrificado después de la batalla.

"La armadura no es tan solo un descubrimiento arqueológico único, sino también parte de una escena trágica aquí representada. Por primera vez vemos un destino individual en el sitio de Kalkriese que muestra el lado terrible de la guerra", ha señalado el arqueólogo a The Times.

Violín de musaraña romana que se usaba para bloquear las manos de una persona cerca de su cuello.

Otra prueba en este sentido es que la armadura, un objeto muy valioso, fue abandonada en el campo de batalla. "Quizá nos encontremos ante un contexto de ritual. De ser así, el cuerpo del legionario y su equipamiento habrían sido tabú para los germanos y se habrían dejado ahí", ha explicado Burmeister. Los historiadores romanos describieron todo tipo de macabras escenas: cabezas de centuriones clavadas en los árboles, fosas de huesos o prisioneros ahogados en la ciénaga donde el barro era más profundo.

Una restauradora trabajando para recuperar las piezas de la armadura. Museo de Kalkriese

La masacre en Teutoburgo se produjo principalmente por una traición: Arminio, un caudillo germánico que había sido reclutado como auxiliar del ejército romano —no solo había alcanzado la ciudadanía, sino también el rango de ecuestre—, condujo a las legiones de Varo a una emboscada, donde fueron aniquiladas. Él conocía a la perfección el modus operandi romano y armó una operación de hostigamiento en una zona pantanosa, donde las pesadas defensas individuales de los invasores jugasen en su contra, que se prolongó durante cuatro días.

Aunque la armadura de placas, normalmente de hierro, fue un elemento característico del ejército romano durante siglos, los hallazgos en este sentido han sido escasos. Una de las piezas de lorica segmentata más importantes salió a la luz en Corbridge, Northumbría: en 1964 (derecha) se identificaron seis medias unidades superiores y otras tantas inferiores datadas en el siglo II. La identificada recientemente en Kalkriese se remonta a principios del siglo I, y los arqueólogos señalan que habrá que revisar el desarrollo del equipamiento militar, al ser esta coraza más refinada de lo que se creía para la época.

Fuentes: elespañol.com | dailymail.co.uk | 27 de septiembre de 2020