El «Retrato de Duquesnoy» de Van Dyck podría ser una falsificación


Un programa de investigación de la televisión pública belga pone en duda la autenticidad de la obra «Retrato de Duquesnoy»

¿Verdadero o falso? Un programa de investigación de la televisión pública belga se ha atrevido a poner en duda la autenticidad de una de las obras mas emblemáticas del Museo de Bellas Artes de Bruselas, el «Retrato de Duquesnoy» del genio flamenco Van Dyck. De paso, se acusa al Rey Leopoldo II, de haber estafado con esta supuesta falsificación al patrimonio belga, puesto que la pintura original pudo haber sido vendida al mismo tiempo a un marchante francés que a su vez la llevó al mercado norteamericano donde se le perdió la pista.
El cuadro se considera uno de los emblemas del patrimonio artístico belga. Pintado en 1623 por Anton Van Dyck, representa al escultor francés Francois Duquesnoy y es una de las obras mas conocidas de este prolífico retratista, asegurada por el museo en 13 milones de euros. Sin embargo, la historiadora del arte Genevieve Tellier asegura que lo que se expone en el museo de Bruselas no es más que una copia de un cuadro cuyo original se encuentra en paradero desconocido, probablemente desde 1890, fecha en la que se produjo un devastador incendio en el palacio de Laeken de Bruselas. El director de museo, Michel Dreguet, insiste en la autenticidad del cuadro y afirma que en cualquier caso correspondería a los que afirman lo contrario demostrar la veracidad de sus tesis.

La autenticidad

Lo único cierto es que el fuego consumió una parte de la colección de obras de arte de aquel monarca que ha pasado a la historia comopropietario de la inmensa colonia africana que luego sería el Congo Belga. Según lo que se publicó entonces, el retrato de Duquesnoy estaría entre las víctimas del accidente. Sin embargo, poco tiempo después, en 1909, figuraba entre la lista del lote de obras de arte que Leopoldo II vendió al marchante francés Francis Kleinberguer para recomponer su fortuna.
La prensa belga se indignó ante tamaño expolio artístico y logró que el estado comprase al monarca el cuadro en cuestión, considerado como un símbolo del patrimonio artístico del país. Sin embargo, ese mismo año el marchante se anotó la venta de este cuatro a un millonario norteamericano que lo mantuvo en su casa de Nueva York al menos hasta 1929 cuando fue prestado para una exposición dedicada al gran maestro flamenco.
Tellier insiste en que el cuadro que cuelga en el museo de Bellas Artesmide siete centímetros menos de lo que figura en la documentación histórica, mientras que el catálogo de la exposición donde se vio por última vez el otro, figuran las medidas exactas. De todos modos, la investigadora ha contactado con los descendientes del comprador y los actuales propietarios del apartamento neoyorkino y nadie sabe nada de la obra, de modo que solo es posible realizar comparaciones indirectas.

Las sospechas

La historia se complica por las sospechas de que detrás de la confusión puede estar la mano del mayor especialista en copias de pintura flamenca de todos los tiempos, nacido en Amberes como Van Dyck, aunque casi tres siglos más tarde. Jef Vanderveken era capaz de hacer copias de tal calidad que hasta ahora se siguen descubriendo falsificaciones suyas, aunque son de tal naturaleza que en muchos casos siguen expuestas por su valor artístico y porque en la mayoría de los casos utilizaba lienzos y tablas del siglo XVII imitando meticulosamente a los grandes pintores de la época como Breughel el viejo o Memling.
Vanderveken se dió a conocer precisamente haciendo por su cuenta una copia del fragmento «Los jueces Justos» del tríptico de Van Eyk «El Cordero Místico», considerada como una de las pinturas más importantes de Europa. Esa parte de la obra fue robada en 1934 y nunca ha sido recuperada. Se llegó a decir que la había robado el propio Vanderverken para poder lucir sus habilidades, pero los análisis científicos han demostrado que realmente fue pintada por el copista, aunque de forma tan admirable que sería difícil distinguirlo si no la hubiera firmado o sin tener encuenta que introdujo algunas sutilezas, como el perfil del entonces monarca de los belgas, Leopoldo III, entre los personajes.
¿Es el «retrato de Duquesnoy» obra de Van Dyck o de Vanderveken? ¿Es auténtico el que cuelga en el museo de Bellas Artes de Bruselas o lo es el que se volatilizó en Estados Unidos? ¿son ambos falsos puesto que el auténtico fue pasto de las llamas ? Por ahora el museo se niega a someter a la obra a pruebas agresivas que pudieran dañarlo. Al fin y al cabo, mientras no aparezca otro cuadro con el que compararlo, sería inútil. Y si fue obra de Vanderveken, este murió en 1964, a los 92 años, llevándose el secreto consigo.
Vía: www.abc.es

Descubren una enorme criatura marina con dientes como cuchillos


Un equipo internacional de científicos ha descubierto en lo que ahora es el desierto de Nevada (EE.UU.) el fósil de un antiguo depredador marino de 8,6 metros de largo que debía de sembrar el terror en los mares del Triásico, hace 244 millones de años. Dotado de un enorme cráneo y mandíbulas armadas con grandes dientes de bordes cortantes, era capaz de atacar y devorar sin problemas a presas de su mismo gigantesco tamaño. Según los científicos, el Thalattoarchon saurophagis (soberano del mar, comedor de lagartos), como ha sido bautizado, representa el primer gran depredador en las cadenas alimentarias marinas que se alimenta de animales con un tamaño similar al propio. La investigación aparece publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. y ha sido financiada por la National Geographic Society.

El Thalattoarchon es un representante temprano de los ictiosaurios, un grupo de reptiles marinos que vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios y que vagaron por los océanos durante 160 millones de años. Además de por su gran tamaño, el «monstruo» se caracterizaba por un cráneo enorme y sus fuertes mandíbulas, con dientes cortantes como cuchillos que utilizaba para apresar y arrancar la carne de sus presas, otros reptiles marinos también de gran tamaño. Debido a que se trataba de un metadepredador, capaz de alimentarse de animales con cuerpos de tamaño similar, el Thalattoarchon era comparable a las orcas modernas.

Éxito tras la extinción

Los científicos destacan que solo ocho millones de años antes de la aparición de Thalattoarchon se había producido la extinción severa del final del período Pérmico, que mató a entre el 80 y el 96% de las especies en los océanos de la Tierra. El surgimiento de un depredador como el Thalattoarchon «documenta la rápida recuperación y la evolución de un ecosistema de estructura moderna después de la extinción», explican los investigadores.
«Cada día aprendemos más sobre la biodiversidad de nuestro planeta, incluyendo las especies vivientes y fósiles y sus ecosistemas», afirma Nadia Fröbisch, del Instituto de la Evolución de Leibniz y coautora de la investigación. «El nuevo hallazgo caracteriza el establecimiento de un nivel nuevo y más avanzado de la estructura del ecosistema. Hallazgos como el del Thalattoarchon nos ayudan a entender la dinámica de nuestro planeta en constante cambio y, en última instancia, el impacto que los seres humanos tienen en el entorno actual».

Los grafitis en los muros de Pompeya revelan la existencia de las primeras redes sociales

Un grabado de 1854-90 muestra grafitos en el exterior del templo de Júpiter en Pompeya

Fuente: LiveScience | Stephanie Pappas |
Piense en ello como la versión más antigua de publicar en el "Muro" de Facebook: los antiguos residentes de Pompeya revelan sus redes sociales a través de grafitos en las actuales fachadas.

Ahora, un nuevo análisis de algunos de estos mensajes garabateados revela que los muros o fachadas de los ricos eran muy solicitadas, especialmente por los candidatos políticos con esperanza de conseguir votos. Los hallazgos sugieren que los propietarios de viviendas de Pompeya pudieron haber tenido algún tipo de control sobre quién podía tener capacidad artística en sus paredes, dijo la investigadora Eeva-Maria Viitanen (izquierda), arqueóloga de la Universidad de Helsinki.

"La visión actual es que cualquier candidato podía haber elegido cualquier lugar y tener su anuncio pintado en la pared. Pero, después de mirar los contextos, esto no parece muy probable", dijo a LiveScience Viitanen.


"Las fachadas de las casas privadas, e incluso las zonas de las calles en frente de ellas, estaban controladas y mantenidas por el propietario de la casa, y, en ese sentido, la idea de que el espacio de la fachada podía apropiárselo cualquiera que quisiera hacer un anuncio, parece poco probable".

Antiguos grafitos

Pompeya, que fue famosamente destruida y congelada en el tiempo por la erupción del Vesubio en el año 79, era una ciudad de "ávidos escritorzuelos", dice a Viitanen a LiveScience. La gente grababa mensajes en las paredes de estuco de la ciudad o los escribía con carboncillo. Copiaban citas literarias, escribían saludos a los amigos y hacían notas de sumas.
En medio de todos estas "publicaciones en el muro" de aficionados estaban los anuncios de las campañas políticas, la mayoría de los cuales eran realizados por pintores profesionales, comenta Viitanen. Fueron estos mensajes en los que ella y sus colegas se centraron, localizando cada mensaje y tomando nota de su contexto. Los investigadores querían saber dónde ponían los candidatos sus mensajes: ¿cerca de los bares y otras áreas de alto tráfico, o en las fachadas de las casas privadas? ¿Y dónde habían concentrado sus campañas ciertos candidatos?

Anuncios políticos en Pompeya

Para reducir la enorme cantidad de grafitos, los investigadores se centraron en tres zonas de la ciudad: dos áreas residenciales en lados opuestos de la urbe y un distrito de negocios. Había más de 1.000 mensajes electorales garabateados en las paredes de estas zonas, la mayoría de los cuales datan de los tres últimos siglos de la existencia de Pompeya.
La mayoría de los mensajes son simples, conteniendo sólo un nombre y el cargo al que la persona era candidato, dice Viitanen.

"A veces hay algunos atributos simples, tales como 'un buen hombre', 'digno de los cargos públicos'", aduce ella. Uno de los candidatos incluso se jactaba de sus habilidades para hornear el pan en su anuncio de campaña, advierte Viitanen.

Otros anuncios estaban patrocinados por grupos que apoyaban a un candidato en particular, incluyendo a fraternidades desagradables como carteristas, bebedores nocturnos y ladrones de poca monta. "!Hace que te preguntes si valía la pena votar a favor de estos candidatos!", dice Viitanen.
Una tumba en Pompeya cubierta de grafitos en color rojo. Tales inscripciones eran comunes en toda Pompeya, tanto en el interior como el exterior de las casas y en los edificios públicos.
Hacer campaña política en Pompeya

El primer hallazgo fue que los políticos buscaban una audiencia. Los anuncios de una campaña eran casi invariablemente en calles de mucha circulación. El segundo descubrimiento, más sorprendente, fue que los lugares más populares para los anuncios eran las casas privadas, en vez de los bares o las tiendas que ven una gran cantidad de visitantes. 

"Los bares eran probablemente más visitados, pero ¿podían sus clientes leer y votarían ellos mismos?", se pregunta Viitanen.
 

Foto: Fragmento de una pared pintada que tiene una inscripción electoral. Se distingue a Mercurio con el caduceo y el petaso (sombrero) saliendo de un pequeño templo etrusco-romano. Lleva una bolsa de dinero en su mano derecha. Hay también varias inscripciones, incluyendo una que dice: "Holconium Priscum / IIvir(um) I(ure) d(icundo) d(dignum) r(ei) p(ublicae) o(ro) v(os) f(aciatis)", que traducido viene a decir:

"Os ruego elijáis a Holconio Prisco, hombre digno del Estado, como duunviro para aplicar la justicia".

Los duunviros, dos, detentaban el poder político y judicial de la ciudad. Cualquier ciudadano libre desde su nacimiento y con suficientes ingresos para pagar obras y espectáculos podía ser duunviro o edil (equivalente a concejal).

Aproximadamente un 40 por ciento de los anuncios estaban en casas de prestigio, dijo, lo cual es notable, dado que había sólo un tercio de tantas casas lujosas como había bares, tiendas y residencias más modestas. Claramente, los candidatos se disputaban el espacio de las casas de los ricos.

Este descubrimiento hace que Viitanen y sus colegas crean que los anuncios revelan las primeras redes sociales. Parece probable que los candidatos necesitaran el permiso de los dueños de casa para pintar sus reclamos, lo que sugiere que el grafito tenía una especie de aval.

La investigación es preliminar y aún no ha sido publicada en una revista revisada por pares, y solo ha sido presentada en pasado 4 de enero en la reunión anual del Instituto Arqueológico de América, en Seattle. Viitanen subrayó que hay todavía mucho trabajo por hacer a la hora de localizar las redes sociales reveladas en las antiguas fachadas.

"Hasta ahora, apenas hemos arañado la superficie de esto", dijo. "Hay cientos de textos y ubicaciones, y se necesita mucho tiempo para pasar por todos ellos".

Misterios Egipcios (Fernando Jiménez del Oso)


En el año 1914, tras un anuncio público de que ya no quedaba nada por descubrir en todo el Valle de los Reyes, Theodore Davis traspasó su autorización para excavar. Lo que sucedió después es bien conocido. Allí, donde ya no había nada, apareció el más sensacional hallazgo de la historia de la egiptología. La tumba de Tutankamón.

Hace algunos años un grupo de arqueólogos comunicó que ya no era probable que apareciera algo de importancia en Egipto. ¿Estamos acaso ante un error como el de Davis?.

Lo cierto es que no todos expertos opinan así: "Alrededor del 70 por ciento de los monumentos egipcios todavía yace enterrado" -dijo Zahi Hawass-. "Nunca se sabe qué secretos se ocultan bajo la arena..."

La lista de lo que podría descubrirse es amplia y va desde las momias de muchos faraones hasta algo realmente enigmático, la cabeza momificada de Osiris que, al parecer, se conservaba en Abidos; pasando por la tumba de Alejandro el grande, los papiros de Imhotep y el libro de Set, la biblioteca de Alejandría, las míticas ciudades de Hamunaptra y la verdadera Tanis (la ciudad del Arca), los túneles y cámaras de iniciación bajo Giza, etc.

También incluso se habla de posibles pruebas del enlace entre los cultos egipcios y el cristianismo. La misma Biblia habla de la infancia de Jesús en Egipto, y no digamos de Moisés, que era príncipe, y como tal podría haber dejado algún rastro en monumentos o inscripciones.

Algunas de estas cosas, si aparecieran, no solamente afectarían a la arqueología, sino a la religión y, en general, a todos los conocimientos del hombre como ser humano, ya que en parte contestarían algunas cuestiones fundamentales del pensamiento.

Abraham Lincoln

(Hodgenville, EE UU, 1809 - Washington, 1865) Político estadounidense. Abraham Lincoln nació en el seno de una familia de colonos cuáqueros. Durante su infancia y su juventud, marcadas por la pobreza de su familia, recorrió el Missisippi y vivió de cerca las condiciones infrahumanas que padecían los esclavos negros.

Abraham Lincoln tenía veintitrés años cuando dejó la granja donde trabajaba para combatir como soldado raso en la guerra contra los indios. Mientras tanto, emprendió su formación autodidacta y hacia 1836 logró licenciarse en derecho. Dos años antes, su actitud contraria a la esclavitud lo había conducido a intervenir en política, lo que le valió su elección como diputado de Illinois para el período 1834-1842. Merced a su defensa de mejores condiciones de vida para los negros y a su gran elocuencia, logró una gran popularidad en todo el estado.

En 1846 Lincoln alcanzó la jefatura del partido Whig, y como diputado del Congreso federal apoyó a los abolicionistas de Washington. Sin embargo, su decidida oposición a la guerra contra México, a cuya finalización obtuvo los territorios de Alta California, Nuevo México, el norte de Sonora, Coahuila y Tamaulipas y la anexión definitiva de Texas, le hizo perder muchos votos, y fracasó en las elecciones senatoriales de 1849. 

Decepcionado, Lincoln se retiró de la política y durante seis años trabajó como procurador. Su regreso a la vida pública se produjo en 1854, cuando la cuestión de la esclavitud volvió al plano político a raíz de que la Kansas-Nebraska Act propugnara extenderla a los estados del noroeste. Si bien él inicialmente no apoyaba la abolición de la esclavitud en los estados en los que ya existía, sobre todo en los del sur, se oponía a que se instaurase en aquellos otros en los que no estaba autorizada. Particularmente célebre por la vehemencia de su verbo y la solidez de sus argumentaciones fue su discurso antiesclavista Peoria, en 1854. 

Comprometido con la causa contra la esclavitud, Lincoln se afilió al Partido Republicano dos años más tarde. Derrotado de nuevo en las elecciones al Senado de 1858, la intensidad de la campaña antiesclavista y los duelos dialécticos que mantuvo con el candidato demócrata Stephen A. Douglas, elegido en la ocasión, le devolvieron la popularidad perdida. La moderación de sus posiciones fue decisiva para que en 1860 la convención republicana de Chicago lo eligiera candidato a la presidencia en detrimento de William H. Seward, representante de los abolicionistas más radicales.

Al año siguiente, favorecido por las divisiones internas de los demócratas, ganó las elecciones a la presidencia de la Unión, lo que desencadenó la reacción de los estados sudistas. Antes de que asumiera oficialmente la presidencia, éstos, encabezados por Carolina del Sur, se declararon independientes.
Aunque el estallido de la guerra civil parecía inevitable, Lincoln intentó detenerla y restaurar la unidad formando un gobierno de coalición con los sudistas. Iniciada la guerra de Secesión pese a todo, el presidente promulgó en 1862 la Homestead Act, para la colonización del Oeste, y propuso una abolición progresiva de la esclavitud, con el íntimo propósito de promover un acercamiento a la Confederación sudista que acelerara el fin de la contienda. 

Tras comprobar una vez más la intransigencia del otro bando, el 1 de enero de 1863 decretó la emancipación de los esclavos en todo el territorio de la Unión. Al año siguiente, cuando las fuerzas del Norte ya dominaban casi por completo la situación y el fin del enfrentamiento bélico se veía próximo, Lincoln fue reelegido para un nuevo mandato con un programa de reconstrucción nacional que no pudo realizar: a los cinco días de finalizar la guerra de Secesión, Abraham Lincoln fue asesinado mientras asistía a una función teatral en Washington por un actor sudista llamado John Wilkes Booth.

Vía: www.biografiasyvidas.com