CONDICIONES DE TRABAJO EN LAS MINAS DE ORO EN LA ANTIGÜEDAD


Minero romano (recreación).

"En los confines de Egipto y también en el territorio adyacente de Arabia y Etiopía se encuentra una región que posee las más grandes minas de oro, de donde mucho oro es extraído a la superficie con gran sufrimiento y coste. Aunque la tierra es negra por naturaleza, contiene filones y venas de roca blanca distinguida por su brillo, que sobrepasa el de todas las rocas que por naturaleza brillan. Aquel que dirige el trabajo de las minas extrae el oro por medio de una multitud de trabajadores que los reyes de Egipto reclutan y esclavizan como mineros del oro entre los que han cometido crímenes, los prisioneros de guerra, aunque también entre aquellos que fueron detenidos por acusaciones injustas y condenados a prisión. De una y otra forma los reyes, al mismo tiempo, castigan a aquellos que han sido condenados y obtienen grandes beneficios de sus trabajos.
Aquellos que han sido entregados, siempre en gran número, cada uno provisto de cadenas, se ocupan de su trabajo sin cesar, durante el día y toda la noche sin recibir ningún descanso, cuidadosamente custodiados para evitar cualquier intento de fuga. Guarniciones de soldados extranjeros que hablan lenguas diferentes a las suyas se encargan de ellos, para que así nadie pueda mantener conversación o algún tipo de comunicación amistosa que estropee de ninguna forma la vigilancia sobre ellos".

Esclavos egipcios trabajando en una mina.

"Después de consumir la mayor parte de la dureza del filón aurífero con un gran fuego que lo hace friable, comienza el proceso de producción manual. Miles de desafortunadas criaturas aplastan con martill0s de piedra la roca que ha sido resquebrajada por el fuego, lo que permite continuar trabajándola con moderado esfuerzo. El trabajador que ensaya el mineral es el encargado de las operaciones de extracción y dicta instrucciones a los trabajadores.

De entre los hombres que fueron seleccionados para este infortunio, aquellos individuos de excepcional dureza física rompen la roca de cuarzo con martillos de hierro, aplicando en su trabajo no la habilidad, sino la fuerza, no para cortar túneles a través de la roca en una estrecha línea, sino en esta roca brillante. Estos hombres, entonces, consumiendo su tiempo en la oscuridad en medio de los laberintos y giros de las galerías, llevan lámparas fijadas sobre sus cabezas, y después adoptan posiciones de sus cuerpos según el carácter específico de la vena, arrojando al suelo de la galería los fragmentos de la roca que han extraído. Y se cuidan de realizar ese trabajo incesantemente bajo la dura supervisión a golpes de un jefe".


Mapa egipcio del interior de una mina.

"Los jóvenes que no han alcanzado la pubertad se arrastran a través de los túneles hacia las galerías abiertas en la roca y ron gran esfuerzo recogen el mineral para llevarlo de regreso al exterior de la mina al aire libre. Entonces, aquellos hombres de más de 30 años, dividen en porciones la roca extraída por estos jóvenes, colocándola en morteros de piedra golpeándola con mazos de hierro hasta que es reducida a un tamaño menor que las semillas.

Las mujeres y los ancianos reciben el polvo de roca de estos hombres, y lo colocan en una serie de molinos. Comenzando con sus manos juntas en grupos de dos o tres, lo muelen hasta que su porción ha sido reducida a la textura de una fina harina. Y como nadie de ellos tiene los medios para cuidar sus necesitados cuerpos o cubrirlos con vestidos, nadie puede ver más que miserables trabajadores y así no pueden sentir sus grandes sufrimientos. No hay ninguna compasión en su corta existencia: nada para el dolorido, nada para el maltratado, nada para el anciano, nada para la mujer en su débil condición. Todos son forzados por golpes a perseverar en sus trabajos hasta que, debido a su pobre cuidado, estos mueren en medio de sus sufrimientos. Como resultado de la excesiva naturaleza de sus torturas, los miserables trabajadores ven que su futuro será siempre más duro que el presente, y en este se ve más oportuna la muerte que la vida.

En la etapa final, obreros cualificados, recogiendo esta fina arena, dan por terminado el proceso. Para tratar este material lo colocan en una artesa de madera que está ligeramente inclinada y vierten agua sobre ella. Este flujo de agua disuelve la materia terrosa que circula hada abajo sobre la tabla mientras que el material que contiene el oro permanece sobre la madera debido a su peso. Después de realizar esto varias veces, entonces lo recogen cuidadosamente con sus manos, frotándolo ligeramente con unas esponjas para eliminar el polvo y el material terroso hasta dejar solamente el oro puro.

Finalmente, otros obreros cualificados recogen este producto y lo colocan en crisoles de arcilla de medidas y pesos determinados. Lo mezclan con una pieza de plomo para proporcionar la masa, granos gruesos de sal, un trozo de estaño y salvado de cebada. Los cierran con una tapa cubriéndolos cuidadosamente con barro, cociéndolos en un horno durante cinco días y noches sin interrupción. Una vez enfriado no se encuentra nada de los otros materiales en los crisoles y recuperan el oro puro con muy pequeñas cantidades de escorias" (DIODORO SICVLO; Historia, 3, 12-13; traducción libre sobre la versión inglesa de Alex Del Mar, 1902, pp. 39-43; tomado de MATÍAS RODRÍGUEZ, R.: “La Minería Aurífera Romana del Noroeste de Hispania: Ingeniería minera y gestión de las explotaciones auríferas romanas en la Sierra del Teleno (León-España)”. Nuevos Elementos de Ingeniería Romana. III Congreso de las Obras Públicas Romanas. Astorga, 2006. Junta de Castilla y León - Colegio de Ingenieros T. de O. P.: págs. 229-230).

DIODORO SICVLO o DIODORO DE SICILIA escribe a mediados del siglo I a. C. el pasaje anteriormente transcrito, que describe el trabajo en las minas de oro de Egipto, las más importantes del mundo occidental hasta la conquista del noroeste hispano. El relato data de unos pocos años antes de que el reino del Nilo fuera conquistado por las legiones de CAIVS IVLIVS CAESAR AUGVSTVS e incorporado al Imperio Romano (30 a. C.).

Esclavos domésticos en mosaico romano. Los dos esclavos que llevan jarras de vino usan ropa típica de esclavos y un amuleto en contra del mal de ojo en un collar, y el joven esclavo de la izquierda lleva el agua y toallas, y el de la derecha una rama y una cesta de flores; descrito por Mikhail Rostovtzev (La historia social y económica del Imperio Romano (Tannen, 1963), p. 288).
Fuente: Mosaïque des échansons", du IIe siècle ap. J.-C., provenant de Dougga; Musée National du Bardo (Tunisie); http://es.wikipedia.org/wiki/Esclavitud_en_la_Antigua_Roma

Los que pasan su vida dedicados a los trabajos de minas hacen a sus dueños tremendamente ricos porque la cantidad de aportaciones gananciosas rebasa el límite de lo creíble; pero ellos, bajo tierra, en las galerías día y noche, van dejando la piel, y muchos mueren por la excesiva dureza de tal labor. Pues no tienen cese ni respiro en sus trabajos, sino que los capataces, a fuerza de golpes, los obligan a aguantar el rigor de sus males, y así echan a barato su vida en condiciones tan miserables; pero los hay que por vigor corporal y fortaleza de ánimo soportan sus padecimientos largo tiempo (DIODORO SICVLO; Historia, 5, 36-38. El texto trata, en concreto, sobre las minas de Hispania).

 «POLIBIO, al mencionar las minas de plata de Néa Karchedón -Cartago Nova-, dice que son muy grandes, que distan de la ciudad unos veinte estadios, que ocupan un área de cuatrocientos estadios, que en ellas trabajan cuarenta mil obreros y que en su tiempo reportaban al pueblo romano veinticinco mil drachmas diarias » (STRABO; Geografía, 3, 147).

"El monte Sandaracurgio está hueco a causa de la explotación minera, pues los trabajadores lo han horadado con grandes galerías subterráneas. Los publicani se encargaron de su explotación utilizando como mineros a personas que habían sido vendidas como esclavos por sus crímenes, pues dicen que al esfuerzo del trabajo se añade que el aire de las minas es mortal e irrespirable a causa del insoportable hedor del mineral -sulfuro rojo de arsénico-,  por lo que las personas están destinadas a morir pronto. Y además, ocurre muchas veces que la mina debe ser abandonada por falta de rentabilidad, pues aunque son más de doscientos los trabajadores, continuamente se agota el número a causa de las enfermedades y las muertes" (STRABO; Geografía, libro XII, 3, 40).
POLIBIO escribe sus Historias a mediados del siglo II a. C.

STRABO o ESTRABÓN DE AMASIA escribe a finales del siglo I a. C, época en que comienza la explotación minera romana de ASTVRIA.

Esclavos romanos encadenados.
Fuente: Ashmolean Museum, en Jeffrey Hays; http://factsanddetails.com/world.php?itemid=2050&catid=56

"El tercer procedimiento superaría los trabajos de los Gigantes22. Por medio de galerías, que lleva mucho tiempo hacerlas, se perforan los montes a la luz de las lucernas; estas son la medida de los turnos de trabajo, y durante muchos meses no se atisba la finalización de esta fase23. A este tipo de explotación lo llaman arrugias. Y de repente se forman grietas que provocan derrumbes aplastando a los obreros, de modo que parece ya menos temerario buscar perlas y múrices24 en el fondo del mar. ¡Hasta tal punto más peligrosa hemos convertido la tierra!. Por esta razón se dejan numerosos arcos para sostener la montaña" (PLINIO; Historia Natural,  70; tomado de PÉREZ GONZÁLEZ, M. y MATÍAS RODRÍGUEZ, R.: Plinio y la minería aurífera romana: nueva traducción e interpretación de PLIN.Nat.33.66-78, Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, nº 28, 2008: pág. 52).

"Quienes hacen los cortes están colgados con cuerdas, de modo que a quien observa de lejos ni siquiera le parecen animales salvajes, sino pájaros. Suspendidos en el aire, nivelan y trazan las líneas del recorrido en su mayor parte, y se canalizan las aguas por donde no hay lugar para las pisadas del hombre" (PLINIO; Historia Natural, 75; tomado de PÉREZ GONZÁLEZ, M. y MATÍAS RODRÍGUEZ, R.: Plinio y la minería aurífera romana: nueva traducción e interpretación de PLIN.Nat.33.66-78, Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, nº 28, 2008: pág. 54 ).
CAIVS PLINIVS CAECILIVS SECVNDVS o PLINIO EL VIEJO escribe a mediados del siglo I d. C. su Historia Natural. De dicha obra se han extraído los dos textos anteriormente citados, referidos a las minas de oro ástures de Las Médulas.

Mineros romanos esclavizados: recreación.

Estacio, en uno de sus recurrentes recursos retóricos, nos presenta la ruina montium como la causa determinante de la muerte precoz de muchos mineros hispanos:
haud aliter collis scrutator Hiberi
cum subiit longeque diem vitamque reliquit
si tremuit suspensus agger subitumque fragorem
rupta dedit tellus latet intus monte soluto
 obrutus ac penitus fractum obritumque cadaver (STATIVS; La Tebaida 6, 880).

PVBLIVS PAPINIVS STATIVS escribe a finales del siglo I d. C.
Recreación de esclavos dentro de una mina romana.
Fuente: Christian History Project

"Se dice que la tierra aquella aurífera tiene grietas y cavernas en las tenebrosas profundidades; que el malvado que ha sido condenado a aquellos trabajos, entra allí con una vasija de aceite para poder alimentar su lámpara, porque aún de día todo es tinieblas y oscuridad. Luego cuando la hora oportuna llama a aquel infeliz a la comida, confiesa ignorar el tiempo; y el guardián del condenado, dando golpes con vehemencia en la caverna, desde arriba, por el estrépito y la voz indica que ya es el fin de la jornada" (IOHANNES CHRYSOSTOMUS; In Cor. 23, 5. 5=PG 61, 196 -tomado de Rodríguez Ennes, 1994-).

IOHANNES CHRYSOSTOMUS o JUAN DE ANTIOQUÍA escribe a finales del siglo IV y principios del siglo V d. C.

Los textos que hemos incluido en este “post”, bien conocidos por la mayoría de los historiadores del mundo romano, describen muy nítidamente cuales eran las verdaderas condiciones de trabajo en las minas de oro en la Antigüedad, según el testimonio de varios autores contemporáneos de la época en que se realizaron las labores mineras relatadas, o que vivieron pocos siglos después de que estas se realizaran.

 Otros textos epigráficos demuestran que también hubo mano de obra libre en las explotaciones, aunque seguramente empleada en condiciones bastante más amables que las soportadas por los trabajadores forzados que, en gran medida, llevaron el peso de los trabajos más duros y peligrosos.
A la vista de los espeluznantes cuadros pintados por las fuentes greco-latinas, cabe hacerse las siguientes reflexiones, relacionadas con el tema tratado en nuestro anterior "post":
¿Qué persona, en su sano juicio, estaría dispuesta a soportar una vida tan horrible y falta de esperanzas, sin ser obligado a punta de lanza y espada, y estar constantemente vigilado para evitar su fuga?

¿Quién puede creer que las tribus ástvres conformaban un pueblo tan anodino, cobarde y servil como para pasar tan grandes penalidades a cambio de la única satisfacción de rendir tributo a una Roma que no revirtió, a la vista de los vestigios arqueológicos existentes en el noroeste ibérico, apenas ningún beneficio tangible, cultural o comercial, sobre la población autóctona de la zona…?


José Luis Vicente González.
Milles de la Polvorosa (Zamora), 11 de marzo de 2013.
http://www.jlvg.es

La policía turca encuentra un sarcófago del siglo II en Bursa


La policía de Bursa (Turquía) buscaba vehículos robados en un olivar del distrito de Hisardere, a 5 Km. de la ciudad de Iznik cuando, de forma fortuita, descubrieron una excavación abandonada. Los gendarmes pusieron en conocimiento el sorprendente hallazgo a los arqueólogos del Museo de la ciudad.


Inspeccionado el lugar, se ha encontrado un sarcófago de mármol del siglo II d.C. Pesa unas seis toneladas y presenta en su cubierta, con una configuración a dos aguas, cinco cabezas de león por cada lado.




Hace diez meses ya se encontró otro sarcófago de una reina cerca de la zona. También se cree que es de época de la Antigüedad tardía como el de este hallazgo y pesaba aproximadamente siete toneladas. Cuando se encontró, los arqueólogos descubrieron que los cazadores de tesoros ya lo habían expoliado con anterioridad.



Fuente: Daily Sabah, 10 de septiembre de 2016

Arqueólogos desentierran un gran panel prehistórico del arte rupestre neolítico en Escocia

Piedra Cochno, un panel de 9m x 19m en una fotografía del arqueólogo Ludovic Maclellan, realizada en 1937.

Un equipo de arqueólogos junto a expertos digitalizadores están desenterrando la Piedra Cochno, un panel datado con 5.000 años de historia que se encuentra en Escocia, y que contiene una de las más importantes representaciones de arte rupestre neolítico con marcas de cazoletas y anillos, informó la Universidad de Glasgow el pasado 8 de septiembre.

Después de escanearla en 3D y hacer una réplica, la piedra se volverá a depositar bajo tierra de manera segura, informó la Fundación Factum Arte, quien está trabajando junto a arqueólogos de la Universidad de Glasgow. Numerosas teorías existen sobre el por qué de los singulares diseños: desde astronómicas, pasando por fisiológicas y hasta sobre la reencarnación. Los estudiosos del tema podrán finalmente hacer un nuevo análisis más profundo de las misteriosas marcas.

Patas de 4 dedos en la Piedra Cochno, un panel de 9m x 19m en Escocia. Fotografía del arqueólogo Ludovic Maclellan, realizada en 1937.

“Este es uno de los paneles de técnica neolítica más grande y, yo diría, más importante de Europa. Las marcas de cazoletas y anillos son muy amplias”, declaró el especialista en arqueología urbana, Kenny Brophy, quien encabeza la excavación en el lugar cercano a la Granja Cochno.

La piedra de 9 por 19 metros se encuentra en el medio de un plan de viviendas en Clydebank, y en su entorno se piensa instalar la réplica del gran patrimonio cultural. Fue dada a conocer en 1887 por el reverendo James Harvey, cuando se encontraba al descubierto.

Los dibujos de cazoletas y anillos que la caracterizan son una antigua expresión de arte rupestre que se ha encontrado en muchas partes del mundo.

Foto: Plano de la Piedra Cochno (Fundación Factum Arte)


El investigador Alexander McCallum relató años atrás que “algunas personas piensan que la Piedra Cochno es un mapa que muestra otros asentamientos en el Valle de Clyde. Aunque esa es una de las teorías, creo que probablemente fue utilizada para muchas cosas. Nunca fue empleada para una sola cosa y durante cientos de años cambió su uso”, según comunicó la Fundación Bradshaw, al revelar los planes de financiación para hacer visible esta valiosa pieza prehistórica.

Otras teorías hablan de que “es un portal de la vida y la muerte, el renacimiento, un útero y una tumba”, ya que la gente creía en la reencarnación, un modo de entrar en la tierra y volver a salir.
La Universidad de Glasgow relata que debido al daño que estaba sufriendo por el vandalismo, el arqueólogo Ludovic Maclellan, quien proporcionó las históricas fotografías de la piedra, capturadas durante su visita en 1937, decidió cubrirla entre 1964 y 1965 para preservarla, sin embargo, él mismo también retocó las imágenes originales.

El arqueólogo Ludovic Maclellan durante su visita a la Piedra Cochno en 1937.

“Maclellan retocó con varios colores las marcas grabadas de cazoletas y anillos para ilustrar sus teorías arqueológicas-astronómicas. ¡Es evidente que hoy día no sería una práctica admisible!. Con la Piedra Cochno, vamos a utilizar métodos de grabación en 3D para llamar la atención del mundo sobre una herencia misteriosa y hermosa muy importante para Escocia”, explicó el líder del equipo de Factum Arte, Fernando Saumarez Smith.

Utilizando técnicas de fotografía aérea y barrido de láser esperan revelar al mundo cómo era en realidad la superficie prehistórica de la piedra, y capa tras capas los grafitis que se agregaron posteriormente, hasta 1964.

Foto: En 2015, los arqueólogos hicieron una excavación preliminar (de 4 x 1 metros), que confirmó que la piedra, de arenisca, se encontraba en buen estado.

“Sin embargo, en la zona que se dejó al descubierto, de 4 x 1 metros, quedaron a la vista los burdos grafitis modernos que obligaron al enterramiento de la piedra; es evidente que se encontrarán muchos más. Que un monumento de tal importancia haya sido tratado de manera tan poco respetuosa es deplorable. No obstante, cabe resaltar que el proyecto dará nueva vida a la historia de este monumento de Cochno”, resaltaron los digitalizadores.

Foto: Grafitis realizados en la Piedra Cochno

Fuentes: lagranepoca.com | BBC.com | 8 de septiembre de 2016

Historias de nuestros naufragios. ‘Un puente de mar azul’ rescata tesoros de la arqueología subacuática en el Museo de Almería


Un pecio es la fotografía de un instante detenido para siempre en el fondo del mar. Y no de un instante cualquiera. El instante de un naufragio. Los restos de un barco se acaban descomponiendo pero, una vez perdida la parte orgánica, la arena protege la carga y la guarda tal y como se situó en el momento exacto en el que las maderas cedieron y el agua con su lengua salada lo engulló todo. De ahí que se conserven tantas ánforas. Ánforas que como envases de Coca-Cola de su tiempo sirvieron para transportar vinos, aceites y salazones con los que se comerciaba a lo largo de un mar, el Mediterráneo, en el que Almería ha ocupado una posición estratégica a lo largo de la historia.

“El tráfico marítimo en el Mediterráneo occidental estaba obligado a doblar el Cabo de Gata”, asegura el conservador del Museo de Almería y comisario de la muestra ‘Un puente de mar azul’, Manuel Ramos. Y justifica así la riqueza de nuestros fondos. Los 217 kilómetros del litoral de la provincia y la proximidad de la costa africana también han sido claves en esa circunstancia. “Esto ha sido así desde que se empezó a navegar, sabemos de cerámica de Los Millares hallada en las islas Chafarinas”, añade.

A través de una selección de 250 piezas de los fondos del Arqueológico, la exposición sigue la huella de esa actividad comercial. Una huella en forma de tesoros de la arqueología subacuática que son un auténtico tratado de historia de la navegación que ha llegado a nuestras manos como un mensaje en una botella porque, como apunta Ramos, “estas piezas no han sido encontradas como fruto de una prospección sistemática, más bien forman parte de hallazgos puntuales”.



1. Ánfora globular
Las ánforas tienen gran presencia en la muestra por su buena conservación y ésta esconde una historia interesante. “Servía para transportar aceite de la zona de la Bética que luego se distribuía por el imperio pasando por el Cabo de Gata. Cuando llegaban a Roma, los envases no eran retornables y, como tenían que darles algún uso, hicieron un montículo de más de 40 metros almacenándolos”, señala el comisario.

2. Cerámica corintia
La cerámica constituía una carga secundaria en comparación con los productos agropecuarios y pesqueros. Aun así, cuenta con su representación en ‘Un puente de mar azul’, donde se expone una muestra de lo que traían los fenicios que era material egipcio, así como cerámica griega, romana, medieval, moderna y hasta contemporánea.
La pieza seleccionada forma parte de la colección de Juan Cuadrado y es de origen corintio. “Es bastante interesante porque habla de la historia de Grecia, de las ciudades que tenían una pujanza mercantil y esas producciones son las que llegaban aquí”.

3. Sello de tampón de cuero
En la muestra hay una vitrina dedicada a las piezas recuperadas por la Guardia Civil en el pecio del navío Arna, de principios del siglo XX. “Tenemos el sello del barco que era de un armador checo que matriculó la nave en Dubrovnik”.

4. Lingote de plomo
Los lingotes de plomo también formaban parte de la carga. Éste se remonta a los siglos I-II d. C. y se encontró en Cabo de Gata, donde hay una plataforma de piedra a pocos metros de profundidad en la que muchos barcos encallaban.

5. Cepo de ancla
‘Un puente de mar azul’ cuenta con una parte dedicada a los efectos navales que quedaban en las naves naufragadas, entre ellos las anclas que resistían el paso del tiempo. Un ejemplo es este cepo de plomo romano.

6. Ánfora con inscripciones
Esta ánfora fue encontrada en el pecio Gandolfo. Un barco modesto cuya grandeza reside en que casi todas sus ánforas conservan la información comercial pintada a pincel en latín. “Sabemos quiénes eran los comerciantes implicados, qué mercancías llevaban (atunes y caballas) y de dónde venían: de la ciudad romana de Lixus, en Marruecos, y de la fábrica de salazón de Almuñecar”, añade.

Fuente: lavozdealmeria.es 1 9 de septiembre de 2016

Unas monjas de Huesca ocultaron piezas de arte de gran valor catalogadas

Relicario de San Juan Bautista de plata, siglo XIX, procedente del monasterio de Sijena.

La sanción por no informar del destino de los bienes catalogados puede sumar 138.000 euros. Una cuna apareció en una subasta

El caso Sijena, que enfrenta a Cataluña y Aragón en un litigio por unas pinturas murales románicas y 97 bienes del monasterio oscense de Santa María de Sijena que se conservan en la comunidad vecina, tiene un nuevo capítulo. Se trata ahora de otro lote de 23 piezas catalogadas por la Generalitat cuyo paradero se desconoce desde 1993 porque las monjas que las custodiaban no dan información sobre ello. Las religiosas pueden enfrentarse a una multa de 138.000 euros por esa razón.

Con este nuevo lote son, al menos, 120 las piezas que las monjas sacaron en 1970 del monasterio de Huesca y llevaron con ellas hasta Cataluña. Al cabo de unos años, en 1983 y 1992, vendieron 97 de las obras y adornos de aquel monasterio a la Generalitat, que acabaron depositadas en el Museo de Lleida y en 1994 al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Todas, por casi 300.000 euros.
Una reciente sentencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Huesca obligó a devolver a Aragón esas piezas y Cataluña ya ha entregado 53. Pero otras 44, consideradas las más destacadas, siguen expuestas en Lleida, pese a que la juez puede enviar a la policía a recogerlas y trasladarlas a Aragón a partir de este jueves, día en que se retoma la actividad judicial tras el mes de agosto.

A principios de los setenta, cuando las monjas llegaron a Cataluña, dejaron las piezas “para su custodia” en los museos de arte municipales de Barcelona con un acuerdo, firmado por la priora del monasterio, Angelita Opi, y el director de los museos, Joan Ainaud Lasarte, que permitía recuperarlas en cualquier momento. Esas 23 piezas, ahora en paradero desconocido, las reclamaron las monjas al museo en 1993 alegando razones sentimentales. La Generalitat cumplió y se las entregó, pero antes las catalogó como bienes culturales, una protección que obliga a informar del destino y situación en el que se encuentran las piezas, algo que ahora se desconoce, como aseguran en la Generalitat, a pesar de que el convento donde estaban se clausuró en 2007 y la Administración no ha intervenido desde entonces.

Una falta así puede suponer, según la Ley de Patrimonio, una sanción de hasta de 6.000 euros por cada pieza; sumadas todas, la cifra ascendería a 138.000 euros que deberían abonar las monjas si la Generalitat pone en marcha el proceso sancionador. Pero solo dicen: “Estamos estudiando el tema y la situación de las piezas y lo que ha pasado. Luego se tomará una decisión”.

No es este el único caso en el que objetos que pertenecen a patrimonio nacional o que están catalogados están en manos privadas. Entre los objetos recuperados por las monjas, según la relación a la que ha tenido EL PAÍS, había seis relicarios, uno de ellos con restos que pertenecen, según los católicos, a la cruz de Jesucristo, y otro de San Juan Bautista; dos portapaces de plata, uno con el Buen Pastor y dos ángeles y otro con un crucifijo, dos cajitas eucarísticas, tres platos de cerámica, dos cucharas, un jarro, una tapa de libro, un niño Jesús de marfil, su cuna y varios elementos de un pesebre de plata.

En la base de datos de la Generalitat consta que la entrega se hizo en marzo de 1993 a las monjas que residían en la calle Santjoanistes de Sant Cugat (Barcelona). Y desde entonces no se ha sabido nada más de ellas hasta que a comienzos de este año apareció en una subasta la ya famosa cuna de Sijena, que se vendía con un precio de salida de 10.000 a 12.000 euros. Para calibrar su importancia se aseguraba que la cuna estaba catalogada. Eso puso en alerta al Departamento de Cultura que mandó a los Mossos para que la retiraran de la venta, al no haberse notificado, tal y como establece la Ley de Patrimonio, que iba a cambiar de destino. Desde julio, la cuna está en posesión del Gobierno de Aragón (depositada en el Museo de Zaragoza) tras enviar en enero pasado un juez de Huesca a la policía judicial al domicilio barcelonés de sus dueños y llevársela, sin notificarlo a la Generalitat, algo que motivó la queja formal del consejero de Cultura, Santi Vila, al Ministerio del Interior, que aún no ha dado respuesta.

Más irregularidades

La cuna es la muestra de las irregularidades en que han incurrido las monjas de Sijena. Según las leyes de patrimonio, el poseedor de un bien catalogado debe de notificar a la Administración los actos jurídicos, los traslados y el cambio de propiedad que afecten a estos bienes. Las sanjuanistas no informaron de la salida de las piezas en 1970 desde el monasterio, ni de su venta en 1983, 1992 y 1994. Por eso, estas monjas eran parte demandada por el Gobierno aragonés y el Ayuntamiento de Sijena en el juicio que ha acabado obligando a Cataluña a devolver las 97 piezas. Aunque, finalmente, la jueza las exculpa.

Las monjas tampoco informaron a la Generalitat de que la cuna, y posiblemente todos los bienes entregados en 1993, había pasado a manos de Pilar Alcalde Bretón (madre de la persona que intentó subastarla), como agradecimiento, dijeron, por haberlas ayudado económicamente, o sea, a cambio de dinero. Sí consta en la base de datos de la Consejería de Cultura que Alcalde Bretón comunicó en 2001 (tal y como exige la ley) que la cuna, el niño Jesús y dos candelabros viajarían a Madrid para participar en una exposición de belenes españoles que organizaba la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

“Nada que decir al respecto”

Una de las incógnitas que planean sobre este asunto es si algunas de estas 23 piezas viajaron al convento que la orden tiene en Salinas de Añana, Álava, donde reside Virginia Calatayud, la superiora o presidenta federal de la orden, ya que María Antonia Doz Eri y Josefa Avellanas Ducons, las dos últimas monjas de Sijena que vivían en Valldoreix fallecieron en 1998 y 2000, respectivamente.

La superiora Calatayud declaró en el juicio de las pinturas murales que el convento que dirige en Añana es el heredero del de Sijena y que quieren levantar el depósito que hicieron en el MNAC de las pinturas. Por eso han cedido al Gobierno de Aragón las acciones legales para su recuperación. Calatayud ayer, tras la llamada de este diario, se limitó a responder: “No tengo que decir nada al respecto”. Y colgó.

Fuente: El País