El Gobierno egipcio crea un taller de copias del tesoro faraónico para hacer frente a las imitaciones 'made in China'

Algunas de las figuras que se fabrican en el taller. FRANCISCO CARRIÓN

Joyas del extenso y preciado ajuar de Tutankamón, idénticas a las halladas hace nueve décadas por Howard Carter en las arenas de la antigua Tebas, vendidas ahora como un souvenir. Es la última y desesperada iniciativa de las autoridades egipcias para salvar el presupuesto destinado a la preservación de su patrimonio, en números rojos por la drástica caída del turismo."Queremos que las piezas que producimos aquí sean embajadoras de Egipto en el extranjero", comenta a EL MUNDO Ayman Hasan, director del departamento de réplicas del ministerio de Antigüedades egipcio. Bajo su batuta, unas sesenta personas trabajan a diario en un taller que hace unas semanas presentó los primeros objetos de su colección en las caóticas estancias del Museo Egipcio de Tahrir.El aprieto económico -con las arcas del ministerio tiritando ante un legado histórico cuasi inabarcable- no es el único motivo que explica este inusitado interés gubernamental por la elaboración de copias. "Las réplicas que se venden en el mercado son un atentado contra la civilización egipcia. Algunas proceden de China y están muy mal fabricadas. Los visitantes las compran y viajan con ellas al extranjero. La reputación de nuestra Historia está en juego", se queja Hasan.

Uno de los artesanos trabajando en una pieza. FRANCISCO CARRIÓN

Decididos a enmendar la ofensa, el Estado egipcio alumbró la empresa en 2010. Sin embargo, las revueltas que estallaron poco después y terminaron jubilando al faraón Hosni Mubarak aplazaron el lanzamiento definitivo. Cinco años después, con las aguas en relativa calma, el taller ha comenzado a dar sus primeros pasos. "El precio de los objetos más pequeños oscila entre las 50 y las 100 libras egipcias (entre unos 5 y 10 euros). En cambio, las piezas que guardan mucha similitud con el original son bastante caras", advierte el principal responsable del invento. Así, uno de los sarcófagos antropomorfos de Tutankamón -imitando el exterior dorado y las piedras semipreciosas que luce el original- o un carro del faraón niño construidos a tamaño real superan las 90.000 libras (unos 9.000 euros). La similitud ha originado algún que otro imprevisto en un país que lleva más de una década batallando por la recuperación de su patrimonio expoliado. "A veces resulta difícil diferenciar a los originales de las copias lo que ha causado algunos problemas en el aeropuerto. El ministerio de Antigüedades ha decidido que las piezas no sean completamente idénticas y se han introducido ciertas diferencias", precisa Hasan.

Una sarcófago egipcio. FRANCISCO CARRIÓN

La venta de figurillas, sillas, ataúdes o joyería del antiguo Egipto en tiendas de El Cairo no es el único objetivo del taller. Las réplicas que se tallan entre los muros de esta pequeña factoría, ubicada en la Ciudadela de El Cairo, también engrosarán museos y exhibiciones internacionales. "Uno de los primeros encargos fue ensamblar 30 objetos del ajuar funerario de Tutankamón para el museo de una empresa turística en Sharm el Sheij [una ciudad costera en la península egipcia del Sinaí]", relata el director del departamento. A finales de este año una muestra de la labor del taller -condensada en 150 objetos- pondrá rumbo a Japón, donde integrará una exposición itinerante. "Es muy complicado trasladar monumentos y colecciones originales al extranjero. Este taller, en el que hemos contratado a los mejores artistas locales, ofrece una alternativa", esboza Hasan, muy crítico con la explotación del legado faraónico allende Egipto. "Tenemos -arguye- derecho a proteger nuestro patrimonio y evitar que se construyan esfinges como la que hace algún tiempo se levantó en China". De momento, la iniciativa avanza sin sobresaltos. "No paramos de trabajar. Tenemos mucha demanda. Hacemos pieza bajo encargo. Ahora nos han pedido copias de objetos de Keops", dice orgulloso el mudir (director, en árabe), que ya barrunta nuevos proyectos. "Ojalá podamos abrir talleres como éste en otros lugares de Egipto y seamos capaces de emplear a miles de personas".

Fuente: El Mundo

‘Romanorum Vita’ visita Guadalajara

Viajar en el tiempo ha sido una fantasía recurrente en la historia de la humanidad. El Imperio Romano ha sido uno de los destinos preferidos. Ahora, 'Romanorum Vita', una exposición de la Obra Social ”la Caixa”, invita a los guadalajareños a pasear por una ciudad reconstruida a partir de descripciones literarias y testimonios arqueológicos de hace 2.000 años para descubrir que los romanos no están tan lejos de nosotros.

Esta muestra, ubicada en la Plaza de los Caídos de Guadalajara, traslada a los visitantes a un recorrido por una ciudad romana poco antes de la destrucción de Pompeya, en el año 79 d.C., en plena época imperial. La exposición transporta a sus calles en un día cualquiera: negocios, importancia del agua, olores, formas de expresión y religiosidad popular, entre otros; todo aquello que hervía alrededor de los grandes escenarios del senado, el foro, los teatros y el circo.

Desde hace años, los arqueólogos e historiadores dedican especial atención a reconstruir la vida cotidiana de los pueblos antiguos. Hallazgos arqueológicos y textos literarios nos permiten saber con mucha exactitud cómo se organizaban las ciudades y cómo eran las persones que vivían en ellas. Pero incluso en el caso de las ciudades romanas más bien conservadas, como por ejemplo Pompeya, se hace difícil imaginar la actividad que se vivía en sus calles.

La muestra, de 400 metros cuadrados, da la bienvenida a los visitantes en una ciudad arquetípica del Imperio y presenta un día cualquiera de esa ciudad, 24 horas en que descubrirán cómo era la vida en la calle y en el interior de una casa de una familia que podríamos considerar de clase media alta.

Bajo lo que conocemos como Imperio Romano se encuentra un conjunto de ciudades conectadas por vías terrestres y marítimas. Y un poder central: Roma. Cada ciudad dominaba un territorio y era, al mismo tiempo, mercado, núcleo administrativo y centro religioso. Contaban con extensas cuadrículas de calles bien pavimentadas, con alcantarillado y agua corriente. Como las actuales ciudades, las ciudades romanas también sufrían los efectos de la presión demográfica y la especulación del suelo, aspectos que se explican y pueden verse en Romanorum Vita.

Además, los visitantes descubren que, en las calles, artesanos y comerciantes desarrollaban todo tipo de actividades, y cómo estas se llenaban de gente. Paseando por una calle cualquiera o por delante del foro de una ciudad romana, los espectadores comprueban cómo eran las letrinas y el olor que desprendían. O cómo eran los comercios y que ya existía lo que podríamos considerar como el precedente de los locales de comida rápida.

Sumergirse en la ciudad

En la muestra se ha hecho un uso innovador de distintos elementos –desde la inclusión de ruidos y olores característicos de la época hasta la interacción entre el espacio escenográfico y un gran audiovisual– para lograr que los espectadores se sumerjan en la ciudad y descubran sus similitudes con la vida cotidiana actual. Uno de estos montajes audiovisuales se proyecta sobre la fachada de la domus, de 12 metros de ancho, y en él pueden verse los personajes clave de la ciudad romana gracias a un rodaje realizado con más de 30 figurantes.

Establecer paralelismos entre las ciudades romanas y las ciudades actuales es otro de los objetivos. En la ciudad romana, por ejemplo, la actividad no cesaba ni un instante, especialmente después de que un edicto de Julio César prohibiese la circulación de carros y animales durante el día para evitar accidentes. Así, de día las calles eran más seguras, pero el ruido nocturno aumentaba extraordinariamente. No era fácil dormir en una ciudad romana.

También se explica en la exposición cómo se establecían las relaciones sociales entre ciudadanos de distintas clases. En las ciudades romanas, ricos y pobres vivían mezclados. Todo el mundo compartía las incomodidades de una ciudad superpoblada.

Política y religión

La exposición detalla otros elementos importantes en la vida pública, como pueden ser la política y la religión. Las calles eran, en este sentido, espacios de convivencia y espacios religiosos. En las esquinas existían pequeños altares dedicados a las divinidades protectoras del barrio y sus vecinos. Cuando se acercaban las elecciones, las empresas de publicidad electoral daban a conocer a los candidatos: pintaban su nombre en las paredes, proclamaban sus virtudes y contrataban a personas para que pidiesen el voto a los ciudadanos.

Por último, los visitantes de Romanorum Vita pueden entrar a escondidas en una casa típica de la clase media alta romana, pasear por sus distintas estancias y descubrir su distribución, la decoración empleada, los vivos colores con que pintaban las paredes, etc.

Fuente: Hoy es Arte

Vestigio de guerras medievales en Priego de Córdoba

Punta de flecha y placas de armadura halladas en la torre del homenaje. - MUSEO ARQUEOLÓGICO DE PRIEGO

El control arqueológico de las obras que desde el comienzo del verano se están realizando en la torre del homenaje del castillo de Priego está aportando numerosos datos y hallazgos sorprendentes

Suele ser habitual que todo hallazgo arqueológico venga asociado a numerosos interrogantes, a nuevas hipótesis y, en algunos casos, a increíbles sorpresas, aportando en todos los casos un amplio número de datos para estudiar la Historia, para conocer nuestro pasado.

El control arqueológico que se está realizando de las obras en la torre del homenaje del castillo de Priego está ofreciendo numerosos datos sobre cómo era en su origen esta imponente estructura levantada por la orden calatrava entre los siglos XIII y XIV y que desde 1943 goza de la catalogación de Monumento Nacional.

Así, en la parte superior ha quedado liberada una franja perimetral de un metro de ancho donde se ha podido documentar el parapeto de protección y el pavimento del terrado, así como uno de los canales de evacuación de aguas pluviales y la parte encastrada del canal de evacuación de las mismas al exterior.

Pero si importante ha sido este hallazgo, no lo ha sido menos la aparición de varios elementos de cultura material inesperados, bien por lo poco frecuente de la tipología del material hallado o bien por lo insólito del contexto en el que se han producido.

El primero de ellos es un conjunto de treinta piezas forjadas de hierro que conformaban una armadura de placas bajomedieval (siglos XIV-XV), y que originalmente iban fijadas con remaches a una pieza de cuero, además de articuladas entre ellas. Defensa corporal pasiva que representa el tránsito entre la famosa cota de mallas y el arnés blanco típico del siglo XV, con placas metálicas de mayor tamaño. El segundo es una punta de flecha que se hallaba incrustada en el mortero de la fachada noroeste de la torre, a una altura actual de unos diez metros y que durante el medievo fue mucho mayor. La tipología de la punta de flecha permite ofrecer datos sobre su cronología aproximada, que puede fecharse en los siglos XIII y XIV, por lo que su presencia podría estar relacionada con el asedio y conquista cristiana de Priego de 1341 por el rey Alfonso XI de Castilla El Justiciero.

Ambos casos, como así se confirma por el Servicio Municipal de Arqueología, son auténticas rarezas en el registro arqueológico medieval peninsular. En el primero de ellos, porque lo frecuente es hallar alguna placa de armadura suelta, pero no tal cantidad ellas, lo que permitirá hacer una propuesta de reconstrucción.

En el caso de la punta de flecha, porque podemos estar ante el registro arqueológico de un gesto militar tan singular como el disparo de un arquero en un contexto plenamente medieval, quizás de batalla.

El estudio pormenorizado de ambos hallazgos, así como de aquellos otros que puedan surgir durante las obras y de sus inferencias contextuales, serán una significativa contribución a la arqueología de la guerra durante la Edad Media.

Unos malnacidos y desgraciados turistas húngaros “ultrajan” la antigua basílica en Pompeya

Los delincuentes haciendo el payaso y dañando el Patrimonio

Pompeya. Conmoción en la ciudad sepultada: turistas “ultrajan” el monumento. Las columnas de la basílica de Pompeya corren riesgo de sufrir daño por el comportamiento incivilizado de seis turistas húngaros. Nagy, Bendegùz, Adàm, Bulyàki, Làszlò y Lovas se subieron a las columnas antiguas del monumento arqueológico y por espacio de una hora emularon las poses de las estatuas de Igor Mitoraj. Su comportamiento bárbaro ha puesto a prueba la resistencia de estas columnas de valor inestimable del patrimonio de la UNESCO. Para presumir con sus amigos, los seis húngaros han publicado las fotos – su performance “prohibida” entre las antiguas ruinas – en sus respectivos perfiles de Facebook. En cuestión de minutos la fotografía se ha convertido en viral.

La reacción del superintendente Massimo Osanna no se ha hecho esperar: “El comportamiento de los turistas húngaros es una clara señal de falta de cultura y sensibilidad, pero también de desconocimiento del valor y el significado del patrimonio cultural común. Este tipo de actitudes son las que nos impresionan y hacen que sea difícil y delicada la tarea de garantizar la protección y conservación de nuestro patrimonio, cuya protección no puede dejarse exclusivamente en manos de las Superintendencias, con demandas de irresponsabilidad, sino que es importante también una educación cívica que no siempre se da. Actuaremos con las fuerzas de orden competentes para presentar una denuncia contra estos individuos”.

Fuente: Susy Malafronte  |  Il Mattino
Visto en: La Túnica de Neso

La policía griega desmantela una banda de ladrones de antigüedades

Algunas de las joyas robadas

Se han encontrado más de dos mil objetos: monedas, joyas y estatuas medievales

7 de octubre de 2016
Tras catorce meses de investigaciones, la policía griega ha conseguido arrestar hace dos días a los miembros de un grupo internacional de ladrones de antigüedades activos en los últimos años que conseguía encontrar, comercializar en el mercado negro y «legalizar» y vender abiertamente antigüedades robadas. Entrando en un almacén situado en el sur de Grecia, los policías encontraron más de dos mil objetos, comenzando por 2.024 monedas del s.IV a.C., 126 objetos que incluían un ídolo cicládico en mármol del s. III a.C. , joyas y otros objetos de oro, iconos bizantinos y dos estatuas medievales.

Han sido los hombres del departamento especializado de la fuerza policial de la ciudad de Patra, en el Peloponeso, bajo las órdenes de Jarálambos Sfétso, los que ha conseguido arrestar 26 miembros de esta banda que se encuentran ya a disposición policial. Otras 50 personas participaban en este grupo con contactos en toda Europa y 27 ya han sido identificados. Se considera que en los últimos 14 meses sus actividades ilegales suponen transacciones económicas que superan los 650.000 euros.
El modo operativo de estos ladrones era siempre el mismo: se dirigían por la noche a distintos lugares de interés arqueológico en toda Grecia, donde con distintos aparatos conseguían encontrar donde excavar para encontrar tesoros. Una vez encontrados, otras personas del grupo ofrecía los objetos a coleccionistas a través de subastas o de ventas directas. Las subastas eran una manera de «legalizar» la compra de estos objetos producto de robos en casas, iglesias o directamente en lugares de interés arqueológico.

Las autoridades griegas no han querido dar a conocer todavía el nombre de los expertos y de las cuatro casas de subastas que vendían parte del botín en Alemania, Austria, Suiza e Inglaterra, pero se conoce que tienen suficientes datos gracias a la correspondencia digital que mantenían con los ladrones. Se encontraron las listas de los clientes, con anotaciones sobre los objetos que pensaban venderles y a que precio. Gracias a estas listas se ha descubierto que este grupo comenzó sus actividades hace casi diez años.

Fuente: BEGOÑA CASTIELLA > Atenas  |  ABC