El yacimiento de Homo antecessor pasa la reválida


Entre 1994 y 1996 un sondeo arqueológico de seis metros cuadrados realizado en el nivel TD6 del yacimiento de la cueva de la Gran Dolina, en la sierra de Atapuerca, permitió encontrar un conjunto extraordinario de fósiles humanos. Se habían localizado los restos humanos más antiguos de Europa hasta ese momento. Tras un estudio minucioso, en 1997 publicamos en la revista Science la diagnosis de la nueva especie Homo antecessor. Su antigüedad podía estar en torno a los 800.000 años. En 2007 se repitió el hallazgo en TD6, después de excavar una superficie adicional de unos 12 metros cuadrados. Las dataciones de TD6 se han ido repitiendo con métodos distintos por equipos científicos diferentes. La mayoría de los resultados han coincidido y la antigüedad del yacimiento ha quedado establecida en alrededor de 850.000 años.


Excavación del nivel TD6-2 en 2008. De izquierda a derecha aparecen María Martinón, Jaume Guiu (q.e.p.d.), Ruth Blasco y Jordi Rosell. Foto realizada por Jordi Mestre.

Como es bien conocido, los restos humanos de TD6 tienen claras evidencias de canibalismo. La mayor parte de los huesos están rotos en pedazos. Las marcas de corte y los golpes realizados con herramientas de piedra son muy frecuentes. Todo ello con la intención a aprovechar al máximo la carne y la grasa de aquellos infortunados humanos. Sin embargo, los trozos de hueso y los dientes se conservaron durante miles de años en un estado admirable. Es más, llama la atención el hallazgo de dos escápulas infantiles (en estudio). Una de ellas perteneció a un niño o niña de unos tres años. La pared de la escápula es tan fina, que no pudo ser separada del sedimento por los procedimientos tradicionales y su investigación se está llevando a cabo de manera digital en la pantalla de un ordenador. El hueso ha sido separado de las arcillas endurecidas después de realizar una tomografía del conjunto. Las escápulas de homininos anteriores al millón de años son tan escasas que se cuentan con los dedos de las manos. Es solo un ejemplo de la increíble conservación de los restos de Homo antecessor.

Junto a los fósiles de Homo antecessor se han encontrado unas 300 herramientas de piedra y varios centenares de restos de mamíferos, tan troceados como los humanos. Las primeras investigaciones del nivel TD6 mostraron la existencia de varios subniveles, y que al menos dos de ellos contenían restos humanos. Este hecho, añadido a las investigaciones arqueológicas, llevó a la conclusión de que hace más de 800.000 años hubo al menos dos campamentos de Homo antecessor en el interior de la cueva de la Gran Dolina.


Sabiendo que la excavación en extensión (unos 80 metros cuadrados) del nivel TD6 no tardará en producirse, hace algo más de tres años se puso en marcha una tesis doctoral (Isidoro Campaña, derecha) para realizar un estudio sumamente detallado de los diferentes niveles geológicos del yacimiento de Gran Dolina. La futura excavación de TD6, que comenzará seguramente en la campaña de 2021, tiene que ser modélica. Es posible que se obtengan centenares de restos de Homo antecessor y cualquier información sobre el yacimiento es fundamental. Por descontado, el estudio de la naturaleza y composición de los sedimentos, así como su origen y la formación de cada unos de los subniveles de TD6 es una tarea esencial. Las conclusiones de este trabajo guiarán a los arqueólogos durante el proceso de excavación.

Isidoro Campaña tiene por delante la ingente tarea de conocer el yacimiento de Gran Dolina como la palma de su mano. En 2018 defenderá su tesis doctoral y nos contará sus conclusiones. Algunas de las más importantes acaban de ser publicadas en la prestigiosa revista Scientific Reports del Grupo Nature. La parte media del nivel TD6 contiene los fósiles de Homo antecessor, junto con los de otros mamíferos y las herramientas de piedra. Esta parte de TD6 ha recibido la numeración TD6-2 y contiene nada menos que 13 subniveles de una complejidad extraordinaria.


El relleno de las cuevas por arcillas, limos, arenas o trozos de roca caliza es un proceso muy difícil de interpretar. Nada que ver con la sedimentación reposada en un lago o en los fondos marinos. Los sedimentos que colmatan las cuevas pueden resultar, por ejemplo, de la lenta decantación de partículas en pequeñas lagunas o de la rápida entrada de lenguas de barro tras una fuerte tormenta. El proceso es aleatorio y hasta diría que caprichoso. El ojo clínico de los geólogos es esencial para entender cada uno de los estratos. En el caso de TD6-2 la acumulación de los sedimentos se produjo al menos por tres tipos de procesos. La conclusiones de Isidoro Campaña apuntan a que la mayoría de los fósiles sufrieron un transporte, quizá de unos pocos metros, antes de reposar durante miles de años en el interior de la cueva. En otras palabras, el lugar donde acamparon los grupos de Homo antecessor pudo estar situado bien en el exterior de la cueva, bien en su entrada. Los restos encontrados en un punto concreto de TD6 estuvieron expuestos a la intemperie durante un tiempo muy breve, aunque la mayoría nunca vieron el sol. Todo apunta a la existencia de una o más ocupaciones en el portalón de la entrada de la cueva, donde se despiezaban y consumían las víctimas de las cacerías. El enterramiento de los huesos pudo ser muy rápido mediante coladas de barro, que se deslizaron varios metros hasta el interior de la cavidad. Es la única manera de explicar la maravillosa conservación de los huesos y el hecho de que algunas herramientas de piedra encajen entre sí. La superficie de los huesos únicamente nos muestra las alteraciones que sufrieron durante la desmembración y consumo de los cadáveres. Las características más finas de la superficie de los huesos pueden estudiarse incluso con microscopio electrónico.

Ahora sabemos que la distribución espacial de todos los huesos y las herramientas de piedra del nivel TD6-2 pudo ser motivada por procesos geológicos. Si esto es así, resulta muy complicado obtener conclusiones arqueológicas acerca de la distribución primaria de los restos en el campamento original, probablemente situado en la entrada de la cueva. La posible asociación de unos fósiles con otros para reconstruir la composición de los grupos humanos parece ahora una misión casi imposible. La lectura positiva es que poco a poco el nivel TD6 va desvelando sus secretos y que la futura excavación, cada vez más próxima, tendrá todas las garantías que ha de ofrecer una intervención del siglo XXI.

Fuente: quo.es | 11 de octubre de 2016

El nivel geológico de Homo antecessor muestra todos sus secretos

El investigador Isidoro Campaña Lozano, del Programa de Geoarqueología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), acaba de publicar en la revista Scientific Report un estudio sedimentológico sobre la unidad TD6 del yacimiento de Gran Dolina (Atapuerca), que revela que los restos fósiles de Homo antecesor han tenido muy poco transporte desde su ubicación original.

Este estudio, que se ha realizado usando técnicas de escáner láser 3D y fotogrametría disponibles en el CENIEH, obteniéndose modelos 3D de la sección, hace una descripción estratigráfica y sedimentológica de la unidad de TD6, separando 18 niveles diferentes e identificando ocho procesos sedimentarios que originaron su formación.

La unidad TD6 se divide en tres sub-unidades. La sub-unidad TD6.3 se formó principalmente debido a la entrada de flujos sedimentarios por gravedad, mientras que las sub-unidades TD6.2 y TD6.1 se formaron por el curso de pequeños arroyos fluviales que llevaron los restos de Homo antecessor. Se ha encontrado un segundo aporte de sedimentos por flujos de gravedad desde una entrada lateral en el sub-nivel TD6.2, relacionándose este aporte con el nivel de mayor concentración de fósiles de homininos.

Imagen de Gran Dolina - M.A. Martín

Transporte sedimentario
Tras describir en profundidad los niveles sedimentarios y los procesos geológicos de formación de la unidad, se ha procedido a estudiar el material arqueológico según el proceso sedimentario (flujos de gravedad, canal fluvial, llanura de inundación, etc.) en el que se han encontrado.

“El objetivo era discriminar, por un lado, si existe algún tipo de selección de los materiales según el proceso geológico, y por otro, si ha existido algún tipo de transporte o si los restos se encuentran en su posición original. Para ello hemos analizado la forma, tamaño y posición espacial de los fósiles humanos, fósiles no humanos, industria lítica y calizas”, explica Isidoro Campaña.

El resultado de este estudio indica que los restos fósiles de los homininos, así como la industria lítica asociada a su actividad han tenido un cierto transporte sedimentario desde el lugar original donde fueron depositados.

No obstante, debido al buen estado de conservación de los restos, así como el tamaño restrictivo de la cuenca de origen, se puede afirmar que este transporte fue muy corto, de apenas unas decenas de metros. “Por tanto, Homo antecessor, si bien puede que no desarrollara su actividad dentro de la cueva, si es seguro que la desarrolló muy cerca de su entrada”, afirma Isidoro Campaña.

La descripción del contexto estratigráfico y sedimentológico presentado en este trabajo, titulado New interpretation of the Gran Dolina-TD6 bearing Homo antecesor deposits through sedimentological analysis, servirá de base para los futuros estudios arqueológicos, paleontológicos y antropológicos de esta unidad.

Fuente: cenieh.es | 7 de octubre de 2016

El Museo de Arte Ibero de Jaén abrirá parcialmente en mayo de 2017 con "una gran exposición"

Museo Arte Ibero de Jaén

“Un gran museo no se puede hacer con prisas sino con cautelas”. Esta frase de la secretaria general de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, María del Mar Alfaro, el 19 de mayo de 2015, fue una de las penúltimas excusas de la Junta de Andalucía para los retrasos en la finalización de un museo que se comenzó a gestar hace casi veinte años, en 1998. La primera piedra se puso hace siete años, en 2009, y estaba previsto en un principio que se finalizase hace cuatro, en 2012, tras varias fechas la última es que las obras acabarán el próximo 15 de noviembre y el Museo se abrirá en el primer trimestre de junio de 2017 con una gran exposición temporal.
Han sido muchas las fechas que se han ido dando a lo largo de los años, precisamente en esa comparecencia de 2015, de María del Mar Alfaro, aunque evitaba hablar de plazos, sí apuntaba que las obras del edificio concluirían a finales de 2015 y en otoño estaría el plan museológico definitivo.
La realidad es otra. Este mes de julio las obras estaban al 92 por ciento de ejecución y se trabajaba en la electricidad, la fontanería, el microterrazo, la urbanización, la albañilería, pintura y tabiquería, esperando que el edificio pudiera estar finalizado durante el verano.

Casi, casi, pero no. Hoy mismo, el secretario general de Cultura de la Junta de Andalucía, Eduardo Tamarit, ha asegurado que las obras se encuentran al 95 por ciento y que esperan tener la licencia de ocupación antes de que finalice el año.


De esta forma podrán ir preparando la apertura del edificio, tiendas, cafetería y una gran exposición, para finales de mayo o principios del mes de junio. Del contenido de esa exposición se está encargando el director del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, Arturo Ruiz, que ha avanzado que son piezas de varios museos andaluces y alguna pieza importante del Arqueológico Nacional.

De forma paralela se trabaja en el proyecto museográfico del Museo, de su exposición permanente, para lo que ya se han realizado las peticiones oportunas al Ministerio de Cultura y se está en negociaciones con él.

Nadie pone en duda que el museo abrirá sus puertas. Y que cuando lo haga se convertirá, según aseguraba hace unos días Arturo Ruiz, en “el único museo que va a existir en el mundo de este tipo” y que “será una novedad extraordinaria”, porque no hay otro que explique la cultura ibera en un solo lugar.

Para Ruiz el edificio que se está construyendo “es un buen continente”, un buen espacio donde se puede dar una visión arqueológica de lo que fue esta cultura, de la que se ha descubierto mucho en los últimos años, sobre sus ritos, su vida cotidiana, la guerra…

Estado de una de las fachadas del Museo de Arte Ibero en una fotografía de archivo.

Un poco de historia

Los terrenos donde se construye el Museo de Arte Ibero fueron comprados en 1927 por la Diputación Provincial de Jaén al Ayuntamiento de la ciudad para ser cedidos al Estado y que éste construyera una prisión. Esa huerta, situada entonces a las afueras de la capital jiennense, se convirtió en un lugar que vivió un episodio especial en los primeros años de la posguerra, al acoger a miles de presos no solo de la provincia sino también de Sevilla, Granada y Córdoba, llegándose a registrar alrededor de 4.000 reclusos donde la capacidad no llegaba a cien.

En 1991 se inaugura una nueva prisión a cinco kilómetros de la ciudad y el edificio de la antigua prisión comienza a ser abandonado y objeto de pugna por las administraciones. Por un lado el Estado preveía su subasta y por otro la Diputación pide su reversión tal y como se establecía en la cesión en 1927. El litigio, que comienza en 1995, llega incluso al Supremo mientras las distintas administraciones entablan su propia lucha política, dependiendo del partido que gobierne en ese momento en cada institución.

Pancarta reivindicando el edificio de la antigua prisión para el museo /Amigos de los Iberos

principios de 1998 el entonces presidente de la Diputación, Felipe López, expone la idea de construir un Museo Ibero y apunta como lugar ideal la antigua prisión. La entonces consejera de Cultura, Carmen Calvo, se erige también en defensora de esta propuesta e incluso a título personal apoya cuantas iniciativas propone la recién creada Asociación Amigos de los Iberos. Hasta ve con buenos ojos una ocupación del edificio para presionar en su reversión, “tener que asaltar un edificio para conseguir una ocupación del edificio” y se viste de ibera en una de las concentraciones. Villancicos, recogidas de firmas, velas, antorchas, concentraciones los sábados, escaladores, todo es poco para conseguir un lugar de morada a los restos ibéricos.

En el verano de 2005 se firma finalmente el acta que pone a disposición de la Junta de Andalucía el inmueble de la antigua cárcel. Unos meses antes, en diciembre de 2004, el Ayuntamiento había recibido del Ministerio de Economía y Hacienda (entonces dirigido por Cristóbal Montoro) la titularidad de los terrenos. Finalizando con un tema que fue arma arrojadiza durante tres años entre el gobierno autonómico (PSOE) y el central (PP).

Miembros de la Asociación Amigos de los Iberos pidiendo el reinicio de las obras/Europa Press

Concurso fallido y demolición del edificio

Mientras se pedía el edificio para construir el museo y de dirimían las disputas políticas a propósito del mismo, ya se había comenzado a pergeñar su diseño. Para ello, en 2003, se celebró un concurso internacional de ideas, presidido por el arquitecto Rafael Moneo, y que ganó el estudio madrileño Solid Arquitectura. A ellos le encargó el proyecto la Junta de Andalucía en 2004, pero esto también ha acabado en los tribunales. En 2007 la Junta rescindió el contrato por incumplimiento del pliego de condiciones y se adjudicó a otra empresa.

Por otro lado, el edificio no aguantó el paso del tiempo, o las obras contiguas de un aparcamiento subterráneo y las grietas aparecidas en sus muros obligaron a derribarlo por vía de urgencia en 2006. Nuevos retrasos que hicieron que hasta el 31 de julio de 2007 no comenzasen las obras de limpieza y replanteo del solar. La primera piedra de este nuevo edificio, la colocaban el 3 de septiembre de 2009, la entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, y Gaspar Zarrías (entonces secretario de Estado de Cooperación Territorial). La finalización de las obras estaba prevista para el 2012.

“Razones técnicas” y una nueva modificación del proyecto, obligaron a paralizar las obras, cuando se encontraban al 55 por ciento de ejecución, en mayo de 2012. No volverían a retomarse hasta noviembre de 2014. Además el presupuesto inicial de la obra de 18 millones de euros se ha ido incrementando hasta alcanzar los cerca de 30 millones.

Estado de las obras del Museo de Arte Ibero, en una imagen de archivo de finales de 2015.

Imagen del interior del edificio recogida en el proyecto del museo

Un museo único


El Museo de Arte Ibero de Jaén albergará alrededor de 3.500 piezas. La mayoría de los fondos pertenecen a los conjuntos escultóricos ibéricos que se encuentran en el Museo Provincial, como el de Cerrillo Banco (Porcuna), y El Pajarillo (Huelma), pero también hallazgos más recientes, como los de la necrópolis de Piquía (Arjona) o de la Batallas de Baecula. O miles de piezas catalogadas y archivadas en los fondos del Museo provincial ante la falta de espacio para su exposición.

Fuente: eldiario.es | 11 de octubre de 2016

Descubren huellas humanas de entre 5.000 y 19.000 años de antigüedad en Tanzania

Las marismas a la sombra del volcán Ol Doinyo Lengai capturaron un enorme tesoro de huellas humanas antiguas. FOTOGRAFÍA DE ROBERT CLARK, NATIONAL GEOGRAPHIC.

A 15 kilómetros del volcán de los Masai, llamado la "montaña de Dios", un equipo de investigadores ha catalogado un espectacular y raro hallazgo: un enorme conjunto de huellas humanas bien conservadas en el barro de unos 5.000 y 19.000 años de antigüedad.

Las más de 400 huellas, que cubren un área ligeramente más grande que una cancha de tenis, se entrecruzan en la marisma de Engare Sero, en la orilla sur del lago Natron, en Tanzania. Ningún otro sitio de África tiene tantas huellas antiguas de Homo sapiens, lo que constituye un valioso tesoro para los científicos que tratan de desvelar la historia de los primeros tiempos de la humanidad.

Algunas de las huellas parecen mostrar a la gente corriendo por el barro, manteniendo un ritmo de unos 7,5 kilómetros por minuto. Otras relacionan a una persona con un extraño dedo gordo del pie, posiblemente fracturado.

Sin embargo, algunas huellas sugieren que, alrededor de una docena de personas, la mayoría mujeres y niños, atravesaban la marisma juntos hacia el suroeste hacia zonas desconocidas. El barro lo registraba todo, incluyendo las minúsculas gotas sucias que caían de sus pies con cada paso que daban y la pregunta que nos hacemos es ¿De que huían?

"La primera vez que fuimos allí, recuerdo que al salir del vehículo se me saltaron las lagrimas", dice Cynthia Liutkus-Pierce (derecha), geóloga de la Universidad Estatal de los Apalaches y representante de National Geographic, quien dirigió la investigación.

"Los orígenes humanos es de un gran interés para mí: de dónde venimos y por qué somos lo que somos. Definitivamente, fue muy emotivo ver nuestra propia historia a través de estas huellas".

Las huellas de Engare Sero se agregan a un catálogo muy exclusivo de pisadas humanas que han resistido al paso del tiempo. El enclave de Willandra Lakes, en Australia, por ejemplo, tiene 700 huellas fósiles de hace unos 20.000 años. Y dos sitios en la costa de Sudáfrica tienen huellas de Homo sapiens datadas en nada menos que en 120.000 años.

En Laetoli -otro lugar en Tanzania, a unos 100 Km al suroeste de Engare Sero- hay incluso huellas de 3,6 millones de años de antigüedad, posiblemente hechas por un ancestro humano, el Australopithecus afarensis, un descubrimiento parcialmente financiado por la National Geographic Society.

Engare Sero es emocionante debido a la cantidad y diversidad de las huellas encontradas, las cuales ofrecen una llamativa y detallada instantánea de lo que era la vida para nuestros antepasados en África.

"Es un sitio muy complicado", dice William Harcourt-Smith (izquierda) un paleoantropólogo de la Universidad de Nueva York y miembro del equipo de Liutkus-Pierce. "Hay una zona donde se agrupan tantas huellas, que lo hemos apodado el 'salón de baile', dado que nunca hemos visto tal número de ellas en un mismo lugar. Es completamente de locos".



Siguiendo el rastro

El enclave de Engare Sero -y los investigadores que lo estudiaron- debe mucho a Ol Doinyo Lengai, el volcán que se cierne sobre el lago Natron. Su cúspide tiene 2.960 metros de altura y es conocido por su extraña lava fluida y plateada; es un lugar de peregrinación para los pastores Masai, quienes viajan hasta el mismo para rogar a su dios Engai por la lluvia, el ganado y los niños.

Oportunamente, este moderno lugar de peregrinación también capturó el deambular de los antiguos seres humanos. Liutkus-Pierce y su equipo piensan que el lodo de ricas cenizas que contiene las huellas originalmente lavó los flancos del volcán Ol Doinyo Lengai, provocando en su camino hacia abajo la formación de marismas.

En cuestión de horas o días, la superficie de lodo se secó, conservando las huellas en una corteza agrietada. Luego un flujo de residuos enterró las huellas hace por lo menos 10.000 o 12.000 años, sepultándolas durante milenios.

Un habitante de la zona, Kongo Sakkae, encontró algunas de las huellas en el año 2006, pero el lugar no llamó la atención de los científicos hasta 2008, cuando el conservacionista Jim Brett (derecha), con sede en Pennsylvania, se detuvo en el campamento Tented del lago Natron, a tan sólo unos pocos cientos de metros de las huellas.

Sorprendido por lo que vio, Brett hizo tantas fotografías de las huellas como pudo y decidió enviárselas a una científica de confianza: Liutkus-Pierce, a quien había conocido cuando ella era una investigadora postdoctoral.
El problema fue que Brett escogió el peor día posible para llamarla.

"Fue en abril, el día de los inocentes, no es broma", dice Liutkus-Price. "Me llamó y dijo: 'Creo que he encontrado algunas huellas de homínidos muy interesantes'. Y le dije, 'Jim, ¿puedes llamarme mañana, y así sabré que esto no es una broma?"


Varios días después, Liutkus-Pierce vio las fotografías de Brett y quedó asombrada por la calidad de conservación de las huellas. En poco tiempo reclutó a un equipo de científicos, incluyendo a su amiga y ex compañera de clase, la paleoantropóloga Briana Pobiner (izquierda), del Programa Orígenes Humanos de la Smithsonian Institution.

"Estuve encantada al ver el alcance del proyecto, pues los sitios con huellas humanas son muy raros, y ha sido emocionante estar involucrada en el trabajo de uno de ellos", escribió Pobiner en un correo electrónico. "El gran número de huellas que fueron creadas, esencialmente al mismo tiempo, nos permite investigar de modo directo los aspectos sociales de la vida de estos antiguos seres humanos".

Un sorprendente camino escabroso

Pero desbloquear los secretos de Enagare Sero -en particular, establecer cuándo los humanos caminaron a través del barro- se demostró como un enorme desafío, tal como el equipo explica en un estudio publicado recientemente en Palaeogeography, Paleoclimatology, Paleoecology.


Puedes ver el vídeo en este enlace sobre los eventos que crearon y conservaron las antiguas huellas humanas descritas.

Originalmente, Liutkus-Pierce y su equipo pensaron que el lodo que capturó las huellas comenzó siendo ceniza caída después de que el volcán Ol Doinyo Lengai entrara en erupción. Si eso fuera cierto, la ceniza tendría esencialmente la misma antigüedad que las huellas, un enfoque que inicialmente sugería que las mismas tendrían cerca de 120.000 años. El equipo anunció esta posible datación en una conferencia en 2011, elevando el interés general, pero también suscitando cierto debate sobre tal interpretación.

Sin embargo, una vez que el equipo se dio cuenta de que las cenizas había sido llevadas a Engare Sero por el agua, la determinación de la antigüedad de las huellas se transformó en una búsqueda de los cristales más jóvenes del barro, los cuales pondrían un límite a la antigüedad del lugar que podría ser razonable.

Una concha hallada en el lodo, por encima de las huellas, ayudó al equipo a determinar la datación más temprana posible de la gama temporal considerada, en última instancia, la colocación de las huellas en un periodo más conservador, entre 5.000 y 19.000 años de antigüedad.

"No es un logro fácil encontrar una solución al problema -la datación del lugar-, pero al menos ellos tienen algunas cosas con las que pueden trabajar", dice Craig Feibel (derecha), de la Universidad de Rutgers, un experto en geología sedimentaria que no participó en el estudio. "Los sedimentos volcánicos pueden ser muy, muy difíciles, así que creo que hicieron un buen trabajo con ellos".

Aún así, la demora en obtener la datación del lugar había puesto de los nervios al equipo, e incluso ahora que los geólogos han reducido las dataciones y el análisis de los antropólogos se mantiene estancado.

Además, a principios de 2016, los investigadores quedaron sorprendidos por los informes de que un miembro del equipo, Brian Richmond (izquierda), estaba bajo investigación por acosar presuntamente a una asistente en una conferencia el pasado 2015. El Museo Americano de Historia Natural, para el que trabaja Richmond, abrió una investigación independiente todavía se encuentra en desarrollo, según confirmó el museo en un comunicado. En informes anteriores, Richmond ha mantenido su inocencia en todo momento.

Liutkus-Pierce dice que a ella Richmond nunca la ha acosado, y que el trabajo de campo en Engare Sero fue "una experiencia maravillosa", realizada sin incidentes. Richmond figura en el listado de co-autores del estudio recientemente publicado.

En pos del siguiente paso

Ahora que los investigadores han publicado su estudio de la enigmática geología de Engare Sero, Pobiner y Harcourt-Smith tienen la esperanza de que el análisis paleoantropológico no se retrase. Los investigadores dicen que se parecerá a la presentación que hicieron en 2012 de sus primeros resultados, en la cual identificaron al menos 24 huellas, algunas posiblemente de personas corriendo, y las de un grupo de más de doce personas que se trasladaban juntas.

Liutkus-Pierce también está estudiando la manera de preservar Engare Sero a largo plazo, una necesidad llevada a casa debido a las huellas producidas por los neumáticos en el lugar cuando el equipo llegó por primera vez.

Por ahora, el gobierno de Tanzania ha acordonado el lugar con alambres de púas. Pero incluso, en el peor de los casos, los futuros científicos serán capaces de ver lo que Liutkus-Pierce vio hace ocho años. Con la ayuda del Smithsonian Institute, el equipo ha creado escaneos en 3D de la totalidad de Engare Sero, incluído el "salón de baile" y demás.

"Dios no quiera que algo le pase a este sitio", dice Liutkus-Pierce, "pero, si ocurre, al menos
tenemos la capacidad de replicar las huellas en impresión 3-D".

Fuente: National Geographic | Por

El jesuita vasco que acuñó el término «Hispanidad»



Monseñor Vizcarra, autor también de un catecismo en euskera («Cristiñavaren Jaquinbide Labustua»), encontraba «perfecta analogía entre la palabra 'Hispanidad' y otras dos voces que usamos corrientemente: 'Humanidad' y 'Cristiandad», según escribió en «La Lectura dominical» el 7 de diciembre de 1929.
Hispanidad, continuaba el obispo, «significa, en primer, lugar, el conjunto de todos los pueblos de cultura y origen hispánico diseminados por Europa, América, África y Oceanía» y «expresa, en segundo lugar, elconjunto de cualidades que distinguen del resto de las naciones del mundo a los pueblos de estirpe y cultura hispánica».
«Si tuviéramos personalidad para ello, pediríamos a la Real Academia que adoptara estas dos acepciones de la palabra 'Hispanidad' que no figuran en su Diccionario», para así poder «reemplazar ventajosamente el vocablo "raza" que, como escribía yo en la mima revista, me parecía «poco feliz y algo impropio».
Por entonces la palabra «hispanidad» aparecía en el Diccionario de la Real Academia como «f., ant. Hispanismo» y hasta 1939 no incluyó la nueva definición de «f. Carácter genérico de todos los pueblos de lengua y cultura española», modificado después como «lengua y cultura hispánica» y a la que acompaña desde 1944 una segunda de «f. Conjunto y comunidad de los pueblos hispánicos».
El artículo de «La 

El concepto de la «Hispanidad», defendía monseñor Vizcarra en un extenso escrito publicado en El Español en 1944, «no incluye ninguna nota racial que pueda señalar diferencias», sino que «es un nombre de "familia", de una gran familia de veinte naciones hermanas, que constituyen una unidad superior a la sangre, al color y a la raza de la misma manera que la 'Cristiandad' expresa la unidad de la familia cristiana, formada por hombres y naciones de todas las razas, y la 'Humanidad' abarca sin distinción a todos los hombres de todas las razas, como miembros de una sola familia humana. Es una denominación que a todos honra y a nadie humilla».
Su propuesta fue recogida por Ramiro de Maeztu, embajador de España en Buenos Aires hasta 1931, que ese mismo año publicó en la revista «Acción Española» su «Defensa de la Hispanidad». El nuevo nombre fue reemplazando paulatinamente al de la Raza en España (aunque no en América) hasta que un decreto de la Presidencia del Gobierno lo oficializó el 10 de enero de 1958.
La Ley 18/1987, de 7 de octubre, estableció el 12 de octubre como «Fiesta Nacional de España», sin aludir en ningún momento a la raza o la hispanidad, y justificando la celebración del 12 de octubre porque «simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los Reinos de España en una misma Monarquía,inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos».
Fuente: abc.es

Atrapa en tu móvil los espectaculares vasos griegos del Museo Arqueológico Nacional

Néstor F. Marqués muestra uno de los vasos griegos digitalizados en el laboratorio de la Academia de Bellas Artes - MAYA BALANYA.

Olvídense del «Pokémon Go» si lo que quieren es atrapar en su móvil lo mejor de la historia. Mejor que cazar monstruos virtuales es «atrapar» las piezas más valiosas y relevantes de nuestra cultura. Es algo que está empezando a hacerse con fines científicos, pero de lo que ya podemos disfrutar en las pantallas que llevamos con nosotros. Hay muy pocas instituciones en el mundo que dominen este juego, porque hay que manejar objetos muy delicados o demasiado grandes hasta convertirlos en fieles mapas de «bits». Y también porque hay problemas técnicos casi insalvables.

Pero en España ya se ha convertido en referencia mundial, por la innovación que está generando, la Real Academia de Bellas Artes. Hace un año creó unLaboratorio de Humanidades Digitales (LHD) desde el que se están explorando las nuevas maneras de aplicar la tecnología al patrimonio. Es el futuro. Con grandes resultados alcanzados. Y el primer gran ejemplo de tanta excelencia se ha logrado con un proyecto encargado por el Museo Arqueológico Nacional para digitalizar una de sus colecciones más bellas, financiado por Bolsas y Mercados Españoles.


A partir de hoy, el LHD de la Academia pone a disposición de los científicos y del público en general la primera colección temática cerrada en 3D. Se trata de los 30 vasos griegos más valiosos del Museo Arqueológico Nacional (MAN). Es visualmente espectacular y según comenta Nestor F. Marqués, responsable de la digitalización, ha sido el mayor desafío hasta ahora para el LHD. Primero porque se trata de objetos brillantes y una de las más difíciles pruebas a que se enfrenta este tipo de trabajos es a generar un objeto tan exacto como creíble.

Para lograrlo se emplea una técnica digna de efectos especiales de Hollywood. En realidad es una batería de técnicas: polarización, iluminación cruzada... hasta crear el método científico específico.

«Hemos resuelto el fallo que tenían las técnicas 3D con los objetos brillantes. En el campo comercial suele elimiarse el brillo con sustancias, pero en el patrimonio no se puede correr ningún riesgo por el valor de las piezas», añade Marqués, que trabajó codo con codo con Paloma Cabrera, jefa del departamento en el MAN, directora del proyecto que ya se puede disfrutar en sala.


En algunos casos el brillo es como un espejo y ese método se ha consolidado a lo largo de este trabajo, tanto por la calidad geométrica de las digitalizaciones como por la manera exacta de mostrar la textura. Una idea sobre estos detalles la da el hecho de que estos trabajos reproducen incluso el volumen de la capa pictórica, que es menor a un milímetro. Tal es la exactitud que se pone a disposición de los estudiosos a partir de ahora. Desde el ordenador, situados en cualquier lugar del mundo, pueden realizar mediciones o investigar con un detalle que ni el contacto con la pieza original les puede ofrecer.


El LHD ha escaneado en su primer año desde pequeñas figuritas de marfil a iglesias románicas, como la Vera Cruz (Segovia); desde diminutas monedas romanas hasta el puente de Manterola, en Cádiz, de más de 200 metros de altura y que ahora se expone -digitalmente atrapado- en las salas del Museo de la Academia de Bellas Artes.

No hablamos de una foto, sino de fotogrametría, una técnica nacida para documentar yacimientos arqueológicos que mezcla miles de imágenes geoposicionadas (con sus coordenadas exactas), fotos que después un potentísimo ordenador engulle y «renderiza» con software de código abierto. El resultado es un objeto digital perfectamente fiel, que puede moverse, medirse, estudiarse y perder capa tras capa para conocer hasta el último secreto de su estructura o dimensión.


Así que desde hoy en la sala 36 del MAN el público encontrará una pantalla táctil con los vasos digitalizados. También se encuentran en la web del museo (www.man.es) y por supuesto en la página sketchfab.com/MAN, la plataforma de visualización tridimensional. Desde allí, también podemos cargar todos estos vasos griegos en nuestro móvil o tableta, compartirlos o incrustarlos en blogs o páginas web. El otro gran desafío ha sido que la imagen no perdiera calidad en ningún dispositivo, tenga la potencia gráfica que tenga. Antes solo se podía ver una cara de la mayor parte de los vasos expuestos, pero desde ahora se les puede mover, acercar, ampliar con un detalle maravilloso, en los 360 grados.


«El escáner láser está muerto», sentencia Marqués. Ese equipo, con el que la Academia digitalizó en Pompeya la Casa de la Diana Arcaizante, costaba entre veinte y cien mil euros. Ahora, con una cámara de 2.000 euros se puede hacer ese mismo trabajo. De hecho se está trabajando en objetos de esa domus pompeyana.


Los vasos elegidos son de diferentes tamaños. Hay piezas de un metro y medio de alto y otras de treinta o cuarenta centímetros de altura, como la última adquisición del MAN, que se ha digitalizado antes de exponerse. Proceden de las colecciones Real, del marqués de Salamanca y de Várez Fisa, fundamentalmente. Incluyen piezas como la copa de Aison, el célebre pintor del siglo V a. C., con escenas de la muerte del Minotauro; un ánfora panatenaica, que se otorgaba al vencedor de los juegos, o una ánfora «bilingüe», así llamada porque tiene figuras rojas en un lado y negras en el reverso.



El equipo impulsado por el académico José María Luzón, integrado en la Academia gracias al director Fernando Terán, tiene nuevos proyectos. En todos busca un sentido al uso de la tecnología en el patrimonio. La respuesta, en el MAN desde hoy.

Pompeya, Madrid y México unidos en una aventura gráfica en homenaje a Carlos III

El siguiente desafío del Laboratorio de Humanidades Digitales es la exposición de la Academia de Bellas Artes en homenaje a Carlos IIIque se inaugurará el próximo diciembre. Siendo Rey de Nápolesimpulsó la excavación de Pompeya y Herculano. Venido a España se hacía traer copias de las piezas halladas junto al Vesubio, vaciados de escayola que la Academia aún conserva y expone. En esa exposición Pompeya, a través del Museo de Nápoles, estará unido con las Academias de San Fernando en Madrid y San Telmo en México gracias a la tecnología de una manera espectacular.

El visitante de la exposición de la Academia verá el vaciado de Carlos III en la sala, y a sus pies una tableta con el original de Nápoles digitalizado. Pero después de la muestra será invitado, congafas HTC Vive (habrá unas cuantas pero si no quiere esperar podrá usar su propio móvil) a acompañar a un arqueólogo del siglo XVIII. Una gruta en la lava le permitirá descubrir frescos, mosaicos y piezas en la incipiente exavación a la luz de una linterna. Después verá los vaciados que viajaron a España para el Rey y las copias que encargó el propio Carlos III para Nueva España. Estará en el patio de San Telmo, digitalizado para la ocasión, cuando lleguen en uno de los viejos navíos de Indias.