Arqueólogos descubren la tumba de una alta funcionaria en las inmediaciones de las pirámides de Giza

Aunque este no es el primer hallazgo de este tipo que se lleva a cabo en Egipto, el equipo arqueológico ha subrayado la importancia del mismo, dado que en el tiempo de los faraones las mujeres eran enterradas en la misma tumba que su esposo, salvo las pertenecientes a la familia real, que gozaban del privilegio de recibir sepultura de manera individualizada. | Fuente: EFE




Se llamó Hetpet y fue una alta funcionaria que recorrió los pasillos de la corte faraónica a finales de la dinastía V (2498-2345 a.C.). Una misión de arqueológos egipcios ha desvelado este sábado su tumba con bellas y coloridas pinturas murales a un tiro de piedra de las majestuosas pirámides de Giza, entre las últimas maravillas del mundo antiguo en pie.

"La tumba no había sido descubierta hasta que el pasado octubre una misión egipcia comenzó la excavación en el cementerio occidental de Giza", ha declarado el ministro de Antigüedades egipcio Jaled el Anani (izquierda) en una rueda de prensa celebrada este sábado a unos metros del nuevo enterramiento hallado en la necrópolis faraónica de Giza.

Hasta la fecha, la única pesquisa que señalaba la presencia de la sepultura fuera la localizada en 1909 por un explorador británico a partir de unos bloques de su entrada, enviados a Berlín y Frankfurt. El cementerio había sido excavado por sucesivas misiones arqueológicas desde 1843, entre ellas, una dirigida por el mediático arqueólogo egipcio Zahi Hawas.
Según Mustafa al Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades y responsable de la expedición, la tumba albergó el descanso eterno de Hetpet, una alta funcionaria del palacio real de cuya biografía apenas quedan certezas.

La tumba fue hallada en una zona próxima a las Pirámides de Guiza, al suroeste de El Cairo, la capital del país. | Fuente: EFE

Tan solo las que proyecta el mapa del lugar en el que arrancó su vida de ultratumba, con elementos arquitectónicos característicos de la dinastía en la que desarrolló su existencia. El lugar presenta un corredor que conduce hasta un santuario en forma de L con una especie de lavabo para la purificación. En el extremo oeste se ubica una arcada rectangular con incienso y ofrendas. El equipo ha rescatado la miniatura de un barco que ha extraviado la estatua de la propietaria de la tumba.



Uno de los tesoros de la sepultura se preserva aún en sus muros, decorados con "pinturas en muy buen estado de conservación" que dibujan a Hetpet en diferentes escenas de caza y pesca o sentada ante una amplia mesa de ofrendas recibiendo las dádivas de sus hijos. "Aparecen estampas de la cosecha de frutas, la fundición de metales o la fabricación de cuero y papiros, así como actuaciones musicales y baile", ha detallado El Waziri.


Una de las escenas más singular de la tumba muestra a dos monos -consideradas mascotas en aquel período- en diversas posiciones. En la primera de las estampas, el simio recolecta fruta mientras que en la segunda danza en frente de una orquesta. Un repertorio similar al desenterrado en otras tumbas del antiguo Egipto que datan de diferentes periodos históricos.


"Es el primer hallazgo anunciado en 2018", ha indicado El Anani prometiendo nuevas sorpresas en una Egiptología que guarda aún infinidad de enigmas. Precisamente esta semana las autoridades egipcias han lanzado el -a su juicio- "definitivo" escaneado de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, en la orilla occidental de Luxor, a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo.


En 2015 un egiptólogo británico sugirió la existencia de dos oquedades ocultas en los muros oeste y norte de la sepultura. Según su tesis, uno de los espacios albergaría la cámara funeraria de la esquiva Nefertiti. Durante los meses siguientes, Egipto permitió una sucesión de escaneados rodeados de una intensa expectación mediática que acabaron en fiasco. El año pasado, en una entrevista a EL MUNDO, el ministro ya avanzó que, después de meses de sigilo, barruntaban reanudar la búsqueda. "El proyecto no ha sido cancelado pero prefiero tratar con instituciones científicas. Nos llegó una propuesta seria desde Italia. El comité permanente la estudió y ha sido aprobada", desveló.


Esta semana un equipo de la Universidad Politécnica de Turín ha iniciado un examen de radar que persigue "completar los resultados hasta ahora inconclusos así como verificar los espacios vacíos detrás de las paredes oeste y norte". El trabajo se prolongará durante una semana. "Los resultados serán estudiados y analizados", han indicado las autoridades. "Hay muchísimo pendiente de descubrir. Nadie puede proporcionar un número aproximado. Hay zonas especialmente ricas como el delta del Nilo", murmuró el ministro a este diario.

Fuentes: elmundo.es | rpp.p| 3 de febero de 2018

Las “sofisticadas” armas mortales de hace 14.000 años

Investigadores de la Universidad de Washington (Seattle) recrearon antiguas puntas de proyectiles para probar su efectividad. De izquierda a derecha: piedra, microcuchilla y punta de hueso. Janice Wood.

No hay mejor forma para saber la calidad de algo que utilizándolo. Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington querían saber si las armas de los cazadores recolectores de la época final del Pleistoceno (hace entre 14.000 y 10.000 años) eran especialmente buenas. Así que decidieron reconstruir las herramientas con las que cazaban a sus presas y se han encontrado que eran mucho más “sofisticadas” de lo que se podía esperar.

Los antropólogos Janice Wood (izquierda) y Ben Fitzhugh (derecha) señalan, en un artículo publicado en el Journal of Archaeological Science , que los distintos tipos de proyectiles que se usaban en aquella época en el Ártico (en territorio de lo que hoy en día es Alaska) tenían una efectividad excepcional, sobre todo teniendo en cuenta la tecnología de la época.
”Los cazadores recolectores de hace 12.000 años eran más sofisticados de lo que esperábamos”, asegura Fitzhugh en un comunicado. “Nunca habíamos pensado que tuvieran ese tipo de sofisticación. Tenían una comprensión muy completa de las diferentes herramientas y las mejores armas para las diferentes condiciones de presa y disparo“, añade.

Fitzburgh y Wood tuvieron que convertirse en una especie de detectives históricos para hallar tantas muestras distintas de puntas de flecha como pudieran para poder comparar su eficiencia. Decidieron estudiar el primer registro arqueológico de Alaska, que data de una época posterior a la Edad de Hielo (que comenzó hace 110.000 años y finalizó hacia el 10.000 a.C. y fue la última de las cuatro glaciaciones del Pleistoceno).

En ese momento histórico, además de recolectar plantas y bayas, los grupos nómadas cazaban caribús, renos y otros animales, generalmente usando lanzas, dardos o arcos y flechas. Como la madera no se ha preservado, las distintas armas se diferencian en el registro arqueológico básicamente por sus diferentes puntas de piedra y hueso.

Un grupo de caribús de Alaska (iStockphoto)

Con el hándicap de no contar con ningún estudio balístico previo sobre las armas usadas en Siberia y en las zonas árticas de América del Norte y sin saber, tampoco, si los diferentes tipos de puntas se asociaron solo con ciertas tribus que se habrían especializado en tipos muy particulares de caza.
Los antropólogos de la Universidad de Washington se centraron en las puntas rudimentarios hechas de hueso afilado, asta o marfil; las puntas de piedra más intrincadas y escamosas conocidas popularmente como “puntas de flecha”; y una punta compuesta de hueso o cornamenta con micro-cuchillas de piedra con forma de hoja de afeitar incrustadas alrededor de los bordes.

“Se acepta que diferentes tipos de puntas se desarrollaron en África y Eurasia y se llevaron a Alaska antes del final de la Edad de Hielo. Estos tres modelos probablemente fueron inventados en momentos diferentes pero se mantuvieron en uso en la misma época, cada una con sus ventajas”, afirma Janice Wood.

La investigadora viajó hasta Fairbanks (Alaska) para montar un pequeño taller de reconstrucción de armas. Allí diseñó 30 proyectiles, 10 de cada tipo, tratando de utilizar los mismos materiales que en la prehistoria. Buscó madera de álamo y la fijó a las diferentes puntas con un adhesivo hecho a base de alquitrán de abedul. Los antiguos habitantes de Alaska usaban atlatls (una especie de tirador), pero Wood se decantó por un arco de arce para disparar las flechas con mayor control y precisión.

Para la punta de hueso, modelada a partir de una punta de marfil de hace 12.000 años encontrada en Alaska, la antropóloga molió un hueso de vaca. Para la punta de piedra, usó un martillo para golpear la obsidiana en escamas y luego las formó en puntas modeladas a partir de una muestra de hace 13.000 años. Y para la punta de micro-cuchilla (reflejo de un raro resto arqueológico de hace 8.000 años), Wood usó una sierra y papel de lija para moler los cuernos de un caribú.


“Los cazadores de ese período fueron lo suficientemente sofisticados como para reconocer cuál era la mejor punta para usar en cada ocasión. Trabajaban en grupos y necesitaban completar cacerías con éxito y en el menor tiempo posible para evitar riesgos”, argumenta la investigadora.
Las puntas óseas perforaban con eficacia, la piedra provocaba una mayor incisión y la micro-cuchilla era mejor generando heridas laceradas. “Tenía que ver con el animal en sí. Los animales reaccionan de manera diferente a las distintas heridas. Y hubiera sido importante para estos cazadores nómadas derrotar al animal de manera eficiente. Estaban buscando comida“, añade.


”Nuestros antepasados ​​-dice Wood- pensaban en la eficacia y la eficiencia, lo que pudo haber influido en los animales a los que apuntaban. Un animal que era más fácil de matar quizás fue atacado con mayor frecuencia, lo que podría, junto con los climas cambiantes, explicar por qué animales como el caballo desaparecieron del Ártico. Un disparo al pulmón era letal para los primeros équidos. Un caribú, en cambio, podía seguir huyendo”.

Fuente: lavanguardia.com | 1 de febrero de 2018

Herramientas halladas en la India replantean la evolución de la tecnología lítica prehistórica

Herramientas del Paleolítico medio halladas en el yacimiento de Attirampakham, al sureste de India - Centro Sharma para la Educación del Patrimonio (India)

Hace unos 1,7 millones de años, los homínidos, los antepasados y parientes del hombre moderno, comenzaron a salir del continente africano en diversas oleadas. Los pasos incansables de estos seres, humanos arcaicos con rasgos similares a los neandertales y otras especies anteriores a Homo sapiens, les llevaron a internarse en Europa y en el enorme continente asiático. Los restos que han llegado hasta nuestros días indican que, hace unos 400.000 años, estos humanos adquirieron nuevas capacidades cognitivas en el viejo continente y África, porque comenzaron a fabricar herramientas más sofisticadas y a cambiar su modo de vida. Ocurrió un gran cambio cultural, que se identifica con la transición del Paleolítico inferior al medio.

Ayer, un estudio publicado en la revista Nature, reescribió algunos aspectos de este importante cambio social. Una investigación dirigida por Shanti Pappu (izquierda), científica en el Centro Sharma para la Educación del Patrimonio (India), ha encontrado herramientas que prueban que esta transición también ocurrió en India hace unos 385.000 años, mucho antes de los 125.000 años que se barabajan hasta ahora. Esto sitúa a esa región de Asia en el mismo marco temporal que África o Europa.
«Hemos mostrado que el origen y la evolución del Paleolítico Medio en India es más compleja y antigua de lo que se ha asumido hasta ahora», explica a ABC Shanti Pappu. «No estamos seguros de quiénes eran los fabricantes de esas herramientas, pero nuestros hallazgos desafían a los modelos simplistas que explicaban este proceso».

Una revolución cultural

Aquellos homínidos que dejaron África hace 1,7 millones de años tenían una tecnología propia: la llamada industria lítica achelense. Tallaban grandes lascas de piedra y bifaces simétricos. Pero los restos encontrados en Europa y África indican que mucho tiempo después, y gradualmente, comenzaron a usar otra tecnología más sofisticada: el «método Levallois».
«En general, entonces desaparecen las grandes lascas de piedra y los bifaces», aclara a ABC Antonio Rosas (derecha), paleoantropólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).

Esa transición al «método de Levallois» está relacionada con un nuevo modo de pensar: «Desde ese momento, se van tallando núcleos de piedra con la finalidad de obtener formas concretas que se tienen en mente. Esto implica que hay un mecanismo mental de preparación mucho más sofisticado», explica. Además, junto a estas nuevas herramientas, aparecieron nuevas estrategias de explotación de recursos, aumentó la densidad de población y en Europa se domesticó el fuego.
Las investigaciones han mostrado que ese cambio cultural y mental se extendió por el globo. Pero no queda claro si tuvo un origen común o si apareció por separado. Tampoco es evidente quienes fueron los humanos arcaicos que protagonizaron la transformación.

El estudio de Shanti Pappu ha intentado averiguar qué ocurrió en el sureste asiático. Para ello, analizaron más de 7.000 herramientas de piedra halladas en el yacimiento de Attirampakham, al sureste de India. Excavaron un sistema de trincheras de hasta nueve metros de profundidad y así, en cada capa, relacionaron los artefactos con un determinado momento. En general, los análisis mostraron que hubo una transición entre las dos tecnologías y que, probablemente, distintas especies con diferente cultura coexistieron.


Al analizar miles de herramientas de piedra y fechar las capas del suelo donde fueron encontradas, Pappu y sus colegas pudieron reconstruir cómo la tecnología cambió durante casi 2 millones de años. La línea de tiempo que se les ocurrió es la siguiente: entre 1,7 y 1,07 millones de años atrás, los homínidos que vivían en este lugar fabricaron hachas y cuchillas primitivas tallando grandes piedras para obtener una herramienta con un corte afilado. Luego, después de un período con pocos artefactos, hubo un cambio abrupto: entre 449.000 y 321.000 años atrás, las puntas y lascas Levallois -y los núcleos de donde provenían- tomaron mayor presencia, aunque persistieron algunas de las herramientas de piedra anteriores y toscas. Durante los siguientes 200.000 años, más o menos, estos homínidos mejoraron su técnica, ya que mejoraron aún más la elaboración de lascas, cuchillas, puntas y raspadores mediante la técnica Levallois.

Herramienta del Paleolítico medio hallada en el yacimiento de Attirampakham-Centro Sharma para la Educación del Patrimonio (India)

Un enigma por resolver

«Es un estudio relevante que indica que una de las transiciones culturales más importantes de la Prehistoria, el paso del Paleolítico inferior al medio, ocurrió mucho antes de lo que pensábamos en India», dice Rosas. «Tiene importantes connotaciones más allá, pero no rompe los modelos básicos ni hace que se caiga el edificio».

Según el paleoantropólogo, el estudio de Pappu indica que no fueron los humanos modernos, que salieron de África más tarde, los que llevaron la nueva tecnología hasta el sureste de Asia. Pero pudieron ocurrir dos cosas: o bien, hace unos 400.000 años, humanos arcaicos que usaban esa tecnología y que procedían de África y Europa viajaron hasta allá, o bien, los que ya había en la región experimentaron por su cuenta este cambio cultural y cerebral, al mismo tiempo que en otros lugares.

La semana pasada, un estudio publicado en Science y centrado en una mandíbula hallada en la actual Tierra Santa, adelantó la salida de África de los humanos modernos, Homo sapiens, hasta los 200.000 años de antigüedad. Tanto esta investigación como el trabajo de Shanti Pappu indican que estamos en un momento apasionante en el estudio de la evolución de la cultura humana.

Fuentes: abc.es | theverge.com | 31 de enero de 2018
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Herramientas de piedra halladas en la India sugieren una salida humana más temprana de África

Algunos artefactos típicos de las fases culturales del Paleolítico Medio en Attirampakkam. Crédito: Centro Sharma para la Educación del Patrimonio, India.

Solo una semana después de que los científicos informaran de evidencias que muestran que nuestra especie salió de África antes de lo que pensábamos, otro descubrimiento sugiere que tal fecha podría retrasarse aún más.

El Homo sapiens surgió en África hace al menos 300.000 años y marchó a colonizar el mundo. Los científicos piensan que hubo varias salidas de África, si bien no todas igualmente exitosas. El informe de la semana pasada sobre una mandíbula humana (derecha) mostró que algunos miembros de nuestra especie habían llegado a Israel entre 177.000 y 194.000 años atrás.

Ahora llega un descubrimiento de herramientas de piedra en la India que muestra un estilo que se ha asociado en otras partes con nuestra especie. Fueron realizados hace 385.000 años a 172.000 años atrás, mostrando evidencia de continuidad y desarrollo en ese tiempo. Ese punto de partida es mucho más temprano de lo que los científicos en general piensan sobre cuándo el Homo sapiens dejó África.

Este estilo de las herramientas halladas también se ha atribuido a los neandertales y posiblemente a otras especies. Por lo tanto, es imposible decir si semejantes herramientas fueron hechas por el Homo sapiens o por algún primo evolutivo, dicen los investigadores.

"Somos muy cautelosos en este punto, porque no se han encontrado fósiles humanos asociados con las herramientas", agregaron varios autores en un comunicado.
No está claro en qué medida el desarrollo de estas herramientas refleja la llegada de poblaciones o ideas de fuera de la India,o si fue un desarrollo local, dijo, Shanti Pappu del Centro Sharma para la Educación del Patrimonio en Chennai, India.


El estilo de fabricación de herramientas fue un cambio con respecto a las herramientas de piedra más antiguas que se encuentran en el lugar, e incluyen un cambio a lascas más pequeños, por ejemplo.

Michael Petraglia (izquierda), un arqueólogo especializado en la evolución humana en Asia, pero que no participó en el trabajo, dijo que no creía que las herramientas demostraran que nuestra especie había abandonado África hace tanto tiempo.

"Simplemente no lo compro", dijo Petraglia, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana en Jena, Alemania.

En cambio, dijo, él cree que uno de nuestros primos evolutivos en India desarrolló tal estilo de herramientas independientemente de la influencia externa. Las herramientas en el sitio al noroeste de Chennai, en el sudeste de la India, están estrechamente relacionadas con el estilo de fabricación de herramientas más antiguo y parecen representar una transición, dijo.

"La idea de que reflejan los conocimientos traídos de otros lugares sería difícil de probar en la India.
El país tiene pocos sitios arqueológicos bien estudiados y solo dispone de un hallazgo fósil de este período, de un precursor del Homo sapiens, asociado con el estilo anterior de fabricación de herramientas", afirma Petraglia.

Fuente: PHYS.ORG | 31 de enero de 2018

Primer estudio de los únicos fósiles conservados del hombre de Pekín

Dientes fósiles originales del Hombre de Pekín/Xing Song et al. CENIEH

Científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) forman parte del equipo que acaba de publicar en la revista Scientific Reports un artículo en el que se estudian por primera vez los restos fósiles originales que se conservan del Homo erectus pekinensis u hombre de Pekín. Se trata de seis dientes de hallados a mediados del siglo XX en el yacimiento del Pleistoceno Medio de Zhoukoudian (Pekín).

El material arqueológico y paleontológico (incluidos numerosos restos humanos) de este yacimiento chino declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO se perdió durante la Segunda Guerra Mundial, mientras se trasladaba a Estados Unidos.

En la actualidad, solo existen seis dientes originales, recuperados entre 1949 y 1959 y en 1966, cuya descripción y comparación es objeto de este trabajo liderado por Xing Song, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP) de Pekín, en el que también han participado María Martinón-Torres, directora del CENIEH y José María Bermúdez de Castro, coordinador del programa de Paleobiología de homínidos.

“Desde su pérdida, para llevar a cabo las investigaciones sobre los fósiles humanos hallados en el yacimiento durante la década de 1930, se han utilizado réplicas de escayola de muy mala calidad, así como las descripciones y dibujos que nos dejó el investigador Franz Weidenreich”, señala Bermúdez de Castro.

Reconstrucción facial forense de Homo erectus pekinensis. / Cícero Moraes / Wikipedia

Especie Homo erectus


Los fósiles humanos fueron atribuidos inicialmente por el antropólogo canadiense Davison Black a la especie Sinanthropus pekinensis. Más tarde, ya en la década de 1950, estos fósiles fueron incluidos en la especie Homo erectus.

Como explica Martinón-Torres, durante mucho tiempo se mantuvo la idea de que esta especie fue antecesora directa de la humanidad actual, y “todos los fósiles humanos encontrados en lo que denominamos el Lejano Oriente y en las actuales islas de Indonesia han sido atribuidos de manera sistemática a Homo erectus.

Varios estudios recientes han señalado diferencias entre todos estos fósiles, que se consideran como variaciones normales dentro de la especie. Según los autores de este artículo, existen similitudes entre los dientes de Zhoukoudian con los de otros yacimientos chinos de un periodo similar, pero también destacan las diferencias con otros dientes atribuidos tanto a Homo erectus como a otras especies de homininos de África y Europa.

Se espera que este trabajo abra las puertas de manera definitiva a una revisión de todo el material humano fósil del Lejano Oriente.

Fuente: SINC | 1 de febrero de 2018

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Dientes de Zhoukoudian y la historia ignorada del Lejano Oriente

Desde que los fósiles del famoso yacimiento de Zhoukoudian se perdieron en 1941 durante su traslado a Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, todos hemos tenido que referirnos a ellos a través de las descripciones y dibujos que nos legó Franz Weidenreich. Las réplicas de escayola realizadas antes de su lamentable pérdida tienen una calidad pésima y apenas se puede adivinar la forma de los restos. En particular, los detalles morfológicos de los dientes y de otras partes anatómicas no se pueden evaluar de manera correcta en estos moldes.

Dientes humanos del yacimiento de Zhoukoudian (Pekín). Fuente: Scientific Reports Imagen tomada por Xing Song.

Los fósiles humanos de la localidad 1 de Zhoukoudian se recuperaron en poco más de 15 años, mediante métodos de excavación hoy día fuera de lugar. A pico y pala se procesaron cientos de toneladas de un yacimiento, cuya profundidad es de unos 25 metros. La antigüedad de los diferentes niveles se ha estimado entre medio millón de años y unos 200.000 años. El antropólogo canadiense Davison Black propuso el nombre de Sinanthropus pekinensis para los humanos recuperados de Zhoukoudian, en una época en la que todavía había muy pocos fósiles para siquiera hacerse una idea de la complejidad de la evolución humana.

En los años 1950, los fósiles perdidos de Zhoukoudian quedaron incluidos en la especie Homo erectus. Para entonces ya no había otra manera de estudiar este material que mediante las descripciones de Weidenreich. Pero la especie Homo erectus se consideró un escalón en la evolución humana, en línea única y directa hacia la humanidad actual. Ahora ya sabemos que la evolución de la genealogía humana se asemeja a un arbusto, lleno de linajes extintos. A pesar de ello y por la falta de información que se ha tenido de los yacimientos y fósiles de China durante décadas, todos los fósiles humanos del Pleistoceno recuperados en este país han sido asignados de manera automática a la especie Homo erectus. Algunos estudios relativamente recientes de los fósiles humanos tanto de China como de Indonesia han notado diferencias entre unos y otros. Pero a la postre, nadie ha osado cuestionar la clasificación de los fósiles del lejano oriente.

En la última década, los investigadores más jóvenes de China, con los que hemos tenido la inmensa suerte de colaborar, han valorado la variabilidad del registro fósil humano de su país. Por ejemplo, los restos de yacimientos como Paxian Dadong, Xujiayao o Xuchang, datados en la parte final del Pleistoceno Medio, también muestran una notable variabilidad y diferencias dignas de consideración con los restos de Zhoukoudian.

En un trabajo que hoy publica la revista Scientific Reports hemos tenido la oportunidad de colaborar con el joven científico chino Xing Song en la evaluación de los seis únicos dientes que se conservan del yacimiento de Zhoukoudian. Cuatro de estos dientes se recuperaron en excavaciones de los restos de la localidad 1 de Zhoukoudian entre 1949 y 1959. El sexto diente se encontró en 1966. Como sucedió con otros fósiles de China, la descripción de estos dientes se realizó en revistas locales, en lengua china. Todos estos fósiles quedaron olvidados en armarios de instituciones científicas de China. Pero la apertura y modernización de este país ha llegado también a la ciencia de manera exponencial. Poco a poco se va conociendo el increíble potencial arqueológico y paleontológico de China.

Los dientes del yacimiento de Zhoukoudian tienen una serie de particularidades, que ya se adivinaban en los dibujos de Franz Weidenreich, y muestran similitudes con los de otros yacimientos chinos de la misma época y de latitud similar: Hexian, Yiyuan y Xichuan. Las peculiaridades de estos dientes no se encuentran en yacimientos de Indonesia o, incluso, del sur de China. Por supuesto, las diferencias son también evidentes con los fósiles europeos o los africanos. Además, las nuevas técnicas de micro-CT permiten estudiar caracteres internos del esmalte, la dentina y la cavidad pulpar mediante imágenes virtuales, que están ofreciendo una nueva visión de la variabilidad de los fósiles humanos.
Según se vayan publicando los trabajos de revisión de los materiales olvidados en los cajones de instituciones de China, así como los de nuevas excavaciones iremos teniendo una nueva visión del registro fósil del Lejano Oriente. Es muy posible que en pocos años se cuestione la uniformidad aceptada por falta de información y veamos una pequeña revolución en la manera de considerar los homininos de China, Indonesia y otros lugares del Lejano Oriente. Las diferencias con los fósiles de Europa y África no pueden ser ignoradas. Es inadmisible meter a todos los fósiles en un mismo cajón sin una revisión crítica. Al menos, tenemos que entender la historia de estas poblaciones, ignorada desde siempre.

El artículo puede leerse de manera gratuita en la siguiente dirección: www.nature.com/articles/s41598-018-20432-y
José María Bermúdez de Castro

Exclusiva: Descubierta una «megalópolis» maya bajo la jungla guatemalteca

La tecnología láser conocida como LiDAR retira digitalmente la cubierta forestal para revelar ruinas antiguas bajo la jungla, demostrando que las ciudades maya como Tikal eran mucho más grandes de lo que sugerían las investigaciones sobre el terreno.
FOTO POR FUNDACIÓN PACUNAM

Los hallazgos realizados durante décadas por los arqueólogos en la jungla han favorecido la teoría de que las ciudades mayas estaban aisladas y eran autosuficientes. La tecnología revolucionaria LIDAR, que permite detectar estructuras arqueológicas ocultas mediante la emisión de rayos láser que penetran en el manto forestal, está desmontando dicha teoría al revelar ciudades mayas desconocidas hasta el momento y más de 60.000 estructuras hechas por el ser humano que confirman que la civilización maya era mucho más grande de lo que se creía hasta ahora, según difundió ayer National Geographic desde Washington D.C. y desde la Ciudad de Guatemala.
El instrumento LIDAR TITAN utilizado por la iniciativa PACUNAM LIDAR penetra en el manto forestal y la instrumentación GPS permite localizar cada punto en el terreno con exactitud milimétrica, lo cual permite la creación de mapas de la superficie más exactos que con cualquier otra tecnología disponible en la actualidad. Imagen: NCALM

La tecnología lídar también ha puesto al descubierto antiguas obras de ingeniería y áreas agrícolas especializadas capaces de sustentar a una población masiva a un nivel casi industrial. Esta concepción totalmente nueva acerca de las creencias que se tenían sobre los mayas se presenta por primera vez en Tesoros perdidos de los mayas, un especial de National Geographic que se estrenará en Guatemala el domingo 11 de febrero. "Estos hallazgos reafirman que Guatemala es el corazón del mundo maya", ha expresado Jorge Mario Chajón, el director general del Instituto Guatemalteco de Turismo.

La iniciativa guatemalteca PACUNAM LIDAR (un consorcio de más de 30 científicos y arqueólogos pertenecientes a instituciones académicas líderes a nivel mundial, organizado y financiado por la fundación PACUNAM) ha empleado una tecnología costosa para investigar por vía aérea más de 2.000 km² de la Reserva de la Biosfera Maya, al norte del departamento de Petén.

Imagen lejana en 3D de Tikal y su muralla. Imagen: PACUNAM / Canuto & Auld-Thomas


Una nueva pirámide fue descubierta al sur de la plaza Mundo Perdido de Tikal. Imagen: PACUNAM / Canuto & Auld-Thomas

Los hallazgos, representados en mapas digitales y en una aplicación de realidad aumentada que transforma los datos aéreos en una vista del terreno, diseñada exclusivamente para el documental, han sido realizados bajo el follaje de la selva y sin tener que cortar ni un solo árbol. Anteriormente se había propuesto una población maya de entre 1 y 2 millones de habitantes, pero los nuevos datos arrojan una población de unos 20 millones de habitantes que ocuparon las llanuras de la civilización maya, una cantidad que representa alrededor de la mitad de la población europea total en aquel momento y en un área con apenas el tamaño de Italia.

Vista en 3D de Tikal desde el sureste. Imagen: PACUNAM / Canuto & Auld-Thomas

"Esta revelación constituye uno de los desarrollos más importantes de la arqueología maya en los últimos 100 años", asegura Tom Garrison (izquierda), del Ithaca College, uno de los arqueólogos que lideran el proyecto. "Las guerras mayas han sido tema de investigación durante décadas y, ahora, la tecnología lídar está revelando la manifestación física de esos conflictos pasados, demostrando que fueron un factor determinante de la antigua cultura maya, probablemente configurando el surgimiento y desarrollo de algunas de sus ciudades más grandiosas", añade.

Kunal es un centro ceremonial temprano descubierto por el Proyecto Arqueológico Naachtun gracias a datos de LIDAR. Imagen: PACUNAM / Estrada-Belli.


La ciudad Clasica de Witzna se ubica en la cumbre de una serranía (izquierda) y, a través de una calzada, está conectada con unas pirámides. Imagen: PACUNAM / Estrada-Belli.

El documental Tesoros perdidos de los mayas explica cómo llegó a dominar el mundo maya la oscura dinastía real conocida como los Reyes Serpiente: mediante conquistas, matrimonios y reyes títeres. Los Reyes Serpiente eran totalmente desconocidos hasta que los expertos descifraron las inscripciones mayas y ahora las evidencias apuntan a que su poder se extendió por México, Belice y Guatemala. En el año 562 incluso llegaron a conquistar Tikal, la ciudad maya más importante de todas. La tecnología lídar ha permitido descubrir una pirámide desconocida en el mismo centro de la ciudad y también ha revelado que esta era tres o cuatro veces más grande de lo que se creía anteriormente. Los datos obtenidos con un lídar, tanto en las afueras de Tikal como en otras ubicaciones, muestran extensas defensas y fortificaciones que apoyan la teoría de que los mayas participaban en guerras a gran escala.

El LIDAR demuestra que el centro urbano de la ciudad Preclásica de El Palmar es 40 veces más grande de lo que se estimaba. Imagen: PACUNAM / Garrison

Francisco Estrada-Belli (izquierda), explorador de National Geographic y uno de los arqueólogos que lideran la iniciativa, ha estado explorando la antigua ciudad maya de Holmul durante casi dos décadas y ha descubierto evidencias del legado de los Reyes Serpiente. En el valle inundado que rodea la ciudad, el arqueólogo ha utilizado los datos del lídar para demostrar el modo en que miles de hectáreas fueron drenadas, irrigadas y convertidas en tierras de cultivo en una escala asombrosa. El área de 20 kilómetros de largo habría estado cubierta de granjas que tenían el potencial de sustentar a toda la región cercana a Tikal. "Hay 20.000 km² más por explorar y seguramente encontremos cientos de ciudades que hoy desconocemos, lo puedo asegurar", enfatiza.

El proyecto, con una cobertura de 2.100 km² (en rojo), constituye el reconocimiento con tecnología lídar de mayor extensión en la historia de la arqueología maya (en blanco las otras zonas investigadas). Imagen: NCALM.


Albert Lin (derecha), otro explorador de National Geographic, se ha dirigido a una de esas ciudades mayas desconocidas, devoradas por la jungla. En Tesoros perdidos de los mayas se puede ver cómo Lin localiza la pirámide que estaba buscando. Con una altura de siete pisos, aún está intacta en gran parte, pero está tan cubierta de vegetación que resulta casi invisible a simple vista. Se necesitarán varias generaciones de trabajo científico para que todos estos nuevos hallazgos sean desvelados en su totalidad.

La zona de interés de la iniciativa PACUNAM LIDAR abarca la Reserva de la Biosfera Maya en el norte de Guatemala, considerada el corazón del mundo maya y en la cual se encuentran las áreas más grandes aún inexploradas de las tierras mayas. Imagen: PACUNAM / Estrada-Belli.

Fuente: National Geographic | 2 de febrero de 2018