Un pequeño hueso tallado ensalza la primera gran civilización del Antiguo Perú

Primer plano de un pequeño hueso, tallado de una costilla de un animal en la que fue grabada la figura de un ave rapaz (Ernesto Arias / EFE)

Oculto entre escombros durante más de tres milenios, un pequeño hueso tallado ha salido a la luz en Lima para ensalzar el poderío de Chavín, la primera gran civilización del Antiguo Perú, que extendió su dominio por el actual territorio peruano más de dos mil años antes que los incas. El hueso, una costilla animal en la que fue grabada la figura de un ave rapaz, fue encontrado en las excavaciones que el Ministerio de Cultura, en convenio con el Museo Andrés del Castillo, hace en el complejo El Paraíso, un conjunto de templos que son los más antiguos de la capital peruana, con hasta 3.700 años de antigüedad.

Una de las pirámides del complejo de El Paraíso.


La pieza tiene apenas quince centímetros de longitud y constituye la evidencia más antigua de la presencia de la civilización Chavín en el territorio donde ahora se asienta la caótica y bulliciosa Lima, al menos 300 años antes de lo que se pensaba, ha explicado el arqueólogo Óscar Araujo, descubridor del objeto.

"No hay duda alguna de que es Chavín", ha añadido el conservador de la zona, Santiago Morales, al observar las formas y el estilo del grabado, muy semejante al que se puede apreciar en Chavín de Huántar, los templos enclavados en el corazón de los Andes del norte del país desde donde esta cultura abarcó cientos de kilómetros.

A más de 400 kilómetros de distancia del centro neurálgico de los Chavín, el tiempo y el abandono partieron la pieza en dos partes, pero aún es posible distinguir con facilidad el ojo, las plumas, las garras y el pico del ave, donde incluso lleva una presa que acaba de cazar, grabadas con minuciosidad y detallismo. Los arqueólogos todavía debaten sobre si la presa es un pez o un perezoso, pues si fuera lo segundo podría tratarse de un águila arpía y reafirmaría su origen Chavín, una civilización que tuvo mucho contacto con la Amazonía.

El ave rapaz es además un elemento muy distintivo de la iconografía de Chavín, donde también están el puma, la anaconda y el caimán, precisó Morales. Así, los habitantes de El Paraíso, cuyos templos se erigen en la árida y desértica ribera del río Chillón, muy cerca de su desembocadura al océano Pacífico, conocieron las aves y los animales de la selva, situada al otro lado de los Andes, pues en los diferentes entierros excavados también se encontraron guacamayos.

Vista general de los alrededores del complejo arqueológico El Paraíso, donde se encontró un pequeño hueso, tallado de una costilla de un animal en la que fue grabada la figura de un ave rapaz (Ernesto Arias / EFE)

La figura ósea estaba entre los escombros con que se rellenaron los edificios, una práctica muy habitual en las civilizaciones del Antiguo Perú, que soterraban sus construcciones cuando las abandonaban o cuando querían hacer un nuevo templo encima, lo que daba lugar a pirámides truncas. El arqueólogo Araujo ha aclaradp que el hueso tallado no implica que los Chavín dominaran la zona en ese momento, pero sí que tenían influencia en ella. "Lo que nos indica es que ya hay presencia en la zona en el momento que los edificios fueron clausurados", apuntó.

El objeto estaba muy cerca de una de las doce construcciones del complejo de El Paraíso, que fue arrasada en 2013 como parte de un proyecto inmobiliario, un grave atentado al patrimonio arquitectónico, arqueológico y cultural de Perú, que detuvo las excavaciones durante dos años.

Primer plano de un pequeño hueso, tallado de una costilla de un animal en la que fue grabada la figura de un ave rapaz (Ernesto Arias / EFE)

"Si no fuera por nuestro trabajo aquí, todos estos vestigios hubiesen desaparecido por completo", lamentó la arqueóloga Dayanna Carbonel, quien en 2016 descubrió en la zona un cactus de unos 4.000 años de antigüedad, de la especie alucinógena San Pedro (Echinopsis pachanoi), como parte de una ofrenda.

Sin embargo, las excavaciones con el apoyo estatal culminarán en enero de 2019 y ya no podrán prorrogarse si no es por una iniciativa privada, lo que puede dejar bajo tierra más revelaciones que los milenarios y arcaicos templos de El Paraíso pueden esconder sobre el Antiguo Perú y sus civilizaciones prehispánicas.

Fuente: lavanguardia.com | 20 de marzo de 2017

Descubren en Israel una tumba con rico ajuar, de 3.600 años de antigüedad, en la antigua ciudad cananea de Megido

Restos esqueléticos hallados en la tumba.


El extraordinario descubrimiento de una magnífica e intacta cámara funeraria de 3.600 años de antigüedad en la antigua ciudad-estado cananea de Megido ha asombrado a los arqueólogos, no solo por la gran cantidad de riquezas que se han encontrado en la tumba, sino también por la posible comprensión que puede brindar sobre la dinastía real que gobernó este poderoso centro antes de su conquista por Egipto a principios del siglo XV a.C.

Ubicado a 19 millas al sur de Haifa, en lo que hoy es el norte de Israel, el antiguo sitio de Megido dominó un paso estratégico en las principales rutas militares y comerciales internacionales durante casi cinco milenios, desde 3000 a. C. hasta 1918 d. C. Con vistas al valle de Jezreel, el sitio ha sido testigo numerosas batallas decisivas que han alterado el curso de la historia, ganándose el nombre figurativo de Armagedón (de Har-Megiddo, o 'Colina de Meguido') acuñado por primera vez en el Libro de la Revelación.

Las joyas de oro que adornaban el entierro de un hombre adulto incluyen (desde arriba) una diadema, un brazalete y un collar de torsión. FOTOGRAFÍA DE PETER LANYI, EL MUSEO DE ISRAEL, JERUSALÉN.

En la batalla más antigua registrada en la historia del Cercano Oriente Antiguo, en Megiddo, las fuerzas del faraón egipcio Tutmosis III sitiaron la ciudad fortificada en la primera mitad del siglo XV a. C. Después de un asedio de siete meses, la ciudad se rindió y cedió ante el faraón, quien incorporó a Canaán como provincia de su imperio.

Israel Finkelstein (izquierda) y Mario A. S. Martín (derecha), de la Universidad de Tel Aviv, y Matthew J. Adams (abajo, a la izquierda), del Instituto de Arqueología W. F. Albright, han estado llevando adelante las excavaciones en Megido desde 1994.
En el transcurso de las temporadas de excavación, se han descubierto en el lugar una cantidad sin precedentes de monumentos, incluidos palacios, templos y muros de la ciudad correspondientes a las Edades del Bronce y del Hierro (alrededor del 3300-586 a.C.).

Pero nada preparó a los arqueólogos para el descubrimiento inesperado de la tumba intacta que data de la última fase de la Edad del Bronce Medio, alrededor de 1700-1600 a.C., cuando el poder del Megido cananeo estaba en su apogeo y antes de que la dinastía gobernante colapsara bajo el poder de Tutmosis III.

El hallazgo sorpresa comenzó siendo algo así como un misterio, cuando los arqueólogos observaron grietas en la superficie de un área de excavación adyacente a los palacios de la Edad del Bronce que se descubrieron en la década de 1930. La suciedad parecía estar cayendo en una cavidad o estructura invisible, recuerda Adams. Luego, en 2016, se encontraron con el culpable: un corredor subterráneo que conduce a una cámara funeraria.

Modelo de la tumba antes de abrir. La cámara de la tumba es la estructura en la esquina superior derecha con dos grandes losas apoyándose una contra la otra. MODELO DE ADAM PRINS Y ROBERT HOMSHER

“La tumba contenía restos de tres personas, un hombre de entre 40 y 60 años, una mujer de unos 36 años, y un niño de entre 8 y 10 años, quienes estaban adornados con elaborada joyería de oro y plata. El hombre tenía una diadema y un collar de oro, lo que sugería que pertenecía a un nivel alto de la sociedad”.

“Estamos hablando del mausoleo de una élite familiar, por lo monumental de la estructura, los tesoros encontrados y la cercanía con los palacios reales”, dijo Finkelstein.

Dos de los tres miembros del entierro familiar de élite representados tal como arqueólogos los descubrieron. MODELO DE ADAM PRINS Y ROBERT HOMSHER

Los bienes funerarios apuntan a la naturaleza cosmopolita de Megido y los tesoros que cosechó debido a su ubicación entre las principales rutas comerciales del Mediterráneo oriental. Junto con las joyas, la tumba contenía vasijas de cerámica de Chipre y jarras de piedra que pudieron haber sido importadas de Egipto.

Los arqueólogos se sorprendieron al descubrir la tumba, repleta de ofrendas funerarias y restos humanos, sin interrupción durante unos 3.600 años. FOTOGRAFÍA DE ROBERT S. HOMSHER.

Además de la colección de artefactos valiosos procedentes de zonas del antiguo Cercano Oriente, los investigadores también esperan obtener nuevos conocimientos importantes a partir de los restos físicos de los individuos mismos.

Mientras excavaban la tumba funeraria, los arqueólogos se dieron cuenta de que, además de los tres entierros individuales, otros restos humanos habían sido enterrados en un momento anterior.

Melissa Cradic (izquierda), miembro del equipo de excavación y experta en antiguos ritos funerarios en la región, explica que se habían producido dos fases de actividad ritual en la tumba. La primera fase involucró el entierro de al menos seis personas en un corto espacio de tiempo. Durante la segunda fase, estos restos fueron empujados a la parte posterior de la tumba en un revoltijo de huesos. Al mismo tiempo, los tres individuos recién fallecidos fueron colocados en el frente de la cámara.
Cradic señala que algunos tipos de joyas encontradas en los tres individuos intactos, como tobilleras de bronce y alfileres de metal, son idénticos a los artefactos encontrados en la pila de restos de la parte posterior de la cámara de la tumba, lo que sugiere una estrecha relación social entre estos dos grupos de personas que fueron enterrados juntos.

Decenas de placas incisas de marfil descubiertas en la tumba cubrieron una caja de madera que ya no existe. FOTOGRAFÍA DE PETER LANYI, EL MUSEO DE ISRAEL, JERUSALÉN.

"Sin embargo, los últimos tres fueron probablemente de especial importancia en función de la gran cantidad y la riqueza excepcional de sus ajuares", señala Cradic, "así como por el hecho de que sus cuerpos no fueron perturbados después del entierro".

Además, la evidencia física de un posible trastorno genético óseo o sanguíneo en los restos de varios individuos de ambas fases de la tumba sugiere que pueden estar relacionados, según la bioarqueóloga Rachel Kalisher (derecha), la cual está analizando los huesos.

Tesoro genético


Actualmente se está llevando a cabo un amplio estudio de ADN en muchos de los individuos desenterrados en Megiddo, los de la tumba "real", así como los de entierros menos elaborados de otras áreas domésticas del lugar.

Los resultados del ADN antiguo podrían revelar por primera vez si los habitantes "comunes" de la ciudad-Estado canaanita tenían el mismo origen que la élite, señala Finkelstein.
Los investigadores están particularmente intrigados sobre el origen de la clase dominante de Megido desde que la correspondencia diplomática con Egipto en el siglo XIV a.C. -después de la conquista de Tutmosis III- revelara que el rey de Megido en ese momento no tenía un nombre semítico (tradicionalmente cananeo), sino un nombre hurrita: Birydia.

Detalle del collar de torsión de oro de 3.600 años que tenía puesto el ocupante masculino adulto de la tumba de élite revela un gracioso pájaro acuático. FOTOGRAFÍA DE PETER LANYI, EL MUSEO DE ISRAEL, JERUSALÉN.

Los eruditos han sostenido durante mucho tiempo la creencia de que los hurritas eran un pueblo itinerante de las montañas, el cual surgió en la región en algún momento entre el IV y el III milenio a.C., y que finalmente se establecieron y adoptaron la escritura cuneiforme. Sin embargo, las nuevas excavaciones en las ciudades de Hurrian han revelado una cultura avanzada, con un lenguaje y un sistema de creencias distintivos que pueden haber jugado un papel clave en la configuración de las primeras ciudades y estados del Cercano Oriente. Los próximos resultados de ADN de los restos óseos hallados en Megiddo pueden revelar por primera vez el papel jugado por los hurritas en la conducción de las ciudades estado cananeas, así como cambiar nuestra percepción de la población de Canaán.

“Estos estudios tienen el potencial de revolucionar lo que sabemos acerca de la población de Canaán, antes del surgimiento del mundo de la Biblia”, concluye Finkelstein.

Fuentes: National Geographic | 13 de marzo de 2018

Exponen los grandes hallazgos del poblado neolítico de la Draga en Girona

Algunos de los hallazgos del yacimiento de la Draga (Pere Duran / NORD MEDIA)

El Monasterio de Sant Pere de Galligants de Girona acoge La revolución neolítica. La Draga, el poblado de los prodigios, una exposición sobre este yacimiento único en Cataluña en la que se resumen los resultados de tres décadas de excavaciones. Por primera vez se muestran más de 200 piezas arqueológicas que custodia el Museu Arqueoògic Comarcal de Banyoles. Se estructura en ámbitos que responden a cuatro conceptos básicos: la emoción (el impacto que generó el descubrimiento del yacimiento en los 90); el análisis (muestra más de 200 piezas), la interpretación (la reconstrucción de los 400 años de ocupación del campamento) y la imaginación.

La muestra también incluye ocho trabajos audiovisuales con el testimonio de los directores de las primeras excavaciones y el equipo de arqueólogos. También cuenta con la visión de especialistas que reflexionan sobre varios temas como son Ferran Adrià (la cocina y la alimentación), Martí Boada (la huella humana sobre el medio ambiente), Marc Boada (la innovación tecnológica) y Eulàlia Subirà (los orígenes de la comunidad de la Draga a partir de la paleogenética).


Conocer el poblado original

La experiencia expositiva se completa con un audiovisual de realidad aumentada a través del cual el visitante entra en el poblado de la Draga y en el Neolítico y hace un paseo por el yacimiento y su entorno. Una producción del Departamento de Prehistoria de la UAB y el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC que se enmarca dentro de un proyecto desarrollado con apoyo del programa RecerCaixa, una iniciativa de la Obra Social “la Caixa” en colaboración con la Associació Catalana d’Universitats Públiques.

Un yacimiento único

Hace 7.400 años, llegó el primer grupo de personas que se instaló en la Draga, junto al estanque de Banyoles. Allí se establecieron durante unos 400 años, creando un poblado neolítico, el más importante de Catalunya. Su presencia y el contacto con el medio supusieron grandes cambios en el entorno.


La Draga es el único yacimiento arqueológico lacustre de la península Ibérica y uno de los más antiguos e importantes del Mediterráneo occidental. Eso ha permitido que se encuentre en una zona con humedad permanente, actualmente cubierta de forma parcial por las aguas del estanque. Eso ha propiciado una extraordinaria conservación de los restos orgánicos sobre materiales vegetales: desde los restos de las cabañas hasta las herramientas realizadas en materiales vegetales como arcos, hoces, mangos de azuelas, cuerdas, recipientes de madera, palos cavadores, cucharones y cestos entre otros.
Paralelamente a la exposición, que se podrá visitar hasta el 16 de septiembre, se han organizado varias actividades para todos los públicos. La muestra se vio por primera vez en Barcelona hace unos meses con una buena acogida de público.

Fuente: lavanguardia.com | 15 de marzo de 2018

Nuevos datos sobre la tecnología que utilizó 'Homo antecessor' en el primer caso de canibalismo registrado en el mundo

Indústria lítica asociada a Homo antecessor encontrada en la unidad TD6, en Gran Dolina, Atapuerca - Andreu Ollé/IPHES


Se han estudiado 9.550 restos faunísticos, 1.046 artefactos líticos, 91 semillas de almez y 170 restos de homininos hallados en la unidad TD6 de Dolina, en Atapuerca. Al principio los homininos utilizaron muy marginalmente esta cavidad, pero acabaron estableciendo un campamento base.

La prestigiosa revista Plos One ha publicado recientemente una actualización del estudio de la tecnología lítica fabricada por Homo antecessor de la unidad TD6 de Gran Dolina (Atapuerca, Burgos, España), hace unos 850.000 años.
La investigación se basa en las herramientas que miembros de esta especie utilizaron para descarnar animales y humanos en el primer caso de canibalismo registrado en el mundo. Firman el artículo: Marina Mosquera, Andreu Ollé, Xosé Pedro Rodríguez y Eudald Carbonell, personal investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) i de la URV (Universitat Rovira i Virgili).

Excavaciones en el yacimiento de Gran Dolina, en una imagen de archivo - Andreu Ollé/IPHES.

Las excavaciones de la unidad TD6 se han concentrado hasta la fecha en la regularización de la sección estratigráfica de Gran Dolina, lo que supone una superficie de excavación variable de alrededor de 20m2. Estos trabajos se llevaron a cabo en dos fases: entre los años 1994-1997 y entre 2000-2011. Se prevé que la excavación en extensión de la unidad completa se produzca en no menos de 5 o 10 años, una vez excavados las unidades más modernas que descansan por encima de TD6. El conjunto arqueopaleontológico y paleoantropológico de esta unidad está constituido por alrededor de 9.550 restos faunísticos, 1.046 artefactos líticos, 91 semillas de almez y 170 restos de homininos.

Todo ello lleva a los investigadores a concluir que, pese a que la tecnología no varió substancialmente, existieron dos fases principales de ocupación humana de Gran Dolina hace 850.000 años: en una primera, los homininos utilizaron muy marginalmente la cavidad, pero poco a poco su presencia se va haciendo más intensa hasta que en las fases medias y finales, se asienta un campamento base, en el que se incrementan notablemente las actividades, incluyendo los eventos de canibalismo.

La actualización tecnológica que se presenta en este trabajo incluye el análisis y la ilustración detallada de las piezas más significativas de industria lítica, la presentación por vez primera de 12 grupos de remontajes (recolocación) que avalan la buena preservación del yacimiento, y el análisis y la distribución espacial de los artefactos líticos en la estratigrafía, junto con los restos de homininos.

Fuente: IPHES | 19 de marzo de 2018

Descubren herramientas de hace 400.000 años en la India que hacen repensar la evolución humana

Nuevos datos sugieren que la migración de los humanos modernos de África podría haberse llevado a cabo mucho antes de lo que se pensaba

El descubrimiento de herramientas paleolíticas en India apunta a que los homínidos de esa parte de Eurasia podrían haber desarollado una cultura propia del Paleolítico Medio mucho antes de lo que se pensaba hasta la fecha, según un estudio realizado por  científicos británicos, cuyos resultados han sido publicados por Independent.

Los investigadores estudiaron más de 7.000 enseres y artefactos de piedra hallados en el sitio arqueológico de Attirampakkam, en el suroeste de India. Se trata de herramientas que datan de hace 385.000 años, lo que coincide con el período en el que tal tecnología fue desarrollada por primera vez por los humanos modernos en África.

Estos nuevos datos desafían la creencia de que esas tecnologías fueron introducidas en territorio de la actual India hace entre 140.000 y 46.000 años.

¿Modernos o neandertales?

Según los científicos, el hallazgo resulta significativo, ya que sugiere que la migración de humanos modernos desde África, que habrían llevado consigo sus herramientas, pudo haberse realizado mucho antes de lo que se consideraba.
No obstante, Michael Petraglia, arqueólogo del Instituto Max Planck de Ciencia de la Historia Humana, considera que humanos no-modernos desarrollaron en India las nuevas técnicas por sí solos, sin influencias externas.

En cualquier caso, los investigadores han subrayado que no se han hallado restos humanos junto a esas herramientas, por lo que resulta imposible decir con certeza si los enseres en cuestión fueron hechos por humanos modernos o por otras especies arcaicas, como los neandertales.
De esa manera, los resultados del estudio exigen una investigación exhaustiva en el ámbito de la temprana actividad humana en India, ya que esa área de investigación es "frecuentemente ignorada", según sostiene el profesor Shanti Pappu, uno de los arqueólogos involucrados en el estudio.