Sacan a la luz en 'Cesarea Germanicia' (Turquía) un espléndido mosaico tardorromano

Durante las excavaciones en la antigua ciudad de Cesarea Germanicia en la provincia de Kahramanmaraş, en el sur de Turquía, se ha descubierto un mosaico que describe una fiesta al aire libre en la que tres mujeres bailan al son de la música. Se cree que el mosaico data de hace 1.500 años.

Safinaz Acıpayam, el director del Museo Kahramanmaraş y quien también es el jefe de la excavación, declaró que encontraron un magnífico mosaico y dijo: "Creemos que el mosaico probablemente era un banquete al aire libre antes de la caza".

El séptimo año de excavaciones arqueológicas en Germanicia, ubicada en el barrio Bağlarbaşı de la ciudad, ha llegado a su fin. Durante las excavaciones se han encontrado los restos de estructuras arquitectónicas y baños de 1.500 años de antigüedad, así como el mosaico de 50 metros cuadrados.

Acıpayam dijo que dentro de los límites de la antigua ciudad de Germanicia, hasta el momento se han identificado restos arqueológicos en 35 áreas diferentes y que los trabajos en siete de ellos se llevaron a cabo bajo la presidencia de la Dirección del Museo Kahramanmaraş.

“Durante las excavaciones se encontró un mosaico de 50 metros cuadrados, que es la continuación del mosaico anterior que descubrimos. En la misma zona se encontraron algunas estructuras arquitectónicas y restos de baños. El mosaico es verdaderamente magnífico. Creemos que representa un banquete al aire libre. Desenterramos un mosaico, que consta de dos paneles durante nuestras excavaciones en 2015, y había escenas de caza en el mismo. El panel que hemos encontrado ahora, durante las excavaciones de 2021, es en realidad una continuación de este mosaico de 2015, y creemos que representa probablemente un banquete al aire libre antes de una cacería. Hay dos parejas sentadas en el centro y tres mujeres bailando al son de la música. También hay dos figuras masculinas haciendo presentaciones y la figura de un niño pequeño descalzo trepando a una higuera”, relata Acipayam.

Al afirmar que las excavaciones continuarán en el área donde se encuentra el mosaico, Acıpayam añadió: “No se han realizado excavaciones en toda el área, pero planeamos continuar las excavaciones en la misma en 2022. A fines de 2022 se llevará a cabo el plan de apertura de la zona, donde se realizaron las excavaciones, de acuerdo con los permisos de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Museos. Queremos agradecer al Ministerio de Cultura y Turismo y a todas las instituciones su apoyo”.

En el examen de los mosaicos del suelo, que fueron desenterrados durante una excavación ilegal de una casa en el distrito de Bağlarbaşı en 2007, se determinó que los mosaicos pertenecían a la antigua ciudad de Germanicia, fundada en el siglo I d.C.

La existencia de esta ciudad antigua se conocía desde hace años, pero sus huellas no se descubrieron hasta 2007. Los trabajos de expropiación de los terrenos de la misma fueron iniciados por la Dirección del Museo de Kahramanmaraş en 2008 y las excavaciones arqueológicas comenzaron en 2009. Hasta el día de hoy, se han encontrado mosaicos y ruinas de los siglos IV y VI d.C.

La ciudad antigua cubre todos los barrios de Dulkadiroğlu, Bağlarbaşı, Şeyhadil y Namık Kemal y una parte del distrito de Kanuni. En 2014-2015, se construyó una plataforma para caminar alrededor del área del mosaico con un muro de protección temporal y un techo. Luego de que se llevaron a cabo procesos de restauración y conservación de los mosaicos, el área fue abierta a los visitantes de manera gratuita.

La vida social de la época tardorromana en la ciudad de Germanicia estuvo marcada por los mosaicos, que cubrían los suelos. Estos ingresaron a la literatura arqueológica con la publicación multilingüe de World Mosaic Unions y aumentaron la importancia de la región.

Fuente: archaeologynewsnetwork.blogspot.com | 5 de febrero de 2022

Un parásito ayuda a identificar como orinales vasijas de la antigua Roma

El orinal apareció roto en el rellono de las termas. / ROGER WILSON

Quienes creen erróneamente que la arqueología tiene que ver con la búsqueda de tesoros valiosos y piezas excepcionales del pasado se sorprenderán al ver la naturaleza del objeto sobre el que trata un artículo que destaca en el último número de Journal of Archaeological Science. Es un orinal. Romano y del siglo V. De hecho, si esta pieza es la protagonista de un artículo científico es porque su estudio ha permitido identificarlo sin género de dudas como un orinal. ¿Cómo? Analizando unas concreciones en su fondo que han resultado contener huevos de parásitos intestinales que debieron de estar en las heces de su posiblemente desdichado usuario.

«Fue increíblemente emocionante encontrar los huevos de estos gusanos parásitos 1.500 años después de haber sido depositados», afirma Tianyi Wang (izquierda), de la Universidad de Cambridge y coautor del estudio junto con Sophie Rabinow y Piers D. Mitchell, del Departamento de Arqueología de esta entidad académica, y Roger J. A. Wilson, del Departamento de Estudio de las religiones Clásicas y del Próximo Oriente de la Universidad de la Columbia Británica. La emoción de los investigadores puede resultar chocante, pero es comprensible si se tiene en cuenta que es la primera vez que se identifican huevos de parásitos en depósitos del interior de una vasija de cerámica romana.

Como explican los investigadores, al comienzo de su artículo, las cerámicas son las formas de cultura material más abundantes que pueden recuperarse arqueológicamente de los contextos romanos. Como resultado, «los arqueólogos han desarrollado durante más de un siglo tipologías detalladas de cerámicas que pueden proporcionar información sobre la función y la fuente de producción de los diferentes tipos de cerámica». Los recipientes que hasta ahora habían sido considerados como orinales «suelen estar fabricados con cerámica lisa en forma de cubeta abierta, con lados rectos e inclinados, un fondo generalmente plano, aunque a veces ligeramente elevado en el centro, y un borde o labio abierto hacia el exterior, con ligeras variantes formales».

El recipiente de cerámica utilizado como orinal según fue descubierto. Foto: J. A. Wilson.

Son objetos bien conocidos, pero «su identificación supuesta como orinales no se inició hasta finales de la década de 1990», a partir del contexto en el que aparecieron algunos de ellos: en letrinas. Como es habitual en arqueología, existía un cierto debate sobre el asunto, pues había especialistas que defendían que se trataba de recipientes de almacenamiento. Hasta ahora no había ninguna prueba científica que confirmara su uso real.

La cerámica cuyo análisis ha cerrado la discusión, este orinal definitivo, pertenece a una pequeña villa romana que se encuentra en Gerace, en la isla de Sicilia. El yacimiento fue identificado en 1994 y los trabajos se iniciaron 2004, aunque las excavaciones sistemáticas, seis campañas hasta ahora, comenzaron en 2013 dirigidas por Wilson, uno de los autores del artículo que nos ocupa. Definida como «una villa modesta», es una residencia con una casa de baños construida aparte, con decoración de mosaico y mármol, un almacén y hornos, todo ello datado en los siglos IV y V d.C.

Representación artística de usuarios de una letrina pública romana.

«El orinal analizado se encontró en 2019 en los baños, que se construyeron en el último cuarto del siglo IV, posiblemente hacia el 380 d.C. o poco después», según precisan los investigadores en su artículo. «En algún momento de la segunda mitad del siglo V sufrieron graves daños a causa de un terremoto». Los propietarios se pusieron a reparar el edificio, pero por alguna razón abandonaron las obras antes de acabarlas. Lo que se hizo fue retirar de los baños los elementos reaprovechables y rellenar las termas. Los materiales de relleno son homogéneos y pueden fecharse en el periodo 450/500 d.C. Cinco orinales formaban parte de este material, de los que uno tenía en el fondo concreciones de lo que contuvo.

Bajo un asiento de mimbre o de madera

El recipiente es de cerámica lisa decorada, solo con dos líneas paralelas, y «es de un tipo que probablemente se fabricó en Sicilia». Mide 31,8 centímetros de altura y tiene un diámetro de 34 en el borde. Parece que se usó ajustado debajo de un asiento de mimbre o de madera.

Huevo microscópico de tricocéfalo identificado en el orinal - Sophie Rabinow

Los investigadores retiraron los residuos solidificados del fondo para su estudio. El análisis mediante microscopio reveló la presencia de múltiples huevos de tricocéfalo (Trichuris trichuria), conocido también como gusano látigo, con una concentración «de 40 huevos por gramo». Se trata de una especie parásita que causa la tricuriasis, una parasitosis que no presenta mayores síntomas cuando es leve, pero que puede desembocar en una apendicitis, además de dolores, náuseas, diarrea, anemia y pérdida de peso cuando la infección es fuerte. «La presencia de huevos del parásito intestinal en las concreciones de la vasija siciliana apoya, por tanto, la hipótesis de que se utilizó como orinal», concluyen los investigadores.

Fuentes: elcorreo.com | elespanol.com | 11 de febrero de 2022

Exhiben en el 'British Museum' por primera vez un tambor de tiza grabado de hace 5.000 años, considerada la pieza arqueológica más importante hallada en Gran Bretaña en los últimos 100 años

El tambor de 5.000 años de antigüedad, tallado en tiza, se exhibirá por primera vez en una importante exposición sobre el yacimiento neolítico de Stonehenge.

Un tambor de piedra tallado en tiza desenterrado en 2015 en East Yorkshire, Inglaterra, y denominado 'Burton Agnes', es una de las piezas de arte prehistórico más importantes jamás encontradas en las Islas Británicas, dijo el pasado jueves el British Museum en un comunicado.

El tambor de 5.000 años de antigüedad, será exhibido por primera vez en la importante exposición "EL mundo de Stonehenge" que inaugurará el museo el próximo 17 de febrero.

"Este es un descubrimiento verdaderamente extraordinario, y es la pieza de arte prehistórico más importante que se ha encontrado en Gran Bretaña en los últimos cien años", dijo Neil Wilkin (izquierda), responsable de la exposición.

"El tambor es uno de los objetos más elaboradamente decorado de este período que se haya descubierto en Gran Bretaña e Irlanda, y su estilo se hace eco de los objetos hallados en Stonehenge y sitios relacionados", añadió.

Aparentemente creado como una escultura o talismán en lugar de un instrumento musical funcional, el tambor de Burton Agnes es uno de los cuatro ejemplos conocidos. Los otros tres son los denominados "tambores neolíticos de Folkton", encontrados en North Yorkshire en 1889 en la tumba de un niño.

Los tambores de Folkton exhibidos en el 'British Museum'.

El tambor de Burton Agnes fue recuperado en una tumba de tres niños que fueron enterrados muy juntos, tocándose o tomados de la mano, a unos 380 kilómetros de Sotnehenge, cerca del pueblo que lleva su nombre. Se colocó justo encima de la cabeza del niño mayor, acompañado de una bola de tiza y un alfiler de hueso pulido, los cuales se cree que eran una especie de juguetes o bien símbolos de la fertilidad.

“Este descubrimiento de la tumba de Burton Agnes es muy conmovedor. Las emociones que expresa el nuevo tambor son poderosas y atemporales, trascienden la época de Stonehenge, y reflejan un momento de tragedia y desesperación que permanece intacto después de cinco mil años. Nos sentimos honrados de que el 'British Museum' sea el primer lugar donde el público podrá ver este importante objeto, y que lo verán junto con otros 430 artefactos antiguos que cuentan la espectacular historia de Stonehenge y el vibrante mundo en el que se construyó”, comenta Wilkin.

El descubrimiento se realizó en 2015 en una finca cerca de Burton Agnes.

El tambor fue encontrado junto a tres niños enterrados muy juntos "en una escena conmovedora", dijeron los arqueólogos.

Los arqueólogos han encontrado muy pocos entierros de este período en la historia británica, con la excepción de un puñado de tumbas que contienen niños. Se cree que los adultos eran incinerados en esa época.

Por otra parte, hay que reseñar que se hallaron una bola y alfileres similares en Stonehenge y sus alrededores. "Ello sugiere que las comunidades neolíticas de Gran Bretaña e Irlanda compartían estilos artísticos, y probablemente creencias, a distancias notables. Estaban mucho más interconectadas y menos fragmentadas de lo que se creía anteriormente", explica Wilkin. "El análisis de sus tallas ayudará a descifrar el simbolismo y las creencias de la era en la que se construyó Stonehenge".

El estudio de la datación de los tambores del British Museum, tanto el hallado en Burton Agnes como los descubiertos en Folkton revela que se crearon al mismo tiempo que la primera fase de construcción del monumento de Stonehenge, entre 3005 y 2890 a.C.

El tambor de Burton Agnes visto desde otra perspectiva en la que se aprecia su elaborado grabado.

El tambor de Burton Agnes visto desde arriba.

El director de la empresa que llevó a cabo la excavación en Burgton Agnes, Allen Archaeology, Mark Allen (izquierda), agrega: “Ha sido un verdadero privilegio haber estado involucrado en este asombroso hallazgo, y me gustaría aprovechar esta oportunidad para agradecer a los propietarios del terreno su entusiasmo e interés en apoyar el proyecto desde el principio. Cuando nos enteramos del descubrimiento por parte del equipo de excavación, y vimos las fotos del tambor que nos enviaron por correo electrónico, tuvimos claro que estábamos viendo algo extraordinario, si bien las fotos no le hacían justicia. Cuando pudimos observarlo ya de cerca nos quedamos todos atónitos".

"El tallado en relieve del tambor es algo digno de contemplar y muestra una gran habilidad por parte de su creador. Se están realizando aún investigaciones sobre el tambor, los entierros y las excavaciones circundantes, y esperamos publicar más aspectos sobre todo ello en el futuro", concluye Mark Allen.

Fuentes: phys.org | yorkshirepost.co.uk | dailymail.co.uk | 11 de febrero de 2022

La mortalidad de la peste negra en el siglo XIV no fue tan generalizada como se ha venido pensando

Enterramiento de víctimas de la peste negra en Tournai, Bélgica. Pierart dou Tielt / Wikimedia Commons

La peste negra que asoló Europa, Asia occidental y el norte de África, entre los años 1347 y 1352, es la pandemia más infame de la historia. Los historiadores han estimado que hasta el 50 % de la población europea murió durante la misma y atribuyen a la peste negra la transformación de las estructuras religiosas y políticas, incluso precipitando grandes transformaciones culturales y económicas como el Renacimiento. Aunque la investigación del ADN antiguo identificó a Yersinia pestis como el agente causante de la peste negra e incluso rastreó su evolución a lo largo de milenios, los datos sobre los impactos demográficos de la plaga aún están poco explorados y comprendidos.

Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature Ecology and Evolution demuestra que la mortalidad de la peste negra en Europa no fue tan universal ni tan extendida como se pensaba. Un equipo internacional de investigadores, dirigido por el grupo de Paleo-Ciencia e Historia del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (MPI SHH), llevó a cabo el análisis de muestras de polen de 261 enclaves en 19 países europeos modernos a fin de determinar cómo cambiaron los paisajes y la actividad agrícola entre 1250 y 1450 d.C., aproximadamente 100 años antes y 100 años después de la pandemia. Su análisis respalda la devastación experimentada por algunas regiones europeas, pero también muestra que la peste negra no afectó a todas las regiones por igual.

El enfoque de la 'Paleoecología de Big Data' para verificar los niveles de mortalidad de la peste negra. Adam Izdebski, Timothy Newfield, Hans Sell, Michell OReilly; Izdebski et al., Nature Ecology & Evolution, 2022.

Los paisajes cuentan una historia sorprendente

La palinología, o el estudio de esporas y polen de plantas fósiles, es una poderosa herramienta para descubrir los impactos demográficos de la peste negra. Esto se debe a que las presiones humanas sobre el paisaje en la época preindustrial, como la agricultura o la tala de plantas autóctonas para la construcción, dependían en gran medida de la disponibilidad de trabajadores rurales. Mediante el empleo de un nuevo enfoque llamado 'Paleoecología de Big-Data' (BDP), los investigadores analizaron 1.634 muestras de polen de diversos lugares de toda Europa para ver qué tipo de plantas crecían y en qué cantidades y, por lo tanto, determinar si las actividades agrícolas en cada región continuaron o se detuvieron, o si las plantas silvestres volvieron a crecer mientras se reducía la presión humana.

Sus resultados muestran que la mortalidad de la peste negra varió ampliamente, con algunas áreas sufriendo la devastación por la que esta pandemia se ha hecho famosa mientras que otras experimentaron un impacto mucho menor. Las fuertes disminuciones agrícolas en Escandinavia, Francia, el suroeste de Alemania, Grecia y el centro de Italia, respaldan las altas tasas de mortalidad atestiguadas en fuentes medievales. Mientras tanto, muchas regiones, incluidas gran parte de Europa central y oriental y partes de Europa occidental, incluidas Irlanda y España, muestran evidencias de continuidad o crecimiento ininterrumpido.

"La importante variabilidad en la mortalidad que identifica nuestro enfoque BDP aún no se ha explicado, pero los contextos culturales, demográficos, económicos, ambientales y sociales locales habrían influido en la prevalencia, morbilidad y mortalidad del bacilo 'Yersina pestis'", dice Alessia Masi (izquierda), del MPI SHH y La Universidad Sapienza de Roma.

Diferentes escenarios del impacto demográfico de la peste negra. Los colores reflejan los cambios a escala centenaria en el polen de los cereales. Mapa de fondo con las fronteras políticas de la Europa del siglo XIV. Izdebski et al., Nature Ecology & Evolution 2022.

No hay un modelo único de la pandemia

Una de las razones por las que estos resultados sorprenden es que muchas de las fuentes cuantitativas que se han utilizado para construir los estudios sobre la peste negra provienen de áreas urbanas que, a pesar de su capacidad para recopilar información y mantener registros, también se caracterizaban por el hacinamiento y las malas condiciones sanitarias. Sin embargo, a mediados del siglo XIV, más del 75% de la población de todas las regiones europeas era rural. También la cantidad, la distancia y los medios con los que viajaban las gentes podrían haber influido en el curso de la pandemia. Los patrones de comercio de cereales, por ejemplo, que habría ayudado a las ratas portadoras del bacilo a desplazarse, podría haber sido otro factor importante, al igual que el tiempo y el clima cuando comenzó la plaga. La salud de las víctimas y la carga regional de la enfermedad fueron otras variables, parcialmente condicionadas por el clima, por no hablar de la nutrición y la dieta, incluyendo la mera disponibilidad de los alimentos y su distribución. El estudio actual muestra que, para comprender la mortalidad de una región en particular, los datos deben reconstruirse a partir de fuentes locales, incluido el BDP como método para medir el cambio en los paisajes culturales.

Turbera de Bagno Kusowo: una de las turberas elevadas del Báltico mejor conservadas del norte de Polonia. El sitio posee un excepcional registro de frecuencia de incendios y cambio de vegetación en el último milenio. Mariusz Lamentowicz.

“No existe un modelo único de 'pandemia' o 'brote de peste' que se pueda aplicar a cualquier lugar en cualquier momento sin importar el contexto”, dice Adam Izdebski (derecha), líder del grupo de Paleociencia e Historia del MPI. SHH. “Las pandemias son fenómenos complejos que tienen historias regionales y locales. Hemos visto esto con el COVID-19, y ahora lo hemos demostrado para la peste negra”.

Las diferencias en la mortalidad de la peste negra en toda Europa demuestran que la peste negra fue una enfermedad dinámica, con factores culturales, ecológicos, económicos y climáticos que mediaban en su diseminación e impacto. En el futuro, los investigadores esperan que más estudios utilicen datos paleoecológicos para comprender cómo interactúan estas variables para dar forma a pandemias pasadas y presentes.

Fuentes: Instituto Max Planck| theconversation.com | 10 de febrero de 2022

Un equipo de arqueólogos halla catorce momias preincas en Cajamarquilla, Perú

Momento en que es extraído uno de los fardos que contiene restos de un niño. Foto: Renzo Gonzales.

Arqueólogos peruanos han encontrado seis momias preincas de infantes, de entre 1.000 y 1.200 años de antigüedad, que fueron sepultados en aparente sacrificio junto a un personaje social importante del milenario complejo urbano de barro de Cajamarquilla, en la periferia de Lima, Perú.

"Hemos hallado los restos de seis niños envueltos en fardos funerarios cerca de la tumba de un personaje de la élite de la época", cuya momia ya había sido hallada el pasado noviembre, dijo a la AFP el arqueólogo Pieter Van Dalen, responsable del proyecto Cajamarquilla.

"Los niños, según nuestra hipótesis de trabajo, habrían sido sacrificados para que acompañaran a la momia en el camino hacia el mundo de los muertos", subraya Van Dalen.

Junto a las momias de los seis niños, también encontraron restos óseos de siete adultos que a diferencia de los infantes no estaban envueltos en fardos. El hallazgo elevó a 14 el total de restos que los investigadores de la Universidad de San Marcos han ido descubriendo desde noviembre de 2021.

"Los niños podrían ser familiares cercanos y fueron colocados con envoltorios funerario en diversas partes de la entrada de la tumba del personaje perteneciente a la élite", detalló el investigador. "La antigüedad de estas momias sería entre el año 800 al año 1000 después de Cristo", refirió.

En el lugar se encontraron además restos óseos de auquénidos o camélidos, tales como llamas.

Se observan fardos de niños a la izquierda y a la derecha. En el centro, un arqueólogo examina un entierro especial. Los esqueletos adultos fueron retirados antes. Foto: Renzo Gonzales.

Señor de Cajamarquilla

El descubrimiento ocurrió cerca de la cámara funeraria de unos tres metros de largo y a una profundidad de 1,40 metros, donde en noviembre se encontró la momia de quien ahora se presume sería una persona importante.

"Este personaje logró estatus económico y social, y fue una autoridad posiblemente política y podríamos incluso llamarlo 'Señor de Cajamarquilla'".

La momia hallada a fines de noviembre de 2021 es de una persona de sexo masculino que tenía posiblemente entre 18 y 22 años en el momento de su muerte, ocurrida entre los años 800 y 1200, y que fue enterrado de manera especial y meticulosa, de forma muy distinta a otros entierros hallados en la zona.

Gracias a las técnicas de embalsamamiento que se le practicaron es por lo que hasta el día de hoy su piel permanece casi intacta, al haber estado protegida por varias capas de algodón y de telas que evitaron su descomposición, fuertemente amarradas con una red de cuerdas para no dejar ni un espacio libre. Lucía el rostro cubierto por sus manos

Foto: El cadavérico rostro que se esconde detrás de las escuálidas manos puede llegar a recordar a "El Grito", la famosa pintura de Edvard Munch, una agónica escena acentuada en este caso por la posición fetal del cuerpo, muy común en los entierros prehispánicos. EFE.

Para Van Dalen, se trata de "una práctica funeraria altoandina, cuyo origen se encontraría en la zona del altiplano y que llegó a difundirse por las diversas regiones del actual Perú gracias a los huari".

Así, fue sepultado en una cámara funeraria en lugar de en un pequeño silo de arena como otros entierros hallados en el mismo complejo, y además acompañado de ofrendas como mates, cuencos de cerámica, husos y fragmentos de obsidiana.

Precisamente, los restos de esa roca apuntan a que el individuo procedería de las partes altas de los Andes y confirmarían que Cajamarquilla era un importante punto de intercambio comercial entre la costa y la sierra andina en el que convivieron entre 10.000 y 20.000 personas de distintas nacionalidades étnicas preincaicas. Se construyó hacia el año 200 a.C. y estuvo ocupada hasta el año 1500.

Foto: Vista del complejo arqueológico de Cajamarquilla, Perú.

"Toda esta zona fue ocupada tanto por chacllas como ichmas. Ha sido un centro multiétnico donde poblaciones de diversos grupos convivían con fines comerciales", sostiene Van Dalen.

"Cajamarquilla era un centro urbano donde se desarrollaban múltiples funciones, con sectores administrativos, domésticos, residenciales", abundó Van Dalen.

La urbe se localiza a 24 km al este de Lima y es uno de los complejos arqueológicos más grandes de la capital peruana, una metrópolis que hoy tiene 10 millones de habitantes.

Fuentes: listindiario.pe | efe.comlarepublica.pe | 14 de febrero de 2022