La Quivilleja de Valparaíso (Burgos) aporta un centenar de herramientas de los preneandertales

El codirector de los yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell, analiza un hacha de mano encontrada en La Quivilleja de Valparaíso / UBU

La segunda campaña de excavación en el yacimiento La Quivilleja de Valparaíso ha finalizado este 1 de abril. Esta nueva intervención arqueológica, financiada por la Fundación Palarq y la Fundación Atapuerca, en colaboración con la Universidad de Burgos, ha sido dirigida por el arqueólogo y vicepresidente de la Fundación Atapuerca, Eudald Carbonell. La Quivilleja de Valparaíso es un yacimiento al aire libre ubicado en la margen derecha del río Arlanza en el término municipal de Hortigüela.

Un equipo de diez arqueólogos, muchos de ellos estudiantes de la Universidad de Burgos, ha terminado los trabajos de la cata de 25 metros cuadrados iniciada en la primera intervención, y se ha abierto una nueva cata de 15 metros cuadrados en otra área del yacimiento.

Excavación del yacimiento La Quivilleja de Valparaíso en Hortigüela en la provincia de Burgos.

Ambas excavaciones han permitido constatar la existencia de material arqueológico en posición estratigráfica en una antigua terraza del río Arlanza. Entre las herramientas recuperadas destaca una importante presencia de bifaces, hendedores, picos y lascas de gran formato, la mayor parte de ellas realizadas en cuarcita.

Los bifaces, denominados así porque están tallados por sus dos caras, son las piezas más características del modo tecnológico II o achelense. En Europa esta tecnología la comenzaron a desarrollar los preneandertales hace medio millón de años y está bien documentada en los yacimientos de Galería y Gran Dolina en la sierra de Atapuerca.

Bifaz hallado en el yacimiento.

Estos yacimientos se encuentran a tan sólo 32 km en línea recta del yacimiento de La Quivilleja de Valparaíso, por este motivo el estudio de la colección de herramientas de La Quivilleja de Valparaíso va a permitir conocer la relación tecnológica entre los grupos cazadores y recolectores que ocuparon la sierra de Atapuerca y los que se desplazaron por la cuenca media y alta del río Arlanza.

Las herramientas descubiertas fueron talladas para se ser utilizadas directamente con la mano, sin necesidad de ir enmangados. Con estos objetos, los prenandertales podían despiezar un bisonte o trabajar una rama para fabricar una jabalina de madera.

Excavaciones en el yacimiento de La Quivilleja de Valparaíso. UBU.

Además del material descubierto en la excavación, toda una serie de prospecciones arqueológicas han permitido recuperar otro importante conjunto de piezas líticas de las mismas características. Estas herramientas han quedado dispersas por las tierras del alrededor, como resultado del desmantelamiento geológico de la plataforma donde se ubicaba el yacimiento. Una vez los grupos humanos abandonaron La Quivilleja de Valparaíso, el paso del tiempo y procesos naturales de carácter hídrico fueron erosionando el antiguo yacimiento y dispersando por el espacio limítrofe las herramientas que estos humanos habían tallado.

Los 35 metros cuadrados excavados permiten constatar la gran extensión de este sitio, que ocuparía la antigua vega del río Arlanza. El estudio de La Quivilleja de Valparaíso nos introduce en la problemática de análisis del establecimiento de los nodos ocupacionales de las primeras redes poblacionales del territorio del Arlanza y establecer su relación con otras zonas como la cuenca del Arlanzón o la cuenca del Duero.

Fuentes: cadenaser.com | burgosconecta.es | 2 de abril de 2022

Un estudio de ADN antiguo dilucida el origen del pueblo ávaro

Reconstrucción de un jinete acorazado del período ávar basado en la Tumba 1341/1503 del sitio Derecske-Bikás-dűlő (Museo Déri, ​​Debrecen). © Ilona C. Beso

Menos conocidos que los hunos de Atila, los ávaros fueron sus sucesores más exitosos. Gobernaron gran parte de Europa Central y Oriental durante casi 250 años. Sabemos que vinieron de Asia Central en el siglo VI d.C., pero tanto los autores antiguos como los historiadores modernos han debatido durante mucho tiempo su procedencia.

Ahora, un equipo de investigación multidisciplinario de genetistas, arqueólogos e historiadores, incluidos investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, obtuvo y estudió los primeros genomas antiguos de los sitios de élite ávar más importantes descubiertos en la Hungría contemporánea. Este estudio, publicado en la revista Cell, rastrea el origen genético de la élite ávar en una región lejana del este de Asia Central. Proporciona evidencias genéticas directas de una de las migraciones de larga distancia más grandes y rápidas en la historia humana antigua.

En la década de 560, los ávaros establecieron un imperio que duró más de 200 años, centrado en la cuenca de los Cárpatos. A pesar de mucho debate académico, su patria y origen inicial no ha quedado claro. Se les conoce principalmente por las fuentes históricas de sus enemigos, los bizantinos, quienes se preguntaron sobre el origen de los temibles guerreros ávaros tras su repentina aparición en Europa. ¿Habían venido del imperio Rouran en la estepa mongola (que acababa de ser destruido por los turcos), o había que creer a los turcos que disputaban enérgicamente tal legado?

Los historiadores se han preguntado si se trataba de un grupo de inmigrantes bien organizado o de una banda mixta de fugitivos. La investigación arqueológica ha señalado muchos paralelismos entre la cuenca de los Cárpatos y los artefactos nómadas euroasiáticos (armas, vasijas, arneses para caballos), por ejemplo, un pectoral de oro en forma de lúnula utilizado como símbolo de poder. También sabemos que los ávaros introdujeron el estribo en Europa. Sin embargo, hasta ahora no hemos podido rastrear su origen en las amplias estepas euroasiáticas.

En este estudio, un equipo multidisciplinario, que incluye investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, la Universidad ELTE y el Instituto de Arqueogenómica de Budapest, la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, la Academia de Ciencias de Austria y el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, se analizó a 66 individuos de la cuenca de los Cárpatos. El estudio incluyó las ocho tumbas ávaras más ricas jamás descubiertas, rebosantes de objetos de oro, así como otros individuos de la región antes y durante la era ávara.

"Hemos abordado una pregunta que ha sido un misterio durante más de 1400 años: quiénes fueron las élites de los ávaros, misteriosos fundadores de un imperio que casi aplastó a Constantinopla y durante más de 200 años gobernó las tierras de la actual Hungría, Rumania, Eslovaquia, Austria, Croacia y Serbia?", explica Johannes Krause (izquierda), autor principal del estudio.

Los ávaros no dejaron registros escritos sobre su historia y estos primeros datos de todo su genoma proporcionan pistas sólidas sobre sus orígenes. “La contextualización histórica de los resultados arqueogenéticos nos permitió reducir el momento de la migración ávar propuesta. Recorrieron más de 5.000 kilómetros en unos pocos años desde Mongolia hasta el Cáucaso, y, después de diez años más, se establecieron en lo que ahora es Hungría. Esta es la migración de larga distancia más rápida en la historia humana que podemos reconstruir hasta este momento”, explica Choongwon Jeong (derecha), coautor principal del estudio.

Derecske-Bikás-dűlő, Tumba 1341/1503 (Museo Déri, ​​Debrecen). Crédito: © Szilvia Döbröntey-David.

Guido Gnecchi-Ruscone (izquierda), el autor principal del estudio, agrega: “Además de su clara afinidad con el noreste de Asia y su probable origen debido a la caída del Imperio Rouran, también vemos que las élites del período ávar del siglo VII muestran de un 20 a un 30 porcentaje de ascendencia adicional no local, probablemente asociada con el norte del Cáucaso y la estepa de Asia occidental, lo que podría sugerir una mayor migración desde la estepa después de su llegada en el siglo VI".

La ascendencia de Asia oriental se encuentra en individuos de varios enclaves en el área de asentamiento central entre los ríos Danubio y Tisza, en la actual Hungría central. Sin embargo, fuera de la región de asentamiento primario encontramos una alta variabilidad en los niveles de mezcla entre los individuos, especialmente en el sitio de Kölked, en el sur de Hungría.

Estos interesantes resultados muestran cuánto potencial hay en la colaboración sin precedentes entre genetistas, arqueólogos, historiadores y antropólogos para la investigación sobre el 'período de migración' en el primer milenio d.C.

Esta investigación es parte de HistoGenes , un proyecto financiado por ERC que investiga el período de 400 a 900 EC en la cuenca de los Cárpatos desde una perspectiva multidisciplinaria.

Fuente: Max Planck Institute | a de abril de 2022

Restos de cerámica prehistórica permiten descubrir cómo se cocinaba en la civilización del valle del Indo

Vista general de la excavación en Loteshwar, Gujarat, India.

¿Cómo reconstruir la cocina de personas que vivieron hace miles de años? Huesos y restos de plantas pueden decirnos qué tipo de ingredientes estaban disponibles. Pero para reconstruir cómo se combinaron y cocinaron los ingredientes, los científicos necesitan analizar recipientes de cocción antiguos.

"Las moléculas grasas y los restos microscópicos de las plantas, como los granos de almidón y los fitolitos (estructuras de sílice depositadas en muchos tejidos vegetales) se incrustan en los vasos y pueden sobrevivir durante largos períodos de tiempo", explica Akshyeta Suryanarayan (izquierda), investigadora EUTOPIA-Science and Innovation Fellowship (SIF) en la Universidad Pompeu Fabra, miembro del Grupo de Investigación CaSEs del Departamento de Humanidades y coautora de un estudio publicado recientemente en Frontiers in Ecology and Evolution.

En el nuevo estudio, Suryanarayan y los otros coautores, pertenecientes a diversas universidades y centros de investigación de Europa, Estados Unidos y Asia, analizaron estos "restos" en vasijas de la Edad del Cobre y del Bronce, incluidas ollas, jarrones, copas, jarras y platos, del actual estado de Gujarat, India. “Nuestro estudio es el primero en combinar el análisis de granos de almidón y residuos de lípidos de vasos antiguos en el sur de Asia”, afirma Suryanarayan. “Los resultados muestran cómo los pueblos prehistóricos que fabricaban estos recipientes procesaban diferentes alimentos y los mezclaban, transformándolos en comidas”.

Los autores tomaron muestras de once vasijas de hace 4.200 a 4.000 años de antigüedad excavadas en Shikarpur, un sitio arqueológico de la civilización del valle del Indo de la Edad del Bronce, que floreció entre los años 2.600 y 2.000 a. C., en lo que hoy es Pakistán y el noroeste de India, la tercera civilización urbana más antigua del mundo. Para estudiar los efectos del cambio cultural, también tomaron muestras de diecisiete vasijas de 5.300 a 4.300 años de antigüedad de dos sitios cercanos, Datrana y Loteshwar. Estas últimas fueron elaboradas durante la Edad del Cobre por agricultores y pastores seminómadas.

Mapa de Gujarat que muestra los casos de estudio (triángulos rojos) y otros sitios arqueológicos mencionados en el texto (círculos verdes). Mapa de fondo elaborado por Francesc C. Conesa.

"Nuestros resultados muestran que tanto durante la Edad del Cobre como en la del Bronce, en el norte de Gujarat, la gente adquirió sus ingredientes de varias maneras: algunos se recolectaron localmente en la naturaleza, otros se cultivaron, y algunos se intercambiaron desde otros lugares", explica el primer autor del estudio, Juan José García-Granero (derecha), investigador de la Institución Milà i Fontanals de Investigación en Humanidades del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMF-CSIC).

Por ejemplo, en las vasijas de Datrana, el 99% de los granos de almidón procedían de cereales como el trigo y la cebada. Pero estos cereales no se cultivaban en el estado de Gujarat durante la prehistoria, lo que sugiere que los cereales fueron importados de otras áreas del Valle del Indo.

Los recipientes de Loteshwar y Shikarpur contenían principalmente almidón de legumbres. Los investigadores también encontraron rastros de jengibre, que primero pudo haber sido molido con piedras y luego utilizado para cocinar.

Los lípidos en los vasos de los tres sitios eran principalmente ácidos grasos típicos de las grasas animales degradadas. Para la mayoría (78%) de estos recipientes, las abundancias relativas de los isótopos de carbono 13C a 12C de los ácidos grasos sugirieron que esta grasa procedía de omnívoros, por ejemplo, cerdos, aves o conejos.

Ejemplo de la cerámica que se ha estudiado a través del análisis de residuos de lípidos y de micro-restos botánicos (fitolitos y almidones).

Un descubrimiento con sorpresas

Este descubrimiento ha sido inesperado, ya que los huesos de animales analizados en estudios anteriores en yacimientos de la Edad del Cobre y el Bronce en Gujarat pertenecían principalmente a rumiantes: ganado doméstico, búfalos de agua, ovejas, cabras y ciervos salvajes y antílopes nilgai. Sin embargo, en solo en el 22% de los recipientes analizados en el estudio actual hubo trazas de isótopos consistentes en grasa de rumiantes. No había rastros de pescado o de lácteos.

Tampoco se encontraron fitolitos. Debido a que estas partículas de sílice se generan principalmente en partes de plantas no comestibles, su ausencia sugiere que las semillas y los granos se limpiaron a fondo antes de utilizarlos como ingredientes en los recipientes, y que las partes menos apetecibles fueron eliminadas antes de cocinar.

Muestras para el análisis macro-botánico (semillas) secándose antes de llegar al laboratorio.

Para su sorpresa, los autores no encontraron evidencias de que el profundo cambio cultural que se produjo durante la Edad del Cobre en la civilización del valle del Indo tuviera algún impacto en cómo se procesaban los animales y las plantas antes y durante la cocción.

“Nuestros resultados sugieren que también se usaron diferentes ingredientes con distintos métodos de cocción. La ausencia virtual de mijo pequeño (el alimento básico en el Gujarat prehistórico) en las vasijas de cerámica sugiere que el mijo se usaba exclusivamente para comidas a base de harina, como productos similares al pan, mientras que otros ingredientes (como las legumbres) también se habrían usado en una gama más amplia de platos, como los guisos”, comenta García-Granero.

El profesor de investigación ICREA Marco Madella (izquierda), director del proyecto y coordinador del Grupo de Investigación CaSEs, de la Universitat Pompeu Fabra, concluye: "El uso combinado de microrrestos de plantas y biomoléculas utilizados en el estudio actual muestra el gran potencial que tiene para desentrañar nuestra comprensión de las antiguas formas de alimentación". Y añade: “El próximo paso para el estudio de la comida en el sur Asia será expandir el material de referencia, especialmente para análisis de biomoléculas, con el fin de tener una mejor comprensión de los ingredientes y las recetas. Actualmente estamos ampliando nuestro trabajo para cubrir la transición de la fase pre-urbana a la urbana de la civilización del valle del Indo”.

Fuente: Universidad Pompeu Fabra | 23 de marzo de 2022

Arqueólogos y vulcanólogos estudian restos humanos incrustados en lava en La Palma

Foto: Bloques de lava con huesos humanos incrustados - Jorge Pais

El personal del Museo Arqueológico Benahoarita (MAB), perteneciente al Cabildo de La Palma, y profesionales de la vulcanología colaboran para intentar contestar a los interrogantes que plantea el yacimiento funerario de la necrópolis de La Cucaracha, ubicado en la Montaña de Las Tabaibas, en Villa de Mazo.

Se trata de uno de los yacimientos más interesantes y más extraños no solo de la arqueología de La Palma, sino también de la del archipiélago canario. Esta singularidad se debe a que, aparte de ser un lugar de cremación utilizado durante cientos de años, aparecen restos humanos incrustados en lava.

Las incógnitas de los restos humanos incrustados en lava

Las teorías para explicar que haya restos humanos incrustados en lava han sido varias, tales como la afección del yacimiento por una erupción volcánica en los alrededores; los bloques lávicos fueron trasladados desde otro lugar y esta amalgama de huesos y lava se ha ocasionado durante el proceso de cremación. Las excavaciones, dirigidas por la paleoantropóloga Nuria Álvarez Rodríguez, hasta el momento, no han podido resolver, fehacientemente, estos interrogantes.

El equipo multidisciplinar está compuesto por Stavros Meletlidis (IGN); Fabio Speranza (INGV-Roma); Massimo Pompilio, Alessio DiRoberto y Paola del Carlo (INGV-Pisa); Guido Giordano (Universidad Roma III); el estudiante Andrea Magli, que está realizando su tesis doctoral sobre erupciones holocénicas; Felipe Jorge Pais Pais (Doctor en Arqueología) y Nuria Álvarez Rodríguez (arqueóloga).

Varios de los especialistas en el yacimiento de La Cucaracha.

El trabajo de este equipo busca aprovechar la presencia en La Palma de especialistas en vulcanología para llevar a cabo estudios conjuntos en otros yacimientos benahoaritas que, de una u otra forma, se han visto afectados por volcanes en los últimos 2.000 años.

Entre los ejemplos más llamativos están el sepultamiento de los frentes norte y sur del Roque de Los Guerra por la erupción de Los Valentines, en Villa de Mazo; la afección a los petroglifos del Roque Teneguía por la erupción del San Antonio, en Fuencaliente; la fecha concreta del volcán Tacande-Montaña Quemada que cubrió asentamientos benahoaritas en la zona de Las Cuevas, El Paso, etc.

Asimismo, para la arqueología palmera será de sumo interés poder identificar todas aquellas coladas que durante 1.500 años se produjeron en la etapa indígena para así conocer la forma en que los antiguos palmeros se enfrentaron y sobrevivieron a estos cataclismos naturales.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma, Jovita Monterrey, destacó la importancia de llevar a cabo este tipo de investigaciones científicas en las que la colaboración entre diferentes especialistas puede aportar soluciones a cuestiones que, de otra forma, siempre quedarán en el terreno de las hipótesis sin confirmar. “Se trata de un Proyecto de Investigación muy ambicioso y de gran interés para el que solicitaremos la colaboración de otras instituciones para conseguir los objetivos que nos hemos marcado”, explicó la consejera.

Los restos humanos en lava, un enigma del que ya habló el El Cabildo

El Cabildo de La Palma, a través de su Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, dio a conocer el “segundo enigma” del Museo Arqueológico Benahoarita (mab) en el año 2012, consistente microfauna y restos humanos incrustados en lava.

Procedente de la Necrópolis de La Cucaracha, en la Montaña de las Tabaibas de Villa de Mazo, esta pieza de 27 por 23 centímetros fue hallada en una excavación realizada el 20 de septiembre de 1963 por Ramón Rodríguez Martín y Myriam Cabrera Medina.

Hay que reseñar que el ajuar funerario de la Necrópolis de La Cucaracha está integrado por piezas líticas de basalto, punzones de hueso y vasijas de la denominada Fase II de la cultura cerámica prehispánica.

Las dataciones del Carbono 14 de los huesos hallados en esta roca de lava dan una edad aproximada de 1090 años. Se aprecian en ella fragmentos de mandíbula, costillas, diáfisis de huesos largos y tejido esponjoso. La composición química del bloque lávico, así como esta datación, coinciden con la erupción de La Malforada-Nambroque, situado en la dorsal de Cumbre Vieja, ocurrida en torno al 1050. Ello implica que este bloque fue trasladado desde la Cumbre a la cavidad de La Cucaracha, separados por unos nueve kilómetros en línea recta.

En ese sentido, las circunstancias de este traslado responden a varias hipótesis. Una es que se pueda estar ante restos de personas fallecidas durante la erupción, o bien que se trate de restos de un yacimiento funerario sepultado por la lava.

El interés científico de estas piezas está en que esta es única para la arqueología conocida hasta ahora, y su interés museístico está fuera de toda duda, tanto por su tipología, como por las circunstancias de su hallazgo y su ubicación.

La presentación de esta pieza, realizada por la presidenta del Cabildo de La Palma, Guadalupe González Taño, y por la consejera de Cultura, María Victoria Hernández, que se incluye dentro del proyecto “Los enigmas del mab”, pretende contribuir a dinamizar los museos del Cabildo de La Palma, y acercar al público en general los contenidos de la instalación, así como para dar a conocer esta pieza única.

Fuente: diariodeavisos.elespanol.com | 30 de marzo de 2022

El Museo de Zamora presenta la exposición “José Latova: 40 años de fotografía arqueológica española (1975-2014)”

El Museo Arqueológico de Zamora exhibirá desde el 25 de marzo la muestra temporal 'José Latova. Cuarenta años de fotografía arqueológica española (1975-2014)', un proyecto del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid que ha sido comisariado por Enrique Baquedano y Agustín de la Casa y que ha recorrido algunos de los museos arqueológicos más importantes (MAR de la Comunidad de Madrid, Museo Arqueológico Nacional, Museo Nacional de Arte Romano y Museo de la Evolución Humana entre otros).

La exposición sigue la evolución del medio gráfico en su relación con la disciplina arqueológica a través del fundamental trabajo de José Latova (izquierda), fotógrafo clave en nuestro país en el campo del patrimonio cultural. La importancia de la fotografía para la documentación de las intervenciones arqueológicas, y su imprescindible papel en las iniciativas de inventario del patrimonio, convive con otro registro fotográfico especializado, más personal y expresivo, para la pública difusión de la riqueza arqueológica a través de museos, exposiciones temporales y publicaciones.

Una mujer observa las imágenes exhibidas en la sala de exposiciones del Museo de Zamora .

La transformación actual de la fotografía, orientada al desarrollo de nuevas imágenes que se basan en novedosas tecnologías y que paulatinamente se vinculan con los sistemas de información geográfica (ortofotos, escaneados 3D, etc.), incide en la construcción de percepciones más objetivas, significativas y complejas para la arqueología y facilita nuevas líneas de investigación a las que tampoco ha sido ajeno Latova.

En la muestra pueden contemplarse también otros ámbitos específicos como la aportación de la fotografía de Latova al estudio del arte rupestre o su papel en campañas de la arqueología española en Egipto, que son objeto de pequeñas secciones.

Se exponen un centenar de fotografías, audiovisuales y publicaciones de José Latova. - Foto: Patricia

Exposición temporal del 25 de marzo al 12 de junio de 2022

Horario:

  • martes a viernes, de 19,00 a 21,00 h.
  • sábado de 12,00 a 14,00 h. y de 16,00 a 19,00 h.
  • domingo de 12,00 a 14,00 h. lunes cerrado

Fuente: zamora3.punto0.com | 24 de marzo de 2022