El Museo Arqueológico de Almería acoge la exposición 'El dibujo arqueológico'

El director del museo, Carlos Fernández, da las claves de la muestra a los presentes.

El Museo Arqueológico de Almería prosigue en su afán de ampliar la oferta cultural que sus plantas ofrecen. Hace escasas semanas, se inauguraba la exposición temporal 'Ciencia frente al expolio', en la que se realiza un recorrido a través de la historia de los nuevos piratas modernos, que saquean los restos de naufragios en alta mar de navíos españoles de épocas coloniales, estando aquellos pecios plagados de tesoros de incalculable valor que acababan por llevarse empresas especializadas.

Ahora, una nueva muestra, que llega para revalorizar aún más el contenido del museo, que también es temporal y que se ha denominado como 'El dibujo arqueológico'. Se trata pues de una producción propia de este centro cultural, comisariada por los profesores de la Universidad de Almería (UAL) Jorge Lirola y Elena Salinas y por el director del museo, Carlos Fernández.

Una muestra cuyos espacios podrán visitarse hasta el 8 de enero de 2023 y que se disponen en torno a la exposición permanente del Museo Arqueológico, a lo largo de sus cuatro plantas, dialogando con los bienes culturales presentados con anterioridad en cada espacio, a los que se interpreta desde una mirada técnica, desde la propia disciplina arqueológica.

No faltó a la cita inaugural durante la mañana de ayer el delegado territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, José Vélez, quien señalaba que en este recorrido expositivo repartido por las salas del museo «se realiza una mirada sobre una disciplina esencial en arqueología, el dibujo, que permite documentar los yacimientos y las piezas extraídas de los mismos y que aporta valiosos datos para la investigación». Asimismo, informó de que la exposición va a venir acompañada de numerosas actividades que permitirán un conocimiento más profundo de la investigación arqueológica y de los recursos de esta disciplina para obtener un mayor conocimiento de nuestro patrimonio cultural y de la historia de la humanidad.

La exposición, que recorre las cuatro plantas del museo, será visitable hasta el 8 de enero de 2023

Durante su recorrido a lo largo de las plantas del museo, la exposición hace un repaso por la evolución de las técnicas y la concepción propia del dibujo arqueológico, desde sus precursores hasta las últimas tendencias digitales que marcan el presente y el futuro de esta técnica.

Se trata pues de una muestra eminentemente didáctica, con numerosos ejemplos gráficos de dibujos de campo y gabinete. En el primero de los casos, para ilustrar el espacio dedicado a la arqueología de campo, en el que se muestran los procedimientos para documentar un yacimiento arqueológico, en el que el dibujo es una herramienta fundamental.

Por otra parte, y vinculado con la gran columna estratigráfica que centra el recorrido de la exposición permanente del museo, el espacio dedicado a la estratigrafía mostrará cómo hacer una lectura vertical a través del dibujo de un corte en una excavación arqueológica.

Política expositiva

Como decíamos, la muestra, que sigue la línea de la política expositiva del museo en relación con la valorización y difusión de los trabajos arqueológicos en sus diferentes vertientes, comienza en la planta baja con el espacio dedicado al 'Dibujo arqueológico' y continúa en la primera, con la zona dedicada a la estratigrafía, vinculada precisamente con la columna estratigráfica.

En la segunda planta, ocupada por la cultura argárica en la exposición permanente, se presenta la obra de Luis Siret. Se establece así un lugar destacado a uno de los pioneros en la arqueología en nuestro país y de la provincia de Almería. Su colección de dibujos forma parte del gran legado que conserva el Museo Arqueológico Nacional, que vienen reflejados en volúmenes cuyo facsímil forma parte de la muestra y podrá consultarse libremente. Se vincula la exposición en la tercera planta a los espacios dedicados a epigrafía y concretamente a la lápida fundacional, pieza para las que el dibujo arqueológico constituye una herramienta de primer nivel en su investigación. Se erige pues como una exposición complementaria a las fijas del museo enredándose en la historia mostrada mientras que, paralelamente, se conoce la evolución del dibujo arqueológico llegando hasta las nuevas técnicas presentes en la sociedad tecnológica.

La exposición también dedica un espacio importante para mostrar la obra de una de las más destacadas investigadoras almerienses, Isabel Flores, a quien se dedica una sala que muestra la calidad artística de unas imágenes que, nacidas para la documentación e investigación de bienes arqueológicos, presentan una belleza artística que se puede apreciar en el montaje expositivo.
Junto a estas imágenes, se muestran otros bienes culturales que han sido objeto del trabajo de Isabel Flores y que se relacionan con su trabajo. Las piezas expuestas proceden de excavaciones en la Alcazaba, Bayyana o el casco histórico de Almería y reflejan diferentes tipologías de formas cerámicas de época medieval que han sido bien documentadas por esta investigadora almeriense.

Fuente: ideal.es| 18 de octubre de 2022

El ADN muestra por primera vez cómo era una familia neandertal

Recreación de un padre neandertal con su hija. Tom Bjorklund. Un equipo del que forma parte el último Nobel de Medicina, Svante Pääbo, reconstruye cómo se organizaban socialmente los neandertales gracias al ADN antiguo recuperado de 13 individuos hallados en dos cuevas de Siberia.

Hace unos 54.000 años, en las estribaciones occidentales del macizo de Altái, en la región fronteriza entre China, Rusia y Mongolia, varios grupos de neandertales encontraron un terreno de caza idóneo para subsistir: allí podían cazar los animales salvajes que migraban a través de los valles fluviales y que podían vigilar desde los abrigos rocosos de las montañas. En uno de ellos, la cueva de Chagyrskaya, los vestigios que dejaron atrás han podido ser desenterrados por investigadores del Instituto de Arqueología y Etnografía de la Academia de Ciencias de Rusia.

En esa gruta, que sirvió de pequeño refugio de caza, los científicos han hallado restos de íbices, caballos, bisontes y otras presas, además de miles de herramientas de piedra elaboradas con materias primas que sus creadores recogieron a decenas de kilómetros de allí. Pero además, en Chagyrskaya y en la cercana cueva de Okladnikov, se han encontrado más de 80 fragmentos de huesos y dientes de neandertales, uno de los mayores conjuntos paleontológicos hasta la fecha, que después pudieron ser analizados por los investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania). Los restos óseos, cuya antigüedad oscila entre los 59.000 y los 52.000 años, han permitido recuperar con éxito el ADN de 17 neandertales, el mayor número de individuos secuenciado en un solo estudio hasta la fecha.

El primer genoma neandertal fue publicado en 2010 por Svante Pääbo, una hito científico que abrió una nueva era de investigación sobre los orígenes de la humanidad y que le ha valido este año el reconocimiento del Premio Nobel de Medicina. Pero recuperar material genético no contaminado de los huesos de hace miles de años sigue siendo un proceso complejo; hasta ahora solo se habían obtenido datos de 18 neandertales. Por eso el nuevo estudio, en el que Pääbo aparece como uno de los coautores, supone un avance importante y una prueba de las mejoras técnicas en la extracción y el aislamiento de ADN antiguo.

Ubicaciones de todos los enclaves con restos neandertales (el número de individuos se da entre paréntesis para sitios con múltiples individuos) de los que se extrajo ADN nuclear, con un primer plano de las cuevas Chagyrskaya y Okladnikov en la región de Altai de Siberia meridional.

Otro aspecto importante del trabajo, cuyos resultados se publican este miércoles en la revista Nature, es que los neandertales estudiados no estaban dispersos en una vasta extensión de terreno, sino que vivían concentrados en un momento y lugar específicos, proporcionando así una mirada única a los vínculos familiares del grupo.

"Nuestro estudio ofrece una imagen concreta de lo que pudo ser una comunidad neandertal", resume Benjamin Peter (izquierda), uno de los autores principales del artículo, "y hace que los neandertales nos parezcan mucho más humanos".

Los restos analizados procedían de trece individuos, siete hombres y seis mujeres, ocho adultos y cinco menores. Entre ellos se identificaron los de un padre y su hija adolescente, además de dos parientes de segundo grado, un niño y una mujer adulta, que podría ser su prima, su tía o su abuela.

Algunas de las piezas dentales de la cueva Chagyrskaya examinadas en el estudio |Laurits Skov et al., Nature 2022.

Además de la relación establecida entre padre e hija adolescente, se comprobó mediante el ADN mitocondrial, que el padre estaba emparentado con otros dos hombres hallados, lo que sugiere que tuvieron una madre o abuela en común.

En cuanto a un cuarto hombre, no se ha podido comprobar el parentesco con el resto de varones cuyos restos fueron encontrados, aunque sí se ha descubierto que era primo de una de las dos mujeres que habitaron en la cueva.

Los investigadores encontraron varias heteroplasmias en el ADN mitocondrial, un tipo especial de variante genética (en la que un individuo tiene dos versiones diferentes de ADNmt en una misma célula) que sólo persiste durante un pequeño número de generaciones, un hecho que les permite confirmar que vivieron en un mismo periodo. Además, los genomas de Chagyrskaya contienen firmas de endogamia, en la forma de largos tramos de ADN idéntico heredado de cada padre.

Se cree que los neandertales vivían en pequeñas comunidades (entre 10 y 30 individuos por grupo). Esos grupos estaban conectados con otros en redes de interacción más amplias, formando la población completa de una región. El estudio confirma que los neandertales no vivían en comunidades completamente aisladas: los restos materiales de las dos cuevas respaldan los datos genéticos que indican que los grupos que habitaban las grutas estaban estrechamente vinculados.

Cueva de Chagyrskaya en las montañas Altai del sur de Siberia. Crédito: IAET

MIGRACIÓN DE LAS MUJERES

Por otro lado, al comparar la diversidad genética del cromosoma Y, que pasa de padres a hijos, con la diversidad del ADN mitocondrial, que se hereda de las madres, los investigadores descubrieron que la diversidad genética mitocondrial era mucho mayor que la del cromosoma Y. Eso sugiere que estas comunidades neandertales estaban vinculadas principalmente por la migración femenina y es consistente con otros análisis que avanzaban la hipótesis de que eran las mujeres las que dejaban la comunidad para unirse a la de quienes serían sus compañeros.

También se ha podido comprobar que, a pesar de la proximidad a la cueva Denisova, estas migraciones no parecen haber involucrado a los denisovanos, a pesar de vivir estos a apenas a 100 kilómetros de distancia: los investigadores no encontraron evidencia de flujo de genes denisovanos en los neandertales de Chagyrskaya.

Otro hallazgo que ha llamado la atención de los autores es la escasa diversidad genética dentro de la comunidad, que debía ser un grupo de entre 10 y 20 individuos. La cifra es más baja que las registradas en cualquier comunidad humana antigua o actual, y se asemeja más al tamaño de los grupos de especies en peligro de extinción, como los gorilas de montaña. "Sin embargo, los neandertales que hemos estudiado vivieron más de 10.000 años antes de que se produjese su extinción, es decir, eso es un periodo de tiempo más largo del que transcurrió desde el inicio de la agricultura en Europa hasta la actualidad", matiza Peter. "Por tanto, no creemos que nuestros resultados estén directamente relacionados con su desaparición".

Artefactos de piedra de la cueva de Chagyrskaya: fotografías (AC), dibujos lineales y perfiles transversales de tres herramientas bifaciales plano-convexas de tipos micoquiense. Barra de escala - 5 cm. Crédito de la imagen: Kolobova et al , doi: 10.1073 / pnas.1918047117.

Por otro lado, el análisis de un fósil hallado en la cueva de Denísova (a sólo 100 km de Chagyrskaya) había establecido que los neandertales habitaron el macizo de Altái desde mucho antes, hace unos 120.000 años. Sin embargo, el estudio que se publica en Nature señala que los habitantes de Chagyrskaya y Okladnikov no descienden de esos primeros grupos, sino que están estrechamente relacionados con los neandertales europeos. Una afirmación respaldada por los restos materiales: las herramientas de piedra de la cueva de Chagyrskaya son más parecidas a la llamada cultura micoquiense conocida en Alemania y Europa del Este. "No hay pruebas de que los neandertales hayan vivido fuera de Europa o Asia", recuerda Peter, "creemos, por tanto, que una migración desde Europa (quizás a lo largo de miles de años) es el escenario más probable".

Reacciones al estudio de investigación

Para la investigadora española María Martinón Torres (izquierda), directora del CENIEH, "lo que vemos en este trabajo es un proceso de empobrecimiento y agotamiento genético en circunstancias demográficas adversas y, en ese momento, probablemente ya irreversible. Era un grupo pequeño, con alto grado de parentesco entre sus miembros y con tan poca variabilidad genética que recoge la esencia de la extinción de los neandertales".

Para la paleoantropóloga, que no ha participado en el estudio, "se trata de una foto congelada de un proceso de extinción, es como el fotograma de la crónica de una muerte anunciada". En su opinión, es ciencia, pero con una carga poética y dramática tan grande, que pone los pelos de punta. "Ojalá algún día lleguemos a ese nivel de precisión con yacimientos como la Sima de los Huesos (en Atapuerca), donde tenemos un acumulación de una treintena de individuos que fueron arrojados allí intencionalmente, o en el nivel de TD6 de la Gran Dolina, para comprender la composición del menú caníbal y estar más cerca de entender qué sucedió allí en realidad", concluye. "Las historias de la Historia, qué maravilla".

Para el investigador español Antonio Rosas (derecha), director del Grupo de Paleoantropología MNCN-CSIC, se trata de un trabajo muy sólido y complejo, con sofisticados análisis estadísticos. Rosas celebra que lleguen a la misma conclusión que alcanzó su grupo con el análisis del ADN mitocondrial de los neandertales de la cueva de El Sidrón, en Asturias.

“En resumen”, señala, “en las sociedades neandertales practicaban la patrilocalidad. Es decir, eran las mujeres jóvenes las que cambian de grupo, permaneciendo los varones en el grupo parental. Es muy agradable ver cómo se confirman hipótesis extraídas del análisis de los neandertales de El Sidrón”.

Fuentes: elmundo.es | vozpopuli.com | 19 de octubre de 2022

El yacimiento de Cástulo arroja un nuevo 'tesoro' arqueológico

Javier Perales, Jesús Estrella, Marcelo Castro y José Ayala, junto a la estatua romana. / JUNTA DE ANDALUCÍA

En las obras de mejora medioambiental e infraestructuras que la Junta de Andalucía está realizando en el yacimiento íbero romano de Cástulo, en Linares, con cargo a la Inversión Territorial Integrada (ITI), se ha descubierto una escultura del siglo I, del cuerpo de una mujer, tallada en mármol, de 1,35 metros de altura y de más de 250 kilos de peso.

El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén, Jesús Estrella, ha informado sobre este descubrimiento “importante para la provincia desde el punto de vista de nuestra historia, del patrimonio y de la cultura”. Cástulo está considerado como uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país y de la que se ha excavado sólo una mínima parte, hasta ahora. La ciudad ibera de Cástulo era la capital de la provincia de Oretania y fue sometida por Cartago en el año 226 a.C. Después pasó al imperio de Roma en el 206 a.C, cuando se rindió a las legiones de Publio Cornelio Escipión.

La escultura ha sido trasladada al centro de interpretación de visitantes, sito en el propio enclave, donde se ha habilitado un taller provisional para su limpieza y documentación. Los primeros indicios conducen a pensar que pudiera tratarse de una imagen de la emperatriz Livia, esposa de Augusto.

“De nuevo Cástulo nos aporta un descubrimiento que sitúa a la propia ciudad íbero-romana y a la provincia de Jaén en la vanguardia de los tesoros escondidos bajo tierra”, ha explicado el delegado. En esta visita ha estado acompañado por el delegado territorial de Cultura, Turismo y Deporte, José Ayala, el alcalde de Linares, Javier Perales, y el director del conjunto arqueológico de Cástulo, Marcelo Castro.

La escultura ha sido encontrada en una de las zonas recién excavadas en el yacimiento. La intervención ha dado lugar a la localización de construcciones arqueológicas durante el levantamiento del firme de la carretera de acceso. Se ha realizado una limpieza y documentación de las construcciones y, de forma puntual, se han excavado puntos para conocer el contexto estratigráfico de las mismas. Las edificaciones se han identificado con unas termas y una extensa necrópolis de épocas íbera y romana conocida como Puerta Norte o Puerta Argentaria. Es precisamente aquí donde se ha localizado la escultura, en una sala longitudinal acabada en ábside.

Los estudios preliminares avanzan que la construcción de estas termas data de los siglos I o II y fueron abandonadas en los siglos II o III. Se estima que la incorporación de esta escultura de mujer pudo producirse como una mejora en la edificación original en el siglo I. Una vez que se finalicen las investigaciones, la estatua será trasladada al Museo Arqueológico de Linares para su exposición.

El yacimiento arqueológico de Cástulo sigue descubriendo extractos de historia que ayudan a configurar el pasado de la provincia jiennense. En el año 2020, los arqueólogos localizaban una cabeza de mármol anterior al siglo IV y que podría corresponder a una figura del dios Marte o la diosa Minerva. Fue en 2012 cuando se descubría el Mosaico de los Amores, elegido uno de los hallazgos arqueológicos del año, y en 2014 encontraban una patena de vidrio, también del siglo IV, con la imagen de Cristo. Por su parte, el alcalde de Linares, Javier Perales, ha incidido en la importancia de este hallazgo que debe ser “un aliciente” para que se siga excavando en el yacimiento, pero también para seguir atrayendo a un mayor número de visitantes ante la riqueza que atesora.

Mosaico de los Amores.

Con cerca de 520.000 euros de inversión, las obras que la Junta de Andalucía ejecuta en Cástulo tienen el objetivo de conseguir que el enclave arqueológico sea un lugar más agradable para el visitante. “Estamos creando infraestructuras, vamos a mejorar los servicios públicos, creamos senderos peatonales, sombras y mobiliario urbano para contribuir a que este lugar, que es uno de los mayores atractivos de la provincia de Jaén, mejore sustancialmente”, ha explicado Jesús Estrella.

Además de los 520.000 euros destinados a Cástulo, el Gobierno de la Junta de Andalucía trabaja en otros enclaves arqueológicos, como es el caso de las mejoras en Puente Tablas, yacimiento ibero de la capital, a la que se han destinado 300.000 euros, y la dotación de contenido para el Museo Íbero. “Trabajamos incansablemente para que Jaén sea la mejor embajadora a nivel mundial de la cultura íbera”, ha concluido el delegado.

Fuente: diariojaen.es | 14 de octubre de 2022

Un nuevo estudio apunta a que los neandertales eran grandes carnívoros

Representación artística de un neandertal en labores de caza.

¿Qué comían los neandertales? De manera tradicional se ha considerado a estos europeos extintos como carnívoros pertinaces. En las regiones más frías eran devoradores de mamuts, rinocerontes, búfalos y renos, lo que ha contribuido a su fama, del todo inmerecida, de toscos y brutos. Sin embargo, otros estudios atribuyen a estos homínidos instalados en la Península una dieta más variada, con una gran cantidad de vegetales e incluso peces, mejillones, crustáceos y otras especies marinas.

Una nueva investigación publicada este lunes en la revista científica PNAS añade un nuevo capítulo al debate sobre las aficiones culinarias de los neandertales. A partir del análisis con un nuevo método del molar de un individuo hallado en el yacimiento de Gabasa (Huesca), el equipo, en el que participan investigadores españoles, ha determinado que los neandertales de Huesca «eran de modo predominante carnívoros, incluso más que los lobos, los linces y los zorros», afirma a este periódico Klervia Jaouen (izquierda), del Laboratorio de Geociencias y Medio Ambiente de Toulouse (GET-CNRS) y autora principal del estudio.

Para determinar la posición de un individuo en la cadena alimentaria, hasta ahora los científicos tenían que extraer proteínas y analizar los isótopos de nitrógeno presentes en el colágeno óseo. Sin embargo, este método solo se puede usar en ambientes templados y en muestras de más de 50.000 años. Cuando no se cumplen estas condiciones, el análisis de isótopos de nitrógeno es muy complejo, o incluso imposible. Este fue el caso del molar del yacimiento oscense de Gabasa.

Molar hallado en el yacimiento de Gabasa y analizado en el estudio de investigación.

Dadas estas limitaciones, Jaouen y sus colegas decidieron analizar las proporciones de isótopos de zinc presentes en el esmalte dental, un mineral resistente a todas las formas de degradación. Cuanto más bajas son las proporciones de isótopos de zinc en los huesos, más probable es que pertenezcan a un carnívoro. El análisis también se llevó a cabo en huesos de animales de la misma época y zona geográfica, incluidos carnívoros como linces y lobos, y herbívoros como conejos y rebecos. Los resultados mostraron que el neandertal al que pertenecía este diente, un individuo ya mayor cuyo sexo se desconoce, probablemente era un carnívoro extremo.

Comía médula ósea

Los huesos rotos encontrados en el sitio, junto con los datos isotópicos, indican que este individuo también comía la médula ósea de sus presas, sin consumir los huesos, mientras que otros trazadores químicos muestran que fue destetado antes de los dos años. Los análisis también muestran que el neandertal probablemente murió, por causas también desconocidas, en el mismo lugar en el que había vivido cuando era niño.

Valores de δ66 Zn de esmalte por taxón de mamíferos para diferentes grupos dietéticos de Gabasa, España Tenga en cuenta que las submuestras tomadas de un solo diente reflejan diferencias en los valores dietéticos de 66 Zn. Véase el texto para una discusión detallada sobre el bajo valor de δ 66 Zn neandertal.

El neandertal de Gabasa comía ciervos, caballos y conejos. «Nuestra investigación sugiere que los neandertales eran principalmente carnívoros. Las proporciones de isótopos de zinc registran el consumo de alimentos consumidos con frecuencia. Si los neandertales comían algunas plantas de vez en cuando, no podemos detectarlo», señala la investigadora.

«Descartar por completo que este ejemplar fuera omnívoro, es difícil porque nuestro rastreador es nuevo. Actualmente estoy trabajando en un gran proyecto que ayudará a detectar si el consumo de algunos productos vegetales también podría explicar nuestra observación en Gabasa», explica la autora. Por lo que saben hasta ahora, era un carnívoro extremo. Sin embargo, «podría matizarlo: las frutas tienen un contenido muy bajo en zinc, por lo que si los neandertales las hubieran comido a diario, no estoy segura de que pudiéramos detectarlo».

Para confirmar sus conclusiones, los científicos esperan repetir el experimento con individuos de otros sitios, especialmente de Payre, en el sureste de Francia, donde se están realizando nuevas investigaciones.

Trabajos de excavación en el yacimiento de Gabasa, España. Crédito: Lourdes Montes.

Un cazadero

Para Marina Lozano Ruiz (izquierda), investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) y profesora asociada en la Universidad Rovira i Virgili, «lo más destacable de este artículo es la nueva metodología que presenta. Tal y como dicen los autores, los análisis de isótopos estables en el colágeno de los huesos tienen ciertas limitaciones (relacionadas con la conservación de los restos, posible contaminación...). Por tanto, poder obtener información del esmalte dental, que se conserva mucho mejor, es muy positivo».

Lozano, que no ha participado en este estudio, tiene una amplia experiencia en el análisis de dientes neandertales. «Los resultados obtenidos son interesantes porque van en la línea de otros estudios isotópicos que identifican algunas poblaciones neandertales con una dieta carnívora. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se ha analizado un individuo y no se pueden extrapolar los resultados a todos los neandertales». Como indica, hay que tener en cuenta que «estos homínidos vivieron durante un lapso temporal de más de 200.000 años, en el que se produjeron diferentes cambios climáticos, con los cambios en el entorno, la vegetación y la fauna que implican. Sabemos que adaptaron su alimentación a períodos más fríos y a otros más templados. Por tanto, no es sorprendente que un individuo en un hábitat de montaña tuviera una dieta carnívora».

En Gabasa se han encontrado restos de cinco neandertales. «Era un lugar de caza, no vivían allí», explica Pilar Utrilla (derecha), codirectora del yacimiento y catedrática emérita de la Universidad de Zaragoza. «Los humanos cazaban ciervos y caballos en verano. Se sabe, porque los huesos con huellas de sílex eran de ejemplares infantiles, nacidos en primavera. Después, sus presas, o las que habían cazado otros carnívoros, se las llevaban a otro lugar donde vivían sus familias», dice la investigadora, también coautora del estudio. En la cueva se ha registrado la presencia de 80 ejemplares de carnívoros entre osos, hienas, felinos y lobos, y un número mínimo de 475 herbívoros. Una auténtica sala de despiece para humanos y animales.

Fuentes: abc.es | yahoo.com | phys.org| 17 de octubre de 2022

Una investigación pionera logra datar el primer consumo de leche en la Europa prehistórica

Un nuevo estudio ha demostrado que la leche fue utilizada por los primeros granjeros de Europa Central a principios del Neolítico hace unos 7.400 años, mejorando la capacidad de los humanos para obtener sustento de la leche y estableciendo los primeros cimientos de la industria láctea.

La investigación internacional, dirigida por la Universidad de Bristol y publicada hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), desplegó una técnica pionera para datar restos de grasa láctea conservados en las paredes de vasijas de cerámica del siglo LIV a.C. Este método apunta a los ácidos grasos de los residuos de grasa animal, lo que lo hace especialmente adecuado para identificar la introducción de nuevos alimentos en tiempos prehistóricos.

La autora principal, la Dra. Emmanuelle Casanova (izquierda), quien realizó la investigación mientras completaba su doctorado en química arqueológica en la Universidad de Bristol, dijo: “Es sorprendente poder datar con precisión el comienzo de la explotación de la leche por parte de los humanos en tiempos prehistóricos. El desarrollo del agro-pastoralismo transformó la dieta humana prehistórica al introducir nuevos productos alimenticios, como la leche y los productos lácteos, que continúa hasta el día de hoy”.

Estos colonos del sureste, este y oeste de Europa fueron los primeros grupos agrícolas neolíticos en Europa central, conocidos como la Cultura de Cerámica de Bandas. Los hallazgos de esta investigación mostraron que algunos de los primeros pobladores de la región estaban usando leche a gran escala.

Cerámica de Bandas de la región de Alsacia en exhibición en el Museo Histórico de Mulhouse, Francia.
Emmanuelle Casanova.

Este trabajo forma parte del proyecto Neomilk del Consejo Europeo de Investigación (ERC) dirigido por el profesor Richard Evershed (derecha), de la Facultad de Química de la Universidad de Bristol. Su equipo analizó más de 4.300 vasijas de 70 asentamientos de la Cultura de Cerámica de Bandas en busca de residuos de alimentos. Los resultados revelaron una variación considerable en el uso de la leche en toda la región, con solo el 65 por ciento de los sitios que presentaban evidencia de grasas lácteas en recipientes de cerámica, lo que sugiere que el uso de la leche, aunque común, no fue adoptado universalmente por estos primeros agricultores.

Centrándose en los sitios y cerámicas con residuos lácteos, los investigadores produjeron alrededor de 30 nuevas fechas de radiocarbono para trazar el advenimiento de la explotación lechera por parte de los agricultores de la Cerámica de Bandas. Estas nuevas fechas corresponden a los primeros asentamientos de esta cultura a mediados del VI milenio a.C.

Parte de una vasija de la cultura de Cerámica de Bandas utilizada para el almacenamiento de alimentos. Hallada en Colmar, Alsacia, Francia. Emmanuelle Casanova.

El coautor principal, el profesor Evershed, afirma: “Esta investigación es muy importante, ya que proporciona nuevos conocimientos sobre el momento de los principales cambios en las prácticas de adquisición de alimentos por los humanos, a medida que evolucionaron en toda Europa. Proporciona evidencia clara de que los productos lácteos estaban en circulación generalizada en el Neolítico Temprano, a pesar de las variaciones en su escala de actividad”.

El estudio se realizó en colaboración con especialistas en química de la Universidad de Bristol y arqueólogos de las Universidades de Gdańsk, París 1, Estrasburgo, Leiden y Adam Mickiewicz, el Museo del Castillo de Dobó István, Inglaterra Histórica y el Servicio Estatal de Patrimonio Arqueológico LVR. , que dirigió las excavaciones de los sitios estudiados.

Fuente: Universidad de Bristol | 17 de octubre de 2022

La importancia del primer vaso de leche

Cerámica procedente del yacimiento arqueológico de Verson (Francia) analizada para la identificación de restos de leche en el Neolítico. Annabelle Cocollos, Conseil départemental du Calvados ou CD14 publi..., CC BY-SA.

Un gesto tan cotidiano como beber un vaso de leche resulta un tema de investigación de primer orden. Al hacer la compra nos cuesta pensar en un supermercado sin leche, mantequilla, yogures, queso o cualquier otro producto lácteo. En Europa y en otras partes del mundo, la leche es un alimento básico, lo consumimos diariamente y tiene un indudable valor económico para la industria alimenticia. Pero no siempre fue así.

El consumo de leche y otros productos lácteos fue un cambio radical para el Homo sapiens que tiene consecuencias hasta nuestros días. Conocer cuándo se inició su consumo, qué grupos humanos fueron los primeros y qué ventajas supuso es crucial para entender nuestros hábitos y descifrar los problemas de intolerancia a la lactosa que persisten en tiempos modernos.

La leche y la miel no dejan huella

Los restos de estructuras, la cerámica y las herramientas en piedra, hueso o metal son los principales aliados del arqueólogo para conocer usos y costumbres de nuestros antepasados. A menudo, en los yacimientos arqueológicos aparecen huesos de animales y restos de plantas que permiten identificar qué se comía y cómo se cocinaba. De esta manera sabemos de qué se alimentaban en distintos momentos de la Historia y cuándo se introdujeron algunos de los alimentos más relevantes de nuestra dieta actual.

Sin embargo, en algunos casos, no es fácil encontrar restos de estos alimentos. La leche o la miel, por ejemplo, no dejan “huellas visibles”. Pero hay otra manera de identificarlos.

Los arqueólogos podemos dar respuesta a estas preguntas a través del análisis de los primeros recipientes que se utilizaron para beber o cocinar con leche durante la Prehistoria.

Cerámica cardial de Cova Eirós (Galicia, España) con restos de grasas de haber. cocinado carne durante el Neolítico GEPN-AAT/IPHES, CC BY.

Los primeros vasos de cerámica

El cultivo de cereales y la cría de animales domésticos comenzó hace unos 10.000 años. En este momento, los grupos humanos dejamos de ser exclusivamente cazadores, recolectores y pescadores. Este cambio tuvo lugar en Próximo Oriente extendiéndose más tarde por toda Europa. Podría parecer poco relevante, pero supuso un cambio transcendental para la humanidad.

En aquel momento empezamos a comer nuevos alimentos, cambiamos la forma de vivir, de relacionarnos y de modificar el medio ambiente. Todos estos cambios no se produjeron de forma simultánea, sino que llevaron distintas dinámicas según los territorios geográficos.

Fue también a partir de entonces cuando se generalizaron los vasos de cerámica, que comienzan a aparecer en grandes cantidades en los yacimientos arqueológicos excavados de esas épocas. Estos recipientes son los que han permitido estudiar los primeros restos del consumo de lácteos.

La cerámica es una tecnología que permite hacer recipientes de distintas formas que se usan, sobre todo, para cocinar y almacenar alimentos y bebidas. Estas vasijas permiten calentar y cocinar los alimentos directamente sobre el fuego, produciendo residuos que, generalmente, no son visibles para los arqueólogos.

En ocasiones excepcionales, podemos ver directamente los restos de los alimentos aunque, en la mayor parte de los casos, ¡no se puede! Sin embargo, hemos encontrado un modo de extraer la información que buscamos.

Vaso cerámico del yacimiento de Must Farm (Cambridgeshire, Reino Unido) con restos de comida en su interior. Es uno de los raros casos en los que este tipo de residuo se conserva en el interior. Matthew von Tersch, @Cambridge Archaeological Unit). Incluido en Cubas et al. CC BY.

Restos de leche en microporos

Cuando se elabora un recipiente cerámico a mano, se mezcla arcilla con fragmentos de piedra u otros materiales -desgrasantes- y agua, así es posible darle la forma que queremos. Una vez hecho el recipiente, es necesario cocerlo en el fuego para que la arcilla se endurezca y conserve su forma. Este proceso es fundamental para la conservación de los “restos” de comida en su interior.

Al moldear la arcilla, se forma una serie de poros que son espacios “vacíos” que entran en contacto con la comida y “encapsulan” biomoléculas, los lípidos, que son característicos de los distintos tipos de comida. Estos lípidos son fundamentalmente las “grasas”, los aceites o los triglicéridos que tienen los alimentos.

En el laboratorio, a partir de los fragmentos y vasijas cerámicas que aparecen en los yacimientos arqueológicos, somos capaces de recuperar estas grasas. Para ello se unen la arqueología y la química orgánica. A partir de las propiedades químicas de los lípidos, se han desarrollado técnicas de extracción que permiten su recuperación y el análisis de su composición molecular e isotópica para saber qué alimento se cocinó en el recipiente.

Los primeros vasos de leche

La introducción y aplicación de estas técnicas de análisis biomolecular al estudio de la cerámica arqueológica permite responder algunas de las preguntas sobre el origen de los alimentos, entre ellos, la leche.

En la actualidad sabemos que la leche se empezó a consumir hace 7 000 años en Próximo Oriente y posteriormente en el resto de Europa. Pero lo más interesante es que cuando empezaron a beber y cocinar con leche, las poblaciones prehistóricas eran intolerantes al ingrediente de la lactosa.

Entonces, ¿por qué consumían un alimento que les producía malestar? Las diferencias en el consumo de leche durante la Prehistoria en distintas partes del continente han llevado a los investigadores a proponer hipótesis relacionadas con la salud de las poblaciones y otros factores como la hambruna o los períodos de escasez de alimentos.

La combinación de estos análisis con otras líneas de investigación, como el ADN, para identificar exactamente cuándo se produce la mutación genética que permite la tolerancia a la lactosa, son prometedoras y, sin ninguna duda, contribuirán a comprender cuándo, cómo y por qué la leche cambió nuestras vidas.

Fuente: theconversation.com | 18 de octubre de 2022

  1. Investigadora Ramón y Cajal, Universidad de Alcalá

  1. Investigadora postdoctoral, Universidad de Burgos