Descubren el calendario maya más antiguo: las tablas astronómicas del sigo IX describen el ciclo de la Luna y los planetas más allá de 2012


Las tablas astronómicas del siglo IX, pintadas en las paredes de una casa en un yacimiento de Guatemala, describen el ciclo de la Luna y los planetas mucho más allá de 2012


Figuras humanas que aparecen en una de las paredes con las tablas astronómicas - NATIONAL GEOGRAPHIC

Un equipo de arqueólogos norteamericanos ha descubierto en el yacimiento de Xultún, una gran ciudad escondida en la selva de Petén, en Guatemala, el calendario maya más antiguo que se conoce. Estas tablas astronómicas del siglo IX, que anteceden en varios siglos a los famosos códices mayas escritos en papel de corteza, están pintadas en los muros intactos de lo que parece ser la vivienda de un escribano. Las paredes, adornadas con pinturas únicas -una de ellas representa una formación de hombres con uniformes negros-, están repletas de cientos de números garabateados. Los glifos son cálculos de ciclos: el ceremonial de 260 días, el solar de 365 días, el de 584 días del planeta Venus y el de 780 días de Marte. Las tablas, que intentan encontrar la armonía entre los eventos celestes y los rituales sagrados, se extienden unos 7.000 años en el futuro y son cíclicas, por lo que, según los investigadores, no proporcionan ninguna señal para pensar que el fin del mundo ocurrirá en diciembre de 2012, como la creencia popular se empeña en mantener. El sorprendente hallazgo aparece publicado en revista Science.
Xultún, un área de 12 kilómetros cuadrados donde decenas de miles de personas vivieron una vez, comenzó a construirse en el siglo I antes de Cristo. El lugar prosperó hasta el final del período Clásico maya -su último monumento data del año 890 d.C.- y quedó en el olvido hasta que fue descubierto hace unos cien años por unos trabajadores guatemaltecos. En 2010, una expedición financiada por la National Geographic Society sacó a la luz una vivienda de la antigua ciudad oculta por la vegetación, a un metro bajo la superficie.
Lo que había dentro asombró a los arqueólogos. Tres muros pintados, cada uno con su propia historia, prácticamente intactos. En ellos, pequeños glifos rojos y negros arriba y abajo por toda la pared, barras y puntos que representan columnas de números. «No es un templo ni un monumento. Por primera vez, teníamos ante nuestros ojos los registros reales en poder de un escribano», describe por teléfono a ABC.es William Saturno, profesor de arqueología en la Universidad de Boston (EE.UU.). «Es como ver un episodio de la serie de televisión 'Big Bang Theory', utilizaban las paredes como un pizarrón para escribir sus problemas matemáticos», continúa. El investigador cree que los escribanos o astrónomos de la época copiaron los datos de «algún libro que no ha llegado hasta nuestros días».

Predicción de eclipses

Las pinturas representan el primer arte maya encontrado en las paredes de una casa. El muro norte, al frente según se entra en la habitación, muestra a un rey sentado, vestido con plumas azules. La imagen de otro hombre aparece en un vibrante color naranja. Los glifos cerca de su cara le llaman «hermano más joven de Obsidian», un curioso título rara vez visto en los sitios mayas. Saturno cree que puede tratarse del hijo o del hermano menor del rey, posiblemente el escriba que vivió en la casa.
En la pared oeste, otras tres misteriosas figuras masculinas aparecen pintadas de negro, con taparrabos blancos, medallones alrededor de sus cuellos y tocados con una pluma, algo que también supone una novedad. Una especialmente corpulenta «como un luchador de sumo» es el «hermano mayor de Obsidian».
Pero lo que sin duda resulta más atractivo y misterioso son los calendarios y los cálculos que, en vez de en códices, como ocurriría cientos de años después -el más famoso es el códice de Dresde-, han aparecido escritos en las paredes. El muro oriental está dominado por figuras numéricas, incluidas las columnas de números que representan los cálculos de conteo y calendario. Algunos siguen las fases de la Luna, otros intentan reconciliar los períodos lunares con el calendario solar, «una forma de predecir eclipses», dice Saturno. Incluso algunas notas pintadas en rojo junto a los cálculos parecen correcciones. «Los mayas tenían grandes conocimientos de astronomía», dice el arqueólogo. «Los utilizaban para planificar sus eventos en sus vidas, como por ejemplo la coronación del rey o cuándo empezar una guerra con otro pueblo».

7.000 años en el futuro

Precisamente, en el muro norte cuatro largos números que representan de un tercio de millón a 2,5 millones de días reúnen todos los ciclos astronómicos que los mayas consideraban importantes, como los de Marte, Venus y los eclipses lunares. Estas fechas se extienden unos 7.000 años en el futuro, demasiado tiempo como para considerar que el mundo puede acabar en 2012.
Muy al contrario, los científicos creen que estos símbolos reflejan una visión determinada del mundo que nada tiene que ver con las populares profecías sobre el final de los tiempos. «Para los mayas todo era cíclico», dice William Saturno, que se ríe al recordar los terribles presagios para finales de año y pone un ejemplo: «Debemos pensar en el cuentakilómetros de un coche, cuando se pone otra vez a cero, vuelve a empezar». Pese a estos razonamientos, el científico está convencido de que cuando llegue el 21 de diciembre y no ocurra nada, los catastrofistas «se inventarán una nueva fecha». «Tenemos algo que aprender de los mayas y es que nosotros, en vez de pensar en cómo mejorar el mundo, parece que solo pensamos en su fin», reflexiona.

Fuente: abc.es

Collodictyon, organismo que cambia el árbol de la vida.

Por José de Toledo | Apuntes de Naturaleza 
En biología, como en otras ciencias, es muy raro que aparezcan nuevos resultados que modifiquen de una manera importante la forma en la que entendemos el mundo. Pero la publicación de un artículo hace unos días puede cambiar nuestras ideas sobre el árbol de la vida.
En dicha publicación se da a conocer al que han llamado "el ancestro más antiguo del hombre", el Collodictyon, un tipo deprotozoo que han encontrado en un lago noruego. Se trata de un organismo que no encaja con ninguna de las líneas evolutivas conocidas hasta ahora. Lo han clasificado de momento como un protozoo porque en realidad esun cajón de sastre para muchos seres vivos que no terminamos de entender ni podemos clasificar.
Pero, ¿qué es lo que lo hace tan especial? Básicamente, que mezcla características de varios grupos distintos y, al mismo tiempo, tiene algunas que nunca se habían visto. Los biólogos clasifican todos los seres vivos en un sistema de taxonesgrupos afines que están relacionados evolutivamente. La forma más fácil de verlo es como un sistema de cajones. Cada cajón guarda organismos que tienen algo en común. En los cajones más grandes (Reino o Filo) las características comunes son muy generales. Según se van haciendo más pequeños los cajones, las diferencias son menores, hasta llegar al cajón más pequeño, el de Especie.
El taxón más alto que se acepta hoy en día es el de Dominio, y sólo hay tres: bacterias, arqueas y eucariotas. El siguiente es el de reino, y para eucariotas, que es al que pertenecemos todos los animales y plantas, hay cuatro: Animales, Plantas, Hongos y Protistas (o protoctistas). Lo que todos estos seres vivos tenemos en común es que nuestros cromosomas están contenidos en una membrana, es decir, que tenemos núcleo celular.
Una de las características que diferencian a los distintos reinos es el número de flagelos. Puede parecer una diferencia poco importante, pero no es así por dos buenos motivos. El primero es que las diferencias en el número de flagelos implican distintas formas de moverse, y esta es la "primera gran decisión" de todos los organismos. Y la segunda es que, hasta ahora, sólo se conocían dos opciones:tener dos flagelos por célula, como las algas y las plantas; o uno como los hongos, amebas y animales.
Pero esto ha cambiado al estudiar al protozoo de Noruega. Este organismo tiene cuatro flagelos, y por su estructura y su disposición en la célula, los investigadores están razonablemente seguros de que es una opción totalmente distinta. Es decir, que no son dos pares del mismo tipo de flagelos que había antes, ni cuatro copias del otro tipo de flagelos. Esto coloca a este protozoo en un lugar nuevo del árbol de la vida, a mitad de camino entre los dos anteriores.
Pero ahí no queda la cosa. Por su estructura celular interna, se parece al tipo más antiguo de organismos con dos flagelos, los Excavata. Pero la forma de su membrana celular es igual a la de ciertos tipos de amebas, que serían los más antiguos con un sólo flagelo. Al tener características de ambos grupos, habría que situarlo en un escalón evolutivo por debajo. Es decir, este nuevo tipo de seres vivos serían los antecesores comunes tanto de plantas como de animales.
El siguiente paso que tienen que dar los investigadores es el de encontrar más organismos parecidos. El problema está en que este tipo de seres vivos no son fáciles de encontrar, y tampoco de criar en el laboratorio. De momento, sólo se conoce un posible "primo evolutivo" de estos curiosos organismos, otro protozoo encontrado en Japón. Cuando se consiga secuenciar su ADN y se compare con el de Noruega, se podrá ir rellenando esta nueva rama del árbol de la vida. O podarla por completo, si se encuentra otra explicación mejor.

Fuente: Yahoo.es 

Cuerpos despellejados, misterioso ritual mortuorio en el Himalaya.



Los restos de 27 hombres, mujeres y niños de la antigüedad se han descubierto en cuevas sobre acantilados en Nepal. Los expertos afirman que muchos de los huesos muestran cortes que apuntan a un ritual mortuorio desconocido hasta el momento.
Los cuerpos, a muchos de los cuales se les había quitado la carne,fueron colocados en altísimos depósitos de cadáveres hace alrededor de 1.500 años.
Los investigadores, que encontraron los restos en 2010, indicaron que cerca del 67 por ciento de los cuerpos habían sido despellejados, probablemente con un cuchillo de metal.
Después del proceso de desollamiento, los cuerpos se dejaron cuidadosamente sobre plataformas anchas de madera, aventuran los investigadores. No obstante, debido a siglos de exposición a los elementos, los huesos y las plataformas, así como muchas de las cuevas en sí se habían derrumbado para cuando el equipo entró en las estancias.
Entre el montón de cosas se encontraron también restos de cabras, vacas y caballos, quizás sacrificios de ofrenda para los muertos, aunque su intención sigue siendo un misterio.
Excavadas en los acantilados del distrito de Upper Mustang, con su característico color rojizo, las cuevas de manufactura humana se encuentran a 4.200 metros sobre el nivel del mar, a bastante más altura que el pueblo de Samdzong.
En la antigüedad, los afloramientos rocosos y, probablemente, el uso de escaleras, habría facilitado el acceso a las cuevas. Sin embargo, desde entonces la erosión ha convertido las cuevas en lugares tan sólo accesibles para escaladores expertos, como Pete Athans, que ha conquistado la cima del Everest en siete ocasiones y que fue uno de los co-líderes del equipo.
"Las pistas sobre cuándo se construyeron estas cuevas y quién las construyó se están deshaciendo ante nuestros ojos”, dijo Athans en una declaración ante la prensa. “La tumba de la cueva se encuentra gravemente amenazada. Está situada sobre una matriz de roca frágil que ya se ha derrumbado alguna vez en el pasado. No creo que la tumba hubiese aguantado otro monzón”.

Despellejados, con todos los respetos

Se sabe muy poco sobre los tres antiguos grupos del Himalaya que despellejaban y enterraban a sus muertos en las altas cuevas de Mustang, lo que hace los motivos que rodean al rito incluso más turbios. A pesar de todo, el equipo ha descartado el canibalismo.
"Cuando uno quiere la carne, procesa el esqueleto de forma muy diferente de cuando sólo intenta quitarla”, explicó el líder del proyecto, Mark Aldenderfer, arqueólogo de la Universidad de California, en Merced.
"En los casos de canibalismo, la base del cráneo suele estar aplastada (para llegar al cerebro), y los huesos están rotos y retorcidos, normalmente para intentar alcanzar la médula. Nada de esto se da en niguna de las partes del cuerpo que hemos recuperado.
"Esto se hizo de forma respetuosa”, añadió Aldenderfer, que recibió financiación parcial por parte del National Geographic Society's Committee for Research and Exploration (Comité para la Investigación y la Exploración de la Sociedad National Geographic). Esta sociedad es la propietaria de National Geographic News.
Los análisis preliminares de ADN de algunos de los huesos sugieren que los sujetos despellejados estaban relacionados. "Supongo que muchas de estas cuevas mortuorias son para familias extensas numerosas”, dijo Aldenderfer. "Éste debía de ser su lugar tradicional de entierro, y las demás familias tendrían el suyo propio”.

¿Un rito de segunda mano?

Aldenderfer y su equipo creen que la práctica de desollar cuerpos y enterrarlos en cuevas podría ser un nexo, hasta ahora desconocido, entre otros dos rituales mortuorios cuya existencia ya se conocía.
Por un lado, el funeral celeste tibetano (que, según se cree, se originó varios cientos de años después) incluye el desmembramiento de un cuerpo y su exposición a los elementos y a los animales carroñeros, como los buitres. El Tíbet actual se encuentra a tan sólo 16 kilómetros de las tumbas de las cuevas.
El otro ritual funerario es más antiguo y viene de la religión de Zoroastro, cuyas raíces se remontan a la antigua Persia (la actual Iran). Según Aldenderfer, se sabe que los zoroastristas “quitaban la carne de sus muertos y se la daban a los animales como comida”.
Los antiguos habitantes de la región Upper Mustang podrían haber adoptado rituales funerarios de los viajeros zoroastristas que se dirigieran al oeste, indicó Aldenderfer. Estos ritos, a su vez, se podrían haber transformado en el ritual funerario celeste de los tibetanos o, por lo menos, haberlo inspirado.
Esta idea, de acuerdo con el antropólogo Mark Turin, que no formó parte del proyecto, es una “hipótesis interesante y que se puede desarrollar perfectamente".

«Complejos residenciales»

Los nuevos hallazgos no son sino los más recientes de una serie de ellos descubiertos en los remotos acantilados. En los años ochenta, un equipo nepalí-alemán descubrió tumbas en cuevas que databan de 3.000 años atrás. Sin embargo, los restos humanos encontrados en esas cuevas no habían sido despellejados.
En 2009, el equipo que ha llevado a cabo el hallazgo más reciente anunció que había encontrado una cueva en un acantilado con un valioso contenido consistente en arte tibetano, manuscritos y esqueletos del siglo XV.
Junto con el reciente descubrimiento de las cuevas mortuorias, el equipo de Aldenderfer ha encontrado cuevas adyacentes que se crearon posteriormente, con toda probabilidad con la intención de usarlas como viviendas.
"No creo que la gente que construyó estos ‘complejos residenciales’ supiera en realidad que las cuevas mortuorias estaban cerca”, comentó Aldenderfer.
Turin, director del Proyecto Digital Himalaya en la Universidad de Cambridge, aseguró que no le sorprendía que la gente se hubiera sentido atraída de forma repetida hacia los acantilados de Upper Mustang, a pesar de las dificultades.
De hecho, el aislamiento del acantilado podría haber supuesto una parte importante de su atractivo. Muchas de las creencias locales que se han venido practicando en la región, incluido el budismo, otorgan un gran valor a la idea del retiro espiritual, añadió Turin.

Paisaje sagrado

"Hoy en día los monjes pueden practicar y residir en monasterios, pero estamos hablando de épocas muy anteriores a la creación de los monasterios”, prosiguió. "Perfectamente podrían estas cuevas haber sido lugares protomonásticos… y, como tales, la gente se podría haber retirado a ellos o haber enterrado a sus muertos en ellos”.
Además, Turin añadió, la gente de la época podría haberse sentido unida a la tierra de una forma que podría resultar difícil de comprender para muchos occidentales modernos.
Incluso hoy en día, “hay una historia muy famosa sobre el amansamiento del territorio que aún circula… Cuando los santos budistas llegaron y mataron a las deidades locales, su sangre (y sus partes del cuerpo) mancharon la tierra y crearon los colores” del paisaje, dijo Turin.
"La cultura religiosa que existe en las mentes de las personas se puede leer en el paisaje de su tierra. Esto significa que el paisaje es sagrado, y que por lo tanto las cuevas y los lugares de retiro lo son igualmente”.
Fuente: National Geographic (en español).

Talismanes egipcios para protegerse del mal.




Para buena parte de las civilizaciones de la Antigüedad, como Egipto, Grecia o Roma, la magia era una realidad palpable, capaz de dañar y destruir a sus víctimas o, en su cara más amable, proteger frente a los peligros cotidianos o incluso servir de "escudo" contra los maleficios.
Uno de los ejemplos más singulares lo encontramos en Londres, en el célebre y siempre concurrido British Museum.
Allí, en una tranquila sala alejada del bullicio que acompaña a otras galerías, se conserva una sorprendente pieza que pone de manifiesto el importante papel que jugó la magia —o más bien la creencia en su existencia y efectividad— en prácticamente todas las culturas del mundo antiguo.
Los antiguos egipcios atribuían a estas singulares piezas "mágicas", conocidas como 'Cippus'o 'Estelas de Horus', ciertas propiedades de carácter protector.
Se trata de relieves escultóricos de origen egipcio que se hicieron especialmente populares en época tardía, y de forma especial a partir del siglo VI antes de nuestra era.
Los 'Cippus' suelen representar a Horus Harpócrates —Horus el niño— "triunfando" sobre animales peligrosos, y en especial sobre cocodrilos, serpientes y escorpiones.
La razón de esta iconografía reside en el hecho de que los antiguos egipcios creían que estas estelas tenían el poder de proteger y curar —llegado el caso— frente a las mordeduras y veneno de dichos animales.


A su vez, la base de esta creencia se encuentra en un antiguo mito egipcio, en el que Horus y su madre Isis eran atacados por una alimaña mientras se ocultaban del malvado Seth en el delta del Nilo.
Thot, el dios de la sabiduría, los hechizos y la medicina, sanó las heridas de Horus y le concedió el poder de dominar a estas criaturas. De ahí que se le represente pisando los cocodrilos y sosteniendo en sus manos serpientes y escorpiones.
En algunas ocasiones Horus aparece acompañado por el dios enano Bes, una divinidad también relacionada con la protección a las madres y sus niños, así como con amuletos mágicos, objetos que también fueron usados de forma habitual como método para protegerse de picaduras de animales venenosos.
Tampoco es extraño en este tipo de piezas que aparezca representado, aunque sea en jeroglíficos, el dios Heka, divinidad egipcia de la magia.
Este tipo de piezas son relativamente abundantes, así que la próxima vez que visitéis algún museo que cuente con una colección de antigüedades egipcias estad atentos, pues es muy posible que tengáis la oportunidad de ver una de estas curiosas estelas mágicas.

Fuente: Yahoo Noticias, artículo de Javier García Blanco.




¿Por qué este cuadro me suena?




Este es un viaje desde la tela de un cuadro al sonido de bellas notas musicales. Vihuelas, laúdes, guitarras barrocas, arpas… instrumentos que grandes artistas plasmaron en sus cuadros y esculturas van a tener una segunda vida para que podamos disfrutar del placer de escucharlos. Un proyecto en el que participan seis museos españoles está construyendo una docena de réplicas de instrumentos de música antigua. Para ello se han tomado como modelo las obras de arte en las que fueron representados. Se quiere rendir homenaje al periodo —entre 1350 y 1650— en el que los violeros españoles demostraron una maestría, sin paragón en Europa, en la fabricación de piezas con las que se interpretaban melodías en las cortes y en los hogares. Pero de aquella labor artesanal "queda poca constancia, con los objetos en muy mal estado", explica Javier Martínez, coordinador del programa Musas, música, museos, que va a intentar acabar con esta carencia.
Martínez (Guadalaviar, Teruel, 1959) destaca que en el siglo XVI solo entre Madrid y Toledo había unos 60 violeros, que "hacían instrumentos para una élite pero también para clases más populares". "Nuestro objetivo es romper la barrera de desconocimiento que hay en España de un arte que no había en otros países porque en ellos la fabricación estaba estandarizada".
l proyecto Musas, música, museos, que cuenta con 96.000 euros de patrocinio del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, no va a dejar que las réplicas fabricadas se queden en la vitrina, sino que habrá conciertos de unos veinte minutos de duración –bautizados con el nombre de "escuchando cuadros"– en los que estas joyas sonarán junto a los lienzos de los que salieron. Se interpretarán piezas de músicos españoles coetáneas a las pinturas.
El primero de estos recitales ya se ofreció en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza el mes pasado. Le seguirán el Museo de Bellas Artes de Valencia (18 y 25 de mayo); el Museo Lázaro Galdiano, en Madrid (18 y 26). En el museo toledano de Santa Cruz, a estas actuaciones –27 de mayo y 8 de junio– se unirá el 26 de mayo un concierto nocturno de vihuela de mano en la antigua calle donde tenían sus talleres los violeros. En el Museo Nacional de Escultura (Valladolid), las citas son el 1 y 23 de junio. Finalmente, en el Museo de la Trashumancia, en la localidad turolense de Guadalaviar, los aficionados podrán acudir el 29 de junio. Precisamente, la asociación de amigos de este pequeño museo y la asociación cultural Universi Musarum fueron los promotores de esta idea para la recuperación de instrumentos antiguos, en la que junto a Martínez participa el también violero Evaristo Bretos.

Talleres en Pamplona y Zaragoza

Las piezas se fabrican en dos talleres de Pamplona y Zaragoza. En este proceso, que lleva unas 200 horas de trabajo, primero se estudian las fotos en alta resolución que se han tomado de los cuadros "para sacar todos los detalles" y se consultan fuentes literarias, estudios de la época y ordenanzas del gremio de los violeros. "La reconstrucción sigue la máxima fidelidad en cuanto a la geometría, las proporciones, la decoración y el tratamiento de las superficies", enumera Martínez. " "Es un trabajo delicado, que plantea muchos interrogantes, porque son objetos que o ya no existen o que, en algunos casos, no eran reales y solo existieron en la mente del artista, que se inventó su forma". Hasta el momento ya se han acabado tres vihuelas de arco, una vihuela de mano, una guitarra barroca y un laúd aguitarrado.
Martínez apunta que el plan que coordina también persigue "una aspiración científica y divulgativa". Los trabajos de investigación de música antigua están dirigidos por el musicólogo José Ignacio Cano, mientras que la parte divulgativa, con conferencias en los museos participantes, corre a cargo de Pepe Rey.
Por último, se está creando "un fondo de sonidos puros, con las interpretaciones de estos instrumentos", que los amantes de la música medieval y renacentista podrán consultar en un blog en el que también se colgarán los conciertos. Martínez anuncia que además está previsto que los museos incorporen a sus audioguías estos acordes, para lograr un doble deleite en sus visitantes: que mientras admiran un cuadro escuchen la calidez de los instrumentos en él retratados.

La misteriosa etiqueta blanca



Imagen en la que se observa en la boca del instrumento una pequeña etiqueta blanca cuyo significado se está estudiando. / (SELENIO)
El violero Javier Martínez cuenta que la imagen elegida para la portada del programa de actividades de Musas, música, museos, de la pintura María, reina de los cielos, obra de 1439 de Blasco de Grañén, artista de la corte del rey aragonés Juan II, deparó una excitante sorpresa. "Al ampliar la fotografía del lazo que adorna la boca del instrumento, percibimos a través de su celosía una etiqueta pegada en el fondo. El museo zaragozano de Bellas Artes lo está estudiando. Si se tratara de la etiqueta del violero, sería importante porque significaría que ya a mediados del siglo XV firmaban sus obras, lo que no solía suceder con otras artes coetáneas".
Fuente: El pais.es youtube.es










Un secreto pitagórico en Valderrobres (Teruel).




La principal herramienta de los maestros de obra medievales era la geometría, una disciplina que todo constructor tenía la obligación de dominar a la perfección.
Con la única ayuda de figuras geométricas simples, como el círculo, el cuadrado y el triángulo, los constructores eran capaces de crear las plantas y los alzados más complejos y hermosos.
A pesar del dominio que mostraban en esta disciplina, la base de dicho conocimiento no era un logro propio, si no que procedía de la Antigüedad, siendo la llamada 'Escuela Pitagórica' la que se hizo más célebre por aplicar dicho saber.
La secta creada por este sabio de Samos en el siglo VI a.C. fundamentaba todas sus enseñanzas en la importancia del número como medida de todas las cosas. Pitágoras y sus seguidores no veían los números —y las figuras geométricas que se derivaban de ellos— como simples cifras, sino que les atribuían un valor simbólico y místico.
Así, entre los números considerados "divinos" por los pitagóricos destacaba el 10, cuyo resultado se obtiene sumando los cuatro primeros números enteros: 1, 2, 3 y 4.

Esta cifra, la Década, era representada por medio de una figura geométrica llamada 'tetracktys', un triángulo equilátero formado por una base de cuatro puntos, que según iba ascendiendo tenía uno menos, hasta llegar a la cúspide, con uno solo.
Si nos acercamos hasta la bella población turolense de Valderrobres, en la comarca del Matarranya, descubriremos con sorpresa que su imponente iglesia gótica de Santa María la Mayor posee un singular vano triangular que representa, ni más ni menos, que la 'tetracktys' pitagórica.
En este caso, el maestro de obras dio forma a la 'tetracktys' (el cuarto de los llamados 'números triangulares') por medio de triángulos equiláteros más pequeños, otra de las formas de representar esta figura sagrada para los pitagóricos.
Pero, ¿por qué decidieron los constructores de este templo cristiano incluir un símbolo de origen pagano? Como decía al principio, los maestros de obras medievales habían heredado parte del saber matemático y geométrico de los pitagóricos, y aquí lo aplican con un significado cristiano.
Para los pitagóricos la Década o 'tetracktys' era un símbolo de la base de todos los números, de los cuerpos regulares e incluso de los acordes musicales esenciales. Era, en definitiva, el símbolo del Universo mismo.
Aplicándolo a la doctrina cristiana, que en la Edad Media y según los escritos de San Agustín veía a Dios como arquitecto del Universo, la 'tetracktys' era una magnífica forma de representar a la divinidad. Eso explica, por lo tanto, su presencia en la iglesia de Valderrobres.
Fuente: Yahoo Noticias, artículo de Javier García Blanco.