Aldea de Aistra (Zalduondo), Álava.

El Departamento de Arqueología de la University College of London y el Área de Arqueología de la Universidad del País Vasco han llevado a cabo la excavación arqueológica del despoblado de Aistra (Zalduondo). Esta excavación se enmarca en el ámbito de un amplio proyecto de investigación que se está realizando en los últimos años en torno a la formación de los paisajes medievales. Entre otras iniciativas, el proyecto prevé la excavación de varios despoblados y aldeas del norte peninsular, a través de las cuales se está analizando sobre bases arqueológicas el tránsito del mundo antiguo al medieval.



                                              Ermita de San Julián y Santa Basilisa (siglos IX-X)




Estas temáticas han sido igualmente tratadas en los últimos años por el equipo de la Universidad de Londres coordinado por el Prof. Andrew Reynolds, experto en Arqueología Anglosajona. Por este motivo se ha realizado un acuerdo de colaboración con el equipo de la Universidad del País Vasco coordinado por el Prof. Juan Antonio Quirós Castillo, cuyo primer resultado ha sido el inicio de las excavaciones en el yacimiento de Aistra (Zalduondo).

A la excavación han participado una decena de estudiantes de grado y de postgrado de la Universidad de Londres, así como varios alumnos de la titulación de Historia de la Universidad del País Vasco.

El yacimiento de Aistra, situado en proximidad de los pueblos de Araia y de Zalduondo, está constituido por los restos de una antigua aldea fundada en la Alta Edad Media a los pies de la sierra de Aizkorri, en proximidad del castillo de Murutegi. Indudablemente el elemento más significativo que caracteriza en la actualidad el yacimiento de Aistra es la ermita de San Julián y Santa Basilisa, iglesia de los siglos IX-X que ha sido objeto de estudio por parte de numerosos estudiosos. De hecho, los primeros trabajos arqueológicos se realizaron a inicios de los años 80, en ocasión de la restauración de la ermita, por parte de Elisa García Retes.




                                                 Vista aérea de las excavaciones en el yacimiento de Aistra.
                 


 Los nuevos trabajos, cofinanciados por el ayuntamiento de Zalduondo y la Diputación Foral de Álava, y realizados gracias a la implicación del profesor de Historia Medieval Ernesto Pastor, han permitido recuperar los restos de una serie de viviendas de época altomedieval realizados en proximidad de la vieja ermita. Asimismo se ha podido verificar la amplia extensión del cementerio, que se localiza al sur de la iglesia.


Las excavaciones permitirán analizar las fases más antiguas de la aldea altomedieval, y comprender los procesos de abandono y transformación de la misma.


Fuente: Arqueología Medieval.




                     
                                             

Vesta, de asteroide a planeta embrionario.








Nuevas imágenes captadas por el satélite Dawn de la NASA han revelado que el asteroide Vesta, descubierto en 1807 por un médico y físico alemán, es mucho más parecido a la Tierra, a Marte o Venus de lo que se pensaba, por lo que los investigadores que las han analizado creen quepodría ser un 'protoplaneta' o, en otras palabras, un planeta embrionario cuyo origen se remonta a los inicios del Sistema Solar.
Los datos de Dawn, cuyo análisis se ha publicado en varios artículos de la revista 'Science', confirman que el Vesta sufrió dos grandes impactos en su hemisferio sur. El satélite, que orbita el asteroide desde julio de 2011, ha enviado más de mil fotografías de su superficie, proporcionando valiosos datos sobre cómo ha sido su evolución.
Uno de los equipos de investigación, del que forma parte Ralf Jaumann, revela que Vesta no es una bola de roca sin más, sino que está lleno de cráteres de todas las formas y tamaños, desde algunos muy pequeños hasta otros gigantescos en su hemisferio sur. Además, tiene grandes canales en torno a la región ecuatorial, grandes montañas y un enigmático material oscuro que se distribuye de forma irregular
Lo que no han encontrado son señales de vulcanismo, como las que buscaba el vulcanólogo David Williams, de la Universidad de Arizona. "Esperábamos que las hubiera por lo que sabíamos de los meteoritos que han llegado a la Tierra y de los modelos previos sobre su formación, pero no la hay, y es una gran sorpresa", señala Williams.
La explicación posible es que ese vulcanismo sólo estuviera activo en los primeros 100 años de la formación del asteroide."Después, su superficie ha sufrido tantos impactos que las huellas de esa posible actividad volcánica han desaparecido", afirma el científico americano.

Composición del asteroide

Su composición también guardaba sorpresa. Como la Tierra o Marte, Vesta contiene materiales basálticos antiguos en la corteza y mucho hierro. Su topografía, con montañas, colinas y canales, son intermedias entre las de un planeta y un asteroide más pequeño, lo que le sitúa en el camino intermedio entre ambos.
Lo más llamativo que ha encontrado Dawn en su superficie es un enorme cráter de 500 kilómetros de diámetro, el 90% del total del diámetro de Vesta, que ha sido bautizado como Rheasilvia. El impacto que lo creo se estima que desprendió el 1% del total de volumen del asteroide.
Otro equipo de investigadores se ha centrado en la descripción geológica de este cráter, para descubrir que en realidad son dos y que el mayor, Rheasilvia, tiene en su centro una montaña más alta que el Everest. En este lugar, se ha detectado material similar a los meteoritos diogenite encontrados en la Tierra. También hay material similar a los meteoritos eucrite y howardite, hallados en nuestro planeta, lo que parece confirmar que Vesta es su fuente originaria.
"Lo normal es ver los planetas o satélites primero y luego intentar tener muestras geológicas para analizarlas, pero en el caso de Vesta ha ocurrido al contrario gracia a los meteoritos, y ahora hemos conseguido saber que venían de este asteroide", afirma Williams.
Fue el telescopio espacial Hubble el que primero avistó una gigantesca depresión en el polo sur de Vesta, que se atribuyó en un principio a la colisión con un asteroide más pequeño, que ahora han resultado ser dos.Ambos impactos ocurrieron hace 'sólo' entre uno y dos millones de años.

Fuente: El mundo.es, youtube.es 


CIENCIA / INVESTIGADORES ESPAÑOLES Hallan los invertebrados vivos a mayor profundidad de la Tierra.




Un equipo hispano-ruso descendió por debajo de los 2.000 metros, en la cueva de Krubera-Voronja (Georgia).

Un grupo de investigadores, espeleólogos y científicos españoles ha identificado en la cueva Krubera-Voronja de Adjasia, en el Cáucaso oriental, la comunidad de fauna viva a mayor profundidad del mundo y ha descrito este ecosistema formado por nuevas especies para la ciencia de pequeños invertebrados.
La expedición a la caverna más profunda ha revelado una interesante comunidad subterránea, que vive por debajo de los 2.000 metros y que representa a más de 12 especies de artrópodos —animales invertebrados dotados de un esqueleto externo—, incluyendo nuevas especies para la ciencia.
El biólogo valenciano Alberto Sendra formó parte de la expedición hispano-rusa que decidió descender hace dos años a las profundidades de esta sima y que ha publicado el informe del hallazgo en la revista científica International Journal of Speleology.
La fauna de esta profunda cueva se compone por invertebrados que pueden vivir a 2.140 metros de profundidad. En la investigación presentada se explica que estos ecosistemas no deben ser vistos solo como la descripción de la muerte evolutiva de especies adaptadas a ambientes subterráneos (troglomórficos), sino también como un refugio para las poblaciones de invertebrados que se ven en riesgo ante las condiciones de la superficie.
La mayor parte de la fauna del subsuelo depende de fuentes de carbono orgánico procedentes de filtraciones de agua desde la superficie, corrientes de agua subterráneas, y las actividades de los animales que entran y salen de las cuevas.

Invertebrados de jardín

Sendra, técnico de fauna de suelo del Ayuntamiento de Valencia, ha dicho a Efe, que es la«primera vez» que un grupo de españoles hace un descubrimiento de tal magnitud.
«Lo que hace insólito este trabajo y le da un valor de interés excepcional a nivel mundial es la descripción por primera vez de la comunidad de vida animal más profunda del mundo, a -2.000 metros, un ecosistema único constituido tanto por animales terrestres como acuáticos».
Los invertebrados de la cueva se distribuyen verticalmente desde la entrada hasta lo más profundo de los 2.140 metros, y entre ellos se encuentran escarabajos pequeños, milpiés, pseudoescorpiones y colémbolos. También hay crustáceos y anfípodos. Sendra los describe como «un grupo de pequeños invertebrados muy parecidos a los que vivirían en el suelo de cualquier jardín pero adaptados a las condiciones de profundidad»
La expedición fue organizada por un grupo de Cavex de la Universidad de Moscú, los espeleólogos españoles Sergio García-Dils, Pilar Orche y Javier Le Pera y la portuguesa Ana Sofía Reboleira.
En el informe de la revista International Journal of Speleology, se especifica que en la cueva, este grupo de expertos, han encontrado el troglobiont que vive a mayor profundidad, es un colémboloPlutomurus ortobalaganensis, un pequeño invertebrado que sobrevive en la caverna a partir de los 60 metros hasta lo 1.980 metros de profundidad. El anfípodo Zenkevitchia y el camarón Troglocaris son los primeros invertebrados que baten el record de vivir por debajo de los 2000 metros.
La presencia de estas especies en tal condiciones plantea varias hipótesis que los científicos se plantean resolver en próximas investigaciones. Primero, creen en la posibilidad de que el ministros de alimentos transportados por el flujo de agua en la cueva, pueden apoyar la fauna de los invertebrados en las partes profundas de los sistemas cáusticos. También plantean la teoría de que la presencia de que la producción quimiolitrófica a nivel microbiológico pueda estar contribuyendo a la supervivencia de estas especies.
Fuente:  ABC  Ciencia.










Las Danzas de la Muerte.





Las Danzas de la Muerte se caracterizan por presentar a la Muerte como el protagonista central que debe "dialogar" con una serie de personajes que representan las distintas clases sociales. La Muerte nombra a su interlocutor por su oficio, cargo o condición y lo convoca a su danza fatal. Este responde a su llamado por medio de la súplica, el lamento o la confesión de sus pecados. Por último, la Muerte dictamina la sentencia. Esta secuencia se repite constantemente hasta el final de la obra, lo que determina la estructura de la misma.
En el texto aparecen los topoi característicos del género: vanitas terrenal; ubi sunt?; de contemptus mundide putredine cadaverummemeto moriquattor hominum novissima que abarcan la muerte, el Juicio Final, el infierno y la gloria; tempus fugit. Sirven para enfatizar la crítica social, la igualación ante la muerte y el carácter moral y didáctico de la obra.

El género ocupó casi toda Europa. Una buena parte de la ideología macabra fue heredada del mundo escatológico egipcio y  a esta cultura debemos una de las obras maestras de la literatura funeraria universal: El Libro de los Muertos

. Obras representativas:


El Debate del Alma y el Cuerpo, de finales del siglo XII,  presenta como recurso el diálogo característico de las Danzas. Pero aquí, el diálogo aparece en forma de debate. No hay muerte personificada ni personajes que representen los estratos de la sociedad. Tampoco hay danza. Sin embargo, podemos notar la intención didáctica y moral del texto en que el Alma reprende con dureza los errores cometidos por el Cuerpo. Nos encontramos con los topoi de los pecados capitales que aparecen en las Danzas, así como también con otros lugares comunes relacionados con la cosmovisión medieval de lo macabro: descripción de la podredumbre material de la carne (de putredine cadaverum), castigos demoníacos y visiones apocalípticas. Hay influencias del mundo clásico, incluso de la Biblia, que también encontramos en las Danzas.

El Encuentro de los Tres Vivos y los Tres Muertos: En 1295, Baudoin de Condé compuso un breve poema titulado El Encuentro de los Tres Vivos y los Tres Muertos, de enorme importancia textual e iconográfica para el género que estudiamos. En él aparecen todos los topoi característicos de las Danzas. Además, muestra un gran énfasis en el Ars vivendi relacionado con el Ars moriendi que se funda en el motto: "Quod fuimus, estis, quod sumus, eritis", en el que se basó el autor del poema. Dicho motto es de origen clásico y oriental. Era un epitafio bien conocido en el medioevo y está ligado a motivos iconográficos mortuorios repartidos por toda Europa.
El poema trata sobre el encuentro de tres jóvenes de la nobleza (o tres reyes) con tres muertos "revividos" que reflejan el futuro de los primeros. Se entabla un diálogo acerca de la vanidad de las cosas mundanas (vanitas) y de cómo se debe vivir para evitar el mal morir (ars vivendi ars moriendi).
El Encuentro presenta diálogo, elemento característico de las Danzas; pero los vivos, en lugar de hablar con la Muerte, dialogan con sus dobles muertos. Esto es más característico de las Danzas de los muertos. Es posible que estas últimas sean una expansión del poema, en que todos los miembros de la sociedad encuentran su doble muerto. Por otra parte, este poema también tiene carácter moral y didáctico.
Un dato muy relevante es que el texto del poema aparece acompañado de su correspondiente iconografía macabra, como es propio de las Danzas. Esta representación suele aparecer en manuscritos como los Libros de Horas y en los murales de las iglesias. En Inglaterra, el poema se difunde a finales del siglo XIII cuando dos tablas con el Encuentro representado fueron compradas. La representación de los cuerpos en putrefacción y los esqueletos en la ilustración del poema hace indudable su relación plástica con la iconografía macabra de las Danzas.


La Danse macabre:  En 1424, una Danza de la Muerte fue pintada en las paredes del Cementerio de los Inocentes en París. Una vez terminada, John Lydgare vino de Inglaterra, copió los versos y los tradujo al inglés. Desafortunadamente, el cementerio debió ser destruido en 1786 debido a que la tierra estaba contaminada por los cadáveres. Actualmente, sólo conocemos la Danse macabre  francesa a través de su primera copia impresa, que fue llevada a cabo en París por Guy Machant, en 1485. En la representación gráfica se evidencia la búsqueda de representar la sociedad. A cada personaje le corresponde un muerto que es su doble. Los vivos se muestran más rígidos y los muertos más activos a diferencia de otras representaciones. Muchos personajes llevan elementos característicos de sus profesiones: el carcelero, llaves; el clérigo, una cruz, etc. Casi la mitad de los personajes son pertenecientes al clero, con el fin de enfatizar la importancia de la iglesia en la sociedad medieval. Los personajes varían el rango de mayor a menor importancia social desde el principio hacia el final de la Danza. Este orden de los personajes es característico de las Danzas en general puesto que está basado en la realidad social de la época.
Los versos del texto también fueron copiados de las paredes del cementerio. Y las estructuras sociales también se manifiestan allí. La Danza la inicia el Papa, al que le sigue el emperador, y sucesivamente se intercalan religiosos y laicos, cada vez de menor rango hasta el final. Pero estos personajes no dialogan con la muerte, sino con sus dobles muertos, por lo cual puede discutirse si esta obra sería una Danza de la Muerte o de los muertos. En esta obra las mujeres aparecen totalmente excluidas de las jerarquías sociales, lo que sucede también en otras Danzas como, por ejemplo, la castellana. Por otro lado, existen Danzas únicamente de mujeres como la Danse macabre des femmes, pero son escasas.



La Wurzburg Totentanz es el texto alemán más importante del género. Se cree que fue compuesta en 1350. En esta Danza la rígida disposición de la sociedad ha desaparecido. Se mantiene el orden de los estratos superiores a los inferiores, pero ya no se respeta la intercalación de personajes del clero y personajes laicos. Además, las mujeres son incluidas entre los hombres.


Se sabe que existió una edición de 1520 de la Dança General de la Muerte, de origen sevillano, que se ha perdido. Sólo se conserva una transcripción editada por A. de los Ríos. Algunos investigadores opinan que esta edición es una versión ampliada de la Dança castellana, mientras que otros sostienen que el original de esta edición no es el manuscrito esculariense, sino otro, seguramente más arcaico. Gracias al colofón de la transcripción tenemos certeza de que esta edición fue impresa en la ciudad de Sevilla por Juan Varela de Salamanca en 1520.
En la amplificatio que presenta esta Danza en relación con la castellana, son añadidos personajes representativos de los estratos más bajos de la sociedad y también las mujeres. La intercalación de personajes religiosos y laicos se pierde, pero el orden jerárquico se mantiene..




Fuente: María Laura Pérez Gras, USAL.

Para saber más: Jurgis Baltrusaitis, La Edad Media Fantástica.

¿Por qué hay laberintos en algunas catedrales?





Muchos de los turistas que penetran en la catedral de Chartres se plantean la misma pregunta: ¿qué hace un laberinto, un símbolo pagano, representado en el pavimento de un templo cristiano?



Este peculiar elemento podría pasar por una excentricidad de los constructores si no fuera porque no se trata de un caso aislado. Decenas de templos de toda Europa poseen representaciones similares a las del laberinto de la catedral francesa; al igual que los turistas, los historiadores todavía se preguntan cuál fue el auténtico significado y función de estas enigmáticas representaciones.
El laberinto de Chartres tiene un diámetro de 12,89 metros. Aquel que se aventuraba a recorrer su sinuoso trazado tenía que caminar unos 260 metros. Al alcanzar el centro —sin posibilidad de perderse, ya que hay un único camino—, se encontraba con una losa central en la que aparecían representados Teseo y el Minotauro, figuras hoy desaparecidas.
En Amiens encontramos otro dédalo similar. El que puede contemplarse en la actualidad — fruto de una restauración del siglo XIX— tiene 14 metros de diámetro y posee un diseño octogonal. El centro del laberinto está ocupado por otro pequeño octógono, una losa con una cruz en su interior. En los extremos de ésta aparecen representados cuatro ángeles y, entre los brazos, se observan otras cuatro figuras.


Una de ellas parece la de un obispo, mientras las otras representan a tres constructores: uno de ellos porta en la mano una regla, mientras los otros dos sujetan una escuadra, un compás y un nivel.
En la actualidad, la hipótesis más aceptada entre los historiadores propone que estos laberintos cumplían una función muy concreta: servir de sustitución del peregrinaje a Jerusalén para aquellas personas que no pudieran recorrer el duro y peligroso camino que terminaba en Tierra Santa. De este modo, el feligrés debía recorrer el laberinto de rodillas, lo que en el caso de un laberinto como el de Chartres —con recorrido de unos 250 metros— se convertía en un trayecto de una hora y media.
El "peregrino" debía acompañar su desplazamiento con rezos y meditaciones hasta que alcanzaba el ansiado centro, símbolo a la vez de Jerusalén (la terrena y la celestial) y de Dios. Además de esta función de 'pseudoperegrinaje'algunos autores proponen también un posible uso como penitencia. Así, el pecador podía purgar las faltas cometidas y, al igual que el auténtico peregrino que alcanzaba Jerusalén, obtenía el perdón. Los defensores de esta teoría se apoyan en que algunos de estos laberintos fueron conocidos también como 'Chemins de Jhérusalem' (Caminos de Jerusalén).
Un detalle que podría servir para rechazar la hipótesis del 'peregrinaje' es el hecho de que la longitud de algunos de estos laberintos es muy reducida; ni siquiera recorriéndolos de rodillas resultarían lo suficientemente largos y duros como para justificar una 'pseudoperegrinación' o una penitencia.

Además, no hay que olvidar que ya existían laberintos en iglesias cristianas en épocas muy tempranas, como el de la iglesia de Orléansville —siglo IV—, cuando todavía no había una fuerte tradición de peregrinaje a Tierra Santa que justificase el uso de estos diseños para tal fin. De todos modos, es innegable que algunos de ellos fueron utilizados con esa finalidad. Sin embargo, nada impide que estas figuras tuvieran un doble sentido.
Para algunos autores, por otra parte, los laberintos serían una metáfora de las adversidades y pruebas de la vida —representadas mediante los giros y vueltas del dédalo— a las que se enfrenta el alma humana y que desaparecen al llegar al centro (Dios). Otra hipótesis sugerente propone que estos símbolos de origen pagano eran en realidad una especie de "firmas" de los maestros constructores, basándose en ejemplos en los que éstos aparecen representados. Por último, no faltan tampoco quienes defienden que los laberintos son símbolos alquímicos, una idea que se hizo muy popular después de que el enigmático Fulcanelli lo asegurara en su célebre obra 'El misterio de las catedrales', señalando que estos dédalos eran trazados iniciáticos que conducían a la iluminación.

Fuente: Yahoo Noticias, artículo de Javier García Blanco. Imágenes, Wikipedia.




Vasili Arkhipov, el marino soviético que salvó al mundo del holocausto nuclear.




Durante la crisis de los misiles cubanos, destructores de EE.UU acosaron a un submarino soviético que estuvo a punto de lanzar un torpedo nuclear. La sangre fría de un oficial evitó la tercera guerra mundial en un episodio que permaneció años oculto.


«Un tipo llamado Vasili Arkhipov salvó al mundo». Así explicóThomas S. Blanton, director del Archivo de Seguridad Nacional de EE.UU, el papel protagonista desempeñado por un desconocido marino soviético en la crisis de los misiles cubanos de 1962. De aquel episodio la humanidad recuerda que los Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron a punto de arrastrarla al abismo en su pulso nuclear. Lo que poca gente conoce es que fue la decisión de una sola persona, Arkhipov, la que evitó que estallara la que habría supuesto la tercera guerra mundial.
Pongámonos en antecedentes. Arkhipov es uno de los tres oficiales al mando de un submarino soviético B-59, un sumergible de ataque al que la OTAN denominaba Clase Foxtrot. En los últimos días de octubre de 1962 navega sumergido junto a otros cuatro submarinos similares con destino a Cuba. La URSS ha instalado secretamente en suelo cubano varias lanzaderas de misiles nucleares, capaces de alcanzar territorio estadounidense en apenas unos minutos. Es la respuesta al despliegue previo de proyectiles atómicos de Estados Unidos en tierras de Turquía, una amenaza capaz de golpear y devastar Moscú en apenas un cuarto de hora que el Kremlintenía que contrarrestar.
En medio de esa escalada de tensión, con el planeta entero conteniendo el aliento y los dos colosos enseñándose los dientes, la 69 Brigada Submarina Soviética, en la que se encuadra la nave de Arkhipov, se dirige hacia aguas cubanas. Su misión, burlar el embargo que la Armada norteamericana ha dispuesto en torno a la isla y establecer una base submarina en la bahía de Mariel, en la costa norte de Cuba. El B-59 de Arkhipov va equipado con torpedos nucleares, una carga letal para una guerra desastrosa que cada vez se ve como más inminente. Pocos días antes, un avión espía U-2 de los Estados Unidos ha caído derribado en suelo cubano y un grupo de cazas MIG soviéticos ataca a otro de estos aparatos mientras completaba un vuelo de reconocimiento en Siberia.
Mientras en el Pentágono se ultiman los detalles para la invasión final de la Cuba castrista y prosoviética, los buques de la US Navy y losaviones espías de la CIA sobrevuelan el Caribe en busca de embarcaciones soviéticas intentando introducir más armamento nuclear en la isla. Las instrucciones del secretario de Defensa Robert Mcnamara son tan claras como peligrosas: si detectan cualquier intruso, los buques norteamericanos deben obligarlo a emerger e identificarse y bloquear su acceso. Una de esas embarcaciones es el B-59. El máximo responsable del buque, Vitaly Savitsky, lleva como segundos a bordo a Arkhipov y un oficial político.

Cazando al submarino intruso

A media tarde del 27 de octubre de 1962 los acontecimientos se precipitan. Un grupo de destructores estadounidenses detecta la brigada del B-59. Ignorando que se las ven con buques con armamento nuclear, los barcos norteamericanos comienzan a lanzar cargas de profundidad para forzar a los submarinos soviéticos a emerger. A bordo del sumergible de Arkhipov se viven momentos de pánico y caos. Ante la gravedad de los acontecimientos, el trío de oficiales al mando había zarpado de la URSS con autorización para lanzar sus torpedos nucleares si todos ellos estaban de acuerdo en hacerlo. Sin comunicación con Moscú, y dudando si ya había estallado la guerra entre las dos superpotencias, bajo las aguas del Caribe, con medio mundo pendiente de sus televisores, de las decisiones de Kennedy y de Kruschev, un grupo de marinos acosados tendría que decidir el destino de la humanidad.
El oficial de comunicaciones Vladimir Orlov vivió a bordo aquellos dramáticos instantes. Según su versión, tras una larga travesía transoceánica sumergidos, la tripulación y el capitán Savitsky «estaban exhaustos». Las cargas de los destructores norteamericanosexplotaban a pocos metros del casco del submarino soviético. «Era como estar sentado en un barril de metal que alguien golpea continuamente con un martillo». Así hostigado, al límite de su resistencia psicológica, presionado por una marinería que exigía defenderse, Savitsky hace un último intento de contactar con Moscú. No hay manera. Enfurecido y desesperado, decide lanzar su mortífero torpedo, aun a sabiendas de que sería el fin también para él y sus hombres: «Los volaremos por los aires; moriremos todos pero hundiremos todos sus barcos», exclama antes de reunir a sus dos segundos a bordo para ratificar una decisión que requiere su consentimiento.
En medio del bombardeo yanqui, a unos centenares de metros bajo el Caribe, los tres marinos celebran una reunión que decidió el destino de la humanidad. Savitsky quiere abrir fuego, el oficial político está de acuerdo. Solo falta Arkhipov. Pero él dice que no. En esas circunstancias extremas, únicamente la frialdad y el coraje de un hombre evitan lo que habría supuesto una catástrofe sin precedentes.

«Un tipo que salvó al mundo»

Arkhipov convence a Savitsky de que haga emerger el submarino. El B-59 asoma a la superficie y da media vuelta a la espera de instrucciones del Kremlin rehuyendo el enfrentamiento con la Task Force norteamericana. Pocas horas después, Kennedy y Kruschev alcanzan un acuerdo que hace suspirar de alivio a toda la humanidad.
Nadie lo supo entonces, ni siquiera Kennedy, pero Arkhipov salvó aquel sábado al mundo. Su historia no se hizo pública hasta 2002. En un congreso celebrado en La Habana a los cuarenta años de aquel episodio, Mcnamara, basándose en documentos estadounidenses desclasificados, admitió que la guerra nuclear estuvo más cerca de lo que nadie había pensado. Thomas S. Blanton aclaró a que se refería: «Un tipo llamado Vasili Arkhipov salvó al mundo». Aquel tipo había muerto tres años antes.
Fuente: ABC Hemeroteca.