Un nuevo estudio afirma que los humanos modernos surgieron hace más de 300.000 años

La Dra. Helena Malmström realizó el muestreo de huesos in situ, en un laboratorio móvil. Crédito: Universidad de Uppsala

Un análisis genómico de restos humanos antiguos de KwaZulu-Natal reveló que el sur de África tiene un papel importante que desempeñar en la escritura de la historia de la humanidad. Un equipo de investigación de la Universidad de Uppsala, Suecia, más las Universidades de Johannesburgo y el Witwatersrand, en Sudáfrica, ha presentado sus resultados en la revista Science.

El equipo de investigación secuenció los genomas de siete individuos que vivieron en África meridional hace 2300-300 años. Los tres individuos más antiguos, que datan de hace 2300-1800 años, estaban genéticamente relacionados con los descendientes de los grupos de Khoi-San del sur, y los cuatro individuos más recientes, que vivieron hace 500-300 años, estaban genéticamente relacionados con los grupos de habla bantú de Sudáfrica. "Tales circunstancias ilustran el reemplazo de población que ocurrió en el sur de África", dice la co-primer autor Carina Schlebusch (izquierda), genetista de poblaciones en la Universidad de Uppsala.


Los autores estiman que la divergencia entre los seres humanos modernos ocurrió hace entre 350.000 y 260.000 años, con base en los antiguos genomas de cazadores-recolectores de la Edad de Piedra. El tiempo de divergencia más profundo de 350.000 años atrás representa la comparación entre un antiguo cazador-recolector de la Edad de Piedra de Ballito Bay en la costa oriental de Sudáfrica y el pueblo Mandinga de África Occidental.

"Esto significa que los seres humanos modernos surgieron antes de lo que se pensaba", dice Mattias Jakobsson (derecha), genetista de poblaciones de la Universidad de Uppsala, quien encabezó el proyecto de investigación junto con la arqueóloga Marlize Lombard, de la Universidad de Johannesburgo.


El registro fósil del este de África, y en particular los fósiles de Omo y Herto, se han utilizado con frecuencia para establecer la aparición de seres humanos anatómicamente modernos hace unos 180.000 años. La estimación más profunda de la divergencia humana moderna hace 350.000-260.000 años coincide con los fósiles de Florisbad y Hoedjiespunt, contemporáneos del pequeño cerebro del Homo naledi (unos 500 cc) en el sur de África. "Ahora parece que por lo menos dos o tres especies de 'Homo' ocuparon el paisaje del África meridional durante este período de tiempo, que también representa las primeras fases de la Edad de Piedra Media", dice Marlize Lombard (izquierda). Será interesante ver en el futuro si encontramos alguna evidencia de interacción entre estos grupos.

"No encontramos ninguna evidencia de estructura profunda o mezcla arcaica entre los cazadores-recolectores de la Edad de Piedra de África del Sur. En cambio, hemos visto alguna evidencia de una estructura profunda en la población de África Occidental, pero que afecta sólo a una pequeña fracción de su genoma y es alrededor de la misma antigüedad que la más profunda divergencia entre todos los seres humanos", señala Mattias Jakobsson.

Varios esqueletos fueron encontrados y excavados en diferentes lugares en la provincia de Kwa-Zulu Natal, en Sudáfrica. Un sitio en particular es el de Ballito Bay, donde los investigadores obtuvieron ADN de dos individuos que vivieron hace 2.000 años

Los autores también hallaron que todas las poblaciones actuales de Khoi-San se mezclaron con pastores emigrantes de África oriental hace poco más de 1000 años. "No pudimos detectar esta mezcla extendida de África Oriental antes, ya que no teníamos un grupo San no mezclado como referencia. Ahora que tenemos acceso al ADN antiguo de personas que vivían en el territorio antes de la emigración de África Oriental, estamos capacitados para detectar los porcentajes de mezcla en todos los grupos San. Los porcentajes de mezcla en los Khoikhoi, históricamente identificados como pastores, son más altos de lo que se había estimado previamente", dice Carina Schlebusch.
De los individuos de la Edad de Hierro, tres llevan al menos un alelo nulo de Duffy que les protege contra la malaria, y dos tienen al menos una variante resistente a la enfermedad del sueño en el gen APOL1. Los individuos de la Edad de Piedra no ostentan estos alelos protectores.

"Esto nos dice que los agricultores de la Edad del Hierro llevaron estas variantes resistentes a enfermedades cuando emigraron al sur de África", dice Helena Malmström (derecha), co-primera autora de arqueología de la Universidad de Uppsala.

Marlize Lombard dijo que "Los depósitos arqueológicos que datan de la época de la división entre 350.000 y 260.000 años atrás, atestiguan que Sudáfrica estaba poblada por cazadores-recolectores que fabricaban herramientas en ese momento. Aunque los fósiles humanos son escasos, los de Florisbad y Hoedjiespunt son vistos como de transición hacia humanos modernos". Estos fósiles pueden, por tanto, ser ancestrales al muchacho de Ballito Bay y a otros cazadores-recolectores San que vivieron en el sur de África hace 2000 años.

Foto: El paleoantropólogo francés Jean-Jacques Hublin posa con una calavera del Homo Sapiens descubierta en Marruecos. AFP.

La transición de los humanos arcaicos a los humanos modernos podría no haber ocurrido en un solo lugar del continente africano, sino en varios, incluyendo el sur y el norte del mismo, como se informó recientemente. "Así, tanto la evidencia paleoantropológica como la genética apuntan cada vez más a orígenes multiregionales de los seres humanos anatómicamente modernos en África, es decir, el 'Homo sapiens' no se originó en un único lugar de África, sino que pudo haber evolucionado a partir de formas más antiguas en tal continente con flujo genético entre grupos de diferentes lugares", dice Carina Schlebusch.

"Es notable que ahora podamos secuenciar genomas enteros de restos humanos antiguos de zonas tropicales como la costa sureste de Sudáfrica", subraya Helena Malmström. Esto es prometedor para nuestras investigaciones en curso en África.

Modelo demográfico de la historia africana y las divergencias estimadas. Las líneas de color verticales representan la migración, con triángulos apuntando hacia abajo que representan la mezcla en otro grupo. Los cazadores-recolectores del sur de África se muestran con símbolos rojos, y los agricultores de la Edad del Hierro con símbolos verdes. Crédito: Universidad de Uppsala.

De forma acumulativa, estos hallazgos arrojan nueva luz sobre la profunda historia africana de nuestra especie y muestran que todavía hay mucho más que aprender acerca de nuestro proceso de convertirnos en humanos modernos, y que la interacción entre genética y arqueología tiene un papel cada vez más importante que desempeñar.

Por último, Todd Disotell (izquierda), un profesor de antropología de la Universidad de Nueva York, que no participó en el estudio, dice que no está convencido.

Señala que los cálculos se apoyaron en presunciones que pudieran hacer parecer que las separaciones acontecieron antes que lo que realmente ocurrieron. Disotell dice que prefiere estudios previos con ADN que sostienen que la separación más vieja ocurrió hace 200.000 años.

Fuentes: PHYS.ORG | wpxi.com | Mail Online | 28 de septiembre de 2017

Nuevas excavaciones confirman a El Pendo como asentamiento continuo de neandertales

Los investigadores, trabajando ayer en la cavidad, sostienen que se confirma El Pendo como un asentamiento continuo de neandertales. / ALBERTO AJA


Apenas nueve días de excavaciones en la cueva de El Pendo, durante este mes de septiembre, han bastado a los investigadores para confirmar una de sus principales hipótesis previas a la entrada en la gruta -situada en Escobedo- el año pasado, cuando el equipo dirigido por Edgard Camarós (abajo), arqueozoólogo del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, presentó en sociedad su ambicioso proyecto científico para buscar en las entrañas de Camargo la explicación a la evolución de la especie humana y su desarrollo cognitivo.

Ahora, en el segundo año de campaña, los trabajos de campo han acreditado que la cavidad suponía un asentamiento permanente y continuado durante miles de años para los neandertales. Hasta la fecha se tenía constancia de la presencia estable del Homo sapiens, por lo que el descubrimiento permitirá a los académicos escrutar el desarrollo humano a lo largo de 80.000 años, aproximadamente.

Camarós señala los diferentes niveles de ceniza hallada en la roca. / ALBERTO AJA

Camarós, al que acompañan como codirectores Marián Cueto y Pablo Arias, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria, no oculta su emoción. «Solo en la cueva de Kebara, en Israel, estamos viendo niveles similares a los de aquí. Con una cantidad de fuego como hemos encontrado, y durante tanto tiempo continuado, en la península Ibérica no hay nada equiparable».

El responsable del proyecto explica el propósito de las labores llevadas a cabo sobre el terreno desde el pasado día 18, una actuación bajo el suelo que concluye hoy. «Hemos trabajado en la zona antigua, la de Santa Olalla, dejando abierta una superficie muy interesante para excavar en 2018. Es una zona de transición, del Paleolítico Medio al Superior, cuando se produce el cambio del neandertal al Homo sapiens. Estamos hablando de hace 50.000 o 60.000 años. También tenemos claro lo que hay en la otra área antigua, la de Carballo. Es la época Magdaleniense, hace 14.000 años, y el año que viene vamos a intervenir», explica Camarós. «Es el espacio donde salieron numerosas piezas de arte mueble. Ahí esperamos tener hallazgos porque el potencial de El Pendo es impresionante. Visto lo que hemos descubierto, aquí hay trabajo para varias generaciones de arqueólogos».

En esa 'enciclopedia' de la evolución humana que suponen los cerca de 25 metros de altura y más de 80 de profundidad de la cavidad camarguesa -dimensiones que en unos u otros momentos de la Historia permitieron una superficie habitable próxima a los 600 metros cuadrados- los científicos han encontrado un 'tomo' clave, el que recoge el salto que dio lugar a la transición entre la especie neandertal a la más sofisticada del Homo sapiens. Todo ello con el fuego como elemento nuclear para articular el proceso durante miles de años, pues, como abunda Camarós, «Las hogueras no solo servían para calentarse, sino igualmente para cocinar y socializar. Aprender a cocinar el alimento favoreció que la mandíbula no necesitara ser tan desarrollada y liberase espacio para un cerebro de mayor tamaño. También fue muy importante la socialización, pues donde hay contacto entre grupos y relaciones entre ellos hay saltos evolutivos. Es evidente que aquí ha habido una ocupación muy dilatada en el tiempo», apunta mientras señala con un puntero los diferentes estratos de cenizas que alberga la gruta.

Uno de los investigadores junto a útiles y herramientas de diversas épocas. / ALBERTO AJA

El año 2018, clave

Las tareas desarrolladas estos días no son sino el pórtico del trabajo que tendrá lugar en 2018, un año que supondrá «un antes y un después» en el proyecto, avanza su director. «Nuestra idea es trabajar en una horquilla muy amplia. Aquí tenemos la biblioteca del cerebro humano y lo que vamos a hacer es leer los diferentes tomos en varias zonas a la vez. Vamos a estudiar la roca a nivel microscópico en laboratorio. Ahora vamos a procesar el material para abrir en superficie el año que viene. Hasta ahora lo hemos hecho en vertical para entender la antigüedad. La próxima campaña es la que nos permitirá conocer cómo era la vida alrededor de los fuegos. Si había reuniones, se comía, se dormía... Muchos más detalles», dice Camarós.

Eso en el área de Santa-Olalla. En la de Carballo, con la vista puesta en el Magdaleniense, lo que se va a buscar es la respuesta a «por qué en El Pendo había esta riqueza de grupos y sus relaciones. Aquí podía haber siete u ocho grupos de forma simultánea». Cabe recordar que hace 50.000 años los humanos de esta zona de Cantabria eran cazadores y recolectores, unas comunidades conformadas por 35 o 40 individuos generalmente.

Por el camino siguen aflorando multitud de útiles de diverso acabado. Respecto a potenciales nuevas pinturas, no se descartan más hallazgos, sobre todo gracias al uso de las nuevas tecnologías.


Fuente: eldiariomontanes.es | 26 de septiembre de 2017

Confirmando la antigüedad de los primeros europeos

Figura. Mapa de Europa mostrando los yacimientos del Pleistoceno Inferior con evidencias razonables de presencia humana en Europa. Algunos de ellos necesitan ser contrastados tanto con datos fiables procedentes del ámbito de la geocronología como con hallazgos de fósiles humanos.

La geocronología es un ámbito de la ciencia absolutamente imprescindible en el estudio de la evolución humana. Sin un marco cronológico razonable es muy difícil poner cada cosa en su sitio. Durante todo el siglo XX, la ausencia de datos temporales en la mayoría de los yacimientos europeos ha sido uno de los problemas más acuciantes para dibujar un escenario evolutivo razonable en nuestro continente. Las investigaciones sobre la evolución humana de África han tenido mejor fortuna. En este continente abundan los estratos formados por sedimentos volcánicos, particularmente en toda la región del Gran Valle del Rift. En el último tercio del siglo XX, la inmensa mayoría de los yacimientos africanos quedaron bien situados en un marco cronológico muy creíble gracias al uso de isótopos del potasio o del argón.

La paleoantropología europea ha sufrido varios problemas importantes. En primer lugar, se han expoliado muchos yacimientos sin ningún tipo de control. Los yacimientos han sido muy accesibles a los aficionados y a los “buscadores de tesoros”. Y cuando los hallazgos han sido realizados por expertos ha faltado formación y equipos profesionales, capaces de obtener los datos con fiabilidad. En muchos casos ni siquiera se conoce el lugar preciso del hallazgo. Un caso paradigmático es la propia mandíbula de Mauer, el holotipo de la especie Homo heidelbergensis, datada de manera aproximada gracias a los restos fósiles de grandes mamíferos que aparecieron junto a la mandíbula. En 2010 se publicó la primera datación radiométrica del lugar aproximado del hallazgo de la mandíbula de Mauer en los arenales del río Neckar, que arrojó una cifra en torno a los 600.000 años.

Un yacimiento muy cuestionado desde su hallazgo en 1958 ha sido el que alberga la cueva de Le Vallonnet, en la costa Azul, situada prácticamente en la frontera entre Francia y Mónaco. En este yacimiento se identificaron restos de una fauna muy antigua del Pleistoceno Inferior, que incluía hienas, bisontes, ciervos y dos especies de cápridos. Los restos de estos animales pudieron depositarse en la cavidad hace un millón de años, de acuerdo a lo que se conocía sobre la fauna europea del Pleistoceno hacia la segunda mitad del siglo XX. Los huesos parecían haber sido golpeados de manera intencionada y mostraban marcas producidas con filos cortantes. Junto a los restos de animales aparecieron presuntas herramientas de piedra de manufactura similar a las fabricadas en África hace más de dos millones de años.

El yacimiento de Le Vallonnet pasó a ser un lugar cuestionado durante muchos años, junto a otros sitios de Europa. Es curioso, pero una de las supuestas herramientas del yacimiento de Le Vallonnetes prácticamente idéntica a un utensilio de cuarcita encontrado en 1991 en el nivel TD4 del yacimiento de Gran Dolina, en la sierra de Atapuerca. El nivel TD4 se había sumado a la lista de lugares sin crédito alguno. En aquellos años se tenía por cierto que los primeros europeos llegaron a nuestro continente hace unos 500.000 años, por lo que yacimientos como Le Vallonnet, TD4 y otros carecían de credibilidad. Los utensilios de piedra de consideraban “geofactos”; es decir, supuestas herramientas producidas por golpes fortuitos y no por la mano de los humanos. Además, las primeras dataciones realizadas en Le Vallonnet no eran demasiado convincentes. Los métodos que utilizan los isótopos del uranio y el ESR (acrónimo de electro spin resonance) se estaban perfeccionando y su límite de fiabilidad no superaba el medio millón de años. Así que los restos faunísticos (biocronología) era casi la única herramienta disponible para precisar la cronología de los yacimientos del Pleistoceno Inferior como Le Vallonnet.

El hallazgo primero de los fósiles humanos de Homo antecessor (850.000 años) y más tarde de la mandíbula ATE9-1 (derecha) en el yacimiento de la Sima del Elefante de la sierra de Atapuerca, datada de hace entre 1,1 y 1,2 millones de años, pusieron punto final al debate sobre la primera colonización de Europa. Otros yacimientos, como Le Vallonnet se reivindicaron y volvieron a ser centro de atención. Acaba de publicarse (Scientific Reports) una nueva serie de dataciones y un estudio del paleomagnetismo de los sedimentos de los niveles de Le Vallonnet, que confirman la antigüedad del yacimiento y la presencia humana en el sur de Europa hace 1,2 millones de años. La herramientas se localizan en el llamado Complejo III, cuya polaridad magnética “normal” puede corresponderse con el evento Cobb Mountain, que también se data en 1,2 millones de años.

En la actualidad nadie duda de que el suroeste de Europa fue colonizado hace entre 1,5 y 1,2 millones de años. La migración hacia el norte del continente pudo demorarse durante mucho tiempo, hasta que las poblaciones de homíninos pudieron adaptarse a condiciones climáticas más extremas. Se cita el yacimiento de Untermassfeld, en Alemania como el lugar más septentrional con herramientas de piedra. Su datación, en torno a un millón de años, necesita más evidencias. Le Vallonnet ha marcado el camino.

Descubren una antigua ciudad fundada por Alejandro Magno en Irak

Después de estar perdida durante más de 2.000 años, un grupo de investigadores del British Museum ha encontrado los restos de la antigua ciudad de Qalatga Darband junto al lago Dukan, en la región de Kurdistán (Irak). Esta ciudad, fundada por Alejandro Magno, fue un antiguo asentamiento fortificado por la que pasaba un activo tráfico de vino con el objetivo de calmar la sed del ejército de Alejandro Magno durante la guerra contra el rey persa Dario III.




Tal y como explica el arqueólogo John MacGinnis del Museo Británico a The Times, el grupo de arqueólogos ha encontrado en Irak, en lo que en aquél entonces era Mesopotamia, restos de un edificio cuadrado que pudo haber sido un fuerte y bloques de piedra califa que pudieron haber sido utilizados como bases para prensas de vino o aceite.

“Una ciudad bulliciosa”

El arqueólogo explica, a pesar de que reconoce que es temprano para sacar conclusiones, que Qalatga Darband fue una ciudad bulliciosa que se convirtió en un paso fundamental entre los actuales Irak e Irán. Bajo su punto de vista, este asentamiento, que habría sido fundado el 331 a.C., pudo contar con una importante industria vinícola.


De hecho, un gran número de soldados y comerciantes visitaban la aldea para beber vino y aprender más sobre los antiguos filósofos que acudían a los comercios de esta localidad. Se estima que el asentamiento llegó a estar compuesto por más de 3.000 personas.

Descubierto en plena guerra fría

Durante la excavación, el grupo de arqueólogos ha descubierto un gran número de tejas y estatuas en el asentamiento. De hecho, se cree que las figuras encontradas representan a los dioses griegos Perséfone y Adonis. Al mismo tiempo, el equipo también ha encontrado monedas en las que se muestra al rey Orodes II, que gobernó entre el 57 y el 37 a.C. Por lo tanto, el asentamiento se mantuvo durante varios siglos.



No se volvió a saber nada sobre esta localidad hasta que un satélite espía lo descubrió en plena guerra fría. Uno de los satélites, mientras sacaba fotos en la región de Kurdistán, en Irak, detectó diversas marcas en los cultivos visibles, lo que señalaba la existencia de un posible asentamiento.

Trabajarán sobre el terreno hasta 2020

Dado que los militares nunca llegaron a interesarse en las ruinas, los arqueólogos no pudieron trabajar con estas fotografías hasta 1996, cuando se desclasificaron oficialmente. Fue entonces cuando el equipo de arqueólogos del Museo Británico decidió investigar el terreno. No obstante, la guerra que asoló el país impidió realizar el trabajo, por lo que tuvo que esperar hasta el final de la misma para proceder con su trabajo.



Desde entonces, y hasta el año 2020, el grupo de investigadores trabaja sobre el terreno con el objetivo de desenterrar los secretos de esta ciudad perdida que esconde un gran número de secretos.

Fuente: David Justo | Cadena SER, 26 de septiembre de 2017

Se inaugura la exposición “La revolución neolítica. La Draga, el poblado de los prodigios” en el Museo de Arqueología de Cataluña

Se inaugura en el Museo de Arqueología de Cataluña esta exposición que recoge los resultados de casi 30 años de excavaciones en el poblado neolítico de La Draga en Banyoles, en las que participa el CSIC.

El próximo 28 de septiembre, se presenta en el Museo de Arqueología de Cataluña esta exposición, que muestran resultados de las excavaciones en el poblado neolítico de La Draga en Banyoles. Su descubrimiento se produjo el año 1990 y desde entonces se vienen llevando a cabo excavaciones bajo la coordinación del Museo Arqueológico de Banyoles.

La exposición muestra los resultados de estos casi 30 años de la investigación realizada en la Draga por un equipo multidisciplinar formado por científicos del Museo de Arqueología de Cataluña, la Universidad Autónoma de Barcelona, el CSIC y el Museo Arqueológico Comarcal de Banyoles.

Por parte del CSIC, científicos de la Institución Milá y Fontanals (IMF-CSIC) participan en la dirección de los trabajos de investigación que se llevan a cabo en La Draga. Además, el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA-CSIC) ha creado un modelo de realidad virtual aumentada centrado en el poblado neolítico, con el que se podrá interactuar durante la exposición. El modelo virtual se ha desarrollado en el marco de un proyecto Recercaixa financiado por la Obra Social "La Caixa" y la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP).

UN POBLADO NEOLÍTICO DE 7400 AÑOS

Hace unos 7400 años, se instaló una comunidad de al lado del lago de Banyoles, donde residieron durante casi 400 años, formando el que ahora es el poblado neolítico más importante en Cataluña.
La Draga es el único yacimiento arqueológico lacustre de la Península Ibérica y uno de los más antiguos e importantes del Mediterráneo occidental. Se encuentra en una zona con humedad permanente, actualmente cubierta de forma parcial por las aguas del lago, lo que ha propiciado una extraordinaria conservación de los restos orgánicos sobre materiales vegetales: desde los restos de las cabañas hasta los utensilios realizados en materiales vegetales, como arcos, hoces, mangos de cazuelas, cuerdas, recipientes de madera, palos cavadores, cucharones y cestas, entre otros.

El aforo de la exposición es limitado. Se recomienda inscripción en: macvisites.acdpc@gencat.cat

Fuente: dicat.csic.es | 21 de septiembre de 2017

Hallan los sellos más antiguos del mundo

Un equipo de arqueólogos ha desenterrado los que podrían ser los sellos más antiguos del mundo.
El descubrimiento ha tenido lugar en la antigua ciudad de Karkamis, en el sureste de Turquía, muy cerca de la frontera con Siria. En estos sellos, con 4.000 años de antigüedad, se observan figuras, inscripciones en lengua hitita y descripciones de la administración del imperio. Se cree que tenían una función comercial. En ellos se representa a funcionarios, algunos de los cuales podrían haber sido responsables de la seguridad fronteriza.

Karkamis fue uno de los principales centros urbanos del imperio Hitita, que se extendió por Anatolia y por el norte de Siria. Hoy se considera una de las ciudades antiguas más importantes del mundo y un auténtico paraíso para los arqueólogos.

Fuente: es.euronews.com | 26 de septiembre de 2017