Descubren varias esculturas-menhir de la Edad del Cobre en Los Millares (Almería)

Tallas en la escultura-menhir descubierta. / R. G.

Arqueólogos de la Universidad de Granada han descubierto varias esculturas-menhir en la muralla exterior del asentamiento de Los Millares, que data de la Edad del Cobre y se sitúa en el municipio de Santa Fe de Mondújar, en Almería. Un hallazgo sorprendente de entre los que se están efectuando gracias a las últimas investigaciones de expertos universitarios en el yacimiento más relevante de todo el continente europeo en la Edad del Cobre.

Estas esculturas pertenecieron a la antigua necrópolis de Los Millares y se mantuvieron después en el acceso principal cuando la ampliación del poblado ocupó zonas del espacio de enterramiento. Esa muralla exterior que amplió el asentamiento se erigió en torno al año 2900 aproximadamente a. C. El equipo de investigación de la Universidad de Granada explica que las esculturas-menhir, que eran parte de la simbología de la necrópolis, fueron respetadas durante la ampliación de la metrópolis –la ya constatada como la primera ciudad de Europa– y reutilizadas después con carácter simbólico.

«Servían para reflejar los derechos de las poblaciones de esa época a ocupar y explotar un territorio», detalla el estudio. «Las esculturas-menhir justificaban, a través de los ancestros, la capacidad de acceder al asentamiento a través de la puerta principal, con la estatua-menhir situada junto a esta; la exclusión de aquellos no vinculados con todas las representaciones en ambos extremos de la muralla; la integración de nuevas poblaciones, con la Tumba 63 incluida en el trazado de la muralla; y el rol de determinados personajes, con la estatua-menhir y la estela de la Tumba 63», explican los investigadores.

Detalle del menhir de la Edad del Cobre en el yacimiento de Los Millares.

Vista aérea de la puerta principal o barbacana.

Este trabajo forma parte del proyecto 'Producción artesanal y división del trabajo en el Calcolítico del Sudeste de la península ibérica: un análisis a partir del registro arqueológico de Los Millares' y cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación a través de la Agencia Estatal de Investigación.

La relevancia de Los Millares –cuya candidatura para convertirse en un activo Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco ha sido promovida por Amigos de la Alcazaba y cuenta con el apoyo de instituciones locales y regionales– está fuera de toda duda. Recientemente expertos arqueólogos han demostrado, asimismo, que este enorme yacimiento prehistórico situado en Santa Fe de Mondújar fue un gran centro innovador del megalitismo, donde por primera vez aparecieron las sepulturas tipo tholos y desde donde se expandieron al resto de la península ibérica.

Entrada a un tholos funerario en Los Millares.

Los investigadores llevaron a cabo un análisis estadístico y espacial de 193 dataciones radiocarbónicas de toda la península ibérica, lo que ha permitido demostrar que uno de los principales monumentos megalíticos de la península ibérica y de Europa apareció por primera vez en el yacimiento de Los Millares. Hace aproximadamente 5.200 años se produjo una innovación de enorme relevancia en el desarrollo de las sociedades prehistóricas. Se trataba de un nuevo tipo de sepultura megalítica completamente diferente a los por aquellos entonces característicos dólmenes. Ahora, las sepulturas presentaban cámaras funerarias de planta circular de entre 2 y 5 metros de diámetro que en ocasiones presenta pequeños nichos laterales cuyo uso fue también funerario.

«Al interior de estas cámaras se accedía por un pasillo que aparecía compartimentado por losas de piedra perforadas para facilitar el paso. El rasgo arquitectónico más característico de estos nuevos monumentos fue la forma en que se cubrían las cámaras funerarias mediante falsas cúpulas que se conseguían mediante anillos de piedras sucesivamente más pequeños. Este tipo de monumentos, conocidos como 'tholoi', supusieron una nueva concepción ritual y funeraria que claramente se alejaba de los tradicionales dólmenes», explica Gonzalo Aranda Jiménez (izquierda),investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada y autor principal del estudio sobre el yacimiento.

Los tholoi más antiguos surgen por primera vez en torno al 3200 a. C. en el sureste peninsular, en concreto en Los Millares. Desde aquí, los nuevos monumentos megalíticos se extendieron de forma progresiva, en primer lugar al valle del Guadalquivir, luego al valle del Guadiana hasta alcanzar por último la península de Lisboa. Varios siglos después de las primeras construcciones, en torno al 2.900 a. C., los tholoi alcanzaron su máxima expansión territorial desde el sureste hasta la península de Lisboa, esto es, desde la costa mediterránea hasta la fachada atlántica.

Mapas con la distribución temporal de las dataciones radio-carbónicas peninsulares. / R. G.

De este modo, las sociedades prehistóricas del sur España y el centro y sur de Portugal introdujeron en sus formas de vida un nuevo tipo de monumento funerario que tuvo un intenso desarrollo durante varios siglos. Solo a partir del 2.200 a. C. se produjo un claro abandono de las prácticas funerarias que venían desarrollándose en estos monumentos, excepto en el sureste peninsular.

«De nuevo las necrópolis de estas comarcas como Los Millares, y muy especialmente El Barranquete, mantuvieron una importante actividad ritual y funeraria hasta finales del II milenio antes de Cristo. La reutilización de viejos monumentos megalíticos durante generaciones puede considerarse como una característica particular de los 'tholoi' del sureste», apunta Margarita Sánchez Romero (derecha), otra de las autoras del trabajo.

Durante más de un milenio, los tholoi se convirtieron en los monumentos funerarios colectivos de tipo familiar donde, junto a restos humanos, se depositaron objetos finamente elaborados en materiales valiosos como oro, marfil, ámbar, piedras verdes, cristal de roca y huevos de avestruz, algunos de ellos procedentes de diferentes regiones del mediterráneo y África. Los tholoi pueden considerarse como el tipo de monumento funerario característico de sociedades de agricultores y ganaderos que por primera vez se establecieron en poblados permanentes, desarrollaron la metalurgia del cobre y se integraron en redes de intercambio a larga distancia.

Recreación del poblado de Los Millares.

En este contexto, «Los Millares destaca por su excepcionalidad, dado que alcanzó unas dimensiones, concentración poblacional y monumentalidad completamente desconocidas, lo que ha llevado a considerarlo como la primera ciudad de la península ibérica. Pero la importancia de Los Millares trascendió la escala regional para convertirse en el lugar de referencia donde se desarrolló una original innovación en la arquitectura monumental megalítica y cuya influencia se extendió por otras regiones peninsulares», apuntan los autores.

El yacimiento de Los Millares es considerado como la primera ciudad de la Prehistoria en la península ibérica, y se estableció hace más de 5.000 años junto a los monumentos funerarios del mismo nombre.

Fuentes: ideal.es | granadahoy.com | 2 de marzo de 2022

Descubren una cultura desconocida e innovadora de hace 40.000 años en China

Un grupo de arqueólogos excava en el yacimiento de Xiamabei, noreste de China. / Fa-Gang Wang.

Un artículo publicado en la revista Nature describe el hallazgo de una cultura única de 40.000 años de antigüedad en el yacimiento de Xiamabei, en la cuenca del Nihewan, situada al noreste de China.

En el lugar se han registrado los primeros indicios conocidos de procesamiento de ocre en Asia oriental, así como un conjunto de herramientas de piedra con forma de cuchilla que proporcionan datos sobre las industrias de fabricación de artefactos durante un período de transición clave en la historia de nuestra especie.

Realizadas por un equipo del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Hebei (China) y el Instituto Max Plank para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) y de otras instituciones, las excavaciones de Xiamabei aportan nueva información acerca del desarrollo cultural que tuvo lugar durante la expansión de los humanos modernos por el continente asiático, en un período de la historia en el que hubo hibridación cultural y genética entre las poblaciones.

Cuenca del Nihewan, sitio de la actividad humana moderna temprana en China, Crédito: Lights in the dark, Wikimedia Commons.

Un conjunto inédito de expresiones culturales

Investigaciones anteriores habían establecido que el Homo sapiens llegó al norte de Asia hace unos 40.000 años, pero aún se desconocía mucho sobre la forma de vida de estos primeros pobladores, así como de sus posibles interacciones con otros grupos prehistóricos.

En este sentido, la cuenca del Nihewan, en el norte de China, ofrece una de las mejores oportunidades para comprender la evolución de los grupos sociales humanos en el noreste de Asia, ya que posee una gran cantidad de yacimientos arqueológicos con antigüedades que oscilan entre 1,7 millones y 10.000 años de antigüedad.

Excavación de una superficie de 40.000 años de antigüedad en Xiamabei, que muestra la distribución de herramientas de piedra y fragmentos de huesos. Crédito: Fagang Wang.

“Xiamabei se distingue de cualquier otro yacimiento arqueológico conocido en China, ya que en el lugar se encuentran indicios de novedosas características culturales desarrolladas por el 'Homo sapiens' en una época muy temprana”, afirma Fa-Gang Wang, cuyo equipo fue el primero en excavar el yacimiento.

Por su parte, Shixia Yang, de la Academia de Ciencias de China y coautora del trabajo, señala que “la capacidad de los homínidos para vivir en latitudes septentrionales, con entornos fríos y altamente estacionales, se vio probablemente facilitada por una evolución cultural que trajo adaptaciones económicas, sociales y simbólicas. Los hallazgos de Xiamabei nos ayudan a comprender estas adaptaciones, y su posible papel en la migración humana”, afirma.

Yang Shixia trabajando en el Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados. Foto: Yang Shixia.

Uso extensivo del ocre

Uno de los rasgos culturales más significativos que se han encontrado en el yacimiento es el uso del ocre, como muestra el hallazgo de utensilios para procesar grandes cantidades de este material.

Los análisis realizados bajo la dirección de Francesco d'Errico (izquierda), investigador de la Universidad de Burdeos y el CNRS (Francia), indican que los diferentes tipos de ocre encontrados en Xiamabei se procesaron para producir polvos de diferente color y consistencia, cuyo uso impregnó el suelo del lugar.

Entre los artefactos encontrados, se incluyen dos piezas de ocre con diferentes composiciones minerales, y una losa alargada de piedra caliza con zonas alisadas manchadas de pigmento, que representan el primer ejemplo conocido de esta práctica en Asia oriental.

“Los habitantes del lugar seleccionaban el ocre y lo procesaban para extraer pigmentos rojos. No estamos seguros del uso que le daban, pero en otras partes del mundo el polvo de ocre se usaba con fines simbólicos, como el adorno corporal”, explica a SINC Michael Petraglia (derecha), investigador del Instituto Max Plack.

Piezas de ocre y equipo de procesamiento de piedra sobre un parche de pigmento teñido de rojo. Fa-Gang Wang, Francesco d'Errico / Wang et al., Procesamiento innovador del ocre y uso de herramientas en China hace 40 000 años. Naturaleza. 2022

Indicios de una industria lítica precoz

En el lugar también se han encontrado herramientas de piedra con una antigüedad fijada en 40.000 años, un descubrimiento que implica una evolución cultural muy temprana, que no se había observado antes en el norte de China.

“Hemos encontrado herramientas con forma de cuchilla muy pequeñas, lo que demuestra que usaban herramientas de piedra miniaturizadas mucho antes de que el empleo de este tipo de elementos se volviera sistemático, hace 29.000 años. Es un hallazgo único”, comenta Petraglia.

Herramientas de piedra con forma de hoja de Xiamabei. Crédito: Shixia Yang.

“La conservación de estas cuchillas es tan buena que aún podemos ver restos del mango de hueso adheridos a la superficie de una de ellas. Creemos que usarían algún tipo de adhesivo para unir el elemento de corte a un mango, que luego podía utilizarse eficazmente como herramienta de corte o como arma”, añade el investigador.

Los análisis sugieren que siete de las herramientas halladas se utilizaban para perforar, raspar pieles, tallar material vegetal y cortar carne. La fabricación de herramientas multiuso con mango demuestra un complejo sistema técnico de transformación de materias primas que no se observa en yacimientos más antiguos —o incluso algunos de menor antigüedad— existentes en la región.

Hoja extraordinariamente bien conservada que muestra evidencia microscópica de un mango de hueso, fibras vegetales utilizadas para unir, y pulido vegetal producido por acción del tallado. Andreu Oll / Wang et al., 'Procesamiento innovador del ocre y uso de herramientas en China hace 40.000 años'. Nature.

Un desafío a los modelos actuales

Aunque no se han encontrado restos de homínidos en Xiamabei, la presencia de fósiles de humanos modernos en el yacimiento contemporáneo de Tianyuandong, y en los yacimientos más recientes de Salkhit y la Cueva Superior de Zhoukoudian, indican que los habitantes de Xiamabei eran Homo sapiens.

“Sabemos que hubo hibridación entre 'Homo sapiens', neandertales y denisovanos gracias a otros yacimientos”, subraya Petraglia.

El investigador agrega que “el trabajo sugiere que hubo una primera oleada de humanos modernos en Xiamabei —probablemente únicos tanto biológica como culturalmente—, que no sobrevivieron, siendo reemplazados por otros grupos humanos en migraciones posteriores”, añade.

Trabajo de campo en la cuenca de Nihewan, noreste de China Crédito: Shixia Yang.

Los hallazgos de Xiamabei implican que la evolución biológica y cultural de nuestra especie en el continente asiático fue mucho más compleja de lo que se creía, desafiando el modelo actual de colonización, el cual sostiene que el ser humano se dispersó por la región de forma rápida en un solo evento migratorio.

“Nuestro estudio sugiere que la evolución humana en Asia fue una compleja mezcla de oleadas de avance, con eventos de hibridación, extinción local de poblaciones, y aumentos demográficos, donde también hubo innovaciones, pérdidas y transferencias culturales entre grupos”, concluye el investigador.

Fuentes: agenciasinc.es | haaretz.com | Max Plack Institute | 2 de marzo de 2022

Un nuevo estudio identifica cómo pudo haber funcionado Stonehenge como un calendario solar

Monumento de Stonehenge. Crédito: Antiquity (2022).

Durante mucho tiempo se pensó que el famoso sitio de Stonehenge sirvió como un calendario antiguo, dada su alineación con los solsticios. Ahora, una investigación ha identificado cómo pudo haber funcionado.

Los nuevos hallazgos sobre la historia del círculo de piedra, junto con el análisis de otros sistemas de calendario antiguos, han llevado al profesor Timothy Darvill a echar un nuevo vistazo a Stonehenge. Su análisis, publicado en la revista Antiquity, concluye que el sitio fue diseñado como un calendario solar.

"La clara alineación solsticial de Stonehenge ha llevado a la gente a sugerir que el sitio incluía algún tipo de calendario desde que así lo apreciara el famoso anticuario del siglo XVIII William Stukeley", dijo Darvill (izquierda),de la Universidad de Bournemouth. "Ahora, los nuevos descubrimientos han favorecido un enfoque más nítido del problema e indican que el monumento de Stonehenge era un calendario basado en un año solar tropical de 365,25 días".

Las investigaciones recientes sobre Stonehenge han demostrado, de modo crucial, que las piedras sarsen (de arenisca) se agregaron durante la misma fase de su construcción, alrededor del 2.500 a. C. Procedían de la misma zona (Wiltshire) y posteriormente permanecieron en la misma formación. Esto indica que fueron trabajadas como una sola unidad.

Piedra sarsen de tamaño pequeño S21 (izquierda) en el círculo sarsen, con el S22 de tamaño normal a la derecha. Vista mirando hacia afuera desde el interior del círculo. Escala = 2m (fotografía de T. Darvill).

Piedra sarsen S10 (izquierda) en el círculo sarsen, con la pequeña S11 a la derecha. Vista mirando hacia afuera desde el interior del círculo. Escala = 2m (fotografía de T. Darvill).

El profesor Darvill analizó estas piedras, llevando a cabo un examen de su numerología y comparándolas con otros calendarios conocidos del período considerado. Pudo Identificar un calendario solar en su diseño, lo que le ha llevado a sugerir que servían como una representación física del año, lo cual ayudaba a los antiguos habitantes de Wiltshire a llevar la cuenta de los días, las semanas y los meses.

"El calendario propuesto funciona de una manera muy sencilla. Cada una de las 30 piedras en el círculo sarsen representa un día dentro de un mes, dividido en tres semanas cada una de 10 días", dijo Darvill, señalando las piedras distintivas en el círculo que marcan el inicio de cada semana.

Sobreviviente de la estación S91 en la esquina noreste del Rectángulo de piedra de la estación (fotografía de T. Darvill).

Además, se necesitaba un mes intercalado de cinco días y un día bisiesto cada cuatro años para coincidir con el año solar. "El mes intercalado, probablemente dedicado a las deidades del sitio, está representado por los cinco trilitos en el centro del monumento", señala Darvill. "Las cuatro Piedras de la Estación fuera del círculo sarsen proporcionan marcadores para avanzar hasta un día bisiesto".

Gráfico que muestra el espaciado y el tamaño de las piedras que forman el círculo de sarsen (figura de T. Darvill).

Como tal, los solsticios de invierno y verano estarían enmarcados por los mismos pares de piedras cada año. Uno de los trilitos también enmarca el solsticio de invierno, lo que indica que pudo haber sido el año nuevo. Esta alineación solsticial también ayuda a calibrar el calendario: cualquier error al contar los días sería fácilmente detectable ya que el sol estaría en el lugar equivocado en los solsticios.

Este calendario, con semanas de 10 días y meses adicionales, puede parecer muy inusual hoy en día. Sin embargo, calendarios como este fueron adoptados por muchas culturas durante el período en que se construyó Stonehenge.

"Tal calendario solar se desarrolló en el Mediterráneo oriental en los siglos posteriores al año 3000 a. C., y fue adoptado en Egipto como calendario civil alrededor del 2.700, el cual fue ampliamente utilizado al comienzo del Imperio Antiguo, en torno al año 2600 a. C.", dijo Darvill.

Resumen de la forma en que la numerología de los elementos sarsen en Stonehenge se combinan para crear un calendario solar perpetuo. Los elementos que no son sarsen se han omitido para mayor claridad (dibujo de V. Constant).

Esto plantea la posibilidad de que el calendario seguido en Stonehenge pueda provenir de la influencia de una de estas otras culturas. Los hallazgos cercanos insinúan tales conexiones culturales: por ejemplo, el arquero de Amesbury, enterrado cerca del monumento en el mismo período, nació en los Alpes y se mudó a Gran Bretaña cuando era adolescente.

El profesor Darvill espera que más investigaciones futuras puedan arrojar nueva luz sobre estas posibilidades. El ADN antiguo y los artefactos arqueológicos podrían revelar conexiones entre estas culturas. Sin embargo, la identificación de un calendario solar en Stonehenge debería transformar la forma en que lo vemos.

"Encontrar un calendario solar representado en la arquitectura de Stonehenge abre una forma completamente nueva de ver el monumento como un lugar para la vida", subraya Darvill, "un lugar donde el momento de celebración de ceremonias y festivales estaba conectado con el tejido mismo del universo y los movimientos celestes".

Fuente: phys.org | 1 de marzo de 2022

Descubren el origen de la Venus de Willendorf de 30.000 años de antigüedad

La Venus original de Willendorf. Izquierda: vista lateral. Arriba a la derecha: cavidades hemisféricas en la pierna derecha. Abajo a la derecha: orificio existente agrandado para formar el ombligo. Crédito: Kern, A. y Antl-Weiser, W. Venus. Editon-Lammerhuber, 2008.

La figura de la Venus de Willendorf (Austria), de casi 11 cm de altura, es uno de los ejemplos más importantes del arte temprano en Europa. Está hecha de una roca llamada oolito, la cual no se encuentra en Willendorf o sus alrededores.

Ahora, un equipo de investigación dirigido por el antropólogo Gerhard Weber (izquierda), de la Universidad de Viena, y los dos geólogos Alexander Lukeneder y Mathias Harzhauser, así como la prehistoriadora Walpurga Antl-Weiser, del Museo de Historia Natural de Viena, han descubierto, con la ayuda de micro-tomografías de alta resolución, que el material con el que se talló esta Venus probablemente provenga del norte de Italia. Este resultado arroja nueva luz sobre la notable movilidad de los primeros humanos modernos al sur y al norte de los Alpes. La investigación llevada a cabo ha sido publicada en Scientific Reports.

La Venus de Willendorf no solo es especial en cuanto a su diseño, sino también en cuanto a su material. Mientras que otras figurillas paleolíticas de Venus suelen estar hechas de marfil o hueso, o de diferentes tipos de piedra, en esta en concreto se utilizó oolito, lo que es único en este tipo de objetos.

La estatuilla, encontrada en Wachau en 1908 y expuesta en el Museo de Historia Natural de Viena hasta el presente, solo había sido examinada en su parte externa. Ahora, más de 100 años después, el antropólogo Gerhard Weber ha utilizado un nuevo método para examinar su interior: la micro-tomografía computarizada. Durante varios pases, los científicos obtuvieron imágenes con una resolución de hasta 11,5 micrómetros, una calidad que de otro modo solo se ve bajo un microscopio. La primera idea que se obtiene es: "La Venus no se ve uniforme por dentro, en absoluto".

Junto con los dos geólogos Alexander Lukeneder y Mathias Harzhauser, del Museo de Historia Natural de Viena, los cuales habían trabajado previamente con oolitos, el equipo obtuvo muestras comparativas de Austria y otras zonas de Europa y las evaluó. Fue un proyecto complejo: se obtuvieron muestras de este tipo de roca desde Francia hasta el este de Ucrania, desde Alemania hasta Sicilia, y luego aserradas y examinadas bajo un microscopio. El equipo contó con el apoyo del estado de Baja Austria, quien proporcionó los fondos para llevar a término los análisis, los cuales consumieron mucho tiempo.

Imágenes derivadas de escaneos de tomografía micro-computarizada de la Venus de Willendorf. Izquierda: bivalvo segmentado (Oxytomidae) que estaba ubicado en el lado derecho de la cabeza de Venus; resolución de escaneo 11,5 μm; los rasgos característicos son el umbo y las alas. Medio: Representación virtual de volumen de la estatuilla; seis concreciones de limonita incrustadas: cuello derecho (naranja), cuello izquierdo (azul), pecho izquierdo (rojo), vientre izquierdo (amarillo), cadera izquierda (verde), pierna izquierda (morado); tres fragmentos de moluscos: cabeza de bivalvo derecha (azul, solo 2,5 mm de largo; consulte la línea blanca de la etiqueta "Bivalvo" para ver la posición), concha en medio del pecho (naranja), concha en pierna izquierda (turquesa). Derecha: Rebanada única de μCT que muestra la porosidad y las capas de oolito; observe la densidad relativa de la concreción de limonita; resolución de escaneo 53 μm. Crédito: Gerhard Weber, Universidad de Viena.

El interior también proporciona información sobre el exterior

Los datos tomográficos de la Venus de Willendorf mostraron que los sedimentos de que está hecha se depositaron en rocas en diferentes densidades y tamaños. En medio de los mismos también había pequeños restos de conchas y seis granos más grandes y densos de tipo limonitas. Esto último explica las previamente misteriosas cavidades hemisféricas en la superficie de la estatuilla con el mismo diámetro: "Las limonitas duras probablemente brotaron cuando el creador de la Venus la estaba tallando", explica Weber. "En el caso del ombligo, aparentemente, lo convirtió en una virtud por necesidad".

Otro hallazgo: el oolito de la Venus de Willendorf es poroso, dado que los núcleos de los millones de glóbulos de oolito que la componen se habían disuelto. Esta es una buena razón de por qué el ingenioso escultor eligió este material hace 30.000 años, ya que es mucho más fácil trabajar con él. Los científicos también identificaron un pequeño resto de un caparazón de solo 2,5 milímetros de largo, y lo fecharon en el período Jurásico. Esto descartó todos los demás depósitos potenciales de sedimentos de rocas de la era geológica del Mioceno, que es muy posterior, tales como los que se encuentran en la cercana Cuenca de Viena.

Mapa de las localidades de oolito muestreadas (en negro); los dos lugares de origen más probables, Sega di Ala e Isjum A, están indicados en rojo. Los enclaves arqueológicos de Willendorf, Brillenhöhle, Hohle Fels, Kostenki y Gagarino se muestran en verde. El modelo de elevación digital se creó con ArcGIS 10.4 y se obtuvo de la base de datos WorldClim. https://desktop.arcgis.com/de/arcmap/10.4/get-started/setup/arcgis-...

Un largo camino para ese período

El equipo de investigación también analizó los tamaños de grano de las otras muestras recogidas. Cientos, a veces incluso miles, de granos fueron marcados y medidos con programas de procesamiento de imágenes o incluso manualmente. Ninguna de las muestras recogidas dentro de un radio de 200 kilómetros a partir del enclave de Willendorf coincidía ni remotamente con la Venus. El análisis finalmente ofreció el resultado de que las muestras recogidas en un lugar en el norte de Italia, cerca del lago de Garda, eran estadísticamente indistinguibles de las características que ostenta la Venus de Willendorf. Esto es notable porque significa que la misma (o al menos su material) comenzó un viaje desde desde el sur de los Alpes hasta la zona del Danubio al norte de los Alpes.

"La gente perteneciente al Gravetiense, tal como se denomina la cultura de herramientas líticas de la época, buscaba y habitaba los lugares más favorables. Cuando cambiaba el clima o la situación de las presas de caza, se desplazaban, preferiblemente a lo largo de los ríos", explica Gerhard Weber. Tal viaje podría haber supuesto varias generaciones.

Una de las dos rutas posibles de sur a norte conduciría alrededor de los Alpes y luego hacia la llanura panónica y fue descrita en simulaciones de ordenador por otros investigadores hace unos años. La otra forma de llegar desde el lago de Garda a Wachau sería a través de los Alpes. No está claro si esto fue posible hace más de 30.000 años debido al deterioro del clima que comenzó en ese momento. Esta sería una variante bastante improbable si ya había glaciares continuos en ese momento. Sin embargo, el camino de 730 km a lo largo del Etsch, el Inn y el Danubio siempre estuvo por debajo de los 1.000 metros sobre el nivel del mar, con la excepción de 35 km en el lago Reschen.

Rutas tentativas de migración desde el norte de Italia hasta la Baja Austria. El camino amarillo se dibuja después de las simulaciones de ordenador. El hipotético camino azul desde Sega di Ala (norte de Italia) hasta Willendorf (Baja Austria), a través de los Alpes, sigue los principales ríos Etsch, Inn y Danubio. Sega di Ala se encuentra cerca del importante yacimiento paleolítico de Grotta di Fumane. Willendorf está ubicado cerca de un grupo de enclaves paleolíticos de diferentes épocas en la Baja Austria (p. ej., Krems-Hundssteig, Krems-Wachtberg, Aggsbach, Gudenushöhle, Kamegg, Stratzing). Creado con Google Earth Data SIO, NOAA, US Navy, NGA, GEBCO, Google Earth versión 7.3, Image Landsat/Copernicus, http://www.earth.google.com [14/12/2015].

Conexión posible, pero menos probable, con el este de Ucrania

Las estadísticas apuntan claramente al norte de Italia como el origen del oolito con que está compuesta la Venus de Willendorf. Sin embargo, hay otro lugar interesante para el origen de la roca. Está en el este de Ucrania, a más de 1.600 kilómetros de distancia lineal de Willendorf. Las muestras allí no encajan tan claramente como las recogidas en Italia, pero son mejor que todo el resto de las muestras. Hay una conexión interesante aquí: se encontraron figuras de Venus en las cercanías del sur de Rusia, las cuales, aunque son algo más recientes, se parecen mucho a las Venus encontradas en Austria. Los resultados genéticos también muestran que las gentes de Europa Central y del Este estaban conectadas entre sí en ese momento.

La apasionante historia de la Venus de Willendorf podría continuar. Hasta ahora, solo unos pocos estudios sistemáticos se han ocupado de la existencia de humanos primitivos en este período de tiempo en la región alpina y de su movilidad. El famoso "Ötzi", por ejemplo, solo entró en juego mucho más tarde, es decir, hace 5.300 años. "Queremos utilizar los resultados de la Venus de Willendorf y nuestra nueva red de investigación en Viena sobre 'Evolución Humana y Ciencias Arqueológicas', en cooperación con la antropología, la arqueología y otras disciplinas, para aclarar aún más la el desarrollo de la prehostoria en la región alpina", concluye Weber.

Fuente: phys.org | 28 de febrero de 2022

Un estudios sobre ADN antiguo revela sorpresas sobre cómo vivían, viajaban e interactuaban los africanos hace entre 18.000 y 5.000 años

El refugio rocoso de la montaña de Hora en Malawi, donde excavaciones recientes descubrieron a dos de los individuos analizados en un estudio colaborativo de ADN antiguo. Crédito: Jacob Davis.

Un nuevo análisis de restos humanos que fueron enterrados en sitios arqueológicos africanos ha producido el ADN más antiguo del continente, contando una historia fascinante de cómo los primeros humanos vivieron, viajaron e incluso encontraron a sus seres queridos.

Un equipo interdisciplinario de 44 investigadores describió sus hallazgos en "El ADN antiguo revela una estructura de población profunda en los recolectores del África subsahariana". El artículo se publicó hoy en Nature e informa de los hallazgos sobre el ADN antiguo de seis personas enterradas en Malawi, Tanzania y Zambia que vivieron hace entre 18.000 y 5.000 años.

"Esto duplica con creces la antigüedad de los datos de ADN antiguo obtenidos del África subsahariana", dijo David Reich (izquierda), profesor de la Universidad de Harvard e investigador del Instituto Médico Howard Hughes, cuyo laboratorio generó los datos del artículo. "El estudio es particularmente emocionante, es una colaboración verdaderamente equitativa entre arqueólogos y genetistas".

El estudio también volvió a analizar los datos publicados de 28 personas enterradas en otros sitios de todo el continente, generando datos nuevos y mejorados para 15 de ellos. El resultado fue un conjunto de datos sin precedentes de ADN de antiguos cazadores recolectores africanos. Su legado genético es difícil de reconstruir a partir de la gente actual debido a los muchos movimientos y mezclas de población que se han producido en los últimos miles de años.

Gracias a estos datos, los investigadores pudieron delinear los principales cambios demográficos que tuvieron lugar hace entre 80.000 y 20.000 años. Ya hace unos 50.000 años, personas de diferentes regiones del continente se mudaron y establecieron en otras áreas y desarrollaron alianzas y redes sociales a distancias más largas para comerciar, compartir información e incluso encontrar parejas reproductivas. Estas redes sociales los ayudó a sobrevivir y prosperar, escriben los investigadores.

Montaña rocosa de Hora en Malawi. Crédito: Jacob Davis.

Elizabeth Sawchuk (derecha), autora del estudio y becaria postdoctoral de Banting, en la Universidad de Alberta, así como profesora asistente de investigación en la Universidad de Stony Brook, dijo que se produjo un cambio cultural dramático durante este período de tiempo, ya que los adornos, los pigmentos y otras artes simbólicas se volvieron comunes a través de toda África. Los investigadores habían asumido durante mucho tiempo que los cambios importantes en el registro arqueológico de hace unos 50.000 años reflejaban un cambio en las redes sociales y tal vez incluso cambios en el tamaño de la población, pero tales hipótesis seguían siendo difíciles de probar.

"Nunca habíamos podido explorar directamente estos supuestos cambios demográficos hasta ahora", dijo. "Era difícil reconstruir los eventos de nuestro pasado más profundo usando el ADN de las personas que viven hoy en día, pues los artefactos como las herramientas de piedra y las cuentas de adornos no pueden contarnos toda la historia. En cambio, el ADN antiguo nos proporciona una visión directa de las personas mismas, que era lo que nos faltaba del rompecabezas".

Mary Prendergast (izquierda), autora del artículo y profesora asociada de antropología en la Universidad de Rice, dijo: "Hay argumentos de que el desarrollo y la expansión de las redes comerciales a larga distancia en esta época ayudaron a los humanos a superar la última Edad de Hielo".

"Los humanos comenzaron a depender unos de otros de nuevas maneras, y esta creatividad e innovación podría ser lo que permitió que los mismos prosperaran".

Los investigadores también pudieron demostrar que hace unos 20.000 años, la gente había dejado de trasladarse tanto.

"Tal vez fue porque en ese momento las redes sociales, previamente establecidas, permitieron el flujo de información y tecnologías sin que las personas tuvieran que moverse mucho", señala Sawchuk.

Cuentas de cáscara de huevo de avestruz procedentes del refugio rocoso de Mlambalasi, en Tanzania, donde fue enterrado uno de los individuos del estudio realizado. Crédito de la foto: Jennifer Miller.

Prendergast dijo que la investigación llevada a cabo proporciona una mejor comprensión de cómo la gente se movía y se mezclaba en esta parte del este de África. Anteriormente, el ADN africano más antiguo procedía de lo que ahora es Marruecos, pero los individuos de este estudio vivían tan lejos de allí como Bangladesh lo está de Noruega.

"Nuestro estudio genético confirma un patrón arqueológico de comportamiento más local en el este de África a lo largo del tiempo", dijo Jessica Thompson (derecha), profesora asistente de antropología en la Universidad de Yale, autora del estudio y una de las investigadoras que descubrieron los restos. "Al principio, las personas encontraron parejas reproductivas de amplios grupos geográficos y culturales. Más tarde, priorizaron a las parejas que vivían más cerca y que eran potencialmente más similares culturalmente".

El equipo de investigación incluyó a académicos de Canadá, Kenia, Malawi, Tanzania, Estados Unidos, Zambia y muchos otros países. Las contribuciones críticas al estudio provinieron de conservadores y coautores de museos africanos que son responsables de proteger y preservar los restos fósiles hallados.

Potifar Kaliba (izquierda), director de investigación del Departamento de Museos y Monumentos de Malawi y autor también del estudio, señaló que algunos de los esqueletos analizados para el estudio fueron excavados hace medio siglo, pero su ADN se conserva a pesar de los climas cálidos y húmedos en los trópicos

"Este trabajo muestra por qué es tan importante invertir en la administración de restos humanos y artefactos arqueológicos en los museos africanos", afirma Kaliba.

El Museo Livingstone, en Zambia, donde se conservan algunos de los restos óseos del estudio. Crédito de la foto: Museo Livingstone.

"El trabajo también ayuda a abordar los desequilibrios globales en la investigación", añade Prendergast. "Hay alrededor de 30 veces más secuencias de ADN antiguas publicadas de Europa que de África, y, dado que este continente alberga la mayor diversidad genética humana del planeta, tenemos mucho más que aprender".

"Al asociar artefactos arqueológicos con ADN antiguo, los investigadores han creado un marco notable para explorar la prehistoria de los humanos en África", dijo el director del programa de Arqueología y Arqueometría, John Yellen (derecha), de la Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU., uno de los patrocinadores de este proyecto. "Esta idea está trazando un nuevo camino para comprender a la humanidad y nuestra compleja historia compartida".

Fuente: Rice University | 23 de febrero de 2022

Descubren que la ciudad de Baelo Claudia, de Cádiz, fue destruida por un tsunami hace menos de 2.000 años

Ruinas de la ciudad romana de Baelo Claudia, en la playa de Bolonia (Cádiz).JUAN CARLOS TORO

La ciudad de Baelo Claudia, situada en la provincia de Cádiz, próxima al Estrecho de Gibraltar, se levantó en la ensenada de Bolonia, flanqueada a los lados por las sierras de la Plata y San Bartolomé a finales del siglo II antes de Cristo.

Su origen y posterior evolución están muy ligados al desarrollo de las industrias salazoneras y al comercio con el norte de África, siendo puerto de unión con la actual Tánger y convirtiéndose en uno de los motores económicos de la zona.

Un terremoto destruyó parte de la ciudad, siendo reconstruida por completo, entre los años 40 y 60 de la nueva era y un tsunami la devastó entre los años 365 y 390, por lo que fue abandonada ante la imposibilidad de ser reconstruida de nuevo.

Panorámica del yacimiento de Baelo Claudia.

Según publica el periodista Vicente G. Olaya en El País, un estudio liderado por Pablo-Gabriel Silva Barroso ha descubierto una capa de sedimentos de entre 28 a 52 cm. de espesor que dejó el tsunami, conteniendo fragmentos caóticamente mezclados de cerámica, huesos de peces y animales, cristales, ladrillos y grandes bloques de mampostería, entre otros restos de microfósiles y fragmentos rotos de conchas. Sedimentos que se encuentran amalgamados con arenas finas o medias procedentes de la antigua playa y cuya procedencia son de "un evento de alta energía" referido al tsunami.

Se calcula que la altura de las olas que destruyeron Baelo Claudia podrían ser de entre cuatro y cinco metros, penetrando en los pequeños valles interiores, hecho que probaría los daños en un pequeño acueducto al este de la ciudad romana.

Hasta el momento las causas del abandono de Baelo Claudia no estaban claras, especulándose, entre otras razones, la inseguridad del tráfico comercial o un periodo de crisis económica y social en el Imperio Romano a finales del siglo II después de Cristo.

Fuente: portaldecadiz.com | 28 de febrero de 2022

El mayor mosaico romano en Reino Unido surge en una obra junto al Puente de Londres

Arqueólogos de MOLA en el sitio de Liberty of Southwark.Se cree que el sitio, cerca del Shard, fue un punto de parada para los viajeros que entraban o salían del Londres romano en el lado norte del Támesis. Foto: Andy Chopping y el Museo de Arqueología de Londres.

Cruzando el puente de Londres, serpenteando entre los puestos del Borough Market y acercándonos a la mole acristalada del Shard, llegamos a un solar en obras que guardaba el mejor secreto arqueológico de la capital británica. Del subsuelo ha emergido de pronto un enorme mosaico romano del siglo II d.C. de más de 12 metros cuadrados: el mayor vestigio aparecido en los últimos 50 años de la legendaria Londinium, sede del gobierno imperial de Britannia.

"Hallazgos como este ocurren solo una vez en la vida", se jacta Antonietta Lerz, del Museo de Arqueología de Londres (MOLA). "Cuando los primeros colores del mosaico aparecieron al remover la tierra, todos los que estábamos en la excavación saltamos de excitación".

Lo que ha salido a la luz, al cabo de casi 2.000 años, es ni más ni menos que el suelo de un triclinium (estancia que cumple las funciones de comedor) que seguramente formaba parte de una "mansio" (algo así como un "parador" para altos oficiales en sus viajes por el imperio) al sur del Támesis y fuera de la vieja muralla.

El mosaico principal incorpora flores, motivos geométricos y un diseño de cuerdas retorcidas. Fotografía: MOLA/Andy Chopping.

"La calidad de los materiales que hemos encontrado nos permiten deducir que el edificio fue ocupado por miembros del rango más alto en la sociedad", apunta Derek Seeley, director de proyectos del MOLA. "Es muy poco habitual que seamos capaces de encontrar y estudiar restos de esta envergadura en el centro de Londres. Estamos ante una ventana abierta a las condiciones de vida de las elites romanas en 'Britannia'".

El mosaico fue encontrado el pasado mes de junio, aunque su descubrimiento no se ha hecho público hasta ahora. Temporalmente, seguirá en el solar en obras de The Liberty of Southwark (un futuro complejo de oficinas, viviendas y actividades de ocio) mientras se completan las excavaciones a su alrededor. A lo largo del año, será finalmente extraído para su conservación y será exhibido más tarde en un lugar aún por determinar.

El panel principal del mosaico está compuesto por flores de loto en llamativos colores (rojo terracota y amarillo pálido) rodeadas de bandas, cuerdas retorcidas y "nudos de salomón", en diseños geométricos y dentro de un suelo teselado también en rojo.

Se encontró un panel más pequeño que es similar a un mosaico desenterrado en Tréveris, Alemania. Fotografía: MOLA/Andy Chopping.

En declaraciones a la BBC, el experto en mosaicos romanos David Neal ha atribuido la obra al así llamado "Acanthus group", un equipo de artesanos de Londinium que desarrollaron un estilo propio. Un panel muy similar fue hallado en la localidad alemana de Tréveris, lo que permite deducir que los mosaiquistas británicos viajaron al continente.

A partir del mosaico del triclinium, los arqueólogos del MOLA ha reconstruido el uso de la sala: probablemente con una mesa baja cuadrada o rectangular en el centro, rodeada de divanes y espacio para danza, música y otras atracciones para los comensales, directamente conectada con la culina (cocina).

AMULETO FÁLICO

El conjunto del edificio aún no ha sido descubierto, pero todo apunta a que fue una mansio en las afueras del perímetro de Londinium (lo que hoy constituye la City) que pudo servir como hotel o lugar de reposo para los altos oficiales del imperio. El hallazgo de un amuleto con forma fálica, asociado a los militares romanos, corrobora aparentemente esa hipótesis.

El edificio estaba dispuesto alrededor de un patio central, conectado también con el triclinium, y rodeado probablemente de jardines cercanos a la orilla del río Támesis, junto a algunas de las vías de entrada en la ciudad.

En el mismo lugar de la excavación han aparecido los restos de lo que pudo haber sido una residencia privada, también con mosaicos, paredes pintadas y terrazo. Allí se han encontrado también un broche de bronce, una horquilla de hueso y una aguja de coser.

"Todos estos objetos son asociados a mujeres al alto estatus que seguían probablemente las últimas modas de su tiempo", apunta la arqueóloga Antonietta Lerz. "Estamos en el máximo apogeo de la ciudad de Londres romana. La gente que vivía aquí o que pasó por aquí tenía, sin duda, una buena vida para su tiempo".

El hallazgo habrá deleitado muy seguramente al "premier" Boris Johnson, autor de "The Dream of Rome" (derecha) y apasionado de la historia clásica. Los romanos ocuparon dos tercios de la isla durante casi cuatro siglos (del año 43 al 410) y Boris Johnson fue alcalde durante ocho años (2008-2016). Como broche a su primera aventura política publicó "Johnson's life of London", o "cómo una panda de agresivos inmigrantes italianos crearon Londinium en unas tierras pantanosas y pasaron con el tiempo la antorcha: de Adriano a Winston Churchill, hasta llegar la Rolling Stones".

Fuentes: elmundo.estheguardian.com | 25 de febrero de 2022