Hallan evidencias de los primeros asentamientos del 'Homo sapiens' en Gran Bretaña en una cueva del Castillo de Pembroke (Gales)

Trabajos de excavación en la Caverna Wogan del Castillo de Pembroke (Gales).

Un equipo de arqueólogos ha descubierto evidencias extremadamente rara de los primeros Homo sapiens en Gran Bretaña enterradas en la Caverna Wogan del Castillo de Pembroke (Gales). Los hallazgos constituyen herramientas de piedra y huesos de animales que datan de la última Edad del Hielo. Las excavaciones continuarán este verano.

La Caverna Wogan es una gran cueva debajo del Castillo de Pembroke que, a principios del siglo XIII, se le construyó un muro en la boca de la misma. Ahora se accede a ella a través de una escalera de caracol desde el propio castillo. El equipo de arqueólogos ha excavado hasta el momento solo una parte muy pequeña de esta cueva, pero sus hallazgos ya la sitúan entre los enclaves arqueológicos más importantes de Gran Bretaña.

Una vista del Castillo de Pembroke (Gales).

El equipo, dirigido por el Dr. Rob Dinnis (izquierda), de la Universidad de Aberdeen, y la Dra. Jennifer French (derecha), de la Universidad de Liverpool, encontró evidencias de múltiples ocupaciones prehistóricas tempranas de cazadores-recolectores durante decenas de miles de años, las cuales se remontan a la última Edad del Hielo.

El análisis posterior de las herramientas de piedra encontradas durante la excavación de 2022 confirma que fueron dejadas por algunos de los primeros Homo sapiens que llegaron a Gran Bretaña a mediados de la última Edad del Hielo. Se encontraron junto a huesos de animales entre los que se incluyen renos, caballos salvajes y mamuts lanudos.

El descubrimiento de restos del Homo sapiens primitivo es de enorme importancia en Gran Bretaña, dado que, en la actualidad, no hay muchos yacimientos al respecto, habida cuenta de que otros enclaves fueron excavados casi en su totalidad durante el siglo XIX y principios del XX.

La Caverna Wogan ofrece la oportunidad, además, de utilizar por primera vez métodos de excavación modernos y técnicas analíticas de vanguardia. El equipo ya está probando, por ejemplo, la recolección de muestras de sedimentos en condiciones controladas, a fin de detectar ADN humano y de animales antiguos.

Las excavaciones de este verano están financiadas por el Museo de Historia Natural de Londres y Pembroke Castle Trust, y cubiertas por History Hit, el podcast SVOD y la plataforma de contenido histórico fundada por Dan Snow.

El Dr. Rob Dinnis dijo: “La Caverna Wogan se está convirtiendo en un sitio extraordinario. Lamentablemente, estamos rezagados con respecto a nuestros vecinos europeos en la comprensión de las primeras apariciones en Gran Bretaña del 'Homo sapiens', pero el descubrimiento de este nuevo sitio puede cambiar las cosas. Ahora podemos usar métodos arqueológicos modernos y aprender mucho más sobre este período crucial. ¿Cuándo exactamente llegaron los 'Homo sapiens' a Gran Bretaña? ¿De dónde vinieron y cómo vivían en los entornos de la Edad del Hielo? Todas estas son preguntas que ahora podemos tratar de responder, gracias a esta increíble cueva".

Reconstrucción de los primeros cazadores-recolectores Homo sapiens en Wogan Cavern durante la última Edad de Hielo. (Ilustración: Abi Pate).

“Nuestro trabajo ya ha demostrado que la Caverna Wogan es un sitio extremadamente importante, pero lo más sorprendente es cuánto hemos encontrado dado lo poco que hemos excavado. Es una cueva grande, y apenas hemos arañado la superficie. ¿Quién sabe qué más podríamos encontrar en los próximos años? ¿Podría haber evidencias de una ocupación incluso anterior, por parte de nuestros primos neandertales? Dado lo que hemos hallado hasta ahora, ciertamente no lo descartaría”.

Jon Williams (izquierda), gerente de Pembroke Castle, agregó: “Estamos muy emocionados de darle la bienvenida a Rob Dinnis y su equipo para otra temporada de excavaciones. La Caverna Wogan siempre ha sido un lugar de especial interés para los visitantes de nuestro castillo, pero los recientes descubrimientos lo han llevado a otro nivel. Es un trabajo muy importante que arroja una nueva luz sobre nuestro lejano pasado prehistórico”.

Tristan Hughes (derecha), presentador de History Hit, añade: “La Caverna Wogan bien puede ser el lugar que los investigadores de los primeros humanos en Gran Bretaña han estado esperando. Teniendo en cuenta todo lo que Rob Dinnis y su equipo ya han encontrado, estos tentadores artefactos de la Edad del Hielo, la perspectiva de que se descubran, en los próximos meses, más pruebas de algunos de los primeros 'Homo sapiens' que se asentaron en Gran Bretaña es increíblemente emocionante. ¿Podría ser que las excavaciones también revelen más sobre el enigmático final de los neandertales en Gran Bretaña? Ya veremos… Es un gran privilegio para 'History Hit' estar involucrado en este proyecto”.

Fuentes: University of Aberdeen | wogancavern.org | 15 de junio de 2023

Documentan más de 250 grabados prehistóricos en la Roca de les Ferradures (Tarragona)

El trabajo arqueológico muestra que el yacimiento es más grande de lo que se pensaba. / IPHES-CERCA.

Los trabajos de limpieza y documentación que está llevando a cabo estos días un equipo del IPHES-CERCA, encabezado por Josep Maria Vergès y Míriam Salas, ha puesto al descubierto más de 250 grabados postpaleolíticos en el lugar conocido como Roca de les Ferraduras, en el antiguo pueblo de Els Cogullons (Montblanc, Tarragona), situado en una de las zonas con mayor concentración de abrigos con arte rupestre de las Muntanyes de Prades.

El conjunto se encuentra al aire libre, en una superficie de roca arenosa de cientos de metros, lo que convierte este yacimiento, tanto por su extensión como por su número y variedad de representaciones, en uno de los más importantes de Cataluña en cuanto a grabados rupestres postpaleolíticos.

Una imagen del sitio. IPHES.

Un yacimiento mucho mayor de lo que pensaba

Este conjunto de grabados fue descubierto a finales de la década de 1970 por Ramon Capdevila, aficionado a la arqueología y antiguo colaborador de Salvador Vilaseca, pero, más allá de la publicación de algunas fotografías y comentarios, nunca había sido objeto de estudio, ni se le había dado mucha importancia.

Los trabajos realizados por un equipo arqueológico han permitido descubrir muchos más grabados de los que se conocían, algunos de ellos en un estado de conservación extraordinario, y poner de manifiesto que no se concentran solos en Roca de les Ferradures, sino que se extienden por un terreno de cientos de metros.

Escaneo 3D de los grabados. / IPHES-CERCA.

Un posible espacio sacro

Los grabados se sitúan en el suelo, realizados mediante la técnica del picoteado, sobre la superficie de una extensa formación rocosa de gres rojo. En algunos casos, una vez finalizado el proceso de picoteado, se pulía el interior del surco, para eliminar las marcas de los golpes y hacerlo más regular.

Entre los grabados localizados existe una gran variedad de formas y motivos, algunos de ellos formando escenas. Los más representados son las llamadas herraduras, que dan nombre al yacimiento, y las cruces, que en realidad se piensa que son representaciones de antropomorfos muy simplificadas.

Pero las representaciones más singulares son las de antropomorfos con los brazos en cruz y grandes manos abiertas, muy desproporcionadas con relación al cuerpo, que destacan como personajes dominantes entre el resto, tanto por sus dimensiones — algunos miden más de medio metro de altura, como por los detalles de las figuras.

Detalle de los grabados de la cueva de la Herradura. IPHES.

La hipótesis sobre la cronología de los grabados es que los primeros se podían haber realizado a finales del Calcolítico e inicios de la Edad del Bronce, hace poco más de 4.000 años, pero que también se realizaron durante la Edad del Hierro y, posiblemente, en momentos posteriores. Esto implica que, si como se piensa, estos grabados están relacionados con algún tipo de culto o ceremonia, este se habría mantenido durante más de un millar de años.

De hecho, la excavación realizada en la Cova del Minaire y el reestudio de los materiales recuperados por Salvador Vilaseca en la Cova de les Gralles, ambas situadas cerca de los Cogullons, han permitido documentar evidencias de poblamiento intenso en este lugar hace de 4.300 a 4.000 años, durante el Calcolítico, así como la presencia humana durante la Edad del Bronce, la Edad del Hierro y la época romana.

Documentación 3D para la investigación, la divulgación y la conservación

Los grabados han sido documentados mediante escáner 3D y fotogrametría, a fin de obtener modelos 3D de alta resolución, tanto a nivel de malla como de textura. Estos permitirán realizar el estudio detallado y la difusión a nivel virtual, constituido a la vez una herramienta de primer nivel para garantizar su conservación y preservación.

Fuente: comunicacio.iphes.cat | 8 de junio de 2023

Los secretos de Pintia, la enorme ciudad vaccea de Valladolid que resurgió siete veces de sus cenizas

Reposición de las tumbas excavadas en la campaña 2009 en su nicho que permite observar la riqueza del registro funerario de Pintia. CEVFW-UVa.

Los vacceos, un pueblo prerromano que habitó el área central de la cuenca del Duero entre los siglos V y I a.C., en una extensión de 45.000 kilómetros cuadrados de superficie, practicaron el rito funerario de la incineración. Cremaban los restos de los difuntos con los elementos propios de su condición social (armas, adornos, etc.), los introducían en una urna cineraria y luego los depositaban en un hoyo abierto en una necrópolis, donde como ajuar se incluían diversos recipientes cerámicos relacionados con la comida y la bebida para facilitar el viaje al más allá.

En el yacimiento de Pintia, entre los términos municipales de Padilla de Duero/Peñafiel y Pesquera de Duero (Valladolid), se conserva el único cementerio excavado de la región vaccea, el de Las Ruedas. Los arqueólogos han documentado unas 320 sepulturas con una media unos de unos 20-30 objetos y que han permitido un acercamiento a la organización social de esta etnia. Un ejemplo singular lo constituyen tres tumbas de mujeres aristocráticas, incineradas in situ, en lo que se denomina un bustum, y acompañadas de un importante despliegue de banquete funerario. Además, se les presupone una relación de parentesco por la proximidad de los nichos.

Recreación de las tres tumbas aristocráticas femeninas. FOTO: Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg.

Uno de los cadáveres corresponde a una niña de unos seis años, enterrada con fíbulas de bronce, una cuenta de ámbar procedente del Báltico, un colgante pseudocircular de tres arandelas de bronce, una cajita zoomorfa, cuencos, ollas, vasos o copas. Pero el hallazgo que más ha impresionado a Carlos Sanz Mínguez (izquierda), profesor titular de la Universidad de Valladolid y director del proyecto de investigación de Pintia, es un huevo de oca pintado con óxido de manganeso y dividido en tres cuadrantes. "Es como un huevo de pascua seguramente con un valor simbólico relacionado con la regeneración de la vida, y lo encontramos prácticamente íntegro después de 2.200 años", destaca el prehistoriador.

Recreación artística del poblado de Las Quintanas. Pedro Sainz-Guerra.

Vista general de la necrópolis de Las Ruedas-Pintia (fotografía del CEVFW).

Aunque las excavaciones en la ciudad prerromana de Pintia empezaron hace más de cuatro décadas, el proyecto que dirige Carlos Sanz, uno de los seis finalistas que optan al Premio Nacional de Arqueología y Antropología de la Fundación Palarq, dotado con 80.000 euros y que se fallará el próximo jueves, se inició en 1999. Haciendo equilibrios debido a la extensión del sitio —125 hectáreas— y la escasez de recursos —el presupuesto viene sobre todo de empresas privadas, como las bodegas Vega Sicilia—, su equipo está logrando reconstruir la historia de un oppidum que cayó ante el empuje de las legiones romanas y que se ha convertido en un unicum para el estudio del mundo vacceo.

Las dos zonas más destacadas del yacimiento son el hábitat de Las Quintanas (25 ha) y la necrópolis de Las Ruedas (6 ha y 600 años de uso, hasta el siglo II d.C.), donde se ha recuperado una colección de 400 fíbulas de bronce —la segunda más importante de la península ibérica por detrás de Numancia— y de otros objetos para el adorno personal como prendedores para el pelo, pinzas de depilar, navajas de afeitar y broches de cinturón; o piezas relacionadas con el banquete funerario —se ha documentando el vino más viejo de la Ribera del Duero en copas del siglo IV a.C. y dos vasos cruzados al fondo de una de las tumbas, como una especie de brindis final—.

Pero al ser los vacceos una sociedad guerrera, las excavaciones en la zona funeraria han sacado a la luz numerosos elementos de metalistería bélica. "El arma es el alma del difunto y por eso las encontramos habitualmente en los ajuares", comenta Sanz, director también del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, y cita espadas de tipo Miraveche (derecha), puñales de tipo Monte Bernorio y de filos curvos, caetrae o escudos circulares y puntas metálicas de lanza y jabalina.

En un estudio publicado el año pasado, el investigador explicaba que algunos ajuares de 'guerrero' podrían corresponder a mujeres. ¿Hubo guerreras entre los vacceos? "Es un tema difícil porque necesitamos huesos para hacer estudios antropológicos, pero con las cremaciones tenemos muy pocas posibilidades de hacer determinaciones", lamenta. "En algunos casos sí tenemos armamento y la condición femenina parece bastante clara. Pero es la excepción, no podemos elevar a la categoría de general el hecho de hombres y mujeres portando armas".

Enterramiento de la necrópolis vaccea de Pintia, en el que se aprecian diferentes tipos de vasijas utilizadas como ajuar funerario.

La necrópolis, hace no mucho una zona de cultivo en la que las máquinas de arado destruyeron numerosas estelas funerarias que marcaban los nichos, debió acoger los restos de decenas de miles de individuos, según los cálculos de los investigadores. Pese a ser "un verdadero paraíso de furtivos" —en 1990 los detectoristas de metales realizaron 1.012 hoyos y expoliaron un rico botín a juzgar por los metales olvidados y por los que se subastaron años más tarde en Múnich (Alemania)—, se han podido identificar llamativos patrones del mundo funerario vacceo: en las tumbas infantiles se depositaron imitaciones en barro de la orfebrería de oro. "Es un elemento que habla sobre la importancia del contexto, lo entendemos como una réplica simbólica por no haber recibido como herencia las joyas en vida", explica Sanz.

“Joyas” de barro de Pintia y sus modelos de inspiración de la orfebrería vaccea: tumbas 127b (9), 153 (1 y 7) y 235 (5); y posición secundaria (3). Necrópolis de Las Ruedas.

Un horno único

En las visitas guiadas al yacimiento se habla de Pintia como la ciudad que resurgió siete veces de sus cenizas. Las excavaciones actuales en el poblado de Las Quintanas han documentado una estratigrafía con la presencia de hasta siete niveles destruidos por incendios entre finales del siglo V a.C. y el cambio de era. "Estamos haciendo con la Universidad Complutense un estudio de paleomagnetismo para intentar datar todos esos momentos, pues no sabemos si hay una distancia de 50 o 100 años", avanza el investigador. ¿Podrá relacionarse alguno con la presencia del cartaginés Aníbal en la Meseta en el siglo III a.C.?

Una "estancia del banquete" excavada en Las Quintanas. Luis Pascual CEVFW-UVa.

Lo único cierto por ahora es que el oppidum —habitado hasta la invasión árabe, cuando la línea del Duero se convirtió en espacio fronterizo— fue asediado y conquistado por los romanos seguramente en el contexto de las guerras sertorianas, a principios del siglo I a.C. Las legiones lograron abrir brecha en un complejo sistema defensivo que incluía una muralla de siete metros de anchura, berma (espacio nivelado entre un terraplén y su foso anexo ) y tres fosos consecutivos —el más grande, con unas dimensiones de 16-20 metros de largo y 4-5m de profundidad—, con campo minado de vasijas abiertas para hacer el terreno intransitable. "Hoy por hoy es el único ejemplo documentado en la península ibérica de modelo canónico de poliorcética mediterránea inspirado en Filón de Bizancio", sentencia Sanz.

En ese núcleo intramuros de Pintia se calcula que se erigieron en manzanas muy cerradas unas 2.000 casas, bajo las cuales se han identificado complejos sacrificios de animales o la amortización bajo los suelos de genuinas reliquias. Sin embargo, la vida cotidiana de esta etnia prerromana sigue siendo bastante desconocida. El yacimiento también ha sacado a la luz el horno de cocción de cerámica más grande y mejor conservado de toda Europa.

Horno de Carralaceña. Pintia. Siglo II a. C. Carralaceña es un asentamiento extramuros de la antigua ciudad de Pintia. Fue un barrio artesanal, con sus viviendas, talleres y su propia necrópolis. La construcción de este barrio se debió a la necesidad de tener los talleres de cerámica, de gran producción durante el siglo II a. C. hasta el cambio de Era, fuera de la ciudad debido al peligro de incendio por la proximidad de los hornos a las viviendas. En Carralaceña se han encontrado tres hornos de cerámica de los que el número 2 es el más representativo. Se trata de un horno con tiro vertical, doble cámara y un pasillo o præfurnium destacado. Tiene una planta circular con 4,5 metros de diámetro. Es el horno cerámica más grande y mejor conservado de Europa.

"Es una estructura impresionante donde de una sola vez se debían cocer miles de piezas. Había una gran demanda y eso nos habla de la destreza de los vacceos, su alfarería es primorosa", detalla el prehistoriador.

A pesar de tantos años de investigación —se han realizado 32 campañas arqueológicas—, a Pintia le quedan todavía muchos secretos que revelar. "Apenas hemos rascado un poquito la superficie, media hectárea, y hemos recogido una información espectacular. Es un yacimiento enorme, y también muy necesitado de recursos", cierra Carlos Sanz.

"Sin ánimo de caer en presentismos, podemos afirmar que el mundo vacceo en cierta medida creó las señas de identidad de esta parte central de la cuenca del Duero: la arquitectura de barro y madera, la cultura del vino y el banquete, la agricultura cerealista... Si miramos hacia el pasado, tenemos obligatoriamente que reconocernos en los vacceos".

Fuente: elespanol.com | 10 de junio de 2023

Dos fósiles de más de 70.000 años desvelan el primer viaje del 'Homo sapiens' hacia el sudeste asiático

El extenso pozo de excavación en Tam Pà Ling que se extiende desde el suelo de la cueva hasta ~7 m. El pozo más profundo se encuentra en la parte trasera cerca de la pared de la cueva. VITO HERNÁNDEZ (UNIVERSIDAD DE FLINDERS) (Macquarie University).

En la cordillera Annamita, al norte de Laos, un equipo de arqueólogos descubrió hace algo más de una década una cueva situada sobre una torre kárstica de piedra caliza que está revelando sorprendentes secretos sobre las primeras migraciones de los humanos modernos.

Desde 2009, en una zanja abierta al fondo de la cavidad de Tam Pà Ling se habían recuperado un puñado de fósiles de Homo sapiens con ciertos rasgos arcaicos y datados entre hace 70.000 y 46.000 años. Pero las últimas excavaciones, a siete metros de profundidad, han documentado otro fragmento de cráneo y una tibia izquierda que retrasan todavía más la presencia de nuestros antepasados en el sureste asiático, hasta hace un máximo de 86.000 años.

Los nuevos hallazgos, publicados este martes en Nature Communications por un equipo de investigadores laosianos, franceses, estadounidenses y australianos, representan la evidencia más antigua sobre la llegada de los humanos modernos al sureste asiático continental. También brindan nuevas piezas para resolver el rompecabezas de cómo y cuándo se produjo esta expansión hacia la zona oriental del continente y, posteriormente, Australia: según sus hipótesis, el Homo sapiens se pudo haber movido por las zonas boscosas interiores a través de los valles de los ríos.

Fotografía del hueso frontal TPL 6 hallado. a) vista anterior del arco superciliar izquierdo y el margen supraorbitario, y porciones de la escama frontal y la línea temporal; b) superficie endocraneal que incluye parte de la placa orbital izquierda y la cresta frontal; c) vista lateral izquierda.

Fotografía del fragmento tibial TPL 7. a) vista medial que indica la porción inferior de la tuberosidad tibial; b) vista lateral izquierda que indica la cresta interósea; c) vista posterior que indica la línea vertical; d) vista anterior; e) vista distal; f) vista proximal.

El origen del Homo sapiens se sitúa en África hace unos 300.000 años. Pero la fecha, el número y las rutas migratorias siguen siendo objeto de debate entre los paleontólogos ante los distintos relatos que ofrecen los estudios genéticos y los descubrimientos arqueológicos. Los primeros fósiles de humanos modernos fuera de África se han encontrado en las cuevas de Apidima, en Grecia, y de Misliya, en Israel, con una antigüedad de unos 210.000 y 194.000-177.000 años respectivamente. En el yacimiento chino de Fuyan se han identificado unos dientes de Homo sapiens de hace 120.000-80.000 años.

En el caso del sureste asiático, el registro fósil también resulta escaso y se circunscribe casi exclusivamente a islas como Sumatra, Filipinas o Borneo. Por eso el yacimiento de Tam Pà Ling —llamado la cueva de los monos por la manada de simios que frecuenta los plataneros de las inmediaciones— ha sido como abrir una ventana a lo desconocido. Huesos de humanos modernos en una zona alejada de las rutas costeras —la cavidad se abre a más de 300 kilómetros de distancia del mar— y mucho más antiguos de lo esperado.

Entrada a la cueva, en el noreste de Laos. Kira Westaway (Macquarie University)

Fechar los siete fósiles ha sido un gran reto para los investigadores. Los fósiles humanos no se podían datar directamente, ya que el yacimiento es un área de Patrimonio Mundial y los fósiles están protegidos por la ley de Laos. Además, se suma el añadido de que se han encontrado muy pocos huesos de animales o decoraciones dentro de la cueva y, los que hay, son demasiado antiguos para la datación por radiocarbono. Se ha recurrido a la datación por luminiscencia de los sedimentos y a la datación de carbonatos por series de uranio de la punta de una estalactita que había quedado encerrada y de dos extraños dientes de bóvidos completos recuperados a una profundidad de 6,5 metros, muy cerca del fragmento de cráneo y de la tibia, cuya antigüedad se ha fijado entre 86.000 y 68.000 años. "Esto retrasa el tiempo de llegada al sudeste asiático continental en aproximadamente 40.000 años", señalan los investigadores.

"Lejos de reflejar un vertedero rápido de sedimentos, el yacimiento representa una pila de sedimentos depositada de forma constante y estacional", explica Mike Morley (izquierda), geoarqueólogo de la Universidad de Flinders (Adelaida) y uno de los autores del artículo. La nueva cronología obtenida revela que en la cueva de Tam Pà Ling hubo presencia humana durante más de 56.000 años.

"Al fin tenemos suficientes pruebas de datación para asegurar con certeza cuándo llegó por primera vez el Homo sapiens a esta zona, cuánto tiempo estuvo allí y qué ruta pudo haber tomado", añade Kira Westaway (derecha), geocronóloga de la Universidad de Macquarie (Sídney).

Según explican los investigadores, el fragmento de cráneo, con una antigüedad de 73.000-67.000 años, era mucho más grácil o delicado de lo esperado, asemejándose a la morfología del Homo sapiens más reciente de Asia. Por eso proponen que el individuo (TPL 6) tuvo que descender de una población que se dispersó en la región y no de otras poblaciones locales con rasgos más robustos, como los denisovanos o el Homo erectus. Es decir, esta sería la evidencia de una migración temprana y posiblemente fallida desde África u Oriente Medio hacia el sureste asiático, como ya se había sugerido mediante otros controvertidos restos humanos hallados en el sur y el centro de China.

Los investigadores, recogiendo muestras para analizar. Kira Westaway (Macquarie University).

"Tam Pà Ling juega un papel clave en la historia de la migración humana moderna a través de Asia, pero su importancia y valor apenas hemos empezado a reconocerla", explica el paleoantropólogo de la Universidad de Copenhague Fabrice Demeter (izquierda), uno de los autores principales del artículo.

No obstante, según los estudios de ADN antiguo, el momento principal de la expansión del Homo sapiens en Asia fue hace unos 50.000 años —la información genética apunta a una sola dispersión rápida de todas las poblaciones ancestrales no africanas alrededor entre hace 65.000 y 45.000 años—. Los fósiles de Tam Pà Ling, por lo tanto, pueden interpretarse "como descendientes del linaje TPL 6 que no contribuyó al acervo genético humano actual o como los primeros descendientes de la mayor y exitosa migración del 'Homo sapiens' en el sureste asiático", sentencian los investigadores. El misterio queda abierto ante la imposibilidad de recuperar ADN de los huesos.

La cueva Tam Pà Ling está, a su vez, muy cerca de la cueva Cobra, recientemente descubierta y que fue frecuentada por los denisovanos aproximadamente 70.000 años antes. A pesar de la falta de pruebas previas sobre de una llegada temprana al sudeste asiático continental, esta área podría ser una ruta de dispersión utilizada anteriormente entre nuestros antepasados, mucho antes que el Homo sapiens. Por lo que todo parece indicar que los yacimientos del sudeste asiático nos darán, en los próximos años, muchas sorpresas.

Fuentes: elespanol.com | abc.es | 13 de junio de 2023

Frodo Bolsón, ¿eres tú? Revela por primera vez el rostro de un 'Hobbit de la vida real' que vivió en Indonesia hace 60.000 años

Reconstrucción del 'Homo floresiensis'.

Cuando piensas en un Hobbit puede que te venga a la mente una visión de Bilbo o Frodo Bolsón.

Pero los Hobbits alguna vez fueron muy reales, en forma de una especie antigua llamada Homo floresiensis, la cual fue descubierto en 2003, cuando se encontró su esqueleto en una cueva en la isla de Flores, Indonesia.

Ahora, equipados con un modelo digital de su cráneo, un equipo multinacional ha reconstruido la cara de esta extinta especie humana mediante datos extraídos tanto de humanos modernos como de chimpancés.

El experto gráfico brasileño Cícero Moraes, coautor del nuevo estudio, describió algunas de las diferencias entre el Homo floresiensis y los humanos actuales: "En términos generales, probablemente tenían una nariz menos protuberante que los hombres modernos, la región de la boca estaba un poco más proyectada que la nuestra y el volumen de su cerebro era significativamente más pequeño. También eran mucho más bajos de estatura".

Moraes añade: "Cuando el cráneo fue presentado al público en 2004, repercutió muy positivamente en la trilogía cinematográfica de 'El Señor de los Anillos' , estrenada previamente. Además, debido a que la altura del 'Homo floresiensis' se estima en 1,06 metros, el apodo de 'Hobbit' le encajaba perfectamente".

Equipado con un modelo digital del cráneo, un equipo multinacional ha reconstruido la cara del esqueleto del 'Homo floresiensis' mediante datos extraídos tanto de humanos modernos como de chimpancés

Al reconstruir un rostro humano a partir de un cráneo, los científicos suelen utilizar datos de personas vivas para determinar el grosor que debe tener el tejido en un lugar determinado. Pero reconstruir el rostro de una especie humana extinta significaba que se requería un nuevo enfoque.

"En este trabajo no hemos utilizado el primer enfoque, ya que dichos marcadores se basan en datos humanos y no en individuos que pertenecen al grupo 'Homo floresiensis'", explica Moraes.

"Entonces, lo que hicimos fue: tomar dos tomografías computarizadas, una de un humano y la otra de un chimpancé. Luego deformamos ambos para adaptarlos a la estructura del cráneo del 'Homo floresiensis' e interpolamos datos para tener una idea de cómo podría verse su rostro"

Impresión artística de 2017 de un 'Homo floresiensis'. / Katrina Kenny, South Australian Museum

"En conclusión: es la primera vez que se reconstruye el rostro del 'Hobbit' utilizando datos tanto de humanos como de chimpancés. Una reconstrucción anterior de 2015 usó solo datos de estos últimos", recuerda concluye Moraes.

Fuente: dailymail.uk.co | 8 de junio de 2023

Descubren en Israel un conjunto de siete aerófonos de hace 12.000 años

Los siete aerófonos descubiertos en Eynan-Mallaha. Israel. Crédito: © Laurent Davin

Aunque el sitio prehistórico de Eynan-Mallaha en el norte de Israel ha sido examinado minuciosamente desde 1955, aún guarda algunas sorpresas para los científicos. Siete instrumentos de viento prehistóricos conocidos como flautas o aerófonos han sido identificados recientemente por un equipo franco-israelí y son objeto de un artículo publicado en Scientific Reports.

El descubrimiento de estos aerófonos de 12.000 años de antigüedad es un suceso extremadamente raro; de hecho, son los primeros que se descubren en el Cercano Oriente. Las "flautas", hechas con los huesos de una pequeña ave acuática, producen un sonido similar al de ciertas aves rapaces (gavilán euroasiático y cernícalo común) cuando se les sopla aire.

La elección de los huesos utilizados para hacer estos instrumentos no fue accidental: también se han encontrado en el sitio aves más grandes, con huesos más grandes que producen sonidos más profundos. Los natufianos, la cultura del Cercano Oriente que ocupó el enclave mencionado entre el 13.000 y el 9.700 a. C., seleccionaron deliberadamente huesos más pequeños para obtener el sonido agudo necesario para imitar a estas aves rapaces en particular.

Aerófonos de hueso de Eynan-Mallaha (Natufiense final). 1: EM99 7201; 2: EM96 5564; 3: EM97 6182; 4: EM99 7414; 5: EM04 9363; 6: EM98 6581; 7: EM98 7026 con detalles de las 10 áreas trabajadas: 7c/7d/7e/7i son agujeros para los dedos (en verde), 7a/7b/7f./7 h son muescas poco profundas (en azul), 7 g la boquilla con dos perforaciones (7g 1 y 7g 2 ) y un residuo de material colorante (7g 3 ), 7j el extremo distal. (CAD y fotos LD).

Los instrumentos pudieron haber sido utilizados para la caza, la música o para comunicarse con las aves mismas. De hecho, está claro que los natufianos atribuían a las aves un valor simbólico especial, como atestiguan los numerosos ornamentos hechos con garras encontrados en Eynan-Mallaha.

Una de las flautas fue encontrada completa y se encuentra en un estado de conservación excepcional, siendo la única de su tipo en el mundo. Este hallazgo trascendental nos brinda una nueva visión de la expresión musical en tiempos antiguos en el Levante.

En el campo auditivo humano, análisis espectral de los sonidos producidos por (A) la réplica experimental de hueso verde del aerófono completo EM98 7026; en comparación con la réplica experimental: (B) la llamada de la cerceta euroasiática (Anas crecca); (C) las llamadas del cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) y del gavilán (Accipiter nisus); (D) la llamada de la focha euroasiática (Fulica atra).

Hace miles de años, el valle del Hula ofrecía un refugio y una fuente de alimento para los cazadores-recolectores nómadas. Las aves acuáticas y los peces se convirtieron en elementos vitales de su subsistencia, y, aunque el paisaje ha cambiado, el valle del Hula sigue siendo un importante corredor migratorio para las aves, recordándonos la constancia de la naturaleza.

El pueblo, ubicado a orillas del lago Hula, fue hogar de esta civilización a lo largo de sus 3.000 años de existencia. Por lo tanto, es de vital importancia para revelar las prácticas y hábitos de una cultura en la encrucijada entre los estilos de vida nómada y sedentario, y, en consecuencia, la transición de una economía basada en la recolección y caza a otra apoyada en la agricultura y la ganadería.

El Dr. Hamoudi Khalaily sostiene el aerófono original de 12.000 años descubierto en una aldea natufiana en el norte de Israel. (Hamoudi Khalaily/IAA).

Los pequeños agujeros para los dedos taladrados con garras de aves a intervalos regulares en el aerófono. (Hamoudi Khalaily/IAA)

Aún queda una prueba pendiente para esta flauta antigua. El profesor Hamoudi Khalaily, arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel, planea llevar una réplica de la flauta al yacimiento de Eynan y tocarla durante la migración anual de aves en el valle de Hula.

Mediante los sonidos de la flauta, Khalaily espera atraer a un halcón o un gavilán, recreando las voces que resonaron hace miles de años en el mismo lugar donde fue encontrada la flauta.

La excavación del sitio de Eynan-Mallaha aún está en curso, bajo la dirección de la investigadora del CNRS, Fanny Bocquentin, y el investigador de la Autoridad de Antigüedades de Israel, Lior Weisbrod.

Fuentes: phys.org | israelnoticias.com | 9 de junio de 2023

¿Fue la especie 'Homo naledi' la primera en enterrar a sus semejantes?

Foto: Restos fósiles de 'Homo naledi" en estudio. Robert Clark. National Geographic.

Una especie humana extinguida que vivió hace cientos de miles de años podría haber enterrado deliberadamente a sus muertos y grabado símbolos significativos en las profundidades de una cueva sudafricana: un comportamiento avanzado que generalmente se consideran exclusivos de los neandertales y de los Homo sapiens modernos. De confirmarse, tales enterramientos serían los más antiguos conocidos hasta la fecha, con una diferencia de al menos 100.000 años.

El paleoantropólogo Lee Berger también anunció estas afirmaciones en dos artículos de investigación publicados en el servidor bioRxiv (aquí y aquí) y en una conferencia celebrada en la Universidad Stony Brook de Nueva York (Estados Unidos).

Las publicaciones se producen ocho años después de que Berger informara por primera vez del descubrimiento de una nueva especie de homínido en el interior del sistema de cuevas de Rising Star, a 40 kilómetros al noroeste de Johannesburgo. Denominada Homo naledi, la especie se caracteriza por su pequeño tamaño (incluido un cerebro de aproximadamente un tercio del tamaño de los humanos actuales) y una desconcertante mezcla de rasgos anatómicos muy antiguos y relativamente modernos.

Los restos óseos descubiertos en la cueva se concentran en un único subsistema de difícil acceso y están datados entre hace 335.000 y 241.000 años, un periodo en el que los humanos modernos apenas empezaban a emerger en África.

"Hemos encontrado el espacio cultural de una especie humana no moderna", afirma Berger. La investigación está patrocinada por la National Geographic Society, donde Berger es explorador residente.

Lee Berger en el área de entrada al sistema de cuevas de Rising Star. Como 'Cuna de la Humanidad', la región es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Foto: AFP / Luca Sola.

La explicación más plausible

El equipo de Berger ya planteó la posibilidad de enterramientos intencionados en 2015, cuando anunció por primera vez el descubrimiento del Homo naledi. Esa parecía la explicación más plausible para explicar cómo más de 1800 fragmentos óseos acabaron en las profundidades de una cámara subterránea a la que solo se podía acceder mediante una caída vertical de cuatro pisos a través de una ranura de 20 centímetros de ancho (la longitud de un lápiz) que bautizaron como el Chute (tobogán).

Además, la posición y la integridad de algunos restos óseos sugerían que los muertos podían haber sido depositados cuidadosamente en el suelo de la cámara, en lugar de haber sido arrojados por el Chute para formar un amasijo de huesos en su base.

Los miembros del equipo, conocidos como "astronautas subterráneos", navegan por los estrechos toboganes que conducen a cámaras remotas donde se han encontrado más de 1800 fragmentos de huesos fósiles. El trabajo requiere un físico delgado y nervios de acero. FOTOGRAFÍA DE ROBERT CLARK, NAT GEO IMAGE COLLECTION.

Muchos expertos se mostraban escépticos ante la posibilidad de que un homínido de cerebro pequeño pudiera adoptar un comportamiento tan humano y sugerían que los restos habían sido arrastrados por el agua hasta la cueva o por depredadores. Pero los fragmentos óseos no mostraban marcas de roeduras y el análisis del entorno y los sedimentos de la cueva descartó que se hubieran depositado por el agua.

Otros escépticos sugirieron que los humanos modernos, que probablemente coincidieron con el Homo naledi en el sur de África durante al menos 50.000 años, podrían haber transportado los cuerpos a través del Chute o de algún otro pasadizo que se hubiera derrumbado desde entonces. Pero el equipo de Rising Star no encontró señales de humanos modernos ni indicios de una entrada secundaria.

Lee Berger, líder de la expedición Rising Star, se cuela por un estrecho pozo conocido como Superman's Crawl. "Tuve que adelgazar 24 kilos para pasar por ahí", dice. FOTOGRAFÍA DE ROBERT CLARK, NAT GEO IMAGE COLLECTION.

Los investigadores volvieron a Rising Star en 2017 y empezaron a hacer una serie de descubrimientos que hasta ahora no se habían revelado por completo. Incluyen concentraciones de fragmentos óseos de Homo naledi que pueden pertenecer a uno o más individuos en fosas poco profundas que atraviesan las capas del suelo de la cueva y no siguen su pendiente natural, lo que sugiere que las fosas fueron excavadas para enterrar restos de individuos de Homo naledi. Además, la composición del material de relleno de las fosas difiere de los sedimentos circundantes.

Un grupo de huesos se excavó en bloques completos y se estabilizó con yeso. Las tomografías computarizadas de los bloques revelaron los restos de al menos tres individuos, incluido un joven de más edad. Los restos del joven parecen inalterados y notablemente intactos, e incluyen 30 dientes en el orden correcto, dos series de costillas parciales, un pie derecho, un tobillo y huesos de las extremidades inferiores. Cerca de una parte de la mano derecha hay una roca que, según la hipótesis de los investigadores, podría ser un artefacto o herramienta de piedra, pero algunos expertos externos descartan de plano esta asociación.

Una reconstrucción artística del 'Homo naledi' basada en restos craneales de la cueva Rising Star pone de relieve su singular mezcla de rasgos primitivos y avanzados. FOTOGRAFÍA DE MARK THIESSEN, NAT GEO IMAGE COLLECTION.

El primate "peculiar"

Los argumentos en torno a la inhumación deliberada de los muertos suelen girar en torno a las diferencias entre lo que los científicos denominan comportamiento mortuorio y comportamiento funerario, afirma André Gonçalves (izquierda), que estudia cómo interactúan los animales con los muertos. Los chimpancés y los elefantes, por ejemplo, muestran un comportamiento mortuorio cuando vigilan un cadáver o interactúan físicamente con él esperando que vuelva a la vida.

El comportamiento funerario, por el contrario, implica actos sociales intencionados por parte de seres capaces de pensamiento complejo que se entienden a sí mismos como separados del mundo natural y que reconocen la importancia del difunto. Hasta ahora, las primeras pruebas registradas de comportamiento funerario y enterramiento intencionado entre las especies de homínidos (incluidos tanto los humanos modernos como los neandertales) datan de al menos 100.000 años después del Homo naledi.

"Los humanos somos realmente peculiares como primates porque enterramos a nuestros muertos", dice Gonçalves. "Ningún otro primate parece hacerlo".

Los expertos externos que revisaron los trabajos para National Geographic plantearon diversas preocupaciones en torno a las pruebas de enterramiento deliberado. Algunos siguen sosteniendo que el agua podría haber arrastrado los fragmentos óseos hasta las depresiones naturales del suelo de la cueva, que luego se llenaron de sedimentos con el paso de los años.

Pero, según el antropólogo John Hawks (derecha), miembro del equipo de Rising Star y coautor de los trabajos, "la prueba más sólida que tenemos es que los enterramientos alteran la estratigrafía existente en la cueva".

La imagen muestra dos elementos funerarios descubiertos en la Cámara Dinaledi de la cueva Rising Star. Un cuerpo pertenecía a un 'Homo naledi' adulto y el otro era un juvenil.

Otra crítica tiene que ver con el estado de los huesos, la mayoría dispersos y desconectados. "La mayoría de los desplazamientos no pueden explicarse por el curso natural de la descomposición", afirma la paleoantropóloga María Martinón-Torres (izquierda), que estudió el enterramiento humano más antiguo conocido en África.

Los nuevos descubrimientos, sin embargo, han hecho cambiar un poco la opinión del antropólogo Chris Stringer (derecha). "Yo podría haber sido una de esas personas escépticas ante la idea de que una criatura de cerebro pequeño como el 'Homo naledi' pudiera adentrarse en la cueva para deshacerse de sus muertos", afirma. "Pero tengo que decir, por lo que he visto hasta ahora, que sí, que cambia mi punto de vista sobre el equilibrio de probabilidades".

Para Gonçalves, que considera que los descubrimientos son "prometedores", pero también mantiene una actitud de espera, la idea de que el Homo naledi tuviera comportamientos similares a los humanos no es especialmente sorprendente dada la proximidad espacial y temporal de los pequeños homininos con los humanos modernos. "De los chimpancés y los bonobos nos separan seis millones de años", afirma. "300.000 años no es nada".

Izquierda: En 2022 se descubrieron en las paredes de la cueva una serie de grabados y aguafuertes de figuras geométricas como cuadrados, escaleras, triángulos y cruces. Aún no se ha determinado si están relacionados con enterramientos cercanos. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023B.
Derecha: Una imagen tomada con un filtro polarizador revela débiles rastros de grabados anteriores que fueron borrados y escritos encima. Estas marcas podrían demostrar que el Homo naledi era mucho más sofisticado de lo que se pensaba. FOTOGRAFÍA DE BERGER ET AL., 2023.

¿Escrito en la pared?

En un segundo artículo, los investigadores describen otro nuevo descubrimiento: formas y dibujos abstractos grabados en las paredes de las cuevas cercanas a los presuntos enterramientos. Las superficies inscritas parecen haber sido preparadas con una sustancia y alisadas, y algunas de las marcas parecen haber sido borradas y grabadas encima, lo que indica que se hicieron a lo largo de un periodo de tiempo.

La naturaleza de las paredes de caliza dolomítica de la cueva dificulta mucho la datación, y los investigadores admiten que "será un reto evaluar si los grabados son contemporáneos de las pruebas de enterramiento de 'Homo naledi' que se encuentran a sólo unos metros de distancia".

El arqueólogo Curtis Marean (izquierda) señala que "los diseños en forma de cruz que aparecen en las paredes de la cueva son muy similares a los encontrados en yacimientos posteriores de 'Homo sapiens' de la región, así como a la imaginería indígena khoi-san".

Aunque los investigadores advierten que se necesitan más estudios para identificar y analizar todos los grabados, señalan que la producción de diseños (ya sean pintados, grabados al aguafuerte o grabados) en las paredes de las cuevas u otras superficies se reconoce "como un importante paso cognitivo en la evolución humana".

El encéfalo de este cráneo compuesto masculino de 'Homo naledi' mide apenas 560 centímetros cúbicos de volumen, menos de la mitad que el cráneo humano moderno que tiene detrás. FOTOGRAFÍA BY STEFAN FICHTEL, NAT GEO IMAGE COLLECTION.

¿Un cerebro más grande implica un comportamiento más complejo?

En un tercer artículo, Berger y sus colegas sintetizan sus datos sobre enterramientos y arte rupestre para poner en tela de juicio otra hipótesis muy arraigada: que un cerebro más grande implica un comportamiento más complejo, como fabricar herramientas, controlar el fuego y crear símbolos.

El registro fósil muestra que el tamaño relativo del cerebro de muchas poblaciones de homínidos aumentó en el transcurso de dos millones de años, alcanzando su punto álgido con el Homo sapiens. Mientras que el cerebro de un varón adulto moderno tiene una capacidad aproximada de 1500 centímetros cúbicos, el del Homo naledi no llegaba a los 600.

Si este homínido de cerebro pequeño realizaba comportamientos avanzados como el enterramiento deliberado y la creación de símbolos asociados a esos enterramientos, argumentan los investigadores, entonces el tamaño del cerebro no debería ser un factor importante a la hora de determinar si una especie de homínido es capaz de una cognición compleja.

Señalan que muchos avances clave en la evolución humana se produjeron entre homínidos de cerebro pequeño, como la creación de herramientas de piedra, la expansión inicial de África a Asia y el uso del fuego. Además, se sabe que otra especie de cerebro pequeño, Homo floresiensis, utilizaba herramientas y fuego. Según ellos, la estructura y el cableado del cerebro pueden haber desempeñado un papel más importante que su tamaño.

Aunque en los documentos no se mencionan específicamente pruebas de la existencia de fuego en Rising Star, Berger afirma que el equipo tiene pruebas de fuego controlado en el sistema de cuevas, incluidas docenas de hogares. "Ese lugar está lleno de hollín, fuego y huesos quemados. Está por todas partes", afirma. Está previsto datar las pruebas con carbono en el futuro.

Hay que esperar análisis más detallados y estudios revisados ​​por expertos sobre el hallazgo de las hogueras en Rising Star. Foto: Lee Berger.

"Una conversación humana global"

La decisión del equipo de investigación de hacer públicas sus extraordinarias afirmaciones sin publicarlas antes en una revista revisada por pares es motivo de frustración para algunos paleoantropólogos, pero Berger defiende la decisión. Los trabajos aparecerán finalmente en la revista digital eLife, junto con reseñas y un resumen editorial, con lo que "el proceso será transparente", afirma.

"Sus lectores podrán ver cómo los autores (nuestro gran equipo) interactúan con los revisores y editores como parte de la política de acceso abierto", explica Berger. Los autores tienen entonces la opción de mantener los artículos tal como están o de incorporar los comentarios de los revisores y otros científicos. "Efectivamente, estamos dejando que la gente observe el proceso de revisión y la forma en que funciona la revisión por pares".

Los expertos que revisaron los trabajos coinciden en que la paleoantropología está entrando en una nueva era con la creciente conciencia de que hay otras especies humanas que tienen comportamientos que hasta hace muy poco pensábamos que eran exclusivamente de "humanos modernos".

Con ello vienen las expectativas de más descubrimientos sobre cómo vivía el Homo naledi, y cómo están relacionados con nosotros (o no). "Si esta especie estaba adaptada a vivir en cuevas y a adentrarse en ellas, como se insinúa en Rising Star, entonces debe haber más pruebas de ello en muchos otros yacimientos de Sudáfrica", señala Stringer.

"Esto merece una conversación humana global", añade Berger. "¿Qué hacemos ahora? ¿Cómo continuamos? Acabamos de descubrir un espacio cultural de otra especie que no es humana [moderna], que no está en nuestro nivel. No es como nosotros. ¿Cómo lo tratamos? Y estoy esperando a oírlo".

Fuentes: nationalgeographic.es | amp.cnn.com | 6 de junio de 2023