Una investigación arqueobotánica certifica que los norteafricanos trajeron la agricultura a Canarias hace 1.800 años

El arqueólogo Jacob Morales, especialista en arqueobotánica, en su laboratorio de la Universidad de Las Palmas. Alejandro Ramos.

Una investigación arqueobotánica, publicada el pasado mes de junio en la prestigiosa revista científica Vegetation, History and Archeobotany, arroja dos conclusiones novedosas sobre el poblamiento norteafricano de las Islas Canarias. La principal: las poblaciones amaziges o bereberes trajeron hace aproximadamente 1.800 años productos agrícolas –semillas y esquejes de higuera- a las siete islas habitadas antes de la Conquista; las crónicas aseguraban que los indígenas de La Palma y Fuerteventura desconocían la agricultura. La segunda: el análisis genético y las dataciones de las semillas encontradas en veintiocho yacimientos no aportan pruebas que avalen nuevos eventos migratorios tras la colonización inicial del Archipiélago, en los primeros siglos de la era común.

El doctor en Arqueobotánica, Jacob Morales Mateos, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, afirma que hasta la llegada de navegantes europeos al Archipiélago, a partir del primer tercio del siglo XIV, “las islas permanecieron aisladas entre sí y del mundo exterior, condición que con el tiempo llevó a una disminución de la diversidad de cultivos en todas las islas excepto Gran Canaria”. Morales es un experto carpólogo que colabora en proyectos nacionales e internacionales.

La investigación La agricultura y la dispersión de cultivos en la periferia occidental del Viejo Mundo: el asentamiento amazige/bereber de las Islas Canarias (siglos II-XV), coordinada por el doctor Morales y firmada por otros diez investigadores, entre historiadores, arqueólogos y biólogos genetistas, aporta nuevos hallazgos arqueobotánicos inéditos y dataciones directas por radiocarbono de restos vegetales de las diferentes islas, lo que permite determinar cuándo llegó la agricultura a Canarias. Hasta ahora, se sabía que los primeros colonos trajeron del norte de África semillas de cebada, trigo duro, lenteja, haba, guisante y esquejes –solo se han localizado en Gran Canaria- de higuera. Ahora, gracias a esta investigación, sabemos que la agricultura se conocía en las siete islas que estuvieron habitadas durante el periodo prehispánico, aunque su evolución no fue igual en todas ellas.

Esta investigación es el resultado de una veintena de años de trabajo de campo y de laboratorio, con algunos datos que ya se habían difundido, pero esta última publicación aporta “hallazgos inéditos”, ha declarado a Canarias Ahora Jacob Morales. Por ejemplo, “todos los referidos a Lanzarote y Fuerteventura, porque no teníamos información arqueobotánica sobre la práctica de la agricultura en esas dos islas”. También “ofrecemos datos novedosos de El Hierro y La Gomera porque hemos incorporado nuevos yacimientos. Hemos datado semillas con carbono 14 y nos aporta datos precisos sobre cuándo se inicia la agricultura”. La información que se tenía de Tenerife, La Palma y Gran Canaria se ha ampliado con las investigaciones de los últimos años y recogida en el citado artículo publicado por la revista internacional más relevante en el campo de la arqueobotánica.

Mapa de Canarias indicando las plantas de cultivo presentes en cada isla: arriba durante el 1er milenio d.C. y abajo durante el s. XV. d.C . El mapa incluyen datos extraídos de evidencias arqueológicas y narraciones escritas antiguas que datan del período de contacto con los colonizadores europeos. *Cultivos identificados únicamente a través de fuentes escritas antiguas.

Diversidad de cultivos

"La cebada es el cultivo más abundante y extendido del Archipiélago. Se registra en todas las islas y es la única planta cultivada que ha sido identificada en todos los sitios que se han estudiado para realizar la investigación publicada en 'Vegetation History and Botany'". Esto sugiere, asevera Morales, “que fue el grano más importante en la dieta indígena a lo largo del período prehispánico”.

Además, según la genetista Jenny Hagenblad –(izquierda) una de las científicas que firma este trabajo-, "la cebada es más tolerante a la sequía y, en comparación con el trigo, puede cultivarse en suelos más pobres, por lo que se adapta mejor a las condiciones semiáridas de las Islas Canarias”.

El trigo duro es el otro cereal de la dieta indígena, pero es menos frecuente; se ha registrado su cultivo en todas las islas menos en Lanzarote. Según los investigadores, “no hay evidencia del cultivo del trigo panificable ni de otras especies de trigo, como la espelta, durante la época prehispánica. Los análisis moleculares de los granos de trigo que datan del período colonial -siglos XV al XVII- revelan que el trigo harinero o panificable se introdujo en este período y, por tanto, los indígenas no conocían ese alimento; los exploradores europeos también notaron el escaso papel del trigo en la dieta indígena, afirmando que su consumo era en forma de granos enteros cocidos en caldos”.

"El cultivo de legumbres –lentejas, habas y guisantes- solo se identifica en las islas de Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Palma. Las lentejas y las habas son las más comunes, mientras que el guisante se ha detectado en solo cuatro yacimientos de Gran Canaria y Tenerife”. Los exploradores europeos solo aluden en sus crónicas al cultivo de habas y guisantes durante el período de contacto (siglos XIV y XV).

"El único cultivo frutal identificado es el higo y está estrictamente limitado a Gran Canaria”, afirma el profesor Jacob Morales. El hecho de que sea exclusivo de esa isla “puede estar relacionado con la práctica de riego artificial y la falta de contactos con otras islas”.

"La datación de los siglos VII y VIII de individuos con semillas de higos insertas en sus caries dentales”, señala la bioarqueóloga Teresa Delgado Darias, otra de las investigadoras que firma el trabajo científico, “indica claramente la importancia temprana de la planta. La alta prevalencia de caries entre la población indígena de Gran Canaria se ha relacionado con un alto consumo de alimentos ricos en azúcar, como higos y cereales". Un trabajo conjunto de Morales y Delgado en 2007, con restos de higos encontrados en graneros, “prueba que se almacenaban como higos pasados para su posterior consumo; era un alimento básico”.

El cotejo de las semillas y sus dataciones sugiere a los investigadores “una disminución en la diversidad de cultivos en todas las islas, excepto en Gran Canaria, a partir del segundo milenio, tras los siglos X y XI". Los casos más notables, añaden los arqueólogos, “son La Palma y Fuerteventura, donde el 'paquete' de cultivos se perdió por completo en el segundo milenio”. Cuando llegan los europeos, precisa Morales, “nos dicen las crónicas que no hay agricultura en esas dos islas”. El trigo en La Gomera y El Hierro sólo se documenta en contextos del primer milenio y está ausente en yacimientos fechados a principios del segundo milenio. "Cuando llegan los europeos, solo había cebada en El Hierro y La Gomera. En Tenerife, ocurre algo similar; en el segundo milenio solo hemos encontrado cebada y mocán, una fruta silvestre nativa de Canarias y Madeira".

"Los alimentos cultivados que fueron desapareciendo se sustituyeron por los frutos de plantas recolectadas silvestres”, como mocanes, pinos o fayas. "Aunque los resultados aún son preliminares, interpretamos que la pérdida de biodiversidad agrícola se deriva del aislamiento de las diferentes islas y la falta de medios para repoblar los cultivos perdidos”, advierte Morales. Esta pérdida de biodiversidad no es exclusiva de Canarias. En las Islas Británicas ocurrió durante el periodo Neolítico y también en otras zonas de Europa e incluso en Japón. "La clave es que las semillas las traen navegantes, se asientan, por lo que se aíslan del continente y se va perdiendo la diversidad de cultivos”, explica Morales. "Los guanches llegaron y se quedaron aislados; ocurrió en otras islas, como en Pascua”.

Señalan los expertos en la investigación publicada por la editorial Springer Link que “presiones ambientales como las fluctuaciones climáticas o las erupciones volcánicas probablemente favorecieron el pastoreo, la recolección de plantas silvestres y la explotación de los recursos marinos, relegando la agricultura a un papel secundario”. De hecho, “los restos de plantas silvestres consumidos por las poblaciones indígenas se registran en todas las islas excepto en Lanzarote; las plantas silvestres son especialmente frecuentes en las islas occidentales, donde con mayor frecuencia superan en número a las semillas de plantas cultivadas, como el trigo o la cebada”.

Semillas de trigo encontradas en La Palma, en El Tendal. De esta especie, son las más antiguas documentadas en Canarias. Jacob Morales.

El caso de Gran Canaria

Gran Canaria es una isla singular en el contexto de la prehistoria y la arqueología del Archipiélago. Es la única que tiene cementerios tumulares. También es la única que atesora pinturas rupestres –el parque arqueológico de Cueva Pintada es su máximo exponente- y cuevas artificiales que operaban como templos astronómicos –la más relevante es Risco Caído, declarada patrimonio mundial por la Unesco-. En el campo de la agricultura, también se distingue del resto de las islas porque "es la única que atesora graneros artificiales construidos en cuevas, en lugares de difícil acceso o naturalmente fortificados”, informa Morales.

Gran Canaria, por otra parte, "fue la única isla que conservó todo el 'paquete' de cultivos durante todo el periodo prehispánico”. También por su orografía, señala el investigador, “con sus grandes valles y caudales permanentes de agua, es más apta para la agricultura de regadío”, circunstancia que “produjo una producción agrícola más regular y segura que la de las otras islas”. Morales afirma que “no se ha registrado ninguna referencia al regadío prehispánico salvo en Gran Canaria. Por lo tanto, es probable que los cultivos en las islas restantes fueran de secano, lo que las hizo propensas a fallas en la cosecha debido a la falta de precipitaciones suficientes. Esto también aumentó el riesgo de pérdida de la biodiversidad de los cultivos”.

"Gran Canaria actualmente no revela ninguna evidencia arqueológica directa de un sistema de riego prehispánico". Sin embargo, puntualiza el profesor de la ULPGC, “análisis de archivos históricos confirman su existencia durante el período de contacto con los europeos. De hecho, estos archivos indican que los campos indígenas y los canales de riego fueron reutilizados por los colonos europeos, que reemplazaron la cebada y las higueras por la caña de azúcar”.

El carpólogo Jacob Morales nos muestra un fósil de guisante, una de las leguminosas que consumían los guanches. Solo se ha localizado en Tenerife y Gran Canaria. Alejandro Ramos

Sin pruebas de nuevas oleadas

La otra gran conclusión de La agricultura y la dispersión de cultivos en la periferia occidental del Viejo Mundo: el asentamiento amazige/bereber de las Islas Canarias (siglos II-XV) es la ausencia de pruebas en el registro arqueobotánico que avalen oleadas migratorias después de la colonización inicial del Archipiélago, entre los siglos III y IV.

“Hemos identificado un mismo grupo de plantas cultivadas en todas las islas. Las hemos datado y están presentes desde el inicio de la colonización. Creemos que fue un solo episodio migratorio, porque durante todo el periodo prehispánico no hemos documentado la llegada de nuevos cultivos, en todo caso, pérdidas”, explica a esta redacción el doctor Morales. ¿Y qué quiere decir eso? La respuesta es categórica: “Aislamiento”. Si se hubiesen producido nuevos contactos, argumenta el carpólogo, “hubiesen traído nuevos cultivos o nuevas variedades. La cebada que trajeron hace 1.800 años es la misma que se cultiva hoy en las islas”. Si hubo una segunda oleada, “vinieron sin plantas y animales; y eso es muy raro”, sentencia el investigador.

La datación más antigua de un resto humano está fechada a principios del siglo III de la era y fue localizado en Lanzarote, como han certificado Verónica Alberto Barroso y Javier Velasco Vázquez. El poblamiento de Canarias, coinciden todos los historiadores, se inició por las islas orientales –Lanzarote y Fuerteventura-. Por eso, expone Morales en su investigación, “es intrigante que las dataciones más antiguas de semillas se han documentado en La Palma, en el yacimiento de El Tendal”. Las islas occidentales de "La Gomera y El Hierro también proporcionan evidencias arqueobotánicas muy tempranas de agricultura”, con fechas más antiguas que las registradas en las islas centrales: siglos VI-VII para Gran Canaria y del VII al IX para Tenerife. “Quedan muchas preguntas por responder”, reflexiona.

Canarias, concluye el doctor Morales, “es muy importante en la investigación de la Antigüedad porque representa la última frontera occidental previa al descubrimiento de América. No solo vino gente a las Islas, sino que arribaron con unas plantas y animales que las definen: por eso imaginamos a esas personas consumiendo gofio –harina de cebada- y criando cabras”. Esa es la identidad que legaron los primeros habitantes del Archipiélago: los guanches.

Fuente: eldiario.es | 8 de julio de 2023

Hallan en Atapuerca (Burgos) los primeros suelos preparados para crear un hogar en el Neolítico

Yacimiento de Portalón en Atapuerca (Burgos) R. ORDÓÑEZ

La campaña de excavaciones estival en los yacimientos de la sierra de Atapuerca (Burgos) ha permitido hallar indicios de los primeros suelos especialmente preparados para crear un hogar por moradores del Neolítico, un descubrimiento único en todo el mundo.

El hallazgo se ha producido en el Portalón, el yacimiento de entrada a Cueva Mayor, y “uno de los que mejores resultados está dando en Castilla y León”, ha explicado la responsable, Amalia Pérez Romero (izquierda), en una visita a los medios de comunicación.

Pérez Romero ha indicado que “se han encontrado con una zona de habitación, en la que se están haciendo hogares, pero con una 'particularidad' que no se ha visto en ningún otro yacimiento de la época, de unos 7.000 años de antigüedad".

“Habían acondicionando espacios para vivir, preparando un suelo para asentarse, suelos de arcilla cocida para darle más consistencia y estabilidad al terreno".

Amalia Pérez ha explicado que los antiguos moradores del Portalón, en esos primeros momentos del Neolítico, “pusieron debajo unas ramas, las prendieron fuego y sobre ellas fueron depositando la arcilla para estabilizar la zona".

La sensación de los investigadores es que "estaban creando un hogar, ya que no se trata de un simple asentamiento por interés, sin intervenir en el espacio para hacerlo más confortable.

“Estamos muy contentos”, ha aseverado Pérez, "pues este tipo de suelos no se han descubierto en ningún otro yacimiento de Europa, ni de Oriente Próximo ni Medio".

La investigadora responsable del Portalón ha incidido en que zonas de habitación, espacios funerarios y zonas de estabulación de animales de esta cronología, 7.000 años, sí se han localizado en otros yacimientos.

La novedad de la sierra de Atapuerca son los tipos de suelo y, en el Portalón, se han excavado dos y ahora están trabajando en un tercero, que es el que consideran que puede ser más antiguo.

Yacimiento espectacular

Era un hogar para esos primeros agricultores y ganaderos que se asentaron en la península ibérica, pues, si bien siguieron cazando y recolectando, en el Portalón ya se han encontrado indicios del cambio de hábitos.

“Hemos encontrado unas láminas preparadas para cortar, las cuales, sin llegar a ser hoces de siega, evidencian que sembraban y recolectaban algunos de sus frutos. Además de gran cantidad de cerámica, industria lítica, industria ósea y mucha fauna", explica Pérez Romero.

En este yacimiento, puerta de entada a Cueva Mayor, conviven dos niveles de excavaciones: el más bajo corresponde al Neolítico, pero el superior es de la Edad del Bronce.

"En ambos casos se trata de espacios de habitación, y se han hallado cerámicas típicas de cada una de sus épocas, muy características. En la Edad del Bronce la cerámica es mayoritariamente lisa, mientras que en el Neolítico suelen recuperar piezas preciosas, con unas decoraciones muy peculiares”.

"Todo ello hace que el yacimiento de Portalón sea muy bueno e, incluso, espectacular, pues abarca un amplio periodo histórico de ocupación, con una sucesión de hogares y hallazgos importantes", concluye Pérez Romero.

Arqueólogos trabajan el yacimiento de Galería de las estatuas en Atapuerca. EFE/Santi Otero.

Galería de las Estatuas

Por su parte, el codirector de las excavaciones de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ha precisado que los resultados definitivos de las dataciones por luminiscencia en el yacimiento de neandertales de Galería de las Estatuas Exterior podrían estar "a lo largo de este año». «Hay muchas perforaciones, que son sondeos, son pruebas para luminiscencia, para datación y esperamos tener los resultados definitivos de las dataciones a lo largo de este año", ha apuntado.

"Tenemos resultados preliminares pero los definitivos serán a lo largo de este año y entonces, plantearemos hacer una primera peritación un poco descriptiva del yacimiento y sus diferentes niveles con sus contenidos, sus industrias y sus dataciones", ha afirmado. "En las próximas décadas, seguiremos solo en la parte de arriba porque conforme vamos excavando la parte de arriba nos vamos llegando a estos niveles", ha señalado al tiempo que ha agregado que "se irán extendiéndose estos niveles para que al final todo sea una misma planta".

En este sentido, Arsuaga ha declarado que "esas sucesivas etapas de la evolución del paisaje, de la ladera y del karts las tenemos aquí muy bien documentados" por lo que ha afirmado que "Galería de las Estatuas es un yacimiento muy didáctico porque se ve toda la historia del karts. Es un yacimiento pedagógico, está muy bien para explicar cómo funcionan a lo largo del tiempo estas cavidades", ha agregado, y que "se van viendo las sucesivas ocupaciones neandertales, caídas de techo, los neandertales pasan a vivir más dentro, y ahora mismo las últimas ocupaciones con techos son las de dentro".

El equipo de investigación de Atapuerca trabaja estos días en el yacimiento de Galería de las Estatuas en intentar acceder a niveles más antiguos y recuperar fósiles y sedimentos que permitan continuar la búsqueda del ADN de neandertales. Arsuaga ha recordado que fue en el año 2020 cuando se empezó a excavar el yacimiento de neandertales de Galería de las Estatuas Exterior, que representa la continuidad en el exterior de la Cueva Mayor del yacimiento de la Galería de las Estatuas Interior.

En la campaña de 2022 se pudo intervenir de manera más intensa y el equipo obtuvo resultados muy interesantes que sostienen la existencia de un importante yacimiento de neandertales en ese lugar. Una vez confirmada la importancia del yacimiento, en la campaña de 2023 se proponen intensificar el ritmo de excavación. Así, la presente campaña cuenta con el concurso de 30 excavadores en cada quincena de julio. Se plantea extender sensiblemente la superficie del yacimiento para delimitarlo y excavar en profundidad para conocer mejor su estratigrafía.

El yacimiento de Galería de las Estatuas presenta un interés muy especial, puesto que en sus sedimentos se obtuvieron restos de ADN de más de cinco neandertales, lo que constituyó un hito histórico en las ciencias prehistóricas. Además de ello, este yacimiento ha proporcionado una rica colección de útiles de tecnología neandertal y de numerosos restos de los animales que coexistieron con aquellos humanos.

En ese yacimiento también se han recuperado dos fósiles humanos de la población neandertal: una falange de pie y un molar superior. La previsión para esta campaña es continuar con las excavaciones en este lugar para acceder a niveles más antiguos y seguir recuperando piezas fósiles de gran interés y sedimento en contexto estratigráfico, que permita continuar con la búsqueda y estudio del ADN de los neandertales que habitaron aquel lugar.

Trabajos en el yacimiento de Cueva Fantasma en Atapuerca. / EFE/Santi Otero.

Cueva Fantasma

En esta campaña, se continúa interviniendo en los niveles CF27 del sector que corresponde a la entrada del yacimiento y SF30 del sector denominado Sala Fantasma. El objetivo general es conocer el papel que desempeñaron los neandertales en el depósito de los restos fósiles y de las herramientas de piedra hallados hasta el momento en los niveles superiores de este yacimiento.

Como objetivo específico, pretenden determinar la relación de los niveles de los dos sectores de este yacimiento, levantar una columna estratigráfica de los niveles superiores del yacimiento, recopilar los resultados de las dataciones que se han realizado, ampliar el repertorio tecnológico para determinar que cultura está representada en estos niveles, así como concretar la lista de las especies de mamíferos del período en el que vivieron los neandertales en la Sierra de Atapuerca.

Fuentes: agenciasinc.es | abc.es | 11 de julio de 2023

La persona más destacada en la península ibérica durante la Edad del Cobre era mujer 'La Señora del Marfil'

Ilustración de 'La Señora del Marfil', lideresa durante la Edad del Cobre en la península ibérica. / Miriam Luciañez Triviño.

En 2008, se descubrió un individuo en una tumba megalítica del yacimiento Valencina de la Concepción-Castilleja de Guzmán (Sevilla), conocido de forma abreviada como Valencina. La datación señaló que era de la Edad del Cobre, entre los años 2900 y 2650 a. C.

Además de ser un raro ejemplo de enterramiento ocupado por una sola persona, la tumba contenía un gran número de objetos de valor, lo que sugirió que su ocupante –que en un principio se pensó que era un joven varón de entre 17 y 25 años– tenía un alto estatus social.

Ahora, investigadores de la Universidad de Sevilla (US) y otros centros académicos de Viena (Austria) informan en la revista de acceso abierto Scientific Reports de que no era un hombre, sino una mujer: el sujeto más destacado en la península ibérica durante aquella época.

Los autores han analizado sustancias del esmalte dental de la ahora rebautizada como ‘La Señora del Marfil’. En concreto, han examinado un molar y un incisivo, donde han detectado la presencia de péptidos de amelogenina sexualmente dimórficos”.

Aspecto general de la tumba de 'La Señora del Marfil'. / Grupo de Investigación ATLAS-Universidad de Sevilla.

Esta técnica novedosa permite, al igual que el ADN, identificar el sexo cromosómico de los restos óseos, pero, a diferencia de aquel, no presenta tantos problemas de contaminación de las muestras, por lo que se prevé que en los próximos años revolucione la investigación en arqueología prehistórica y, particularmente, en arqueología del género.

La profesora Marta Cintas Peña (izquierda), primera autora del estudio, cree que “esta técnica científica supondrá un enorme salto adelante en el conocimiento que tenemos sobre las sociedades prehistóricas, y muy especialmente sobre las mujeres y los individuos infantiles, a quienes tradicional e injustamente se ha situado en un segundo plano”.

Un ajuar y enterramiento excepcional en Sevilla

La ‘Señora del Marfil’ tenía entre 17 y 25 años cuando fue enterrada hace casi 5.000 años junto a un ajuar funerario excepcional, que incluía sendos colmillos de elefante africano y asiático, ámbar probablemente procedente de Sicilia, sílex de gran calidad, cáscara de huevo de avestruz y una daga con hoja de cristal de roca y enmangue de marfil, entre otros objetos singulares.

En un momento en el que la mayoría de los enterramientos eran colectivos, los restos de esta mujer joven de entre 17 y 25 años fueron depositados en una cámara para ella sola. Este carácter individual de la tumba y el extraordinario conjunto de objetos depositado junto a ella, hacen pensar que la ‘Señora del Marfil’ tenía una posición social destacada.

El excepcional ajuar funerario de 'La Señora del Marfil' incluía hojas de sílex, colmillos de elefante decorados, cáscara de huevo de avestruz y una daga con hoja de cristal de roca y enmangue de marfil. / Miriam Luciañez Triviño

Durante doscientos años, la zona alrededor de su tumba fue utilizada como espacio funerario y de culto, pero siempre respetando un margen de unos 35 metros alrededor de aquella, lo que sugiere que la memoria y recuerdo de su existencia e importancia se mantuvo durante al menos entre 8 y 10 generaciones.

Además, la escasez de enterramientos infantiles, así como la falta de ajuares funerarios asociados a personas no adultas, indica que los individuos con alto estatus alcanzaban su posición social a través del mérito en vida, y no por herencia familiar. Los autores sugieren, por tanto, que ‘La Señora del Marfil’ alcanzó su rango por méritos propios.

“Creemos que es uno de los descubrimientos más importantes de las últimas décadas para entender la complejidad social temprana entre las sociedades neolíticas y calcolíticas de Europa”, destaca el coautor Leonardo García Sanjuán (derecha), de la Universidad de Sevilla.

"La Edad del Cobre abarca desde 3200 y 2300 a. C. En aquella época había unas sociedades complejas tempranas que aún no tenían una configuración estatal, pero ya aparecen formas de liderazgo más acentuada. Sin embargo, se sabe poco sobre la posición social de las mujeres", resume García Sanjuán. "En el caso que nos ocupa la señora del Marfil' debió haber sido una persona muy carismática. Probablemente viajó o tuvo conexiones con gente de tierras lejanas. Su otra fuente de influencia podría haber sido esotérica o mágica, dado que tenía altos niveles de mercurio en los huesos, que podrían provenir de la quema o del uso de cinabrio, una sustancia que tiene un efecto intoxicante", añade García Sanjuán.

Colmillo de elefante encontrado en la tumba de la lideresa de la Edad de Cobre. / Grupo de Investigación ATLAS-Universidad de Sevilla.

Mujeres líderes en la Edad del Cobre

Los responsables del trabajo subrayan que no se ha encontrado ninguna tumba de un hombre con un estatus social equivalente al de la ‘Señora del Marfil’.

La única comparable de la Edad del Cobre hallada en la península ibérica se encuentra también en el yacimiento de Valencina, y contiene los restos de al menos 15 mujeres que se sepa con certeza: el famoso tholos de Montelirio. Lo pudieron construir personas descendientes de la lideresa. García Sanjuan relata que cuando se creó este enterramiento también se hizo una nueva ofrenda sobre la tumba de "la señora del Marfil", que fue "igual de espectacular o más", con objetos "únicos a nivel mundial", como una daga de hoja de cristal de roca y empuñadura de marfil.

Toda esta nueva información sugiere que las mujeres ocuparon posiciones de liderazgo en la sociedad ibérica de la Edad del Cobre e invita a replantear su papel en las sociedades prehistóricas.

Foto: Tumba de la Dama de Marfil Marta Cintas-Peña.

"Revolucionando" la arqueología

Aunque los avances en el estudio del ADN antiguo están permitiendo a los arqueólogos extraer información detallada de los restos arqueológicos, desde el sexo hasta el color de los ojos, el proceso puede ser caro y lento, y las muestras son propensas a la contaminación, cuando en realidad hay suficiente ADN para recuperar.

En cambio, la proteómica permite crear un perfil genético parcial a partir de restos, independientemente de la presencia de ADN en la muestra: "Permite obtener un genotipo muy pequeño a partir del ADN, incluso cuando el ADN de una muestra está degradado y ha desaparecido", afirma Glendon Parker (izquierda), de la Universidad de California Davis (Estados Unidos), un pionero de la proteómica que lleva más de una década investigando aplicaciones forenses y arqueológicas.

Los estudios de Parker también demuestran que las proteínas suelen ser más estables y conservarse mejor en huesos y dientes antiguos que el ADN: "Siempre se da el caso de que si tienes ADN tendrás proteínas", afirma. "Pero si tienes proteínas, puede que no tengas ADN".

"Utilizar la proteómica para determinar el sexo de restos humanos es "más eficaz, barato y rápido" que el análisis de ADN antiguo", coinciden Cintas-Peña y García Sanjuán.

Aunque el método tiene pocos años, ya está teniendo impacto científico, aseguran: "El resultado que presentamos en el trabajo confirma la eficacia de la técnica".

También se encontraron dagas de pedernal en la tumba de la "Señora del Marfil. (Grupo de investigación ATLAS de la Universidad de Sevilla).

Proteómica y ADN antiguo

Al igual que para los investigadores del enterramiento de la Edad del Cobre en España, poder determinar el sexo a partir de las proteínas presentes en el esmalte de los dientes humanos también ha sido muy valioso para el arqueólogo peruano y explorador de National Geographic, Gabriel Prieto (derecha), que no participó en este último estudio.

Él envió dientes de las víctimas de un sacrificio masivo de niños por parte del pueblo Chimú de Perú a su coinvestigador Parker; las proteínas revelaron que los sacrificados clave eran niños varones.

"Nos ayudó mucho a comprender que, al menos en este caso, los niños eran las víctimas más importantes de los sacrificios", afirma Prieto.

Un tocado de plumas de guacamayo adorna el cráneo de un niño sacrificado hace 600 años en el yacimiento peruano de Pampa la Cruz. FOTOGRAFÍA DE BECKY HALE, NATIONAL GEOGRAPHIC.

Los sacrificios chimú implicaban a cientos de víctimas, por lo que el análisis del ADN antiguo habría sido prohibitivamente caro, incluso si se hubiera podido encontrar ADN viable en cada conjunto de restos. Y aunque el análisis de ADN de algunas de las víctimas de los sacrificios está en curso, es para complementar la proteómica, por ejemplo, para mostrar si alguna de las víctimas estaba emparentada.

"La proteómica y el ADN antiguo trabajan juntos", afirma Prieto. "Pero si tenemos la oportunidad de hacer la proteómica, entonces vamos con eso".

Proteómica en arqueología y en animales

Además de proporcionar información genética a partir de restos animales y humanos, la proteómica también puede utilizarse para investigar los microorganismos causantes de enfermedades antiguas como la lepra o las plagas; identificar residuos de alimentos en la cerámica antigua; y determinar las fuentes de las fibras utilizadas en los tejidos antiguos, lo que podría aportar información sobre las antiguas redes comerciales.

El arqueólogo biomolecular Michael Buckley (izquierda), de la Universidad de Manchester (Reino Unido), ha desarrollado la proteómica del colágeno (la principal proteína de los huesos) en el método Zooarqueología por Espectrometría de Masas (ZooMS) para determinar de qué especie animal procede un hueso concreto de un yacimiento arqueológico.

La técnica se utilizó recientemente para demostrar que el marfil de una tumba inglesa del siglo V o VI procedía de un elefante africano, lo que implica una ruta comercial desconocida hasta entonces a través del mundo antiguo en aquella época.

"Es estupendo que el ZooMS esté despegando ahora a lo grande", afirma Buckley. "Uno de los aspectos más prometedores es que estamos empezando a generar cantidades mucho mayores de datos y a obtener información mucho mejor sobre las interacciones humanas con los animales en el pasado".

Fuentes: agenciasinc.es | nationalgeographic.es | diariodesevilla.es | cnnespanol.cnn.com | 7 de julio de 2023

Descubren hasta 25 pozos mesolíticos de posible carácter ritual en Bedfordshire (Inglaterra)

Tres, de los 25 pozos hallados, alineados en Linmere. El descubrimiento podría ofrecer información extraordinaria sobre el período Mesolítico. Fotografía: MOLA.

Un lugar prehistórico con hasta 25 pozos monumentales ha sido descubierto en Bedfordshire (Inglaterra) para asombro de los arqueólogos. Encontrados en Linmere, a 60 kilómetros de Londres, datan del período Mesolítico, hace 12.000 a 6.000 años, una época de la que sobreviven pocas pistas sobre la vida de nuestros antepasados ​​cazadores-recolectores.

Los pozos podrían ofrecer nuevos conocimientos extraordinarios. Están alineados y agrupados alrededor de antiguos canales de arroyos, lo que sugiere un significado espiritual.

Tal es la escala de este lugar que tiene más pozos de este tipo en una sola área que en cualquier otro lugar de Inglaterra y Gales, incluido Stonehenge. La datación por radiocarbono reveló que datan de hace 7.700 a 8.500 años.

Los expertos creen que podría haber más pozos fuera del área de excavación.

Los arqueólogos del Museo de Arqueología de Londres (MOLA), que están realizando la investigación, dijeron: “Esta datación hace que el sitio sea increíblemente significativo, dado que hay muy pocos enclaves mesolíticos en el Reino Unido que sean tan sustanciales. La evidencia de este período a menudo es escasa, y solo consiste en herramientas de pedernal y restos ocasionales de animales sacrificados”.

El profesor Joshua Pollard (izquierda), un experto de la Universidad de Southampton que ha trabajado en grandes proyectos en los paisajes de Stonehenge y Avebury, describió el descubrimiento como muy emocionante.

Él dijo: "Si bien sabemos de otros pozos grandes y enigmáticos excavados por los cazadores-recolectores de otras partes de Gran Bretaña, incluso en Stonehenge, los pozos de Linmere son sorprendentes por su número y la amplia área que cubren".

"Cavar pozos tan grandes habría sido una hazaña extraordinaria. Miden hasta 5 metros de ancho y 1,85 metros de profundidad; cada uno es redondo con lados empinados y algunos se ensanchan en una base más grande", agrega Pollard.

El sitio ha sido explorado como parte de dos proyectos de desarrollo separados. Albion Archaeology trabajó en un área y MOLA excavó en otra. Dentro de algunos de los pozos, los arqueólogos encontraron huesos de animales, una "fuente crucial de evidencia". Los restos de uros, una especie salvaje de ganado bovino, se encuentran entre ellos, además de restos de corzos, ciervos y cerdos, con evidencia de que la gente se había dado un festín con ellos.

Huesos de animales mesolíticos encontrados en el sitio, los cuales son una "fuente crucial de evidencias". Fotografía: Adam Williams/Arqueología de Albion

Yvonne Wolframm-Murray, oficial de proyectos en MOLA, dijo que el descubrimiento fue completamente inesperado: “Sabíamos que había arqueología, pero inicialmente no sabíamos que teníamos pozos mesolíticos hasta que se obtuvieron las fechas mediante radiocarbono. Es muy emocionante... Solo hay un puñado de otros sitios conocidos con pozos que son comparables, ciertamente en términos de cantidad".

Los arqueólogos se han preguntado si los pozos se usaron para cazar o almacenar alimentos, pero creen que su forma y tamaño hacen que tales teorías sean poco probables. Les llama la atención la forma en que se dispusieron los fosos en varias líneas rectas, de hasta 500 metros de largo. Si bien hay otros pozos mesolíticos excavados en alineaciones en Gran Bretaña, las alineaciones de Linmere parecen estar vinculadas a antiguos canales de arroyos.

Una reconstrucció de cómo podrían haber sido construídos los pozos.

Los arqueólogos sugieren que el esfuerzo requerido para construir estos pozos, sus alineaciones y su ubicación junto al agua tienen algún significado espiritual o especial. Por ejemplo, podrían marcar un lugar importante en el paisaje. Los arqueólogos están explorando si los pozos están alineados con algún evento astronómicol importante, como el solsticio.

Wolframm-Murray dijo: “Durante el período Mesolítico las capas de hielo que cubrían gran parte del país se retiraron y el nivel del mar aumentó, lo que aisló a Gran Bretaña de Europa continental. Este fue un momento crucial de transformación en el pasado del Reino Unido, y estudiar un sitio donde las personas dejaron tal marca en el paisaje podría tener un impacto de gran alcance en la forma en que los arqueólogos entienden estas comunidades antiguas”.

Una vista de los trabajos de excavación arqueológica de los pozos.

Es posible que aún haya más pozos por encontrar en el área. Los arqueólogos están analizando los hallazgos y la evidencia en el laboratorio. Esperan descubrir si todos los pozos fueron excavados y utilizados al mismo tiempo, y comprender más acerca de las plantas que crecen cerca. Ya han identificado evidencia de roble, avellano y pino, y están estudiando el polen que ha sobrevivido desde el período Mesolítico.

Wolframm-Murray dijo: "Este trabajo revelará el entorno en el que vivían estas personas del Mesolítico y, con suerte, responderá a la pregunta '¿para qué servían estos pozos?'".

Fuentes: theguardian.com | itv.com | 3 de julio de 2023

Hallan en Chipre tumbas de la Edad del Bronce con ricos ajuares funerarios

Uno de los esqueletos hallados con variado ajuar funerario. (c. 1350 a. C.).

Una expedición arqueológica de la Universidad de Gotemburgo ha descubierto recientemente tumbas en Dromolaxia-Vyzakia, a orillas del lago salado de Larnaca y cerca de la metrópolis comercial de la Edad del Bronce, Hala Sultan Tekke, en Chipre. Tales tumbas se encuentran entre las más ricas jamás halladas en la región mediterránea, dado los preciosos artefactos depositados en las mismas y que indican que sus ocupantes pertenecían a la clase dirigente de la ciudad, la cual fue un importante centro comercial de cobre durante el período comprendido entre los años 1500-1300 a.C.

“Teniendo en cuenta la riqueza del ajuar funerario, es razonable suponer que se trataba de tumbas reales, aunque no sabemos mucho sobre la forma de gobierno practicada en la ciudad en ese momento. Sin duda, los enterrados aquí formaban parte del gobierno de la ciudad”, dice Peter Fischer (izquierda), profesor de arqueología y líder de la expedición.

Las tumbas, ubicadas fuera de la ciudad de la Edad del Bronce de 50 hectáreas, consisten en cámaras subterráneas a las que se accede a través de un estrecho pasaje desde la superficie. Las cámaras variaban en tamaño, midiendo hasta 4 x 5 metros.

Más de 500 artefactos

La 'Expedición Sueca Söderberg', que ha estado excavando en Hala Sultan Tekke, cerca de la ciudad de Larnaca en la costa sur de Chipre desde 2010, había encontrado previamente tumbas de cámara con valiosos objetos funerarios. Lo que distingue a las tumbas de cámara recién descubiertas de las excavadas anteriormente es la gran cantidad de artefactos y su excelente calidad.

Fotografía con dron de Hala Sultan Tekke; barrios urbanos excavados (CQ1-4) en primer plano; cementerio (Área A) al fondo; el lago salado de Larnaca al noreste; el Mediterráneo al fondo; aeropuerto internacional de Larnaca entre Salt Lake y el Mediterráneo (fotografíade P. Fischer, mapa de T. Bürge).

Las tumbas se descubrieron usando magnetómetros, un tipo de instrumento que puede producir imágenes que muestran objetos y estructuras hasta dos metros por debajo de la superficie.

“Comparamos el sitio donde se había encontrado cerámica rota durante la actividad agrícola con el mapa del magnetómetro, el cual mostraba grandes cavidades de uno a dos metros por debajo de la superficie. Esto nos llevó a seguir investigando la zona y a descubrir las tumbas”, aduce Fischer.

Fotos: Imágenes de extracción de recipientes cerámicos.

Las excavaciones se concentraron en el Área A, que es el cementerio de la ciudad, y se expusieron tres tumbas de cámara, fechadas preliminarmente en el siglo XIV a. C. Una había sido saqueada, muy probablemente en el siglo XIX d.C., y, aunque se destruyeron muchos objetos y restos humanos, varios artículos y los restos óseos humanos dispersos fueron identificados, cuidadosamente excavados y conservados.

En las otras dos había artículos de joyería y cerámica importada (principalmente tiestos) procedentes de la esfera cultural micénica, pero también de Egipto y Anatolia. De hecho, aproximadamente la mitad de los artefactos fueron importados de culturas vecinas. El oro y el marfil procedían de Egipto. Las piedras preciosas, como el lapislázuli azul, la cornalina de color rojo oscuro y la turquesa azul verdosa, se importaron de Afganistán, India y Sinaí, respectivamente. También contenían objetos de ámbar de la región del Báltico.

“Hemos encontrado más de 500 artefactos completos distribuidos entre dos tumbas. Muchos de ellos consisten en metales preciosos, gemas, marfil y cerámica de alta calidad”, afirma Fischer.

Ortofoto de dron de las tumbas de cámara XX, YY, VV (fotografía de A. Papageorgiou)

Fotos: Gran crátera minoica con motivos de pulpos. Vasija con motivos florales y aves.

Mujer enterrada con un niño de un año

Varios esqueletos bien conservados en las tumbas incluyen el de una mujer rodeada de docenas de vasijas de cerámica, joyas y un espejo redondo de bronce que alguna vez fue pulido. A su lado yacía un niño de un año con un juguete de cerámica.

“Varios individuos, tanto hombres como mujeres, usaban diademas, y algunos tenían collares con colgantes de la más alta calidad, probablemente hechos en Egipto durante la dinastía XVIII en la época de faraones como Tutmos III y Amenofis IV (Akhenatón) y su esposa Nefertiti”, informa Fischer.

Imágenes en relieve de toros, gacelas, leones y flores adornan las diademas. La mayoría de las vasijas de cerámica provenían de lo que ahora llamamos Grecia, y la expedición también encontró vasijas de Turquía, Siria, Palestina y Egipto.

Fotos: Izquierda, jarra cananea. Derecha: Cuenco egipcio de loza multicolor in situ.

El ajuar funerario también incluía armas de bronce, algunas con incrustaciones de marfil, y un sello enmarcado en oro hecho del mineral duro hematita con inscripciones de dioses y gobernantes.

“La gran riqueza de los individuos sepultados provenía de la producción de cobre. Las minas cercanas en las montañas de Troodos producían este mineral, que se refinaba en la ciudad. Esta ciudad portuaria posteriormente exportó el metal refinado en grandes cantidades a las culturas vecinas. Téngase en cuenta que el cobre era un producto básico importante, pues, combinado con el estaño, se convierte en la aleación dura de bronce, que ha dado el nombre a la Edad del Bronce”, concluye Fischer.

Fuentes: Universidad de Gotemburgo | fischerarchaeloy.se | archaelogy.wiki | 6 de julio de 2023

Los neandertales eran capaces de producir la mayoría de los mismos sonidos que nosotros debido al tracto vocal que tenían, según un estudio

Recreación de un neandertal luciendo ropa moderna en el Museum Mettmann, Alemania. Foto: Reuters

La pregunta de qué hace único a los humanos modernos ha sido durante mucho tiempo una fuerza impulsora para los investigadores. Las comparaciones con nuestros parientes más cercanos, los neandertales, han servido como un reflejo de nuestra humanidad desde que fueron descubiertos por primera vez en 1856.

Los estudios han demostrado que los Homo neanderthalensis eran muy similares a nosotros : eran inteligentes, creativos y compasivos, se movían en pequeños grupos pero eran sumamente cooperativos, sobre todo al momento de la caza. También enterraban a sus muertos, se adornaban y explotaban los recursos del mar.

Debido a sus diversas similitudes con el humano moderno, ha habido un debate considerable sobre si los neandertales tienen la capacidad de hablar moderno o no. Sin embargo, probar la existencia del lenguaje en una especie extinta es todo un enigma.

Aun así, los arqueólogos buscan evidencias a favor o en contra en el análisis de sus restos óseos, sus formas de vida y los artefactos que abandonaron atrás. Recientemente, el autor de un un estudio aún no publicado, y a la espera de ser revisado por pares, ha intentado analizar la jerga neandertal mediante el análisis multidisciplinario de las capacidades del habla de los humanos antiguos , que combina evidencia anatómica, sociocultural, cognitiva, ambiental y genético.

Antonio Benítez-Burraco (izquierda), lingüista de la Universidad de Sevilla, asegura que los neandertales eran capaces de producir la mayoría de los mismos sonidos que nosotros debido al tracto vocal que tenían, además, su audición también era similar a la nuestra.

“Es casi seguro que los neandertales hablaron lenguas que eran bastante parecidas a las nuestras, pero aparentemente menos complejas estructuralmente y funcionalmente menos flexibles”, escribe el autor.

Una forma de averiguar cómo pueden hablar los neandertales es reconstruyendo sus tractos vocales y luego comparándolos con los de los simios modernos y los humanos modernos. En su estudio, Benítez-Burraco explica que "el tracto vocal de los neandertales era muy parecido a nuestro, por lo que eran capaces de producir casi los mismos sonidos que nosotros".

También poseían una audición similar, particularmente el ancho de banda, lo que sugiere que tenían un sistema de comunicación que era tan complejo y eficiente como el moderno. Sin embargo, eso no significa, no obstante, que tuvieran las facultades mentales para hablar el mismo idioma que los humanos antiguos. El cerebro de los neandertales era menos “globular” que el nuestro, debido a la forma de la cavidad del cráneo que tenía.

El cerebro del hombre moderno posee dos áreas más desarrolladas en comparación con el de los neandertales. Esto significa que el tálamo, una región muy involucrada en el procesamiento del lenguaje, puede haber sido menos prominente.

Estas áreas están relacionadas con las habilidades viso-espaciales que, entre otras cosas, permiten la imaginación visual, la gestión del espacio y del tiempo, la creación de herramientas e incluso las relaciones sociales. Lo que ha llevado a la especulación de que los neandertales eran menos capaces de un “pensamiento intermodal” y, por lo tanto, carecían de la capacidad para crear estructuras lingüísticas complejas mediante la combinación de diferentes conceptos.

Además, la simplicidad de sus herramientas sugiere que no compartieron la capacidad del “pensamiento jerárquico”, por lo que pueden haber sido incapaces de construir frases u oraciones complicadas. Y la falta de adaptación cultural a lo largo del tiempo puede reflejar una incapacidad para innovar debido a “recursos de memoria de trabajo menos poderosos”.

En cuanto al sonido del lenguaje neandertal, Benítez-Burraco dice que "era rico en consonantismo” por los ambientes fríos, secos y abiertos en los que se desenvolvían. Esta suposición se basa en estudios previos entre el medio ambiente y el idioma, que dicen que las temperaturas frías “desfavorecen el uso del tono para transmitir información lingüística”, mientras que la secuencia “desfavorece los sonidos vocálicos”.

"Todas estas restricciones en la especie pueden haber limitado su capacidad lingüística", según el autor del estudio. “Como mínimo, uno podría especular que las lenguas neandertales podrían haber presentado una sintaxis menos compleja, un número reducido de categorías funcionales (como determinantes o conjunciones) y sonidos menos distintivos”, escribe Benítez-Burraco. "Aparentemente, también, estos lenguajes podrían haber sido menos capaces de transmitir significados proposicionales sofisticados”, agrega.

"De todas formas, es una descripción muy aproximada y altamente especulativa sobre cómo se comunicaban los neandertales". Según comenta el autor, es probable que nunca se sepa con certeza, a menos que se invente una máquina del tiempo.

Fuente: latercera.com | 4 de julio de 2023

Hallan en Italia evidencias de procesamiento de vegetales (moler harina) durante el período de transición neandertal a 'Homo sapiens' en ambos grupos humanos

Herramientas abrasivas (muelas) de Riparo Bombrini. Musteriense: B-M1; Protoauriñaciense: B-A2; B-A1. Las líneas discontinuas blancas indican la localización de las áreas muestreadas y los puntos amarillos laposición de las áreas de uso-desgaste.

Mucho antes de la invención de la agricultura, los humanos ya sabían cómo procesar los cereales y otras plantas silvestres en una harina apta para la alimentación, y ahora hay nuevas evidencias de que lo hicieron mucho antes de lo que se pensaba anteriormente.

Publicado en Quaternary Science Reviews, un estudio, dirigido por un equipo de italianos sobre cinco muelas (de moler) antiguas, de hace entre unos 43.000 y 39.000 años, muestra que la molienda para obtener alimentos se remonta al período de transición entre los neandertales y el Homo sapiens.

"Esto hace retroceder varios miles de años la evidencia más temprana de procesamiento de plantas y producción de harina", dice el coautor del estudio, Julien Riel-Salvatore (izquierda), profesor de la Universidad de Montreal y director del departamento de antropología.

"Un mortero de Riparo Bombrini, un yacimiento en el norte de Italia en el que yo y mi colega Fabio Negrino, de la Universidad de Génova, hemos estado trabajando durante más de 20 años, muestra que los neandertales también se involucraron en este comportamiento, lo que es algo completamente nuevo, hasta donde sabemos. Por consiguiente, es un descubrimiento bastante importante".

El período de transición en neandertales y Homo sapiens se caracterizó por la coexistencia de los tecnocomplejos Musteriense tardío (de factura neandertal) y Uluzziana y Protoaurignaciense (Homo sapiens) en el noroeste y suroeste de la actual Italia.

Ubicación e imágenes de los dos yacimientos donde se encontraron los artefactos de moler vegetales.

Las muelas estudiadas proceden de dos yacimientos paleolíticos a unos 1.000 km de distancia en el lado de la península del mar Tirreno: Riparo Bombrini, en la zona arqueológica de Balzi Rossi en Liguria, y la Grotta di Castelcivita, al pie del macizo de Alburni, en Campania.

Se encontraron gránulos de almidón con diferentes morfologías en la superficie de las muelas de ambos sitios, lo que demuestra el uso de diferentes plantas, incluidos los cereales silvestres, por parte de los humanos que habitaron tales áreas en ese momento.

Se enfatiza la difusión del conocimiento

La evidencia de prácticas de molienda similares en ambos contextos subraya cómo ciertos conocimientos tecnológicos y hábitos alimenticios estaban generalizados en ambas poblaciones, quizás como un legado ya presente dentro de las tradiciones culturales diferentes de ambas especies humanas o quizás como resultado del contacto real entre los dos grupos.

La muela de los niveles musterienses del Riparo Bombrini constituye el ejemplo europeo más antiguo de elaboración y transformación de productos vegetales en Europa y muestra que los neandertales realizaban dicha práctica. Otras dos muelas de los niveles protoauriñacienses halladas en el mismo yacimiento muestran que los humanos modernos, que ocuparon el sitio menos de un milenio después, también se involucraron en el mismo comportamiento.

Herramientas abrasivas (muelas) halladas en la Grotta di Castelcivita. Protoauriñaciense: CTC-RSA’; CTC-ARS. Las líneas discontinuas blancas indican la localización de las áreas muestreadas y los puntos amarillos la posición de las áreas de uso-desgaste.

Asimismo, dos muelas encontradas en la base y el techo de la secuencia protoauriñaciense de la cueva de Castelcivita no solo tienen una morfología similar, sino que también presentan modificaciones intencionadas para hacerlas más funcionales.

Coordinado por el Instituto Italiano de Prehistoria y Protohistoria, en el marco del proyecto PLUS_P (Uso de Plantas en el Paleolítico), el estudio involucró a investigadores de las Universidades de Florencia, Génova, Rávena y Bolonia, así como del Instituto de Chipre (en Nicosia) y UdeM.

"Transformar los cereales en harina es una innovación importante porque permitió a los recolectores del Paleolítico Superior almacenar y transportar alimentos más fácilmente", subraya Riel-Salvatore. "Contemplar este comportamiento tan atrás en el tiempo realmente cambia lo que pensábamos acerca de cómo vivían estas dos poblaciones humanas altamente móviles. Los nuevos datos obtenidos sugieren que ambos grupos tenían, efectivamente, un profundo conocimiento de los recursos vegetales disponibles".

Fuente: Universidad de Montreal | 19 de junio de 2023