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Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca: 'En España no somos conscientes de su impacto'

Jose María Bermudez de Castro, paleontólogo y codirector del yacimiento de Atapuerca. — JOSE CARMONA.

José María Bermúdez de Castro se jubila el año que viene. Después de una vida dedicada a la antropología, da por superadas sus expectativas laborales. No todo el mundo puede decir que sus hallazgos hayan cambiado los libros de Historia. Ahora, dice, ya solo le queda la curiosidad de saber qué más se encontrará en Atapuerca, descubrimientos que disfrutará, pero ya como jubilado.

Lleva de codirector desde el año 1991. ¿Ha naturalizado en su día a día lo que es Atapuerca?

Yo creo que no somos conscientes de lo que es Atapuerca. En Eurasia no hay ninguno igual. Los chinos han empezado ahora a excavar y tienen muchísimo material que ya estaba excavado y que en muchos casos nosotros estamos ayudando. Están explorando nuevos yacimientos, pero todavía no tienen equipos como tenemos aquí.

Yo creo que no somos conscientes de su impacto. Hace poco estuvo el príncipe de Mónaco, y viene porque sabe que es el yacimiento más importante que hay en Europa. Pero sí, yo lo tengo normalizado, voy al yacimiento en el que he trabajado toda mi vida desde 1983. Si tú tienes un padre famoso a tu padre lo ves normal, no ves al famoso. Aquí pasa lo mismo.

Los molares de los individuos de la Sima de los Huesos (Atapuerca) comparten características del tejido dental con Homo antecessor y los neandertales

Mapa cromático del espesor del esmalte del molar superior M1 (AT-2071) de un individuo de la Sima de los Huesos comparado con el de Homo antecessor (ATD6-103) correspondiente a la Gran Dolina de Atapuerca, con el de un neandertal (La Quina-H18) y con un humano moderno de origen europeo. La variación del grosor topográfico se representa mediante una escala de pseudocolor que va del azul oscuro más fino al rojo más grueso. NEA = Neandertal y MH = Humano moderno de origen europeo (O = oclusal, L = lingual). Barra de escala = 1.75

El Grupo de Antropología Dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) ha publicado esta semana en la revista PLOS ONE un artículo que supone otro paso adelante en la caracterización de los individuos del yacimiento de Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos) y su relación con neandertales y Homo antecessor, y contribuye a esclarecer los pasos evolutivos que resultaron en la dentición característica de los homininos del Pleistoceno Superior.

En este artículo, liderado por la investigadora Laura Martín-Francés (CENIEH y PACEA-Universidad de Burdeos, izquierda), se han analizado los tejidos dentales de los molares de los individuos del Pleistoceno medio europeo, hallados en Sima de los Huesos, y se comparan con especies del registro fósil y con humanos modernos.

Para llevar a cabo este estudio comparativo, se ha examinado mediante microtomografía computarizada (mCT) e imágenes de alta resolución la estructura interna de 72 molares superiores e inferiores de este yacimiento de Atapuerca, que se contrastaron con más de 500 molares pertenecientes a especies del género Homo, extintas y actuales, de África, Asia y Europa.

De todo el registro fósil analizado, sólo los neandertales presentan un patrón estructural único de tejidos molares (grosor de esmalte, porcentaje de tejidos y su distribución en la corona) que, además, no comparte con ninguna otra especie. “En comparación con dicho registro y con los humanos modernos, los neandertales poseían un esmalte fino, con una proporción mayor de dentina y un patrón de la distribución más disperso”, afirma Laura Martín-Francés.


Mapa cromático del espesor del esmalte de un molar superior M2 (AT-2175) de un individuo de la Sima de los Huesos de Atapuerca comparado con el de Homo antecessor (ATD6-103) correspondiente a la Gran Dolina de Atapuerca, con el de un neandertal (Krapina D96) y con un humano moderno. La variación del grosor topográfico se representa mediante una escala de pseudocolor que va del azul oscuro más fino al rojo más grueso. NEA = Neandertal y MH = Humano moderno de origen europeo (O = oclusal, L = lingual). Barra de escala = 1.75

Se ha podido determinar que los molares de los individuos de Sima de los Huesos poseían un esmalte grueso y, que, por tanto, no comparte con los neandertales este rasgo. Sin embargo, sí que comparte con ellos el patrón de distribución de los tejidos.

“Los resultados sugieren que, aunque el complejo de rasgos típicamente neandertal apareció más tarde, ciertos aspectos de la estructura de los molares en los neandertales estaban ya presentes en los homininos de Sima de los Huesos. Anteriormente habíamos identificado este mismo patrón en Homo antecessor, otra de las especies recuperadas en Atapuerca”, añade Laura Martín Francés.


Mapa cromático del espesor del esmalte de un molar superior M3 (AT-805) de un individuo de la Sima de los Huesos de Atapuerca comparado con el de Homo antecessor (ATD6-103) correspondiente a la Gran Dolina de Atapuerca, con el de un neandertal (Krapina, D99) y con un humano moderno. La variación del grosor topográfico se representa mediante una escala de pseudocolor que va del azul oscuro más fino al rojo más grueso. NEA = Neandertal y MH = Humano moderno de origen europeo (O = oclusal, L = lingual). Barra de escala = 1.75

La población de Sima de los Huesos, relacionada genéticamente con los neandertales, representa una oportunidad única para el estudio de la aparición del patrón estructural de los tejidos molares “típico” neandertal.

Fuente: cenieh.es | 10 de junio de 2020

La campaña de Atapuerca de este año se centrará en la búsqueda de presencia humana de hasta 600.000 años

Firma de renovación del convenio entre Fundación Atapuerca y Cajaviva y la Fundación Caja Rural. / RICARDO ORDÓÑEZ/ICAL

La campaña de excavaciones arqueológicas en la sierra de Atapuerca de este verano se centrará en poder confirmar la presencia humana de hasta 600.000 años (época Achelense) en el yacimiento de Gran Dolina, según subrayó este jueves, 17 de junio, uno de sus codirectores José María Bermúdez de Castro.

En este sentido, explicó que «el equipo de investigación de Atapuerca tiene muchas esperanzas en Gran Dolina porque el año pasado los investigadores se encontraron con un nivel en el que no esperábamos encontrar absolutamente nada y, sin embargo, apareció industria lítica». Es decir, explicó: «Hay presencia humana, no restos humanos, es decir, industria lítica en una época en la que Europa tiene muy pocos yacimientos con presencia humana».

Bermúdez de Castro indicó que se trata de una época en la que «probablemente hay una reposición de población». «La población que se va poco a poco extinguiendo o desapareciendo, que es la del Homo antecessor y hay una reposición de población que es la que trae la tecnología achelense», apostilló.

Así, subrayó que «esa época, que está en el orden de los 500.000/600.000 años, en Atapuerca todavía no había nada» y precisó que «ya este año hay». Por tanto, resaltó que los trabajos de este verano «se van a concentrar mucho en ese nivel» y «se van a dedicar mucho tiempo e ilusión», agregó, para ver «si se puede confirmar la presencia humana en esta época».

La campaña de excavaciones de Atapuerca se desarrollará de manera íntegra en el mes de julio (del 1 al 28) y, al igual que ocurrió el año pasado, será una campaña «inusual» debido a las restricciones por el COVID-19, pero con la confianza puesta en que también sea «exitosa». «Este año es un punto medio entre lo que pasó el año pasado, en una campaña que se salvó por los pelos», exclamó.

Excavaciones en la Gran Dolina

La intención es trabajar en todos los yacimientos de la sierra y citó algunos como Gran Dolina, Sima del Elefante, Cueva Fantasma, Galería de las Estatuas y Sima de los Huesos, además del Mirador y Portalón de Cueva Mayor, además del lavado de sedimentos en el río Arlanzón.

En cuanto a los investigadores, señaló que el pasado año se llevó a cabo únicamente con investigadores veteranos que gozaban de gran experiencia. Las previsiones para este 2021 son las mismas. No se contará con investigadores en prácticas, como medida de seguridad ante posibles contagios. «Este año habrá bastantes menos que en años anteriores, que llegaron a pasar hasta 250 personas. Esto no puede ser en una situación como la que tenemos ahora», afirmó. Por ello están organizando la forma de conseguir a tantos investigadores como se pueda, que podrían alcanzar el centenar.

Bermúdez de Castro hizo estas declaraciones a preguntas de los periodistas durante la renovación del convenio entre Fundación Atapuerca y Cajaviva y la Fundación Caja Rural, en el marco de la presentación de la beneficiaria de la ayuda a la investigación que Cajaviva y Fundación Caja Rural que otorgan a un joven investigador vinculado a Fundación Atapuerca.

Se trata de la renovación de una beca por 14.000 euros que ha permitido a Cecilia García Campos que continúen sus investigaciones con su estudio que se denomina 'Dimorfismo sexual de la morfología externa e interna de los caninos permanentes de las poblaciones actuales y del Pleistoceno de la Sierra de Atapuerca'.

Fuente: burgosconect.es | 17 de junio de 2021

'Atapuerca, más cerca que nunca', el vídeo para generar interés por la evolución humana y la prehistoria

De izda. a dcha. Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca muestra el yacimiento a sus visitas. / BC.

La Fundación 'la Caixa' y la Fundación Atapuerca han lanzado el vídeo 'Atapuerca, más cerca que nunca' que tiene como objetivo transmitir a los escolares el interés por la evolución humana y la prehistoria.

El vídeo muestra, de forma sencilla y didáctica, lo que ha sucedido en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca desde hace un millón y medio de años hasta nuestros días.

Este material didáctico se enviará a los colegios el próximo 1 de mayo y estará disponible en redes sociales a partir de hoy mismo. Para su realización se ha utilizado la técnica 'scribing', que consiste en narrar una historia sobre un tema específico ayudándose de la ilustración. Actualmente, este recurso es muy útil y tiene gran demanda entre los centros escolares.

Estos nuevos materiales se suman a los ya creados entre ambas entidades. Por un lado, 'La Prehistoria', que es un material didáctico que se compone de ocho actividades que tratan diferentes temas de la prehistoria, dirigido a los estudiantes de infantil. Y, por otro, 'Los secretos de Atapuerca', que es una exposición destinada al ciclo de primaria que ha rotado por distintos centros de la provincia de Burgos.

Este programa nació en 2015 con el objetivo de acercar a la comunidad escolar de toda España, especialmente de Castilla y León, conocimientos sobre uno de los yacimientos más emblemáticos del mundo. Este objetivo se ha cumplido ampliamente, siendo beneficiarios de este proyecto cerca de 110.000 escolares procedentes de toda España, destacando la participación de las comunidades de Castilla y León, Madrid y País Vasco. Tanto las visitas a los yacimientos como al Centro de Arqueología Experimental y talleres didácticos se han adaptado a cada nivel escolar, desde alumnos de infantil, hasta universitarios y escuelas de adultos, pasando por la gran mayoría que son los alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato.

Belén Martín, directora territorial de Castilla y León de CaixaBank; Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente de la Fundación Atapuerca; Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca; y Javier Gutiérrez, director general de la misma, han visitado los Yacimientos de Atapuerca y han conocido de primera mano el contenido del audiovisual.

Fuente: burgosconecta.es | 30 de abril de 2021

CaixaBank renueva el convenio de colaboración con la Fundación Atapuerca para la formación de científicos divulgadores

La formación de científicos divulgadores está destinada a la transmisión educativa del proyecto de Atapuerca a los escolares


Burgos, 26 de Junio de 2019

CaixaBank, a través de su Acción Social y en colaboración con laFundación Bancaria “la Caixa”, ha renovado esta mañana el convenio de colaboración con la Fundación Atapuerca basado en la formación de científicos divulgadores del Proyecto Atapuerca, quienes a su vez aportarán formación científica al equipo de monitores de la Fundación encargados de transmitirestos conocimientos a los escolares.

Marc Benhamou, director territorial de CaixaBank en Castilla y León y Asturias,Eudald Carbonell, vicepresidente de la Fundación Atapuerca y Javier Gutiérrez, director general de la misma entidad, han firmado esta mañana un convenio para dar continuidad al Programa Fundación Bancaria “la Caixa” para la formación de científicos del proyecto Atapuerca. Este programa consiste en costear la formación de científicos divulgadores del proyecto Atapuerca, quienes a su vez aportan formación científica al equipo de monitores de la Fundación Atapuerca, encargado de transmitir directamente en las visitas escolares los conocimientos científicos sobre la evolución humana. La formación se desarrollará en cuatro cursos que se impartirán a lo largo de 2019 y 2020.

En el marco de esta colaboración, y como continuación a la creación del material didáctico destinado al ciclo de infantil del año pasado, en el curso 2019/2020 se desarrollará una exposición, con el objetivo de acercar el conocimiento de la evolución humana en general y de los yacimientos de la sierra de Atapuerca en particular a los alumnos de primaria.

Este programa nació en 2015 para acercar a la comunidad escolar de toda España, especialmente de Castilla y León, conocimientos sobre uno de los yacimientos más emblemáticos del mundo.

Este objetivo se ha cumplido ampliamente, siendo beneficiarios de este proyecto más de cien mil escolares (desde marzo de 2016 hasta octubre de 2018) procedentes de toda España, destacando la Comunidad de Castilla y León. Tanto las visitas a los yacimientos como al Centro de Arqueología Experimental y talleres didácticos se han adaptado a cada nivel escolar, desde alumnos de infantil, hasta universitarios y escuelas de adultos, pasando por la gran mayoría que son los alumnos de primaria, secundaria y bachillerato.

El Área Social, uno de los pilares del Plan de RSC de CaixaBank

Gracias a su capilaridad territorial, la red de oficinas de CaixaBank apoya a la Fundación Bancaria “la Caixa” en su labor social, detectando las necesidades locales y canalizando una parte de su inversión social. La colaboración entre ambas instituciones hace posible que miles de entidades y asociaciones puedan acceder cada año a las ayudas de la Fundación Bancaria “la Caixa”.

Esta acción social se destina a impulsar proyectos de pequeña envergadura pero de gran calado en los territorios en los que opera CaixaBank. El año pasado se impulsaron más de 11.500 proyectos con una inversión de 43,6 millones de euros. 

De hecho, el Área Social es uno de los pilares Plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de CaixaBank dentro de su modelo de banca socialmente responsable. En este apartado se incluye la Acción Social de CaixaBank, que engloba tanto la distribución de las aportaciones económicas de la Fundación Bancaria a través de las oficinas de CaixaBank, como otras actuaciones en materia de voluntariado, vivienda y proyectos solidarios; y, por otro lado, también contempla la Inclusión Financiera, apartado en el que se recogen la concesión de microcréditos y acciones divulgativas de cultura financiera, entre otras.

CaixaBank es una entidad con una vocación profundamente social. Fruto de la herencia que ha recibido, la entidad mantiene una actitud de servicio a la sociedad y a sus clientes. Por eso tiene un compromiso con la inclusión financiera y es la única entidad presente en el 100% de las poblaciones de más de 10.000 habitantes y en el 94% de las de más de 5.000. Es también la única entidad que ofrece microcréditos a personas sin garantías ni avales, a través de MicroBank, para ayudarles a impulsar sus proyectos personales y profesionales. Mantiene un compromiso con la cultura financiera a través de múltiples iniciativas, para ayudar a que las personas tomen mejores decisiones en la gestión de su economía. Y el 46% de su plantilla participa en tareas de voluntariado durante las semanas sociales y el resto del  año.

CaixaBank destaca por su actuación responsable y así se lo reconocen los principales organismos internacionales. El índice de sostenibilidad mundial Dow Jones SustainabilityIndex la sitúa entre los 16 mejores bancos mundiales y entre los cuatro mejores europeos en términos de responsabili¬dad corporativa. La organización internacional CDP, por su parte, la incluye como empresa líder contra el cambio climático.

Cueva Fantasma: un yacimiento para el siglo XXI

Excavación en la Cueva Fantasma. FUNDACIÓN ATAPUERCA

En el complejo arqueológico de Atapuerca, dirigido por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, están de estreno. La campaña de excavaciones de este verano ha iniciado la investigación de la Cueva Fantasma. Como otros yacimientos de Atapuerca se trata de una cueva que contiene sedimentos que se fueron acumulando en su interior, los restos fósiles que se encuentran son la base del trabajo de los arqueólogos. Tras la construcción de la cubierta, que protege el yacimiento de la lluvia, los expertos han iniciado su paciente búsqueda de nuestro pasado.

Durante la limpieza del yacimiento, previa al arranque de la excavación, apareció un parietal humano, que se cree que es de neandertal. Pero esto se tiene que determinar con el contexto de lo que aparezca en la excavación. “El yacimiento está dando mucho de sí. Confirma lo que que ya habíamos visto cuando se hizo la limpieza en este último nivel de la cueva, que es el primero que se está excavando, está completamente lleno de fósiles y ojalá podamos encontrar más restos humanos”, explica a El Independiente José María Bermúdez de Castro.

La campaña de excavaciones de este año ha contando con 283 personas de 22 nacionalidades distintas. “En esta primera excavación de la cueva ya estamos viendo que es un yacimiento riquísimo, contiene muchísimos restos de fauna. Ahora lo que tenemos que ver es si ese primer nivel que estamos analizando corresponde con el parietal que encontramos. Si coincide, ya tendremos una referencia en la fauna que acompaña a ese parietal humano y lo que queremos, y esperamos, es que aparezcan más restos humanos de este individuo”.

Bermúdez de Castro no duda en asegurar que la Cueva Fantasma es un “yacimiento para el siglo XXI”. “Va a dar para trabajar muchos años porque hemos hecho sondeos mecánicos y sabemos que a una profundidad de 15 metros, que es muchísimo ya que es la altura del edificio de tres plantas, apareció el resto de un herbívoro”.

La lógica del arqueólogo se traduce en que dado que los herbívoros no entran en las cuevas solos, o los meten los humanos o los meten los animales: “lo que quiere decir es que la cueva estaba abierta cuando entró ese herbívoro y hasta que podamos alcanzar esos 15 metros excavando pueden pasar varias décadas”.


Excavación en la Cueva Fantasma. FUNDACIÓN ATAPUERCA

Lo fascinante del complejo de Atapuerca es que la gran red de cuevas que sirvió de cobijo de nuestros antepasados, nos da información aun cuando no se encuentra nada. Es es caso del yacimiento de la Gran Dolina, que está en la fase final de su décimo nivel.

“Hemos descubierto que estuvo cerrada, ya lo teníamos previsto en hipótesis de algunos trabajos previos. Pero ya lo hemos confirmado, la cueva estuvo cerrada porque no se han encontrado restos de animales, ni de nada, incluso se formaron estalactitas y estalagmitas”.

Pero esa esterilidad, que no tiene información paleontológica o información arqueológica, posee “una historia muy interesante, sobre la formación de la cueva y sobre la evolución del yacimiento de la Gran Dolina. Información de cómo se formó la cueva, qué pasó, qué eventos ocurrieron dentro de la cueva. Sabemos que la cueva estuvo abierta en algunos momentos y cerrada en otros y eso explica la ausencia de homínidos en ese periodo, quizá no estaban aquí porque estaban en el Mediterráneo”, reflexiona De Castro. A pesar de no haber dado con ningún resto sin embargo aparecen nuevas nuevas y eso “es muy importante para conocer la historia de nuestro continente”.

Un agujero negro

De todas las preguntas que le rondan a Bermúdez de Castro, la que más ansía conocer su respuesta es saber qué pasaba en lo que hoy conocemos por Europa en la época que va desde el primer europeo que se encontró en Atapuerca, que tiene 1.200.000 años, hasta los 900.000 años que fue cuando apareció el Homo antecessor.

“Nuestra hipótesis de trabajo es que hay una discontinuidad en la población, es decir que esa mandíbula que apareció en Atapuerca [datando al primer europeo], pensamos que no está relacionada con el 'Homo antecessor', pensamos que el 'Homo antecessor' vino después. Es una especie de agujero negro del que no tenemos información. Es un vacío que tenemos en la secuencia de los siete millones de años, y hay más agujeros negros, pero éste es uno importante y ese agujero negro está en Atapuerca”, explica.

La clave que nos muestre la respuesta de ese agujero negro y que nos explique cómo fue el tránsito hacia el Homo erectus, puede estar en cualquiera de los yacimientos que hay abiertos por el mundo, o en España, o en Atapuerca. Quizá aparezca en la Cueva Fantasma.

Fuente: elindependiente.com | 18 de agosto de 20119

La acumulación de restos humanos en la Sima de los Huesos de Atapuerca podría ser natural, no ritual

Excavaciones en la Sima de los Huesos, Atapuerca.

La acumulación de restos fósiles en los yacimientos Dinaledi (Sudáfrica) y la Sima de los Huesos (Atapuerca) hicieron pensar a los paleontólogos que el hombre practicaba ritos funerarios desde hace unos 500.000 años. Ahora, un estudio sugiere que esa acumulación de huesos podría deberse a causas naturales.
Pese a estar tan lejos geográficamente, ambos yacimientos son parecidos: los dos tienen una cámara en sendas cuevas que durante milenios ha conservado miles de fósiles de una cronología similar.
La cámara Dinaledi, de la cueva Rising Star de Sudáfrica, contiene más de 1.500 fósiles humanos -excavados en solo un metro cuadrado- de una quincena de individuos de la misma especie, el Homo Naledi, un homínido muy primitivo que vivió hace entre 230.000 y 330.000 años en la zona.

En el yacimiento de Atapuerca, la Sima de los Huesos alberga también miles de fósiles de Homo heidelbergensis, un homínido que agrupaba a sus muertos, lo que los paleontólogos del yacimiento burgalés han calificado siempre de comportamiento ritual y simbólico.


Determinar cuándo comenzó el hombre a cobrar consciencia de su mortalidad y a preocuparse de los muertos es uno de los temas más controvertidos de la paleontología, ya que los rituales funerarios son una de las características que más definen al hombre.

Ahora, un estudio publicado hoy en PNAS, sostiene que la acumulación de huesos en la Sima y en Dinaledi podría deberse a causas naturales y no a la intervención del hombre.
El trabajo es una colaboración entre varios centros de investigación de Florencia (Italia), Birmingham (Reino Unido), Sudáfrica, Carolina del Norte (EEUU), y España.

"Hasta hace poco, se creía que esta característica exclusivamente humana comenzó con los neandertales, pero recientes estudios han atribuido las acumulaciones de cadáveres de Dinaledi y Atapuerca a comportamientos funerarios, por lo que la evidencia más antigua de conciencia de la muerte podría tener 500.000 años", explica a Efe Manuel Domínguez-Rodrigo (izquierda), investigador del Instituto de Evolución en África de la Universidad de Alcalá de Henares y coautor del estudio.

Para comprobarlo, los investigadores han llevado a cabo una revisión de las dos cámaras y los han comparado con los restos de otros yacimientos mucho más recientes, de menos de 100.000 años (e incluso actuales), "cuando no hay dudas de que esos comportamientos son funerarios", precisa.

El estudio analiza las acumulaciones antrópicas (intencionadas) de 16 yacimientos, entre ellos los de Fontbrégoua (Francia), el Portalón (Atapuerca), Krapina (Croacia), Skhul (Haifa), y Misgrot (Sudáfrica), con restos de humanos y primates de diversos periodos.
Para ello han usado herramientas de inteligencia artificial, en concreto, algoritmos de máquina de aprendizaje, que aprenden a clasificar información cuantitativa.


"Estas herramientas han visto que ni la cámara de Dinaledi ni la de la Sima de los Huesos se parecen a las acumulaciones humanas en los que no hay ningún tipo de alteración. Lo más parecido a ellas es la cueva Misgrot, donde la acumulación de fósiles es estrictamente natural, y la cantidad de restos de primates es similar a la de la Sima y Dinaledi", afirma Domínguez-Rodrigo.
Para el autor, el estudio demuestra que "hay procesos naturales que pueden generar las mismas acumulaciones que se ven en estas cuevas, por lo que no se puede estar tan seguro de que las cámaras de Dinaledi y la Sima contengan acumulaciones de origen humano, ni hablar de comportamientos funerarios más antiguos de 100.000 años".

Para Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca, "el artículo es muy claro en sus conclusiones" y no se puede estar "más de acuerdo".

Tras revisar las prácticas mortuorias del Paleolítico, el estudio especifica que aunque la acumulación de cuerpos sea intencionada, hay dudas de que tenga un significado ritual, es decir "que no se considera que la evidencia de ritual funerario sea inequívoca", interpreta Arsuaga.

"Lo que viene a decir el trabajo es que hay una acumulación antrópica pero que no se parece a los ritos modernos, y con esa consideración el equipo de Atapuerca no puede estar más de acuerdo", entiende el paleontólogo.

Y es que, "los miembros de Atapuerca nunca hemos dicho que la Sima de los Huesos sea un enterramiento como el de los neandertales, por ejemplo, que son fosas excavadas con cuerpos depositados, sino que en la Sima hay una acumulación de cadáveres que no es utilitaria (no se ha hecho con fines prácticos) pero que es intencionada. Pero no es un enterramiento como tal", concluye Arsuaga.

En cualquier caso, advierte el paleontólogo, "es un tema apasionante que seguirá dando mucho que hablar y donde la Sima de los Huesos estará siempre en el centro del debate". EFE.

Fuente: lavanguardía.com | 2 de abril de 2018

Los cráneos de Marruecos no se corresponden del todo con 'Homo sapiens'

José María Bermúdez de Castro Risueño, coordinador Programa de Paleobiología de Homínidos del CSIC.

El pasado mes de junio medios de comunicación de todo el mundo anunciaron que se habían encontrado los restos más antiguos de Homo sapiens en el yacimiento de Jebel Irhoud, en Marruecos. El hallazgo evidenciaba, según los científicos, que nuestra especie no tenía unos 200.000 años de antigüedad, como se creía, sino que nuestros orígenes se remontarían hasta hace entre 300.000 y 350.000 años. El descubrimiento además desmontaría la idea de que el Homo sapiens nació en el África subsahariana, como se había considerado hasta entonces.

Como es de esperar, entre la comunidad científica han salido voces discrepantes que no comparten que los restos encontrados puedan catalogarse como pertenecientes a nuestra especie. Una de ellas es la de José María Bermúdez de Castro, co-director junto a Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell de las excavaciones e investigaciones de Atapuerca (Burgos), que respeta pero cuestiona que lo hallado al oeste del país norteafricano pueda definirse como sapiens.

"Tiene unos cráneos que no se corresponden del todo con Homo sapiens. Tiene un neurocráneo, la parte donde se alberga el cerebro, que no es exactamente igual que el nuestro. Es más aplanado y nuestra especie, una de las cosas por las que se define, aparte de por la cara moderna, como ya demostró Homo antecessor, es por tener un cráneo más esférico. Mientras que el cerebro de las especies anteriores a la nuestra es más aplanado y en consecuencia también el hueso que lo protege", indica el doctor en Ciencias Biológicas en una entrevista con EL MUNDO producida en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.

El también coordinador del Programa de Paleobiología de Homínidos del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana del CSIC, defiende que "estos fósiles encontrados en Jebel Irhoud no son ni una cosa ni la otra. No tienen un cráneo esférico ni totalmente aplanado. Está a punto de ser como nosotros, entonces ni me parece mal que lo propongan como Homo sapiens ni me parece perfecto. Creo que estamos en el límite con 300.000 años".

"No me parece mal -matiza Bermúdez de Castro-, ya que al igual que en la Sima de los Huesos de Atapuerca los cráneos que hay no son neandertales clásicos, yo no tendría ningún reparo, y mucha gente tampoco, en decir que son neandertales. Homo neanderthalensis atapuerquensis. Una forma primitiva de los neandertales, ¿por qué no? Aquí tendríamos un paralelismo. Se trata de una cuestión de nombres, de semántica, de discusión de debate científico y demás", incide el experto, que considera que, en todo caso, el hallazgo "no cambia demasiado" lo que sabíamos hasta ahora sobre nuestra especie.




Reconstrucción del cráneo a partir de los fósiles encontrados en Jebel Irhoud. PHILIP GUNZ / MPI EVA

Neandertales 'burgaleses'

Lo que sí ha cambiado para el panorama de Atapuerca es el descubrimiento, hace un mes escaso, en el último día de campaña de las excavaciones, de una falange de un pie perteneciente a la especie Homo neanderthalensis, el conocido como hombre de Neandertal. El hallazgo de la Galería de las Estatuas de la Cueva Mayor vino a confirmar lo que ya más o menos se sabía en función a un hueso parietal encontrado el año pasado y a varias herramientas que ya se habían estudiado.

"Era una asignatura pendiente porque nunca habían aparecido sus restos fósiles, aunque sí teníamos tecnología. Si encontramos más restos en Atapuerca, se convertirá en un yacimiento importante más de neandertales. Ojalá se encuentren", implora Bermúdez de Castro, que afirma que "lo mejor de Atapuerca es que tenemos toda la evolución humana, toda la secuencia", en referencia a que los de allí son los únicos yacimientos de toda Europa donde hay restos de Homo antecessor, Homo heidelbergensis, Homo sapiens y ahora también Homo neanderthalensis.

Heildelbergensis, de todos modos, es una especie que están reevaluando los responsables de Atapuerca, ya que, como dice Bermúdez de Castro "es una especie un poco artificial" al estar "demasiado decantada hacia Neandertal". En los yacimientos de la localidad burgalesa hay ahora mismo identificados unos 7.000 huesos pertenecientes a esta especie.


Foto: Falange de un pie de un neandertal hallado en Atapuerca.

La Cueva Fantasma y el antepasado común

Uno de los horizontes futuros planteados para Atapuerca es la exploración de la denominada como Cueva Fantasma, una cavidad ya documentada hace tiempo, pero que se va a comenzar a investigar a fondo el próximo curso.

"De momento sabemos que los niveles superiores tienen tecnología típica de los neandertales. Posiblemente estemos en unos primeros niveles de antigüedad del orden de los 70.000 u 80.000 años, que son los neandertales clásicos, pero más abajo tenemos alguna datación que supera los 170.000 años, de la época preneandertal. Seguramente podamos encontrar Pleistoceno medio -entre hace 780.000 años y hace 127.000 años-, porque hay Achelense -una industria lítica prehistórica-, y también podríamos encontrar Pleistoceno inferior -2.600.000 años y hace 780.000 años-, época del Homo antecessor", detalla el científico.

Precisamente el Homo antecessor es la apuesta actual de los responsables de Atapuerca para establecer un antepasado común entre Homo sapiens y el hombre de Neandertal, especies que, como recuerda Bermúdez de Castro, coexistieron y se hibridaron en Eurasia -no en África-, pero que procedían de líneas evolutivas separadas.

"Ahora acabamos de publicar un artículo en el que decimos que esta especie -Homo antecessor- no sólo tiene rasgos modernos, sino también otros que los neandertales han heredado. Por tanto seguimos proponiendo que Homo antecessor es el ancestro común. Volvemos a proponer la hipótesis de 1997 -descartada años después- porque nos parece la mejor hipótesis de un ancestro común. No sé si lo es porque está alejado de la zona de la evolución central, pero se parece mucho o se va a parecer mucho al ancestro común", zanja Bermúdez de Castro.

Fuente: elmundo.es | 25 de agosto de 2017

El viejo roble

Representación de los individuos identificados en la colección de cerca de 7.000 fósiles humanos obtenidos en el yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Dibujo de Mauricio Antón.

Desde que en 1984 comenzó la excavación sistemática del yacimiento de la Sima de los Huesos de la Cueva Mayor de la sierra de Atapuerca nos hemos interesado en contabilizar el número mínimo de individuos representados en una colección de fósiles humanos, que se incrementaba cada año de manera espectacular. Con el paso de los años, ese número mínimo se estabilizó en 28, una cifra muy elevada para la antigüedad del yacimiento de la Sima de los Huesos (aproximadamente, 400.000 años). En el próximo post haré una reflexión sobre lo que nos dice el perfil demográfico de esos 28 individuos. En este breve texto simplemente quiero resaltar un detalle lúdico, casi nostálgico para quienes llevamos más de 30 años excavando en la sierra de Atapuerca.

El pasado 27 de junio, se inauguró un nuevo tramo del sendero botánico que recorre una buena parte de la sierra de Atapuerca. Ya son más de cinco kilómetros de recorrido entre quejigos, encinas o rosales silvestres, con vistas a algunos de los yacimientos y paisajes espectaculares de los campos de cereales que rodean la sierra. Un recorrido muy recomendable para los amantes de la naturaleza, donde se puede aprender sobre las plantas o contemplar los animales que pueblan el bosque y los campos de cereales que rodean la sierra de Atapuerca.

Hace años, cuando apenas había interés por los hallazgos en Atapuerca y subíamos caminando hacia los yacimientos nos fijábamos en un viejo roble, que destacaba por su majestuosidad entre los demás árboles de la ladera de la sierra. Lo bautizamos como el “viejo roble” y se convirtió en un icono de la belleza del paisaje. El dibujante científico Mauricio Antón tuvo la feliz idea de plasmar en una de sus creaciones artísticas al conjunto de individuos representado en la colección de restos fósiles obtenido en la Sima de los Huesos. Nosotros habíamos sugerido una edad aproximada para cada individuo. También habíamos estimado el posible sexo de cada uno de ellos. Con esa información, Mauricio Antón tuvo la ocurrencia de dibujar al grupo de homininos posando bajo el viejo roble. El dibujo formó parte de varias exposiciones y de sus respectivos catálogos. Es posible que algunos/as lectores/as conozcan ese dibujo, que acompaña al post. Hago notar que Mauricio Antón se tomó la libertad artística de incrementar el número mínimo hasta 32 (una cifra que manejábamos de manera hipotética en aquellos tiempos) y que en el grupo figuran al menos tres niños. Pero ese detalle es simplemente una anécdota del trabajo paleodemográfico, que en aquellos años estaba en curso.

Algunos de los asistentes a la inauguración del sendero botánico de la sierra de Atapuerca, el pasado 27 de junio de 2018, posando bajo el viejo roble. Foto: Susana Sarmiento.


En recuerdo a ese dibujo, que forma parte de la historia de las investigaciones, se tomó la decisión de que el sendero botánico terminara su recorrido en el viejo roble. El próximo año se colocarán algunos bancos de piedra caliza, integrados en el paisaje, para contemplar el paisaje de las terrazas del río Arlanzón cubiertas de cereales. No sabemos cuántos cientos de años tendrá el viejo roble, pero estamos seguros de que seguirá en pie durante mucho tiempo, convertido ya en un símbolo de la belleza y singularidad del paisaje de la sierra de Atapuerca y de sus tesoros científicos.

Fuente: quo.es | 3 de julio de 2018

Descubierto en Atapuerca el ADN humano más antiguo del mundo

Un equipo internacional de científicos ha extraído la muestra de ADN humano más antigua del mundo de un fémur de 400.000 años de antigüedad hallado en la Sima de los Huesos de Atapuerca.

Los resultados de la investigación, presentados en la revista Nature, han desconcertado a los científicos. Los antiguos habitantes de Atapuerca no parecen ser ancestros directos de los neandertales que después poblaron Europa, como se pensaba hasta ahora, y en cambio parecen estar más emparentados con humanos que vivieron en Denisova (Siberia) hace 40.000 años.

“Tenemos un problema para interpretar estos resultados”, reconoció el martes en entrevista telefónica Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca y coautor de la investigación. “Siempre habíamos supuesto que los homínidos de la Sima eran neandertales primitivos” porque sus fósiles son parecidos a los de los neandertales. “Ahora tenemos que buscar una explicación que aclare cómo podían ser anatómicamente parecidos y genéticamente más diferentes”.

La Sima de los Huesos es una cavidad en el fondo de una cueva en la que se han hallado unos 5.000 fósiles de por lo menos 28 individuos atribuidos a la especie Homo heidelbergensis. Aunque en otros yacimientos de Atapuerca se han encontrado fósiles más antiguos, como los del Homo antecessor en sedimentos de hace alrededor de un millón de años, los de la Sima de los Huesos destacan por ser los más abundantes y mejor conservados. La oscuridad y la estabilidad de temperatura del fondo de la cueva han favorecido que se haya podido recuperar ADN humano más antiguo que en cualquier otro yacimiento.

La investigación indica que los humanos de la Sima de los Huesos se separaron del linaje de los neandertales y de los Homo sapiens hace alrededor de un milllón de años. La familia humana evolucionó a partir de ese momento en dos ramas, según los resultados del análisis genético. Una que llevó a los humanos de la Sima y a los de Denisova, que se separaron hace 730.000 años. Y otra que llevó a Homo sapiens y neandertales, que se separaron hace 500.000 años.

Pero estos resultados no serán la última palabra, advierte Arsuaga. Son una primera pieza de un rompecabezas que se podrá completar a medida que se hagan más análisis de ADN humano prehistórico.
Uno de los resultados más importantes de la investigación, precisamente, es que abre la vía a reconstruir secuencias genéticas humanas del pleistoceno. El propio equipo de Atapuerca tiene previsto analizar el ADN de más fósiles de la Sima de los Huesos para comprender mejor cómo evolucionó la humanidad hasta llegar al Homo sapiens. Para ello, se ha aliado con el equipo de Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva de Leipzig (Alemania), que es líder mundial en estudios de ADN antiguo.
Por ahora, la investigación se ha centrado en el llamado ADN mitocondrial de uno de los 28 individuos encontrados en la Sima de los Huesos. Este ADN representa una pequeña parte de todo el ADN de una célula. Es el que se encuentra en las mitocondrias –un compartimento de las células- y no incorpora ADN del padre sino únicamente de la madre. El ADN nuclear, en cambio, cambia de generación en generación porque combina ADN del padre y de la madre.

Para los especialistas en paleogenética, el ADN mitocondrial tiene la ventaja de que es más fácil de analizar que el nuclear. Esto ha permitido a los equipos de Atapuerca y del Max Planck reconstruir casi todo el genoma mitocondrial del fémur analizado. En el futuro, los investigadores tienen previsto intentar recuperar también fragmentos de ADN nuclear, informa Arsuaga.

Dado que el ADN mitocondrial sólo se transmite por vía materna, Arsuaga recuerda que pueden coexistir distintos linajes mitocondriales dentro de una misma población. Por lo tanto, sigue siendo posible que aquellos neandertales de los que se ha analizado el ADN desciendan, no directamente de los Homo heidelbergensis de Atapuerca, pero sí de un grupo similar. “Seguimos pensando –declara Arsuaga- que los de la Sima están emparentados con los neandertales”.

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La empresa burgalesa CRECE realiza el mantenimiento del sendero botánico como aportación a la Fundación Atapuerca

Foto: Eudald Carbonell, codirector de los yacimientos de la sierra de Atapuerca y Pedro Renuncio, gerente de Crece. / Susana Santamaría / Fundación Atapuerca.

Yacimientos de la sierra de Atapuerca, 17 de julio de 2017. El sendero botánico que recorre el borde de la Trinchera del Ferrocarril de los yacimientos de la sierra de Atapuerca se ha completado recientemente con una pasarela y una senda paralela a la pista de servicio de vehículos militares. En esta última fase la Fundación Atapuerca ha firmado un convenio con la empresa Crece, Conservación del Patrimonio Natural, por la que Crece pone asume como aportación a la Fundación Atapuerca el mantenimiento de dicho sendero. La empresa burgalesa realizará labores de desbroce y limpieza de senderos, acceso y parking; limpieza de basuras; reparaciones y conservación de las señales indicativas e interpretativas; y cualesquiera otros trabajos de mantenimiento y de ayuda requeridos por el personal de la Fundación.

Crece es una empresa con más de 20 años de experiencia en el sector forestal, medioambiental y de conservación del patrimonio natural, que desarrolla su actividad en Castilla y León y comunidades limítrofes, dando servicio tanto al sector público como al sector privado.

La realización del sendero botánico se ha llevado a cabo gracias a los convenios firmados en 2016 y 2017 por la Fundación Atapuerca con la Fundación Caja de Burgos y la Obra Social “la Caixa”. En la última fase, que se presentó el pasado 7 de julio, se ha abierto una pasarela entre ambos lados de la Trinchera y una senda de 600 metros paralela a la pista de servicio de vehículos militares y del personal del yacimiento. Asimismo, aprovechando la espectacular vista que se tiene del valle de Valhondo desde algunos puntos del sendero, se ha instalado una gran mesa interpretativa, integrada en el vallado de madera, para recrear el paleoambiente de las fuentes del río Pico y la laguna que existió allí, con la fauna y la flora asociadas. El punto de partida de los senderos será la cantera situada en la parte izquierda de la Trinchera del Ferrocarril cerca del yacimiento de Gran Dolina.

Primera publicación que confirma la existencia de neandertales en Atapuerca

Falange del pie neandertal hallada en la Galería de las Estatuas, Atapuerca. / Javier Trueba

Se acaba de publicar en la revista American Journal of Physical Anthropology un estudio, encabezado por Adrián Pablos (izquierda), investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), que demuestra la afinidad taxonómica con los neandertales de una falange de pie hallada en el yacimiento de la Galería de las Estatuas de la Sierra de Atapuerca (Burgos).
La cronología de los niveles donde se recuperó la falange, hace unos 100.000 años, la sitúa como uno de los restos neandertales más antiguos de toda la Península Ibérica.

Se trata de la falange de un dedo meñique derecho de un individuo adulto, cuyo análisis antropológico comparativo ha resultado complicado debido al escaso número de falanges bien identificadas en el registro fósil tanto de neandertales como de los primeros Homo sapiens.


Excavación en la Galería de las Estatuas. Atapuerca.

Este fósil humano (GE-1573), en cuyo estudio han participado también investigadores del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos y la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), apareció en la campaña de excavación de 2017 en un contexto musteriense, la tecnología típica de los neandertales; además varios métodos de datación sitúan los sedimentos en el inicio del Pleistoceno superior, la época de esta población extinta.

“Los resultados métricos muestran que se trata de una falange distal similar a la de los pocos neandertales existentes, y mucho más robusta que la de los humanos anatómicamente modernos del Pleistoceno superior, los llamados cromañones, lo que nos permite asignar esta falange a un neandertal”, afirma Adrián Pablos.

Galería de las Estatuas. Atapuerca.

Quinto yacimiento con restos humanos

Por otro lado, con este hallazgo se confirma el yacimiento de la Galería de las Estatuas, que se lleva excavando desde 2008, como el quinto yacimiento de la sierra de Atapuerca con fósiles humanos pleistocenos, y representa la primera evidencia de un fósil neandertal en contexto estratigráfico en los yacimientos de la sierra de Atapuerca.

“El hecho de que solamente se hayan recuperado falanges distales del dedo meñique del pie en yacimientos con enterramientos o grandes acumulaciones de fósiles deja abierta la puerta a la esperanza de encontrar más restos humanos neandertales en futuras campañas de excavación en este y en otros yacimientos d Atapuerca”, declara Adrián Pablos.

Fuente: cenieh.es | 24 de octubre de 2018

Descubierto en Atapuerca el ADN humano más antiguo del mundo

Un equipo internacional de científicos ha extraído la muestra de ADN humano más antigua del mundo de un fémur de 400.000 años de antigüedad hallado en la Sima de los Huesos de Atapuerca.

Los resultados de la investigación, presentados en la revista Nature, han desconcertado a los científicos. Los antiguos habitantes de Atapuerca no parecen ser ancestros directos de los neandertales que después poblaron Europa, como se pensaba hasta ahora, y en cambio parecen estar más emparentados con humanos que vivieron en Denisova (Siberia) hace 40.000 años.

Tenemos un problema para interpretar estos resultados”, reconoció el martes en entrevista telefónica Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de Atapuerca y coautor de la investigación. “Siempre habíamos supuesto que los homínidos de la Sima eran neandertales primitivos” porque sus fósiles son parecidos a los de los neandertales. “Ahora tenemos que buscar una explicación que aclare cómo podían ser anatómicamente parecidos y genéticamente más diferentes”.

La Sima de los Huesos es una cavidad en el fondo de una cueva en la que se han hallado unos 5.000 fósiles de por lo menos 28 individuos atribuidos a la especie Homo heidelbergensis. Aunque en otros yacimientos de Atapuerca se han encontrado fósiles más antiguos, como los del Homo antecessor en sedimentos de hace alrededor de un millón de años, los de la Sima de los Huesos destacan por ser los más abundantes y mejor conservados. La oscuridad y la estabilidad de temperatura del fondo de la cueva han favorecido que se haya podido recuperar ADN humano más antiguo que en cualquier otro yacimiento.

La investigación indica que los humanos de la Sima de los Huesos se separaron del linaje de los neandertales y de los Homo sapiens hace alrededor de un milllón de años. La familia humana evolucionó a partir de ese momento en dos ramas, según los resultados del análisis genético. Una que llevó a los humanos de la Sima y a los de Denisova, que se separaron hace 730.000 años. Y otra que llevó a Homo sapiens y neandertales, que se separaron hace 500.000 años.

Pero estos resultados no serán la última palabra, advierte Arsuaga. Son una primera pieza de un rompecabezas que se podrá completar a medida que se hagan más análisis de ADN humano prehistórico.

Uno de los resultados más importantes de la investigación, precisamente, es que abre la vía a reconstruir secuencias genéticas humanas del pleistoceno. El propio equipo de Atapuerca tiene previsto analizar el ADN de más fósiles de la Sima de los Huesos para comprender mejor cómo evolucionó la humanidad hasta llegar al Homo sapiens. Para ello, se ha aliado con el equipo de Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva de Leipzig (Alemania), que es líder mundial en estudios de ADN antiguo.
Por ahora, la investigación se ha centrado en el llamado ADN mitocondrial de uno de los 28 individuos encontrados en la Sima de los Huesos. Este ADN representa una pequeña parte de todo el ADN de una célula. Es el que se encuentra en las mitocondrias –un compartimento de las células- y no incorpora ADN del padre sino únicamente de la madre. El ADN nuclear, en cambio, cambia de generación en generación porque combina ADN del padre y de la madre.

Para los especialistas en paleogenética, el ADN mitocondrial tiene la ventaja de que es más fácil de analizar que el nuclear. Esto ha permitido a los equipos de Atapuerca y del Max Planck reconstruir casi todo el genoma mitocondrial del fémur analizado. En el futuro, los investigadores tienen previsto intentar recuperar también fragmentos de ADN nuclear, informa Arsuaga.

Dado que el ADN mitocondrial sólo se transmite por vía materna, Arsuaga recuerda que pueden coexistir distintos linajes mitocondriales dentro de una misma población. Por lo tanto, sigue siendo posible que aquellos neandertales de los que se ha analizado el ADN desciendan, no directamente de los Homo heidelbergensis de Atapuerca, pero sí de un grupo similar. “Seguimos pensando –declara Arsuaga- que los de la Sima están emparentados con los neandertales”.

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Dos utensilios de cuarcita hallados en el yacimiento Gran Dolina indican ocupación humana en Atapuerca hace 600.000 años

Uno de los utensilios de cuarcita hallados en la Unidad TD8 de Gran Dolina - AOC/EIA

Dos utensilios de cuarcita hallados en la unidad TD8 del yacimiento de Gran Dolina permiten documentar por primera vez la presencia humana en la Sierra de Atapuerca (Burgos) hace unos 600.000 años, un período en el cual aún no se disponía de evidencias en este sentido en ninguna de las cavidades de este complejo arqueopaleontológico.

Además, se constata de este modo presencia humana ininterrumpida en la Sierra de Atapuerca a lo largo de 1,4 millones de años. Estas dos piezas, a la que hay que sumar un fragmento de una tercera de sílex neógeno, han sido descubiertas por miembros del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y de la Universitat Rovira i Virgili (URV) durante la campaña de excavación de este mes, muy determinada en tiempo y número de participantes por las limitaciones que impone la Covid-19.

Con este hallazgo se puede afirmar que ha sido una campaña clave para la comprensión de la secuencia de ocupación humana del yacimiento de Gran Dolina, pues se han aportado datos sobre una fase relativamente desconocida en toda Europa occidental, y con un innegable interés científico: la situada entre las intensas ocupaciones documentadas en la Unidad TD6 (900.000 años de antigüedad) y las que se corresponden con el gran impacto registrado en la sierra de Atapuerca en momentos ya del Achelense (representada en el yacimiento por la Unidad TD10, a partir de hace unos 450.000 años).

Foto: El consejero de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Javier Ortega; y los codirectores del Proyecto Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell, presentan el balance de la campaña de excavaciones 2020 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca / Foto: JCyL

La industria lítica encontrada en el nivel 8 de Gran Dolina se compone de cantos de río trabajados para descuartizar animales cazados y quizás fabricar herramientas de madera. Quiénes fueron sus creadores es un misterio. «No sabemos qué tipo de homínidos eran», reconoce José María Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca, tras dar a conocer los resultados de las últimas excavaciones, marcadas por el parón debido a la pandemia del covid-19. La razón principal es que existen escasos restos de esa época en Europa. La pieza más importante es la mandíbula de Mauer, descubierta en 1907 en la localidad alemana del mismo nombre y cuya especie humana fue bautizada con el nombre de Homo heidelbergensis. «Se trataba de un homínido de aspecto bastante arcaico, pero con características que ya apuntaban a los neandertales», indica el investigador.

El nuevo hallazgo sugiere que probablemente Atapuerca estuvo ocupada desde hace unos 1,2 millones de años, época a la que pertenece el trozo de mandíbula encontrada en 2007 en la Sima del Elefante (el fósil europeo más antiguo, derecha) hasta la actualidad. Hace 850.000 años se asentó allí Homo antecessor. «Desde entonces y hasta hace 120.000 años seguramente todas las poblaciones estaban relacionadas. Tenían un mismo origen, el suroeste de Asia, lo que ahora son Irak, Siria e Israel», explica Bermúdez de Castro. A su juicio, «fueron llegando poblaciones, unas aculturaron a otras, pudieron hibridarse, algunas desaparecieron... Es un modelo muy complejo del que todavía no tenemos idea».

De otro lado, en la Sima del Elefante y Cueva Fantasma, los esfuerzos se han centrado en acondicionar los yacimientos para poder desarrollar con plenas garantías el método científico que impone el trabajo de campo de la arqueología. En la misma unidad de TD8 se han identificado abundantes restos de macromamíferos, entre los que destacan el oso, la hiena o el jaguar, además de herbívoros como el rinoceronte, el caballo o los cérvidos. Ello ha permitido ampliar la colección de restos de carnívoros, el grupo más desconocido de este yacimiento.

Así, en la Sima del Elefante, por ejemplo, se han retirado grandes bloques del interior de la cueva de parte del techo que se cayó hace sobre 1,4 millones de años. Dicho desplome se produjo cuando los sedimentos arcillosos del nivel 7, el estrato más antiguo conocido hasta el momento en la Sierra de Atapuerca, ya estaban depositados en el interior de la cavidad.

Miembros del IPHES y de la URV, al pie de Gran Dolina, esta semana - Susana Santamaría/EIA

En este nivel se han recuperado restos de tortuga, oso y castor, que refuerzan la hipótesis de que las condiciones medioambientales de la sierra hace 1,4 millones de años eran más templadas y húmedas que las de ahora. En estos niveles predominan los restos de équidos, con prácticamente representación de todos los elementos del esqueleto, seguidos de restos de bóvidos, cérvidos y suidos. Entre los carnívoros se han recuperado restos de hienas, osos, cánidos (lobo y zorro), tejón y lince. Esta unidad ha proporcionado en el sector próximo a Cueva Fantasma varias lascas de sílex, que evidencian el uso de este espacio por parte de los neandertales, siguiendo la pauta descrita en el sector de entrada de la misma. También se ha llevado a cabo en Cueva Fantasma el perfilado del frente oriental de la excavación, que ha consistido en regularizar el importante desnivel provocado por una intrusión de la actividad de la antigua cantera, y obtener un perfil que permita establecer correlaciones estratigráficas entre diversos sectores de este yacimiento. En el sector superior esto ha afectado apenas a un metro de superficie, en donde se documenta el rico nivel fosilífero de Sala Fantasma descubierto en 2019 (SF30).

Por su parte la unidad 20, se caracteriza por un nivel cementado de conglomerados y bandas de arcillas que contienen restos fósiles de herbívoros (équidos, bóvidos, rinocerontes y especialmente ciervos) y carnívoros (pantera, hiena, oso). En la parte inferior del perfilado, destaca la unidad 21 por la abundancia de restos fósiles de hiena, y coprolitos de este animal, que indican el posible uso de este espacio como letrina. En este nivel además se han recuperados restos de équidos, bóvidos, cérvidos y rinocerontes. También se han obtenido restos de otros grandes carnívoros como el león, pantera y oso.

Excavación en Cueva Fantasma, en el nivel SF30 - AOC/EIA

Excavaciones en Gran Dolina

Finalmente, los trabajos llevados a cabo por miembros de la URV-IPHES en otros yacimientos de la Sierra de Atapuerca incluye el hallazgo de un fragmento de cráneo humano procedente de la Sima de los Huesos (450.000 años), en donde este año los trabajos han sido puntuales.
Además, se está trabajando en un nuevo yacimiento, la entrada a la cavidad Galería de las Estatuas, cuyo techo colapsó hace 50.000 años. Diversos instrumentos de cuarcita, sílex y areniscas muestran grandes similitudes con el complejo Musteriense, de manufactura neandertal, como así son igualmente las ocupaciones que en los últimos años se están excavando en el mismo yacimiento, pero dentro de la cavidad, a la que actualmente se accede por el Portalón de Cueva Mayor.

Fuentes: elmundo.es | abc.es | 23 de julio de 2020

Juan Luis Arsuaga: “Creo que los habitantes de Atapuerca habían cruzado el ‘Rubicón cerebral’ y tenían consciencia”

El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga ofrece una conferencia en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de Salamanca. Manuel Sánchez Malmierca, director del INCYL, en primer plano, presenta a Juan Luis Arsuaga, al fondo.
Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones de la Sierra de Atapuerca y catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ha echado mano de la historia para ofrecer una conferencia en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de Salamanca. Al igual que Julio César cruzó el río Rubicón para marchar sobre Roma, en algún momento de la evolución nuestra especie –y puede que no sea la única- cruzó una frontera que nos permite ser conscientes y desarrollar el tipo de pensamiento que nos hace humanos.

La idea de ese “Rubicón cerebral” la enunció el anatomista Arthur Keith a comienzos del siglo XX y hace referencia al “límite entre el animal y el humano en la terminología de la época, es decir, al momento en que nos convertimos en lo que somos”, afirma Arsuaga en una entrevista concedida a DiCYT.

De forma simplificada, la clave está en el volumen del cerebro. Aunque no es sólo una cuestión de tamaño, “la cantidad de neuronas por kilo de peso es un dato fundamental, tiene mucho que ver con las capacidades mentales”.

Sin embargo, la respuesta es controvertida, puesto que “los neandertales tenían un cerebro mayor que el nuestro y hay quienes piensan que habían cruzado ese Rubicón y otros que no”. Además, los primeros utensilios fueron fabricados por antepasados con un volumen cerebral muy inferior.


Los chimpancés, en el umbral

Por eso, resultan muy interesantes los estudios que se realizan con chimpancés. “Hay una impresión general de que les falta poco, de que con un empujoncito serían casi humanos”, comenta. Para algunos expertos, estos simios ya habrían puesto un pie o los dos a este lado de la frontera de la consciencia, para otros no, pero en cualquier caso, estarían muy cerca. De hecho, investigaciones recientes indican que los grandes monos pueden predecir las acciones de sus semejantes.

Atapuerca también está aportando mucho a este conocimiento. “Desde hace ya muchos años es el proyecto más importante del mundo sobre evolución humana, con cualquier variable que se mida: número de yacimientos intervenidos, número de fósiles encontrados, número de publicaciones científicas de primer nivel producidas al año, número de centros de investigación implicados, número de países que participan, volumen de inversiones económicas y de actividades de divulgación… Destaca en todos los aspectos”, asegura.

El lenguaje de Atapuerca

Por eso, la cantidad de datos útiles que proporciona Atapuerca para este debate es gigantesca. “Voy a poner un ejemplo”, señala Arsuaga, “en Atapuerca estudiamos el lenguaje, somos la vanguardia en este campo, y hemos podido demostrar que nuestros antepasados que vivieron allí se comunicaban como los humanos actuales”, asegura. “Los sonidos que emitían eran como los nuestros aunque eso no es lo mismo que decir que su pensamiento era similar”.

Gracias al hallazgo de fósiles muy completos, los investigadores pueden determinar la gama de sonidos de los habitantes de la sierra burgalesa de hace medio millón de años. “Se había dicho que los neandertales no tenían nuestro repertorio fonético, que no podían emitir ciertas vocales, y nosotros hemos demostrado que eso es falso, sí que lo tuvieron y mucho tiempo antes”.


La consciencia

Sin embargo, la cuestión más difícil de dilucidar es si estos humanos eran conscientes, si tenían la capacidad de reconocer la realidad que les rodeaba y de reconocerse a sí mismos en ella. “La mayor parte de las cosas que hacemos los seres humanos las podríamos hacer inconscientemente. Podemos pensar que para hacer fuego hay que tener consciencia, pero no es tan evidente, esa tecnología existe desde hace 300.000 años y se podría hacer mecánicamente. Por ejemplo, un ordenador hace muchas tareas de modo inconsciente, pero lo que está claro es que sin consciencia no hay cultura, arte ni religión”, comenta.

“Entonces, ¿qué es la consciencia?”, se pregunta el paleoantropólogo. “No se trata de ser más listo, porque un león es muy listo, pero no es consciente de sus actos ni de sus pensamientos, no se adorna ni hace arte”, añade.

Respuestas en la Sima de los Huesos

Por eso, un descubrimiento fundamental de Atapuerca es que la acumulación de fósiles humanos en la Sima de los Huesos es hecho intencional. Los homínidos del lugar estuvieron arrojando cadáveres allí a propósito y eso ya ofrece una pista muy importante acerca de sus pensamientos. “Yo creo que esa frontera ya se había cruzado en Atapuerca, pero no todo el mundo está de acuerdo, la mayoría de los autores dicen que solo el Homo sapiens lo ha hecho”, afirma Arsuaga.

En el INCYL, el director del Centro de Investigación Sobre la Evolución y el Comportamiento Humanos (UCM-Instituto de Salud Carlos III) también ha comentado la estrecha relación que existe entre las neurociencias y la evolución. "Para saber cómo funciona algo hay dos métodos. El primero es la ingeniera inversa, desmontarlo como harían los espías para saber cómo está fabricado un avión enemigo; es el método de los biólogos. El segundo consiste en ver cómo se ha montado a través de la evolución. Las dos técnicas tienen mucho que ver, la cuestión es poner el foco en el presente o en el pasado, pero las dos son fuentes de conocimiento”, declara.

Por eso, un yacimiento como el de Atapuerca da lugar a tantos saberes, a través de la combinación de la genética, la anatomía, la evolución, la arqueología y la propia neurociencia. “¿Cómo se gestiona una frase en el cerebro, en qué lugar exacto y cómo?”, se pregunta Arsuaga volviendo al estudio del lenguaje. “Al final todas estas disciplinas convergen para solucionar el mismo problema”, agrega.

Fuente:dicyt.com | 3 de febrero de 2017