Rumbo a Marte, a bordo de un asteroide

Un profesor de Física de la Escuela de Tecnología de Nueva York cree que sería la forma más rápida, más barata y también la más segura para llevar seres humanos al Planeta rojo

A primera vista, la idea puede parecer una locura. Aprovechar el paso de un asteroide cerca de la Tierra para montarnos en él y dejarnos llevar... hasta Marte. Sin embargo, para Gregory Matioff, profesor de Física de la Escuela de Tecnología de New York City, esa sería precisamente la forma más rápida, más barata y también la más segura para llevar seres humanos al Planeta rojo. El trabajo será publicado en marzo de este año por la revista Acta Astronautica.
El pasado 15 de abril, el presidente Obama hacía públicos sus planes para el futuro de la NASA, la agencia espacial norteamericana. Y a pesar de que descartó, por ahora, la posibilidad de vover a enviar hombres a la Luna, sí que dijo que su intención era colocar astronautas en un asteroide antes de 2025. Una de las razones fue, precisamente, la posibilidad de utilizarlos como "puentes" para llegar a Marte.
A diferencia de la Luna, que se encuentra a unos 360.000 km de distancia y es fácilmente alcanzable con la tecnología actual, llegar a Marte (a 55 millones de km.) supone realizar cambios profundos y muy costosos tanto en las cápsulas tripuladas como en los propulsores necesarios para llevar humanos hasta allí. No así, sin embargo, si el objetivo son los asteroides.
Numerosas rocas espaciales pasan continuamente a pocos millones de km. de nuestro planeta, y después de hacerlo, algunas de ellas siguen rumbo a Marte. Esos asteroides, a distancias comprendidas entre los seis y los ocho millones de km. , sí que serían alcanzables sin que sea necesario realizar grandes modificaciones en las tecnologías actuales. De hecho, los expertos creen que podríamos alcanzar cualquiera de ellos en un vuelo de no más de seis meses de duración.
Pero volvamos al estudio de Matioff. Para este investigador, se añade la ventaja de que un asteroide proporcionaría a los astronautas un escudo natural contra las nocivas radiaciones espaciales a las que estarían sometidos en una nave, por muy bien protegida que estuviera.

La oportunidad, en 2037

Según los estudios actuales, un viaje espacial de 1.000 días para llegar a Marte puede incrementar el riesgo de que los astronautas enfermen de cáncer entre un 1 y un 19 %, por no mencionar otros daños en sus ADN o las cataratas causadas por una prolongada exposición a los rayos cósmicos de fondo de nuestra galaxia.
La parte difícil del plan de "abordar" un asteroide capaz de llevarnos al Planeta rojo es que el número de rocas espaciales que pasen primero cerca de la Tierra y después cerca de Marte es muy limitado. De hecho, el primer candidato razonable para realizar el viaje no pasará cerca de nosotros hasta el año 2037. Después habrá que esperar hasta 2086 para que se nos acerquen otras dos rocas adecuadas (se trata de 1999YR14 y 2007EE26), aunque Matioff calcula que éstas podrían llevarnos a Marte en menos de un año de viaje.
El otro problema, claro, es que ninguno de esos tres asteroides volvería a traer a los astronautas a la Tierra hasta dentro de muchos años, ya que sus órbitas alrededor del Sol son extremadamente largas. Razón por la cual no se trataría de simples misiones exploratorias de ida y vuelta, sino de una auténtica colonización, con escasas y lejanas posibilidades de regresar a casa.
Una variante de esta técnica de "autostop espacial" sería la de capturar un asteroide adecuado, pararlo, trabajar en él durante el tiempo necesario para convertirlo en una "nave" viable y enviarlo después hacia Marte utilizando una gran vela solar o un empuje gravitatorio en la dirección adecuada. Un plan complicado de realizar pero que permitiría disponer de espacio suficiente para enviar, de una sola vez, un buen número de colonos (quizá algunas docenas) con todos los pertrechos necesarios.
Durante el viaje, además, los propios colonos podrían extraer del asteroide materias primas necesarias para su posterior estancia en el Planeta rojo. Cuando llegaran, tendrían todo lo necesario para fundar una colonia viable...

Vía: http://www.abc.es/

La riqueza arqueológica y natural de Guatemala



  • El Parque Nacional de Tikal es Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad.
  • El lago de Atitlán es uno de los más bellos del mundo.
  • Un tercio de la población es indígena.
Enclavado entre el Pacífico y el Caribe, Guatemala es un pequeño país centroamericano cuya cultura autóctona es una mezcla de la herencia maya y la influencia española. No en vano, un tercio de los 13 millones de habitantes es indígena y se hablan más de una veintena de dialectos mayas.

Además de por su riqueza cultural y arqueológica, Guatemala destaca por la variedad de paisajes que alberga volcanes, playas de ensueño, bosques de altura, lagos, selvas tropicales... A pesar de su pequeño tamaño, el patrimonio natural del país es impresionante.

Yacimiento de Tikal

El departamento de Petén, al norte del país, cuenta con los principales yacimientos de la civilización maya. Destaca, por encima de todos, el Parque Nacional de Tikal, declarado Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1979.

Tikal, que significa ‘lugar de voces’, es la ciudad maya más grande descubierta hasta el momento. Excavada por arqueólogos de la Universidad de Pennsylvania entre 1956 y 1969, conserva, entre otros muchos monumentos, seis grandes templos piramidales desde cuyas cimas se aprecia una vista espectacular del entorno selvático.

Se puede llegar a Tikal de dos maneras: tomando la carretera al Atlántico (CA-9) desde la capital, Ciudad de Guatemala, y luego el desvió hacia Petén por la CA-13 (entre 10 y 12 horas de trayecto); o en avión desde el Aeropuerto Internacional La Aurora en Ciudad de Guatemala hasta Flores (30 minutos de vuelo aproximadamente), localidad situada a 65 kilómetros de Tikal.

El precio de la entrada al Parque Nacional es de 20 dólares americanos por persona y el horario de visita es de 6.00 a 18.00 horas, de lunes a domingos.

“El lago más hermoso del mundo”

Calificado por el célebre escritor británico Aldous Huxley como “el lago más hermoso del mundo”, el lago de Atitlán es uno de los tesoros nacionales de Guatemala, además de un importante destino turístico.

En los márgenes del lago, situado a 144 kilómetros de la capital del país, se levantan los tres majestuosos volcanes que hacen del sitio un lugar tan especial: Atitlán, Tolimán y el volcán de San Pedro, que superan los 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Alrededor del lago hay una decena de pequeños pueblos. El más importante de todos es San Francisco Panajachel, en el que se pueden encontrar hoteles, discotecas y mercadillos que venden la preciosa artesanía local.

La zona también ofrece grandes oportunidades para practicar deportes y actividades al aire libre, como esquí acuático, vuelo libre, pesca deportiva o excursiones en veleros.

Seguridad y turismo

Debido a las actuales condiciones de seguridad, la web del Ministerio de Asuntos Exteriores de España “recomienda vivamente visitar el país en viajes organizados a través de agencias especializadas”.

Y es que la inseguridad es la principal traba para el desarrollo del turismo local, uno de los principales motores económicos del país (es el segundo generador de divisas).

No obstante, según Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala, el número de delitos relacionados con turistas se redujo en un 40% el año pasado, en el que hubo 132 casos, principalmente denuncias por hurto. No parece un número muy elevado teniendo en cuenta que casi dos millones de turistas visitaron el país en 2010.

Vía: http://www.20minutos.es/ / http://www.historiayarqueologia.com/

Las palabras clave para entender el desastre nuclear


Miguel G. Corral | Madrid
Reactor nuclear: Instalación en la que puede iniciarse, mantenerse y controlarse una reacción nuclear en cadena. El reactor (nuclear) de agua a presión es un reactor refrigerado con agua natural a una presión superior a la de saturación, a fin de impedir su ebullición. El reactor de agua en ebullición (como los de la central de Fukushima) es un reactor refrigerado con agua natural, la cual se deja que hierva en el núcleo en una cantidad considerable.

BWR o Reactor de agua en ebullición: El calor generado por las reacciones en cadena se usa para hervir el agua. De este tipo son los reactores de la planta japonesa de Fukushima o los de Garoña, en Burgos. Ambas plantas usan el mismo reactore de tecnología BWR (Boiling Water Reactor) fabricado por General Electric. La compañía americana les vendió el mismo modelo a japoneses y españoles a comienzos de los 70. El reactor 1 de Fukushima y el único que hay en Garoña son idénticos y se inauguraron en 1971.

Barra de combustible: Combustible nuclear dispuesto en forma de barra formado por pastillas contenidas en una vaina tubular metálica. En las centrales nucleares puede usarse Uranio y Plutonio, pero este segundo también es utilizado en la fabricación de armas nucleares. En Fukushima hay cinco reactores que funcionan con uranio y uno de ellos -el reactor tres- que contiene una mezcla llamada MOX que contiene plutonio y uranio.
Reactores tres y cuatro de la central de Fukushima con los edificios de contención dañados y humeantes. | AFP Reactores tres y cuatro de la central de Fukushima con los edificios de contención dañados y humeantes. | AFP
Vasija: Recipiente en el que se encuentra el núcleo de un reactor nuclear. En él están las vainas de combustible (cubierta metálica que contiene herméticamente el combustible), el reflector (material situado alrededor del núcleo que es el encargdo de devolver los neutrones que de otro modo escaparían), el refrigerante (agua radiactiva) y otros componentes.

Contención: Estructura utilizada para albergar en su interior instalaciones nucleares o radiactivas para disminuir la posibilidad de contaminación del medio ambiente. En centrales nucleares, la contención está formada por una chapa de acero de revestimento y un recubrimiento de hormigón de 90 centímetros de espesor y contiene en su interior el reactor y el circuito primario.

Sievert (Sv): Unidad de la dosis equivalente y de la dosis efectiva en el Sistema Internacional de Unidades. Es decir, mide la dosis de radiación absorbida por la materia viva. Un Sv equivale a un julio de energía por cada kilogramo de peso. La unidad antigua es el REM, usada, por ejemplo, en la antigua Unión Soviética. Fue la unidad de referencia durante el accidente de Chernóbil. 1Sv equivale a 100 REM. Hay ocasiones en las que se hace referencia a bequerelios, pero las unidades no son comparables porque el bequerelio es una unidad de radiactividad, no de dosis equivalente.

Radiactividad: Propiedad de algunos elementos químicos de emitir partículas u ondas electromagnéticas. Esta propiedad se debe a la existencia de una descompensación entre el número de neutrones y de protones del núcleo del átomo, que provoca una inestabilidad y una liberación de la energía acumulada en forma de partículas u ondas. La radiactividad natural se debe a elementos que emiten radiaciones espontáneamente, como es el caso del uranio, el torio o el radón, por ejemplo.

Núcleo del reactor: Región de un reactor nuclear en la que se encuentra el combustible y donde se produce la reacción nuclear de fisión y la liberación de calor.

Fusión nuclear: Reacción entre núcleos de átomos ligeros que conduce a la formación de un núcleo más pesado que los iniciales, acompañada de la emisión de partículas elementales y de energía.

Fisión nuclear: Reacción nuclear en la que tiene lugar la ruptura de un núcleo pesado, generalmente en dos fragmentos cuyo tamaño son del mismo orden de magnitud, y en la cual se emiten neutrones y se libera gran cantidad de energía.

Fusión del núcleo: Es un daño grave del núcleo del reactor debido a un sobrecalentamiento. Se produce cuando un fallo grave del sistema de la central impide la adecuada refrigeración del núcleo del reactor. Cuando eso sucede, las vainas de combustible se calientan hasta llegar a derretirse. Supone un gran peligro debido a que existe el riesgo de que el material radiactivo (el combustible nuclear) sea emitido a la atmósfera. No se debe confundir con fusión nuclear (ver más arriba).

Isótopo: Cada una de las distintas formas de los átomos de un elemento químico. Todos los isótopos de un elemento tienen el mismo número atómico (número de protones) y, por tanto, pertenecen al mismo elemento químico, pero difieren entre sí en el número de neutrones.

Partículas alfa: Son emitidas por los radionucleidos naturales no son capaces de atravesar una hoja de papel o la piel humana y se frenan en unos pocos centímetros de aire. Sin embargo, si un emisor alfa es inhalado, ingerido o entra en el organismo a través de una herida puede ser muy nocivo.

Partículas beta: Son electrones que salen despedidos en los procesos radiactivos. Los de energías más bajas son detenidos por la piel, pero la mayoría de los presentes en la radiación natural pueden atravesarla. Al igual que los emisores alfa, si un emisor beta entra en el organismo puede producir graves daños.

Rayos gamma: Radiación electromagnética producida en el fenómeno de desintegración radiactiva. Su longitud de onda es menor que la de los rayos X, por lo que es una radiación extraordinariamente penetrante. La radiación gamma suele acompañar a la beta y a veces a la alfa. Los rayos gamma atraviesan fácilmente la piel y otras sustancias orgánicas, por lo que puede causar graves daños en órganos internos.

Vía: http://www.elmundo.es/

El primer tsunami datado entre 218 y 210 antes de Cristo


Andrés Marín Cejudo | Huelva
Los sedimentos del parque de Doñana han servido de evidencia para que investigadores de la Universidad de Huelva hayan conseguido datar el primer tsunami que golpeó la costa atlántica andaluza, ocurrido entre los años 218 y 210 antes de Cristo, un hallazgo que permitirá conocer mejor estos desastres naturales.
También será posible comprender la historia de las civilizaciones, ya que se podrá descifrar si, por ejemplo, los romanos ocuparon la zona después de que la abandonaran otros pueblos a causa de estas catástrofes.
"Ahora podemos tratar de descifrar si los romanos ocuparon el suroeste peninsular a partir de su triunfo exclusivo en las guerras púnicas o por el debilitamiento de la civilización asentada y desaparecida a causa de fenómenos catastróficos como el de este tsunami", aventura el investigador principal del proyecto, Joaquín Rodríguez Vidal.
Doñana es uno de los lugares donde se observaron evidencias morfológicas y sedimentarias no acordes con la evolución normal de una costa y que ha sido objeto de la investigación de tres tesis doctorales.
El método de trabajo se ha centrado primero en la reconstrucción del paisaje costero onubense a partir de fotografías aéreas suministradas por el Instituto Andaluz de Cartografía y otras fotografías realizadas por los satélites de observación de la tierra Landsat y Spot. Con estos datos "vimos cómo se posicionan las barreras de la costa, sus avances y retrocesos", explica el investigador.
El siguiente paso fue contrastar los datos obtenidos a pie de campo. Para ello, los científicos extrajeron sedimentos (arenas y conchas, principalmente) de las diferentes barreras litorales de Doñana (marismas y lagunas) y estudiaron la composición de las arenas, las turbas (restos de vegetación rica en carbono) y las conchas, todos ellos residuos llegados a la costa onubense a raíz del tsunami provocado por el terremoto de Lisboa de 1755.
Con toda esta información los científicos advirtieron en los sedimentos onubenses "características similares a las de los tsunamis", aclara Joaquín Rodríguez, tras su comparación con los sedimentos estudiados hoy a raíz de otros tsunamis como el de Indonesia en 2004.
Estos geólogos se han apoyado también en los estudios realizados en torno al terremoto de Lisboa el 1 de noviembre de 1755, un desastre que señaló el nacimiento de la sismología moderna por ser uno de los primeros en estudiarse y que provocó más de mil muertos solo en algunos pueblos de la provincia de Huelva como Ayamonte, cambiando para siempre el contorno costero.

Repetición en el futuro

El investigador explica que el proyecto continuará estudiando el fenómeno para tratar de determinar la capacidad de repetición futura de los tsunamis en la costa Atlántica del Golfo de Cádiz, "pues esta es una de las zonas más propicias a sufrir terremotos submarinos y que podría tener efectos en la costa onubense, portuguesa y marroquí".

Por ello, una de las líneas de trabajo principal del equipo de expertos es averiguar nuevos datos acerca de estos desastres naturales a partir del análisis de la recurrencia pasada, "con la dificultad de que hasta ahora sólo teníamos la evidencia histórica del tsunami de Portugal de 1755", añade Rodríguez Vidal.
Este grupo de investigación está centrado en estudiar procesos de dinámica externa de la Tierra en conflicto con el ser humano desde la perspectiva reciente y su relación con la ocupación humana del territorio, es decir, la acción de tormentas, tsunamis y cualquier otro tipo de desastre natural.

Vía: http://www.elmundo.es/

Un estudio revela que el dominio del fuego fué más tarde de lo que se creía


Los primeros humanos modernos que se desplazaron a la fría Europa hace 800.000 años no sabían controlarlo, pero los neandertales sí mostraban una gran pericia

Los arqueólogos consideran la aparición de la fabricación de herramientas de piedra y el control del fuego dos acontecimientos de gran relevancia en la evolución tecnológica de los primeros seres humanos. Si bien los expertos coinciden en que el origen de las herramientas data de al menos 2,5 millones de años en África, el origen del control del fuego ha sido un debate prolongado. Ahora, un estudio de investigadores de la Universidad de Colorado Boulder sugiere que los humanos modernos fueron capaces de manejar las llamas mucho más tarde de lo que se creía, e incluso tuvieron que enfrentarse a los fríos inviernos europeos hace 800.000 años sin una fogata que les calentara. Sin embargo, los neandertales que habitaban Europa hace 400.000 años sabían cómo mantener una buen fuego, otra indicación de que no eran los brutos y bestias que muchos retratan a menudo. Incluso pudieron utilizar las llamas para mejorar sus herramientas de piedra. El estudio aparece publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Para el nuevo estudio, los investigadores examinaron decenas de antiguos sitios arqueológicos en Europa, de 1,2 millones de años a hace 35.000. En ellos encontraron evidencias convincentes de fogatas por parte de los neandertales, explica Paola Villa, conservadora del Museo de Historia Natural de Colorado. Los neandertales evolucionaron en Europa hace unos 500.000 años y se extinguieron hace 30.000. Eran más robustos que el hombre moderno, con el que compartieron las mismas zonas durante algún tiempo. Incluso los seres humanos actuales llevan una pequeña cantidad de ADN neandertal. «Los científicos sabían que los neandertales eran capaces de hacer fuego, pero no creían que eran capaces de hacer un uso continuo del mismo», apunta. Las evidencias para el uso sostenido del fuego incluyen la presencia de artefactos de carbón, piedra caliente, huesos quemados, sedimentos con calefacción, etc.

Más tarde de lo que se creía

Los investigadores también descubrieron que los predecesores de los neandertales fueron empujados hacia las frías latitudes del norte de Europa hace más de 800.000 años sin saber controlar el fuego. «Esto confirma la sospecha que iba en contra de las opiniones de la mayoría de los científicos, que creían que era imposible para los seres humanos penetrar en la regiones frías sin fuego», señala Villa. Tuvieron que pasar cientos de miles de años antes de que empezaran a utilizarlo.
Las primeras pruebas de uso habitual de fuego por parte de los neandertales proviene del sitidio Beeches Pit (Inglaterra), de hace 400.000 años. El sitio contiene piezas dispersas de piedra calentada, huesos quemados a altas temperaturas y sedimentos previamente calentados. De acuerdo con Villa, los neandertales conseguían en fuego cavando hoyos en la tierra, donde insertaban corteza de abedul. Después, cubrían el agujero con piedras para bloquear la entrada de aire. Para crear las chispas, golpeaban piezas de sílex con trozos de pirita de hierro. También podrían haber conservdo y transportado el fuego de un sitio a otro. «Creo que es una buena evidencia en contra de aquellos que dicen que los neandertales no tenían una elevada capacidad mental», dice Villa. Investigaciones recientes también señalan que los neandertales cocinaban sus verduras.

Richard Freund, investigador de National Geographic, sitúa la mítica Atlátida en Doñana

A pesar de las críticas, Richard Freund, investigador de National Geographic, insiste en que todos los indicios sitúan la mítica ciudad perdida bajo las marismas de Doñana

Reaparece el amenazador asteroide Apofis

Primeras imágenes en tres años del objeto celeste que se acercará mucho a la Tierra en 2029
En el círculo, el asteroide Apofis en una composición de cinco imágenes tomadas el 31 de enero con el telescopio de 2,2 metros de la Universidad de Hawai en Mauna Kea. El débil rastro vertical corresponde a un satélite.- UH INSTITUTE FOR ASTRONOMY

MALEN RUIZ DE ELVIRA - Madrid
Las buenas condiciones ópticas en la cumbre del volcán hawaiano de Mauna Kea han permitido obtener las primeras imágenes en tres años del asteroide Apofis, cuando emergía de detrás del Sol, en su órbita elíptica alrededor de la estrella. Este pequeño objeto celeste, de 270 metros de diámetro, se hizo famoso en 2004 cuando se calculó que había una probabilidad de 1 sobre 37 de que chocara con la Tierra en 2029. Los cálculos posteriores anularon prácticamente esta posibilidad, pero sí dejan la puerta abierta a un choque posterior. De ahí el interés de los astrónomos en seguir observando el asteroide para refinar los cálculos.

El equipo de David Tholen, de la Universidad de Hawai, consiguió las imágenes el 31 de enero pasado, cuando el asteroide estaba a solo 44 grados de distancia del Sol y era un débil puntito. Serán necesarias nuevas y periódicas observaciones para llegar a refinar la órbita. Además, en 2013 Apofis ya se acercará bastante a la Tierra, por lo que se podrá observar su trayectoria con gran precisión a través del radar.
La razón del riesgo de colisión es que Apofis se acercará mucho a la Tierra el 13 de abril de 2029, cuando se cree que pasará a menos distancia de la que hay a la órbita geosíncrona (casi 36.000 kilómetros de altura), donde están muchos grandes satélites de comunicaciones. Entonces será visible en el cielo nocturno como un pequeño punto en rápido movimiento.

Se espera que en este encuentro tan cercano la influencia gravitatoria terrestre cambie la órbita del asteroide, lo que podría desembocar en una colisión con la Tierra en 2036 o 2068. Para que aumentara la pequeñísima probabilidad de que esto suceda el asteroide tendría que pasar en 2029 justo por una región concreta del espacio, muy poco mayor que el propio asteroide, lo que en sí es poco probable.

"La probabilidad de que el asteroide pase por esa región es minúscula", señala Don Yeomans, director de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA. Este experto afirma que, en todo caso, la NASA enviaría una misión después de 2029 para desviar el asteroide con una misión similar a la de la Deep Impact, que bombardeó el cometa Tempel 1 en 2005. Sin embargo, otros expertos piensan en una misión preventiva. Así lo anunció en febrero la agencia espacial rusa, y el astronauta español Pedro Duque reclamó recientemente una misión de prueba, que tendría una alta relación coste -beneficio.

Nuevos cálculos de astrónomos rusos insisten en la posible colisión, que se produciría el 13 de abril de 2036, según Leonid Solokov, de la Universidad de San Petersburgo. La probabilidad, ahora fijada en 1 en 250.000, sería muy baja, reconoce Solokov, y además es más probable que el asteroide se parta en trozos al pasar cerca de la Tierra en 2029, con lo cual habría que rehacer todos los cálculos para detectar posibles colisiones posteriores con alguno de los trozos.

Vía: http://www.elpais.com/