Los secretos del Panteón de Roma

Visitamos una joya incrustada en el barrio más céntrico de la capital de Italia

Roma siempre te pilla desprevenido: al doblar una esquina, con frecuencia aparece un monumento del pasado que deja al visitante sin palabras. Esa es justamente la sensación que provoca el Panteón, un edificio del siglo II encajado en el corazón de la capital, rodeado por el ajetreo comercial y los cafés de la plaza de la Rotonda. A pesar de que quizá no es el más célebre de todos, se trata de una construcción única que muestra como pocas los grandes avances que la civilización romana logró en el campo de la ingeniería arquitectónica y, sin duda, es una de las mejor conservadas.

Interior del Panteón

La cúpula de dimensiones colosales que emerge ante nuestros ojos al entrar en el Panteón es una prueba de la sorprendente evolución que llegó a alcanzar la ingeniería romana.

El "templo de todos los dioses" (pan, todos; theon, divinidad) debe su origen al emperador Adriano, quien entre los años 118 y 125 erigió un santuario en sustitución del templo construido por Marco Agripa el 27 a.C., que había quedado totalmente destruido en el año 80 a causa de un incendio.

La fachada del Panteón reina en la Piazza de la Rotonda con un aire imperial. Después del primer vistazo, llama la atención la pronaos –el pórtico de columnas– que precede a la estructura circular. Ocho solemnes columnas rematadas con capiteles corintios sustentan el frontispicio donde se aprecia la inscripción dedicada a Agripa.

¿Cómo reducir el peso de la cúpula?

El peso de la cúpula se reduce gracias a los arcos de la pared y el artesonado. El agujero en la parte superior, el óculo tiene 9 metros de diámetro y es la única abertura del edificio.

Un cuerpo intermedio conecta la pronaos con la cella, la estructura circular. En las paredes de su interior se abren siete tabernáculos que posiblemente servían para albergar las siete principales divinidades romanas. Pero lo que realmente deja al visitante sin aliento es la espectacular cúpula que se levanta por encima de nuestras cabezas: un auténtico logro arquitectónico que de manera visual parece indicar el camino hacia el cielo. Dominando la cúpula, un enorme óculo de 9 metros de diámetro proyecta la luz al interior y permite apreciar el ingenioso juego de fuerzas que soportan el peso de la cúpula sin necesidad ningún elemento de sujeción.

Plaza de Santa Maria Sopra Minerva

Esta plaza detrás del Panteón posee dos puntos de interés: una iglesia Gótica del siglo XIII, que alberga espléndidas tumbas, pinturas y esculturas. Y el Pulcin (cerdito) della Minerva: la escultura del elefante con un obelisco egipcio sobre el lomo, un diseño de Bernini de 1667.

Durante casi 2.000 años y sin precisar a penas de trabajos de restauración, este sistema ha fascinado a los arquitectos de todos los tiempos. El secreto de la técnica reside en los cinco círculos concéntricos de casetones que descargan el peso, el cual es más ligero de lo que parece debido a los materiales usados: mampostería de piedra volcánica, caracterizada por su porosidad y ligereza.

El papa Bonifacio IV lo consagró iglesia de Santa Maria ad Martyres en el año 609. Gracias a ello sobrevivió a los saqueos medievales, aunque no a los de Urbano VIII, que en 1632 retiró el bronce del pórtico y construyó dos torres campanario, que fueron derruidas a finales del siglo XIX.

Deslumbrados por la grandeza de este templo, su huella se puede apreciar en la obra de grandes figuras de la historia de la arquitectura como Brunelleschi, Miguel Ángel, Bramante o Canova. Una obra que constituye una visita imprescindible antes de dejar la Ciudad Eterna.

Fuente: National Geographic

Canarias, el primer cementerio de esclavos del Atlántico

Imagen del cementerio de esclavos del yacimiento de Finca Clavijo. EFE/José Guillén (Tibicena)

Catorce hombres y mujeres fueron enterrados en el siglo XVI en Gran Canaria con ritos extraños. Eran trabajadores duros, algunos rezaban a Alá, muchos creían en dioses de su África natal, otra se encomendaba a San Francisco, pero todos reposan lejos del cementerio: Eran esclavos.

Unos doce millones de africanos fueron llevados a la fuerza a América entre los siglos XVI y XIX para trabajar como esclavos en extensas plantaciones, la mayoría de caña de azúcar. Es una historia más que conocida, un tráfico de seres humanos que ha sido reiteradamente retratado por la literatura y el cine, pero que empezó antes de que Europa dominara las Indias… y más cerca.

Los documentos históricos citan en reiteradas ocasiones el uso de mano de obra esclava en Canarias, Madeira y Cabo Verde, el primer “Nuevo Mundo” que conocieron castellanos y portugueses antes de lanzarse a la conquista del continente recién descubierto por Colón y, precisamente, en una de las industrias que financió aquella gran empresa en sus inicios: las plantaciones de caña de azúcar.

En el caso de Canarias, el único de los archipiélagos de la Macaronesia que estaba habitado cuando llegaron los europeos, las referencias sobre el esclavismo desde los inicios de la conquista, en el siglo XV, son abundantes, pero faltaban pruebas físicas.

Ocho investigadores de las universidades de Stanford (EEUU), Cambridge (Reino Unido), Santa Elena (Perú), Las Palmas de Gran Canaria y el País Vasco y la empresa Tibicena han publicado en “American Journal of Physical Anthropology” que la rara necrópolis hallada en 2009 en la Finca Clavijo, de Guía, durante unas obras es lo que se sospechaba: un enterramiento de esclavos de varias razas.

Pero no uno cualquiera: “Es el cementerio de esclavos más antiguo del mundo atlántico, el antecedente más antiguo del que se tiene constancia de la diáspora africana hacia América”, defiende el arqueólogo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Jonathan Santana, primer firmante del artículo.

Veinteañeros con lesiones en la columna

Los científicos se han aproximado a los cuerpos recuperados en esa necrópolis (ocho esqueletos intactos y seis más removidos) con varios enfoques para conocer cuál fue su vida: la medicina forense, técnicas de ADN y análisis molecular, la arqueología y todo el saber ya acumulado en yacimientos esclavistas de EEUU y el Caribe.

La ciencia forense revela que murieron jóvenes, la mayoría en la veintena, y con lesiones de columna que sugieren que realizaban un trabajo muy duro, las mismas que se han documentado en plantaciones negreras de caña de Carolina del Sur, Surinam y Barbados.

Los restos han sido datados por Carbono 14 entre finales del siglo XV y principios del XVII, pero hay dos elementos que permiten acotar más aún su origen: una moneda de cuatro maravedíes resellada por el Cabildo de La Palma en 1559 y una medalla con las imágenes de San Francisco de Asís y la Inmaculada Concepción propia del s. XVI.

Anverso y reverso, 4 maravedís. Crédito: José Guillén (Tibicena)

El ADN de esas personas, en los once casos en los que los análisis han resultado viables, revela que una era sin duda canaria aborigen (una mujer), mientras que cuatro son probablemente individuos de raza negra y otros seis pertenecen a un linaje presente tanto en Europa como el norte de África.

“Dado que hay muchas referencias históricas al tráfico de esclavos procedentes del norte de África en Canarias, pensamos que esos individuos eran moriscos”, explica a Efe otra de las firmantes del trabajo, Rosa Fregel, bióloga especialista en ADN de poblaciones antiguas de la Universidad de Stanford.

Su colega Santana apunta otro detalle interesante: es raro que aparezca una aborigen, porque en esa época la Iglesia y la Corona ya había prohibido esclavizar a los indígenas canarios e incluso se permitía a estos acceder a cargos de los cabildos como “cristianos viejos”, algo todavía vetado, por ejemplo, a los descendientes de musulmanes y judíos. “Quizá se trate de alguna mujer mestiza”.

Mezcla de religiones y creencias

La forma de enterrarlos también resulta curiosa, porque no responde ni a rituales cristianos, ni puede ligarse claramente con el Islam, ni encaja con las prácticas aborígenes, sino que sugiere un tipo de sincretismo muy habitual en las sociedades criollas, lo que refuerza el valor del yacimiento, apunta Fregel.

Todos fueron enterrados de lado, dos de ellos yacen con la cabeza hacia el Este (quizás hacia la Meca) y otros fueron inhumados junto a rosarios de cuentas de cristal típicos de algunos ritos africanos.

También hay elementos cristianos, como la medalla del santo de Asís, que concuerda con la existencia a menos de un kilómetro de un antiguo convento franciscano, aunque los investigadores no descartan que se utilizaran para ocultar o enmascarar rituales africanos.

Anverso y reverso de la medalla del santo de Asís. Crédito: José Guillén

¿Por qué suponen los autores que se trata de esclavos de plantaciones de caña? Porque fue el primer gran monocultivo que se implantó en Canarias, donde se desarrollaron las máquinas de procesar la caña que luego se llevaron a América, los “ingenios”.

“El azúcar era el petróleo del siglo XVI, una industria que atrajo a Canarias a grandes fortunas de toda Europa y que propició la captura de esclavos en África antes de que estos fueran llevados a América, porque requería mucha mano de obra”, resume Santana.

Cuando redactaron este artículo, los arqueólogos ya habían encontrado en ese mismo yacimiento moldes de azúcar que delatan claramente a qué se dedicaban las tierras del municipio de Guía. Hace solo tres meses, otras obras civiles acaban de sacar a la luz la pieza que faltaba en este puzzle: los restos del gran ingenio azucarero de Santa María de Guía, datados entre los s. XV y XVI.

Ahora, este equipo de arqueólogos busca financiación para continuar las excavaciones, porque tienen indicios de georradar de que el primer enterramiento de esclavos del Atlántico puede contener mucho más que solo 14 cuerpos.

Por José María Rodríguez

Vía EFE Futuro

Descubren un Buda de 600 años que estaba cubierto por agua en China

La estatua de Buda hallada en China

Unos trabajos de renovación de un embalse de China han sacado a la luz una estatua de Buda de 600 años de antigüedad que hasta ahora estaba cubierta por el agua. Los arqueólogos creen que la talla, realizada sobre un acantilado, podría datar de la dinastía Ming (1368-1644), según la agencia estatal de noticias china Xinhua. Un vecino de la provincia de Jiangxi, al este de China, vio por primera vez la cabeza del Buda el pasado diciembre, cuando el nivel del agua cayó más de 10 metros durante un trabajo en una puerta de energía hidroeléctrica.

El hallazgo ha atraído a numerosos turistas y lugareños. Mide 3,8 metros de altura y se encuentra en la intersección entre dos ríos, en un embalse que la historia local sitúa en las ruinas de una antigua ciudad llamada Xiaoshi. El agua también ha dejado ver la base de un pasillo de un templo, por lo que un equipo de arqueólogos submarinos está examinando al detalle estos descubrimientos y trabajando en un plan de preservación.

El director del Instituto de Investigación Arqueológica de la provincia, Xu Changqing, ha asegurado que el agua ha ayudado a que la escultura se mantenga protegida durante todo este tiempo. "Si la estatua no se hubiera conservado en el agua, podría haber sufrido meteorización, oxidación u otros riesgos, suponemos", dijo Xu en una entrevista a la cadena de televisión CNN. Durante la Revolución Cultural del país, entre 1966 y 1976,  se destruyeron muchas reliquias culturales porque había una instrucción de deshacerse de todo lo viejo, feudal y supersticioso.

Guan Zhiyong, representante del municipio de Hongmen, ha relatado a la agencias de noticias Xinhua que la estatua de Buda se construyó como un protector espiritual para calmar la corriente en un punto en el que convergen dos ríos y en que los barcos naufragaban con cierta frecuencia. La estatua supuestamente quedó sumergida en 1958, cuando empezó a construirse el embalse de Hongmen, también conocido como Lago Zuixian.

El resurgimiento del Buda ha traído recuerdos para algunos ancianos del pueblo. Huang Keping, un herrero local de 82 años, dijo Xinhua que vio la escultura de Buda por primera vez en 1952. "Fui al templo y recuerdo que la estatua estaba dorada en aquel momento", dijo Huang. Sin embarglo, la escultura no se quedará visible por mucho tiempo. "Los niveles de agua del embalse subirán en la primavera, alrededor de marzo, y la cabeza de la estatua de Buda se sumergirá de nuevo", vaticina Shan Keke, funcionario de la autoridad de aguas de Nancheng. Por ello, los arqueólogos están intensificando sus trabajos para poder proteger esta reliquias del yacimiento.

Fuente: El País

La recolección de bellotas era el recurso más eficaz para los humanos del Pleistoceno en Atapuerca

CENIEH/DICYT Un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), liderado por los doctores Ana Mateos y Jesús Rodríguez, acaba de publicar un artículo en la revista Journal of Anthropological Archaeology donde demuestra que la recolección de bellotas en los ecosistemas mediterráneos de hace alrededor de 300.000 años, resultaba más eficaz, energéticamente hablando, que el aprovechamiento de los recursos animales.

Para llevar a cabo su investigación, los autores de este artículo diseñaron un estudio de energética experimental con mujeres en el entorno de la Sierra de Atapuerca (Burgos). Las voluntarias simulaban la recolección de bellotas en dos localizaciones: una, en el entorno de Cueva Mayor, y otra, en las orillas del río Arlanzón.

Otra parte del estudio se llevó a cabo en el Laboratorio de BioEnergía del CENIEH, donde se observó que el tamaño corporal de la muestra de mujeres participantes se correspondía con la estimada para la población femenina del yacimiento de la Sima de los Huesos.

La actividad de recolección de unos 3 kilogramos de bellotas en una hora apenas supone un gasto energético de unas 300 kilocalorías, en una actividad física de carácter moderado. El retorno calórico de estos nutritivos frutos representa, aproximadamente, unas 11.600 Kcal y sería suficiente para cubrir las necesidades de cuatro personas durante un día.

“Para las poblaciones humanas del Pleistoceno, que dependían de su entorno para sobrevivir, una explotación eficiente de los recursos resultaba esencial para mantener un buen balance energético entre la ingesta de alimentos y el gasto energético de sus actividades diarias”, explica Ana Mateos.

Abundante y fácil de almacenar

Además de su aporte calórico y de sus virtudes nutricionales, las bellotas, en particular la bellota dulce producida por la encina (Quercus ilex rotundifolia), resultarían muy atractivas para las poblaciones paleolíticas al poder ser consumidas sin ningún procesado previo, por su abundancia en un ecosistema adehesado como el que, probablemente, existía en Atapuerca hace 300.000 años, y por ser de fácil almacenaje durante los meses de invierno.

Otra ventaja de este recurso frente al consumo de carne sería el escaso riesgo que supondría su obtención, en comparación con la caza o el carroñeo de grandes animales. “Este estudio no viene a cuestionar la importancia del consumo de carne, grasa y otros productos de origen animal para las poblaciones paleolíticas, pero sí pretende poner en evidencia la importancia de los recursos vegetales en la dieta de los homínidos del Pleistoceno, unos alimentos que no suelen ser considerados en este tipo de estudios porque su consumo no deja huella en el registro arqueológico”, comenta Jesús Rodríguez.

Referencia bibliográfica
Referencia. Prado-Nóvoa, O., Mateos, A*., Zorrilla-Revilla, G., Vidal-Cordasco, M., Rodríguez, J. 2017. Efficiency of gathering and its archaeological implications for an European Early Palaeolithic population. Journal of Anthropological Archaeology 45, 131-141.

Fuente: DICYT

Descubren nuevas pruebas sobre el uso de elementos simbólicos por los Neandertales en Croacia

Arqueólogos han descubierto que una piedra caliza de una cueva en Croacia que sugiere que los neandertales, hace 130.000 años, la recogieron del exterior para situarla en un lugar destacado de todos los elementos encontrados.

"Si hubiéramos estado caminando y viéramos esta piedra, la habríamos llevado a casa", dijo David Frayer (izquierda), profesor emérito de antropología en la Universidad de Kansas, que formó parte del estudio. Es una roca interesante.

El hallazgo es importante, agregó, porque se añade a otras evidencias recientes de que los neandertales eran capaces - por sí mismos - de incorporar objetos simbólicos en su cultura. La roca fue recogida hace más de 100 años del sitio Krapina Neanderthal, del que se conservan elementos en el Museo de Historia Natural Croata de Zagreb, donde el equipo de investigación los ha vuelto a examinar.

Las conclusiones del grupo sobre la roca recogida en Krapina fueron publicadas recientemente en la revista francesa Comptes Rendus Palevol. Davorka Radovcic (derecha), del Museo de Historia Natural de Croacia, fue el autor principal del estudio.

El mismo grupo de investigación en un estudio ampliamente reconocido en el año 2015 publicó un artículo de PLOS ONE sobre un conjunto de garras de águila del mismo sitio neandertal que incluía marcas de corte y habían sido convertidas en piezas de joyería.

"La gente ha definido a menudo a los neandertales como desprovistos de cualquier tipo de sentimientos estético y, sin embargo, sabemos que en este sitio recogieron garras de águila y esta roca. En otros sitios, los investigadores han descubierto que recolectaron conchas y utilizaron pigmentos en conchas", dijo Frayer. "Hay evidencia que sugiere que no eran las criaturas grandes y mudas que todo el mundo piensa que eran".

La cueva en el sitio de Krapina es de piedra arenisca, así que la roca caliza encontrada viene de fuera. Ninguno de los más de 1.000 artículos líticos recogidos de Krapina se asemejan a la roca, pero los arqueólogos originales aparentemente no hicieron nada más con la roca que no fuera recogerla.

Frayer dijo que la roca caliza -que tiene aproximadamente 12 centímetros de largo, 10 de alto y 1,2 de espesor- no tenía restos de corte o tallado en sus bordes, por lo que el equipo de investigación asumió que no estaba rota.


"El hecho de que no fue modificada, para nosotros, significa que fue traído allí con un propósito distinto de ser utilizado como una herramienta", dijo Frayer.

Había un pequeño escama triangular que encaja con la roca, pero la rotura pareció reciente y probablemente ocurrió después de que la muestra fue depositada en los sedimentos del sitio de Krapina. Tal vez ocurrió durante el transporte o almacenamiento después de la excavación alrededor de 1900, dijo.

El aspecto de la roca también atrajo la atención de los investigadores, ya que muchas inclusiones o líneas negras en ella se destacaban de la piedra caliza marrón. Tal vez eso es lo que hizo que los neandertales quisieran recogerla.

Ellos sospechan que un neandertal recogió la roca de un sitio a pocos kilómetros al norte del sitio de Krapina donde se conocían afloramientos de piedra caliza gris biopelmicrítica. O bien el neandertal lo encontró allí o la corriente del río Krapinica la transportó más cerca del sitio.

El descubrimiento de la colección de rocas es probablemente de transcendencia muy menor en comparación con otros descubrimientos, tal como las pinturas rupestres que los Homo sapiens hicieron hace más de 25.000 años en Francia. Sin embargo, Frayer sostiene que el hallazgo se suma al cuerpo de evidencias de que los neandertales eran capaces de asignar significado simbólico a los objetos y se esforzaban en su recogida.

El hallazgo también podría proporcionar más pistas sobre cómo los humanos modernos desarrollaron estos rasgos, afirmó.

"Semejante pieza pétrea se suma a otros estudios recientes acerca de que los neandertales hacían cosas que se piensa son únicas del Homo sapiens moderno. Defendemos, pues, que tenían una curiosidad y una capacidad simbólica como la de los humanos modernos", subraya Frayer.

Fuentes: Universidad de Kansas / Europa Press / Historia y Arqueología (ampliación)

Descubren las ruinas defensivas de las minas del Rey Salomón

La fortificación está ubicada en uno de los mayores campos de fundición del valle de Timna - ABC

Algunos creen que las legendarias minas del rey Salomón se encontraban entre los campos de fundición de cobre en el valle Timna de Israel. Las condiciones áridas en Timna han permitido la asombrosa preservación de materiales orgánicos de 3.000 años de antigüedad, que han proporcionado a los arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv (TAU) una ventana única en la cultura y las prácticas de una sofisticada sociedad antigua.

Una fortificación militar avanzada, un complejo de guardia bien definido, desenterrado recientemente en Timna y que incluye establos de burros, apunta al sistema de defensa altamente organizado de la comunidad y la dependencia significativa del comercio de larga distancia. La investigación ha sido publicada en «The Journal of Archaeological Science: Reports».

La fortificación data de los reinados de los reyes David y Salomón en el siglo X a.C. «Aunque no hay una descripción explícita de las minas del Rey Salomón en el Antiguo Testamento, hay referencias a los conflictos militares entre Israel y los edomitas en el Valle de Arava», dice en un comunicado Erez Ben-Yosef (izquierda), del Instituto de Arqueología de la TAU y uno de los líderes del equipo de investigación y excavación de Timna. «Según la Biblia, David viajó cientos de kilómetros desde Jerusalén y se involucró en un conflicto militar en el desierto, abatiendo a 18.000 edomitas en el Valle de Salt».

Ahora, habiendo encontrado evidencias de medidas defensivas, comprendemos lo que estuvo en juego en aquella remota región: el cobre. «El cobre era un producto raro y muy difícil de producir, y por tanto. El descubrimiento de la fortificación indica un período de grave inestabilidad y amenazas militares en ese momento en la región».

En la inusitada fortificación de dos estancias, ubicada en uno de los mayores campos de fundición en el valle de Timna, los investigadores también encontraron evidencia de un complejo sistema de comercio de larga distancia que probablemente incluía la meseta norte de Edomita, la llanura costera mediterránea y Judea. El complejo ofrece acomodo para animales. De acuerdo con los análisis precisos de polen, semillas y fauna, fueron alimentados con heno y orujo de uva, sustento de alta calidad que debió llegar desde cientos de kilómetros de distancia.

Funciones

«La fortificación de la puerta de entrada era al parecer un hito prominente», dice Ben-Yosef. «Tenía una función cultual o simbólica, además de sus funciones defensivas y administrativas. La puerta de entrada se construyó de piedra resistente para defenderse contra la invasión. Nos encontramos huesos de animales y pilas de estiércol tan intacto que se podría analizar la comida con la que los animales fueron alimentados con precisión. La comida sugiere un tratamiento especial y cuidado, de acuerdo con el papel clave de los burros en la producción de cobre y en el comercio en una región logísticamente desafiante».

El sitio fue descubierto en 1934 por el arqueólogo americano Nelson Glueck. Llamó al sitio de fundición de cobre «Colina de los Esclavos», porque creía que llevaba todas las marcas de un campamento de esclavos de la Edad de Hierro completo, con hornos de fuego y una formidable barrera de piedra que parecía diseñada para evitar la fuga. Pero en 2014, Ben-Yosef y sus colegas desacreditaron esta teoría, revelando que las ruínas, perfectamente preservadas por las condiciones del desierto, apuntaban a una sociedad jerárquica y sofisticada.

«Se discute la exactitud histórica de los relatos del Antiguo Testamento, pero la arqueología ya no se puede usar para contradecirlos», observa Ben-Yosef. «Por el contrario, nuestros nuevos descubrimientos están en completa conformidad con la descripción de los conflictos militares contra una sociedad jerárquica y centralizada situada al sur del Mar Muerto».

Fuente: ABC.es | 17 de enero de 2017