La técnica del puntillismo de Van Gogh y Seurat tiene su origen hace 38.000 años

Un tesoro recién descubierto de 16 bloques de piedra caliza grabados y modificados de otra forma creados hace 38.000 años confirma los orígenes antiguos de las técnicas puntillistas adoptadas posteriormente por artistas de los siglos XIX y XX, como Georges Seurat, Vincent Van Gogh, Camille Pissarro y Roy Lichtenstein.

"Estamos muy familiarizados con las técnicas de estos artistas modernos", observa el antropólogo de la Universidad de Nueva York, Randall White, quien dirigió la excavación en el valle de Vézère, en Francia. "Pero ahora podemos confirmar que esta forma de creación de imágenes ya la estaba practicando la primera cultura humana europea, la Auriñaciense", añade.

El puntillismo, una técnica de pintura en la que se utilizan pequeños puntos para crear la ilusión de una imagen más grande, se desarrolló en la década de 1880. Sin embargo, los arqueólogos han encontrado pruebas del uso de esta técnica miles de años antes, que datan de hace más de 35.000 años, como se revela en la revista 'Quaternary International'.


Los descubrimientos de White y sus colegas --que incluyen imágenes de mamuts y caballos-- confirman que los auriñacienses, la primera cultura humana moderna de Europa, empleó una forma de puntillismo. Estos hallazgos añaden peso a descubrimientos previos aislados, como un rinoceronte, en la 'Grotte Chauvet', en Francia, formado por la aplicación de decenas de puntos pintados primero en la palma de la mano y luego transferidos a la pared de la cueva.

A principios de este año, el equipo de White informó sobre el descubrimiento de una imagen puntillista de 38.000 años de un aurochs o vaca silvestre, un hallazgo que indica que se trata de algunas de las imágenes gráficas conocidas más tempranas encontradas en Eurasia Occidental y ofrece ideas sobre la naturaleza de los seres humanos modernos durante ese periodo.

Ahora, los investigadores han encontrado otra imagen puntillista --esta vez de un mamut lanudo-- en un refugio rocoso del mismo periodo conocido como Abri Cellier, situado cerca del sitio de búsqueda anterior de Abri Blanchard. Abri Cellier ha estado durante mucho tiempo en la lista de los arqueólogos de los principales sitios artísticos que se atribuyen al Auriñaciense europeo. Las excavaciones en 1927 revelaron 15 bloques de piedra caliza grabados y/o perforados que han servido como punto de referencia clave para el estudio del arte auriñaciense en la región.


En 2014, White y sus colegas regresaron a Cellier buscando depósitos intactos que permitirían entender mejor la secuencia arqueológica en el sitio y su relación con otros sitios auriñacienses. Esperaban que la nueva excavación pudiera producir nuevas imágenes grabadas, pero no estaban preparados para descubrir esos 16 bloques de piedra. Uno de ellos, roto por la mitad durante la prehistoria, estaba allí hace 38.000 años, según la datación por radiocarbono.

Sorprendentemente, los 15 bloques restantes, incluyendo el mamut puntillista, una de las tres figuras de mamut reconocidas durante la nueva obra en Cellier, habían sido abandonados en el lugar por los excavadores de 1927. Como muchas de las huellas grabadas son rudimentarias y, por lo tanto, difíciles de interpretar, los excavadores originales las pusieron a un lado sólo en caso de que pudieran tener algo inscrito en ellas.

El nuevo documento presenta evidencia de que la fecha de 38.000 años para el grabado recién excavado también se aplica al nuevo tesoro y a los otros bloques encontrados en 1927 y ahora alojados en el Museo Nacional de Prehistoria de Francia. El equipo de este trabajo incluye investigadores de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), la Universidad de Toronto (Canadá), la Universidad de Toulouse (Francia), el Museo de Historia Natural de París (Francia) y la Universidad de Oxford (Reino Unido).

Fuentes: Europa Press | El Día, 24 de febrero de 2017

Se revelan nuevos datos sobre la Barcelona romana (Barcino)

Una lápida de tres líneas y media ha confundido durante más de un siglo a arqueólogos e historiadores, hasta el punto de haberles hecho especular con una pre-Barcino republicana, construida en Montjuïc dos siglos antes que la ciudad imperial.

La tesis doctoral de Alessandro Ravotto (izquierda) sobre las murallas de Barcelona también soluciona este enigma, con una propuesta que fundamenta documentalmente: la lápida, expuesta en el Museu d’Arqueologia de Catalunya y que reza “Caius Coelius, hijo de Atisius, duunviro quinquenal, se ocupó de la construcción de muros, puertas y torres”, formaría parte de la muralla fundacional, y habría presidido probablemente la puerta suroeste de la ciudad, la que se abriría cerca de la actual calle del Call. Así, el duunviro Caius Coelius sería el primer barcelonés de nombre conocido, y su primer ‘concejal de urbanismo’ o, por su cargo, más bien de hacienda. Algo que hace que quizá la pequeña calle de Cai Celi que se le dedicó en Hostafranchs sea un reconocimiento algo tacaño.

UN SIGLO DESPISTADOS

Vayamos por partes. En 1903, Pelegrí Casades informaba por carta que días antes se había encontrado la lápida cerca del cementerio. Una información que, ha demostrado Ravotto, parece ser falsa, y fuente del equívoco que ha durado un siglo. Inicialmente la inscripción se interpretó como de época republicana, cosa que junto con la ubicación llevó a plantear que el poblado ibérico de Montjuïc, presidiendo el primitivo puerto comercial situado en la zona del Port, habría sido fortificado por Roma, con esos muros, puertas y torres, de los que sería testimonio la lápida, tras el inicio de la colonización en el siglo II antes de Cristo. Esa Barcelona romana primigenia de Montjuïc habría sido abandonada en época de Augusto para fundar desde cero Barcino al otro lado de la montaña. Sin embargo, el hecho de no encontrar el más mínimo rastro de esta ciudad llevó con los años a una segunda hipótesis: la lápida se habría tallado en una cantera de Montjuïc para la Barcino que conocemos, pero no habría llegado a salir del taller y allí se habría quedado.


LA CALLE AVINYÓ, NO MONTJUÏC

Sin embargo, todo se debe a un error documental. Ravotto ha localizado en el inventario de los Museos Artísticos Municipales de 1902 la ficha en la que consta que el abogado, director del 'El Diluvio' y promotor inmobiliario Josep Laribal dona esa pieza, que había encontrado en un derribo de la calle Avinyó. Laribal, propietario de una finca de recreo en los actuales jardines de Laribal de Montjuïc podría haber trasladado allí el hallazgo como decoración antes de donarla, cosa que quizá explique que se clasificase erróneamente junto con otros hallazgos de la montaña. Vamos, que a no ser por el peso de la piedra arenisca de Montjuïc podríamos decir que se traspapeló.

Precisamente en el año 1902, recuerda Ravotto, Laribal había construido un edificio en el número 11 de la calle Avinyó, situado a 80 metros de la puerta de la ciudad orientada a Tarraco. Un lugar plausible y un desplazamiento razonable para una pieza reutilizada de la muralla en una construcción posterior. Situar la lápida en una de las puertas de la muralla de Augusto plantea otra cuestión, dice Ravotto. Quizá las torres de la inscripción se refieren a los bastiones laterales de las puertas. O quizá la primera muralla disponía de alguna torre más, no hallada aún, algo que sería coherente con las características castrenses del recinto que ha identificado en su tesis el investigador italiano.

Fuente: elperiodico.com | 25 de febrero de 2017

La puerta noroeste de la muralla romana, en la plaza Nova.

Las murallas de Barcino aún están llenas de sorpresas

Hace un par de semanas, el arqueólogo italiano residente en Barcelona, Alessandro Ravotto, defendía en la Universidad Autónoma de Barcelona su tesis doctoral sobre las murallas de Barcino. No se trataba de un trabajo académico cualquiera. Hace ya dos años, el director y la conservadora del Museu d’Història de Barcelona, Joan Roca y Julia Beltrán de Heredia, decidían no esperar y publicar en la revista Quarhis un adelanto de la tesis en la que establecía que la segunda muralla de Barcelona debía datarse entre los años 270 y 290 d. C., no en los siglos IV o V como se estaba barajando en aquel momento e indicaban los carteles de calles y museos.

«Yo hice ese trabajo cronológico, pero la directora de la tesis, Isabel Rodà, fue la primera que vio que la muralla aún podía dar sorpresas y me dijo que había más que explicar», explica Ravotto. Y sí que hay sorpresas. Puertas redibujadas. Una muralla militar donde se veía una simple valla. Almenas donde ahora se dibujaban tejados. Plataformas de tiro de balistas. Dos modelos, Alba Pompeia y Roma, trasplantados para convertir esa pequeña y próspera ciudad en «un trocito de Italia» que domine una próspera comarca vinícola hispana.

Ravotto distingue entre el escaparate, las novedades más llamativas, y el fondo de su tesis: una muralla con propósito monumental (como toda la pequeña Barcino, casi con más edificios públicos que viviendas), construida replicando la tradición castrense en el siglo I, adaptada al relieve y definidora del perfil de la ciudad, que no deja de evolucionar con continuidad hasta su última fase (más que segunda muralla), cuando en el siglo III la primera amenaza bárbara hace que Barcino se encierre tras un descomunal recinto defensivo que le permitirá sobrevivir como no lo hizo Tarragona.

LA PUERTA DE LA PLAZA NOVA

Además de describir la muralla conocida, torre a torre y paño a paño de muralla, el arqueólogo ha profundizado en la hasta ahora muy poco conocida muralla del siglo I a. C., que a veces se ha descrito como poco más que una tapia, construida en plena pax de Augusto, que delimitaba el pomerium, el centro urbano de la nueva colonia romana. Sin embargo, ha identificado en esta muralla con función monumental numerosos elementos, sean funcionales o con propósito «de representatividad, de propaganda, que demostraban la pertenencia al imperio y los derechos cívicos», que lo hacen «utilizando la tradición militar». Paso de ronda, fosos que pueden servir tanto de desagüe de las alcantarillas, previstas ya en la misma muralla, como de contención, puertas con elementos defensivos, esquinas recortadas según el arte de la fortificación de Vitrubio... En la tesis, el arqueólogo propone una reconstrucción de la puerta original por la que aún se puede acceder a la calle del Bisbe. Sin torres aún (quizá en previsión del acueducto que se construirá poco después) pero con cuerpos de guardia y un patio con doble puerta que permitía aislar a los visitantes como en un letal control de acceso.

LA PUERTA DEL SIGLO II

Ravotto ha integrado, en la visión más global hasta el momento del recinto, dibujos y planos decimonónicos de los elementos derribados, los trabajos previos de Ferran Puig, Oriol Granados y Ramon Járrega y las ultimísimas excavaciones, beneficiándose de la decisión de la responsable del Pla Barcino, Carme Miró, de poner como prioridad el estudio de la muralla, desde la parte menos conocida, oculta aún dentro de numerosos edificios (calles Avinyó y Banys Nous) hasta la revisión de lo excavado en la zona de la Puerta de Mar. Precisamente esta puerta, según el modelo que dibujó otro investigador, Ricardo Mar, demuestra que la muralla de Barcino es un único conjunto con varias fases, que no deja de evolucionar. «Hasta ese momento las puertas principales serían las que se abren a la Via Augusta en dirección a Tarraco y Roma; de hecho, la de la plaza del Àngel conservó hasta el siglo XIX dos torres con un tamaño que duplican todas las que se han conservado. Pero el éxito de Barcino y la creciente importancia del suburbio marítimo explica que se construyese una puerta de mar en el siglo II que ya es una pura fachada monumental», explica.

LA MURALLA DEL SIGLO III

El gran cambio se produce entre los años 270 y 290. La cerámica hallada en los terraplenes que entierran los barrios fuera murallas cuando se refuerza el recinto (forrando el primer muro para pasar de 1,8 metros de grosor a 4, y añadiendo torres; Ravotto propone 77, una más de las identificadas hasta ahora) permiten datar la obra. Si bien la primera Barcino se inspira, dice Ravotto, en la pequeña Alba Pompeia, ahora se toma como modelo las murallas aurelianas de Roma. «Es a la que se parece desde el punto de vista técnico, por ejemplo con sus torres cuadradas y el paso de ronda que las cruza, en lugar de las torres semicirculares habituales en el norte de Hispania», apunta. Aún queda mucho por saber, no obstante. ¿Pudo la pequeña Barcino asumir una obra de esa magnitud en un primer gesto de autonomía? ¿Recibió ayuda del poder imperial, pese a estar en plena fase de desgobierno?


Balistas y almenas

FOSOS Y PUERTAS
La muralla se convierte en el siglo III en una compacta fortificación, aunque construida apresuradamente tras demolir los suburbios externos de la ciudad, aprovechando desde monumentos funerarios hasta ladrillos de las termas para las cornisas. Quizá por eso se eligen torres cuadradas, más fáciles de construir, en los paños de muralla defendidos por un foso, que se hace más profundo, y torres redondas u octogonales, más resistentes, en esquinas y puertas.

VENTANAS PARA DISPARAR
Algunas torres, todas ellas cercanas a las puertas de la ciudad, podrían ser según Ravotto plataformas para instalar balistas giratorias, que podrían lanzar piedras o flechas por cualquiera de las ventanas. Las aberturas en ángulo permiten observar o disparar desde un único punto en el interior de la torre, sin alcanzar la torre de lado y cubriendo el terreno vulnerable ante las puertas sin ningún ángulo ciego. Hasta ahora, las torres se han representado con tejados. Ravotto ha identificado perfiles de almenas tanto en los muros como en las torres.



Fuente: elperiodico.com | 25 de febrero de 2017

Arqueólogos iraníes descubren los restos de un misterioso ‘hombre gigante’

Los restos del hombre gigante hallados en un sitio arqueológico en Lorestán, oeste de Irán.

Arqueólogos iraníes descubrieron una gran cantidad de objetos antiguos y restos de un hombre ‘gigante’ de hace más de mil años en el oeste del país.

El hallazgo tuvo lugar en la provincia iraní de Lorestán donde la excavación de un sitio arqueológico terminó en el descubrimiento de un tesoro de gran importancia histórica que data de miles de años.

La parte más emocionante de este descubrimiento fueron los restos óseos de un hombre muy alto, de más de dos metros de estatura, que según las investigaciones vivió durante el imperio persa Sasánida (226-651 a.C.).

"Durante la excavación llevada a cabo recientemente en el área de Chia Sabz de la provincia de Lorestán, encontramos objetos que datan del Imperio Aqueménida", afirmó el arqueólogo Ata Hasanpour, jefe del equipo de excavación.

Los arqueólogos también encontraron objetos antiguos pertenecientes al imperio Aqueménida (330-550 a.C.).

El tesoro incluye platos, cuencos de cerámica, vasijas pintadas, adornos estampados y monedas, y herramientas de piedra. Son los primeros objetos de la época (Imperio Aqueménida) que se encuentran en la provincia de Lorestán.

"En el norte del área de Chia Sabz encontramos la tumba de un hombre de avanzada edad de unos dos metros de altura de hace 1400 a 1800 años de antigüedad compuesta por cuatro paredes de arcilla, cubiertas con una gran losa de piedra", agregó Hasanpour.


El cráneo del ‘hombre gigante’ hallado en Lorestán.

También, prosiguió, "encontramos muchos objetos de cerámica del Imperio Sasánida cerca del lugar del entierro" que solo se puede determinar su fecha exacta después del análisis de radiocarbono.

"En los últimos días de la excavación, nos las arreglamos para encontrar un almacén con dos recipientes para el almacenamiento de alimentos. Los contenidos de los buques han sido enviados a un laboratorio para más investigaciones", explicó. Se cree que la habitación se remonta al Imperio Parto (siglo III a. C.).

Durante su excavación, los arqueólogos también han descubierto dos columnas, que creen que forman parte de una antigua sala ceremonial.

¿Cuándo empezamos a ser diestros y zurdos?

Dibujo mostrando a un hominino, que retiene comida entre sus incisivos, al tiempo que corta un trozo con la mano derecha. Fuente: Journal of Human Evolution.

Ya sabemos que aproximadamente algo más del 85% de los seres humanos son diestros, y el resto zurdos o ambidiestros ¿Qué sabemos de este rasgo? ¿Cuánto tiene que ver la genética y como influye el ambiente? ¿Cuándo comenzamos a usar con más frecuencia una de las dos manos y los pies? Es muy posible que poco después de adaptarnos a la locomoción bípeda, con la consiguiente liberación del uso de las manos se desarrollara la capacidad para usar una de ellas con más frecuencia y habilidad que la otra. O tal vez hubo que esperar varios millones de años desde el inicio de nuestra genealogía para que se definiera esa capacidad, cuando comenzamos a fabricar herramientas de cierta complejidad. No lo sabemos con certeza. Algunos expertos han especulado con la formas de los moldes endocraneales de los fósiles humanos, comparando sus asimetrías con las de los chimpancés y la de otras especies de vertebrados. No hay resultados concluyentes sobre lateralidad en estas especies. Pero no podemos olvidar que nuestros primos hermanos son cuadrúpedos y usan las extremidades anteriores para la locomoción. Aunque manipulen objetos con sus “manos”, a los efectos de lateralidad hay una gran diferencia entre ser bípedos o cuadrúpedos.

Centrándonos pues en la genealogía humana, los expertos han tratado de responder a los interrogantes que suscita nuestra capacidad para ser notablemente más hábiles con una de las manos, salvo en los caso en los que esas habilidades se dan tanto en la mano derecha como en la izquierda.

En 1988, hace ya unos cuantos años, quién escribe estas líneas colaboró con los Drs. Yolanda Fernández Jalvo y Timothy Bromage en un estudio que se publicó en la revista Journal of Human Evolution. Los incisivos de los homininos del yacimiento de la Sima de los Huesos de Atapuerca (430.000 años) presentan muchas estrías en la superficie bucal, visibles a simple vista y orientadas de manera oblicua y con una dirección preferente. Las estrías se estudiaron con microscopio electrónico y se llegó a la conclusión de que muy probablemente habían sido producidas por el filo cortante de alguna herramienta de piedra. Las características microscópicas de las estrías eran idénticas a las que dejaban nuestro ancestros en los huesos de los animales cazados, cuando cortaban los tendones para separar las masas de carne ¿Por qué los incisivos humanos tenían marcas producidas con instrumentos de piedra? ¿Quizá habían sido realizadas en los dientes de cadáveres? ¿O tal vez se habían producido en vida?

Después de reflexionar sobre estas preguntas y de experimentos curiosos, llegamos a la conclusión de que los humanos de Atapuerca posiblemente sujetaban la carne, la piel o cualquier otro alimento con sus grandes incisivos mientras cortaban trozos con algún cuchillo, tal vez fabricado con sílex. De vez en cuando, el cuchillo podía rozar el esmalte de los incisivos, dejando una marca. Al cabo de tiempo, el esmalte de la superficie bucal de los incisivos estaba totalmente rayado por esa forma tan característica de cortar los alimentos.

Los experimentos se realizaron con prótesis dentales que simulaban el aspecto de los dientes de los humanos del Pleistoceno Medio. La peculiar anatomía de la cara de estos humanos, que técnicamente se llama “prognatismo medio-facial”, hacía que los incisivos quedaran muy expuestos y ligeramente proyectados hacia delante cuando abrían la boca. A cortar trozos de carne sujetos con esos dientes postizos mediante instrumentos de sílex fabricados por nosotros mismos, se producían estrías muy parecidas a las que podíamos ver en los dientes fósiles. Además, encontramos un paralelismo cultural con los esquimales, que todavía cortan la carne siguiendo pautas similares. Lo interesante de los experimentos y las observaciones es que las estrías tenían un patrón idéntico en todos los dientes, tanto en su inclinación como en su dirección. Las características microscópicas de las estrías permitían saber qué sentido había seguido el cuchillo al cortar la carne. Llegamos a la conclusión de que el material retenido entre los incisivos superiores e inferiores se sujetaba con la mano izquierda, mientras que el cuchillo se manejaba con la derecha. Se trataba así de una evidencia indirecta del uso preferente de la mano derecha. Cuando comparamos con incisivos de un yacimiento neandertal de Francia observamos que uno de los individuos tenía las mismas estrías, pero orientadas de manera opuesta. Tal vez aquel neandertal había sido zurdo.

En un trabajo recién publicado en la misma revista por varios colegas liderados por David W. Frayer (Universidad de Kansas, USA) se describen estrías similares en los incisivos del maxilar OH-65 del yacimiento de Olduvai (Tanzania), y que se atribuye a la especie Homo habilis. La antigüedad de este ejemplar se cifra en 1,8 millones de años. Las estrías de los incisivos de OH-65 tienen un patrón muy similar al de lo dientes de la Sima de los Huesos. Los autores de este trabajo concluyen que Homo habilis ya tenía una habilidad diferencial para manejar sus manos y que el propietario, macho o hembra, del fósil OH-65 pudo ser diestro/a.

Este método puede ser aplicado a otros fósiles más antiguos. Es posible que se encuentren patrones similares, o tal vez no. La fabricación de utensilios complejos pudo ser un motor de la selección natural, favoreciendo la habilidad de los homininos. El uso preferente de una de las manos pudo potenciar la calidad de los instrumentos realizados. Veremos si otros colegas se animan a contrastar estas hipótesis en fósiles de más antigüedad.

Fuente: quo.es | 23 de febrero de 2017

Arqueólogos descubren un colgante de jade que podría cambiar la historia de la civilización maya

Un colgante de jade de origen maya hallado en Belize, único por contener un texto histórico, puede cambiar el conocimiento científico que se tiene de esta civilización de la América precolombina.
La pieza, usada en el pecho de un rey durante ceremonias religiosas clave, fue descubierta en 2015 por el arqueólogo de la Universidad de California San Diego Geoffrey Braswell, en el yacimiento de Nim Li Punit. Esta custodiada en el Banco Central de Belize, junto a otros tesoros nacionales.

Tras su examen minucioso, Braswell publicó recientemente un artículo en la revista de la Universidad de Cambridge Ancient Mesoamérica, detallando el significado de la joya. Un segundo artículo, en el Journal of Field Archaeology, describe las excavaciones.


El colgante mide 18,7 centímetros de ancho, 10,4 de alto y sólo 0,7 de grosor. Haber sido tallado con etas formas representa una hazaña técnica. Pero lo que hace que el colgante sea aún más notable, dijo Braswell, es que es la única pieza de este tipo que se sabe que está inscrito con un texto histórico. Tallado en la parte posterior del colgante son 30 jeroglíficos sobre su primer dueño.
"Literalmente nos habla", dijo Braswell. "La historia que cuenta es corta pero importante". Él cree que incluso puede cambiar lo que sabemos acerca de los mayas.


También importante: el colgante "no fue arrancado de la historia por los saqueadores", dijo Braswell. "Encontrarlo en una expedición legal, en su contexto, nos da información sobre el sitio y la joya que no podríamos haber tenido de otro modo o tal vez imaginado".

El colgante tiene la forma de una T. Su frente está tallado con una T también. Este es el glifo maya "ik", que significa "viento y aliento". Fue enterrado, dijo Braswell, en una curiosa plataforma en forma de T. Y uno de las vasijas que se descubrieron junto al colgante, un vaso con una cara de pico, probablemente representa a un dios maya del viento.


El viento era visto como vital por los mayas. Llevaba lluvias monzónicas anuales que hacían crecer los cultivos. Y los reyes mayas -como gobernantes divinos responsables del tiempo- realizaban rituales según su calendario sagrado, ardiendo y esparciendo incienso para traer el viento y las lluvias vivificantes. Según la inscripción en su parte posterior, dice Braswell, el colgante fue utilizado por primera vez en el 672 de nuestra era, en tal ritual.

Hacia el año 800 DC, el colgante fue enterrado, no con su dueño humano, al parecer, sino sólo con otros objetos. ¿Por qué? El colgante no era una baratija, dijo Braswell, "tenía inmenso poder y magia". ¿Podría haber sido enterrado como una dedicación al dios del viento? Esa es la corazonada fundamentada de Braswell.


Los reinos mayas estaban colapsando en Belice y Guatemala alrededor de 800 d. C., dijo Braswell. Los niveles de población se desplomaron. Dentro de una generación tras la construcción de la tumba, Nim Li Punit fue abandonado.

"Una teoría reciente es que el cambio climático causó sequías que condujeron al fracaso generalizado de la agricultura y al colapso de la civilización maya", dijo Braswell. "La dedicación de esta tumba en ese momento de crisis al dios del viento que trae las lluvias anuales presta apoyo a esta teoría, y debe recordarnos todo sobre el peligro del cambio climático".

¿QUÉ CUENTA EL COLGANTE?

La inscripción en la parte posterior del colgante es quizás la cosa más intrigante al respecto, dijo Braswell. El texto todavía está siendo analizado por el coautor del estudio, Christian, Prager de la Universidad de Bonn. Y la escritura maya en sí no está todavía completamente descifrada.
Pero la interpretación de Prager y Braswell del texto hasta ahora es ésta: La joya fue hecha para el rey Janaab 'Ohl K'inich. Además de anotar el primer uso del colgante en el 672 para una ceremonia de dispersión de incienso, los jeroglíficos describen la ascendencia del rey. Su madre, el texto implica, era de Cahal Pech, un sitio distante en Belice occidental. El padre del rey murió antes de los 20 años y pudo haber venido de algún lugar de Guatemala.

También describe los ritos de adhesión del rey en 647 dC, dijo Braswell, y termina con un pasaje que posiblemente vincula al rey a la poderosa e inmensa ciudad maya de Caracol, ubicada en la moderna Belice.

"Cuenta una historia política lejos de Nim Li Punit", dijo Braswell. Señala que Cahal Pech, el lugar de nacimiento de la madre, por ejemplo, está a 60 millas de distancia. Ese es un viaje en autobús de cinco horas hoy, y en ese entonces habría sido muchos días de caminata a través de la selva tropical y a través de las montañas. ¿Cómo llegó el colgante a este lugar?.

Aunque es posible que lo robaran de un lugar importante y lo llevaran a las provincias, Braswell no lo cree. Él cree que el colgante nos está hablando sobre la llegada de la realeza a Nim Li Punit, para la fundación de una nueva dinastía. La escritura en el colgante no es particularmente vieja según los estándares mayas, pero es la más antigua encontrada en Nim Li Punit hasta ahora, dijo Braswell. También es sólo después de la llegada del colgante que otros jeroglíficos e imágenes de la realeza empiezan a aparecer en las estelas del sitio, o en placas de piedra esculpidas.

Podría ser que el rey Janaab 'Ohl K'inich se trasladara a Nim Li Punit, dijo Braswell. O podría ser que un gran estado Maya estuviera tratando de aliarse con las provincias, expandir su poder o buscar favor al obsequiar a un rey local con la joya. De cualquier manera, cree Braswell, la escritura en el colgante indica lazos que habían sido previamente desconocidos.

Incluso si se ignora la escritura y su aparente procedencia real, la piedra de jade en sí es de las montañas de Guatemala, al suroeste de Belice. Hay pocas señales anteriores de comercio en esa dirección, dijo Braswell.

Es posible que nunca sepamos exactamente por qué el colgante llegó a Nim Li Punit o por qué estaba enterrado como estaba, pero el proyecto de Braswell para entender el sitio continúa. Él planea regresar en la primavera de 2017. Esta vez, también quiere ver si podría descubrir una conexión con el Mar Caribe. Después de todo, eso está a sólo 12 millas río abajo, un viaje de cuatro horas en canoa.
Fuente: Tribuna Salamanca, 24 de febrero de 2017

Una «diosa» para iniciar la aventura

La estatuilla romana de hueso encontrada ayer en el yacimiento de La Alcudia. Antonio Amorós

El proyecto Domus estrena su primera semana en La Alcudia con la aparición de una estatuilla femenina y romana y de una construcción visigoda

Sergio Illescas

Arqueología. La primera de las tres excavaciones que ha planificado realizar la Universidad de Alicante en el yacimiento de La Alcudia ya está en marcha y entre los objetos que por ahora se han encontrado destaca por su belleza una estatuilla de hueso romana, probablemente una representación de una diosa de época Alto Imperial. Este proyecto, denominado «Domus», trata de radiografiar las diferentes etapas que acontecieron en la antigua Ilici.

El equipo de arqueólogos del proyecto Domus, que se encuentra desde la semana pasada excavando en el yacimiento ilicitano de La Alcudia, vivió ayer uno de esos momentos de alegría que experimentan los arqueólogos cuando dan con algo bello y genuino. En el área que han acotado y en la que trabajan desde hace una semana, uno de sus componentes dio con una pequeña estatuilla de hueso, seguramente de época Alto Romana y que podría representar a una diosa, algo muy típico en aquella época. La coordinadora de este proyecto, Sonia Gutiérrez, explicó que «todavía no sabemos el valor que puede tener esta pieza, pero siempre es grato encontrar algo así». La también catedrática de Arqueología de la UA y directora científica de la Fundación La Alcudia manifestó,a pie de excavación, que está bastante satisfecha con los resultados que están obteniendo en tan solo una semana. De momento, han conseguido documentar huellas arqueológicas del periodo más tardío de la historia de la ciudad. «Es decir, lo primero con lo que nos estamos encontrado son elementos de época visigoda y materiales quizá de primera fase islámica. Estaríamos hablando de los siglos VII y VIII después de Cristo. Entre otras cosas, hemos hallado parte de un muro de esas etapas, que podría formar parte de una casa que quizá fue el resultado de una transformación de otra de época romana. A juzgar por las prospecciones geofísicas y por las domus que flanquean esta zona, es probable que pudiera existir otra construcción de esas características e incluso una calle», indica la especialista.

En esos primeros niveles sobre los que están trabajando les están apareciendo fosas repletas de basura que estiman que se hicieron en etapa visigoda con el objetivo de expoliar materiales. «Lo bueno de esos desperdicios es que se convierten en oro para nosotros porque no solo contienen restos del periodo en el que se cavaron, sino vestigios de otras más antiguas, como la pequeña figura de la diosa romana», argumenta Gutiérrez. De dicha basura han extraído también pedazos de cerámicas romanas e ibéricas, teselas de mosaicos, fragmentos de estucos romanos, pequeños bronces, además de monedas del siglo IV después de Cristo. Todos estos fragmentos se están limpiando y documentado. Especialistas ligados al equipo están también desarrollando imágenes tridimensionales de este primer nivel estratigráfico a través de sistemas de fotogrametría y de un escáner láser, con el que se pueden conseguir resultados que después se utilicen para reconstrucciones virtuales.

En este proyecto de investigación, uno de los cuatro que ha financiado el Vicerrectorado de Investigación de la Universidad de Alicante sobre La Alcudia, participan numerosos estudiantes de su grado de Historia y del máster de Arqueología. Otro equipo capitaneado por el profesor de Historia Antigua de la Universidad de Alicante (UA) Jaime Molina desembarca en este mismo yacimiento el próximo lunes para estudiar las termas orientales. El que lidera el catedrático José Uroz, y que trabajará sobre el área en el que se halló la Dama, arranca en abril

La UA contrata a un peón

Una de las cuestiones que han tenido varios meses frenadas las excavaciones en La Alcudia financiadas por la UA ha sido el convenio con el Ayuntamiento de Elche para que les aportara cinco peones municipales. Al parecer, por una confusión que se produjo entre ambas partes. «El próximo pleno lo aprobaremos y, de momento, la Universidad ha contratado por sus propios medios a un peón para que los proyectos se pusieran en marcha la semana pasada. Es una medida totalmente temporal», dijo la edil de Cultura, Patricia Macià.

Vía: Diario Información