Pirámide de Keops: ¿Hay un trono de hierro en la cámara recién descubierta?

Foto: Tomasz Tomaszewski / VISUM creativ / eyevine. Nature

A principios de noviembre de 2017, Nature publicó los resultados del proyecto Scan Pyramids, dirigido por Mehdi Tayoubi (Hip Institute, París) y Kunihiro Morishima (Universidad de Nagoya, Japón): existe un "enorme vacío", al menos de 30 metros de largo, dentro de la Pirámide de Keops. Descubrir su función y contenido es claramente un reto apasionante para los arqueólogos.

Giulio Magli (izquierda), director del Departamento de Matemáticas y profesor de Arqueoastronomía en el Politécnico de Milán, ha formulado en un reciente estudio una de las primeras hipótesis sobre su posible interpretación.

"La pirámide de Keops, construida alrededor del 2550 a.C., es uno de los monumentos más grandes y complejos de la historia de la arquitectura. Se accede a sus habitaciones internas a través de estrechos túneles, uno de los cuales, antes de llegar a la cámara funeraria, se ensancha y se eleva bruscamente, es la llamada Gran Galería. La habitación recientemente descubierta está sobre esta Gran Galería, pero no tiene una función práctica, la de "aliviar peso", porque el techo de la Gran Galería ya estaba construido con una técnica de ménsulas por esta misma razón".

¿Entonces qué significa?

"Hay una posible interpretación, la cual está de acuerdo con lo que sabemos sobre la religión funeraria egipcia, tal como se la ve en los Textos de las Pirámides. En esos textos se dice que el faraón, antes de llegar a las estrellas del norte, tendrá que pasar las 'puertas del cielo' y sentarse en su 'trono de hierro'".

Dentro de la Gran Pirámide hay cuatro ejes estrechos, del ancho de un pañuelo, dirigidos a las estrellas. La vida futura del faraón discurría de hecho, de acuerdo con los Textos, en el cielo, y en particular entre las estrellas del norte, como la Osa Mayor y Draco. Dos de los cuatro canales o ejes se abren sobre las fachadas del monumento, mientras que los otros dos canales discurren o se abren hacia puertas pequeñas. Una de las dos puertas, la del sur, ha sido explorada varias veces sin resultados, mientras que la del norte todavía está sellada.

La sección norte-sur de la Gran Pirámide muestra (área llena de polvo) la cámara hipotética, en conexión con el eje meridional inferior. El eje superior del sur no se cruza con la cámara (como sugiere la sección en su lugar) porque, cuando se ve en el plano, se desplaza hacia el oeste con respecto a la Gran Galería. Giulio Magli

Estas puertas tienen todas las probabilidades representativas de ser las 'puertas del cielo' y la del norte podría conducir a la sala recién descubierta. La habitación puede contener, en su extremo superior y exactamente debajo del vértice de la gran pirámide, un objeto que necesitaba Keops después de cruzar las puertas: el "trono de hierro" mencionado en los Textos de las Pirámides.

Podemos tener una idea de cómo podría ser este objeto mirando el trono de la madre de Keops, la reina Hetepheres, que ha sido encontrado en pedazos y reconstruido por la Universidad de Harward. Es una silla baja de madera de cedro cubierta con láminas de oro y cerámica. La de Keops podría ser similar, pero cubierta con finas láminas de hierro. Por supuesto, no provendría de hierro derretido, sino de hierro meteorítico, es decir, caído del cielo en forma de meteoritos de hierro (distinguible debido a su alto porcentaje en níquel) y nuevamente citado en los textos. Es cierto que los egipcios conocieron este material muchos siglos antes de Keops, y lo continuaron usando para objetos especiales diseñados para los faraones durante milenios: solo piensese en la famosa daga de Tutankamón.

Silla de la reina Hetepheres. Museo de El Cairo.

Existe una forma de verificar o descartar esta hipótesis: una nueva exploración del eje o canal norte. Esta es una exploración largamente esperada, muy anterior al descubrimiento de la sala. En la actualidad, es difícil decir con certeza que el canal norte conduce a la sala recién descubierta -el "gran vacío", como la llaman sus descubridores- porque las imágenes disponibles son aproximadas.
De hecho, el proyecto Scan Pyramid utilizó una técnica no invasiva basada en la medición de los muones: partículas elementales que se generan en los rayos cósmicos y son absorbidas de forma diferente según los materiales que atraviesan. El resultado es similar a una radiografía que debe ser interpretada.


Fuente: popular-archaeology.com | 11 de enero de 2018

Arqueólogos descubren restos de la misión de un faraón en busca de especias hace 4.000 años

Asuán, capital del Alto Egipto, donde se produjo el hallazgo anunciado hoy - ABC

Una misión arqueológica de Estados Unidos y Egipto ha descubierto un complejo administrativo del faraón Dyedkara Isesi (2380 a 2342 a.C.), las ruinas más antiguas halladas en el yacimiento de Tal Edfu, en la ciudad meridional de Asuán, anunció hoy el Ministerio de Antigüedades.

La responsable de la misión, Nadine Moeller (izquierda), de la Universidad de Chicago, explicó que este es el descubrimiento más importante realizado por su equipo desde que comenzó las excavaciones en ese sitio en 2014, según un comunicado.
El complejo arroja luz sobre las expediciones reales realizadas en la era del faraón Dyedkara Isesi, el penúltimo de la quinta dinastía, para buscar especias, piedras preciosas y minerales en la costa del mar Rojo y en lugares remotos como la península del Sinaí o el país de Punt, que se cree que se ubicaba en la actual Somalia.

En las excavaciones se ha encontrado una colección de objetos almacenados en el centro, entre ellos recipientes nubios y conchas del mar Rojo, además de 220 sellos de barro con los nombres del faraón, de los trabajadores del centro administrativo y de mineros.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, Mustafa Waziri, explicó que estos restos son los más antiguos encontrados en Tal Edfu, pues hasta ahora solo se habían encontrado en la zona ruinas de la segunda mitad de la sexta dinastía.

El templo de Kom Ombo, en Asuán-ABC

El proyecto arqueológico de Tal Edfu, que comenzó en 2001, pretende profundizar en las informaciones sobre esa capital provincial del Alto Egipto y recabar evidencias arqueológicas sobre la administración del Antiguo Egipto, que hasta ahora se conoce principalmente por fuentes textuales.
El ministerio de Antigüedades también anunció hoy el hallazgo de una serie de objetos en el templo de Kom Ombo, también en Asuán,donde trabaja una misión egipcia.
Entre otros objetos, fueron hallados una estela en caliza que representa un matrimonio realizando ofrendas a un dios y tres estatuas en arenisca, dos de ellas del dios Horus en forma de halcón y otra de un hombre sentado.

Estatua sentada hallada en Tel Edfu

Estatua de Horus.

Fuente: abc.es | 11 de enero de 2018

La monarquía espartana: Los diarcas

Foto: Leónidas I (en griego: Λεωνίδας, Leōnidas, 'hijo de león') (Esparta, hacia el año 540 a.C. - Termópilas, 11 de agosto de 480 a. C.) fue el 17.º rey agíada de Esparta. Encontró la muerte en 480 a.C., durante la Segunda Guerra Médica, en la defensa de las Termópilas, bloqueando el avance del ejército persa de Jerjes I.

Los diarcas no se repartían el poder, sino que ambos ostentaban las mismas responsabilidades. Los dos reyes eran sacerdotes de Zeus, ambos eran jefes militares permanentes y en un principio podían salir de campaña juntos o por separado. La monarquía espartana es uno de los escasos y extraños casos de diarquía en la antigüedad, esto es, un sistema en la que reinan a la vez dos personas, representantes de dos dinastías distintas. Un concepto que también aparece en Cartago e incluso en Roma, cuya herencia más evidente estuvo en los cónsules republicanos que gobernaban a la vez. Precisamente la batalla de Cannas (216 a. C), el mayor desastre militar de la historia romana, demostró las desventajas de tener el poder absoluto dividido entre dos personas. Eso sin mencionar lo irresistible que es para los que quieren medrar y conjurar en la Corte poder bascular entre dos bandos.
Como explica Nic Fields en su libro «La leyenda de los 300: Termópilas» (Osprey Ediciones), lo más peculiar del sistema político espartano estaba en su monarquía dual, con dos familias reales al frente del país. Los agíadas y los euripóntidas compartían antepasados comunes y cada uno tenía su propio rey, tal vez como remanente de dos tribus que se unieron y decidieron compartir el poder en otro tiempo. No obstante, la mitología griega relata que los dos primeros diarcos fueron Proeles y Euristenes, hijos gemelos del Rey Aristodemo, descendiente de Hércules, que reinaron juntos en Esparta ante la imposibilidad de distinguir quién era el mayor. Los diarcas no se repartían el poder, sino que ambos ostentaban las mismas responsabilidades. Los dos reyes eran sacerdotes de Zeus, ambos eran jefes militares permanentes y en un principio podían salir de campaña juntos o por separado, lo cual cambió por los problemas generados sobre el terreno. Con el tiempo se prohibió que los dos reyes dirigiesen a la vez al Ejército, de modo que uno se quedaría en la ciudad, mientras el otro salía en campaña militar.


Aristóteles definió así esta diarquía como un generalato hereditario y vitalicio. Pero que fuera hereditario no hacía de este sistema una monarquía en sí. El poder real descansaba realmente en una asamblea de guerreros, «apella», y en un consejo de ancianos, «gerousia», formado por los dos reyes y otros 28 miembros elegidos entre los espartanos de más de 60 años. En este sentido, estos dos órganos tenían capacidad para deponer o mandar al exilio a los reyes, si bien los diarcas espartanos se encargaron de mantener bajo su control ambas asambleas aprovechando sus victorias militares para aumentar poder. El frágil equilibrio entre las instituciones regulada por la Retra (le Ley suprema espartana) fue el demoninador común de este reino griego.

La diarquía más allá de Esparta

Otras potencias antiguas también emplearon fórmulas parecidas a la espartana, entre ellas Cartago, algunas tribus de Dacia y Germania) y la propia Roma. En los inciertos primeros años de la fundación de la ciudad, se estableció una diarquía entre el mítico Rómulo y Tito Tacio, instaurada tras la guerra de Roma con los sabinos. Esta monarquía dual se prolongó hasta el momento en el que Tacio fue muerto por una familia enemiga y Rómulo no intervino ni en su defensa ni para vengar a su compañero. Con la instauración de la República Romana, la diarquía pervivió en parte a través del sistema de dos cónsules que se alternaban a la cabeza del gobierno y del ejército. Una fórmula que a nivel militar resultó desastrosa a cuenta de que a veces los cónsules les preocupaba más destacarse frente a sus compañeros de gobierno, normalmente rivales políticos, que colaborar con ellos en pos de la Res publica. El ejemplo de diarquía más conocido y cercana hoy es el del Principado de Andorra, cuyos gobernantes son el Presidente de Francia y el Obispo de Urgell. Un coprincipado vigente desde 1278, cuando se firmó el «Pariatge» entre el Obispo de Urgel y el Conde de Foix. Caso parecido al de la República de San Marino, gobernada en forma colegiada por dos Capitanes Regentes y el Reino de Swazilandia, cuyas cabezas de Estado son el Rey y su madre.

Fuente: César Cervera | ABC, 12 de enero de 2018

Un test de ADN confirma que los fenicios eran un pueblo comerciante y no guerrero

Muestreo de la Tumba 351 Monte Sirai. /Universidad Libanesa Americana

La civilización fenicia surgió en 1800 a.C., en el Levante septentrional, y en el siglo IX a.C. extendió su cultura por el Mediterráneo a partes de Asia, Europa y África, a través de sus redes comerciales y asentamientos. Pero, a pesar de su amplia influencia, la mayoría de lo que sabemos sobre los fenicios proviene de documentos griegos y egipcios. Ahora, una investigación sobre antiguo ADN fenicio rastreado en Cerdeña (Italia) y Líbano corrobora la idea histórica de que esta ancestral civilización mediterránea estaba más interesada en el comercio que en la guerra.

El estudio, publicado en Plos One, se ha centrado en analizar los genomas mitocondriales, que son heredados por la madre, en búsqueda de marcadores de ascendencia fenicia, que proporcionara pistas para saber cómo se integraron con las comunidades sardas (de Cerdeña). Los investigadores encontraron 14 nuevas secuencias mitogenómicas antiguas de muestras fenofénicas (1800 a. C.) y fenicias (700-400 d. C) de Líbano y Cerdeña y luego las compararon con 87 nuevos mitogenomas completos del libanés moderno y 21 mitogenomas antiguos prefenicios de Cerdeña recientemente publicados.

Sitio arqueológico de Monte Sirai, Cerdeña. /Wikipedia

Los investigadores encontraron evidencia de la continuidad de algunos linajes de los indígenas sardos después del asentamiento fenicio, lo que sugiere que hubo integración entre estos dos pueblos en Monte Sirai. También hallaron evidencia de linajes mitocondriales nuevos y únicos en Cerdeña y Líbano, que pueden indicar el movimiento de mujeres de sitios de Oriente Próximo o África del Norte a Cerdeña y el movimiento de mujeres europeas al Líbano.

Los autores indican que había un cierto grado de movilidad femenina y diversidad genética en las comunidades fenicias, lo que indica que la migración y la asimilación cultural eran frecuentes. "Esta evidencia de ADN refleja la naturaleza inclusiva y multicultural de la sociedad fenicia. Nunca fueron conquistadores, fueron exploradores y comerciantes", explica Pierre Zalloua (izquierda), de la Universidad Libanesa Americana, y primer autor del estudio.
Los fenicios prácticamente no dejaron ningún documento escrito, y hasta el día de hoy, no está claro quiénes fueron sus ancestros. Los historiadores de la Antigua Grecia creyeron que los cananeos llegaron de las orillas del Golfo Pérsico, pero los arqueólogos modernos consideran que ellos son descendientes de los habitantes antiguos del Mediterráneo que llegaron hace 9-10 mil años atrás.

Mapa que muestra las expansiones marítimas a través del Mediterráneo desde 800 a.C. Las flechas indican los movimientos marítimos. Los puntos azules indican los sitios costeros y las áreas sombreadas de color rosa indican la extensión de los asentamientos fenicios.

Un estudio de ADN publicado el pasado julio, que comparó la secuencia de los genomas de cerca de 300 hombres antiguos y más de 2500 contemporáneas, descubre que los libaneses contemporáneos son genéticamente parecidos a los fenicios, así como a los habitantes de las estepas de Europa del Este. Cerca del 93% del ADN analizado se correspondió con el genoma de los fenicios; y el 7% restante, al ADN de los habitantes de las estepas.

Beatriz de Vera
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma. | 11 de enero de 2018

Datos genómicos sugieren dos migraciones principales a Escandinavia después de la última edad de hielo

Fragmentos de huesos humanos hallados en Hummervikholmen, en Vest Agder, Noruega, en 1994, uno de los sitios presentados en el estudio.Crédito: Beate Kjørslevik CC-BY.

En un nuevo estudio publicado en PLoS Biology , un equipo internacional de investigación sugiere que Escandinavia estuvo poblada por dos migraciones principales después del último máximo glacial: una migración inicial de grupos del sur (hoy día Dinamarca y Alemania) y una migración adicional desde el norte. al este, siguiendo la costa atlántica sin hielo.

Después del último máximo glacial hace más de 10.000 años, Escandinavia fue una de las últimas partes de Europa que se convirtió en libre de hielo y, por lo tanto, habitable para los humanos. En el nuevo estudio, un equipo de investigadores interdisciplinarios reunió datos arqueológicos y genéticos en combinación con los últimos resultados del modelado climático para estudiar a los primeros colonos posglaciales de Escandinavia.

El equipo recolectó restos humanos de siete individuos de la costa atlántica noruega y las islas bálticas de Gotland y Stora Karlsö. Los restos fueron datados por radiocarbono a más de 8,000 años antes del presente y pertenecían a una parte de la Edad de Piedra llamada Mesolítico. El ADN se extrajo de los huesos y los dientes para la secuenciación del genoma. Para una persona, el equipo fue capaz de reconstruir uno de los genomas de mayor calidad de cualquier individuo prehistórico hasta ahora.

El equipo comparó los datos genómicos con la variación genética de los cazadores-recolectores mesolíticos de otras partes de Europa.

"Nos sorprendió ver que los cazadores-recolectores mesolíticos de la costa oeste noruega eran genéticamente más similares a las poblaciones contemporáneas del este del Mar Báltico mientras que los cazadores-recolectores de lo que hoy es Suecia eran genéticamente más similares a otros cazadores-recolectores del centro y Europa occidental ", dice el genetista de poblaciones Torsten Günther (izquierda) de la Universidad de Uppsala, uno de los principales autores del estudio.

Esta contradicción entre la genética y la geografía puede explicarse por dos migraciones principales a Escandinavia después del último máximo glacial: una migración inicial de grupos desde el sur - día moderno Dinamarca y Alemania - y una migración adicional desde el noreste, siguiendo el hielo- costa atlántica libre.

La obtención de datos genómicos de los individuos noruegos fue la clave para comprender las rutas de migración. Los patrones genéticos se superponen a los patrones de distribución de diferentes técnicas de herramientas de piedra, y los artefactos arqueológicos e isótopos de la dieta muestran que los cazadores-recolectores escandinavos utilizaron diferentes tecnologías de herramientas de piedra y se basaron en diferentes fuentes de alimentos.

"Los sitios arqueológicos han estado sujetos a diferentes tipos de investigación durante más de un siglo, es emocionante ver lo que los datos genéticos pueden agregar a nuestra comprensión de estos grupos de cazadores-recolectores", dice el osteoarqueólogo Jan Storå (derecha) de la Universidad de Estocolmo, uno de los autores principales del estudio.

Los datos completos permitieron al equipo un estudio más profundo de la dinámica de la población en Mesolithic Scandinavia. Una consecuencia de la mezcla de los dos grupos fue un número sorprendentemente grande de variantes genéticas en los cazadores-recolectores escandinavos.

"Estos grupos eran genéticamente más diversos que los grupos que vivían en el centro, oeste y sur de Europa al mismo tiempo. Esto contrasta con el patrón observado hoy en día en el que se encuentran más variaciones genéticas en el sur de Europa y menos en el norte". dice Mattias Jakobsson (izquierda), genetista de la población de la Universidad de Uppsala y uno de los principales autores del estudio.

Los dos grupos que migraron a Escandinavia en el Mesolítico fueron genéticamente distintos y exhibieron una apariencia física diferente. La gente del sur probablemente mostró ojos azules y piel oscura y la gente del noreste una variación de colores de ojos y piel pálida.

Al igual que los europeos del norte de hoy, los cazadores-recolectores del Mesolítico enfrentaban un clima de alta latitud asociado con los bajos niveles de luz solar en invierno, lo que causaba bajas temperaturas, lo que constituiría un entorno desafiante en el que vivir. Los humanos pueden hacer frente a tales condiciones fisiológicamente y mediante comportamiento, pero a largo plazo también existe el potencial de adaptación genética a dichos entornos.

El equipo descubrió que las variantes genéticas asociadas con la pigmentación ligera de la piel y los ojos se transmitían, en promedio, con mayor frecuencia entre los cazadores-recolectores escandinavos que sus antepasados ​​de otras partes de Europa.

"Eso sugiere que la adaptación local que tiene lugar en Escandinavia después de la llegada de estos grupos está en línea con el patrón mundial de pigmentación que disminuye con la distancia al ecuador", explica Torsten Günther.

Al comparar los grupos mesolíticos con los europeos del norte de hoy en día, el equipo encontró similitudes particulares en un gen asociado con el rendimiento físico.

"Será interesante ver si los estudios futuros pueden mostrar cómo este gen afecta la adaptación fisiológica en ambientes fríos", dice Torsten Günther.

La gente moderna del norte de Europa rastrea relativamente poco material genético a los escandinavos mesolíticos.

"Lo que hemos encontrado es que hace 10.000 años, después de que Escandinavia se volviera libre de hielo, diferentes grupos de migrantes ingresaron a la Península Escandinava. Un proceso de migración a Escandinavia que hemos visto una y otra vez, más tarde en la Edad de Piedra, en el Edad de Bronce y en tiempos históricos ", dice Mattias Jakobsson.

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Información Adicional

Este estudio es parte del proyecto Atlas , un esfuerzo multidisciplinario para comprender la prehistoria eurasiática y escandinava, financiado por el Consejo Sueco de Investigación, Riksbankens Jubileumsfond y la fundación Knut y Alice Wallenberg. El artículo "Genómica de la población de Mesolítica de Escandinavia - Investigación de las primeras rutas de migración postglaciar y la adaptación de alta latitud" se publica en la revista de acceso abierto PLOS Biology.

Fuente: Eurekalert - Traducido con Google Translate para Historia y Arqueología

Un curioso fragmento cerámico hallado en El Portalón (Atapuerca) sugiere una cierta globalización en el Neolítico europeo

Fragmento cerámico ramiforme hallado en El Portalón, Atapuerca/A. Alday y J.M. Carretero

Un grupo de investigadores del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos, de la Universidad del País Vasco, de la Universidad Complutense de Madrid y del Centro Mixto UCM-ISCIII sobre Evolución y Comportamiento Humanos ha hallado en El Portalón un fragmento de cerámica neolítica con una iconografía muy singular que conecta, por primera vez, poblaciones de la meseta norte de la Península Ibérica con otras gentes neolíticas del Mediterráneo peninsular, de Alemania y de Italia. El hallazgo permite repensar el origen del simbolismo neolítico en Europa y sugiere que las distintas entidades regionales europeas mantenían fuertes alianzas, así como una cierta tendencia hacia la globalización simbólica.

Aunque el recipiente al que pertenece el fragmento localizado en la campaña de 2015 no puede reconstruirse, por sus características los investigadores deducen que se trata de una pieza especial y, claramente, del primer Neolítico.

“Se caracteriza por tener unas paredes finas y cuidadas, hechas de pasta muy homogénea, lo que nos hace pensar no tanto en un recipiente de uso doméstico sino más bien en un recipiente con una función simbólica, y posiblemente hecho por manos muy expertas”, explican a DiCYT los investigadores José Miguel Carretero (izquierda), de la Universidad de Burgos, y Alfonso Alday (derecha), de la Universidad del País Vasco.

Sin embargo, lo que más destaca del fragmento es su decoración: un motivo muy singular que en la literatura científica se conoce como ramiforme o antropomorfo y que se realizó con un peine cuyas impresiones además se rellenaron con ocre para realzar más el motivo. “Lo más sorprendente es que en el contexto ibérico, hasta ahora, este tipo de decoración solo era conocida en puntos muy concretos del frente mediterráneo, especialmente en Alicante. El reconocer este elemento por primera vez en el interior de la Península nos muestra relaciones entre ambos puntos. Además, y esto es más novedoso en lo que representa, también pone en contacto a los moradores de la Sierra de Atapuerca con comunidades italianas o de Centroeuropa”, agregan.

La revolución y el intercambio ideológico y simbólico

En el Neolítico los grupos humanos dejan de ser nómadas para ser sedentarios, al pasar de cazadores-recolectores a agricultores. Pero los intercambios entre ellos no cesan. Esta revolución económica supone también una revolución ideológica y simbólica: los grupos van desarrollando nuevas entidades artísticas que les identifican, y las redes de comunicación sirven para compartirlas.

A este fragmento de cerámica hallado en El Portalón se suma un recipiente conocido desde mediados de los años 70 en la Galería del Sílex -otro de los conductos de la misma Cueva Mayor de Atapuerca-, también decorado con un motivo antropomorfo. Teniendo en cuenta las escasas evidencias de este tipo conocidas en el centro y sur de Europa, se puede sugerir una gran actividad de esas redes de comunicación y en una escala geográfica muy amplia.

“Todo ello nos muestra una simbiosis entre entidades regionales y una cierta idea de globalización. Se comparten ideas aunque luego cada grupo, como el asentado en el entorno de la Sierra de Atapuerca, desarrolla sus propias variantes para, quizá, no perder su identidad. Es un juego muy interesante que, seguramente, también implicaría el movimiento de personas y, en este sentido, quizás también de vínculos o pactos matrimoniales”, sugieren.

Yacimiento de El Portalón, Cueva Mayor, sierra de Atapuerca. (Javier Trueba/Madrid Scientific Films).

El potencial escondido en el El Portalón

El yacimiento de El Portalón es una de las entradas actuales al gran sistema kárstico Cueva Mayor de la Sierra de Atapuerca. Se trata de un yacimiento holoceno excepcional, ya que aúna una amplia, continua y completa secuencia estratigráfica de más de nueve metros que se mantiene en un buen estado de conservación. En él se han detectado ocupaciones humanas del mundo Medieval y Romano, pero también de la Edad del Hierro, las diferentes fases de la Edad del Bronce, el Calcolítico, el Neolítico y el Mesolítico, lo que lo convierte en un enclave fundamental para estudiar los últimos 10.000 años.

Así lo confirma también este último descubrimiento, recuperado en la campaña de excavaciones de 2015. Posteriormente, en la de 2017, se halló otro pequeño trozo correspondiente a la misma pieza, e incluso el equipo no descarta que aparezcan nuevos fragmentos del recipiente en próximas campañas.
El yacimiento de El Portalón tiene mucho aún que decir sobre la prehistoria reciente. La gran variedad de actividades humanas documentadas correspondientes a los últimos 10.000 años adquiere especial relevancia debido a la escasa información existente para el Mesolítico y el Neolítico en el interior de la Península Ibérica, y en particular, en la Meseta Norte. Esto motiva que los investigadores se encuentren realmente esperanzados con los hallazgos que se puedan realizar en los próximos años con el avance de las excavaciones.

“Actualmente nos encontramos en un momento de gran interés y muchas expectativas en El Portalón, dado que estamos empezando a excavar precisamente los estratos que contienen evidencias del Neolítico. En los próximos años profundizaremos en el conocimiento de la primera agricultura y ganadería, con todo lo que esos cambios han supuesto para la humanidad”, anticipan.

Fuente: dicyt.com| 10 de enero de 2017