La separación genética entre asiáticos y europeos se produjo hace unos 40.000 años

Hasta muy recientemente apenas se sabía algo sobre la relación genética entre los humanos modernos del Paleolítico Superior (el período de tiempo entre 50.000 y 10.000 años atrás, también llamado Edad de Piedra Tardía) y las poblaciones actuales. Pero con la secuenciación directa del ADN, los investigadores están descubriendo conexiones genéticas inesperadas entre los individuos de los lados opuestos de Eurasia. Tales conexiones sugieren una historia compleja que puede representar un temprano flujo de genes a través de Eurasia o una temprana estructura poblacional que eventualmente dio lugar a europeos y asiáticos.

En una revisión de este panorama, publicada en la revista Trends in Genetics el pasado 25 de enero, científicos de la Academia de Ciencias de China discutieron sobre lo que sabemos acerca de la genética de individuos antiguos de Eurasia (Europa y Asia Occidental) entre 45.000 y 7.500 años atrás. Los autores resumieron el trabajo que investigó los genomas de más de 20 ancestros del árbol genealógico de Eurasia, incluido el llamado Hombre Ust'-Ishim, de hace 45.000 años y hallado en Siberia Central.

"Aparte de estos individuos, es un hecho que el muestreo para la región de Eurasia es escaso para todos los períodos excepto el actual", dice la coautora Qiaomei Fu (izquierda), una paleogenetista de la Academia de Ciencias de China. "Pero con la información de varios individuos disponibles para secuenciar ADN antiguo, tenemos indicios de una interesante estructura poblacional, además de información sobre la migración e interacción en el este de Asia".

Los investigadores descubrieron que en Eurasia, hace entre 45.000 y 35.000 años, estaban presentes al menos cuatro poblaciones distintas. Éstas las constituían los primeros asiáticos y europeos, así como poblaciones con ascendencia apenas hallada -o nada en absoluto- en las poblaciones modernas.

Sin embargo, hace entre 34.000-15.000 años, la secuenciación del ADN muestra que los humanos modernos de Eurasia son similares o bien a los europeos o bien a los asiáticos, lo que sugiere que la separación genética entre asiáticos y europeos probablemente ocurrió antes de hace 40.000 años.

Entre 14.000 y 7.500 años atrás, las poblaciones de Eurasia compartían similitudes genéticas, lo que sugiere una mayor interacción entre poblaciones geográficamente distantes.


Esquema de poblaciones en Eurasia y las Américas de hace 45.000 a 7.500 años. Un resumen de los principales eventos en cada uno de los períodos de tiempo se describe a la izquierda. Crédito: Melinda A.Yang y Qiaomei Fu.

Abreviaturas: AMER, ascendencia relacionada con los nativos americanos actuales y Anzick 1; ANE, ascendencia relacionada con los antiguos eurasiáticos del Norte representados por Mal'ta 1; EAS, ancestros relacionados con los asiáticos orientales actuales y los individuos de Tianyuan y Devil's Gate; EUR, ascendencia relacionada con los antiguos europeos y encontrada parcialmente en los europeos actuales; NE, ascendencia relacionada con una población no muestreada conocida como Eurasia Basal y encontrada en cantidades parciales en poblaciones antiguas y actuales del Cercano Oriente y en los europeos actuales. Las líneas discontinuas indican que no se han encontrado muestras genéticas antiguas para una población con ascendencia inferida.
Los colores indican de manera vaga grupos genéticos entre o dentro de una región, con gradientes de color que muestran las conexiones (es decir, el flujo de genes) que pueden existir entre diferentes poblaciones antiguas.


Estos análisis también revelaron al menos dos eventos de hibridación con poblaciones de neandertales, uno aproximadamente 60.000-50.000 años atrás y otro hace más de 37.000 años. Sin embargo, esta influencia genética neandertal fue disminuyendo gradualmente entre los ancestros arcaicos de los europeos que datan de ~ 37.000-14.000 años atrás.

"Los estudios genéticos de individuos antiguos se han vuelto más frecuentes en los últimos años debido a la tecnología", dice Fu. "Como resultado, ahora podemos ver la presencia de múltiples subpoblaciones distintas en Europa y en Asia, y éstas a su vez contribuyen con diferentes cantidades de ascendencia en subpoblaciones más recientes".

"Ahora mismo es un gran momento para estudiar la genética evolutiva humana, puesto que el desarrollo de la tecnología de secuenciación y de los recursos informáticos minimiza la destrucción de muestras y maximiza la generación y el almacenamiento de datos", dice Fu. "Con grandes conjuntos de datos genómicos actuales y una mayor colaboración internacional para manejar los muchos datos antiguos recientemente secuenciados, existe un gran potencial para comprender la biología de la prehistoria humana de una manera que nunca antes había sido accesible".

De cara al futuro, Fu y sus colegas esperan extender este tipo de secuenciación y análisis para aprender más sobre la prehistoria genética de Asia Oriental y otras regiones, incluyendo Oceanía, África y las Américas. "Todas esas áreas tienen una rica prehistoria humana, particularmente en África, por lo que cualquier ADN antiguo de esos continentes probablemente resolverá algunas preguntas importantes sobre la migración humana", dice ella.

Fuente: phys.org | 25 de enero de 2018

La salida de África de los primeros humanos modernos se adelanta 50.000 años

Foto: Reconstrucción virtual de la mandíbula hallada en Misliya. (Gerhard Weber, University of Vienna)

La historia de nuestra especie se parece cada vez menos a lo que nos enseñan los libros te texto. Todo un abanico de nuevos descubrimientos, en efecto, lleva ya varios años revolucionando lo que los investigadores sabían, o creían saber, sobre los primeros Homo sapiens, esto es, los primeros humanos como nosotros.

La última sorpresa nos llega de Israel, donde un numeroso equipo internacional de investigadores, capitaneado por Israel Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv, ha encontrado el fósil de humano moderno más antiguo que se conoce fuera de África. De hecho, el hallazgo, que se publica esta semana en Science, sugiere que nuestros primeros antepasados directos abandonaron el Continente Negro por lo menos 50.000 años antes de lo que se creía.


El fósil, una mandíbula superior que conserva casi intactos varios de sus dientes, fue encontrado en la cueva de Misliya, en Israel, una de las muchas con restos prehistóricos del Monte Carmelo. Para estar completamente seguros de su antigüedad, los paleontólogos estudiaron el fósil y los restos arqueológicos asociados con varios métodos de datación diferentes. Y el sorprendente resultado fue que el maxilar tiene una edad comprendida entre los 175.000 y los 200.000 años. Lo cual significa que los humanos modernos salieron de África por lo menos 50.000 años antes de lo que se pensaba.

Foto: Vista de la cueva de Misliya. Está ubicada a 90 metros por encima del nivel del mar y forma parte de una serie de cuevas prehistóricas localizadas en las laderas occidentales del Monte Carmelo, en Israel. (Mina Weinstein-Evron, Haifa University)



"Misliya es un descubrimiento excitante -afirma Rolf Quam, de la Universidad de Binghantom (Nueva York) y coautor del estudio-. Y nos proporciona la evidencia más clara que tenemos hasta ahora de que nuestros antepasados emigraron de África mucho antes de lo que creíamos. También significa que los humanos modernos pudieron encontrarse e interactuar con otros grupos humanos arcaicos durante un periodo de tiempo mucho más largo, lo que les proporcionó más oportunidades para intercambios culturales o biológicos". Los investigadores analizaron al detalle los restos fósiles con microtomografías computerizadas y elaboraron modelos virtuales en 3D para compararlos con otros fósiles de homínidos de África, Europa y Asia.

Foto: El maxilar izquiero de Misliya conserva todos los dientes a excepción del incisivo central. La forma y estructura de los dientes y de la dentina proporcionó datos importantes con respecto a la definición de Homo sapiens. (Israel Hershkovitz, Tel Aviv University)


Foto: Maxilar de Homo sapiens hallado en la cueva Misliya de Israel. Tiene entre 177.000 y 194.000 años de antigüedad. (Israel Hershkovitz / Universidad de Tel Aviv)

"A pesar de que los detalles anatómicos del fósil Misliya son totalmente consistentes con los humanos modernos -afirma Quam-, algunas de sus características también se encuentran en neandertales y otros grupos humanos. Uno de los mayores desafíos de este estudio fue, precisamente, identificar las características de Misliya que solo se encuentran en humanos modernos. Esos son los rasgos que nos proporcionan la pista más clara de cuál es la especie que representa el fósil".

Hábiles cazadores

Los restos arqueológicos asociados a la mandíbula revelan, además, que los habitantes de la cueva eran hábiles cazadores de especies de caza mayor, controlaban el fuego y manejaban un "kit" de herramientas propias del Paleolítico Medio Temprano, muy similar al encontrado junto a los restos de los primeros humanos de nuestra especie en África.


A pesar de que con anterioridad ya se habían encontrado dentro de África fósiles de humanos modernos incluso más antiguos, el momento y las rutas seguidas por Homo sapiens en su migración fuera del continente negro siguen envueltas en niebla. Y ambas resultan de vital importancia para comprender cómo fue la evolución de nuestra propia especie. Se sabe que Oriente Medio representó un importante "corredor migratorio" para varias especies de homínidos durante el Pleistoceno, y que la región fue ocupada, aunque en momentos distintos, tanto por humanos modernos como por neandertales.


Por eso, los investigadores creen que el descubrimiento de Misliya abre las puertas a nuevas teorías y posibilidades, como la del reemplazo demográfico o la mezcla genética con poblaciones locales mucho antes de lo que se pensaba. De hecho, el hallazgo del fósil encaja a la perfección con las recientes sugerencias, basadas únicamente en análisis de ADN antiguo, de que tuvo que haber una migración anterior a la que conocemos, de unos 220.000 años de antigüedad.


Fuente: José Manuel Nieves | ABC, 25 de enero de 2018

Los primeros `Homo sapiens’ fuera de África

Fuente: CENIEH - Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, 25 de enero de 2018

La revista Science publica hoy el estudio y la datación de restos fósiles humanos hallados en la cueva de Misliya (Israel) que sugieren que la primera salida de nuestra especie del continente africano se produjo al menos 60.000 años antes de lo documentado hasta ahora. Se trata de un trabajo llevado a cabo por un equipo internacional en el que han participado científicos procedentes de tres instituciones burgalesas: el CENIEH, el MEH y la UBU.

Científicos españoles forman parte del equipo internacional que acaba de publicar en la revista Science un estudio sobre los restos fósiles de humanos modernos más antiguos hallados fuera de África. Se trata de un fragmento maxilar izquierdo que preserva la dentición, descubierto en la Cueva de Misliya (Monte Carmelo, Israel), cuyo rango de edad, entre 177.000 y 194.000 años, sugiere que la primera migración de nuestra especie fuera del continente africano se produjo al menos 60.000 años antes de lo documentado hasta ahora.


El trabajo, liderado por Israel Hershkovitz de la Universidad de Tel Aviv (Israel), es el resultado de una colaboración entre investigadores procedentes de varias instituciones internacionales de América, Europa, Asia y Oceanía, entre los que se encuentran Jose Mª Bermúdez de Castro, Mathieu Duval, María Martinón-Torres y Laura Martín-Francés, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH); Juan Luis Arsuaga, del Museo de Evolución Humana (MEH), así como José Miguel Carretero, Laura Rodríguez y Rebeca García, de la Universidad de Burgos (UBU).


Hasta ahora, los restos más antiguos de Homo sapiens fuera de África se habían identificado en el Corredor Levantino y en China, y estaban datados entre 80.000 y 120.000 años. “Este nuevo descubrimiento en Misliya sitúa la primera migración de nuestra especie cerca de los 200.000 años. Estamos descubriendo la parte no-africana de nuestra historia más temprana” declara María Martinón-Torres, directora del CENIEH, quien en 2015 ya había participado, junto a Bermúdez de Castro, en el descubrimiento de los Homo sapiens más antiguos de China.

Inequívocamente ‘sapiens’

Afortunadamente, el techo de la cueva Misliya colapsó hace unos 160.000 años y protegió el fósil humano y los artefactos arqueológicos enterrados en los sedimentos hasta el día de hoy. La rica evidencia arqueológica revela que los habitantes de la cueva de Misliya eran cazadores de grandes especies como uros, gamos persas y gacelas, controlaban la producción de fuego en hogares, utilizaban ampliamente las plantas y elaboraban utillaje lítico del Paleolítico medio temprano, empleando sofisticadas técnicas innovadoras, similares a las encontradas con los primeros humanos modernos en África.


Para determinar la especie a la que pertenece el maxilar de Misliya, los investigadores han realizado tanto mediciones antropológicas clásicas del maxilar y los dientes, como análisis mediante tomografía y microtomografía axial computarizada que han permitido estudiar la anatomía interna del fósil y la comparación de su forma mediante reconstrucciones y modelos virtuales en 3D.

La comparación con fósiles de homínidos africanos, europeos y asiáticos y con poblaciones humanas recientes, ha mostrado que este fósil pertenece inequívocamente a un humano moderno arcaico. “Ni el maxilar ni los dientes comparten ninguno de los rasgos que caracterizan a otras especies humanas, incluyendo a los singulares neandertales”, comenta José Miguel Carretero, director del Laboratorio de Evolución Humana (LEH) de la Universidad de Burgos.


Recientemente se publicaban los fósiles de Jebel Irhoud (Marruecos), con 300.000 años de antigüedad, y sus descubridores planteaban su posible atribución a nuestra propia especie. Pero como explica Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución Humana, los fósiles africanos anteriores a Misliya, como los de Jebel Irhoud, podrían considerarse más bien pre-sapiens, y “en mi opinión, son antepasados de nuestra especie pero no pertenecen a ella, lo que todavía le da más importancia al hallazgo de Israel."

Datación directa de los fósiles

Con el objetivo de determinar su edad, se ha realizado la datación directa de un diente del maxilar mediante los métodos de Series de (U-Th) y Resonancia Paramagnética Electrónica (más conocido por su acrónimo en inglés, ESR). Parte de este trabajo se ha llevado a cabo en los laboratorios del CENIEH por el geocronólogo Mathieu Duval, dentro del marco de un proyecto de investigación europeo.

“Para conseguir una datación fiable, se ha tenido que desarrollar un protocolo especial que permitiera limitar el aspecto destructivo del método, similar a lo utilizado recientemente para datar los restos de Homo naledi, en Suráfrica”, explica Duval, actualmente investigador en la Universidad de Griffith (Australia).

Foto: Gerhard Weber, University of Vienna

La importancia de este trabajo, en el que han participado también otros miembros del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), como Rolf Quam de la Universidad de Binghamton (EE.UU.) y Carlos Lorenzo, de la Universidad Rovira i Virgili, permite posicionar al equipo científico español en la vanguardia de los estudios sobre evolución humana, particularmente en materia de paleoantropología y datación de los asentamientos prehistóricos del circunmediterráneo.

Para la realización es este trabajo, el equipo español ha recibido financiación del Ministerio de Economía y Competitividad (CGL2015-65387-C3-2-3-P MINECO/FEDER), la Fundación Atapuerca y la Comisión Europea (Marie Curie IOF 626474)

'Orígenes', la arqueología canaria como nunca se había visto

Hace miles de años llegaron a Canarias poblaciones de origen desconocido. Una civilización oculta para el mundo y única en el Atlántico. Yacimientos, muerte, santuarios.

El documental del canario Tarek Ode, 'Orígenes', se adentra en un mundo apasionante con el que pretende mostrar como los aborígenes canarios llegaron a esta tierra fragmentada. Explorando su nuevo territorio fueron capaces de dejar constancia de un pasado lleno de sorpresas.

Belleza, memoria, historia: 'Orígenes' se presenta con el reto de hacer un recorrido por la arqueología de las islas como nunca antes se había hecho. Un relato minucioso, atrevido, con la ayuda de potentes medios técnicos que permiten sacar a la luz los lugares más inhóspitos, poniendo el foco en las cuevas más alejadas y desconocidas. Para la realización de este documental también se ha contado con la colaboración de reconocidos arqueólogos que tratan de explicar y poner sentido a esos rastros que esa civilización ha dejado para la posteridad.

En febrero se podrá ver por primera vez este documental de 40 minutos en el TEA de Tenerife y en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria. La cinta, que cuenta con el patrocinio de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, se verá en todo el Archipiélago

Fuente: laprovincia.es | 24 de enero de 2018

La organización del cerebro humano moderno evolucionó hace menos de 100.000 años

Evolución de la forma del cerebro en el Homo sapiens: la forma cerebral de uno de los miembros conocidos más antiguos de nuestra especie, de un cráneo de 300.000 años de antigüedad de Jebel Irhoud, Marruecos (izquierda). La forma cerebral y posiblemente la función cerebral han evolucionado gradualmente hasta alcanzar la típica forma globular presente en los humanos actuales (derecha). Imagen: MPI EVA / S. Neubauer, Ph. Gunz (License: CC-BY-SA 4.0)

El anuncio, el pasado mes de junio, del hallazgo de los fósiles más antiguos de Homo sapiens, nuestra especie, de unos 300.000 años de antigüedad y excavados en Jebel Irhoud (Marruecos), fue considerado recientemente por National Geographic como uno de los 10 grandes acontecimientos científicos de 2017. Estos restos fósiles, además del cráneo de Florisbad (Sudáfrica), de unos 259.000 años de antigüedad, y los fósiles del sitio arqueológico de Omo Kibish (Etiopía), de unos 195.000 años de antigüedad, revelan la fase evolutiva temprana del Homo sapiens en el continente africano.

El rostro y los dientes de estos fósiles parecen modernos, pero las cavidades craneales alargadas parecen más arcaicas, como las de otras especies humanas más antiguas o como las de los neandertales. Sin embargo tienen unas cavidades craneales globulares, una característica del cráneo de los humanos modernos junto con los rostros pequeños y gráciles.

En un estudio publicado en Science Advances, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig, revela nuevos y sorprendentes hallazgos sobre la evolución cerebral del Homo sapiens, según anuncia hoy dicho instituto alemán.

El paleoantropólogo Simon Neubauer (izquierda) y sus colegas han documentado un cambio gradual en el Homo sapiens, desde una forma alargada del endocráneo hasta una más globular. Sólo los fósiles con fechas más recientes a 35.000 años de antigüedad muestran la misma forma globular que la de los humanos modernos, lo que sugiere que la organización del cerebro moderno evolucionó en algún momento hace entre 100.000 y 35.000 años.

Pero los científicos han destacado algo realmente importante: esos cambios en la forma del cráneo evolucionaron independientemente del tamaño del cerebro.

"Ya sabíamos que la forma del cerebro debió de evolucionar en nuestra propia especie, pero nos ha sorprendido descubrir lo recientemente que ocurrieron esos cambios en la organización cerebral", expresa Neubauer.

Los nuevos hallazgos concuerdan con los estudios genéticos recientes que muestran cambios en genes relacionados con el desarrollo cerebral en nuestro linaje desde que la población se dividió en Homo sapiens y neandertales.

"El cerebro es un órgano que es realmente importante para lo que nos hace humanos", aduce Simon Neubauer. "Nuestros hallazgos se suman a la acumulación de evidencia arqueológica y paleoantropológica que demuestra que el Homo sapiens es una especie en evolución con profundas raíces africanas y cambios graduales de larga duración en la modernidad del comportamiento, la organización del cerebro y la función cerebral potencial".


El comportamiento moderno, en este contexto, se refiere a acciones como la creación de herramientas y realizaciones artísticas, las cuales representan la posesión de un pensamiento abstracto. Los científicos llaman al período de su aparición la "revolución humana", y la datan a mediados del Paleolítico Superior, hace aproximadamente 500,000 años. El trabajo de investigación argumenta que esta vez no fue una reacción a algún evento evolutivo rápido, como los científicos lo habían pensado antes, sino que fue "simplemente un punto en el tiempo donde los cambios graduales respaldaban el conjunto completo de comportamientos modernos".

Según el nuevo documento, el tamaño del cerebro del Homo sapiens temprano entró en el rango del tamaño del cerebro humano moderno hace 300.000 años, pero sus características globulares y redondas surgieron hace solo 40.000 años. Esta revelación inesperada significa que el cerebro alcanzó su forma actual mucho más tarde de lo esperado durante la evolución.

Comparación de un cerebro humano con uno de neandertal, con su típica cavidad craneal alargada. Imagen: MPI EVA / S. Neubauer, Ph. Gunz (License: CC-BY-SA 4.0).

Para llegar a esta conclusión, el equipo utilizó escaneos tomográficos y análisis 3-D para crear moldes endocraneales virtuales de 20 fósiles diferentes de Homo sapiens. Estos fósiles se dividieron en tres grupos: los más antiguos provenían de África del Norte y del Este y representaban a los primeros representantes humanos conocidos después de dividir a la población con Neandertales, otros vivían en África Oriental y las regiones del Mediterráneo Oriental entre 130.000 a 100.000 grupos, y el final grupo vivió entre 35.000 a 10.000 años atrás.

También crearon endocastos virtuales (moldes internos del cerebro que se aproximan a su tamaño y morfología) de muestras humanas modernas para comparar. Debido a que los cerebros no se conservan en el registro fósil, la única evidencia directa que los investigadores tienen provienen de los endocastos.

Los análisis y la comparación de estas variaciones de la conformación endocraneal revelaron que las formas humanas actuales se superponen con los especímenes de la era del Paleolítico superior, lo que significa que los cerebros se redondearon entre 100.000 a 35.000 años atrás. Esto es, más tarde que cuando el Homo sapiens evolucionó para tener el tamaño cerebral más grande que todavía tenemos hoy.


La globularidad en sí misma probablemente no nos dio ventajas, dice Neubauer, pero las características que contribuyeron al redondeo probablemente sí lo hicieron, es decir, el abultamiento de las áreas parietales y el abultamiento del cerebelo. El lóbulo parietal es un centro importante en la conexión de las regiones cerebrales y está involucrado en funciones como la orientación, la atención y las transformaciones sensitivo-motoras que subyacen en la planificación y la integración viso-espacial. Al mismo tiempo, el cerebelo se relaciona con las funciones motrices, como el equilibrio, así como con las funciones integrales, tales como la memoria, el lenguaje, el procesamiento afectivo y la cognición social. Es probable que la aparición de estas habilidades provocó la "revolución humana".

"También es interesante señalar que, en los humanos actuales, la globularidad del cerebro emerge y se desarrolla durante unos meses alrededor del momento del nacimiento. Por lo tanto, nuestros datos sugieren cambios evolutivos en el desarrollo temprano del cerebro en un período crítico y vulnerable para el cableado neuronal y el desarrollo cognitivo".

Fuentes: National Geographic | inverse.com | 24 de enero de 2018

¿Qué dicen los textos de uno de los Rollos del Mar Muerto finalmente descifrados 70 años después?

Han pasado 70 años hasta que ha sido posible descifrar los mensajes de uno de los dos últimos Rollos del Mar Muerto, considerados como uno de los textos bíblicos más antiguos.

Un grupo de investigadores de Israel se dedicó durante un año a unir sesenta pequeños fragmentos que estaban escritos en código y algunos tenían dimensiones de un centímetro cuadrado.
La mayoría de los cerca de 900 manuscritos del Mar Muerto estaban muy dañados y se estima que había unos 15.000 fragmentos, lo que siempre dificultó la tarea de interpretarlos. Los rollos estaban escritos en tres idiomas: mayormente hebreo pero también arameo, con algunos en griego. Uno de estos pergaminos se escribió en hebreo codificado que es el ahora ha sido descifrado.
Los científicos encontraron que el texto codificado se refiere a una serie de festividades que celebraban la antigua secta judía de los esenios. Se cree que dicha secta escribió los manuscritos hace unos dos mil años.
Una parte del pergamino reconstruido en la Universidad de Haifa. Universidad de Haifa.

Novedad

Los investigadores que lograron descifrar el fragmento, Eshbal Ratson y Jonathan Ben-Dov de la Universidad de Haifa, encontraron en él un calendario de 364 días utilizado por la secta del desierto de Judea.

El calendario también contiene el nombre que la secta le dio a los días especiales que denotan la transición entre las cuatro estaciones: tekufah, que en hebreo moderno significa 'periodo'. Los resultados de su trabajo, que fue financiado por la Israel Science Foundation, se han publicado en el Journal of Biblical Literature.

Según Ratzon, el calendario de 364 días, que ya era conocido por los investigadores, difiere del utilizado por otros judíos en ese momento. "La mayoría de los judíos usaban un calendario similar al que se usa hoy en día. La secta usó un calendario que se basa casi en un año solar, que comprende 364 días. Hay meses con 30 o 31 días en cada temporada", explica. "364 se divide por 7, por lo que cada fecha corresponde a un día específico de la semana y cada día festivo tiene una fecha fija. Sabemos que en el Templo hubo disputas entre diferentes sectas sobre lo que sucedería si la Pascua caía en Shabat. ¿Qué reemplazaba a qué, el Shabat o el ocio? Esta secta resolvió el problema, ya que no hubo ocio en Shabat".

Ratzon dice que cuando había en el Templo eventos importantes, como el Sumo Sacerdote oficiando un sacrificio el día del Iom Kipur, solo se podía usar un calendario. "Pero este calendario fue disputado, lo cual puede ser una de las razones por las que esta secta abandonó el Templo y se fue al desierto. Tuvieron muchas disputas y esta fue una de ellas, no pudieron celebrar los días de ocio juntos".

Los rollos fueron descubiertos en cuevas de la costa occidental del Mar Muerto por pastores beduinos.

Ratson y Jonathan Ben-Dov revelaron que lograron interpretar el texto con ayuda de unas anotaciones que fueron descubiertas en los márgenes del manuscrito. Eran correcciones realizadas por un escriba que enmendaban omisiones hechas por el autor.
"Lo bueno es que estos comentarios me sirvieron como pistas que ayudaban a desvelar el rompecabezas y mostraban cómo armar el manuscrito", señaló Ratzon al diario Haaretz.

Los investigadores observan que "mientras el pergamino está escrito en código, el contenido era una cuestión conocida y simple que no había razón para ocultar". Esta era una costumbre bien conocida en aquellos días, incluso fuera de Israel, en la cual un líder [de un grupo] escribía en código, incluso respecto a asuntos conocidos por todos, a fin de mantener su elevado estatus. Esto tenía la intención de mostrar que él conocía el código, mientras que otros no.

Los llamados Rollos del Mar Muerto han fascinado al mundo desde que fueron descubiertos por pastores entre 1947 y 1956 en cuevas al este de Jerusalén. Los investigadores están ahora tratando de desvelar el contenido del último rollo.

Fuentes: BBC Mundo |Haaretz | 22 de enero de 2018

El uso preferente de la mano derecha es una característica ancestral de los primeros homínidos

Homo sapiens se ha considerado como la única especie que manifiesta una clara preferencia por el uso de la mano derecha con respecto a la izquierda, en una proporción bien determinada de 9 personas diestras por una de zurda. Pero lo que aún no está bien establecido es el momento de la evolución humana en que apareció esta lateralidad manual tan marcada.

Un estudio internacional que se acaba de publicar, y que ha liderado el IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) con la investigadora Marina Lozano, demuestra que este comportamiento es más antiguo de lo que se pensaba. Se ha podido concluir que, a nivel de población, los neandertales hace sobre 130.000 años ya tenían una lateralidad manual como la nuestra, pero aun así es una práctica que se remonta, aunque en menor proporción, hasta la primera especie de Homo, Homo habilis, y, por tanto, es una característica ancestral en nuestro género.

Marina Lozano, investigadora del IPHES que ha liderado el estudio, en los yacimientos de Atapuerca la pasada campaña. Xosé-Pedro Rodríguez.


La comunidad científica ha efectuado muchos estudios sobre lateralidad manual y cerebral de homininos, pero es la primera vez que se reúne una muestra tan grande, tanto por lo que se refiere al número de especímenes analizados (120 individuos) siguiendo la misma metodología y de cinco tipos de especies diferentes (Homo habilis, Homo antecessor, preneandertales de la Sima de los Huesos de Atapuerca, neandertales europeos, y Homo sapiens), como por el ámbito cronológico (1,8 millones de años hasta la actualidad).
Marcas observadas en: A. Un incisivo de Homo antecessor (Gran Dolina-Atapuerca) i B. Un incisivo de preneandertal de la Sima de los Huesos (Atapuerca) - IPHES


En esta investigación han participado los principales equipos que trabajan en esta materia, y ​​es fruto de una colaboración internacional con investigadores de España, EEUU e Italia. Gracias a este trabajo conjunto "podemos afirmar que la tendencia a tener una preferencia manual es una característica intrínseca a nuestro género que se ha ido estableciendo lentamente en cada una de las especies que nos han precedido. A partir de ahí se pueden hacer otras inferencias: lateralidad manual implica lateralidad cerebral que está estrechamente relacionada con la capacidad de lenguaje articulado", comenta la investigadora Marina Lozano.

El equipo ha estudiado el desgaste cultural presente en los dientes anteriores, específicamente las marcas de corte que quedan en ellos como resultado de su uso como tercera mano para sujetar materiales mientras son cortados con una herramienta lítica. Estas marcas se han observado con la aplicación del microscopio electrónico de barrido.

Dibujo mostrando a un hominino, que retiene comida entre sus incisivos, al tiempo que corta un trozo con la mano derecha. Fuente: Journal of Human Evolution.

Fuente: IPHES | 23 de enero de 2018