Descubren en la Villa Romana de Salar (Granada) su tercera Venus

Comenzar la semana con un hallazgo importante es más que motivador para un equipo de arqueólogos y estudiantes de Historia y Arqueología, como los que trabajan este mes en la tercera campaña arqueológica de la Villa Romana de Salar, posible gracias al acuerdo entre Ayuntamiento y Universidad de Granada. Eso es lo que les ocurrió ayer a estos expertos, que trabajan en el peristilo -es decir, el patio central- y las estancias cercanas de la parte urbana de esta villa, donde el objetivo principal era en esta ocasión sacar los mosaicos de caza que ya dejó ver el yacimiento en su excavación del año pasado. Pero, además de las teselas de estos, ha salido a la luz una escultura relevante y que reafirma la importancia de estos restos: una Venus -la tercera hallada en la zona desde que comenzaron las excavaciones en 2012- y esta vez de mayor tamaño y en un estado de conservación buenísimo.


«Estamos con el pulso acelerado aún. Ha sido una sorpresa, no esperábamos encontrarla en unas estancias como estas», explica a IDEAL Julio Román, el coordinador de la campaña arqueológica. Tumbada completamente debajo del relleno de tierra aparecía en bastante buen estado esta pieza escultórica de entre 50 y 60 centímetros, una nueva 'joya' que reafirma la relevancia de este importante enclave entre los siglos I y V d.C. «Siempre esperas que en una villa de esta calidad puedan aparecer, pero en este contexto, en estas estancias que estamos ahora excavando, no lo imaginábamos», comenta Román nada más salir la primera parte de la pieza. «No está 'in situ', ha salido bastante alta, pero está prácticamente entera y es algo más grande de las que tenemos hasta ahora. Además, conserva la cabeza», detalla, aclarando que las encontradas en 2012 y 2013 no la tenían.

Que se quede en Salar

Pero el hallazgo de la Venus no ha sido el único importante de la jornada, porque los arqueólogos han encontrado también, caído en el suelo, un panel de pintura mural «colorido y precioso», califican, esperanzados en que «lo que ha pasado hoy sea la norma». Según indica Román, la Venus ahora se incluirá en inventario y los restauradores se encargarán de darle los tratamientos de conservación que merece. «A partir de ahí la intención del Ayuntamiento es negociar con el Museo Arqueológico de Granada que la pieza se quede en depósito en Salar. Una vez que se van, es más difícil que vuelvan», aseguran desde el equipo de la excavación, junto a los que está el alcalde, Armando Moya, especialmente emocionado por lo que sigue revelando la villa romana de su pueblo. «Hoy -por ayer- no nos vamos de aquí hasta que esto no salga por completo», decían los arqueólogos, que ya comparan a la villa salareña con otras de la importancia de La Olmeda, en Palencia.

Objeto de estudio

Todo lo que se encontró entre 2011 y 2013 se llevó al museo arqueológico provincial, pero lo que ha salido desde 2016 se ha quedado en depósito municipal porque está siendo objeto de estudio. «Y por eso esperamos que con esta Venus pase lo mismo», recalcan, reiterando que este elemento reafirma que se está ante una villa de calidad excepcional por su arquitectura y decoración. «No hay duda; es la villa de un 'dominus' -un aristócrata- con mucho dinero. Hay pocas villas en Andalucía y ninguna en Granada donde aparezcan tal cantidad de esculturas», afirma Román. «Llevamos tres, mucho para lo poco excavado, que es apenas un 20% de 'pars urbana'», continúa este arqueólogo, que cree que «las perspectivas de la villa son muy buenas» por la importancia de los hallazgos localizados y la interpretación que éstos pueden ofrecer sobre la importancia histórica que en aquel momento pudo tener el municipio salareño.


Con el Proyecto General de Investigación próximo a su aprobación por parte de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta, el consistorio cree que es fundamental que las administraciones ayuden al municipio a sacar esto adelante. «Tocaremos todas las puertas para lograr el apoyo y la financiación de las diferentes administraciones; su respaldo es fundamental para que la villa descubra todo su potencia», concluye el alcalde de Salar, Armando Moya.

Fuente: Noelia Jiménez | Ideal, 21 de agosto de 2018
Fotos por gentileza de Ideal

Descubren un misterioso mural en Vichama (Perú) con relieves de unos 3.800 años de antigüedad

Un nuevo muro con relieves de unos 3.800 años de antigüedad fue descubierto en las ruinas de Vichama, una de las ciudades de la civilización Caral, considerada la más antigua de América, anunció hoy la arqueóloga Ruth Shady, directora de las excavaciones y descubridora de esta cultura. La escena del muro presenta cuatro cabezas humanas de ojos cerrados, una al lado de la otra, y dos serpientes que se desplazan entre ellas hasta desembocar en una quinta cabeza no humana que representaría una semilla antropomórfica, de la que salen cinco varillas verticales hincadas en la tierra.

Estos relieves simbolizarían la fertilización de la tierra, pues la serpientes representan a una deidad vinculada al agua que se filtra en la tierra y hace germinar a la semilla, según la hipótesis de Shady. Asimismo, marcarían el final de un período de sequía y hambruna que atravesó esta sociedad y que plasmó en los relieves de otros muros descubiertos anteriormente en la misma ciudad, donde se pueden apreciar figuras humanas raquíticas.


Este nuevo descubrimiento refuerza el planteamiento de plasmar en la memoria colectiva las dificultades que afrontó la sociedad debido al cambio climático y a la escasez del agua, que causó fuertes afectaciones a la productividad agrícola. El muro, hecho de adobe, se encuentra en uno de los edificios de Vichama, la ciudad pesquera de Caral, la civilización más antigua de América conocida hasta ahora, surgida hace unos 5.000 años en el valle de Supe, a unos 180 kilómetros al norte de Lima.


Se ubica en la antesala del salón ceremonial, principal ambiente de este edificio público cuya orientación fue construida hacia los campos de cultivo del valle de Huaura. La construcción llegó a alcanzar un área de 874 metros cuadrados y fue remodelada continuamente con recintos de ventanas escalonadas y una plaza circular hundida, que fue enterrada.


Las excavaciones en Vichama comenzaron en 2007 y están a cargo de la Zona Arqueológica Caral (ZAC), que ha desenterrado 22 edificios en un espacio de 25 hectáreas que fueron erigidos entre los años 1800 y 1500 antes de Cristo. Los nuevos relieves fueron desvelados en el marco del undécimo aniversario de los trabajos en Vichama cuyas celebraciones serán el 31 de agosto y el 1 de septiembre.




La civilización Caral se desarrolló en los valles cercanos a Lima de manera coetánea a otras grandes culturas antiguas como Mesopotamia, Egipto, China y Tiahuanaco, y su descubrimiento cambió el paradigma de la conformación de las grandes civilizaciones del Antiguo Perú.


Fuente: EFE | La Vanguardia, 17 de agosto de 2018

El mapa perdido de Lucus Asturum

El yacimiento de tiempos romanos de Lucus Asturum, en las proximidades de la localidad actual de Lugo de Llanera (Asturias), "esconde una muralla de dos metros de espesor, de mampostería y el mortero empleado es similar al cemento".

Estos son algunos de los datos de la memoria de la excavación de 1927, un documento que se perdió, pero del que se tiene constancia gracias a la prensa de la época. LA NUEVA ESPAÑA ha tenido acceso a la documentación de esta excavación y al mapa de situación de la muralla del antiguo poblamiento romano de Lucus Asturum. Una zona próxima al lugar donde se volverá a excavar este otoño en busca de los vestigios de este enclave romano, en el enlace de las vías romanas de Asturias.
En el verano de 1927, bajo la dirección de José Cuesta, por entonces deán de la Catedral de Oviedo, el equipo de excavación formado por Constantino Cabal, escritor y periodista, y José María Fernández, licenciado en ciencias y ayudante de montes, acudió a las fincas de Lugo de Llanera en busca de los restos perdidos de este enclave romano. Eran otros tiempos y los medios eran más rudimentarios, pero sus hallazgos no fueron pocos, tal como revela una publicación de 1928 en el diario "Región", firmada por el periodista que participó en la excavación.

"Se encontraron cimientos de varias edificaciones y, entre los restos de muros derruidos, se hallaron restos de cerámica". Así arranca el relato de aquella excavación en la que "abrieron zanjas donde había indicaciones de construcciones antiguas". Al lado del llamado "camino de la Piedra de Lugo", aquellos investigadores localizaron la muralla. "Se encontró un cimiento de un muro que por sus dimensiones y sistema de construcción creemos que es una muralla empleada para guarda y defensa de las ciudades", reza el texto. A renglón seguido detallan sus medidas y tipo de construcción: dos metros de espesor y un mortero similar al cemento.

Lápida de Lugo de Llanera dedicada a los Lares Viales

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"Esta muralla como el resto de cimentaciones que hemos encontrado, están a una profundidad que nunca es superior a cincuenta centímetros", explica Cuesta en este relato de la excavación. Otro de los grandes hallazgos de aquella campaña es la presencia, junto a la muralla, de "una complicada red de cimientos de edificios". En esta zona localizaron un pavimento de piezas de base rómbica que con una superficie de 150 metros cuadrados.

En los trabajos de 1927 también localizaron restos humanos. En concreto, un sarcófago de piedra con un esqueleto, junto a otros restos humanos. Los investigadores concluyeron entonces que "allí hubo una necrópolis que ocupa las fincas próximas".

La búsqueda de los restos del enclave romano de Lucus Asturum no terminó con esta excavación. Sus responsables ya apuntaban entonces a la necesidad de seguir trabajando en la zona. "Esto es un simple tanteo", apuntaron. Todos sus hallazgos están en el Museo Arqueológico de Asturias.
Casi un siglo después de esta excavación, se retoman los trabajos en la finca de La Castañera, una zona próxima. "Se apuesta por este espacio de acuerdo a los resultados obtenidos con el georradar", explica Esperanza Martín, la arqueóloga encargada de los trabajo en Llanera.

El mapa que acompaña a estas líneas es una reconstrucción del "croquis" que elaboró José María Fernández Rodríguez, uno de los miembros de la excavación. Él fue el encargado de ilustrar los hallazgos de Lucus Asturum. Sus hijos, en especial Joaquín María Fernández, han sido los encargados, en los últimos años, de recopilar los documentos relativos a esta excavación.

Fuente: lne.es | 18 de agosto de 2018

La extraordinaria cabeza de una estatua ecuestre romana que fue hallada en Alemania

La cabeza, de unos 2.000 años de antigüedad, preparada para ser expuesta de forma permanente en el museo del Fuerte Romano de Saalburg, cerca de Bad Homburg, en una fotografía del 17 de agosto de 2018. El hallazgo de la cabeza escultórica fue una sensación arqueológica en 2009, pero ha sido objeto de litigio durante varios años. Foto: Arne Dedert / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres

La impresionante cabeza de caballo de bronce dorado del Imperio romano, hallada en 2009 en Waldgirmes, al norte de Frankfurt am Main (Alemania), ha sido exhaustivamente restaurada y, a partir del 19 de agosto, se mostrará al público de forma permanente en el Saalburgmuseum, el museo del Fuerte Romano de Saalburg, hoy un parque arqueológico, pero hace casi 2.000 años era un asentamiento militar romano en la frontera entre el Imperio romano y los territorios germánicos tribales.

La cabeza de caballo escultórica antes de su restauración. Photo: © DPA

La cabeza escultórica de caballo es de tamaño natural, de 55 centímetros de longitud, y perteneció a una estatua ecuestre de bronce dorado que probablemente representaba a un emperador (¿Augusto?). La pieza fue descubierta en 2009 por un equipo del Instituto Arqueológico Alemán (DAI) en un terreno de propiedad privada: un tribunal alemán recientemente obligó a las autoridades a pagar 773.000 euros al agricultor, es decir, la mitad del valor estimado de la pieza.
El hallazgo de la cabeza escultórica fue una sensación arqueológica, pero más importante aún ha sido la investigación del Instituto Arqueológico Alemán en el asentamiento romano de Lahnau-Waldgirmes, cerca de Wetzlar, pues "ha arrojado unos resultados sorprendentes y únicos", informaba el DAI en un comunicado el pasado 8 de agosto.

La restauradora Angelika Ulbrich posa junto a la imponente cabeza escultórica de Waldgirmes. El arnés del caballo está ricamente decorado con varias figuras contenidas en círculos: en los medallones laterales aparece el busto de la diosa Victoria y en el medallón ovalado central aparece la imagen de Marte, el dios de la guerra, descansando sobre una roca, entre otros elementos decorativos. Foto: Arne Dedert / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres.

Los arqueólogos han encontrado los restos de un antiguo foro y estructuras de edificios residenciales romanos, pero también nativos, unos vestigios que demuestran que los romanos convivieron con los bárbaros y comerciaron con ellos, tal y como afirmaron los historiadores Tácito y Dion Casio, y esa convivencia pacífica se interrumpió después de la catastrófica derrota romana en la batalla del bosque de Teutoburgo, en el año 9 d.C., aunque en el asentamiento romano de Waldgirmes "No hay signos de que se hubiera librado una batalla o perpetrado una matanza, sino que fue evacuado pacíficamente en el año 16 d.C., cuando las fuerzas romanas recibieron la orden de abandonar el territorio que tenían al norte y al este del Rin", explica Gabriele Rasbach, la principal investigadora del sitio arqueológico, en un artículo sobre el mismo tema publicado por Andrew Curry en la edición internacional de National Geographic.

La cabeza escultórica de caballo es de tamaño natural, de 55 centímetros de longitud, y perteneció a una estatua ecuestre de bronce dorado. Foto: Arne Dedert / picture-alliance / dpa / AP Images / Gtres.

Una vez abandonado el sitio, continúa Rasbach, "las estatuas probablemente fueron destrozadas de forma deliberada y recicladas, por su contenido metálico, por las tribus germánicas, pues se han hallado 160 fragmentos de bronce, principalmente pequeñas esquirlas, diseminados por toda la antigua ciudad". De hecho, la cabeza equina, con su atuendo ricamente decorado, fue excavada en el interior de un pozo junto a otras piezas y desechos de la época: un gran barril cortado, piedras de molino, un yugo de buey... "El lado izquierdo de la cabeza está muy dañado; las huellas de los golpes que consiguieron destruir la estatua son claramente visibles", destaca el comunicado del DAI. La cabeza escultórica tenía valor metálico y si fue lanzada deliberadamente a un pozo puede que fuera como parte de un ritual. El público podrá contemplarla por primera vez a partir del domingo 19.

Fuente: National Geographic | 18 de agosto de 2018

La pereza fue en parte responsable de la extinción del 'Homo erectus'

El camino más corto y cómodo no siempre es el mejor. Un artículo publicado en la revista PLoS ONE y elaborado por científicos de la Universidad Nacional de Australia (ANU) ha concluido que la pereza fue en parte responsable de la extinción del Homo erectus, una especie humana que desapareció del planeta hace unos 70.000 años.

Los investigadores, dirigidos por Ceri Shipton, investigador en la ANU, estudiaron unos restos arqueológicos de un yacimiento situado en Saffaqah, cerca de Dawadmi, en la Península Arábiga. Las herramientas encontradas allí, pertenecientes a la Edad de Piedra Temprana, muestran, según ellos, que Homo erectus «optó por la «estrategia del mínimo esfuerzo» a la hora de elaborar herramientas y recolectar recursos.

En la fotografía el investigador principal, el Dr. Ceri Shipton, de la Escuela de Cultura, Historia e Idioma en la ANU, en el enclave de Saffaqah, en el centro de Arabia Saudita.

«Lo cierto es que no parece que se esforzaran demasiado», ha dicho Shipton en un comunicado. «No tengo la sensación de que fueran exploradores mirando por encima del horizonte. No creo que tuvieran la misma capacidad de maravillarse que tenemos nosotros».

¿Qué lleva a este investigador a llegar a estas conclusiones? Las excavaciones en el hallazgo de Saffaqah muestran, capa a capa, que los pobladores de un antiguo campamento usaban las piedras que tenían alrededor, básicamente cantos del lecho de un río, para fabricar sus herramientas.


«Para ello, usaban cualquier roca que encontraban alrededor de sus campamentos», ha dicho Shipton. Esto, les llevó a fabricar útiles de calidad claramente inferior a las que hacían los Homo sapiens tempranos y los neandertales.

Pero no solo eso. Cerca de este antiguo poblado, los científicos han hallado un gran yacimiento de rocas de calidad, al otro lado de una pequeña colina. Y no han encontrado ahí ninguna señal de que nadie hubiera tratado de recoger piedras. Ni restos de herramientas ni señales de la presencia de una pequeña cantera. «Sabían que estaban ahí, pero parece ser que concluyeron que tenían suficientes y pensaron, ¿por qué molestarse?», ha explicado Shipton.

Cuatro vistas del enclave de Saffaqah (Arabia Saudita)

Dispuestos a ir más allá

Esta actitud contrasta con la de los excelentes constructores de herramientas que eran los neandertales y los Homo sapiens tempranos. Tal como se ha observado en varias ocasiones, estos humanos alcanzaron un grado de perfeccionamiento y calidad considerables y con frecuencia se mostraron dispuestos a escalar montañas en busca de buenas herramientas, aún cuando tenían que acarrearlas durante largas distancias.

Según Shipton, la abulia de aquellos Homo erectus no provocó ninguna consecuencia a corto plazo. Pero, a la larga, llevó a un colapso tecnológico cuando el medio ambiente del que dependían se secó, y redujo su población.


Algunas de las herramientas recuperadas (núcleos discoidales).

Además, los restos de los alrededores del campamento han mostrado que, aparte de «vagos», aquellos Homo erectus eran conservadores. Capa a capa de sedimentos, el equipo de Shipton ha comprobado que, a medida que el clima se iba secando, estos pobladores seguían construyendo las mismas herramientas con los mismos materiales.

«No hubo ningún tipo de progreso, y sus herramientas nunca se alejaron mucho del lecho del río seco donde estaban. Creo que al final el medio ambiente se hizo demasiado seco para ellos», ha concluido Ceri Shipton.


Fuentes: abc.es | Mail Online | 13 de agosto de 2018

Una excavación arqueológica en Tàrrega (Lleida) encuentra platos de los siglos XVI y XVII

Foto: Ayuntamiento de Lleida

Una excavación arqueológica, dirigida por Anna Colet, en la Plaza Mayor de Tàrrega (Lleida), y que finalizará este lunes 20 de agosto, ha permitido encontrar valiosas piezas históricas como treinta platos decorados de finales del siglo XVI y principios del XVII, ha informado el Ayuntamiento de la ciudad en un comunicado este domingo.

Los platos se han localizado en un depósito soterrado conjuntamente con restos óseos humanos, monedas, llaves de cerradura, fragmentos de rosario y ataúdes, agujas de mortaja y otros objetos funerarios.

Exhumados en buen estado de conservación, los platos podrían ser del "viático", es decir, que contenían aceites sagrados de la ceremonia de la extremaunción y era costumbre que se depositaran dentro del ataúd o en una cavidad cerca de la iglesia.

Se cree que en el caso de Tàrrega, estas piezas se habrían recolocado en este emplazamiento durante la construcción del actual templo barroco a finales del siglo XVII.

La excavación ha dejado al descubierto un total de cinco depósitos (con profundidades entre 1 y 1'5 metros) que podrían ser cerca de la ábside de la antigua iglesia romantico-gótica.

Los trabajos también han constatado cómo la construcción del templo barroco afectó al cementerio anterior al 1672 y además, cerca de la actual puerta de entrada de la plaza desde la calle del Carme, se ha localizado un muro de mortero de cal y grandes bloques de piedra de la época medieval.

Una vez documentados los restos y trasladados los objetos al museo, la zona se volverá a cubrir y coincidiendo con el fin de las excavaciones, el Museu Comarcal de l'Urgell-Tàrrega en Lleida ha convocado una visita guiada abierta a todo el mundo para este lunes por la tarde.

Fuente: La Vanguardia