Tumba pintada descubierta en Cumas (Italia). Un banquete congelado en el tiempo

Figura masculina desnuda y de pie que sostiene un enócoe (una jarra de vino) de metal plateado con la mano derecha y un cáliz con la mano izquierda. Los saqueadores de tumbas dibujaron una jarra, probablemente un enócoe, en el centro de la escena. Foto: E. Lupoli, Jean Bérard Centre (CNRS / École française de Rome).

Una tumba con bóveda de cañón, excavada en los últimos años en una necrópolis de la era romana en Cumas, junto a Nápoles, conserva restos de su decoración pictórica original, del siglo II a.C.: la escena, sobre la puerta de entrada, representa "una ceremonia en la cual el vino parece tener una función principal", explica Priscilla Munzi, una investigadora del CNRS francés en el Centre Jean Bérard de Nápoles, a National Geographic España.


"Se puede distinguir una figura masculina desnuda y de pie que sostiene un enócoe [una jarra de vino] de metal plateado con la mano derecha y un cáliz con la mano izquierda; y, alrededor de este personaje, aparecen una mesa pequeña de madera y algunas vasijas de grandes dimensiones, entre ellas una crátera de cáliz sobre un soporte, una sítula de metal plateado y un ánfora sobre un trípode", agrega Munzi, quien ha investigado la tumba junto con el profesor Jean-Pierre Brun, del Collège de France.

En las paredes laterales, en peor estado de conservación, se pueden entrever escenas paisajísticas; muchos de los fragmentos de yeso se desprendieron o se perdieron para siempre, pero los investigadores intentarán recomponer la decoración como en un puzle. "Parece intuirse un paisaje de tipo urbano, pero sólo es una hipótesis; queda mucho trabajo por hacer", comenta Munzi. El hallazgo de la tumba de Cumas fue anunciado ayer por el Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia.


El interior de la tumba de bóveda de cañón tiene tres lechos funerarios para acoger tres o más inhumaciones y una mesa para depositar las ofrendas. Fue saqueada, al menos, en dos ocasiones, en el siglo XIX y puede que antes; los saqueadores de tumbas dibujaron una jarra, probablemente un enócoe, sobre la escena pictórica principal y también estamparon una firma. "Hemos encontrado restos esqueléticos de algunos individuos y algunos elementos de sus respectivos ajuares funerarios que fueron abandonados o que pasaron inadvertidos para los excavadores clandestinos, entre ellos algunos recipientes de alabastro, elementos en hueso pertenecientes a una cajita de madera y elementos en hierro y en bronce", dice Munzi.

Los investigadores no saben quiénes fueron los propietarios de la tumba porque no se han conservado inscripciones, pero evidentemente eran individuos de renombre. "Una tumba similar, excavada hace unos años, conservaba sobre la parte superior de la fachada tres elementos inscritos: dos en osco y uno en latín, pero todos se referían a personajes de origen osco [los oscos, un antiguo pueblo de la Italia prerromana, habitaron en el sur de la península itálica]. Nos seduce la hipótesis de atribuir esta tipología de monumentos funerarios a la élite osca cumana", señala la investigadora.

"Creo que la tumba perteneció a aquella élite osca que en Cuma, a pesar de una romanización apremiante, aún estaba muy presente y aún era potente en el siglo II a.C. El paisaje funerario cambió totalmente después del 80 a.C. y esta tipología funeraria desapareció del todo", concluye.


Fuente: National Geographic| 27 de septiembre de 2018

Hace unos 4.500 años los varones de la península ibérica fueron reemplazados violentamente por inmigrantes de la cultura Yamna

Un esqueleto perteneciente a la cultura Yamna en una tumba de la estepa rusa, patria de los hombres que emigraron al centro y sur de Europa. XVodolazx / Wikimedia Commons.


Las poblaciones de lo que actualmente son los territorios de España y Portugal fueron invadidas desde el este hace unos 4.500 años. El efecto de este evento fue tan grande que la línea masculina local desapareció casi inmediatamente. Esa fue la conclusión a la que llegó un análisis genético presentado el último sábado en el New Scientist Live en Londres, Reino Unido.

De acuerdo al estudio realizado por David Reich (izquierda), de la Harvard Medical School, en Boston, Massachusetts, hace aproximadamente 4.500 años un nuevo grupo de humanos llegó a Europa y entró en conflicto con las poblaciones existentes.

La cultura Yamna
La nueva población surgió "en el lejano este de Europa en las estepas al norte de los mares Negro y Caspio", dijo Reich. Los arqueólogos los llaman la cultura Yamna o Yamnaya y vivieron del pastoreo. "La rueda había sido inventada poco antes y el caballo domesticado", añade Reich.

Los Yamna enganchaban los caballos a los carromatos y los utilizaron para transportar suministros a través de las estepas, lo que les permitió cuidar grandes rebaños y explotar la estepa mejor que nadie.

Antes de que surgieran los Yamna, existían una gran cantidad de culturas diferentes en la estepa, cada una de las cuales dejó artefactos distintivos. La mayoría de estos grupos desaparecieron y fueron reemplazados por una cultura Yamna homogénea.

Mapa que muestra la ubicación de la Cultura Yamna en el 3500 a.C.

"Estas personas se extienden por un vasto territorio desde Mongolia a Hungría y Europa, y son los principales contribuyentes primarios más importantes para los europeos de hoy", afirma Reich. Solo después de la llegada de los Yamna, los genomas antiguos comienzan a parecerse a los de los europeos modernos. Reich también sugirió que las lenguas indoeuropeas, un vasto grupo que incluye la mayoría de las lenguas europeas modernas, fueron traídas por primera vez a Europa por gentes de la cultura Yamna.

Por la misma época, la gente en las cercanías de la península ibérica comenzó a fabricar vasos distintivos. Estos parecen estar asociados con un conjunto de creencias religiosas, y se les asocia con la conocida cultura del vaso campaniforme (derecha). Primero se difundió de boca en boca, hasta que los Yamna entraron y la adoptaron, y en ese punto se convirtió en un marcador de su expansión.

El equipo de Reich examinó lo que sucedió en la península ibérica y encontró que los descendientes de los Yamna comenzaron a mezclarse con los lugareños desde hace unos 4.500 años. La población resultante tenía un 40% de ascendencia Yamna y un 60% de ascendencia local.

Los detalles fueron mucho más violentos

Sin embargo, el equipo encontró un cambio dramático en los cromosomas Y, que solo son portados por los hombres. "Hay un reemplazo completo del cromosoma Y", informa Reich. El ADN de los varones originales desapareció del conjunto de genes. "Eso significa que los hombres que entraron en la península ibérica tuvieron acceso preferencial a las mujeres locales, una y otra vez", sostiene Reich. La conclusión a la que llegaron los investigadores es que pudo tratarse de una conquista violenta, en la cual un ejército invasor mata o esclaviza a los varones locales y toma a las mujeres locales como suyas.

"La colisión de estas dos poblaciones no fue amistosa, ni siquiera igual, sino que los varones foráneos desplazaron a los locales y lo hicieron casi por completo", concluye Reich.
Tal circunstancia solo podría haber sucedido si la sociedad hubiera quedado bajo el firme control de los hombres, con las mujeres siendo tratadas como ciudadanos de segunda clase o incluso como propiedad, a diferencia de las sociedades de cazadores-recolectores más igualitarias que habían desaparecido hacía un tiempo.

Fuente: nmas1.org | 29 de septiembre de 2018

Descubren las estructuras más antiguas de gestión del agua contra las inundaciones en Georgia (Cáucaso)

Excavaciones en Gadachrili Gora (República de Georgia).

Análisis geomorfológicos realizados por los investigadores que trabajan en el yacimiento neolítico de Gadachrili Gora, en Georgia, Cáucaso, revelaron la existencia de una infraestructura de gestión hidráulica que data de hace 8.000 años, la más antigua descubierta hasta ahora.

La gestión del caudal de los ríos para el abastecimiento de agua comenzó en el Cercano Oriente hacia el año 5.500 a.C. al calor del desarrollo de las primeras culturas neolíticas. O al menos eso es lo establecido hasta ahora, ya que el hallazgo en Georgia retrasa casi medio milenio esa tecnología para la cultura de Shulaveri-Shomu.

Esta cultura se extendió por el territorio de los actuales Georgia, Azerbaiyán y Armenia, entre mediados del VI y principios del V milenio a.C., siendo considerada una de las primeras culturas neolíticas. De hecho es en este mismo yacimiento donde se hallaron las primeras evidencias de cultivo de uvas.

El sitio de Gadachrili Gora, sus canales y la estratigrafía de las estructuras de gestión del agua (CAD y fotos: Vincent Ollivier).

Las estructuras halladas han sido datadas en el 5.900 a.C., constituyendo por tanto las más antiguas dedicadas a prácticas de riego, mediante el uso de canales que desvían el agua de los ríos.

Los arqueólogos descubrieron además que este desvío del río por medio de canales acabó provocando la inundación del poblado neolítico de Gadachrili entre 5.750 y 5.430 a.C. y el abandono del mismo, lo que constituiría el primer incidente de ingeniería civil conocido de la prehistoria del que hay pruebas.

Los investigadores apuntan que es posible que tras el incidente se realizasen modificaciones arquitectónicas en las estructuras y el poblado, con una posible reocupación del mismo.
El estudio, realizado por investigadores de las Universidades de Marsella, Versalles San Quintín y París 1, ha sido publicado en Quaternary Science Reviews.


Ubicación y vista general del sitio de Gadachrili Gora. Se mencionan los diferentes sitios regionales del Neolítico: 1) Aruchlo (Hansen y Mirtskhulava, 2012); 2) Shulaveri Gora (Kiguradze, 1986); 3) Gadachrili Gora (Hamon et al., 2016); 4) Goy Tepe, (Guliyev y Nishiaki, 2010); 5) Mentesh Tepe (Lyonnet et al., 2016); 6) Kamil Tepe (Helwing y Aliyev, 2017); 7) Aratashen (Chataigner et al., 2014); 8) Aknashen (Badalyan et al., 2010). DAO: Vincent Ollivier, foto: T. Agapishvili.

Fuentes: labrujulaverde.com | CNRS | 1 de octubre de 2018

El Museo Arqueológico Nacional inaugura la exposición 'MVSAS' con cuatro pinturas del yacimiento del Molinete

El Museo Arqueológico Nacional (MAN) inaugura hoy la exposición 'MVSAS', con la que se da a conocer el excepcional conjunto de pinturas murales romanas hallado durante las excavaciones realizadas en los últimos años en el Edificio del Atrio, en el Parque Arqueológico del Molinete (Cartagena, Murcia), centro urbano de la antigua colonia romana de Carthago Nova.

La muestra, que se verá también a partir del próximo mes de diciembre en el Museo Arqueológico de Murcia, está organizada por el Ayuntamiento de Cartagena - Consorcio Cartagena Puerto de Culturas- y el museo madrileño y cuenta con la colaboración de la Comunidad, titular de las piezas expuestas.
El director general de Bienes Culturales de la Consejería de Turismo y Cultura, Juan Antonio Lorca, recordó hoy durante la inauguración "la intensa labor realizada desde hace años por parte del Gobierno regional para promover el estudio, la conservación y la difusión del rico patrimonio arqueológico de la Región de Murcia". Además, destacó el "protagonismo de Cartagena como uno de los enclaves del país que, en las últimas décadas, se ha convertido en un ejemplo de la gestión patrimonial y de la puesta en valor del patrimonio como motor social, turístico y de riqueza".

El responsable de Bienes Culturales incidió, asimismo, en la colaboración entre las diferentes administraciones e instituciones como la Fundación Repsol a lo largo de las diferentes etapas, tanto de excavación como de conservación y musealización, llevadas a cabo durante años en el Parque Arqueológico del Molinete y el Barrio del Foro Romano de Cartagena. Se trata de "un exitoso proyecto" del que formó parte en su génesis la Comunidad y que fue merecedor del Premio Nacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en 2012, recordó.


Respecto a los "resultados notabilísimos, desde el punto de vista histórico y patrimonial, de estos trabajos arqueológicos", Lorca destacó el hallazgo de las "piezas de altísima calidad" que ahora se exhiben en Madrid. Tres cuadros con evocaciones de Apolo y dos Musas que probablemente se trate de obras de artistas de procedencia itálica (área del Vesubio) o, al menos, formados en este ambiente. Las piezas están datadas en la segunda mitad del siglo I, aunque fueron localizadas en un contexto de remodelación del Edificio del Atrio en el siglo III.

Gracias al hallazgo en una habitación contigua de parte de un panel pictórico con una inscripción fechada en la segunda mitad del año 218, se puede saber que estos cuadros fueron extraídos de su posición original, se remontaron en otro lugar y se reutilizaron como si se tratara de una antigüedad, en dicho año.

'MVSAS' está comisariada por José Miguel Noguera, María José Madrid e Izaskun Martínez y permanecerá abierta hasta el próximo 9 de diciembre, de martes a sábado, de 9:30 a 20:00 horas, y los domingos y festivos, de 9:30 a 15:00 horas.



Ciclo de conferencias

Con motivo de la exposición 'MVSAS', el MAN organiza el ciclo de conferencias 'Arqueología y Patrimonio de Carthago Nova'. Una actividad que busca reflexionar y divulgar los trabajos arqueológicos, de conservación, restauración y puesta en valor realizados en el Parque Arqueológico del Molinete de Cartagena durante los últimos diez años, y que se contextualizan en el gran proyecto de recuperación patrimonial que ha convertido Cartagena y la Región de Murcia en un ejemplo.

Estos trabajos, junto con otros desarrollados en la ciudad en los últimos 30 años, han enriquecido notablemente el conocimiento científico sobre la historia de la Región y, en particular, sobre la colonia romana de Carthago Nova, una de las principales metrópolis del Mediterráneo occidental.
A través de las seis conferencias programadas, se ofrecerá un panorama del patrimonio cultural y arqueológico de Cartagena y una amplia visión de los resultados arqueológicos obtenidos en El Molinete. Especial atención se prestará a los ciclos pictóricos documentados en el curso de estos trabajos y a su inserción en el panorama actual de la pintura mural romana de la colonia.

Las charlas tendrán lugar todos los jueves de octubre y los días 15 y 22 de noviembre a las 19:00 horas y la entrada es gratuita. Se puede obtener más información en la página web www.man.es.

Fuente: murcia.com | 1 de octubre de 2018

El colapso de la Edad del Bronce: una catástrofe muy actual

Efigie de un monarca asirio. Getty.

Mucho antes de la crisis 'subprime' de 2007 y del 'Crack' de 1929, una catástrofe económica mundial sacudió el mundo civilizado, cambiando su rostro para siempre. La debacle acaeció en un pasado muy lejano, enterrado por el olvido, pero no completamente ajeno al mundo moderno. De hecho, sus causas y desarrollo encierran importantes lecciones que no deberíamos olvidar.

Durante la segunda mitad del II milenio a.C., las regiones del Mediterráneo Oriental y el Creciente Fértil eran un jardín donde florecían maravillosas civilizaciones: la cultura Micénica, pujante en el Egeo, mantenía relaciones comerciales con el sur de Italia y con el resto de los países aledaños, alcanzando incluso las islas británicas y el centro de Europa; el Imperio Hitita, desde su capital Hattusa, controlaba el territorio de la actual Turquía, rivalizando en riqueza y poder con el Egipto del Imperio Nuevo y el despiadado Imperio Asirio; y en el privilegiado lecho del Éufrates se asentaba la ancestral Babilonia, regida entonces por los casitas, que habían continuado la tradición sumerio-acadia sin rupturas.

Todos estos estados-sofisticados, burocratizados y hospedadores de importantísimas herencias históricas, artísticas y culturales- habían imbricado una compleja red de comercio y relaciones internacionales que, a pesar de las guerras ocasionales, les proporcionaba progreso y prosperidad mutuos.

El vendaval destructivo de los llamados Pueblos del Mar, una alianza de naciones cuyas motivaciones y origen se desconocen, fue el catalizador de una reacción en cadena que derribó el delicado equilibrio que mantenía en pie todo este mundo. Micenas fue borrada del mapa como si nunca hubiera existido; el Imperio Hitita colapsó y desapareció; Asiria se descompuso y el Egipto faraónico sobrevivió a duras penas a costa de traspasar el umbral del declive, del que ya no se recuperaría. Fue, en palabras del historiador y escritor Robert Drews, "la peor catástrofe de la Antigüedad, aún peor que la caída del Imperio Romano de Occidente".


La puerta de los leones en Hattusa (Turquía) // Getty.


Los Pueblos del Mar eran como una plaga que no dejaba nada a su paso, pero no fueron las armas lo que desangró a los imperios de la Edad del Bronce. La telaraña de comercio que éstos habían alimentado durante siglos les hacía interdependientes e incapaces de ejercer una gestión económica autónoma, con lo que la caída de uno de ellos arrastraba a todos los demás.
Inestabilidad y belicosidad en las fronteras, oleadas migratorias desesperadas, una delicada e internacionalizada estructura económica y mercantil... Son muchos los paralelismos entre el ecosistema del Bronce final y la realidad del mundo WiFi de 2018. "Era un sistema mundial globalizado y cosmopolita como pocas veces ha existido antes de hoy", opina Eric H. Cline, director del Capitol Archeological Institute de la Universidad George Washington (EEUU).

Clima

Se ha especulado mucho sobre las causas climáticas y geológicas del colapso de esta época dorada: terremotos, enfriamiento generalizado, sequías. Esta última hipótesis es de las que más fuerza ha cobrado en los últimos tiempos. Un estudio de la revista Plos One, publicación de la entidad sin ánimo de lucro Public Library of Science, sugiere que un fuerte descenso en las lluvias, de tres siglos de duración, devastó los recursos en los centros clave de la civilización, hasta finalmente provocar su derrumbamiento en torno al 1.200 a.C.

Hablamos, pues, del cambio climático como el primer naipe que se cae en un castillo de cartas. Aunque hay un matiz que distingue aquel fenómeno y el que hoy azota el mundo: a los hombres y mujeres de esa época no cabe exigirles responsabilidad en la catástrofe. Ni la provocaron, ni podían preverla ni evitarla.

Por supuesto, si la naturaleza se niega a repartir sus dones, la marea humana se mueve, invariablemente. Lo que nos lleva al siguiente punto.

Inmigración masiva (y violenta)

Un aguacero humano, enfermo de desesperación, al que no hay muralla ni frontera capaz de detener, y dispuesto a todo para huir de las garras de la miseria y de la muerte. Podría ser el titular del noticiero del mediodía, pero ocurrió hace más de 3.000 años. Y en las mismas zonas que hoy son foco de conflicto, como el Egeo o Próximo Oriente.

Según el doctor en Historia y especialista en la Antigüedad, Antonio Pérez Largacha, los llamados 'Pueblos del Mar', tradicionalmente considerados el fuego que consumió a los imperios de la región, "fueron más bien la consecuencia, y no la causa" de los cambios que estaba experimentando el mundo civilizado.

La 'máscara de Agamenón', santo y seña de la cultura micénica. // Getty.

El experto explica en el ensayo El Mediterráneo Oriental ante la llegada de los Pueblos del Mar que los invasores, lejos de ser un bloque monolítico, "eran una manifestación cultural ecléctica". Muchos estudiosos, sobre la base de esta hipótesis, aventuran que podría tratarse de una alianza espontánea de pueblos, a los que muy probablemente movía la hambruna. Sea como fuere, el hecho es que alteraron dramáticamente el ecosistema político. Dejaron tras de sí los palacios de Micenas reducidos a pavesas, aniquilaron a los hititas y provocaron la destrucción o el abandono de todas y cada una de las grandes ciudades del Levante: Alasiya, Ugarit, Hattusa. Ninguna vio nacer el alba de la nueva era.

Sólo la decidida intervención del faraón Ramsés III, gobernante fuerte y capaz, salvó a Egipto de sufrir un destino similar. A la cabeza de un potente ejército, les hizo frente en la desembocadura del Nilo en el 1177 a.C., obteniendo un resonante triunfo. Sin embargo, a pesar de haber conjurado el peligro inmediato, la victoria no pasó de pírrica: el Imperio Nuevo quedó herido de muerte.

Desastre comercial

Como se ha dicho, la victoria sobre los Pueblos del Mar citados en las fuentes egipcias como los "peleset, tjeker, shekelesh, denyen y weshesh"- marcó, paradójicamente, el principio del fin del poder faraónico. Egipto perdió su influencia sobre Palestina y Siria, y la destrucción de las rutas comerciales, sumada a los tremendos gastos de guerra, arruinaron la hacienda del país del Nilo. Micenas y Hatti no existían ya, y las grandes urbes donde repostaban los barcos cargados de mercancías eran cúmulos de cenizas o ruinas solitarias.

Pirámides de Kéops, Kefrén y Micerino en la meseta de Gizeh (Egipto) // Getty.

Sencillamente, no había nadie a quien vender los productos y manufacturas, y tampoco quedaba a quién comprar. Los extensos reinos dieron paso a ciudades-estado y pequeños principados encerrados en sí mismos, demasiado preocupados por sobrevivir como para registrar la historia o proteger las artes. Este período, comúnmente denominado 'Edad Oscura' duraría hasta el surgimiento de Israel, la Babilonia caldea y las polis griegas, entre otros.

Tres milenios y medio después, no es la furia de unos piratas famélicos lo que amenaza el libre intercambio de productos en el mercado. La ruptura de los canales transaccionales tiene su reflejo en la beligerancia del presidente de EEUU, Donald Trump, hacia los tratados que vinculan a su país con otros colosos del mundo: la Unión Europea, México, Canadá y China. Tampoco falta hoy en día la inestabilidad bélica en Oriente Medio ni la constante fluctuación de fronteras y avanzadillas militares.

Tecnología

En aquellos tiempos, la metalurgia se vio sacudida por la aparición, en torno al 1.200 a.C., de una materia prima que lo cambiaría todo: el hierro. El bronce, que hasta entonces había sido el rey absoluto de los materiales armamentísticos, quedó rápidamente obsoleto. Y no sólo hubo una revolución en las artes de la guerra: los aperos agrarios ganaron en eficiencia y calidad con el nuevo metal, así como la construcción de viviendas y un sinfín de objetos cotidianos.

Su implantación se produjo de forma muy gradual (durante los siguientes cinco siglos el Europa y en China en el VII a.C.), pero la tecnología cambió y los centros de extracción y producción, también. La nueva técnica alcanzó el apéndice europeo, a años luz de la riqueza y la sofisticación de Medio Oriente: "Centroeuropa y el mundo Atlántico ven llegar ahora [en el Bronce final] de modo directo o indirecto, nuevos cultígenos como el haba, nueva tecnología como el trabajo de chapa metálica y el hierro y nuevas formas de diferenciación social", explica la doctora en Historia y profesora titular en la Complutense, María Luisa Ruiz-Gálvez. "Junto con ellos, información, conocimiento y tecnología, susceptibles todos de ser manipulados como poderosos medios de control social e ideológico".

Con el siglo XXI ya bien entrado, nos encontramos inmersos en una catarsis tecnológica de implicaciones análogas: la Revolución Digital, o Tercera Revolución Industrial, ha acelerado nuestras vidas, nuestras maneras de relacionarnos y, también, las maneras de controlarnos (Internet, Redes Sociales, smartphones). Asimismo, ha sacudido las finanzas (las compañías tecnológicas alcanzan cifras astronómicas y el índice NASDAQ arrasa en bolsa) y ha transformado las transacciones monetarias (Bitcoin y criptomonedas). Al mismo tiempo, nuevos empleos surgen al mismo ritmo vertiginoso que decaen los viejos.

Y aún tenemos por delante el cénit de la computación en la nube y de la Inteligencia Artificial, de la que Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, dice que catalizará una revolución "de mayor alcance que la electricidad y el fuego".

...Y crisis en Grecia

Aunque lo peor ya ha quedado atrás, las terribles convulsiones económicas y sociales que ha sufrido Grecia en la última década y que han hecho tambalearse los cimientos mismos de la Unión Europea- parecen una reverberación del estremecimiento sufrido por el orden micénico en la Hélade ante la llegada de los dorios en torno al 1.200 a.C. Los historiadores clásicos llamaron a este evento 'el retorno de los heráclidas', el regreso de la dinastía de Hércules que reclamaba su poder. Los micénicos, vencedores en Troya, cayeron ante su empuje, y la influencia doria llegaría hasta el Peloponeso, donde con el paso de los siglos cristalizaría en Esparta.

Guardia de espada minoica hallada en la necrópolis de Zapher (Cnossos, Grecia). Fabricada en bronce con remaches de oro. // Getty.

El calificativo de 'espartano' no le queda grande al régimen impuesto a Atenas por la Troika después de su crisis de deuda. Pensiones, sueldos públicos y en general todo gasto social, sin importar cuán sensible fuera, fueron podados sin misericordia en medio de una crisis que estuvo a punto de derribar el euro. Sólo ahora, ocho años después del estallido, ha podido el Gobierno griego aprobar unos presupuestos que no fueran una simple transcripción de las directivas de emergencia de Bruselas. Igual que hace tres milenios, Grecia ha sobrevivido, pero profundamente traumatizada y con otros jefes al mando.

Un precedente de tres milenios y medio

"Los colapsos se van gestando durante varios siglos y lo que vemos es la consecuencia de procesos largos y complejos", opina la doctora Ruiz-Gálvez. Por su parte, Eric H. Cline, en su libro 1177, el año que la civilización se derrumbó, postula que varios procesos de este tipo se cuentan entre las causas que terminaron abruptamente con las potencias de la Edad del Bronce: conflictos militares enquistados, inseguridad, embargos económicos y comerciales, magnicidios, intrigas internacionales y desinformación. Todos ellos carne de primera plana en el año 2018. La Historia, como dice Cline, "tiene mucho que enseñarnos si estamos dispuestos a escuchar".

Una de esas lecciones, dice Ruiz-Gálvez, "es la resiliencia, la capacidad de ser flexible y adaptarte bajando el nivel de complejidad, para, cuando las circunstancias mejoren, estar preparados para recuperar niveles de prosperidad". Este aprendizaje lo podemos sintetizar en una sentencia de Lope de Vega: "Quien mira lo pasado, lo porvenir advierte".

Fuente: eleconomista.es | 23 de septiembre de 2018

Un novedoso láser encuentra una pirámide maya perdida (y otras 60.000 estructuras)

Representación artística del posible aspecto de una antigua ciudad maya en el pasado (artista desconocido).

Casas, sistemas de regadío, calzadas, campos de cultivo y hasta pirámides. Estas son solo algunas de las casi 61.500 estructuras mayas que se han encontrado bajo la vegetación de la selva al norte de Guatemala gracias a un rastreo hecho con una tecnología láser denominada LIDAR. Se trata del mayor estudio de este estilo en la historia de la arqueología mesoamericana y ha servido para revelar que la zona estudiada es un 40% más grande de lo que se creía.

Un equipo internacional de arqueólogos llevó a cabo esta nueva investigación, que es la más extensa que se ha hecho hasta fecha y ha alcanzado los 2.000 kilómetros cuadrados de área explorada. El hallazgo ha hecho replantearse a los antropólogos aspectos básicos de la sociedad, agricultura, economía y sociedad maya por la infinidad de edificios que se han encontrado, lo que les permitió hacerse una idea de las miles de personas vivieron en la región, cómo se relacionaban y subsistían.


Los investigadores creían que esta civilización había tenido un paso breve y de ritual en esta zona de México pero los restos hallados recientemente revelan que la élite maya vivió aquí durante años
Un equipo de Estados Unidos, diversos países europeos y Guatemala han sido los encargados de llevar estas investigaciones, que fueron dadas a conocer en la revista científica Science. Pese al reconocimiento sobre el terreno que se había llevado previamente, los grandes humedales y las zonas selváticas dificultaron una exploración que, ahora, se ha completado gracias al láser y con el que se han revelado miles de estructuras hasta la fecha desconocidas.


El LIDAR se trata de una revolucionaria técnica de reconocimiento aéreo con la que hallar estructuras desconocidas hasta la fecha: consiste en utilizar un láser pulsado sobre un área y medir la luz que se refleja con un sensor. Con ello se consigue una vista tridimensional con las medidas reales del área sobre el que se ha desplegado el haz de luz y, así, se han descubierto toda esta serie de estructuras que a simple vista no se encontraban por las dificultades que entraña la selva.

Se han encontrado todo tipo de edificios, cuyo estudio servirá para poder conocer más y mejor sobre la forma de vida de la cultura maya. Pero uno destaca por encima del resto: una pirámide encontrada en el centro de Tikal. Se trata de un edificio de siete pisos del que de momento no se tiene mucha más información, pero del que se cree que servía para ceremonia rituales. Todo ello en una zona en la que el láser ha confirmado que vivía mucha más gente de la que se pensaba.

Los secretos de la selva

El descubrimiento no habría sido posible si no fuese por esta tecnología láser, que ha permitido analizar digitalmente qué se esconde en la selva. Tanto es así que, como señala uno de los encargados del proyecto, Thomas Garrison, de no haber cambiado de método, habrían caminado por encima de la carretera sin saberlo. "En cuanto nos dimos cuenta, sentimos algo de vergüenza. Habíamos pasado por ahí todo el tiempo". Por ejemplo, llegaron a pensar que uno de los templos solo era una colina.

Los datos del LIDAR han revelado que las grandes calzadas existentes -creadas con cierta elevación para evitar problemas en las temporadas de lluvia- y las grandes zonas urbanizadas podrían hacer pensar que en las tierras bajas mayas llegaron a vivir 11 millones de personas durante el Periodo Clásico Tardío (650 a 800 d. C.). "Ahora es nuestro trabajo como arqueólogos resolver todo esto", afirman los científicos que han llevado a cabo el estudio. Los mayas están más vivos que nunca.

Fuente: elconfidencial.com | nationalgeographic.com | 28 de septiembre de 2018

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El láser desvela toda la grandeza de la civilización maya

Vista área de la ciudad de Tikal, oculta en su mayor parte por la selva y sedimentos. L. AULD-THOMAS Y M. CANUTO/PACUNAM

El láser ha permitido descubrir miles de estructuras levantadas por los mayas y ocultadas por la selva. Usando la tecnología lídar (acrónimo de Laser Imaging Detection and Ranging, detección y localización de imágenes por láser), un equipo de arqueólogos ha escaneado un espacio de miles de hectáreas donde floreció la civilización maya. No han descubierto ningún nuevo palacio, pirámide o grandes templos como el de Kukulcán o el del Gran Jaguar. Pero la infinidad de edificios, calzadas, canales o murallas cartografiados alumbran toda la grandeza de los mayas, y permitir formarse una idea de cuántos millones vivieron en la región, cómo guerreaban o de su agricultura intensiva.

En 2016 un avión recorrió buena parte de la reserva de la biosfera maya, en Petén (Guatemala). Llevaba a bordo uno de los sistemas lídar más avanzados. Esta tecnología utiliza el láser como si fuera un sofisticado radar: envía pulsos de luz que, al rebotar, permiten reconstruir una imagen del objeto o estructura que lo ha devuelto. Aquí usaron una máquina capaz de escanear el terreno desde seis ángulos distintos propiedad del Centro Nacional de Mapeo Láser Aerotransportado (NCALM), con sede en EE UU. El lídar barrió una superficie de 2.144 kilómetros cuadrados en torno a una decena de yacimientos mayas.

"La nuestra es la cobertura lídar más grande en la historia de la arqueología", dice Francisco Estrada-Belli, especialista en cultura maya de la Universidad Tulane (Nueva Orleans, EE UU) y coautor del estudio. Aunque no es la primera vez que se usa esa tecnología de imagen en yacimientos de esta cultura, esta expedición ha cubierto 10 veces más extensión y con un detalle no logrado por las anteriores. "Cualquier rasgo que tenga de 50 a 100 cm de ancho y 20 a 50 cm de relieve aparece en nuestros visualizaciones", añade este arqueólogo. Para lograrlo, el lídar emitió más de 33.500 millones de pulsos de láser (15 por metro cuadrado).

Usando Lidar, los arqueólogos pudieron documentar un nuevo lugar al norte de Tikal. El edificio alargado en la parte superior derecha es parte de un complejo que puede preceder al 500 aC. Al otro lado del valle hay una gran acrópolis, que probablemente sea mil años más joven.Image: Luke Auld/Thomas Garrison/PACUNAM.

El mapa en 3D que han obtenido, cuyos resultados publica la revista Science, incluye 61.480 estructuras. Han localizado desde barrios enteros en algunas de las grandes ciudades mayas, como Tikal, Holmul o Xultún, hasta un centenar de kilómetros de calzadas pavimentadas, pasando por cisternas como la de Tintal que, con 2.000 metros de ancho, podía albergar hasta tres millones de metros cúbicos de agua. Al alejarse del mapa, se descubren también perímetros defensivos de varios kilómetros, centenares de canales para el agua o infinidad de pequeños núcleos rurales conectados por caminos.

Tanta información sobre las infraestructuras humanas ha servido a los investigadores para estimar la población que vivía en la zona del estudio y, extrapolando, en toda esta región maya. Durante el periodo conocido como Clásico Tardío (entre los años 650 y 800 de esta era), en el área cartografiada por el lídar había una densidad de población de entre 80 y 100 habitantes por kilómetro cuadrado. En el centro de las principales ciudades, como Tikal, la densidad debió de alcanzar los 2.000 habitante por kilómetro cuadrado, equiparable a la de muchas ciudades de hoy. En toda la región de las tierras bajas vivirían entre siete y once millones de personas.

Las imágenes del lídar, que fueron revisadas sobre el terreno por varios equipos de arqueólogos, también muestran que los mayas necesitaron de la agricultura intensiva para poder alimentar a tanta población urbana. El sistema tradicional, la milpa, basado en la quema de parcelas para fertilizar la tierra ante la nueva siembra, habría sido incapaz si no fuera por los centenares de canales, muchos de un kilómetro de largo, usados para drenar los humedales que ocupaban la mayor parte del territorio. La investigación ha localizado también 306 kilómetros cuadrados de parcelas en terrazas. Hasta el 17% del territorio que hoy ocupa la selva tiene marcas de un pasado agrícola. Para los autores del estudio, un esfuerzo tal exigiría de una organización y centralización muy avanzadas.

Vista de Tikal, arriba cubierta por la selva, abajo descubierta por lídar. L. AULD-THOMAS Y F. ESTRADA-BELLI/PACUNAM

"Lídar aporta una visión extremadamente precisa de la geografía y topografía del paisaje. Puede usarse en cualquier tipo de paisaje, pero cuando se aplica al caso particular de los bosques y la selva maya, es como una varita mágica (muy cara) que nos da detalles de los drenajes, montañas, valles, tierras bajas y, lo que es más importante, de grandes yacimientos", sostiene en un correo la directora del Centro de Investigación Mesoamericana de la Universidad de California en Santa Barbara (EE UU), Anabel Ford.
Sin embargo, esta arqueóloga no relacionada con este trabajo y que lleva 40 años estudiando a los mayas recuerda que "las cosas grandes se ven claramente, pero los elementos que aportan los detalles sutiles del uso agrario del suelo y la relación entre la antigua civilización maya y el paisaje necesitan de una mayor verificación" , por lo que tienen que ser confirmados sobre el terreno. Algo en lo que coincide Estrada-Belli: "Siempre se va a necesitar de arqueólogos con experiencia para reconocer los rasgos documentados por el lídar. Y cuantos más datos lídar, más arqueólogos se van a necesitar".

UN ARQUEÓLOGO NECESITARÍA UN SIGLO PARA VER LO QUE LÍDAR EN DOS DÍAS

M.Á.C.
La potencia de la tecnología lídar es tal que está siendo utilizada en actividades tan dispares como la prospección minera o la cartografía de los fondos marinos. Es también un elemento esencial en la conducción y la seguridad de los coches autónomos, que usan lídar para hacerse una composición de lugar instantánea.

"En 18 años logré cubrir 47 kilómetros cuadrados. El lídar cubrió 308 kilómetros cuadrados en unos dos días", dice el arqueólogo Francisco Estrada-Belli. "No me alcanzarían otros 118 años y no lograría el mismo nivel de detalle. Siempre se me escaparían cosas que no vi estos últimos 18 años aún pasando encima de ellas", añade.
Para el especialista en tecnología Lídar del NCALM, el hondureño Juan C. Fernández, "el lídar es la tecnología más efectiva y precisa para mapear la topografía". Entre los usos que tiene están la ingeniería para el diseño de carreteras, el monitoreo del estado y tamaño de los bosques, en geología para el estudio de la deformación de la tierra debido a erupciones volcánicas y terremotos... "En el caso del mundo maya y en específico en las tierras bajas, lo que permite es poder mapear con un nivel increíble de detalle y precisión lo que está oculto por la selva", añade este investigador de la Universidad de Houston.

Fuente: elpais.com | 28 de septiembre de 2018

Nuevos restos de mamut y herramientas de piedra de hace un millón de años en Tarragona

Excavaciones en la Cala 1 este septiembre - Autoría: IPHES

En 2007 un equipo formado por miembros del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) emprendió la primera excavación sistemática en el Barranco de la Boella, en La Canonja (Tarragona), en una extensión de poco más de 13 m2, que permitieron recuperar las defensas de dos mamuts y una importante colección de herramientas de piedra. El hallazgo de esta industria lítica en aquel momento fue muy relevante por la edad que tenían los restos arqueológicos que se recuperaron, de cerca de un millón de años.

Desde entonces se ha excavado en diferentes áreas del Barranc obteniendo una gran cantidad de restos. Actualmente, se interviene en La Mina y la Cala 1. El objetivo principal de las dos últimas campañas ha sido abrir una extensión de 300 m2 en los dos yacimientos. Este septiembre se ha conseguido llegar a niveles fértiles en los dos yacimientos mencionados.

Detalle de la excavación de un hueso de mamut en el Barranco de la Boella esta campaña - Autoría: IPHES

La Mina se ha interpretado como la playa de un arroyo del río Francolí, que hace sobre un millón de años desembocaba cerca de los yacimientos donde ahora excava el IPHES. Un lugar propicio para el tráfico de las primeras poblaciones homínidas y de grandes carnívoros que se desplazaban en búsqueda de alimentos y otros recursos. Este año se han recuperado herramientas de piedra y restos de hipopótamo, rinoceronte, caballo y ciervo, así como abundantes coprolitos (excrementos fósiles) de las grandes hienas pleistocénicas.
En la Cala 1 se han intervenido dos niveles. En el primero de ellos se ha completado la colección de herramientas de piedra elaboradas por neandertales, que ya se excavó el año pasado. Aquí se han recuperado en total más de 300 herramientas líticas, aunque no se han encontrado asociadas a fauna.

En el nivel inferior de la Cala 1, con una datación de casi un millón de años, se han obtenido nuevos restos de mamut, asociadas a una cincuentena de herramientas de piedra. "Con esto se constata que las primeras poblaciones europeas eran capaces de aprovechar la carne de estos grandes animales, en un entorno que según sugieren los restos de la Mina fue bastante hostil, ya que la abundancia de hienas entre otros grandes carnívoros, fue probablemente elevada", comenta Palmira Saladié (izquierda), codirectora de las excavaciones del Barranc de la Boella junto con Josep Vallverdú, ambos miembros del IPHES.

"En todo caso, en toda la Cala 1 queda todavía mucho por excavar durante los próximos años, lo que permitirá ampliar nuestro conocimiento sobre las primeras poblaciones del Camp de Tarragona", puntualiza la misma investigadora.

Pico hecho con esquisto encontrado junto a los restos de mamut - Autoría: IPHES

En la excavación de este año han participado más de 50 personas, fundamentalmente del IPHES en colaboración estrecha con investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, con quienes se trabaja ya desde hace una década. También han participado estudiantes voluntarios procedentes de Barcelona, ​​Girona, Tarragona, Alicante, Madrid, Albacete, Murcia, Zaragoza, Extremadura, Galicia, Andalucía, México, Argentina e Italia.

Las intervenciones arqueológicas, la socialización e investigaciones del yacimiento del Barranc de la Boella se desarrolla con el apoyo del Ayuntamiento de la Canonja, de la Diputación de Tarragona y de la AGAUR (Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias e Investigación).

Detalle de hueso de una extremidad de mamut - Autoría: IPHES

Además, hay que recordar que desde el Proyecto de Especialización y Competitividad Territorial (PECT) TurisTIC en familia se impulsará la acción "Mamut", con el apoyo del Ayuntamiento de la Canonja y liderado por la Diputación de Tarragona. Este proyecto financiado al 50% por los fondos europeos de desarrollo regional FEDER pretende la creación y promoción de productos de tipo vivencial y educativo entorno al turismo familiar vinculados a los hallazgos en los yacimientos prehistóricos del Barranc de la Boella (La Canonja) de gran relevancia científica por su antigüedad.

Fuentes: dicyt.com | IPHES| 25 de septiembre de 2018