Encuentran en Pompeya un fresco que representa el mito de Leda y el cisne

Un hermoso fresco de tema mitológico está surgiendo en un cubiculum o habitación de una casa lujosa en la calle del Vesubio, en la inexplorada Región V de la antigua ciudad romana de Pompeya, en un ambiente junto al pasillo de entrada de la domus, donde el verano pasado fue descubierto un fresco del dios Príapo pesándose el miembro en una balanza.

El fresco hoy anunciado por el Parque Arqueológico de Pompeya representa el mito de Leda y el cisne: Leda, la esposa del rey espartano Tindáreo (o Tíndaro), quedó embarazada de Zeus transformado en cisne, que se posó en ella fingiendo ser perseguido por un águila. La leyenda de Leda y el cisne ha inspirado a muchos artistas a lo largo de la historia, entre ellos a Correggio, a Cézanne y a Salvador Dalí en Leda atómica.


La escena, llena de sensualidad, representa la unión carnal entre Leda y el cisne: aparece sentada y Zeus en forma de cisne y sobre ella en pleno acto sexual. De la doble cópula, primero con Zeus y después con Tíndaro, nacieron cuatro hijos de dos huevos: Cástor y Pólux (los Dioscuros), Helena y Clitemnestra.

El episodio de Zeus y Leda goza de una cierta popularidad en Pompeya, fue plasmado en varias domus pero con diversas iconografías. "Entre las varias representaciones se recuerdan aquellas de las casas del Citarista, de la Venus de la Concha, de la Reina Margarita, de Meleagro, de los Capiteles Coloreados, de Ariadna, de la Caza Antigua, de Fabio Rufo, de la Fuente del Amor y quizá también de las casas de L. Rapinasius Optatus y de los Amorcillos Dorados", señala el comunicado.

Fuente: National Geographic | 19 de noviembre de 2018

Un yacimiento en la provincia de Guadalajara, "clave" para analizar hipótesis sobre los neandertales

Trabajos en Peña Capón, Guadalajara FOTO: EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DE MANUEL ALCARAZ

La tradición investigadora sitúa los grandes focos de poblamiento de cazadores-recolectores paleolíticos en las zonas costeras de la Península Ibérica. El investigador de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), Manuel Alcaraz-Castaño, trabajará con la hipótesis de que en el interior también se desarrollaron asentamientos relevantes de neandertales y humanos modernos, incluso durante los momentos más rigurosos del Pleistoceno Superior, a pesar de que las condiciones ecológicas eran más duras.

Durante los próximos cinco años, gracias a los 1,4 millones de euros concedidos por el Consejo Europeo de Investigación, el equipo del profesor de la UAH, en colaboración con otros equipos nacionales e internacionales, coordinará una gran investigación que incluye prospecciones y excavaciones en hasta 19 yacimientos arqueológicos, paleontológicos y paleoecológicos del interior peninsular, localizados en Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla-León, principalmente.

Se pretende así recopilar un corpus de datos sin precedentes, que permitirá desarrollar un análisis interdisciplinar, multi-proxy, destinado a conocer la secuencia cronológica, desarrollos tecno-económicos y contextos ecológicos registrados en los yacimientos del Pleistoceno superior en estas regiones.

Manuel Alcaraz-Castaño, el primer investigador en Humanidades de la UAH que recibe una Starting Grant.

La línea de investigación que desarrollará Alcaraz presenta cierta continuidad con respecto a los trabajos que, desde la década de 1980, realizan en la UAH el grupo de investigación ‘Grafías Prehistóricas y Poblamiento Humano en la Península Ibérica’, que dirige Rodrigo de Balbín. Este grupo lleva años poniendo a prueba la idea de que durante el Pleistoceno Superior (120.000 a 12.000 años), el poblamiento humano en el interior de la Península, tanto de neandertales como de humanos modernos, fue nulo o esporádico durante buena parte de su desarrollo.

"Según la interpretación tradicional, el interior se percibe como un gran vacío donde apenas hubo desarrollos culturales. Nuestro grupo y otros grupos de investigación entendemos que esa interpretación puede ser producto de un prejuicio investigador o, mejor dicho, de una falta de investigación en el interior peninsular que hace que tengamos una visión sesgada", señalan.
Lo que propone este proyecto es una investigación de campo de amplio espectro, en la que intervendrán muchos investigadores y en muchos yacimientos, para realizar prospecciones y excavaciones arqueológicas, además de numerosas y variadas analíticas, con el fin de corroborar si el poblamiento del interior peninsular durante el Pleistoceno Superior fue tan residual.

"Es evidente que en las zonas costeras los cazadores recolectores pudieron tener unas condiciones de vida mucho más sencillas que en las tierras altas o los páramos de la meseta norte… Pero queremos ponerlo a prueba, porque nosotros tenemos indicios que apuntan a que en el interior de la Península hubo poblamientos más estables y complejos de lo asumido tradicionalmente, que nos obligarán a replantear los modelos aceptados hasta ahora", señala Alcaraz.

Punta de proyectil hallada en Peña Capón (Guadalajara).

Investigar por qué desaparecieron los neandertales

Además, estas investigaciones permitirán contribuir a la investigación de problemas muy importantes a escala continental, como la desaparición de los neandertales en el occidente europeo, porque yacimientos del interior peninsular van a ser claves para conocer con más detalle los contextos, causas y tiempos que rodearon la desaparición de este tipo humano (que no necesariamente ha de ser entendida como una extinción, ya que está comprobado que hubo varios episodios de mezcla genética con los humanos modernos).

Un yacimiento "clave" en Tamajón (Guadalajara)

Los indicios sobre los que trabajan los investigadores parecen claros: "Hoy sabemos, por ejemplo, que en el momento de máximo frío de la última glaciación, que se corresponde con lo que denominamos la cultura Solutrense, hace unos 25.000/20.000 años, hay importantes poblamientos en el valle del Manzanares. Y luego, el yacimiento clave, es el yacimiento de Peña Capón, en el municipio de Tamajón (Muriel), en Guadalajara". Allí se contempla una densa ocupación Solutrense y una secuencia estratigráfica que indica un poblamiento recurrente, que además se puede relacionar con las grafías paleolíticas de las cuevas de la zona.

"Se percibe una organización del territorio, una ocupación intensiva, y creemos que esta región va a ser clave para nuestro proyecto, pues seguramente encontraremos más yacimientos de estas cronologías tras la prospección de todo su territorio. Hay otros indicios en otros puntos de la meseta, pero gran parte de nuestros esfuerzos, al menos en una primera fase del proyecto, se centrarán en las estribaciones surorientales del Sistema Central, que consideramos el centro neurálgico de nuestra investigación", agrega el investigador.

Pero, ¿qué impide, entonces, pensar en que esta línea de investigación no es la correcta? Alcaraz responsabiliza de ello a la tradición investigadora. "Los grandes yacimientos que se han investigado en España están en el norte y, en menor medida, en Levante y en el sur. Pero en el interior ha habido bastante menos investigación debido a un problema de base: en la arqueología en general tenemos lo que ha quedado". En el norte hay muchas cuevas y eso ha permitido una mejor conservación. En el interior hay menos cuevas y las evidencias son más difíciles de conseguir, aunque tratarán de hacerlo al aire libre, con prospecciones llevadas a cabo con unas tecnologías muy modernas.

Las condiciones de vida en la Meseta serían más rigurosas que en las regiones costeras, igual que ocurre hoy en día, pero eso, dicen, "no implica que no hubiera ocupación humana. De hecho, tenemos pruebas de la existencia de cazadores recolectores en otras zonas del mundo, como las llanuras centroeuropeas y norteamericanas, que ponen en evidencia la adaptabilidad de los cazadores-recolectores paleolíticos a entornos rigurosos".

Omóplato de caballo encontrado en Peña Capón (Guadalajara) EQUIPO DE EXCAVACIÓN DE PEÑA CAPÓN.

¿Qué son las Starting Grants?

Las Starting Grants se destinan a investigadores de excelencia con una experiencia posdoctoral de entre 2 y 7 años. Se trata de ayudas de hasta cinco años mediante las que los jóvenes investigadores pueden formar sus propios grupos de investigación en proyectos de frontera del conocimiento.
Esta es la tercera Starting Grant que reciben investigadores de la UAH en los últimos años, aunque se trata de la primera en el ámbito de las Humanidades.

Fuente: eldiario.es | 19 de noviembre de 2018

Hallan en el este de Francia muestras de arte parietal de hace unos 12.000 años

Arqueólogos de la Universidad de Tübingen han descubierto en dos cuevas francesas arte mural prehistórico. Las pinturas y grabados fueron creados hace al menos 12.000 años, cuando los humanos anatómicamente modernos realizaron imágenes de un tipo de ciervo prehistórico y una silueta de la cabeza de un caballo.

El grupo de investigadores, dirigido por el profesor de Prehistoria y Ecología Cuaternaria, Harald Floss (izquierda), trabajó con colegas españoles para datar las imágenes artísticas utilizando métodos nuevos y complejos. Los arqueólogos de Tübingen han estado investigando el período Paleolítico en el este de Francia durante más de veinte años, centrándose en el sur de Borgoña, una región en la que es probable que haya habido encuentros entre los neandertales y los humanos modernos.

Las cuevas se hallan en la comunidad de Rully, en el Departamento de Saône-et-Loire. "Debido a que la frecuencia de los enclaves paleolíticos es aquí particularmente alta, los investigadores han sospechado durante algún tiempo que podía haber una cueva con pinturas en ella", dice Floss. "Y, por primera vez en 150 años de investigación prehistórica en esta región, se ha podido demostrar que los tempranos humanos modernos entraron en las Grottes d'Agneux para crear imágenes artísticas, entre ellas un ciervo prehistórico y un caballo, mediante la utilización de herramientas líticas y material pictórico", agrega Floss.

Arriba: grabado de un reno prehistórico con otros grabados superpuestos de los siglos XVI al XIX hallado en la cueva de Agneux II, Rully, Saône-et-Loire, Francia. Abajo: el ciervo resaltado para su mejor apreciación.

Los investigadores trabajaron con el experto en arte rupestre prehistórico, Juan Ruiz, de la Universidad de Cuenca, para analizar las paredes de las cuevas utilizando modernas técnicas de exploración debido a que las imágenes habían sido cubiertas con grafitis realizados durante los siglos XVI al XIX. Los arqueólogos utilizaron programas informáticos especiales de procesamiento de imágenes a fin de poder reconstruir las obras originales que estaban debajo de las capas de grafitis. También compilaron muchas fotos individuales en una documentación fotogramétrica de las obras para darles un aspecto más tridimensional.

Mediante el método de datación del carbono-14, los arqueólogos pudieron datar el carbón vegetal encontrado en la cueva -y utilizado en la creación de las imágenes artísticas- con una antigüedad de 12.000 años, esto es, correspondiente al período del Paleolítico Superior. Este método mide cuánto tiempo ha transcurrido a partir de la descomposición radioactiva del isótopo C14 originalmente presente en la madera antigua. Las autoridades francesas inspeccionaron el arte rupestre hallado y han confirmado su interés en planear una mayor investigación al respecto.

Dibujo de una cabeza de caballo en la cueva de Agneux I, Rully, Saône-et-Loire, Francia. Abajo a la derech la imagen en tamaño grande.

Al mismo tiempo, los arqueólogos de la Universidad de Tübingen en el Departamento de Saône-et-Loire están tratando de investigar la fase de transición desde los últimos neandertales hasta los primeros humanos anatómicamente modernos en Europa. En la cueva de Verpillière I, en Germolles, encontraron signos de la última cultura neandertal (Châtelperroniense), y en Saint-Martin-sous-Montaigu, hallaron un complejo campo de caza del Paleolítico Superior de hace unos 25.000 años. En este sentido, pudieron demostrar que los primeros humanos modernos de la cultura Auriñaciense se habían establecido en la región. "Los primeros humanos modernos se guiaban por los cursos de los ríos a medida que se extendían por todo el continente", dice Harald Floss. “Es posible que hayan migrado a esta zona desde el este, a través del Danubio y desde el sur a través del Ródano. Nuestros datos sugieren que los neandertales y los primeros humanos modernos pudieron haberse encontrado aquí, en el este de Francia", concluye.

Fuente: Universidad de Tübingen | 14 de noviembre de 2018

Adrianópolis: crisis migratoria en Roma y cine arqueológico en el Bidasoa

La historia de la batalla de Adrianópolis es nuestro primer argumento. Nos situamos en el año 378, en la zona oriental del Imperio, en lo que hoy es Turquía. El avance de los hunos había empujado dos años antes a 200.000 godos a cruzar el Danubio y pedir asilo al imperio. Las dificultades para alimentar a la población, la lentitud en la respuesta y los abusos de ciertos oficiales romanos llevaron a un levantamiento armado y a la batalla de Adrianópolis, donde Roma sufrió una estrepitosa derrota de la que el emperador Valente no saldría con vida.

Comienza en este punto un ir y venir de tratados, de conflictos armados, de paz y de guerra entre los llamados pueblos bárbaros y los romanos.. consecuencias, al fin y al cabo, de una crisis migratoria sin precedentes que seguiría teniendo consecuencias tiempo después en la Europa occidental, que vería posteriormente la creación de reinos visigodos en la Galia e Hispania. Eduardo Kavanagh, editor de la revista Desperta ferro, presenta el número de historia política y militar de la antigüedad dedicado a la batalla de Adrianópolis.

María José Noain, reponsable de actividades del Museo Oiasso de Irun, presenta el programa de FICAB, el Festival de Cine Arqueológico del Bidasoa, que en su XVIII edición presenta 36 trabajos de contenido y formato diverso que harán las delicias de los aficionados a la historia.

Fuente: www.eitb.eus | 16 de noviembre de 2018

El Museo arqueológico de Almería acoge la exposición ‘Las edades de las mujeres iberas’

El Museo Arqueológico de Almería acoge desde mañana y hasta el próximo día 10 de febrero, una exposición temporal titulada ‘Las edades de las mujeres iberas. La ritualidad femenina en las colecciones del Museo de Jaén’.

La muestra tiene un propósito fundamental, “la difusión, la visibilidad y comprensión de los momentos importantes en la vida de las mujeres iberas y los rituales para celebrarlos, en los que éstas adquieren un papel activo, profundizando en sus espacios y objetos, tradicionalmente relegados a un segundo plano”, ha explicado el delegado territorial de Cultura, Alfredo Valdivia.

Para el delegado, esta exposición se convierte en un “canal idóneo para articular un discurso actual sobre las mujeres iberas, que rompa con los esquemas que la relegan al ámbito doméstico y a una actitud inactiva en las relaciones de legitimidad y cohesión social”.

En este marco se inscribe la línea de investigación “Arqueología del Género” que actualmente se potencia desde el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén “y se enmarcaría en los trabajos que se desarrollan en el Proyecto de Investigación de Excelencia de la Junta de Andalucía “GENDAR,HUM-1904”, ha explicado Valdivia.

Este proyecto de exposición temporal nace de la colaboración entre el Instituto Universitario de Investigación de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén y el Museo de Jaén.

Mediante esta exposición se trata de difundir el patrimonio arqueológico ibero de nuestra provincia desde la perspectiva de género, con la intención de eliminar el sesgo androcéntrico que tradicionalmente prima en los discursos expositivos y representaciones de las sociedades del pasado. Asimismo, dar visibilidad a las mujeres y su práctica social para reivindicar su papel activo en la sociedad y en la transformación de la misma; promover una educación en igualdad; divulgar los últimos avances en la investigación sobre las mujeres iberas realizados desde el Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén y garantizar el libre acceso a la divulgación de la investigación realizada sobre el patrimonio arqueológico desde la perspectiva de género a través de las nuevas tecnologías.

Propuesta expositiva

El discursos museográfico se ha estructurado en varios bloques temáticos que articulan un recorrido por los espacios de ritualidad (vida y muerte) de las mujeres iberas. Se hace un recorrido por los principales estudios que han tratado la arqueología, desde la arqueología de género y han supuesto una nueva forma de aproximarnos al pasado.

A continuación, se establece el marco cronológico y especial en el que se centra la muestra, el Alto Guadalquivir. Y a partir de aquí, la exposición sigue un hijo conductor basado en el ciclo vital de las mujeres iberas desde la infancia hasta la madurez. Todo ello, recogido en los 15 paneles explicativos en los que se basa la exposición.

El comisariado y la coordinación de la muestra corren a cargo de Carmen Rísquez, Carmen Rueda, Ana B. Herranz, Francisca Hornos y Antonia García.

Alfredo Valdivia, acompañado por la directora del Museo, Beba Pérez, visitará mañana esta exposición a las 11.30 de la mañana.

Fuente: noticiasdealmeria.com | 16 de noviembre de 2018

El peor año para vivir de la historia de la humanidad fue el 536 d.C.

Un núcleo de hielo de 72 metros perforado en el glaciar Colle Gnifetti en los Alpes suizos sepulta más de 2000 años de lluvia de volcanes, tormentas y contaminación humana. NICOLE SPAULDING / CCI DE CP LOVELUCK ET AL. ANTIQUITY 2018

Ni guerras, ni epidemias, ni hambrunas... El peor año de la historia de la humanidad no tuvo nada que ver con estas crisis cíclicas. Ese crítico momento no estuvo vinculado al Holocausto, ni a las bombas nucleares, ni a las matanzas habidas y por haber o las gripes que mataron millones de personas en todo el planeta. No. Fue algo mucho peor, aunque cueste de imaginar.

Una misteriosa niebla fue cubriendo poco a poco Europa, Oriente Medio y partes de Asia. La oscuridad fue la tónica general. Algo así como vivir permanentemente en el Upside Down de Stranger Things, pero sin bichos raros. Fueron 18 meses de tinieblas. Día y noche. Había empezado la década más fría de los últimos 2.300 años. En el año 536 después de Cristo.
Ese fue el décimo año del reinado del emperador bizantino Justiniano el Grande y el período 535-36 se conoce como Pequeña Edad de Hielo de la Antigüedad Tardía. “Durante este año tuvo lugar el signo más temible. Porque el Sol daba su luz sin brillo, como la Luna, durante este año entero, y se parecía completamente al Sol eclipsado, porque sus rayos no eran claros tal como acostumbra”, escribió Procopio de Cesarea (500-554 d.C.).

La crónica del el historiador bizantino continuaba así: “Y desde el momento en que eso sucedió, los hombres no estuvieron libres ni de la guerra ni de la peste ni de ninguna cosa que no llevara a la muerte”. Las temperaturas en el verano de 536 cayeron entre 1,5 y 2,5 grados centígrados. Tanto frío hacía que incluso nevó en China. Las cosechas se perdieron y llegó la carestía. Poco después, entre el 541 y el 543, la peste bubónica (conocida como la plaga de Justiniano) golpeó al Imperio romano de Oriente.


En apenas dos siglos, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas, es decir, entre el 13 y el 26 por ciento de las personas estimadas en el siglo VI. Y lo peor es que, hasta ahora, había muchas hipótesis pero pocas certezas de por qué ocurrió este fenómeno. Al menos hasta que un análisis ultrapreciso del hielo de un glaciar suizo ha señalado al menos un culpable, según apunta Science.

Una catastrófica erupción volcánica en Islandia lanzó cenizas por todo el hemisferio norte a principios de ese fatídico año 536. A esta le siguieron otras dos erupciones masivas, en el 540 y el 547. Demasiados golpes seguidos para que no afectaran a todo el planeta. Europa se hundió y su estancamiento económico duró hasta el 640, cuando otra señal en el hielo (un pico de plomo) marca el resurgimiento de la minería de plata, según se explica en un estudio publicado en la revista Antiquity .

Monedas de plata del año 660 (T. Abramson / Antiquity)

Investigaciones de los anillos de árboles realizadas en la década de 1990 ya habían apuntado que los veranos alrededor del año 540 fueron inusualmente fríos. Estos datos se vieron complementados, hace tres años, por los registros de los núcleos de hielo polar de Groenlandia y la Antártida. Porque cuando un volcán entra en erupción, arroja azufre, bismuto y otras sustancias a la atmósfera, donde forman un velo de aerosol que impide que la luz del sol penetre y enfría la tierra.
Un equipo dirigido por el historiador medieval Michael McCormick y el científico Paul Mayewski decidió realizar su propio análisis en un núcleo de hielo perforado en 2013 en el glaciar Colle Gnifetti, en plenos Alpes suizos. El núcleo de 72 metros de largo contiene información sobre más de 2.000 años de erupciones volcánicas o tormentas de polvo del Sahara.

Las partículas de un núcleo de hielo suizo contenían pistas químicas de eventos naturales y hechos por el hombre. /Antiquity

En el hielo formado durante la primavera del 536 los científicos encontraron dos partículas microscópicas de vidrio volcánico que se parecían a las rocas volcánicas de Islandia. Los vientos y los sistemas climáticos de ese año debieron guiar la nube de erupción hacia el sureste a través de Europa y, más tarde, hacia Asia, dejando un manto frío mientras avanzaba la niebla volcánica.

Tras esta época oscura, todo cambió hacia el año 640. El hielo de ese momento tienen trazas de plomo, lo que indica que los humanos comenzaron a extraer y fundir plata del mineral de plomo. A partir de aquí empezaron a acuñar monedas. ”La nueva minería facilitó la producción de las últimas monedas de oro postromanas, degradadas con cantidades crecientes de plata, y las nuevas monedas de plata que las reemplazaron”, escriben los investigadores.

Cambio en la deposición de la contaminación por concentración (escala logarítmica) de plomo, bismuto y azufre en el núcleo de hielo de Colle Gnifetti entre 600 y 875 d.C., (figura de H. Clifford)

”El registro de alta resolución del núcleo de hielo ofrece una cronología nueva e independiente para la producción de plata renovada en el oeste medieval temprano”, añaden. La economía se estaba recuperando. Pero los datos del hielo no se detienen ahí. Entre el 1349 y el 1353, colapsó la contaminación por plomo. Fechas que coinciden exactamente con la llegada de la Muerte Negra, otra pandemia de peste bubónica.

Fuente: lavanguardia.com | 16 de noviembre de 2018