Los africanos occidentales modernos, como estas personas Mende de Sierra Leona, tienen una herencia genética pequeña, pero útil, de una población de homínidos previamente desconocida y ahora extinta, según sugiere un nuevo estudio. GEORG BERG / ALAMY FOTO DE STOCK.
Una población antigua, similar a la humana, aún sin descubrir en fósiles, dejó un legado genético en los africanos occidentales actuales, según sugiere un nuevo estudio.
Estos parientes extintos del Homo sapiens transmitieron genes a los antepasados africanos de los modernos Yoruba (Nigeria) y Mende (Sierra Leona) a partir de hace unos 24.000 años o más tarde, dicen los genetistas de UCLA, Arun Durvasula (izquierda) y Sriram Sankararaman (derecha). El ADN surperviviente de esos antiguos homínidos es lo suficientemente diferente del de los neandertales y los denisovanos como para sugerir que era un homínido completamente distinto.
Los genomas de los grupos Yoruba y Mende contienen del 2 al 19 por ciento del material genético de esta misteriosa 'población fantasma', informan los científicos en Science Advances. Algunos segmentos del ADN transmitido por esta misteriosa especie Homo influyen y mejoran las funciones de supervivencia, incluida la supresión tumoral y la regulación hormonal. Esos genes probablemente se diseminaron muy rápido entre los africanos occidentales modernos, sospechan los investigadores.
Durvasula y Sankararaman encontraron que el ADN de los chinos Han, en Beijing, y los residentes de Utah con ascendencia del norte y oeste de Europa, también mostraron signos de ascendencia de la antigua 'población fantasma'. Pero el ADN de esos dos grupos no se estudió tan de cerca como el de los pueblos Yoruba y Mende.
El trabajo de investigación se suma a la evidencia reciente de que el mestizaje de personas antiguas con varias especies Homo jugó un papel más importante en la evolución de los africanos modernos de lo que generalmente se ha supuesto. Por ejemplo, después de abandonar África hace unos 60.000 a 80.000 años, los grupos de Homo sapiens se cruzaron con los neandertales europeos antes de llevar el ADN neandertal a África a partir de hace aproximadamente 20.000 años, según concluyó la investigación de otro equipo al respecto. Ese estudio encontró que el ADN neandertal representa, en promedio, alrededor del 0,5 por ciento de los genomas individuales de los africanos, mucho más de lo que se había informado en estudios anteriores. La mayoría de las personas actuales fuera de África tienen aproximadamente el triple de ADN neandertal que los africanos.
"El ADN del 'homínido fantasma' y el ADN neandertal parecen haber incursionado por separado entre los Homo sapiens africanos aproximadamente al mismo tiempo", dice el genetista Iain Mathieson (derecha), de la Facultad de Medicina Perelman en la Universidad de Pensilvania, el cual no participó en el nuevo estudio.
Aunque los antiguos humanos que regresaban a África ya habrían podido aparearse anteriormente con miembros de la antigua 'población fantasma', "lo más probable es que la hibridación sucediera en su vuelta a África", dice Sankararaman. Esa posibilidad está respaldada por el hecho de que varios fósiles africanos de Homo sapiens, algunos de los cuales datan de hace unos 13.000 años, muestran rasgos de especies Homo mucho más antiguas, incluidos los neandertales, recuerda Mathieson.
"Es difícil saber con precisión cómo se desarrollaron estos intercambios genéticos, dado que los investigadores carecen de fósiles de esta antigua 'población de fantasma' para extraer ejemplos de su ADN", dice el genetista Pontus Skoglund (izquierda), del Instituto Francis Crick, en Londres. "Sin embargo, el nuevo estudio es un buen caso sobre la transmisión de ADN de una población de homínidos no conocida a los antepasados de los africanos occidentales en la actualidad", agrega.
Durvasula y Sankararaman compararon los genomas de 405 africanos occidentales -más de la mitad correspondiente a Yoruba y Mende- con el ADN antiguo de un fósil neandertal de Europa oriental de hace aproximadamente 44.000 años y con un fósil denisovano de Siberia que data alrededor de 51.000 años. Los patrones de cambio de un solo nucleótido, o SNP (Single Nucleotide Polymorphism), permitieron a los investigadores identificar áreas a través de los genomas Yoruba y Mende que fueron heredados de una línea de homínidos antiguos distintos de los neandertales y los denisovanos. Los científicos estiman que esa 'población fantasma' se separó de los ancestros directos de los actuales Yoruba y Mende hace más de 1 millón de años.
Una investigación de 2012 sugirió que 15 cazadores-recolectores africanos modernos habían heredado alrededor del 2 por ciento de su ADN de una especie homínida desconocida que se separó de los antepasados de las personas de hoy en día hace aproximadamente 1,1 millones de años.
"No está claro si el ADN antiguo identificado en ese estudio y en el nuevo informe se remonta a la misma especie de 'homínido fantasma'", dice Sankararaman.
El cráneo Iwo Eleru de Nigeria (a la derecha) se remonta a hace 13.000 años, pero muestra características antiguas como las del cráneo de Laetoli, de 140.000 años (a la izquierda).
En 2011, un equipo de científicos examinó con más cuidado el cráneo de Iwo Eleru y concluyó que era una forma intermedia entre los humanos modernos y el Homo erectus. Tanto Durvasula como Sankararaman especulan que fósiles como el de Iwo Eleru podrían pertenecer a la 'población de fantasmas' arcaicos.
"De hecho es posible", dijo
Isabelle Crevecoeur (izquierda), paleoantropóloga de la Universidad de Burdeos en Francia. Pero advirtió que los científicos aún necesitaban aprender mucho sobre la diversidad física y genética de los africanos antes de llegar a una conclusión tan drástica.
"Yo preferiría un enfoque conservador", dijo.
La mejor prueba del nuevo estudio sería, en última instancia, extraer ADN de un fósil, como el de Iwo Eleru, y encontrar una coincidencia con los segmentos identificados por los científicos.
Fuente: sciencenews.com | nytimes.com | theguardian.com | 12 de febrero de 2020
Una vista panorámica del templo, tomada al final de la temporada de excavaciones 2013.
(Imagen: © P. Partouche / SkyView)
El descubrimiento de un templo de la Edad del Hierro cerca de Jerusalén ha trastocado la idea de que el antiguo Reino de Judá, ubicado en lo que ahora es el sur de Israel, tenía solo un templo: el Primer Templo, también conocido como Templo de Salomón, un lugar sagrado de culto en Jerusalén que se mantuvo desde el siglo X a.C. hasta su destrucción, en 586 a.C.
El nuevo templo descubierto, cuyos aproximadamente 150 fieles adoraban a Yahvé, pero también usaban ídolos para comunicarse con lo divino, estuvo en uso durante el mismo período que el Primer Templo. Su hallazgo muestra que, a pesar de lo que dice la Biblia judía, había otros templos contemporáneos además del Primer Templo en el reino.
"Si un grupo de personas que vivía tan cerca de Jerusalén tenía su propio templo, quiere decir que ¿tal vez el gobierno de la élite de Jerusalén no era tan fuerte y el reino no estaba tan bien establecido como se describe en la Biblia?", dijo a Live Science la co-investigadora Shua Kisilevitz (izquierda), una estudiante de doctorado en Arqueología en la Universidad de Tel Aviv y arqueóloga de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Los arqueólogos han sabido sobre este yacimiento de la Edad del Hierro en Tel Motza, ubicado a unos 6,4 kilómetros de Jerusalén, desde principios de la década de 1990. Sin embargo, no fue sino hasta 2012 que los investigadores descubrieron los restos de un templo, y no fue sino hasta el año pasado que lo excavaron aún más, antes de llevarse a cabo un proyecto de carretera.
Este templo probablemente se construyó alrededor del 900 a.C., y funcionó durante unos cientos de años hasta su desaparición a principios del siglo VI a.C., según Kisilevitz y su co-investigador, Oded Lipschits (derecha), quienes escribieron sobre el mismo en la revista Biblical Archaeology Review.
Este momento de la existencia del templo dejó atónitos a los arqueólogos. "La Biblia detalla las reformas religiosas del rey Ezequías y el rey Josías, quienes consolidaron las prácticas de adoración en el Templo de Salomón en Jerusalén y eliminaron toda actividad de culto más allá de sus límites", escriben los autores en la revista.
Estas reformas probablemente ocurrieron entre finales del siglo VIII y finales del siglo VII a.C. En otras palabras, ocurrieron al mismo tiempo que la sinagoga de Tel Motza estaba funcionando, dijeron los investigadores.
¿Era atrevido que un templo así desafiara aparentemente las órdenes de los reyes y operara tan cerca de Jerusalén? "El único otro templo conocido de este período en el reino, además del Primer Templo de Salomón, es un pequeño templo en el fuerte de la frontera sur de Arad, que sirvió a la guarnición local", dijo Kisilevitz.
Sin embargo, parece que hubo otros templos en el reino cuya existencia continua fue permitida, a pesar de las reformas de Ezequías y Josías, dijeron Kisilevitz y Lipschits. Así es como pudo haber sucedido.
Granero antiguo
El enclave de Tel Motza albergaba no solo el templo, sino también docenas de silos para el almacenamiento y la redistribución de granos. De hecho, el granero parece que prosperó con el paso del tiempo, e incluso había edificios que probablemente tenían fines administrativos y religiosos.
Parece que Tel Motza se convirtió en un granero tan exitoso que abasteció a Jerusalén y se convirtió en una potencia económica. "Se diría que la construcción del templo, y el culto realizado en él, estaban relacionados con la importancia económica del granero", escribieron los investigadores.
Por ello, tal vez se permitió que el templo existiera, dado que estaba unido al granero y no parecía amenazar al reino de ninguna formma, dijeron los investigadores.
Ídolos rotos
"El templo en sí era un edificio rectangular con un patio abierto al frente. Dicho patio servía como punto focal para la actividad del culto, ya que a la población en general no se le permitía ingresar al templo mismo", comenta Kisilevitz a Live Science.
"Los hallazgos culturales en el patio incluyen un altar de piedra en el que se sacrificaban animales se sacrificaron animales y sus restos se tiraron en un pozo excavado cerca", precisa Kisilevitz. Además, cuatro figuras de arcilla, dos de aspecto humano y dos en forma caballo, se habían roto y enterrado en el patio, probablemente como parte de un ritual de culto.
Las figurillas en forma de caballo pueden ser las representaciones más antiguas conocidas de equinos de la Edad del Hierro en Judá, agregaron los investigadores.
Figura de caballo descubierta en el complejo del templo de Motza. (Clara Amit / IAA)
"Ahora bien, los antiguos judíos probablemente no adoraban a los ídolos de arcilla", señaló Kisilevitz. "Más bien, estos ídolos eran un medio a través del cual la gente podía comunicarse con Dios [o los dioses], y probablemente pedirían buenas lluvias, fertilidad y cosecha", advierte Kisilevitz.
De hecho, no es sorprendente que las personas en el antiguo Reino de Judá usaran ídolos, señalaron los arqueólogos.
"Existen evidencias de actividad de culto a los ídolos en todo el Reino de Judá tanto en los textos bíblicos (representados como admitidos por la realeza, con la notable excepción de Ezequías y Josías, los cuales llevaron a cabo una reforma del culto a los mismos) como en los hallazgos arqueológicos", afirma Kisilevitz.
Base de soporte ritual con restos de decoración en forma de un par de leones o esfinges en el templo de Moẓa / K. Amit.
Además, durante aquel tiempo, nuevos grupos políticos estaban surgiendo en Levante, la región que incluye a Israel y sus países vecinos hoy en día. Dados estos cambios tumultuosos, las personas tendieron a seguir con sus antiguas prácticas religiosas, e incluso la arquitectura del templo Tel Motza y sus artefactos recuerdan las tradiciones religiosas del antiguo Cercano Oriente que se habían practicado desde el III milenio a.C., dijeron los investigadores.
En defiitiva, el descubrimiento de este templo arroja luz sobre la formación del Estado durante este período. Cuando el Reino de Judá surgió por primera vez, no era tan fuerte y centralizado como sucedió más tarde, pero sí estableció relaciones con los gobernantes locales cercanos, incluyendo Tel Motza, dijeron los investigadores.
Fuentes: livescience.com | radio.cz | 11 de febrero de 2020