Descubren en Sri Lanka el uso tecnológico del arco y la flecha más antiguo del mundo: hace unos 48.000 años

Tecnologías de puntas óseas halladas en Fa-Hien Lena (Sri Lanka). Puntas óseas de proyectil (A a H) y rascadores (I a K). (A y B) Bipuntas geométricas (C y F) bipuntas empotradas, las flechas rojas indican muescas recortadas; (D y E) Puntas simples para empotrar; flechas y rectángulos en rojo indican el desgaste del enmangue fijo; (G y H) bipuntas simétricas.

Los orígenes de la innovación humana se han buscado tradicionalmente en los pastizales y las costas de África o en los ambientes templados de Europa. Los entornos más extremos, como las selvas tropicales de Asia, se han pasado por alto en gran medida a pesar de su profunda historia de ocupación humana. Ahora, un nuevo estudio proporciona la evidencia más temprana sobre el uso del arco y la flecha -y tal vez la confección de ropajes- fuera de África hace entre ~ 48.000 y 45.000 años en los trópicos de Sri Lanka.

Mapa de Sri Lanka, que muestra la ubicación de Fa-Hien Lena y las zonas de vegetación del país.

La isla de Sri Lanka, en el Océano Índico, justo al sur del subcontinente indio, alberga no sólo antiguos fósiles de nuestra especie, Homo sapiens, sino que también conserva evidencias claras de la ocupación humana y el uso y gestión de ambientes selváticos tropicales fuera de África desde hace ~ 48.000 a 3.000 años, lo que refuta la idea de que estos entornos, supuestamente pobres en recursos, actuaron como barreras para los humanos migrantes del Pleistoceno. La cuestión de cómo éstos obtuvieron exactamente los recursos en la selva tropical, incluidas las fuentes de alimentos de rápido movimiento como los monos y las ardillas, sigue sin resolverse.

En este nuevo estudio, publicado en Science Advances, un equipo internacional de investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (MPI-SHH), en Alemania, la Universidad Griffith de Australia y el Departamento de Arqueología del Gobierno de Sri Lanka, presentan evidencias sobre el uso más temprano de la tecnología del arco y la flecha realizado por humanos más allá de África. Con ~ 48.000 años de antigüedad estas herramientas son anteriores a la primera tecnología similar encontrada en Europa. La clara evidencia de su uso en puntas óseas de flechas preservadas muestra que probablemente fueron utilizadas para cazar presas difíciles de capturar en la selva tropical. Y no solo eso, sino que los científicos muestran que otras herramientas óseas pudieron haber sido utilizadas para hacer redes o ropajes en dicho escenario, alterando así drásticamente los supuestos tradicionales sobre cómo ciertas innovaciones humanas se vinculaban con requisitos ambientales específicos.

Entrada a la cueva de Fa-Hien Lena en Sri Lanka (Max Planck Institute)

¿Cazar al aire libre y refugiarse del frío?

Los productos culturales europeos en forma de arte rupestre, esculturillas óseas increíblemente detalladas, tecnologías de herramientas óseas y ropa a medida, se han considerado con frecuencia como el pináculo del desarrollo cultural humano del Pleistoceno tardío. Allí, las innovaciones simbólicas y tecnológicas se han visto como mecanismos clave de supervivencia que equipaban a las poblaciones en expansión para poder enfrentarse a los climas fríos del norte. Al mismo tiempo, los descubrimientos de la tecnología más antigua del arco y la flecha, y los comportamientos artísticos o simbólicos en pastizales abiertos o entornos costeros de África, han enmarcado la "sabana" y los ambientes marinos, respectivamente, como impulsores importantes de los primeros experimentos culturales y de caza realizados por humanos del Pleistoceno en su territorio evolutivo.

Como coautor del nuevo estudio, Patrick Roberts (izquierda), del MPI-SHH, argumenta: "Este enfoque tradicional ha significado que otras partes del mundo, como África, Asia, Australasia y las Américas, a menudo han sido marginadas en las discusiones sobre los orígenes de la cultural material, tales como los nuevos métodos de caza con proyectiles o innovaciones culturales asociadas con nuestra especie". Sin embargo, los últimos veinte años han puesto de relieve cómo los humanos del Pleistoceno ocuparon y se adaptaron a una variedad de ambientes extremos a medida que migraron más allá de África, incluidos los desiertos, los entornos de gran altitud y los bosques tropicales como los de Sri Lanka.

Troquelado de astas con herramientas para trabajar la piel y / o plantas hallados en Fa-Hien Lena. (A y B) clavija ósea o alisador procedente de un primate cercopiteco; (C) asta en blanco; (D y F) punzón o cuchilla procedente de primate cercopiteco; (E) lasca de un molar de muntiaco, un mamífero rumiante; (G y H) clavijas o puntas de hueso de un primate cercopiteco; (I) cuña metapodial de un cérvido.

Una casa tropical

En el nuevo estudio se observa a los científicos recurrir a la cultura material muy bien conservada en la cueva de Fa-Hien Lena, en el profundo corazón de los bosques de la zona húmeda de Sri Lanka. Como coautor, Oshan Wedage (derecha), doctor en el MPI-SHH, afirma: "Fa-Hien Lena se ha convertido en uno de los sitios arqueológicos más importantes del sur de Asia desde la década de 1980, preservando restos de nuestra especie, sus herramientas y sus presas animales en un contexto tropical". Algunos de los hallazgos principales de este enclave incluyen notables herramientas de hueso puntiagudas, simples y dobles, que los científicos sospechan han sido utilizadas en la explotación de recursos tropicales. Sin embargo, faltaban pruebas directas en ausencia de un análisis microscópico detallado de alta resolución sobre las mismas.

Michelle Langley (izquierda), de la Universidad Griffith y autora principal del nuevo estudio, es experta en el análisis de rastros microscópicos en el uso de herramientas líticas y óseas, así como en la creación de cultura material simbólica en contextos del Pleistoceno. La aplicación de métodos de vanguardia al material hallado en Fa-Hien Lena confirmó la hipótesis de los investigadores. Tal como Langley afirma: "Las fracturas en las puntas indican daños por impactos producios con alta potencia, algo que generalmente se ve asociado en la caza de animales con arco y flecha. Esta evidencia es, además, anterior a cuaquier hallazgo similar en el sudeste asiático en 32.000 años y es actualmente la primera evidencia clara del empleo de esta tecnología más allá del continente africano".

Las pruebas de esta innovación humana temprana no se detiene ahí. Al aplicar el mismo enfoque microscópico a otras herramientas óseas, el equipo identificó características que parecen estar asociadas con la pesca en agua dulce en arroyos tropicales cercanos, así como con el trabajo de fibras vegetales para hacer redes o ropajes. "También hemos encontrado evidencias claras de producción de cuentas de colores de mineral ocre y la fabricación refinada de cuentas de conchas intercambiadas desde la costa, y de una antigüedad similar a otros materiales de 'significación social' encontrados en Eurasia y el sudeste asiático hace aproximadamente 45.000 años", dice Michelle Langley. Ambas circunstancias revelan una compleja red social humana temprana en los trópicos del sur de Asia.

Cultura material simbólica hallada en Fa-Hien Lena. (A y B) Posible espátula decorada, lanzadera o alisador en hueso; (C a E) cuentas de concha marina Conus spp. (Fy G) Nassariidae; (H a K y O) cuentas ocre, (L) colorante amarillo, (M) colorante rojo y ( N ) colorante de mica.

Un juego de herramientas flexible para nuevos terrenos de caza

El nuevo estudio destaca que los arqueólogos ya no pueden seguir vinculando los desarrollos tecnológicos, simbólicos o culturales específicos, a humanos del Pleistoceno en una sola región o entorno. "Las evidencias de Sri Lanka muestran que la invención de arcos y flechas, ropajes y señalización simbólica se produjo varias veces y en diferentes lugares, incluso dentro de las selvas tropicales de Asia", dice el también coautor Michael Petraglia (derecha) del MPI-SHH.
"Además del aislamiento en ambientes fríos, la ropa también puede haber ayudado contra los mosquitos tropicales, y en lugar de solo cazar mamíferos en los pastizales", agrega el zooarqueólogo Noel Amano (izquierda), otro coautor del MPI-SHH, "los arcos y las flechas ayudaron a los humanos a conseguir pequeños animales, primates y roedores que habitan en los árboles", añade.

Si bien los arqueólogos se han centrado durante mucho tiempo en la singularidad de los marcadores europeos como comportamiento de modernidad, el nuevo estudio es parte de una creciente conciencia de que muchas regiones del mundo vieron emerger nuevas tecnologías extraordinarias y complejas al final del Paleolítico.

"Los seres humanos de aquel tiempo muestran un extraordinario ingenio y una gran capacidad para explotar una variedad de nuevos entornos", señala Nicole Boivin (derecha), directora del MPI-SHH e igualmente coautora del estudio. "Estas habilidades les permitieron colonizar casi todos los continentes del planeta hace unos 10.000 años, lo que nos colocó claramente en el camino de ser la especie global que somos hoy en día".

Fuente: Instituto Max Planck| 12 de junio de 2020

Hallan una plataforma ritual gigante del VI milenio a.C., con entierros circundantes, en Arabia Saudí

Vista aérea de la plataforma. Crédito: MADAJ, Marianne Cotty, Olivia Muñoz y Ronald Schwerdtner

El descubrimiento de estructuras de piedra monumentales en el antiguo asentamiento de Dumat al-Jandal, en el noroeste de Arabia Saudí, incluye una vasta plataforma triangular que pudo haber servido a los pastores nómadas para realizar rituales hace unos 8.000 años, según sugiere un equipo de arqueólogos con base a la datación por radiocarbono de los restos hallados en el lugar.

Las ruinas de Dumat al-Jandal son uno de los muchos enigmas prehistóricos de la región. Ahora las dataciones llevadas a cabo en Dumat se han establecido en un artículo publicado en la revista Antiquity por un equipo de científicos de Francia, Arabia Saudí e Italia, dirigido por la arqueo-antropóloga Olivia Muñoz (izquierda), del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia.

La noción de que detrás de esta monumetal construcción prehistórica no podrían estar los pastores nómadas que vivían en pequeños grupos ha sido deshechada. Enclaves como Göbekli Tepe, en Turquía, que datan de hace más de 11.500 años, dan fe de que, independientemente de la estructura social, los cazadores-recolectores nómadas fueron capaces de realizar grandes esfuerzos colectivos.

Las ruinas monumentales prehistóricas en el asentamiento-oasis de Dumat al-Jandal no son únicas en ese sentido; se han encontrado miles en la península arábiga y en el sur del Levante desde el advenimiento de las imágenes satelitales, y gracias al hecho de que el desierto carece de una cubierta vegetal. Otros sitios incluyen los llamados "cometas" (alineaciones de piedras que los arqueólogos creen que pueden haber servido como grandes trampas para cazar, derecha), tumbas y otras plataformas del tipo encontrado en Dumat, informa Muñoz.

"Sin embargo, pocas han sido exploradas, y a menudo es difícil datarlas, lo cual es una de las novedades que presenta nuestro estudio", dice ella.

Enclave ritual durante 2.000 años

En Dumat al-Jandal, los restos humanos encontrados en y alrededor de las ruinas monumentales, así como en tumbas cercanas, abarcan desde hace casi 8.000 años a. C. hasta el 50 d.C., según han determinado los arqueólogos con base a dataciones realizadas mediante radiocarbono.
Durante la Edad del Hierro, el asentamiento se convirtió en una ciudad-estado amurallada, conocida en parte por su gran templo dedicado a la diosa Ishtar. Pero la adoración en este lugar probablemente se remonta mucho más atrás.

"La enigmática plataforma triangular estaba rodeada por paredes exteriores de piedra seca, una de las cuales contenía dos nichos. La forma triangular estaba llena de grandes e irregulares piedras, pero las mismas no provenían de paredes colapsadas, sino que forman parte de la construcción original, es decir, la plataforma se había llenado con tales piedras desde el principio", comenta Muñoz a Haaretz.

Vista de los nichos de la plataforma. Crédito: Olivia Muñoz y Marianne Cotty

Los resultados indican que la plataforma se construyó en varias fases hace entre 8.000 y 7.000 años, y debajo del relleno de piedras había uno o más cuerpos humanos, aparentemente adultos. La condición de los huesos dentro de la plataforma era demasiado decrépita como para esperar mucho de ellos, pero los arqueólogos observaron que algunos de los huesos largos se habían deformado por el peso de las piedras y el sedimento sobre ellos. Esta circunstancia indicaba que los huesos todavía podían contener colágeno cuando se colocaron en su lugar de descanso final: no se habían secado por completo.

"Su organización en el repositorio -desarticulados y depositados desordenamente- muestra que este era un enterramiento secundario, es decir, los cuerpos se descomponían en otro lugar y solo ciertos huesos eran seleccionados y llevados a la plataforma", dice Muñoz. "La deposición de restos humanos fue probablemente de gran importancia simbólica desde los primeros días del uso de la plataforma, la cual puede haber sido un lugar de conmemoración en aquel tiempo".
Vale la pena recordar que el entierro secundario era en gran medida la norma en el antiguo Levante y Oriente Próximo. Cajas de huesos -osarios, derecha- se han encontrado en muchas tumbas antiguas en la región, incluido el actual Israel. Eran el depósito final de los esqueletos después de la descomposición del cuerpo.

"El entierro secundario dentro de esta plataforma enigmática sugiere que el edificio monumental cumplió un propósito ritual, probablemente una función funeraria", detalla Muñoz.

Además, la plataforma está orientada a lo largo de un eje oeste/noroeste a este/sureste, correspondiente al amanecer y el atardecer de invierno. Y lo más intrigante: "Su monumentalidad y su larga duración de uso (durante al menos dos milenios) sugieren que fue un lugar de conmemoración colectiva para actividades sociales y rituales, así como un ancla material de la memoria social y la construcción de la identidad", dice Muñoz.

La plataforma durante la excavación. Crédito: © MADAJ

Relaciones comerciales con el antiguo Egipto

Otro conjunto de restos humanos encontrados en Dumat al-Jandal, en un depósito a unos 20 metros de la plataforma, estaba desorganizado en tal grado que ello sugiere fueron extraídos posiblemente por ladrones de tumbas prehistóricos.

Este conjunto de huesos provenía de al menos cinco adultos y un niño pequeño. Sus restos datan de hace entre 5.400 a 5.000 años. La probabilidad de que hayan estado protegidos en una tumba durante al menos algún tiempo se basa en su limitada descomposición.
Junto con los cuerpos los arqueólogos encontraron 13 cuentas de collar: dos cuentas cilíndricas de concha, tres cuentas cilíndricas de piedra, tres cuentas planas de piedra blanquecina y cinco cuentas de cornalina. Posteriormente, se encontraron más cuentas de cornalina en una tumba saqueada a unos 20 metros de la plataforma triangular, que data de una época posterior: hace entre unos 2.150 a 1.970 años.

Distintos tipos de cuentas halladas.

Por tanto, y en primer lugar, dado que Dumat está en medio del desierto las conchas tuvieron que venir de lejos. Y por lo que respecta a las cuentas de cornalina, esta es un mineral, variedad de la calcedonia, es semitranslúcida de color rosa, naranja, rojo o marrón, un tipo de cristal de cuarzo. Aunque las cuentas no orgánicas no pueden datarse a partir de los contextos de su descubrimiento, los arqueólogos deducen que las cuentas de cornalina halladas en los dos depósitos dicen mucho. La pregunta es de dónde provenían estas piedras semipreciosas. Las cinco encontradas en el conjunto desorganizado de huesos de más de 5.000 años atrás pueden haber sido de origen local, en términos relativos.

Los arqueólogos notaron, en un descubrimiento separado, la existencia de percutores de sílex que aparentemente se habían usado para trabajar piedras duras en Rajajil, a solo 32 kilómetros de Dumat al-Jandal. También observaron la existencia de un taller de cuentas de cornalina a 270 kilómetros al suroeste del oasis, en Tayma.

"Las cuentas encontradas en Tayma muestran tamaños similares y presentan el mismo conocimiento tecnológico", escribe el equipo de arqueólogos.

Por otro lado, las cuentas de cornalina encontradas en la tumba saqueada que data de hace aproximadamente 2.000 años fueron descubiertas junto con conchas marinas del Mar Rojo, una cuenta de loza con esmalte verde claro típicamente egipcia y un amuleto en forma de escarabajo también procedente del antiguo Egipto.

Otra vista de la plataforma durante la excavación. Crédito: Olivia Muñoz y Marianne Cotty

Todo ello, sugieren los arqueólogos, indica relaciones comerciales entre los habitantes de Dumat al-Jandal y Egipto en ese momento posterior a través de una ruta terrestre por el desierto del Sinaí.
Los arqueólogos también se detienen en el análisis del escarabajo, un hallazgo raro en el contexto saudita. Se han encontrado menos de una docena, y este es el primero que aparece en el desierto central, lejos de la costa. El mismo conserva rastros de esmalte azul y está grabado con una estlización humana, probablemente un faraón basándose en su tocado y en que lleva una falda larga plisada de la que sobresalen cobras. Su brazo derecho cuelga hacia abajo y el izquierdo se levanta frente a él. Típico de un subconjunto de escarabajos faraónicos.

Quién pueda ser el faraón es otro asunto. El estilo podría fecharse en el Imperio Nuevo, periodo que abarca desde el siglo XVI hasta el siglo XI a. C., aunque los ejemplos de un faraón de pie o arrodillado con cobras a su lado son más frecuentes en los escarabajos del período de Ramsés I, que comenzó a fines del siglo XIII a. C.

Olivia Muñoz frente a la plataforma durante la excavación en Dûmat al-Jandal. Crédito: Marianne Cotty

Esta sería una última evidencia que sugiere que los pueblos prehistóricos eran perfectamente capaces de mantener un activo comercio. Solo por poner un ejemplo: alguien en una ciudad neolítica al norte de Jerusalén, en Motza, hace 9.000 años, era un orgulloso propietario de una cuchilla hecha de obsidiana, también conocido como vidrio volcánico, y que probablemente provenía de Anatolia, al otro lado del mar Mediterráneo.

Además, el mineral de cobre de Chipre llegó hasta Escandinavia durante el Calcolítico tardío, y, por otro lado, se ha descubierto que una tumba en Dinamarca contenía una cuenta de vidrio hecha por el fabricante que suministraba este tipo de cuentas al faraón Tutankamón, nada menos.

"La presencia de objetos de estilo egipcio en la plataforma descubierta se explica por su proximidad al Sinaí y al Levante meridional, donde grandes cantidades de egipcios junto con sus tallas de escarabajos circulaban desde principios del segundo milenio antes de Cristo hasta al menos mediados el primer milenio antes de Cristo", resume equipo de arqueólogos. De hecho, algunas tallas de escarabajos también se han encontrado en excavaciones arqueológicas realizadas en Israel.

Las muestras arqueológicas del área de la plataforma y la necrópolis fueron recolectadas por los arqueólogos desde 2015 dentro del Proyecto Dumat al-Jandal dirigido por Guillaume Charloux, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, en colaboración con el Ministerio de Cultura de Arabia Saudí.


Fuente: hareetz.com | 10 de junio de 2020

Hallan en China una figurilla que representa a un pájaro sobre una peana de unos 13.500 años de antigüedad

La talla se encontró entre restos de animales quemados y fragmentos de cerámica en un yacimiento en el norte de la provincia central de Henan.

En un estudio publicado en la revista PLOS ONE por el arqueólogo Zhanyang Li, de la Universidad de Shandong, China, y otros colegas, se describe la talla de un pequeño pájaro que cosntituye el ejemplo más antiguo de arte tridimensional hallado en el este de Asia.

Las tallas halladas en Europa de animales o seres humanos realizadas en marfil de mamut, y que datan de hace 40.000-38.000 años, son los primeros ejemplos prehistóricos con los que el Homo sapiens representó tridimensionalmente el mundo que le rodeaba, aunque, debido a la falta de otras evidencias, no está claro cuándo este tipo de representación tridimensional se convirtió en parte del repertorio cultural de grupos prehistóricos en el resto del mundo. En el estudio citado, Li y sus colegas describen el notable descubrimiento de un pequeño pájaro en pie tallado en el yacimiento paleolítico de Lingjing, en Henan, China, el cual arroja más luz sobre la antigüedad del arte tridimensional.

Fotografía y reconstitución 3D μ-CT de la figura en miniatura de pájaro descubierta en Lingjing (provincia de Henan, China), fechada hace 13 500 años. Crédito: Francesco d'Errico y Luc Doyon

Durante una excavación inicial que llevó a cabo Zhanyang Li (izquierda) en Lingjing en 2005, descubrió once capas estratificadas distintas que iban desde hace 120.000 años hasta la Edad del Bronce, pero halló que la mayor parte de la quinta capa se había eliminado durante una operación de excavación de pozos en 1958. Sin embargo, el material sedimentario procedente de esta quinta capa todavía se encontraba intacto y permanecía cercano al yacimiento. Tras tamizar el mismo, sus autores descubrieron un pedernal negro idéntico a los que quedaban en la capa 5 del yacimiento, así como varios artefactos, incluidos fragmentos de cerámica, restos de animales quemados y la propia figura del ave, la cual está tallada en hueso y tiene la forma de un pájaro cantor sobre una peana.

Mediante la utilización del carbono-14 se dataron los restos de los animales quemados (incluido un hueso con marcas antropogénicas similares al que también se observan en la talla del ave), pudiéndose estimar que la antigüedad de la estatuilla y el material óseo asociado a la misma tenía aproximadamente de 13.500-13.200 años (BP). Con base a evidencias de otros lugares del norte de China de antigüedad similar, esto sugiere que cazadores-recolectores con tecnología de herramientas de piedra ocuparon Lingjing y crearon la talla de este pájaro durante periodo temporal aludido.

Técnica de talla en distintas secciones del ave de Lingüing: Ab: Abrasión; Go: Gubia; Ib: Incisión con un buril; In: Incisión; Po: Pulido; Sc: raspado. Escala = 1 mm.


Técnicas de elaboración aplicadas al ave. A) Rastros de destripamiento seguidos de raspado del pájaro hacia atrás. B) Rastros de gubia en el pájaro. C) Muesca grande producida por múltiples movimientos de corte vigoroso para dar forma al pedestal. La escala es de 1 mm. D) Gubia suave aplicada para tallar la cabeza. Escala de 2 mm. E) Gubia superficial aplicada al lado izquierdo de la estatuilla. La escala es de 1 mm. A y B son representaciones en 3D obtenidas con un microscopio confocal, mientras que el resto son micrografías en blanco y negro.

Las representaciones de aves son un tema habitual en el arte neolítico chino, con el ejemplo más antiguo de un pájaro cantor de jade que data de hace aproximadamente 5.000 años (BP). La figura del pájaro de hueso hallada en Lingjing es anterior en casi 8.500 años a ejemplos previamente conocidos hallados en esta región, y tiene varios elementos tecnológicos y estilísticos que la distinguen de otras representaciones contemporáneas parecidas a pájaros halladas en Europa occidental y Siberia (tal como la peana sobre la que descansa el pájaro de Lingjing). Aunque se necesitan más ejemplos de tallas semejantes para confirmar esta posibilidad, la figura del pájaro de Lingjing sugiere la presencia de una larga tradición artística específica en el este de Asia con orígenes mucho más tempranos durante el periodo Paleolítico.

Tal como los investigadores escriben: "Este descubrimiento identifica una tradición artística original y hace retroceder en más de 8.500 años la representación de aves en la producción artística realizada en China. La figura difiere tecnológica y estilísticamente de otros especímenes encontrados en Europa Occidental y Siberia, y podría ser el enlace que faltaba para rastrear el origen de la escultura en el territorio chino durante el período Paleolítico".

Fuentes: phys.org | dalymail.co.uk | 10 de junio de 2020

Clive Finlayson: "La inteligencia del neandertal era comparable a la nuestra"

Fotografía facilitada por Clive Finlayson. EFE

Clive Finlayson, doctor en biología por la Universidad de Oxford, es el director del Museo Nacional de Gibraltar y director de las labores científicas efectuadas en la Cueva de Gorham, en el Peñón, yacimiento arqueológico conocido por sus aportaciones sobre el neandertal, del que ha asegurado a Efe que "su inteligencia era comparable a la nuestra".

Profesor en universidades canadienses y británicas, Finlayson lleva treinta años estudiando a los neandertales y ahora ha publicado en España "El neandertal inteligente" (Almuzara), un libro que lleva el subtítulo de "Arte rupestre, captura de aves y revolución cognitiva" y que, junto a sus trabajos anteriores, le ha valido ser conocido como "defensor de los neandertales", a los que considera "seres humanos con habilidades comparables a las de los llamados humanos modernos".

En su nuevo libro, Finlayson contradice la teoría --vigente desde hace cuarenta años-- de la "revolución cognitiva" que hace 50.000 años motivó al advenimiento del Homo sapiens y sostiene que no hubo tal revolución, sino que el comportamiento moderno surgió de forma gradual entre las diferentes poblaciones de humanos modernos y neandertales y que incuso algunas prácticas de los neandertales fueron adoptadas por los humanos modernos.

PREGUNTA.- Su libro se titula "El neandertal inteligente" ¿Cómo de inteligente era el neandertal?

RESPUESTA.- En mi opinión su inteligencia era comparable a la nuestra. Las diferencias detectadas en cultura material por los arqueólogos solo reflejan diferencias culturales o de momento histórico, no de capacidad cognitiva.

P.- ¿No eran, pues, menos inteligentes que los que suponíamos ascendentes directos de los sapiens?
R.- ¡Por supuesto que no, ni tampoco eran menos inteligentes que los propios sapiens!

P.- ¿Qué grado de complejidad tenían los rituales de los neandertales?
R.- Sabemos que enterraban, sabemos que usaban adornos personales que incluían garras de rapaces y plumas, sabemos que hacían grabados y pintaban en las paredes de las cuevas, que planificaban la caza, que podían hablar, y que intercambiaban genes con los sapiens. Muchos de nosotros llevamos genes neandertales. Por tanto eran seres humanos simbólicos y complejos.

P.- ¿También fueron capaces de desarrollar formas artísticas?
R.- Sí, por supuesto. En Gibraltar encontramos un grabado y posteriormente se han detectado pinturas en varias cuevas de la Península.

P.- ¿Fueron buenos cazadores de aves?
R.- Aquí, en Gibraltar, hemos encontrado restos de 161 especies de aves en asociación con neandertales en cuatro cuevas. Eso representa el treinta por ciento de las especies de aves de Europa. Creo que eso contesta la pregunta. Muchos restos tienen claras señales de intervención por neandertales, cortes hechos con sus cuchillos, quemaduras de haberlos cocinado, incluso en algún caso impronta de dientes de neandertal en los huesos de las aves.

P.- ¿Qué utilidad daban a las plumas de las aves que cazaban?
R.- Fundamentalmente las aves las empleaban como comida --palomas, perdices, patos-- y las plumas para adornarse, las de rapaces y córvidos.

P.- ¿Cómo entronca con sus investigaciones su afición a la ornitología?
R.- Perfectamente. Mi afición ornitológica se convirtió en profesión hace ya mucho tiempo. Mi doctorado en la Universidad de Oxford fue sobre ecología evolutiva de las aves. Esto me ayudó a pensar y a comprender a los neandertales a través de las aves que cazaban. El conocimiento de la ecología es fundamental para entender a los neandertales y entrar en su mundo.

P.- ¿Si todos los no africanos portan genes neandertales, quiere eso decir que el hombre actual es heredero directo suyo?
R.- Sí, sin duda. Es heredero parcial. Al final son --y me incluyo yo, ya que sé que llevo genes neandertales y sapiens-- híbridos.

P.- ¿Queda mucho por investigar en las cuevas de Gibraltar?
R.- Tengo asumido desde hace mucho tiempo que no veré el final del proyecto, ¡queda tanto por hacer y por descubrir!

P.- ¿Sus teorías podrían sustentarse sin los avances efectuados en la investigación en ese lugar?
R.- Es un punto de apoyo. Con el asunto del consumo de aves nuestros datos, junto a otros procedentes de Italia, fueron los primeros. Nadie sospechaba esto. Ahora ya se encuentran evidencias en muchos otros lugares, tan distantes como Crimea.

P.- ¿Sus investigaciones pueden situar a Gibraltar como "capital mundial neandertal"?
R.- Bueno, un amigo canadiense, al verlo por primera vez, la llamo “Neanderthal City”. Sin duda era un lugar privilegiado para ellos. Sí, por qué no “capital mundial neandertal”. La UNESCO la reconoció como Patrimonio de la Humanidad en 2016. Junto con Monte Carmelo, en Israel, son los dos únicos lugares calificados Patrimonio de la Humanidad que representan a los neandertales.

Fuente: eldiario.es | Alfredo Valenzuela | 4 de junio de 2020

Un nuevo estudio de ADN antiguo arroja luz sobre cómo se pobló el Caribe

lustración de uno de los primeros colonos del Caribe. Crédito: Tom Bjorklund.

El Caribe fue una de las últimas regiones de América en ser colonizada por los seres humanos. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science arroja luz sobre cómo se asentaron en las islas hace miles de años.

Mediante el análisis de ADN antiguo, un equipo internacional de investigadores ha encontrado evidencias de al menos tres oleadas migratorias a esa región.
"Nuestros resultados dan una idea de la historia de las primeras migraciones al Caribe y conectan a esta región con el resto de las Américas", dice Hannes Schroeder (izquierda), profesor asociado del Globe Institute, Universidad de Copenhague, y uno de los autores principales del estudio. "Las evidencias del ADN se suman a los datos arqueológicos y nos permiten probar hipótesis específicas sobre cómo el Caribe fue colonizado por primera vez".

Más datos, más detalles

Los investigadores analizaron los genomas de 93 antiguos caribeños que vivieron entre hace entre 3200 (BP) y 400 años a través de restos óseos excavados en 16 yacimientos arqueológicos de todo el Caribe, pero debido al clima cálido de la zona el ADN de las muestras no estaba muy bien conservado. No obstante, mediante técnicas de enriquecimiento específicas, los investigadores lograron extraer información suficiente del genoma de los restos.

Los científicos extrajeron datos genómicos de restos antiguos recolectados en 16 sitios arqueológicos en el Caribe, que revelaron la historia de las personas que llegaron a las islas. Foto de Kathrin Nägele

"Los nuevos métodos y la tecnología nos han permitido aumentar el número de genomas antiguos del Caribe en casi dos órdenes de magnitud", dice Johannes Krause (derecha), director del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena, Alemania, otro de los autores principales del estudio. "Con todos esos datos, hemos podido pintar una imagen muy detallada de la historia de las primeras migraciones al Caribe".

Los hallazgos de la investigación indican que ha habido al menos tres migraciones diferentes en el área caribeña: dos primeras dispersiones en el Caribe occidental, una de las cuales parece estar vinculadas a dispersiones de población ocurrida anteriormente en América del Norte, y una tercera ola, más reciente, cuyo origen procede de América del Sur.


Secuencia temporal y progresión geográfica de la colonización del Caribe


Secuencia temporal y progresión geográfica de la colonización del Caribe

Conexiones a través del Mar del Caribe

Aunque todavía no está del todo claro cómo los pobladores originarios llegaron a las islas, existe una creciente evidencia arqueológica de que, lejos de ser una barrera, el Mar del Caribe sirvió como una especie de "autopista acuática" que conectaba las islas con el continente y entre sí.

"Las grandes masas de agua son tradicionalmente consideradas una barrera para los humanos y las antiguas comunidades de cazadores y recolectores generalmente no se perciben como grandes navegantes. Sin embargo, nuestros resultados continúan desafiando esa visión, ya que sugieren que hubo una interacción repetida entre las islas y el continente", dice Kathrin Nägele (izquierda), estudiante de doctorado en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, en Jena, Alemania, autora también principal del estudio.

Diversidad biológica y cultural en el antiguo Caribe
"Los nuevos datos respaldan nuestras observaciones anteriores de que los primeros pobladores del Caribe eran biológica y culturalmente diversos, lo que agrega resolución a este antiguo período de nuestra historia", dice Yadira Chinique de Armas (derecha), profesora asistente de bioantropología en la Universidad de Winnipeg y co-director de tres excavaciones a gran escala en Cuba.

Los investigadores también encontraron que había diferencias genéticas entre los primeros colonos de América del Norte y los colonos procedentes de América del Sur, los cuales, según la evidencia arqueológica, llegaron a la zona hace unos 2.800 años.

Foto: Las investigadoras Yadira Chinique de Armas y Silvia Hernández Godoy trabajan en la excavación Canimar Abajo, como parte de la investigación publicada en Science y que recuerda que, tal y como habían avanzado los descubrimientos arqueológicos, las islas del Caribe fueron colonizadas por primera vez hace unos 8.000 años. EFE/ Esteban Grau González / Instituto De Biología Evolutiva.

"Aunque los diferentes grupos procedentes de América del Norte y del Sur llegaron a estar presentes en el Caribe al mismo tiempo, encontramos, sorprendentemente, poca evidencia de mezcla entre ellos. Al fin y al cabo, como en la mayoría de otros lugares del mundo, las personas se mezclan cuando se encuentran", agrega Cosimo Posth (izquierda), miembro del grupo en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y autor conjunto del estudio.

"Los resultados de esta investigación proporcionan otra capa de datos que destaca la complejidad y la naturaleza múltiple de las sociedades caribeñas precolombinas y sus conexiones con el continente americano. Ello se refleja en la arqueología de la región, pero es fascinante verlo respaldado por los datos biológicos", dice Corinne Hofman (derecha), profesora de arqueología en la Universidad de Leiden e investigadora principal del proyecto ERC Synergy NEXUS1492.

"Los datos genéticos proporcionan una nueva profundidad a nuestros hallazgos", concuerda Mirjana Roksandic (izquierda), profesora de la Universidad de Winnipeg e investigadora principal en el proyecto SSHRC. Los científicos esperan realizar análisis genómicos más precisos en el futuro para comprender mejor las interacciones entre los grupos caribeños y la gente del circuncaribe.

Fuente: Instituto Max Planck | phys.org | 4 de junio de 2020

La colonización del Caribe comenzó hace 8000 años y sucedió en varias oleadas

Los estudiantes de UWinnipeg, Zenia Michno y Stephanie Skelton, excavan el sitio de Canimar Abajo junto a Silvia Hernández Godoy y Yadira Chiniuqe de Armas (Fotografía: Esteban Grau González).

El trabajo, el primer estudio genómico global del Caribe, ha sido liderado por Hannes Schroeder, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y es una colaboración entre científicos del Instituto Max Planck de Historia Humana (Alemania), del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona (España), y de distintos centros de Holanda, Cuba, Puerto Rico, Canadá y Estados Unidos.

La investigación, publicada este jueves en Science, recuerda que, tal y como habían avanzado los descubrimientos arqueológicos, las islas del Caribe fueron colonizadas por primera vez hace unos 8.000 años desde Trinidad (Antillas Menores).

Durante los milenios posteriores, estos cazadores-recolectores se dispersaron por el archipiélago y colonizaron progresivamente todas las islas del Caribe, desde las Antillas Menores hasta Cuba, La Española o Puerto Rico (Antillas Mayores), hasta que hace unos 2.800 años se produjo un gran cambio: la llegada de colonos con cerámica y agricultura, los llamados 'cerámicos'.

"Fue algo parecido a lo que sucedió en Europa, cuando los cazadores recolectores del Mesolítico fueron colonizados por los agricultores del Neolítico", explica a EFE Carlos Lalueza-Fox (izquierda), paleogenetista del IBE y coautor del estudio.
El trabajo analiza el genoma de 93 antiguos isleños localizados en yacimientos caribeños, principalmente de Cuba Bahamas, Puerto Rico y Guadalupe y Santa Lucía, dos islas de las Antillas Menores.
Más de la mitad de estos genomas (52) eran 'precerámicos' de hace entre 3.200 y 700 años de antigüedad y 41 'cerámicos' que poblaron las islas desde hace 1.500 hasta hace 400 años, después de la llegada de los colonizadores españoles.

El análisis del ADN revela que los pobladores antiguos, que estuvieron durante al menos 4.000 años en las islas, tenían coincidencias genéticas con grupos paleoindios de norteamérica, pero también de Sudamérica.

"Por eso pensamos que hubo al menos tres oleadas dentro del Caribe, pero las primeras, las de los cazado-recolennnnnnnnnn,nctores, son más difíciles de discernir porque son muy antiguas y no disponemos de suficientes genomas antiguos de Norteamérica y Sudamérica como para encontrar realmente con qué población tienen más afinidad".

Lo que sí desvela ese ADN es que en algún momento entre hace 8.000 y 5.000 años, en Cuba hubo contactos entre pobladores antiguos y personas de norteamérica que llegaron al Caribe tras una "difícil travesía", porque, aunque los territorios estén cerca, las corrientes complican los viajes desde América del Norte hacia Cuba, y un viaje así implica "una navegación sofisticada sorprendente" si se tiene en cuenta que pudo suceder hace 8.000 años, destaca Lalueza-Fox.

Mapa del Caribe con ubicaciones de procedencia de muestras de ADN antiguas (por Kathrin Nägele)

La otra migración, la de los cerámicos fue más reciente (hace 2.800 años) y es "más evidente" en el genoma de los caribeños.

"Los descendientes de esos cerámicos son los nativos que encontró Colón cuando llegó al continente. Todavía hoy hay gente en las islas cuyo genoma conserva rastro de estos ancestros que no se llegaron a extinguir del todo y que son la base no solo de la diversidad genética del continente, sino también lingüística, de hecho, conservamos algunas palabras suyas como cacique, huracán, barbacoa, tabaco...", detalla el paleogenetista catalán.

Los resultados del estudio también revelaron que, pese a haber coexistido durante siglos, existen claras diferencias genéticas entre los antepasados de los primeros colonos de la región y los llegados de América del Sur, lo que significa que entre ambos grupos de población no hubo mestizaje.

Tres investigadores de la Universidad de Winnipeg, fotografiados con su equipo de investigación internacional y miembros de la comunidad local, participaron en un estudio que arroja nueva luz sobre el poblamiento temprano del Caribe (Crédito de la foto: Luis Viera Sanfiel).

"En Europa, los estudios genéticos demuestran que los cazadores recolectores mesolíticos fueron absorbidos por los agricultores del Neolítico pero en este caso no encontramos la 'ancestralidad' (huellas genéticas) de los cazadores recolectores americanos en las poblaciones posteriores. No sabemos si los sustituyeron o los absorbieron; no tenemos datos suficientes para saber qué pasó", relata Lalueza-Fox.

"Los resultados del estudio respaldan nuestras observaciones anteriores de que los primeros pobladores del Caribe eran biológica y culturalmente diversos", afirma Yadira Chinique de Armas, directora de tres excavaciones en Cuba y profesora en la Universidad de Winnipeg (Canadá).
Además, "demuestran la complejidad y la naturaleza múltiple de las sociedades caribeñas precolombinas y sus conexiones con el continente americano antes de la invasión colonial". "Se reflejaba en la arqueología pero es fascinante verlo respaldado por la biología", destaca Corinne Hofman, de la Universidad de Leiden (Holanda).

Para Lalueza-Fox, "el Caribe, junto con Polinesia, es uno de los ejemplos más bonitos de colonización del ser humano, que se lanzó a colonizar una isla tras otra y avanzar en este modelo de dispersión por islas".

Fuente:latinxtoday.com | 4 de junio de 2020

Determinan que el maíz se incorporó a la dieta en Mesoamérica hace 4.700 años (BP)

Casi todos los supermercados están llenos de productos hechos de maíz en cada uno de sus pasillos: maíz fresco, maíz enlatado, cereal de maíz, tacos de maíz, totopos, palomitas de maíz, edulcorantes de maíz en cientos de productos, rellenos de maíz en alimentos para mascotas, en jabones y cosméticos, y la lista continúa.

El maíz es quizás la planta más importante jamás domesticada, superando los 1.000 millones de toneladas producidas en 2019, el doble que el arroz, según el profesor de antropología de la Universidad de Nuevo México (UNM), Keith Prufer (izquierda), investigador principal de un equipo que acaba de publicar un nuevo estudio que arroja luz sobre cuándo la gente comenzó a comer maíz.

La investigación, publicada recientemente por su equipo en la revista Science Advances, revela nueva información sobre cuándo el maíz, ahora omnipresente, se convirtió en una parte clave de la dieta de las personas. Hasta ahora, poco se sabía sobre el momento en que los humanos que vivían en los trópicos de América Central comenzaron a comer maíz. Pero el descubrimiento "incomparable" de antiguos esqueletos humanos, notablemente bien conservados, en refugios rocosos de Centroamérica han revelado el tiempo en que el maíz se convirtió en una parte fundamental de su alimentación.

"Hoy en día, gran parte de la popularidad del maíz tiene que ver con su alto valor en carbohidratos y proteínas como alimento para animales, así como por su contenido de azúcar, que lo convierte en el ingrediente preferido de muchas comidas y bebidas procesadas, tales como las bebidas azucaradas. Tradicionalmente también se ha utilizado como bebida fermentada en Mesoamérica. Dados sus humildes comienzos, hace 9.000 años en México, entender cómo se convirtió en la planta más dominante del mundo encuentra su beneficio al descifrarse qué fué lo que atrajo a las personas a este cultivo, para empezar. Nuestro artículo es la primera comprobación directa de la adopción del maíz como un alimento básico en los humanos", observa Prufer.

En este sentido, Prufer dijo que el equipo internacional de investigadores dirigido por la UNM y la Universidad de California, Santa Bárbara, está investigando a los primeros humanos de América Central y cómo se adaptaron, en el tiempo, a entornos nuevos y cambiantes, y cómo esos procesos han afectado a las historias y sociedades humanas.

Las excavaciones fueron dirigidas por el profesor de la UNM Keith Prufer junto con un equipo internacional de arqueólogos, biólogos, ecólogos y geólogos. Crédito: UNM

"Una de las cuestiones clave para comprender estos cambios, desde una perspectiva evolutiva, es saber cómo sucedió el tránsito de la caza y la recolección hacia el desarrollo de la agricultura, así como el ritmo y el 'tempo' de las nuevas estrategias innovadoras de subsistencia", dice Prufer. "La producción de alimentos y la agricultura estuvieron entre las innovaciones culturales más importantes de la historia humana, dado que la agricultura nos permitió vivir en grupos más grandes en el mismo lugar y desarrollar aldeas permanentes en torno a la producción de alimentos".

"Estos cambios, finalmente, llevaron al área de asentamientos mayas al desarrollo de las ciudades-estado del Período Clásico, entre 3.000 y 1.000 años atrás Sin embargo, hasta la realización de este estudio, no sabíamos cuándo los primeros mesoamericanos se convirtieron en agricultores, o qué tan rápido aceptaron el nuevo cultivo del maíz como un ingrediente estable de su dieta. Ciertamente, tuvieron mucho éxito en sus anteriores actividades de forrajeo, caza y horticultura, antes del desarrollo agrícola, por lo que es de considerable interés comprender el momento y los procesos subyacentes", agrega.

La datación mediante radiocarbono de los restos esqueléticos hallados muestra la transición de una dieta pre-maíz de los cazadores-recolectores, con un consumo de plantas y animales silvestres junto con la paulatina introducción y creciente dependencia del maíz. De este modo, el maíz representa menos del 30 % de la dieta de las personas en el área hace 4.700 años, llegando al 70 % después de 700 años.

El maíz fue domesticado a partir del teosinte, una planta herbácea silvestre que crece en los tramos más bajos del valle del río Balsas, en el centro de México, hace unos 9.000 años. Hay evidencias de que el maíz se cultivó por primera vez en las tierras bajas mayas hace unos 6.500 años, aproximadamente al mismo tiempo que aparece a lo largo de la costa del Oceáno Pacífico de México. Pero no hay evidencias de que el maíz fuera un cereal básico en ese momento.


El primer uso de maíz puede haber sido para realizar una forma temprana de licor

"Presumimos que el jugo del tallo de maíz pudo haber sido el uso original de las primeras plantas de maíz domesticadas, cuando las mazorcas y las semillas eran demasiado pequeñas para tener mucha importancia dietética. Los seres humanos son realmente buenos para fermentar líquidos azucarados y convertirlos en bebidas alcohólicas. Esto cambió a medida que la selección de plantas de maíz con semillas cada vez más grandes coincidió con cambios genéticos en las propias plantas, lo que eventualmente condujo a mazorcas de mayor tamaño y con más semillas más grandes", explica Prufer.

Para determinar la presencia de maíz en la dieta de los individuos antiguos, Prufer y sus colegas midieron los isótopos de carbono en los huesos y dientes de 52 esqueletos de hombres y mujeres adultos y niños, los cuales proporcionaron una muestra holística de la población. Los esqueletos más antiguos datan de hace entre 9.600 y 8.600 años hasta hace aproximadamente 1.000 años.

El análisis mostró que los restos óseos más antiguos pertenecían a personas que habían comido plantas silvestres, palmeras, frutas y nueces, las cuales se encuentran en los bosques tropicales y las sabanas, así como carne de animales de caza terrestres.
Hace 4.700 años (BP), las dietas se habían vuelto más diversas, y algunas individuos muestran un primer consumo de maíz. La firma isotópica de dos infantes lactantes muestra que sus madres estaban consumiendo cantidades sustanciales de este cereal. Los resultados exhiben un consumo creciente de maíz durante el próximo milenio, a medida que la población hizo la transición a la agricultura sedentaria.

Prufer señala: "Podemos observar directamente en los isótopos de los huesos cómo el maíz se convirtió en un cereal básico en las primeras poblaciones que estamos estudiando. Sabemos que estas personas habían estado experimentando con el ancestro salvaje del maíz, el teosinte, y con el primer maíz temprano durante algunos miles de años, pero no parece haber sido un cereal básico hasta hace aproximadamente 4.000 años (BP). Después de eso, la gente nunca dejó de comer maíz, por lo que se convirtió en el cultivo alimentario más importante de las Américas y luego en el resto del mundo".

Mapa que muestra la ubicación de los refugios rocosos MHCP y ST en relación con sitios arqueológicos de Mesoamérica con maíz temprano, sitios mayas del Período Clásico con inscripciones datadas y secuencias paleoambientales.

Las secuencias paleoambientales se muestran como triángulos verdes de la siguiente manera: (A) San Andrés, Tabasco (36); (B) SOC05-2 (19); (C) Lago Puerto Arturo (11); (D) región de los lagos de Petén (57); (E) Pantano de mazorca (38); (F) Pantano Pulltrowser (38); y (G) Lago Yojoa (58). Los sitios arqueológicos con maíz temprano se muestran como puntos rojos: (1) Cuevas de Ocampo (59), (2) Xihuatoxtla (3), (3) El Riego (60), (4) San Marcos (60), (5) Coxcatlán (60), (6) Guilá Naquitz (5) y (7) Caye Coco (25).

Las excavaciones fueron dirigidas por Prufer junto con un equipo internacional de arqueólogos, biólogos, ecologistas y geólogos. Numerosos estudiantes de posgrado y de pregrado de la UNM participaron en la investigación de campo, así como colaboradores del equipo en la cogestión de áreas protegidas, una ONG beliceña y el Fondo de Conservación Ya'axche.

Las condiciones no fueron fáciles para los equipos de excavación, refiere Prufer: "Hicimos cinco años de trabajo de campo en dos sitios remotos rocosos de la Reserva Natural Bladen, en las montañas mayas de Belice, una vasta área silvestre que supone, para llegar a ella, una caminata de dos días desde la carretera más cercana. Al trabajar en esta área, tuvimos que acampar sin electricidad y agua corriente, e incluso sin servicio teléfónico móvil durante un mes cada año".
Ahora que se ha publicado la investigación, el equipo avanzará a la siguiente etapa. "Las nuevas tecnologías nos permitirán profundizar aún más en el análisis molecular a través de estudios de ADN antiguo y análisis isotópico de aminoácidos individuales que están involucrados en convertir los alimentos en tejidos humanos y energía. Ya tenemos estudiantes de doctorado trabajando en la ampliación del trabajo para la próxima generación de análisis", concluye Prufer.

El trabajo de investigación y análisi fue realizado en la Universidad Penn State, el Centro UNM para isótopos estables, la Universidad de Califormia, Santa Bárbara (UCSB) y la Universidad Exeter del Reino Unido, el Laboratorio de Identificación Central del Ejército de EE. UU., la Universidad de Mississippi, la Universidad del Norte de Arizona y el Ya'axche Conservation Trust, en Belice. Prufer fue el director del proyecto junto con su colega Doug Kennett, de UCSB.

Fuentes: Universidad de Nuevo México | 3 de junio de 2020