El ámbar de Sicilia circulaba por el Mediterráneo hace 6.000 años, mucho antes que el ámbar procedente del Báltico


Ubicación de los hallazgos geológicos (puntos) y arqueológicos (estrellas) de ámbar en Iberia.
CAD: depresión central asturiana; BC: cuenca Vasco-Cantábrica; MB: Cuenca del Maestrazgo. Muestras geológicas analizadas en este trabajo de: a) Ajo; b) Comillas; c) Cuchía; d) Puente 'El Arrudo'; e) Alloz; f) Zubielki; g) El Caleyu; h) Sant Just; i) La Hoya yj) Navalperal. Objetos arqueológicos analizados en este trabajo de: 1. La Velilla; 2. Valencina de la Concepción; 3. Los Millares; 4. Llano de la Sabina (97 y 99); 5. Llano de la Teja 18; 6. Valle de las Higueras; 7. Cueva Artificial de Sao Paulo y 8. Quinta do Marcelo. Otros sitios arqueológicos mencionados en este documento en orden de aparición en el texto: (8) La Garma A; (9) Cueva Los Cuarenta; (10) Chousa Nova; (11) Dolmen de Mamoa V de Chã de Arcas; (12) Dolmen de Alberite; (13) Campo de Hockey; (14) Los Lagos I; (15) Larrarte; (16) Trikuaizti I; (17) Pedra Cabana; (18) Cabana del Moro de Colomera; (19) Muricecs; (20) Herrerías II; (21) Palacio III; (22) Moreirinha y (23) Senhora da Guia.

Mediante espectroscopía infrarroja se analizaron 22 muestras de ámbar de Portugal y España que datan de 4.000 a 1.000 años a.C., confirmándose investigaciones previas que muestran que en el norte de Iberia el ámbar era principalmente de origen local, mientras que en el resto de la Península los objetos ambarinos provenían de Sicilia o de la región del Báltico. Al combinar estos datos con la información arqueológica disponible, los autores encontraron que el ámbar siciliano había llegado a Iberia antes de lo que se pensaba, al menos 4.000 años a.C. Después de una disminución del consumo de ámbar y del comercio en el comienzo de la Edad del Bronce, alrededor de 2.000 años a.C., una afluencia de ámbar procedente del Báltico reemplazó gradualmente el ámbar siciliano en Iberia alrededor de 1.000 años a.C.

Estos hallazgos sugieren que los íberos se involucraron en extensas redes de intercambio mediterráneas en la Prehistoria Tardía, y apoyan hipótesis previas sobre el origen de los recursos de ámbar en Iberia durante este período.

Algunos de los objetos ámbar analizados: a) Cuentas de Dolmen de La Pastora (Valencina de la Concepción); b) Cuentas registradas como ámbar desde Los Millares 7 (VII); c) Cuentas de Los Millares 12; d) objetos de ámbar de Los Millares 63 (III); e) cuentas de ámbar de Llano de la Sabina 99; f) Cuentas del Valle de las Higueras 1; g) Cuentas del Valle de las Higueras 3; h) Cuentas de Sao Paulo MAH7771_SPII1330; i) Cuentas de Sao Paulo MAH10503_SPII1521; j) Cuentas de Quinta do Marcelo MAH1745_QMar354.

Murillo-Barroso (izquierda) señala: "Hemos superado los desafíos tradicionales de intentar asignar ámbar corroído a una fuente geológica. Gracias a este nuevo trabajo, ahora tenemos evidencia de la llegada del ámbar siciliano a Iberia al menos desde el cuarto milenio a. C. Este ámbar aparece en enclaves del sur ibérico y su distribución es similar a la del marfil, por lo que tal vez el ámbar siciliano llegó a Iberia a través de los contactos con el norte de África".

El coautor Marcos Martinón-Torres (derecha), agrega: "Desde la Edad del Bronce Final vemos ámbar del Báltico en una gran cantidad de sitios ibéricos. Lo que es peculiar es que este ámbar aparece asociado al hierro, la plata y la cerámica, que apuntan a conexiones mediterráneas. Esto sugiere que el ámbar del norte puede haberse movido hacia el sur a través de Europa central antes de ser enviado al oeste por marineros mediterráneos, desafiando las sugerencias anteriores de comercio directo entre Escandinavia e Iberia".

"Todavía hay cuestiones sin resolver y que hay que investigar en el futuro, como, por ejemplo, explorar la presencia de ámbar en contextos norteafricanos del mismo período y seguir investigando las redes involucradas en la introducción y propagación del ámbar del Báltico en Iberia y comprobar hasta qué punto los metales y otros productos ibéricos fueron proporcionados a cambio".


Ejemplo de uno de los vestidos hechos de cuentas de ámbar y concha de los tholos de Montelirio (Sevilla).

Fuente: eurekalert.com | 29 de agosto de 2018

Los mosaicos de caza de Salar sitúan a su villa como referente romano en Granada

Foto: El jabalí herido en uno de los mosaicos hallados. / Noelia Jiménez García

La tercera campaña arqueológica de la Villa Romana de Salar «marca un antes y un después» para el municipio del Poniente granadino. Así lo entiende Armando Moya, el alcalde de este pueblo de apenas 2.700 habitantes.

El hallazgo de una bien conservada Venus púdica de estilo capitolino ha sido la última gran sorpresa que ha dado esta excavación, que estos días deja ver ya los ricos mosaicos que los arqueólogos esperaban encontrar. «Ya la anterior campaña, en 2017, nos dejó claro que había mosaicos de gran valor y este año, con la aparición de la Venus del siglo II y conservada estupendamente, ha sido el despegue», comenta el primer edil, que insiste en que lo encontrado demuestra lo que ya intuía el equipo de arqueólogos y estudiantes de Arqueología de la UGR: que «la villa va a ser el epicentro del mundo romano en Granada y casi en Andalucía», insisten.


Por eso, el Ayuntamiento de Salar -que hasta ahora sólo ha contado con el apoyo de Diputación en sus intervenciones- se muestra «reivindicativo con la Junta de Andalucía, a la que reclama que se implique de una vez por todas». El Proyecto General de Investigación (PGI) es decisivo en el desarrollo de las excavaciones en los próximos años y permitirá estudiar la parte urbana y la rústica de este gran complejo residencial romano, así como contextualizarlo en su entorno y comprender qué papel tenía Salar hace veinte siglos en el imperio romano. «El PGI tiene un presupuesto de 155.000 euros en cinco años de desarrollo, lo que supone una inversión de poco más de 30.000 euros al año, que para una administración como la Junta no representa apenas nada», recalca Moya, que señala la riqueza de los mosaicos geométricos y de caza, las pinturas murales y las columnas que se están empezando a desenterrar estos días. También exige Moya la declaración BIC del yacimiento, otro aspecto importante para impulsar el contenido de la villa.

Según Manuel Moreno, técnico de la excavación y experto en arquitectura romana doméstica, «el yacimiento de Salar es uno de los mejores referentes de villas en España». «No tiene nada que envidiar a otras del Norte de África o la península itálica», porque, según este especialista en arqueología de la Antigua Roma, es comparable a villas como La Olmeda (Castilla y León) y a otros modelos de la arquitectura rural de la península ibérica. Los mosaicos representan la importancia del dominus o propietario de la Villa.

Jinete triunfante

Precisamente ayer, salió a la luz una de las partes más significativas del mosaico de caza, valioso y especialmente relevante para catalogar esta muestra patrimonial. Refleja un jinete muerto con el caballo tumbado y otro jinete, este en actitud triunfal, que está atacando a un jabalí. «Por su ubicación, podría ser la representación del propio propietario de la villa, algo muy habitual entre poderosos romanos», narra Moreno, que recrea a la perfección cómo era ese peristilo, o patio monumental central de la villa, rodeado de naturaleza controlada y columnas, con una sala triclinar o de recepción del dominus. «La iconografía estaba muy pensada para impresionar a los visitantes, algo que también destaca la importancia y poder adquisitivo del dueño de esta residencia», explican los arqueólogos que trabajan en Salar, cuyo yacimiento fue descubierto accidentalmente en 2004, durante las obras de la depuradora.


También inciden los expertos en que «la ubicación de la villa es perfecta, junto a la A-92 -el eje vertebrador de la zona Bética desde tiempos romanos- y el arroyo Salar y el río Genil, que conectan la zona oriental y occidental», detallan. Precisamente se cree que el increíble buen estado de conservación de la villa está relacionado con el río cercano. «Todo apunta a que, tras el abandono de la villa en el siglo VI, el arroyo Salar y sus crecidas de arcilla han beneficiado a la zona, porque la han sepultado y protegido sus restos», afirman, también con la vista puesta en otro punto arqueológico cercano y de gran valor, Torre Gabino. «Es mucho más antiguo y, aunque hay que hablar aún con cautela, nos podría decir con su estudio que aquí hubo romanos desde antes de la construcción de la villa, es decir, antes del cambio de Era ya había asentamientos romanos en la zona», comentan todavía prudentes.

Foto: Trabajos de recuperación de los mosaicos / Noelia Jiménez García.

Pocas villas iguales

«Hay pocas villas en Andalucía y ninguna en Granada donde aparezcan tal cantidad de elementos y de la calidad de los últimos hallazgos, como la Venus», reitera por su parte el coordinador del proyecto, Julio Román. «Llevamos tres Venus, mucho para lo poco excavado, que es apenas un 10% del total», continúa este arqueólogo, que cree que «las perspectivas de la villa son muy buenas» por la importancia de los hallazgos localizados y la interpretación que éstos pueden ofrecer sobre la importancia histórica que en aquel momento pudo tener la localidad de Salar.


Según los expertos que trabajan en esta villa, otro aspecto favorable del yacimiento es que está muy bien secuenciado. Se sabe ya que la villa se creó entre la primera y la tercera década del siglo I d.C., con una fase de monumentalización a mediados del siglo III, una fase de reformas en la primera mitad del siglo V y con el abandono definitivo en la primera mitad del siglo VI.

Fuente: loja.ideal.es| 29 de agosto de 2018

Descubren el campamento militar romano más antiguo de Galicia en Ourense

As de Augusto acuñado por el legado Publio Carisio (25-22 a.C.) y recuperado en el campamento de Penedo dos Lobos.

La excavación arqueológica que se llevó a cabo en el yacimiento romano de Manzaneda, en Penedo dos Lobos, en Manzaneda (Orense), dio como fruto el descubrimiento de la presencia militar del campamento romano más antiguo que se conoce en territorio gallego hasta el momento.
Estos hallazgos sitúan la presencia romana en un horizonte cronológico anterior al cambio de era y, muy posiblemente, según señalan los arqueólogos que han trabajado sobre el terreno, coetáneo a las guerras cántabro-astures con las que el imperio finalizó la conquista de la península.
Hasta el momento, existían algunos autores que afirmaban que Galicia se había mantenido al margen del conflicto. Y aunque todavía no se puede determinar cuál era la misión del contingente militar que se asentó en Penedo dos Lobos, sí que se conoce que estaba formado por unos mil soldados y que fue ocupado durante un corto período de tiempo.
Los especialistas en arqueología han señalado que más que a un campamento de marcha (construido para descansar durante una o dos jornadas), se correspondería con un campamento estacional, que sirviese durante más tiempo a un contingente con una misión específica que por el momento se desconoce. El campamento fue descubierto por un vecino de la comarca, Rubén F. Lorenzo Pérez, que comunicó al colectivo Romanarmy.eu -que desarrolló toda la campaña arqueológica- la existencia de un recinto de alta montaña de peculiares características.
En la excavación se localizaron restos de una sandalia romana y monedas acuñadas por Publio Carisio, legado del emperador Octavio Augusto durante las guerras cántabro-astures. Todo parece indicar que estas monedas se usaban para pagar a los legionarios que participaban en estas campañas bélicas.


Además, el campamento de Penedo dos Lobos aún conserva las características cuatro puertas que definen estos recintos militares romanos y casi la totalidad del perímetro de la muralla defensiva que -según inciden los expertos es algo poco habitual- está construida en piedra. Los arqueólogos incidieron en el «excelente» estado de conservación de las estructuras que rodean el campamento.
El colectivo de investigación Roman Army reúne a un conjunto de arqueólogos profesionales, investigadores y profesores universitarios de las universidades de Santiago de Compostela, Oviedo, Minho (Portugal) o Leiden (Holanda), entre otras, que estudian la presencia del ejército romano en el noroeste de la península ibérica, poniendo especial énfasis en los episodios de conquista e invasión que terminaron con el dominio romano efectivo en los tiempos del emperador Octavio Augusto.

Un patrimonio en amenaza

El colectivo romanarmy.eu comunicó a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia en febrero de 2017 la existencia del campamento romano. Sin embargo, durante la intervención arqueológica se tuvo conocimiento de que el terreno se encuentra afectado en estos momentos por un plan de repoblación forestal que dañará de manera irreversible este sitio arqueológico de gran relevancia para la historia de Galicia.

Un amplio programa de divulgación

La intervención arqueológica en el Penedo dos Lobos fue retransmitida diariamente a través de Internet por parte del colectivo romanarmy.eu, mediante vídeos en directo y formatos innovadores de comunicación científica. El alcance, sólo a través del perfil de Facebook del colectivo, fue de más de 65.000 personas a lo largo de toda la semana de intervención arqueológica, en la que el público pudo seguir día a día la evolución de la intervención. Así mismo, se realizaron visitas guiadas al sitio tanto con integrantes de los campamentos juveniles de Cabeza de Manzaneda como abiertas al público general, con numerosa presencia de público.

Fuente: lavozdegalicia.es | 29/08/2018

Hallstatt, la mina de sal guardiana de secretos prehistóricos

Explotada durante 7.000 años, la mina de Hallstatt ha producido no solo un suministro constante de sal sino también descubrimientos arqueológicos que atestiguan la existencia de una rica civilización que data de la primera parte del I milenio a.C.

Todas las minas necesitan reforzarse regularmente contra el colapso, y Hallstatt, la mina de sal más antigua del mundo encaramada en los Alpes austríacos, no es una excepción. Pero Hallstatt no es como otras minas.

Explotada durante 7.000 años, la mina ha proporcionado no solo un suministro constante de sal, sino también descubrimientos arqueológicos que atestiguan la existencia de una rica civilización que data de la primera parte del I milenio a.C.

Hasta ahora, se cree que menos del dos por ciento de su red de túneles prehistóricos ha sido explorada, tras la nueva ronda de trabajos de refuerzo, que comenzó este mes, para proteger los logros de las excavaciones, según el arqueólogo jefe Hans Reschreiter (izquierda).
"Como en todas las minas, la montaña ejerce presión sobre los túneles y podrían derrumbarse si no se hace nada al respecto", dijo Reschreiter a la AFP.

Hallstatt fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997 y "los trabajos actuales están dirigidos a protegerla para las futuras generaciones", dijo Thomas Stelzer, gobernador del estado de Alta Austria donde se encuentra la mina.
Elevándose sobre un lago natural -hoy día frecuentado por masas de turistas, particularmente de Asia, que vienen a admirar un escenario alpino perfecto-, la mina de Hallstatt se encuentra a más de 800 metros sobre el nivel del mar.

El vasto depósito de sal marina en su interior fue dejado por un mar que cubrió la región hace unos 250 millones de años.


Escaleras de 3.000 años de antigüedad

Uno de los descubrimientos arqueológicos más llamativos fue el de una escalera de madera de ocho metros de longitud que data del año 1100 a.C., la escalera más antigua hallada en Europa.
"Estaba tan bien conservada que pudimos desarmarla y volver a armarla", dijo Reschreiter.
Otros artefactos datan de mucho más atrás. Excavada en 1838, un hacha realizada con un cuerno de ciervo, y que data del 5.000 a.C., demostró que, desde entonces, "los mineros se esforzaban por extraer la sal de aquí", dijo Reschreiter.

A mediados del siglo XIX, las excavaciones revelaron una necrópolis que mostraba la prominencia del sitio durante la Edad del Hierro. Tal civilización se conoce como "Cultura de Hallstatt", asegurando la fama del lugar.

"Miles de cadáveres han sido excavados, y casi todos ostentan adornos de bronce, lo que refleja que eran usados ​​por los más ricos", dijo Reschreiter. "Los restos óseos llevaban marcas del duro trabajo físico realizado desde la infancia, a la vez que muestran signos de una prosperidad inigualable".


Uno de los descubrimientos arqueológicos más llamativos fue el de una escalera de madera de ocho metros de longitud que data del 1100 a.C., la escalera más antigua de este tipo hallada en Europa.

El "oro blanco" no tiene precio

La sal, conocida desde siempre como el "oro blanco", no tenía precio en ese momento. Y la mina de Hallstatt producía hasta una tonelada todos los días, abasteciendo a "la mitad de Europa", dice el investigador, y agrega que "el difícil acceso de su ubicación la convirtió en la más rica del continente y fue una plataforma importante para el comercio en el año 800 a.C.".

Ello queda atestiguado por los mangos de espada hechos de marfil africano y los cuencos mediterráneos de vino encontrados en la misma. Una segunda serie de excavaciones, iniciada por el Museo de Historia Natural de Viena hace unos 60 años, produjo más sorpresas.
En túneles a más de 100 metros por debajo de la superficie, los arqueólogos descubrieron "evidencias únicas" de actividad minera a una escala "industrial" durante la Edad del Bronce, dijo Reschreiter.

Además de revelar estructuras de contención de madera de más de 3.000 años de antigüedad, que se conservaron perfectamente con la sal, la excavación desenterró numerosas herramientas, guantes de cuero, una cuerda del grosor de un puño, así como restos de millones de antorchas de madera.

Herramientas halladas en la mina de Hallstatt.

Continuamente activa

La mina fue explotada por los celtas y durante la época romana, cuando la sal se utilizaba para pagar a las legiones estacionadas a lo largo del río Danubio -de ahí el origen de la palabra "salario"-, y nunca ha dejado de funcionar desde tiempos prehistóricos.
Hoy, unas 40 personas aún trabajan allí, usando agua a alta presión para extraer el equivalente a 250.000 toneladas de sal por año.

"La sal ya no tiene el mismo valor que en la antigüedad, pero algunos de sus nuevos usos, tal como en las industrias farmacéutica y química, siguen siendo altamente rentables", dice Kurt Thomanek, director técnico del proveedor de sal Salinen Austria.
El turismo, vinculado a los descubrimientos arqueológicos, es también "un pilar de nuestras actividades. El año pasado, unas 200.000 personas visitaron la mina de Hallstatt", agrega Thomanek.

Fuente: phys.org | 24 de agosto de 2018

Una investigación sugiere un vínculo entre la extinción de los neandertales y ciclos fríos

En esta foto de 2013 proporcionada por Bogdan Onac, el investigador Vasile Ersek se encuentra en la Cueva de Ascunsa en Rumania. Los científicos dicen que los cambios ancestrales en el clima ayudaron a nuestra especie a reemplazar a los neandertales en Europa. Los investigadores utilizaron datos de esta cueva y otra para documentar dos períodos largos de frío y seco. (Bogdan Onac vía AP).

Durante miles de años, la especie a la que pertenecemos todos, Homo sapiens, coexistió en Europa con otra, Homo neanderthalensis, también inteligente y sofisticada, según han demostrado numerosos estudios en los últimos años. Pero estos parientes, los más cercanos que tuvimos jamás, desaparecieron hace unos 40.000 años de la faz de la Tierra, dejando en nosotros una pequeña parte de su genoma como herencia. Por qué los neandertales no tuvieron éxito es uno de los misterios científicos más fascinantes de la evolución humana. Si eran tan parecidos a nosotros, hasta el punto de que cocinaban, cazaban en grupo, enterraban a sus muertos e incluso pudieron crear arte, ¿qué les llevó a la extinción? ¿Fue la misma causa la que motivó nuestro triunfo como especie?

Son preguntas intrincadas que pretende ayudar a responder un nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), llevado a cabo por el equipo de Michael Staubwasser (izquierda), de la Universidad de Colonia, Alemania. Los científicos creen que fue la dieta de los neandertales, esencialmente carnívora, la clave de su declive. Los períodos fríos que atravesó el continente durante el Paleolítico diezmaron las piezas de caza en el paisaje estepario, lo que provocó que estos homínidos se quedaran sin su principal fuente de alimento.

La transición de los neandertales a las poblaciones humanas modernas se produjo durante un período de ciclos climáticos fríos recurrentes, en los que, en el valle superior y medio del Danubio, las temperaturas pudieron alcanzar los -2º C como promedio anual, una condiciones insostenibles para una ocupación humana permanente.

Staubwasser y sus colegas examinaron registros paleoclimáticos de estalagmitas en el este de Europa central de hace entre 44.000 y 40.000 años, y compararon los datos con los registros arqueológicos de artefactos creados por los neandertales. Los autores encontraron que las capas arqueológicas desprovistas de herramientas neandertales corresponden a los períodos fríos, a pesar de que sus cuerpos bajos y rechonchos se adaptaban a estos ambientes. Después de esos períodos, Europa experimentó una renovación genética a medida que los humanos modernos se expandieron. Las evidencias científicas sugieren que el último cruce entre miembros de nuestra especie y los neandertales ocurrió de cuatro a seis generaciones antes de que estos últimos fueran borrados del registro arqueológico.

Foto: Cueva de Tăuşoare, de casi 20 km de longitud, en los Cárpatos orientales en Rumania. Los análisis isotópicos de las estalagmitas en la cueva ayudaron a reconstruir el clima frío hace más de 40.000 años en Europa Central. - derstandard.at/2000086164923/Wurde-es-fuer-die-Neandertaler-in-Europa-zu-kalt.

Una dieta limitada

Para los investigadores, la dieta de los neandertales, que era más limitada que la de los humanos en el paisaje estepario, puede explicar su declive durante los períodos fríos. Bajo la presión de un clima cambiante, las fuentes de carne terrestre (grandes mamíferos) de las que dependían principalmente para sobrevivir pudieron haber escaseado. «Esto hizo inviable la estrategia de subsistencia de los neandertales», explica Staubwasser a ABC. Sin embargo, los Homo sapiens no tuvieron tantos problemas, ya que complementaban su dieta con alimentos vegetales, pescado y marisco, lo que les permitió sobrevivir y adaptarse mejor al medio.

«Los neandertales se acomodaron mejor a los bosques, que disminuyeron severamente en las condiciones más secas y frías. De hecho, en realidad, no regresaron a Europa central y occidental hasta que el glacial terminó», señala Staubwasser. En esos lugares, sí accedían a frutas y nueces.
Los autores explican en PNAS que la desaparición de los neandertales no estuvo provocada directamente por nosotros, los Homo sapiens, sino por una mayor vulnerabilidad a los rápidos cambios ambientales y al estrés ecológico en la tundra o la estepa. Independientemente de las causas de su extinción, los neandertales resultan sin duda fascinantes. Hábiles cazadores, capaces de comunicarse, sociales y hasta compasivos, probablemente fueron también los primeros artistas de la humanidad, con una capacidad de pensamiento simbólico y cognitiva que algunos creen muy similares a las nuestras.

Katerina Harvati (izquierda), experta en el hombre de Neandertal de la Universidad de Tuebingen, en Alemania, quien no participó en el estudio, dijo que es útil tener nueva información climática del sureste de Europa, región que se cree atravesó el Homo sapiens para dispersarse por el continente.
Pero añadió que no está claro si el Neandertal desapareció y el Homo sapiens apareció en las épocas que los autores indican, dado que los estudios que ellos citan se apoyan en evidencias limitadas y en ocasiones están abiertos al debate.
Chris Stringer (derecha), del Museo de Historia Natural de Londres, dijo que creía que el documento era un buen ejemplo del impacto de los cambios climáticos en los neandertales, aunque cree que otros factores también estuvieron presentes en su desaparición.

Rick Potts, de la Smithsonian Institution, calificó el estudio como "una nueva mirada refrescante en el reemplazo de especies".

Fuentes: abc.es | foxbaltimore.com | 28 de agosto de 2018

La población infantil del enclave prehistórico de Valencina (Sevilla) no tenía privilegios de nacimiento

Uno de los dólmenes que se conservan en Valencina. / JUAN CARLOS VÁZQUEZ


La primera investigación promovida sobre la población no adulta del asentamiento que durante la Edad del Cobre habría poblado con mayor o menor periodicidad el entorno de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán (Sevilla) expone que, según los indicios, los individuos de esta antigua cultura no habrían gozado de "altos estatus sociales" por meras razones de nacimiento.

Así queda de manifiesto en el estudio titulado La población no adulta del asentamiento de la Edad del Cobre de Valencina de la Concepción: una aproximación demográfica, contextual y sociológica, un documento que firman los arqueólogos e investigadores Marta Cintas-Peña, Leonardo García Sanjuán, Marta Díaz-Zorita, Ana Mercedes Herrero Corral y Sonia Robles Carrasco.

Este trabajo, recogido por Europa Press, profundiza en el conocimiento del enclave de la Edad del Cobre localizado entre los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, donde descansan los dólmenes de La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y de Montelirio, así como otros múltiples megalitos, tumbas y yacimientos relacionados con las comunidades calcolíticas de la zona.

Una investigación previa publicada en la revista Journal of World Prehistory señalaba que, con una extensión de unas 450 hectáreas, el asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán "es de lejos el mayor asentamiento de la Edad del Cobre en toda la Península Ibérica y posiblemente uno de los mayores de Europa occidental en la prehistoria tardía".

Nivel inferior (Fase I) de PP4-Montelirio Estructura 10.071 con tres inhumaciones individuales. Foto: José Peinado Cucarella

Este estudio, además, planteaba la tesis de que este enclave habría tenido una función ritual o ceremonial y no urbana. Según la investigación, el asentamiento calcolítico de Valencina habría sido "un lugar de reuniones, demostraciones competitivas y rituales, con cambiantes ocupaciones ocasionales o estacionales de la zona, más que una "densa ocupación permanente de carácter urbano".

En este contexto, la "aproximación demográfica, contextual y sociológica" a la población infantil y juvenil del asentamiento humano de Valencina y Castilleja de Guzmán "supone el primer acercamiento específico, en términos científicos, a la demografía, condiciones de vida y posiciones sociales de los niños y adolescentes de las comunidades calcolíticas de dicho entorno", según apunta el último estudio.

Para ello, la investigación se basa en restos óseos rescatados en las excavaciones arqueológicas acometidas en la zona y asociados a 39 individuos no adultos, es decir con edades comprendidas hasta los 17 años. Estos restos humanos, localizados en ocho sectores diferentes del antiguo asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán, se remontan a un periodo que abarca desde el año 3.200 a.C., en el caso de los huesos más antiguos, al 2.300 a.C. en el caso de los huesos de menos antigüedad.

A partir de un análisis de los restos óseos de estos 39 individuos infantiles o juveniles, los autores de esta investigación dan cuenta de diferencias entre las prácticas funerarias correspondientes a los adultos y las relativas a los sujetos no adultos. "Todos estos individuos infantiles o juveniles fueron enterrados "o en compañía de adultos o en estructuras donde también había adultos" sepultados, al mismo tiempo que en el entorno de Valencina y Castilleja de Guzmán "hay numerosos contextos en los que sólo hay adultos" enterrados, por el ejemplo el propio dolmen de Montelirio.

Los investigadores ponen de relieve que 30 de los 39 individuos infantiles o juveniles fueron enterrados en "contextos no megalíticos", es decir en "hoyos o cuevas artificiales", y sólo nueve de estos cadáveres fueron localizados dentro de construcciones megalíticas como tal. Por el contrario, en el caso de los restos óseos descubiertos en esta zona arqueológica y atribuidos a población adulta, "58 de los individuos fueron enterrados en estructuras megalíticas frente a 76 hallados en contextos no megalíticos", lo que arroja una clara diferencia proporcional entre los fallecidos de uno u otro sector demográfico enterrados en las preeminentes tumbas megalíticas.

Además, este estudio señala que ninguno de los individuos no adultos descubiertos en los enterramientos calcolíticos de Valencina y Castilleja de Guzmán tenían asociados artículos o efectos funerarios. "En algunos casos, podemos hablar de artículos mortuorios colectivos que podrían haber estado asociados a adultos y también a individuos no adultos, pero en Valencina no hay contextos (funerarios) en los que los cadáveres de sujetos no adultos presenten una clara relación con efectos mortuorios individualizados", expone el estudio, precisando que "sí hay claros ejemplos de individuos adultos correlacionados con ajuares fúnebres personales".
Los autores de esta investigación interpretan que los indicios sugieren la idea de que en las comunidades del asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán "no había individuos que disfrutasen de altos estatus sociales por nacimiento, como parece ser el caso en algunos colectivos de la Edad del Bronce Argárica".

Fuente: diariodesevilla.es | 26 de agosto de 2018

Descubren en Irak las primeras jarras de cerveza de la historia, con 3.500 años de antigüedad

Dos recipientes para beber y un cubo de loza excavados en Khani Masi (Irak). La nueva investigación muestra que hacia el 1400 a.C. el consumo de cerveza se había convertido en una experiencia individual al usar vasos y copas que variaban en tamaño, desde el equivalente moderno de un vaso pequeño de vino hasta un vaso de cerveza.

La cerveza era de consumo popular desde hace casi 3.500 años en Mesopotamia (Irak), reveló un nuevo estudio publicado en la Revista de Ciencia Arqueológica. El documento resalta evidencias que muestran que los habitantes de finales de la Edad del Bronce de Mesopotamia disfrutaban bebiendo cerveza de cebada, al igual que lo hacemos hoy.


La investigación fue realizada por un equipo internacional de arqueólogos, dirigido por la Dra. Claudia Glatz (izquierda), de la Universidad de Glasgow, y el profesor Jesse Casana, del Dartmouth College. Desde 2016, el equipo estuvo supervisando las excavaciones en Khani Masi, un sitio de la Edad de Bronce situado en el valle del río Alto Diyala, en el noreste de Irak, como parte del Proyecto Regional Sirwan (SRP).

La cerveza y Mesopotamia
Mientras inspeccionaban el área, los investigadores encontraron restos de numerosos recipientes de cerámica que datan de hace 3.500 años. El análisis de estos fragmentos, a su vez, reveló la presencia de compuestos químicos indicativos de una bebida fermentada a base de cebada.

Históricamente se tiene la hipótesis de que la cerveza probablemente se desarrolló de forma independiente en diferentes partes del mundo. De hecho, algunos creen que esta bebida alcohólica era, en realidad, el subproducto de la agricultura basada en cereales, y que la fermentación natural desempeñó un papel en la fase “accidental” de la elaboración de la misma.

Una vista aérea de Khani Masi

El comienzo de la fabricación de proto-cerveza posiblemente se remonta al período Neolítico temprano, alrededor del 9.500 a.C.
Sin embargo, los historiadores ahora creen que la receta estándar más antigua para elaborarla vino de la antigua Mesopotamia. Tal receta fue descubierta en una tablilla sumeria datada en el 1.800 a.C.: el Himno a Ninkasi (derecha). Según los investigadores, Ninkasi era el nombre de la antigua diosa tutelar sumeria de la cerveza o del alcohol. Tradicionalmente, se ha supuesto que la cerveza en Mesopotamia se consumía comunalmente a partir de grandes jarras utilizando pajitas largas y flexibles. La nueva investigación muestra que hacia el 1.400 a.C. el consumo de cerveza se había convertido en una experiencia individual al usar vasos y copas que variaban en tamaño, desde el equivalente moderno de un vaso pequeño de vino hasta un vaso de cerveza.

Excavaciones en curso en Khani Masi

En el nuevo estudio titulado “Revelando cervezas invisibles: un nuevo enfoque para la identifica..., los investigadores añadieron:
“Nuestros resultados analíticos también nos permiten, por primera vez y con confianza, atribuir una gama diversa de recipientes para beber cerveza, y , en consecuencia, rastrear una transformación significativa en las prácticas de su consumo en Mesopotamia".
"También nos proporcionan nuevos conocimientos sin precedentes sobre las relaciones culturales de Mesopotamia con el valle del Alto Diyala River, un corredor estratégico de comunicación entre Mesopotamia y los montes Zagros que formaron parte de las últimas Rutas de la Seda y que apenas hemos comenzado a explorar sistemáticamente".



Como parte de la investigación se desarrolló una nueva técnica analítica para identificar químicamente esta bebida alcohólica en los recipientes encontrados, afirmó la Dra. Jaime Toney (izquierda), también de la Universidad de Glasgow.

“Al utilizar la cromatografía de gases, pudimos detectar y medir un conjunto de compuestos fósiles concurrentes que son propios de la cerveza. Mostramos que este conjunto de compuestos fósiles coincide con los encontrados en la cerveza de cebada moderna, identificando por primera vez un método importante para revelar su presencia, incluso cuando no hay evidencia visible, como la misma cerveza”.

Fuentes: frontera.info | Mail Online | 16 de agosto de 2018

La clave contra enfermedades actuales está en la genética neandertal

Los hombres y mujeres actuales, a excepción de los africanos, llevan en sus genes restos del ADN de neandertales y denisovanos, dos especies humanas ya extinguidas hace 40.000 años pero con los que el Homo sapiens sapiens tuvo descendientes. Y eso es algo que nos ha venido de perlas en términos evolutivos pues, según subraya Svante Pääbo, último premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, "algunos genes (de ese ADN retenido) tienen que ver con el sistema inmune, presumiblemente ayudándonos a combatir las enfermedades infecciosas".
Pääbo encabeza, junto con Viviane Slon, el equipo del Instituto Max Planck que acaba de identificar los restos del primer fruto del sexo entre una mujer neandertal y un hombre denisovano. Se trata de un hallazgo extraordinario: el primer descendiente directo de la hibridación de dos especies humanas diferentes. El equipo de Pääbo analizó el ADN de un hueso de 1,5 centímetros hallado en la cueva de Denisova, un yacimiento en las montañas siberianas de Altai, cerca de la frontera entre Rusia y Mongolia. Los resultados del análisis revelaron que el hueso perteneció a una adolescente muerta con 13 años hace unos 90.000 años. Decidieron llamarla Denny.
Cada estudio que publica Pääbo -que utilizó los restos de neandertal de la cueva asturiana de Sidrón para secuenciar el genoma de esta especie humana- obliga a reescribir la historia de la evolución humana. Fue él quien en 2010 determinó que los restos hallados en el yacimiento de Denisova (donde también se recuperaron los fósiles de Denny) pertenecían a una nueva especie de homínido que comenzó a denominarse "denisovana". Del hallazgo de Denny no solo se extrae la constatación de la existencia de un híbrido de primera generación, también brotan muchos otros datos. Por ejemplo, siguiendo el rastro de los genes que heredó de su madre, se puede apuntar que los neandertales "no se quedaron en un solo lugar durante miles de años", sino que migraron entre Europa Occidental y oriental antes de que el Homo sapiens sapiens ganara la carrera de la evolución.

El rastro genético en el hombre actual de esas especies extinguidas juega un papel importante, sobre todo en nuestro sistema inmunitario. Los denisovanos, según explica Pääbo en la revista de innovación e investigación de la Comisión Europea, dejaron en nuestro ADN una huella "más impresionante" que los neandertales. Especialmente en los asiáticos actuales. El rastro denisovano en los indígenas de Papúa Nueva Guinea y Australia puede llegar al 5% de su ADN. El último premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que recogerá el galardón en octubre en Oviedo, añade, por ejemplo, que son los genes heredados del hombre de Denisova los que han ayudado a los tibetanos actuales a adaptarse a la vida en zonas de gran altura y con poco oxígeno.

En cuanto a los neandertales, su rastro en el hombre actual oscila en entre el 1% y el 2% de nuestro ADN. Pääbo explica que "distintas personas llevan diferentes piezas del genoma del neandertal", de tal manera que en torno al 40-50 por ciento del genoma de esa especie está repartido en el hombre moderno. Los denisovanos aún son un misterio. Su especie se separó de los neandertales hace 400.000-500.000 años, pero convivió con los neandertales y como muestra Denny se reprodujeron entre ellos. Eso sí, esos encuentros sexuales entre especies no habrían sido habituales, opina Pääbo. Había una cierta frontera entre ellos. Tal y como declaró a Nature, Pääbo cree que "cualquier neandertal que viviera al oeste de los Urales nunca conocería a un denisovano en su vida".

Una nueva dimensión

El arqueólogo Marco de la Rasilla (derecha), coordinador de los estudios en el yacimiento neandertal de la cueva de Sidrón (Piloña, en Asturias), considera que el hallazgo por parte del equipo de Svante Pääbo de un híbrido de primera generación entre neandertales y denisovanos "dará una dimensión nueva de cómo se organizaban los grupos (de homínidos). Por ejemplo, habla de la posibilidad de que tuvieran contactos esporádicos".

Svante Pääbo entró en contacto con los restos recuperados del yacimiento piloñés en 2007, cuando los investigadores asturianos presentaron una decena de fósiles en el Museo Nacional de Ciencias Naturales para incorporarlos al proyecto Genoma neandertal. El objetivo era que el análisis de esos restos contribuyera a la secuenciación de todos los genes que componían el ADN de la especie de homínido extinguida hace 40.000 años. Desde entonces, cada avance publicado por este investigador sueco, un auténtico entusiasta de su trabajo, ha aportado más y más luz a la historia de la evolución humana. La última, el descubrimiento de Denny, la hija adolescente de una neandertal y un denisovano.

"Gracias a estos hallazgos -explica Marco de la Rasilla- la información sobre el comportamiento de estos grupos (de homínidos) es cada día más afinada", concluye.

Fuente: laopinioncoruna.es | 25 de agosto de 2018

El sexo entre especies y los secretos de Denny, la primera híbrida

Los humanos tenemos una sensibilidad especial para distinguirnos de los otros. El neurólogo argentino Facundo Manes (izquierda) cuenta cómo comprobó esta tendencia en un experimento con chilenos mapuches y no mapuches. “Les colocamos electrodos y les mostramos fotos de ambos grupos sociales. En cuestión de milisegundos el cerebro se da cuenta de si la foto pertenece a su etnia o no, y si pertenece lo asocia con algo positivo y, si no, con algo negativo”, explica.

Las pequeñas diferencias entre los individuos de nuestra especie han servido para negar la humanidad a grupos casi idénticos en multitud de ocasiones y no cuesta imaginar el recelo mutuo que debieron sentir las poblaciones humanas de hace más de 30.000 años, cuando los Homo sapiens aún tenían que compartir la Tierra. “Los denisovanos y los neandertales eran bastante distintos genéticamente. Como comparación, un denisovano y un neandertal eran más distintos entre ellos que dos personas cualquiera que vivan hoy, sin importar de dónde sean”, explica Viviane Slon (derecha).

La secuenciación del genoma de especies extintas ha mostrado que algunos de sus miembros superaron ese recelo inicial, copularon y tuvieron descendencia. En la actualidad, todas las poblaciones humanas, salvo los subsaharianos, tienen al menos un 2% de ADN neandertal, y los estudiosos del material genético antiguo han observado que, pese al escaso número de individuos del Pleistoceno cuyo genoma se ha secuenciado, los vestigios de cruces entre diferentes especies aparece en los análisis con una frecuencia inesperada.


Hace tres años, un equipo del Instituto de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania) liderado por Svante Pääbo, el padre de la revolución del ADN antiguo, secuenció el genoma de un humano moderno encontrado en Rumanía a partir de una mandíbula fósil (Oase 1, derecha). Solo había que remontarse cuatro generaciones para encontrar un ancestro neandertal en el árbol genealógico de aquel hombre. El hallazgo parecía improbable, pero esta semana se anunció un descubrimiento que hasta ahora se habría considerado imposible. Slon, Pääbo y varios miembros más del dream team de la paleogenómica de Leipzig habían encontrado al primer caso de descendiente directa entre dos grupos humanos distintos. Denny, como han llamado a la joven de 13 años encontrada en la cueva siberiana de Denisova, tenía una madre neandertal y un padre denisovano.

“Estos estudios nos dicen que la mezcla entre estos grupos sería frecuente cuando se encontraban, aunque no se encontrarían mucho, porque eran pequeños y estaban separados por grandes distancias”, afirma Sergi Castellano (izquierda), un investigador del University College de Londres que cuando trabajaba en Leipzig demostró que neandertales y humanos procrearon durante decenas de miles de años. Más difícil de saber a partir de los análisis genéticos es la naturaleza de aquellos encuentros, si se trataría de un sexo más o menos consensuado, si después Denny fue criada también por su padre o si la tribu la aceptó como una más.

La adolescente de Denisova fue un pequeño milagro. Las especies de sus padres se habían comenzado a separar hace 390.000 años y desde entonces su compatibilidad reproductiva no había dejado de descender. Este fenómeno se ha observado en los cruces entre neandertales y Homo sapiens. “Existen algunos estudios genéticos que apuntan a que la hibridación habría afectado negativamente a la fertilidad neandertal. Las madres 'Homo sapiens' que engendraban fetos masculinos habrían desarrollado un tipo de histocompatiblidad hacia el cromosoma Y del neandertal que, en muchos casos acabarían con abortos naturales”, añade María Martinón-Torres (derecha), directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) en Burgos.

Una vez nacida, también es posible que su carácter mestizo le complicase la vida. “Existen estudios, como los de Rebecca Ackerman, sobre híbridos de primera y segunda generación de monos babuinos, que demuestran que en los híbridos se producen un número muy alto de anomalías poco frecuentes en las poblaciones originales, y que son sin duda reflejo de alteraciones del desarrollo”, indica Martinón-Torres. “En estos híbridos existe un número significativamente mayor de patologías dentales bilaterales y asimetrías craneales, por ejemplo. Además, los híbridos suelen ser mucho mayores o mucho más pequeños que las especies parentales, lo que es evidencia de una modificación de los procesos de desarrollo normales”, continúa. “Podemos decir que aunque la pieza encaja, el encaje no es biológicamente perfecto”, concluye.

La directora del CENIEH apunta además a otro misterio en torno a aquellos humanos con padres de especies distintas. “Sabemos poco sobre cómo reconocer a un híbrido en el registro fósil. Tenemos siempre la idea de que tiene que tener un poco de su padre y de su madre o una morfología intermedia entre ambos. Sin embargo, estos estudios sobre híbridos de babuinos de Ackerman apuntan a que muchas veces no se parecen ni a su padre ni a su madre, sino que se producen novedades morfológicas”.

La propia Martinón-Torres, en un artículo publicado en Current Anthropology que aborda la cuestión de los denisovanos como híbridos, propuso que en la búsqueda de más individuos de esta especie se traten de identificar anomalías, como cambios de tamaño significativos, asimetrías o patologías dentales. En este sentido, recuerda que, si se compara con los de los neandertales, “los dientes hallados en Denisova son gigantes” (izquierda).

Es muy probable que Denny fuese una niña especial para su grupo, pero de ella solo se conserva un pequeño fragmento de hueso y su genoma no nos dice si era mayor o menor que un neandertal o un denisovano normal o si tenía un cráneo asimétrico. Para completar estos huecos del rompecabezas, los cazadores de denisovanos llevan años peinando amplias regiones de Asia en busca de nuevos yacimientos en los que comenzar a reconstruir a esta especie que solo conocemos por su ADN. Cuando se encuentren, la experiencia dice que también se hallarán los rastros del sexo entre especies y se podrá saber más sobre cómo se relacionaban entre ellas e incluso tratar de reconstruir cómo fue el final del resto de especies humanas con las que ya no podemos copular.

Fuente: elpais.com | 25 de agosto de 2018

Los egipcios comenzaron a momificar a sus difuntos mucho antes de lo que se pensaba

Momia de Turín S. 293 (RCGE 16550). Vista dorsal (Museo Egipcio, Turín).

La comunidad científica mantenía desde hace años que las momias prehistóricas egipcias se crearon por azar, pero cada vez son más los datos que apuntan a que se intervino en su conservación.
Una investigación nueva publicada en «Journal of Archaeological Science» muestra que los antiguos egipcios embalsamaban a sus difuntos 1.500 años antes de lo que se calculaba hasta ahora. El descubrimiento se ha logrado gracias a una de las momias intactas más antiguas del mundo.

La primera técnica de embalsamamiento egipcia

La momia en cuestión está datada entre el 3.700 y el 3.500 a.C., se conserva en el Museo Egipcio de Turín (Italia) y nunca se había sometido a ningún tratamiento de conservación. Estas cualidades ofrecieron al equipo científico, dirigido por las universidades de York y Macquarie, en el Reino Unido y Australia respectivamente, una oportunidad sin igual para analizar la momia con precisión.
Las pruebas químicas forenses mostraron una práctica de embalsamamiento que apunta a que la momia de Turín no lo es por accidente. El equipo descubrió la fórmula de embalsamamiento original utilizada en el antiguo Egipto para conservar cadáveres y protegerlos de la descomposición.

Esta es la primera vez que se obtienen pruebas irrefutables de embalsamamiento de una momia prehistórica egipcia intacta. Los resultados ofrecen además indicios inéditos de que la fórmula se utilizó en una zona geográfica amplia. En su formulación se incluyeron agentes antibacterianos en cantidades similares a las empleadas por los embalsamadores egipcios en su apogeo unos 2.500 años más tarde.

Según declaró el doctor Stephen Buckley (izquierda), de la Universidad de York y coautor del estudio, a la BBC: «La momia encarna literalmente el embalsamamiento, el cual fue fundamental para la momificación egipcia durante 4.000 años. Hasta ahora, no contábamos con una momia prehistórica que mostrase de una manera tan perfecta por medios químicos los orígenes de lo que después se convertiría en el proceso de momificación icónico que todos conocemos».
El trabajo en la momia ofreció datos adicionales como que el ritual de momificación se ejecutó alrededor del 3.600 a. C. en un hombre que murió con entre 20 y 30 años.

El proceso de momificación egipcio al descubierto

En declaraciones al Daily Mail, la doctora Jana Jones (derecha), egiptóloga y experta sobre prácticas de enterramiento egipcias antiguas de la Universidad Macquarie, indicó lo siguiente: «El descubrimiento es una contribución fundamental al limitado conocimiento que se posee sobre el período prehistórico y ofrece información nueva y vital sobre esta momia en concreto».

En palabras del profesor Tom Higham (izquierda), vicedirector del Oxford Radiocarbon Accelerator Unit (Reino Unido): «Existen muy pocas momias de este tipo “natural” que puedan analizarse. Nuestra datación mediante carbono-14 la sitúa en la primera cultura Naqada de la prehistoria egipcia, antes del período faraónico clásico, y estacronología tan temprana nos ofrece una información sin par sobre el tratamiento funerario antes del auge del Estado».

Subrayó además la importancia del estudio en el que participó: «Los resultados alteran en gran medida los conocimientos vigentes sobre el desarrollo de la momificación y el empleo de agentes embalsamadores y demuestran la capacidad de la ciencia interdisciplinaria para conocer el pasado».

La receta básica para momificar era la siguiente:
  • Aceite vegetal, posiblemente aceite de sésamo
  • Extracto de plantas o raíces "tipo bálsamo" que podría provenir de una especie de junco (Scirpus holoschoenus)
  • Goma vegetal, un azúcar natural que podría haber sido extraído del árbol de acacia
  • Crucialmente, resina de alguna conífera, probablemente resina de pino
Al mezclarse con el aceite, la resina le otorgaba propiedades antibacterianas, que impedían la descomposición del cuerpo.

¿Cómo dieron con la fórmula?

El científico de la Universidad de York comenzó a buscar la receta de la momificación hace varios años, cuando analizó con sus colegas sustancias químicas presentes en textiles usados para envolver momias.

El nuevo estudio se centró en sustancias presentes en las vendas con las que se envolvió el cuerpo. Derechos de autor de la imagen STEPHEN BUCKLEY UNIVERSITY OF YORK

Los textiles se encuentran en la colección egipcia del Museo Bolton, en la localidad del mismo nombre en el norte de Inglaterra. Los tejidos datan aproximadamente del año 4.000 a.C., una época muy anterior al período en que se creía comenzaron las momificaciones.

"En general se pensaba que la momificación había comenzado cerca del año 2.600 a.C., cuando se construyó la Gran Pirámide, pero encontramos pruebas de que la tradición de preservación de cuerpos comenzó antes", afirmó Buckley.

La momia no había sido sometida a procedimientos de conservación y ofrecía una oportunidad única de estudiar la receta química original de embalsamiento usada en el antiguo Egipto.
"Combinando análisis químico con examen visual del cuerpo, investigaciones genéticas, datación por radiocarbono y análisis microscópicos del lino en los vendajes, confirmamos que esta momificación se practicó en un hombre de entre 20 y 30 años, cerca del año 3.600 a.C.", señala Jana Jones.

¿Por qué importa este descubrimiento?

Árbol de acacia en el desierto en Egipto
La receta incluye una g.oma vegetal, un azúcar natural que podría haber sido extraído del árbol de acacia. Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES.

El hecho de que la misma fórmula fue usada casi 2.000 años después para embalsamar a los faraones significa que "Hemos dado con una especie de identidad panegipcia, mucho antes de que se formara una de las primeras naciones Estado en el año 3.100 a.C. Los orígenes de esa identidad son mucho más antiguos de lo que pensábamos". ", señaló Buckley a la BBC.

El estudio también revela cómo y cuándo los antiguos egipcios perfeccionaron la receta de embalsamiento antibacteriano que permitió la preservación de las icónicas momias. El embalsamiento era simplemente uno de los pasos en el proceso cuidadoso de preservar los cuerpos. Los pasos principales de la momificación, luego de lavar y purificar el cuerpo, eran los siguientes:
  • Extraer el cerebro, posiblemente usando un procedimiento para licuarlo
  • Extraer los órganos internos
  • Colocar el cuerpo en natrón, una sal natural para desecarlos
  • Recubrir el cuerpo en la receta para embalsamar con el fin matar las bacteriasy sellarlo
  • Envolver el cuerpo en vendas de lino o sudario
"Lo fundamental para preservar el cuerpo era desecarlo y recubrirlo en la receta para embalsamar", explicó Buckley. "La momificación estaba en el corazón de esta cultura".
Buckley señaló que para los antiguos egipcios, "La etapa después de la muerte ofrecía una oportunidad de seguir disfrutando de la vida. Pero debían preservar el cuerpo para que el espíritu tuviera un hogar".

Fuentes: cordis.europa.eu | bbc.com | 23 de agosto de 2018

Descubren una extraordinaria máscara del rey Pakal II en Palenque

Una máscara modelada en estuco que representa al gobernante Pakal, además de un adorno para la nariz, único en su tipo, y un pasaje subterráneo, son los recientes hallazgos que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizó en la edificación conocida como El Palacio de Palenque, en Chiapas.

Los arqueólogos descubrieron, además, un sinfín de restos de animales como tortugas, roedores, cangrejos, peces y demás fauna acuática; así como minerales y otros elementos que forman parte de una vasta ofrenda maya.
Los responsables de los trabajos de conservación y restauración, los cuales rindieron estos frutos en mayo pasado, fueron el arqueólogo Arnoldo González Cruz y la restauradora Haydeé Orea Magaña; el primero mencionó que estos hallazgos corresponden al periodo Clásico Tardío (684-720 d.C.) de la cultura maya.

El director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, destacó que estos descubrimientos se suman a las decenas de hallazgos que se acumulan en los últimos años gracias al trabajo de investigación.
Destacó que Palenque es uno de los sitios arqueológicos más explorados, lo que permite un acercamiento más tangible hacia su historia; al cual acude un gran número de personas ávidas de información y de conocimiento del vasto universo cultural maya.

“Estos gobernantes que van apareciendo en Palenque nos están dando pistas muy importantes para entender las estructuras de gobierno y todo lo que significaron las confrontaciones entre los grandes centros de poder maya en el periodo clásico”, mencionó.

Precisó que la primera etapa de los trabajos de conservación fue resultado del apoyo del Fondo de Embajadores del Departamento de Estado para la Preservación Cultural (AFCP, por sus siglas en inglés), de 500 mil dólares.

Los trabajos comenzaron desde enero con el propósito de contener las afectaciones causadas por el intemperismo y la fauna local; aunado a la conservación integral de las cubiertas de las Casas A, B, C, D y E del conjunto arquitectónico conocido como El Palacio, donde apareció la imponente máscara.

Arnoldo González confirmó que en la Casa E del complejo arquitectónico, las labores estaban encaminadas a atender la acumulación de agua en el patio, pues en época de lluvia se filtraba el agua y provocaba problemas de humedad en el inmueble, por lo que el piso, cuyo nivel era similar a la crujía del edificio, fue escarbado.

Fue así que se localizó lo que se presume es un estanque y en el fondo la cabeza de estuco que Arnoldo González consideró es una figura de naturaleza humana, ya que no es fantástica ni representa a un Dios; también se hallaron las figurillas, restos cerámicos, vasos y huesos de pescados que se asocian al depósito.
Respecto al subterráneo, indicó que es parte de los sistemas constructivos, el cual es una subestructura en la Casa C el cual nadie esperaba y les hace pensar que en algunas otras edificaciones podrían estar presentes.

Fuentes: nssoaxaca.com | excelsior.com.mx| 25 de agosto de 2018