Hallan restos de otro niño en Las Cuevas (Argentina) del que se supone tiene 5.000 años de antigüedad

Un hallazgo inesperado sorprendió este lunes al equipo de investigadores del Laboratorio de Paleoecología Humana (LPEH) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Cuyo: nuevos restos de un niño aparecieron en el mismo sitio arqueológico en el que fue descubierto en 2015 el “Niño de las Cuevas”.

“Es verdaderamente impactante que en el mismo sitio hayan aparecido dos entierros” a aproximadamente un metro y medio de distancia uno del otro, cuenta la codirectora del equipo arqueológico, Alejandra Gasco.

Los científicos trabajan en el sitio desde el 10 de diciembre, cuando llegaron al lugar a reabrir la excavación de los años anteriores. Primero despejaron el área de vegetación y montaron la cuadrícula para empezar a excavar. A unos días de cerrarla y dar por terminada la campaña, se vieron asombrados por el descubrimiento, que estaba totalmente fuera de sus predicciones.

¿Cómo se produjo el hallazgo? “Estábamos buscando el nivel estéril de la excavación, porque ya nos encontrábamos a la misma profundidad del entierro de 2015, en el que hallamos al otro niño, cuando apareció un rasgo particular: un círculo bien definido que tenía sedimento carbonoso, muy diferente del resto de la planta, que tiene un sedimento arcilloso rojizo. Se pensó en un principio que era parte de una estructura de combustión (un fogón) y se empezó a trabajar de otra manera que en el resto de la cuadrícula de la excavación”, detalló Gasco.

Y continuó: “Se alcanzaron a extraer un par de centímetros con un pincel y aparecieron allí fragmentos de la mandíbula: eso nos dio la pauta de que estábamos ante restos de un infante. Le dimos entonces aviso a la bioantropóloga Paula Novellino (Museo Cornelio Moyano-Conicet), quien nos dio el ‘OK’ para seguir despejando el entierro”.



Con herramientas especiales más finas, menos agresivas, procedieron a despejar el sedimento de los restos óseos para evaluar si el entierro estaba articulado y lograr determinar la posición en la que estaba depositado.

“A diferencia del entierro anterior, que se halló en el mismo sitio, en este sí logramos determinar bien la estructura funeraria, que tiene forma circular de unos 30 centímetros de diámetro, es decir muy pequeña, y que está sobre el sedimento arcilloso rojo, que se considera estéril en términos arqueológicos”, describió la investigadora.
Respecto de la antigüedad del nuevo infante, los investigadores estiman que podría ser contemporáneo del anterior niño, dada la profundidad a la que fue hallado. Además, en función del tamaño del nuevo esqueleto, se supone que sería menor que el primer “Niño de Las Cuevas”.
En estos días, uno de los miembros del equipo del LPEH, Luis Acuña, se concentra en despejar el entierro, mientras que el resto, Sol Zárate, Ines Zonana, Darío Trillas y Agustín Castillo, continúa la excavación para determinar el paquete sedimentario estéril definitivo.

A continuación, el Laboratorio de Paleoecología Humana, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN), trasladará los materiales hallados para su inventariado, catalogación y análisis. En función de éstos se determinará la antigüedad, procedencia y alimentación del nuevo infante a través de análisis de radiocarbono y de isótopos estables de carbono y estroncio, tarea que estará a cargo de Ramiro Barberena. Se realizarán también estudios específicos para determinar edad, género y posible causa de muerte, los cuales serán realizados por Paula Novellino y Gabriela Da Peña, del Museo Moyano-Conicet.

En términos generales, a nivel antropológico, se analizarán también las estrategias de subsistencia y los patrones de movilidad del grupo humano que habitaba este ambiente en el pasado. También se estudiarán las interrelaciones entre distintos grupos humanos de un lado y otro de la Cordillera.

El valor patrimonial de los hallazgos arqueológicos

En febrero de 2015, un grupo de arqueólogos del Laboratorio de Paleoecología Humana del Conicet- FCEN-UNCuyo descubrió un esqueleto de un niño, de entre 3 y 5 años de edad, en un valle de la Cordillera de los Andes, a 3.200 msnm, muy cerca del Cerro Aconcagua. El sitio de donde proviene el entierro se ubica en la Villa de Las Cuevas, en el noroeste de la provincia de Mendoza (Argentina), casi en el límite argentino-chileno.

Este proyecto de investigación arqueológica y paleoambiental, avalado por el Conicet, la UNCuyo y la Agencia Nacional de Promoción y Tecnológica de Argentina, se ha abocado a estudiar la transición que se dio en el proceso de poblamiento humano de la región desde economías cazadoras-recolectoras a agropastoriles y la forma en afectó a estas últimas el contacto con sociedades estatales.


El antropólogo Víctor Durán, director del proyecto de investigación y del LPEH, rememoró que el "hallazgo de 2015 tuvo gran impacto a nivel mediático, y también en el ámbito de la investigación. Teniendo en cuenta la fecha que nos dio el estudio del entierro podemos asociar a este niño a un grupo de cazadores/recolectores. Los habitantes de la zona vivían de estas actividades. En aquel momento, el del hallazgo, nosotros teníamos una hipótesis: que esta gente, como todo cazador/recolector debe desplazarse en el territorio, porque van detrás de las presas, que en este caso es muy probable hayan sido guanacos, que habitan tanto en montaña alta como en montaña media, así como en los valles”.

Hasta el inicio de estos estudios solo se contaba con información arqueológica referida al período de dominación incaica (especialmente sobre un sacrificio de un niño que se depositó en un santuario de altura ubicado en el Aconcagua). Encontrar un esqueleto no era algo esperado por el grupo, ya que se habían descubierto muy pocos restos óseos humanos en ambientes de altura.

También causó sorpresa el resultado del fechado radiocarbónico que se hizo sobre un fragmento de uno de sus huesos mediante AMS. La fecha obtenida da a este individuo una antigüedad de 5.750 años. Es el más antiguo de la provincia de Mendoza y corresponde a un período en el cual las condiciones climáticas eran más favorables a las actuales (un poco más cálidas y húmedas) en la cordillera de acuerdo con estudios polínicos.

La información arqueológica regional permite proponer que la sociedad de la que provino este individuo tenía una economía cazadora-recolectora y una organización social de tipo banda. Seguramente se trataba de grupos pequeños (de entre 30 y 50 personas) que se movilizaban a lo largo del año, desde tierras bajas a tierras altas y viceversa, para obtener la carne de animales que cazaban (especialmente guanacos -Lama guanicoe-) y vegetales que recolectaban.
“Al haberse encontrado este entierro infantil puede asegurarse que era el grupo familiar completo el que se desplazaba (hombres, mujeres y niños) y que es probable que el valle de cordillera donde se lo dejó haya sido parte de un territorio mayor, un espacio de ocupación estacional al que se volvía en forma recurrente”, señaló Durán.

Saber ahora de dónde provenían estos antiguos montañeses y precisar aspectos de sus modos de vida es uno de los desafíos mayores del grupo de investigación. Este nuevo hallazgo permitirá ampliar los estudios en curso que han puesto a la localidad de Las Cuevas en una posición de gran importancia dentro de la Arqueología de la provincia y el país.

Comunicación pública de la ciencia

La investigación arqueológica se realizó en el marco de la 22ª Convocatoria de Proyectos de Extensión Universitaria y Vinculación Comunitaria: Universidad, Estado y Nación del Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Políticas Universitarias, para la cual el equipo del LPEH-FCEN presentó un proyecto que apuntaba a la puesta en valor de los recursos patrimoniales en la Villa de Las Cuevas. De ese modo, se montó, el 10 de diciembre, una exposición arqueológica temporal llamada “Patrimonio en Ambiente de Altura: cuevas, rutas y villas”.

En la muestra, que se articuló con un ciclo de charlas-taller, trabajó un equipo pluridisciplinario integrado por miembros de la Subsecretaría de Comunicación de la FCEN, la museóloga y antropóloga Laura Piazze, la historiadora Oriana Pelagatti, el especialista en turismo Diego Navarro y los arqueólogos Alejandra Gasco y Víctor Durán, quienes trabajaron en conjunto con estudiantes de Historia y Arqueología de la UNCuyo. El equipo recibió también apoyo del geólogo Diego Winocur, de la Universidad de Buenos Aires. En esta exposición se utilizó cartelería preexistente elaborada por Diana Aloia y Benjamín Bender.

Fuente: losandes.com.ar | 18 de diciembre de 2018

El Museo Arqueológico Regional de Madrid viaja a África para mostrar los orígenes de la humanidad

La frase “el saber no ocupa lugar”, generalmente la escuchamos referida a que nuestro cerebro es capaz de enriquecerse con miles de conocimientos que podemos absorber como esponjas para enriquecernos personalmente.

Pero también se puede aplicar a las exposiciones como la que nos trae en esta ocasión el Museo Arqueológico Regional de Madrid. Tan solo una vitrina de unos metros de larga, pero que condensa el resultado de los descubrimientos en uno de los yacimientos más ricos del planeta en estos momentos, y cuyos trabajos han ayudado a desvelar algunos secretos que han revolucionado recientemente a la comunidad científica.

El MAR, o Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, te presenta por tanto la exposición En África hace 1,7 millones de años: el origen del Achelense que presenta los hallazgos de los yacimientos de Olduvai Gorge en Tanzania, donde un equipo español ha tomado el relevo de los grandes investigadores sobre el origen de la humanidad en África.

La pieza central es un gran bifaz de basalto, cuya imagen puedes apreciar más abajo, un prodigo técnico de enormes proporciones y bellísima factura. Junto a los ejemplares de Konso (Etiopía) y Kokiselei (Kenia), el bifaz presentado, datado hace 1,7 millones de años, supone un hito fundamental en el surgimiento de conceptos plenamente humanos, como la simetría, infiriéndose un significado neuroestético más allá de lo meramente funcional.

Se muestran, además, materiales originales nunca antes expuestos procedentes de una zona, la garganta de Olduvai, considerada el más privilegiado solar para el estudio de la hominización y que acompañaban al bifaz en su descubrimiento.

Un yacimiento singular

Se trata de un yacimiento que ha ofrecido importante información sobre el surgimiento de uno de los más sorprendentes y exitosos avances técnicos de la Humanidad: el Achelense, un complejo cultural caracterizado por la elaboración de grandes instrumentos de piedra, como las hachas de mano (bifaces).

El Achelense, originario de África, se extendió por el Viejo Mundo perdurando como principal manifestación de la cultura material humana durante casi un millón y medio de años.
Se muestran, además, materiales originales nunca antes expuestos procedentes de una zona, la garganta de Olduvai, considerada el más privilegiado solar para el estudio de la hominización y que acompañaban al bifaz en su descubrimiento.

Aunque explorado ya a principios del siglo pasado, fueron los trabajos de Louis y Mary Leakey a mediados del siglo XX los que colocaron en el mapa a este singular rincón del Rift africano, cuna de especies tan relevantes como el Paranthropus boisei y el Homo habilis.

Desde hace algunos años, un equipo científico español integrado en el T.O.P.P. (The Olduvai Paleonthropology and Paleoecology Project), bajo la Dirección de Manuel Domínguez Rodrigo, Audax Mabulla y Enrique Baquedano, viene excavando en el yacimiento de FLK West (Tanzania). Fruto de estos años de investigación ha sido la creación del Instituto de Evolución en África (IDEA), dirigido por el Dr. Manuel Domínguez y el Dr. Enrique Baquedano y que tiene su sede en Madrid.



‘En África hace 1,7 millones de años: el origen del Achelense’ se encuentra englobada dentro de la línea de exposiciones de pequeño formato inauguradas por el Museo Arqueológico Regional en 2014, bajo el título general ‘El Presente de la arqueología madrileña’. De este modo, se pretende dar a conocer aspectos puntuales, pero muy relevantes, de la investigación arqueológica en la Comunidad de Madrid o por equipos de nuestra región en el extranjero.

Esta muestra es la cuarta de esta serie, que arrancó con el descubrimiento de una nueva especie, ‘Haploidocerus Mediterraneus. Una nueva especie de ciervo en el Pleistoceno ibérico’, y continuó con ‘Esperando tiempos mejores. Las ocultaciones tardorromanas del siglo V d.C. en Cubas de la Sagra’. La exposición toma el relevo de ‘Colonos de la Primera Edad de Hierro en Madrid: las longhouses de Las Camas (Villaverde Bajo, Madrid)’.



Inauguración

El viceconsejero de Cultura, Turismo y Deportes, Alvaro Bailarín, junto con el director del MAR, Enrique Baquedano, acompañados por Manuel Domínguez, codirector de la excavaciones y José Vicente Saz, rector de la Universidad de Alcalá, han participado en la inauguración de la muestra, comisariada por Fernando Diez, miembro del equipo de científicos españoles en Olduvai.


Fuente: dream-alcala.com | 17 de diciembre de 2018

Descubren en Azerbaijan un asombroso "juego de mesa" pétreo de hace 4.000 años

Un patrón distintivo de marcas en el suelo rocoso de un antiguo refugio en Azerbaiyán son los restos de uno de los juegos más antiguos del mundo. Se cree que se remonta a 4.000 años y se parecería al 'backgammon' de hoy en día. Crédito: Walter Crist / Parque Nacional Gobustan.

Los juegos de mesa son mucho más antiguos de lo que podría parecer y, de hecho, recientemente se ha descubierto un ‘tablero’ grabado en el suelo de una cueva en Azerbaijan de lo que se conoce como el ‘juego de los 58 agujeros’, según reveló la publicación Live Science.

El arqueólogo Walter Crist, investigador asociado del Museo Americano de Historia Natural de Nueva York, cree que ha encontrado uno de los ejemplos más antiguos del juego escondido entre las paredes de una cueva en el suroeste de Azerbaiyán.

Crist presentó sus hallazgos en la reunión anual en las Escuelas Americanas de Investigación Oriental el mes pasado. “No tengo dudas en mi mente …, es muy regular en la forma en que se presenta”, dijo a Live Science , refiriéndose a las marcas distintivas grabadas en la pared de la cueva.
“Son dos filas en el centro y los agujeros que se arquean alrededor del exterior, y siempre son los agujeros quinto, décimo, decimoquinto y vigésimo (5,10,15 y 20) los que están marcados de alguna manera”, explicó.

“Y el agujero en la parte superior es un poco más grande que los otros, y eso suele ser lo que la gente considera como el objetivo o el punto final del juego”.

Los arqueólogos han encontrado más de 70 ejemplos del antiguo juego de mesa esparcido por Egiptp y el Oriente Próximo, pero a pesar de su estilo increíblemente reconocible, todavía no saben cómo se jugaba. Algunos piensan que era una forma arcaica de 'backgammon' (derecha) o 'cribbage', con oponentes que usan contadores hechos a mano de palos o piedras para competir entre sí alrededor del tablero.
Otros sospechan que también se usó en la adivinación o las ceremonias funerarias, con el movimiento de las fichas (determinado por un dado o un bastón) interpretado como un signo de voluntad divina. Sin embargo, no se ha encontrado ni un dado ni un bastón de lanzamiento junto a ningún conjunto de juegos todavía.
Los arqueólogos han datado el sitio en el año 2.000 a.C., lo que podría convertirlo en uno de los ejemplos más antiguos del juego en el mundo. En este momento, la región estaba habitada por pastores de ganado nómadas.
Los arqueólogos dicen que el refugio rocoso, junto con su antiguo tablero de juego, fueron utilizados por los pastores de ganado nómadas durante la Edad del Bronce hace unos 4.000 años. Crédito: Walter Crist / Parque Nacional Gobustan.

“En la actualidad, el juego de mesa más antiguo es de Egipto, pero no lo es por mucho. Podría ser porque no lo hemos encontrado en otro lugar más antiguo. No obstante, parece que el juego se extendió muy rápidamente en todo el antiguo Medio Oriente, incluidos Egipto, Mesopotamia y Anatolia”.


Juego Perros y Chacales encontrado por Howard Carter / Wikimedia Commons

Además de proporcionar algún tipo de entretenimiento después de un largo día de pastoreo de ganado (o en el caso de los faraones, de gobierno), Crist argumenta que "el juego era una herramienta para la interacción”, un poco como el lenguaje.
“Dejar piedras en espacios en blanco en el suelo no tiene un efecto real en tu vida diaria, excepto por el hecho de que te ayuda a interactuar con otra persona”, argumenta.

Otro tablero, en el Oriental Institute Museum de la Universidad de Chicago / foto Daderot en Wikimedia Commons

Fuente: bles.com| 12 de diciembre de 2018

Hallan en Ucrania dos piedras con forma de cabeza de serpiente, de 8.300 años de antigüedad, que revelan posibles ceremonias rituales

La cabeza de serpiente lítica más ‘moderna’ de las dos encontradas. (N. Kotova)

Lo que podría pasar como dos piedras de formas extrañas es, en realidad, el trabajo de artesanos de la Edad de Piedra que esculpieron las mismas como cabezas de serpientes con ojos en forma de abalorios, según informa un equipo de arqueólogos.

Es un misterio saber por qué esta a antigua gente, que vivió en lo que actualmente es Ucrania, conformó tales piedras como cabezas de serpientes, pero los investigadores tienen una buena suposición:

"Estas esculturas podrían tener un propósito ritual", dice la investigadora principal del estudio, Nadiia Kotova, arqueóloga del Departamento de la Edad del Cobre y del Bronce en el Instituto de Arqueología de la Academia Nacional de Ciencias (NAS) de Ucrania. "Probablemente fueron utilizadas durante la celebración de ceremonias rituales".


Kamyana Mohyla I (flecha) y el montículo de piedra Kamyana Mohyla, vista desde el sur (fotografía aérea de S. Radchenko).

Kotova y su equipo encontraron dichas piedras en 2016, durante una excavación en Kamyana Mohyla I, un enclave arqueológico cerca de la ciudad de Terpinnya, Ucrania. Ambas piedras, aunque con una antigüedad diferente, se hallaron cerca de huesos y pedernales del mismo período: el Mesolítico, que es la Edad de Piedra que media entre el Paleolítico Superior y el Neolítico. Había muchas piedras areniscas en el yacimiento, pero "estas dos tenían una forma bastante extraña, así que decidimos mirarlas más de cerca", dijo Kotova a Live Science en un correo electrónico.
La figurilla "más antigua" se encontró cerca de un lugar donde se hacía fuego, junto con pilas de conchas y herramientas de pedernal. Al analizar la materia orgánica empleada en el fuego, los arqueólogos pudieron datar mediante radiocarbono la cabeza de serpiente de arenisca amarilla entre 8300 a.C. y 7.500 a.C.

La estatuilla más antigua de las dos. (N. Kotova)

Esta cabeza de serpiente es pequeña, mide solo 13 por 6.8 centímetros y pesa casi 1,215 gramos, y tiene una forma triangular con un fondo plano. "Dos ojos rómbicos fueron tallados en la superficie superior junto a dos protuberancias", escriben los investigadores en el trabajo de investigación. "Una línea ancha y larga representa la boca".

Lamentablemente, la cabeza de serpiente lítica fue "dañada en la 'nariz' durante la excavación", describen los investigadores en el estudio.

La serpiente de piedra "más joven" también se encontró en un lugar de fuego y se remonta a aproximadamente 7400 a.C. Mide aproximadamente 8,5 por 5,8 centímetros y pesa poco menos de 428 gramos, lo que significa que puede caber cómodamente en la mano de una persona, afirma Kotova.

"La piedra más pequeña tiene una forma aplanada y redondeada y lo que se llama 'cuello'", especifica Kotova. "Tiene dos huellas profundas, probablemente reflejando los ojos de la criatura. También tiene una especie de nariz".

Los dos hallazgos representan las únicas piedras con forma de cabeza de serpiente conocidas en Kamyana Mohyla I. Sin embargo, los científicos descubrieron, muy cerca del lugar donde se hizo el hallazgo, una escultura lítica con forma de pez.

La piedra similar a un pez que se encontró en el montículo de Kamyana Mohyla.Crédito: Kotova N., et al., Antiquity 2018; Imagen cortesía de B. Mykhailov.

Los arqueólogos no saben mucho acerca de los individuos que hicieron semejantes esculturas, excepto que vivían en la estepa de la región noroeste del Mar de Azov. "Realizaron herramientas de silex y de huesos, y cazaban con arcos y flechas con puntas de pedernal", dijo Kotova. "Era una sociedad de cazadores-recolectores y, desafortunadamente, todavía no sabemos mucho sobre sus tradiciones culturales".

El estudio fue publicado en la revista Antiquity.
Fuente: livescience.com | 12 de diciembre de 2018

Identifican los orígenes de la domesticación del maíz

La historia de la domesticación del maíz no era como la habían contado. Hasta ahora se pensaba que la conversión de una mala hierba en el principal cereal del planeta se produjo en tierras mexicanas y desde ahí se expandió por toda América. Sin embargo, el análisis genético de un centenar de variedades y muestras arqueológicas muestra que, aunque empezara en lo que hoy es el sur de México, el maíz acabó siendo domesticado en regiones tan alejadas como la selva amazónica.
Con más de 1.000 millones de toneladas cosechadas cada año según la FAO, el maíz aporta cerca del 6% de las calorías que alimentan a la humanidad y es el principal pienso para la producción de carne. Es también una de las plantas domesticadas que más y más variados paisajes ha colonizado. Fue también la base sobre la que se sustentaron las principales civilizaciones precolombinas y es un activo estratégico para países como EE. UU China o Brasil. Y, sin embargo, la historia de su domesticación y propagación por América tiene capítulos que no concuerdan.

Esta mazorca o elote, encontrada en una cueva del valle de Tehuacán (México), tiene 5.310 años. B. SMITH | EPV.

Los registros más antiguos de manipulación consciente del teocintle o teosinte, la planta silvestre antecesora del maíz, son de hace 9.000 años y se han encontrado en el valle del río Balsas, en el actual estado de Guerrero (México). Poco más de dos milenios después, restos arqueobotánicos indican que ya se cultivaba maíz en claros del suroeste de la selva amazónica. Sin embargo, recientes estudios genéticos de las mazorcas más primitivas encontradas hasta ahora en México muestran que entonces, hace más de 5.000 años, el maíz aún tenía mucho de teosinte. ¿Cómo pudo llegar el maíz hasta el actual Brasil cuando aún no había sido domesticado completamente en el origen?


La respuesta la da una investigación publicada en Science en la que han comparado el genoma de decenas de variedades locales cultivadas por comunidades indígenas brasileñas con el de otras regiones americanas, el ADN antiguo de muestras de todo el continente, algunas con varios milenios, y con el del actual teosinte. Así levantaron un árbol genealógico con más de un centenar de ramas. Al analizarlo, el principal autor del estudio, el responsable de arqueobotánica del Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos, Logan Kistler (izquierda), puede afirmar: "Encontramos pruebas genéticas de que el maíz sudamericano salió de México cuando el proceso de domesticación aún estaba en curso".

Ahora sí, la arqueología y la genética coinciden: el proceso de domesticación empezó en el sur de México y aquel proto-maíz se dispersó por el continente y acabó siendo el actual maíz en procesos evolutivos paralelos. De hecho, el estudio muestra que las variedades tradicionales cultivadas en Brasil son las más alejadas genéticamente del teosinte, nativo del mexicano valle del río Balsas, y aparecen muy relacionadas con las muestras procedentes de la región andina y la costa del Pacífico.
"El proceso de domesticación no fue lineal ni ocurrió de una vez", recuerda la investigadora del centro de geogenética del Museo de Historia Natural de Dinamarca y coautora de la investigación, Jazmín Ramos Madrigal (derecha). Esta investigadora mexicana logró analizar el ADN ancestral de una mazorca de hace 5.300 años localizada en México y que, aún sin ser maíz como el actual, ya contaba con cambios en genes claves en el proceso que convirtió las vainas incomestibles del teosinte con apenas doce granos en elotes repletos de granos de maíz.

Estos cambios terminaron por completarse en tierras mexicanas, pero también amazónicas. Esta región a los pies de la ladera este de Los Andes, entre los actuales estados brasileños de Rondônia y Acre y Bolivia, se está mostrando como un gran centro de domesticación en los inicios de la agricultura, como lo fueron las tierras bajas mexicanas, el Creciente Fértil o la región suroriental de la actual China.

"En los últimos años, varios estudios han mostrado que esta zona era muy rica culturalmente", cuenta en un correo el investigador del banco de genes de la empresa estatal brasileña Embrapa y coautor del estudio, Fabio Freitas. "Aquí se domesticaron plantas como la mandioca. Algunas de las cerámicas más antiguas de Sudamérica se encontraron aquí, y relevantes grupos lingüísticos también surgieron en esta zona. Ahora, con nuestro estudio, es el área donde se completó la domesticación de uno de los linajes del maíz", añade.

A pesar de la enorme distancia geográfica, a pesar de seguir procesos de domesticación independientes y a pesar de la diversidad tanto el amazónico como el de las tierras bajas mexicanas es maíz. Esta aparente paradoja entre divergencia y convergencia tiene una simple explicación para el investigador en genómica vegetal del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México, Jean-Philippe Vielle Calzada (izquierda): "los cambios fundamentales se dieron en el mismo evento original de subespeciación". Lo que vino después, con sus adaptaciones locales, siempre sería maíz.

Fuente:elpais.com| 14 de diciembre de 2018

Claves para entender a los rohingya

Una de las consecuencias de la grave crisis que padecen los rohingya es que todas las informaciones se reducen a hablar del conflicto. Casi todo lo que se puede leer está centrado en las posibles causas de que más del 10% de los refugiados del mundo sean rohingya. Está claro que es importante saber las razones por las que se persigue a este pueblo. Se pueden identificar diversos tipos de causas:

- Religiosas: Los rohingya son musulmanes mientras que en Myanmar la mayoría de la población son budistas. El hecho de que Myanmar esté rodeada de países islámicos como Bangladesh, Malasia o Indonesia complican esta relación. Sobre todo porque algunos fundamentalistas budistas creen que su cultura está bajo el asedio de los musulmanes.

- Económicas: El Estado de Arakan en el que viven la mayor parte de los rohingya es una de las zonas más pobres de Myanmar. Y ello pese a que cuenta con múltiples recursos naturales. El hecho de que se identifique rohingya con la pobreza hace que muchos birmanos los vean como una carga para su país.

Descubriendo la cultura rohingya

Sin embargo, además de conocer el sufrimiento del pueblo rohingya es importante descubrir sus claves culturales. Todo el mundo sabe ya que tienen prohibido casarse o viajar sin permiso de las autoridades. O que no tienen derecho a poseer tierra ni propiedades. Graves infracciones de los derechos humanos de esta etnia.

Pero, ¿cuáles son los platos típicos de esta etnia? ¿Cuentan con trajes típicos que los identifiquen? ¿Son diferentes a los del resto de la población de Myanmar?

1.- Una dieta basada en arroz, pescado y verduras

Como no podía ser de otra manera, la base de la gastronomía rohingya es el arroz. Igual que en toda la zona asiática en la que viven. Además, la dieta de los rohingya se complementa con pescado y verduras frescas.

Eso sí, como ocurre en muchas culturas, en las épocas festivas es cuando la carne se adueña de los platos. Generalmente se trata de vacas, búfalos de agua, cabras, cordero o pollo. Todos ellos procesados de acuerdo con el enfoque islámico, Halal.

2.- Vestimenta birmana

La ropa es uno de los elementos que define a cualquier cultura. No podía ser menos en la cultura rohingya. La vestimenta habitual de los rohingya no difiere de la estética indo-birmana. Los hombres visten camisa con mangas largas (Bazu) y pantalones que cubren hasta los tobillos (Longgi). En ocasiones oficiales se usan chaquetas sin cuello encima de las camisas (taikpon).

Por su parte, las mujeres siguen el rígido código de vestimenta islámico. Entre ellos, el Burkha y la Hijab, elementos que cubren cualquier porción del cuerpo.

3.- Música para recordar la historia

Los rohingya suelen combinar instrumentos tradicionales como Tobla y Juri junto a otros instrumentos musicales más modernos. Para este pueblo, la música es una manera de mantener viva su historia. No hay que olvidar que la mayor parte de la comunidad rohingya son analfabetos.

Por último, si hay algo que define a la actual cultura rohingya es que trata de adaptarse al momento histórico en el que se vive. En parte gracias a la ayuda humanitaria que se moviliza a favor de su etnia.

Así, por ejemplo, se ha fundado el Rohingya Football Club (RFC) por parte de la diáspora en Malasia. Una manera ideal de lanzar un mensaje fundamental: "Los rohingya somos un pueblo pacífico. Pero también somos una nación".

Egipto anuncia el hallazgo de una extraordinaria tumba casi intacta de 4.400 años

© AP Photo / Amr Nabil

JERUSALÉN (Sputnik) — Egipto anunció el hallazgo de una tumba de 4,400 años bien conservada y decorada con jeroglíficos y estatuas, al sur de El Cairo.

Las autoridades señalaron que esperan más descubrimientos cuando los arqueólogos realicen más excavaciones en los próximos meses.

La tumba se encontró en una cresta enterrada en la antigua necrópolis de Saqqara. Se ha mantenido intacta y no ha sido saqueada, según indicó Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, a la prensa.

Waziri describió el hallazgo como "único".

La tumba data del período del mandato de Neferirkare Kakai, el tercer rey de la Quinta Dinastía del Antiguo Reino.

Los arqueólogos retiraron una última capa de escombros de la tumba el jueves pasado y encontraron cinco cavidades dentro, explicó Waziri.

Una no estaba sellada y no contenía nada, pero las otras cuatro estaban selladas. Los arqueólogos esperan hacer más descubrimientos cuando destapen las cavidades a partir de mañana.

Hallan en Egipto una tumba de 4.400 años bien conservada y decorada con jeroglíficos y estatuas / © AP Photo / Amr Nabil

"Me puedo imaginar todos los objetos que se pueden encontrar en esta zona", indicó Waziri señalando una de las cavidades selladas.

"Aquí debe de haber un ataúd o un sarcófago del dueño de la tumba", que tiene 10 metros de largo, tres de ancho y algo menos de tres metros de altura, dijo.

Las paredes están decoradas con jeroglíficos y estatuas de faraones. Waziri comentó que la tumba era única debido a las estatuas y a que se encuentra en un estado casi perfecto. "El color está casi intacto a pesar de que la tumba tiene casi 4.400 años de antigüedad", subrayó Waziri.

La Quinta Dinastía gobernó Egipto desde aproximadamente el año 2.500 a.C hasta el 2.350 a.C, poco después de que se construyera la gran pirámide de Guiza.

Saqqara fue la necrópolis de Memphis, capital del antiguo Egipto durante más de dos milenios.

Los antiguos egipcios momificaban a los humanos para preservar sus cuerpos para la vida futura, mientras que las momias de animales se usaban como ofrendas religiosas.
Egipto ha hecho más de una docena de descubrimientos de antigüedades este año.

El país espera que los hallazgos recuperen el interés entre los viajeros que antes acudían a sus icónicos templos y pirámides faraónicos, pero que huyeron a raíz de la Revolución de 2011, que derrocó al entonces presidente, Hosni Mubarak, y a causa de todos los acontecimientos que se produjeron después.

Fuente: Sputnik