Kepler 22b es hasta el momento el mejor candidato como planeta habitable. Está a 600 años luz y orbita en 289 días a Kepler 22, una estrella similar al Sol.
La misión Kepler de la NASA ha encontrado más exoplanetas que ningún otro programa ni astrónomo. Tiene en su haber a más de dos mil exoplanetas de los cuales 48 orbitan en la zona habitable o llamada "rizitos de oro" de su estrella anfitriona.
Ahora acaba de confirmar un posible planeta "mellizo" de la Tierra a 600 años luz, - el más pequeño de esos 48 -, que orbita alrededor de la estrella Kepler 22, muy similar al Sol.
Como es el primer planeta que se encuentra alrededor de esta estrella se lo bautiza con la letra "b" - Kepler 22b -. El exoplaneta se ubica en la zona de habitabilidad de su estrella y tiene un radio equivalente a 2,4 veces el de la Tierra y hay muchas posibilidades de que contenga agua en estado líquido y desde ya atmósfera.
El anuncio de la NASA confirma que nunca se estuvo tan cerca de afirmar que un planeta podría ser habitable por el hombre.
Kepler 22b, un paso en la búsqueda del exoplaneta mellizo de la Tierra
Así fue bautizado el hallazgo por Douglas Hudgins, de la misión Kepler, porque aún falta confirmar si Kepler 22b tiene una composición rocosa, gaseosa o líquida.
Hasta hoy había indicios que sugerían la existencia de planetas cercanos al tamaño de la Tierra en zonas de habitabilidad de otras estrellas como Gliese 581 o 55 Cancri, pero una confirmación tan cierta no había ocurrido hasta este anuncio de la NASA.
El planeta tiene una órbita muy parecida a la de la Tierra, de 289,9 días. Su cercanía a la estrella es 15 % menor que la de la Tierra con el Sol, pero justamente la luminosidad de Kepler 22 - una estrella clase Sol tipo G -, es un 15 % menor.
Se calcula que de tener atmósfera, algo muy probable, la temperatura media del planeta sería de unos 27 grados.
Sin embargo la masa del planeta es mayor a la de la Tierra, aunque todavía se desconoce su composición. Se calcula que de tener densidad de agua líquida su masa sería 2,5 veces la de la Tierra y la gravedad de 0,43 veces la terráquea; de tener una densidad como la de la Tierra su masa sería más de 13 veces la de esta y la gravedad sería 2,4 veces la nuestra. De tener
Tránsito del planeta Kepler 22b
El sistema de descubrimiento de planetas de la misión Kepler es por la medición de las caídas en el brillo de más de 150.000 estrellas que mapea permanentemente. Para confirmar la baja de luminosidad por un tránsito deben ocurrir tres tránsitos. En mayo de 2009, a los 3 días de que Kepler quedara apto para operar fue detectado el primer tránsito de Kepler 22b y el tercer tránsito se confirmó en el verano del año pasado, 2010, dijo el investigador principal del Centro de Investigación Kepler de la NASA, William Borucki.
El tiempo transcurrido entre este tercer tránsito y este anuncio fue para confirmar el hallazgo mediante las observaciones de telescopios terrestres y del telescopio espacial Spitzer.
El catálogo de exoplanetas de la misión Kepler
Kepler vienen haciendo observaciones desde mayo de 2009, periodo en el que viene sorprendiendo con hallazgos notables. En febrero de 2011 se habían anunciado 54 candidatos a planetas en las zonas habitabilidad de los que ahora han quedado 48 y Kepler-22b es el primero en confirmarse.
Kepler ha identificado a 2.326 exoplanetas de los que 207 son de dimensiones similares a la Tierra, 680 superan este tamaño, 1.181 son como Urano o Neptuno, 203 son como Júpiter y 55 son de mayor tamaño que este.
Los planetas de mayor tamaño tipo Neptuno son los más comunes en los hallazgos pero los menores rocosos tipo Tierra vienen incrementando su aparición, por lo que se conjetura que planetas de entre 1 y 4 veces el tamaño de la Tierra son abundantes en la Vía Láctea.
La esperanza de encontrar un planeta como la Tierra ha aumentado notablemente desde Kepler, especialmente diseñado para esta búsqueda; esta esperanza se hace sorprendente cuando esos planetas son potencialmente habitables, como Kepler 22b.
Fuentes: NASA, La Vanguardia y Clarín.
Por Humberto Acciarressi
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''Para quienes están vendiendo sus posesiones, comprando viajes a la Luna o un revolver para volarse la tapa de los sesos el día anterior, respiren profundo, metan la nariz en una bolsa de papel o tómense un clonazepam. Porque van a tener que inventarse otro motivo para escapar de los problemas reales ¿De qué hablamos? Del fin del mundo. O del supuesto apocalipsis que se vaticinaba para el 22 de diciembre de 2012, de acuerdo a la llamada "profecía maya" mezclada con otras predicciones de dudosa reputación. Bueno, lo concreto es que ese día que pintaba para nefasto "no se acabará el mundo". En verdad, nos quitan un peso de encima
Pero, ¿quiénes lo afirman? Nada menos que los principales especialistas del Centro de Estudios Mayas de la UNAM. Peor aún para los amantes de las catástrofes, no existe ninguna profecía maya de ningún tipo. Ni siquiera las que hubieran sido más importante para ellos, sea la llegada de los españoles, sea la superioridad que tendría en el futuro el oro sobre los espejitos que les dieron los gallegos. No existe nada -señalan los expertos mexicanos- que se refiera al fin del mundo ni en el calendario ni en la cultura maya. El 22 de diciembre de 2012 terminará un ciclo de cinco mil 125 años y comenzará uno nuevo.
Y punto. A ningún maya se le pasó por la cabeza que algún día el planeta colapsaría. Claro que no ignoramos un dato esencial: la noticia no quita que los descerebrados sigan manteniendo esta disparatada teoría. De algo hay que sufrir.''
La noticia que lo hiso publicar su punto de vista
Expertos de la Universidad de México rechazan la existencia de la supuesta profecía maya de cataclismo.
Especialistas del Centro de Estudios Mayas (CEM) del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron que no existe ninguna profecía maya que indique que en diciembre de 2012 se acabará el mundo, como se divulgó “sin sustento científico”.
La coordinadora del CEM, María del Carmen Valverde Valdés, indicó que en su calendario los mayas no describieron una profecía, sino el término de un ciclo de 13 bactunes, equivalentes a 5.125 años. Un bactún es una unidad de tiempo maya equivalente a 144.000 días del calendario occidental. Multiplicada por 13 bactunes, arroja un ciclo de 5.125 años, que concluirá el 22 de diciembre de 2012.
Según explicó la historiadora, los mayas tenían una noción circular del tiempo, o sea que la historia, en algún momento se repetirá: si se habla de sus vaticinios, en realidad se trata de lo que registraron de su propia historia, de una forma simbólica.
El fin del mundo no será a fines de 2012...