Un nuevo estudio aporta datos que faltaban sobre el poblamiento prehistórico del sudeste y sur de Asia

Distribución geográfica y temporal de los individuos muestreados en el estudio. Crédito: IVPP

Un equipo de investigación conjunto dirigido por la profesora Qiaomei Fu, del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados (IVPP) de la Academia de Ciencias de China, ha secuenciado los genomas antiguos de 31 individuos del sudeste asiático, revelando así una pieza que faltaba en la prehistoria humana. El estudio fue publicado en Cell el 24 de junio.

El equipo de la profesora Fu utilizó técnicas de captura para recuperar ADN antiguo de Guangxi y Fujian, dos regiones provinciales en el sur de China. Seguidamente, secuenciaron el ADN de todo el genoma de 31 individuos que datan de hace entre 11.747 y 194 años. Dos de ellos se remontan a hace más de 10.000 años, lo que los convierte en los genomas más antiguos muestreados en el sudeste y sur de Asia hasta la fecha.

Estudios anteriores de ADN antiguo habían mostrado que los cazadores-recolectores del sudeste asiático de Hòabìnhian, de ~ 8.000-4.000 años de antigüedad, poseían una ascendencia profundamente divergente, mientras que los primeros agricultores del sudeste asiático, que comenzaron hace unos 4.000 años, muestran una mezcla de ascendencia asociada con los cazadores-recolectores de Hòabìnhian y de poblaciones actuales del sur de China. En la costa sur de China, los individuos de la provincia de Fujian de entre 9.000 y 4.000 años de antigüedad muestran una ascendencia no tan profundamente divergente como la de los Hòabìnhian.

En Guangxi, Fu y su equipo demostraron que la ascendencia presente era diferente a la muestreada anteriormente en Fujian y el sudeste asiático. En cambio, encontraron una población ancestral única del este de Asia (representada por el individuo Longlin de Guangxi de 11.000 años de antigüedad). Sus hallazgos destacan que hace 11.000 años al menos tres ancestros genéticamente distintos componían el paisaje humano en el sur de Asia oriental y el sudeste asiático: ascendencia de Fujian, ascendencia de Hòabìnhian y ascendencia de Guangxi.

Árbol filogenético de las primeras poblaciones asiáticas. Crédito: IVPP

Además de compartir la ascendencia del hombre de Longlin, los individuos Dushan y Baojianshan en Guangxi también muestran una fuerte evidencia de mezcla del sur de China hace ~ 9.000 a 6.000 años. Dushan y Baojianshan eran una mezcla de ascendencia local de Guangxi, ascendencia del sur previamente muestreada en Fujian y ascendencia de Asia profunda relacionada con los cazadores-recolectores de Hòabìnhian del sudeste asiático.

Anteriormente se había comprobado que las poblaciones del sur de China se expandieron al sudeste de Asia, mezclándose y reemplazando a los habitantes de Hòabìnhian en el sudeste asiático. El equipo de Fu demostró que la dinámica era más compleja, ya que las poblaciones que tenían ascendencia Hòabìnhian coexistían con poblaciones que tenían ascendencia Guangxi del sur de China o bien flujo de genes desde el sudeste asiático hasta el sur de China, lo que también ocurrió hace unos 8.000-6.000 años.

Descripción general de la historia dinámica de la población en la encrucijada del este y el sudeste de Asia desde hace 11.000 años. Crédito: IVPP

El estudio llena un vacío de la investigación en la región que conecta el este y el sudeste de Asia, revelando una nueva ascendencia genética diferente a la que se encuentra en las áreas costeras del sur de China y en el sudeste asiático.

Además, muestra el impacto de la migración y la mezcla de poblaciones en la encrucijada del este y el sudeste de Asia en los últimos 11.000 años, revelando una larga historia de entremezcla entre estas dos regiones.

"Si bien ahora tenemos una mejor comprensión de la historia de la población en los últimos 11.000 años en la encrucijada del este y el sudeste de Asia, se necesitan muestreos futuros en las regiones cercanas al río Yangtze y el suroeste de China para una comprensión integral de la historia genética de los seres humanos en el sur de China", dijo la profesora Fu (izquierda).

Las muestras genéticas de humanos antiguos en estas regiones probablemente aclararán aún más la prehistoria genética notablemente diversa de los humanos en el sureste de Asia e informarán de los cambios genéticos que ocurrieron entre hace 6.000 y 1.500 años y que contribuyeron a la composición genética que se observa hoy en el sur de China.

Fuente: eurekalert.org | 24 de junio de 2021

Recuperan en Elche una pieza arqueológica única y de gran valor de la época íbera

La pieza arqueológica del s. V a C. fue hallada por Manuel Ibáñez y entregada al MAHE

Un día como otro cualquiera, mientras Manuel Ibáñez labraba sus tierras tropezó con un bloque macizo que le hizo parar. Observó que no se trataba de una roca cualquiera, porque apreció que la pieza, aunque muy desgastada por el paso del tiempo, mostraba ciertos signos de haber sido moldeada, como una talla.

El resto arqueológico es una escultura de una calidad excepcional y refleja un trabajo artesanal minucioso y detallista. Se trata de un fragmento de 45x31 centímetros que pertenece a la cintura y glúteo derecho de un guerrero. Conserva una parte mínima del cinturón y sobre la túnica se observan protecciones discoidales y romboidales enlazadas por correas, indicando la jerarquía militar del personaje. No existe una pieza con esta misma calidad en otros guerreros conocidos hasta el momento, y su hallazgo desvela la existencia de un taller escultórico en La Alcudia que data del siglo V a. C.

Ibáñez, como ha explicado esta mañana en el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE) ante la concejala de Cultura, Marga Antón; el director de Museos de Elche, Miguel Pérez; la subdirectora del IVCR+i, Gemma Contreras; y el Sargento de la Sección Provincial del SEPRONA de la Guardia Civil, Eduardo Lozano; al sospechar del valor histórico de la pieza, lo puso inmediatamente en conocimiento del yacimiento de La Alcudia y del Instituto Armado. Era el año 2018. Esta mañana se ha procedido a explicar el origen de la pieza y la planificación en el trabajo de investigación que se lleva a cabo.

La concejala de cultura ilicitana ha agradecido a don Manuel “que nos pusiera al corriente, porque al final, cada pieza que se halle cuenta una historia, y es necesario analizarla y estudiarla para contextualizar el valor de la misma”, y ha pedido a la ciudadanía que, de toparse con fragmentos similares, “tengan la deferencia de comunicarlo al MAHE y al SEPRONA”.

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El Instituto de Valencia de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i) está analizando la talla de piedra de la época íbera depositada en el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE). En colaboración con la institución ilicitana, se realizarán los análisis pertinentes para determinar los materiales y la policromía de una pieza hallada en la partida de Derramador del Campo de Elche.

El Sargento Lozano ha recordado que “La Ley de Patrimonio Cultural Valenciano dispone que las piezas halladas se entreguen a las autoridades en 48 horas”, ha indicado. “En este caso, depositamos la pieza en el MAHE a disposición de la Conselleria de Cultura para su valoración y autenticación”.

A partir de este martes, los análisis en el MAHE se van a centrar en el soporte pétreo y en determinar si existen restos de policromía que indiquen que la pieza estuviera decorada. Para ello, se van a utilizar técnicas de análisis no invasivas como la microscopía portátil que permite la observación de la superficie de la escultura con gran detalle y proporciona información sobre estado de conservación de la obra, y la fluorescencia de rayos X portátil proporciona información de tipo químico elemental in situ y sin tocar el objeto. Estos análisis iniciales permitirán obtener una primera aproximación a la escultura, que se irá completando conforme vayan avanzando las investigaciones sobre la obra.

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Por otro lado, el estudio arqueológico de la pieza está siendo abordado por Teresa Chapa Brunet, catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, Raimon Graells i Fabregat, profesor-investigador Ramón y Cajal en la Universidad de Alicante y Miguel Pérez, director del MAHE.

El análisis global y conjunto de este valioso fragmento escultórico manifiesta la colaboración entre administraciones en el fomento del estudio del patrimonio y su difusión. Gracias a la colaboración ciudadana y desinteresada de Manuel Ibáñez y a la participación de todos los actores implicados, la investigación tiene desde hoy una nueva escultura para aproximarnos al conocimiento del mundo íbero.

Fuente: esdiario.com | 22 de junio de 2021

Un gran campamento romano perdido, que se remota al siglo II a. C., aparece en la sierra de Laboreiro, entre Orense y Portugal

El recinto de Lomba do Mouro, en la sierra de Laboreiro, está situado en la frontera entre Galicia y Portugal. Manuel Gago

Tecnología pionera ha ayudado a encontrar un campamento perdido construido y utilizado por miles de soldados romanos enviados para conquistar el noroeste de la península ibérica.

El descubrimiento es el recinto fortificado militar romano más grande y antiguo excavado hasta ahora en Galicia y el norte de Portugal. Los cimientos del muro del recinto datan aproximadamente del siglo II a. C.

Los expertos analizaron una sección de sedimento de los cimientos del muro utilizando una técnica de datación por luminiscencia estimulada ópticamente (OSL). Esto permitió fechar la última vez que los cristales de cuarzo estuvieron expuestos a la luz solar y cuánto tiempo estuvieron enterrados bajo las paredes.

Detalle del sondeo 2. Foto: Era-Arqueologia. Los resultados de la datación absoluta del muro del recinto por OSL sitúan su fundación alrededor del siglo II a. C.

El descubrimiento significa que Lomba do Mouro es el campamento romano identificado científicamente más antiguo hasta la fecha en Galicia y el norte de Portugal y puede vincular su construcción con las primeras campañas militares romanas en Gallaecia.

El campamento de Lomba do Mouro, en la localidad de Melgaço, Portugal, (junto al río Miño y limítrofe con Galicia) fue construido por unas 10.000 tropas romanas que cruzaban el monte Laboreiro, entre los ríos Lima y Miño. Fue diseñado para ser una fortificación temporal, se usó durante un día o semanas como máximo en los meses más cálidos y se construyó rápidamente.

El ejército cruzaba un terreno elevado por seguridad. Las fuentes escritas describen peleas durante su excursión, pero también se hicieron algunos acuerdos potenciales con la comunidad local.

Imagen LiDAR del campamento romano de Lomba do Mouro João Fonte.

De difícil detección

Los campamentos temporales son difíciles de detectar porque quedan pocas pruebas arqueológicas, debido a su naturaleza no permanente y porque a menudo fueron destruidos a propósito cuando el ejército romano se fue.

El doctor João Fonte (izquierda), de la Universidad de Exeter, miembro del equipo de investigación, señaló en un comunicado que "las fuentes escritas mencionan al ejército cruzando diferentes valles, pero hasta ahora no sabíamos exactamente dónde. Debido a la naturaleza temporal del sitio, es casi imposible de encontrar sin utilizar técnicas de detección remota, y la datación por radiocarbono no habría sido precisa porque las raíces de las plantas se introducen en la estructura".

"Hemos encontrado numerosos campamentos militares en el Noroeste de la península ibérica en los últimos años, pero su datación es muy compleja. Al tratarse de recintos temporales, hay muy poca evidencia material u orgánica en ellos que permita una datación científicamente válida".

Con una superficie de más de 20 hectáreas, Lomba do Mouro fue descubierta mediante técnicas de teledetección por el colectivo de investigación romanarmy.eu y fue objeto de un estudio arqueológico en septiembre de 2020. La campaña fue dirigida por el arqueólogo de la Universidad de Exeter João Fonte.

Distribución de emplazamientos militares romanos en el noroeste de Iberia. En amarillo y numerados los sitios estudiados. En rojo, otros enclaves (cuadrado = campamento; círculo = castellum / puesto avanzado; cuadrado con cruz = fortaleza / fortaleza).

100 años más antiguo que Penedo dos Lobos

Hasta ahora, el campamento romano más antiguo de Galicia y norte de Portugal, excavado por el mismo equipo, era Penedo dos Lobos (Manzaneda, Ourense), donde se podían encontrar monedas que vinculaban este recinto con las campañas bélicas conocidas como Guerras Cántabras (29-19 a.C.), con la que el emperador Octavio Augusto puso fin al proceso de conquista de Hispania. Lomba do Mouro se construyó cien años antes que Penedo dos Lobos.

As de Augusto acuñado por el legado Publio Carisio (25-22 a.C.) y recuperado en el campamento de Penedo dos Lobos.

En 137 a. C. el cónsul romano Décimo Junio Bruto entró en Gallaecia con dos legiones, cruzando los ríos Duero y Lima y llegando al Miño. La datación de los muros, junto con las grandes dimensiones del recinto, apoyan la hipótesis de que el campamento pudo haber sido levantado por un contingente ligado a estos tiempos, aunque por el grado de incertidumbre de las fechas es difícil establecer una relación directa con el episodio de la campaña de Décimo Junio Bruto.

Trabajos aún pendientes

Hasta ahora, los sondeos se han realizado exclusivamente en la parte portuguesa del campamento, que tenía carácter temporal y fue erigido por el desplazamiento de un enorme contingente de unos de 10.000 soldados rumbo al noroeste de la Península. "En la parte gallega todavía no hemos podido trabjar, pero el plan futuro pasa por una colaboración transfronteriza", indica Fonte.

Además, está pendiente examinar a fondo el campamento de Chaira da Maza, en el concejo orensano de Lobeira y a unos ocho kilómetros de distancia de Lomba do Mouro. "Podría estar relacionado con el mismo proceso histórico", concluye.

Fuentes: elespañol.comlavozdegalicia.es | 24 de junio de 2021

La reciente aparición de restos fósiles craneales amplían el árbol genealógico humano, pero también plantean profundos interrogantes

Los fósiles encontrados en China e Israel que datan de hace unos 140.000 años se están sumando a las filas de homínidos que se mezclaron e hibridaron con los primeros humanos modernos.

Los fósiles de Israel, hallados en Nesher Ramla, insinúan que un grupo de homínidos previamente desconocido, propuesto como antepasados ​​directos de los neandertales, podría haber dominado la vida en el Levante y haber vivido junto al Homo sapiens.

Mientras tanto, los investigadores que estudian un cráneo humano antiguo extremadamente bien conservado, encontrado en Harbin, China, en la década de 1930, lo han clasificado de manera controvertida como una nueva especie, apodada Homo lagi (Hombre dragón), la cual podría ser un pariente aún más cercano de los humanos modernos que los neandertales.

Pero ambos hallazgos han provocado ya un debate entre los científicos. Los estudios se basan en el análisis del tamaño, la forma y la estructura de los huesos fosilizados, métodos que están sujetos a juicio e interpretación individuales. Como en ocasiones suele ocurrir con los hallazgos de fósiles, no hay evidencias de ADN.

Separar los primeros especímenes de homínidos en especies únicas, averiguar si interactuaron con otros y de qué forma lo hicieron, así como rastrear su evolución, es todo muy difícil y polémico: "Es muy complicado", dice Jeffrey Schwartz (izquierda), antropólogo y biólogo evolutivo de la Universidad de Pittsburgh en Pensilvania .

Ancestro de los neandertales

Desde el año 2000, la visión de la evolución humana durante el último medio millón de años se ha vuelto cada vez más compleja a medida que los investigadores han ampliado la lista de especies del género Homo que vivieron en el Pleistoceno medio y tardío. El árbol genealógico ahora incluye el Homo floresiensis indonesio, descubierto en 2003; los denisovanos siberianos identificados en 2010; el Homo naledi sudafricano, descrito en 2015; y el filipino Homo luzonensis, detallado en 2019.

Estas especies se superpusieron en el tiempo con los humanos modernos (Homo sapiens), los cuales se cree que emergieron en África y se extendieron por el actual Israel y otras regiones hace unos 200.000 años, mientras que los neandertales (Homo neanderthalensis), que estaban firmemente asentados en Europa hace 300.000 años, fueron superados o subsumidos por los humanos modernos hace unos 40.000 años.

Sin embargo, algunos fósiles de homínidos de este período de tiempo todavía no encajan perfectamente en ninguna de las categorías existentes. Ahora, los investigadores que estudian algunos de estos fósiles extraños, encontrados en Israel, creen que podrían haber identificado un nuevo grupo de homínidos. El antropólogo físico Israel Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv, y sus colegas se han centrado en los fragmentos de un cráneo encontrados en Nesher Ramla, en el centro de Israel, los cuales son un hueso parietal y una mandíbula, probablemente pertenecientes al mismo individuo, que datan de hace entre 140.000 y 120.000 años.

El equipo de investigación de Nesher Ramla (de izquierda a derecha): Israel Hershkovitz, Marion Prevost, Hila May, Rachel Sarig y Yossi Zaidner. (Foto: Universidad de Tel Aviv).

El pensamiento convencional hasta el presente es que solo el Homo sapiens vivía en el Levante en ese momento, dice el equipo, pues la evidencia concluyente más temprana de la existencia de neandertales en la zona data de hace 70.000 años. “Lo que esperábamos encontrar era 'Homo sapiens', dice la coautora Hila May, también de la Universidad de Tel Aviv. "Pero, a primera vista, no lo fue". La mandíbula y los dientes eran parecidos a los de un neandertal, mientras que la forma del cráneo era más arcaica, una combinación inusual.

La rareza parece coincidir con un puñado de otros fósiles encontrados en Israel, algunos de los cuales datan de hace 400.000 años, y ninguno ha sido clasificado previamente. “No hemos podido asignarlos a ningún grupo 'Homo', dice May. "Son todavia un misterio". Pero en un par de estudios publicados en Science el 24 de junio (aquí y aquí), el grupo de investigadores propone que todos estos fósiles pertenecen a la población de homínidos recién nombrada con el nombre del pueblo, Nesher Ramla, la cual podría haber dominado esta región durante cientos de miles de años. El equipo dice que los homínidos de Nesher Ramla pertenecían a una especie paraguas desconocida, en lugar de constituir una nueva especie ellos mismos.

Sitio de excavación cerca de Nesher Ramla en el centro de Israel. Crédito: Yossi Zaidner.

La población de Nesher Ramla parece haber dominado las mismas herramientas de piedra que el Homo sapiens que vivía en la zona. Los artefactos encontrados cerca de los fósiles sugieren que estos individuos cogieron pedernales desde hasta 10 kilómetros de distancia y afilaron las herramientas líticas cuando fue necesario. El hecho de que su tecnología lítica sea similar sugiere que vivieron junto con los humanos modernos y quizás hibridaron entre ellos.

Pero no todos los investigadores están de acuerdo con los hallazgos del equipo. Para el paleoantropólogo Philip Rightmire (izquierda), de la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, "el resto craneal parece de un neandertal temprano, de apariencia bastante arcaica". Rightmire dice que no le sorprendería ver neandertales en esta región en ese momento.

Hershkovitz y sus colegas argumentan que la población de Nesher Ramla podría haber establecido comunidades tempranas de pre-neandertales en Europa, inyectando genes arcaicos de África o Asia en una especie que convencionalmente se ha pensado que está evolucionando en Europa. “Los neandertales ya no son una historia exclusiva de Europa”, dice Hershkovitz.

Pero Rightmire sostiene que el flujo podría haber ido en la otra dirección. "No veo ninguna razón por la que estos primeros neandertales, si eso es lo que son, no puedan haber venido de Europa", dice.

Una reconstrucción virtual del cráneo de Harbin (Homo lagi, Hombre dragón). Crédito: Xijun Ni.

Hombre dragón

En China, una evaluación de un cráneo de homínido del Pleistoceno medio que fue desenterrado hace décadas también podría arrojar nueva luz sobre nuestros antepasados.

El cráneo de Harbin es un cráneo extremadamente bien conservado que data de hace unos 140.000 años y se cree que pertenece a un hombre de 50 años. El cráneo fue excavado originalmente en 1933 antes de ser escondido del ejército japonés en un pozo, y fue donado a la Universidad GEO de Hebei, en Shijiazhuang, en 2018. El cráneo es particularmente grande y grueso, con grandes cuencas oculares cuadradas, pómulos bajos dientes grandes y una paleta ancha.

En un trabajo publicado en The Innovation el pasado 25 de junio, el paleontólogo Qiang Ji (izquierda), de la Universidad GEO de Hebei, y sus colegas proponen que las características únicas del cráneo de Harbin son suficientes para clasificarlo como una nueva especie. Sugieren el nombre de la especie Homo longi (Hombre Dragón) inspirados en el nombre común de la provincia de Heilongjiang, Long Jiang (Río Dragón), donde se encontró el fósil.

Sin embargo, nombrar una nueva especie a partir de la parte posterior de un solo cráneo, del que se desconoce su contexto original y viene, además, sin artefactos, es controvertido. “Creo que había más especies corriendo por Asia de las que la gente se ha permitido pensar”, dice Schwartz. Pero no hay pruebas suficientes para convencerlo de que este cráneo representa una nueva especie.

El fósil de Harbin es uno de los extraños cráneos del género Homo del Pleistoceno Medio encontrados en China a lo largo de los años. Desde el punto de vista de Rightmire, estos cráneos probablemente representan lo que sucedió con algunos de los primeros neandertales que marcharon desde Europa a través del Medio Oriente, hacia China y Siberia, convirtiéndose finalmente en los denisovanos.

Comparaciones entre (desde la izquierda), el Hombre de Pekín, cráneo de Maba, cráneo de Jinniushan, cráneo de Dali y el cráneo de Harbin. Crédito: Kai Geng.

"Estos restos fósiles asiáticos probablemente pertenecen al mismo grupo que los denisovanos", dice Rightmire. "Apuesto a que eso es de lo que estamos hablando aquí". Sin embargo, Hershkovitz sostiene que algunos de estos cráneos asiáticos podrían encajar mejor en el grupo de Nesher Ramla.

En el estudio, Qiang Ji y sus colegas dicen que, dada la similitud del cráneo de Harbin con algunos fósiles tempranos de Homo sapiens, Homo longi podría ser un pariente aún más cercano a los humanos modernos que los neandertales. Pero Schwartz cree que algunos de estos fósiles se han agrupado de forma inapropiada en la categoría de Homo sapiens . “Muchos de estos fósiles son muy, muy diferentes entre sí”, dice.

En general, las clasificaciones de homínidos actuales tienen poco sentido, argumenta Schwartz, porque agrupan demasiada diversidad en especies como Homo sapiens . "Creo que deberíamos empezar de cero", dice. “Algunas personas no son lo suficientemente atrevidas como para decir: 'veamos todo desde el principio'”.

Fuente: nature.com | 25 de junio de 2021

Científicos chinos presentan una nueva especie hermana del 'Homo sapiens': el 'Homo longi' (Hombre dragón)

Foto: El cráneo de Harbin (Homo Longi). CELL

Un equipo liderado por científicos chinos dice que ha encontrado los restos de una nueva especie humana que vivió en Asia hace al menos 146.000 años y que sería el pariente evolutivo más cercano del Homo sapiens, nuestra propia especie.

Los investigadores lo han bautizado como Homo longi, Hombre dragón, en referencia al nombre de la región del noreste de China donde se halló el cráneo fósil. El análisis de esta calavera apunta a que se trataba de un hombre de unos 50 años, probablemente alto y fuerte. Este humano era una especie de Frankenstein con rasgos primitivos y modernos: una cabeza aplanada, gruesos arcos sobre las cejas, una boca ancha y unos dientes bastante más grandes que los de cualquier persona actual. Pero también tenía uno de los cráneos más grandes que se conocen en el género humano y podía albergar un cerebro del mismo tamaño que el nuestro.

“Este fósil tiene características clave para entender el origen del género 'Homo' y la aparición de nuestra especie”, explica Quiang Ji (izquierda), investigador de la Universidad GEO de Hebei y coautor de los tres estudios que describen la nueva especie y su datación, publicados en The Innovation.

La propuesta de estos científicos es un nuevo clavo en el ataúd de esa teoría que ve en el Homo sapiens una especie única y elegida, pues indica que hace unos 200.000 años había en la Tierra siete especies humanas diferentes que en ocasiones compartían hábitat e incluso tenían sexo e hijos. “Serían el 'Homo sapiens', 'Homo neanderthalensis', 'Homo daliensis', 'Homo erectus', 'Homo floresiensis', 'Homo luzonensis' y esta nueva”, explica Chris Stringer (derecha), investigador del Museo de Historia Natural de Londres y coautor de dos de los estudios sobre el Hombre dragón.

La historia de este fósil es rocambolesca. En 2018, un campesino le llevó el cráneo a Ji. El fósil lo halló un compañero de su abuelo en 1933 mientras trabajaba en la construcción de un puente sobre el río Songhua en la ciudad de Harbin, al noreste de China, según China Daily, un diario del Ministerio de Propaganda chino. El abuelo escondió la calavera en un pozo para que no se la llevasen los japoneses durante la guerra que enfrentó a ambos países. La calavera pasó de generación en generación hasta llegar a las manos de ese campesino, que decidió donarlo a la ciencia.

El principal problema de esta historia es que se desconoce el entorno en el que se halló el fósil. Y así es muy difícil datarlo. En los estudios publicados hoy, los científicos chinos han analizado los compuestos químicos del sedimento que el fósil tiene aún pegado en la cavidad nasal y lo han comparado con el de una columna de tierra extraída de la orilla del Songhua donde supuestamente apareció la calavera hace casi un siglo. Las edades coinciden y arrojan esa antigüedad de al menos 146.000 años.

Desde hace tiempo, los fósiles humanos encontrados en China plantean un enigma sin resolver. En este país se han hallado cráneos y otros huesos de homínidos que no encajan en ninguna de las especies conocidas. Tienen por un lado rasgos que los acercan al Homo erectus, un homínido alto y corpulento que fue el primer miembro de nuestro género que salió de África hace 1,9 millones de años y se expandió por Asia. Por otro lado presentan características similares al Homo sapiens, que llegó a esta zona del planeta hace unos 50.000 años.

Los científicos responsables del estudio dicen ahora que todos esos fósiles son de Homo longi. Sus estudios apuntan a que esta sería la especie más cercana a la nuestra en la evolución, más que los neandertales, pues proponen que la separación de estos y los sapiens se dio 400.000 años antes de lo que se pensaba hasta ahora.

“El fósil hallado en la ciudad de Harbin y otros de China pertenecen a un tercer linaje de humanos que coexistieron con neandertales y sapiens”, comenta Stringer. “Si aceptamos que los neandertales son una especie distinta, también lo es esta”, señala. Pero el paleontólogo británico prefiere adscribir el nuevo fósil al Homo daliensis, uno de esos cráneos a medio camino entre el Homo erectus y el Homo sapiens.

Cráneo del Pleistoceno medio de Dali, China, (Homo daliensis).

Hace ya siete años, un grupo de científicos españoles propuso la existencia de una nueva especie de humanos en China. En aquel caso se basaban en los restos de un niño que vivió hace unos 60.000 años y que también tenía rasgos mezclados. Una de las autoras de la propuesta era María Martinón-Torres (izquierda), directora del Museo Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, que es muy escéptica sobre el nuevo hallazgo chino. “Es un fósil espectacular, pero decir que es una nueva especie va demasiado lejos, sobre todo porque no se conoce el contexto [el terreno] en el que fue descubierto”, opina la paleoantropóloga.

Entre los fósiles que los científicos chinos etiquetan como Hombre dragón está la mandíbula de Xiahe, hallada en plena meseta de Tíbet. En 2019, un equipo consiguió extraer proteínas del hueso y estas mostraron que se trataba de un denisovano, la especie hermana de los neandertales que habitó Asia. “No se puede ser hermano de los neandertales y de los 'Homo sapiens' a la vez. El análisis que han hecho tiene inconsistencias y yo opino que lo más lógico es emparentar esta nueva especie con los neandertales”, añade Martinón-Torres.

Antonio Rosas (derecha), experto en neandertales del CSIC cree que “es un trabajo revolucionario”. Se refiere sobre todo al análisis morfológico del cráneo y su comparación con el resto de fósiles humanos conocidos, una tarea que tiene una importante componente de computación y que, por eso mismo, es vulnerable, pues todo depende de la programación previa que se introduzca, por ejemplo al elegir qué rasgos son primitivos y cuáles modernos.

“Esta aproximación es tan potente que puede rivalizar con la paleogenética, asegura Rosas en referencia a la disciplina que analiza genes y proteínas extraídas de los fósiles y que ha aportado la mayoría de los grandes descubrimientos en evolución humana de los últimos años. ”Este podría ser el primer cráneo conocido de un denisovano, pero el análisis lo sitúa más cerca de los Homo sapiens. Es una conclusión muy compleja que aún habrá que discutir mucho. Lo que queda claro es que ya no estamos ante un paradigma unidireccional en el que los ancestros humanos salen de África para ir al resto del planeta, sino que posiblemente hubo viajes de vuelta de especies humanas desde Asia hacia África”, resalta.

Fuente: el pais.com | 25 de junio de 2021

Del Homo Nesher Ramla al Hombre dragón: Oriente Medio y Asia cobran protagonismo en la evolución humana

Foto: Una reconstrucción digital facial del 'Homo longi' (Hombre dragón). Crédito: Chuang Zhao

Al libro de la evolución humana le quedan bastantes capítulos por escribir y reescribir, como demuestran esta semana sendas investigaciones sobre fósiles hallados en Israel y China, respectivamente, que han reavivado el debate sobre el origen de nuestra especie y han añadido nuevas piezas al puzle de la evolución humana.

La investigación sobre Israel, publicada en la prestigiosa revista Science (aquí y aquí), describe un nuevo grupo humano arcaico, el Homo Nesher Ramla, que implicaría que los neandertales, una especie con la que hibridaron los Homo sapiens y acabaron por extinguirse hace unos 40.000 años, tuvieron su origen en Oriente Próximo y no en Europa, como muchos paleontólogos daban por sentado. Por otro lado, otro trabajo publicado este viernes en The Innovation, defiende que el denominado cráneo de Harbin, hallado en China en los años 30, pertenecería a una especie humana desconocida que han bautizado como Homo longi (Hombre dragón).

Como reflexiona en conversación telefónica María Martinón-Torres (izquierda), directora del Centro Nacional de Investigación de La Evolución Humana (CENIEH) y coautora de la investigación con fósiles israelíes, "la historia de la evolución humana se ha estado contando con los hallazgos encontrados en los lugares más excavados tradicionalmente, que son África y Europa, pero hay partes completamente inexploradas, como toda la zona de Arabia, India, Mongolia o El Tibet, cuyos fósiles aún desconocemos".

LA POBLACIÓN 'MADRE'

Hace ya una década, María Martinón-Torres, José María Bermúdez de Castro, codirector de Atapuerca, y Robin Dennell, profesor emérito de la Universidad de Sheffield, propusieron una hipótesis en la que situaban a Oriente Medio -al llamado Corredor Levantino o Levante mediterráneo- como un punto caliente de la evolución humana.

"Empezamos a plantear un modelo en el que defendíamos que el origen de las poblaciones neandertales europeas no estaba en África sino en Asia, y probablemente en Oriente Próximo. En primer lugar porque estratégicamente era un verdadero cruce de caminos, y por otro lado, si haces una reconstrucción paleoambiental, ves que es una zona relativamente estable, lo que favorece que haya estado habitado de forma continua", señala.

Europa, argumenta, fue bastante inhóspita durante el Pleistoceno medio, con glaciaciones recurrentes, picos de frío y muchas dificultades para que una población prosperase: "Oriente Próximo nos parecía el lugar ideal para el establecimiento de una población madre que, cuando las condiciones fueron favorables, fue mandando a otros sitios poblaciones, dando lugar a poblaciones hijas tanto en Europa, que habrían sido los neandertales, como en Asia, con los denisovanos. Así que nuestra hipótesis es que esa población madre estaba en Oriente Próximo. Hasta ahora en el Corredor de Levante sólo sabíamos que había 'Homo sapiens' y 'Homo neanderthalensis', y una serie poblaciones que aún no tenemos muy claro a dónde pertenecen", añade la paleontóloga.

Hueso parental y mandíbula de la nueva especie encontrada en Nesher Ramla (Israel). Avi Levin and Ilan Theiler, Sackler Faculty of Medicine, Tel Aviv University.

Ahora, la bóveda de un cráneo y una mandíbula con características neandertales arcaicas encontradas en Nesher Ramla, un yacimiento al aire libre cerca de Ramala, parece darles la razón o al menos respalda su teoría. Como detallan en el artículo científico de Science, liderado por el paleoantropólogo Israel Hershkovitz, los restos pertenecen a un individuo que vivió hace entre 140.000 y 120.000 años.

"Para nosotros ha sido una alegría, lo consideramos 'un fósil eureka' porque desde hace tiempo incidíamos en que Asia había tenido un papel más importante que Europa en el origen de los neandertales", señala Martinón-Torres.

Su colega José María Bermúdez de Castro (derecha) admite que "pocos comparten esta hipótesis de que el origen de los neandertales y de otras poblaciones anteriores está en el suroeste de Asia, donde el Corredor Levantino jugó un papel muy importante como cruce de caminos continental (y no en Europa) porque el paradigma actual está muy metido en la mente de los investigadores. Se irá viendo en el futuro".

Desde su punto de vista, "Nesher Ramla es una nueva pieza (importante) de un puzle complejo. Hay que seguir la pista de este hallazgo y otros que se pueden producir en el mismo lugar y en yacimientos próximos", señala.

Tal y como describe Martinón-Torres, "los fósiles de Nesher Ramla presentan características singulares, pues combinan rasgos típicos neandertales en mandíbulas y dientes con un cráneo con rasgos primitivos. Esto significa que hace 120.000 o 130.000 años tenemos una población que por sus características, es anterior al origen de los neandertales. Es como un superviviente tardío de una población anterior que podría haber estado viviendo allí desde hace unos 400.000 años".

El neandertal clásico, contextualiza, se suele situar hace unos 120.000 años, pero el linaje neandertal se remonta a hace entre 400.000 y 500.000 años: "En Atapuerca, por ejemplo, tenemos una población relacionada con los neandertales de hace 430.000 años", precisa la paleontóloga. "El pre-neandertal israelí es más arcaico que los neandertales de la Sima de los Huesos de Atapuerca, donde tenemos un registro muy completo con dientes, mandíbulas y cráneos", sostiene la científica.

Este hallazgo en Israel dará pie también a que de nuevo, se revisen los fósiles neandertales hallados en Europa, como señala Bermúdez de Castro, el cual afirma que, de hecho, "los fósiles de la Sima de los Huesos de Atapuerca, aún teniendo sus peculiaridades, no se diferencian demasiado de los Nesher Ramla".

La directora del CENIEH cree que "esta investigación generará debate porque afecta directamente a la historia del origen de los neandertales, que se extinguieron, y es la que genera más romanticismo. Así que decir que una especie eminentemente europea porque ha florecido en Europa y ha dominado el territorio durante medio medio millón de años tuvo su origen fuera de Europa probablemente genere mucho debate y me alegro. Bienvenido sea cuando genera controversia de la buena porque así es como avanzamos".

Mientras el Homo Nesher Ramla vivía en la zona que hoy es Israel hace unos 400.000 años, el Homo sapiens habría llegado a esa región hace 200.000 años, tal como muestran otros fósiles hallados en ese país que ya lo perfilaban como un lugar importante en la historia de la evolución humana. En su colección se alternan, durante los últimos 200.000 años, restos de neandertales y de humanos modernos.

Foto: Reconstrucción virtual de la mandíbula hallada en Misliya. Gerhard Weber, University of Vienna.

Así, un estudio anterior de Science, de 2008, también liderado por Israel Hershkovitz y con la participación del codirector de Atapuerca Juan Luis Arsuaga y otros miembros de su equipo, mostró el fósil más antiguo de Homo sapiens fuera de África: el maxilar de la cueva Milsiya, con una antigüedad de entre hace 194.000 y 174.000 años. En las cuevas de Skhul y Qafzeh se han encontrado restos de Homo sapiens de hace 100.000 años y en otros yacimientos se han hallado restos neandertales de hace entre 70.000 años y 50.000 años. A partir de esa fecha, más o menos, se cree que los Homo sapiens modernos reemplazamos a los neandertales en el territorio que hoy es Israel y en todo el mundo.

Sapiens y neandertales mantuvieron encuentros sexuales e hibridaron. Gracias al análisis de ADN recuperado de la Sima de los Huesos de Atapuerca los científicos saben que el flujo de genes entre neandertales y humanos modernos se produjo en ambas direcciones. Según han explicado los autores en una nota de prensa, "es probable que el Levante mediterráneo, un pasillo entre África y Eurasia a fin de cuentas, fuera el lugar donde se produjeron estos intercambios genéticos".

¿UNA NUEVA ESPECIE HUMANA EN CHINA?

Y tras un nuevo análisis de un fósil conocido hace tiempo, un completo cráneo hallado en la ciudad china de Harbin en los años 30 por dos vecinos y escondido durante años, otros equipos de paleontólogos proponen que se establezca una nueva especie humana que han bautizado con el nombre de Homo longi (Hombre dragón) y que, según argumentan en tres estudios, sería un pariente muy cercano al Homo sapiens. Incluso defienden que podría reemplazar a los neandertales como la especie hermana más próxima.

El fósil tiene una antigüedad de al menos 146.000 años, según la última datación, y habría pertenecido a un adulto de unos 50 años con rasgos primitivos y modernos. Los autores, de la Universidad GEO de Hebei, señalan que, al igual que el Homo sapiens, debía cazar mamíferos y aves, y alimentarse de frutas y vegetales. Debido a su gran tamaño y al lugar donde se encontró el cráneo, creen que el Homo longi se habría adaptado bien a su duro entorno, lo que le habría permitido dispersarse por Asia.

Recreación artística de la especie 'Homo Longi', descrita a partir del cráneo de Harbin. Chuang Zhao.

Tanto José María Bermúdez de Castro como María Martinón-Torres subrayan que el gran problema de este fósil es la falta de contexto por lo que consideran que hay que interpretar este estudio con todas las precauciones.

"Es un cráneo espectacular y precioso, pero no podemos saber cuál es su origen, hay poca información fiable sobre dónde lo encontraron y creo que atribuirlo a una nueva especie humana es prematuro y forzado", dice Martinón-Torres.

"Puesto que el cráneo no tiene contexto propio, sino inferido a través de estudios en lugares próximos de donde presumiblemente pudo llegar este resto, todo es muy circunstancial. Al igual que al investigar un crimen, el escenario es esencial para detener al culpable y las pruebas circunstanciales rara vez son decisivas para encontrar al culpable, aquí pasa lo mismo. No hay escenario del crimen, solo está la víctima, encontrada hace 80 años", coincide el codirector de Atapuerca.

Aunque Bermúdez de Castro no cree que prospere o permanezca esta propuesta de nueva especie, "como ha sucedido con otras especies nombradas en circunstancias similares (sin contexto o con contexto escaso y problemático)", subraya la importancia del cráneo de Harbin para realizar otros estudios, pues "se trata de una región muy interesante para el estudio de la evolución humana, después de décadas de investigaciones escasas y realizadas bajo un paradigma impuesto por la política de China".

Fuente: elmundo.es | 25 de junio de 2021

Descubren en Israel los restos de una especie humana desconocida hasta ahora de hace 130.000 años

Foto: Reconstrucción de los fragmentos de Nesher Ramla que han dado lugar al hallazgo. (Universidad Complutense).

Los huesos de un humano primitivo, desconocido para la ciencia, que vivió al menos hasta hace 130.000 años, han sido descubiertos en las excavaciones del yacimiento de Nesher Ramla, cerca de la ciudad de Ramala (Israel). Al reconocer la similitud con otros especímenes de Homo arcaico de hace 400.000 años, encontrados en Israel y Eurasia, los investigadores han llegado a la conclusión de que estos fósiles representan una población única del Pleistoceno Medio, ahora identificada por primera vez.

Este descubrimiento, publicado en la revista Science (aquí y aquí) y en el que participa el español Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), pone en entredicho la hipótesis predominante de que los neandertales se originaron en Europa, sugiriendo que al menos algunos de los antepasados de los neandertales procedían en realidad del Levante.

El nuevo hallazgo sugiere que dos tipos de grupos de Homo convivieron en el Levante durante más de 100.000 años (hace entre 200.000-100.000 años), compartiendo conocimientos y tecnologías de herramientas: los Nesher Ramla, que vivieron en la región desde hace unos 400.000 años, y los Homo sapiens que llegaron más tarde, hace unos 200.000 años.

Este descubrimiento también da pistas sobre un misterio de la evolución humana, el de cómo penetraron los genes del Homo sapiens en la población neandertal que presumiblemente había vivido en Europa mucho antes de la llegada del Homo sapiens. Los investigadores afirman que al menos algunos de los fósiles de Homo más tardíos encontrados anteriormente en Israel, como los desenterrados en las cuevas de Skhul y Qafzeh (derecha), no pertenecen a Homo sapiens arcaicos (tempranos), sino a grupos de linaje mixto de Homo sapiens y Nesher Ramla.

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv y de la Universidad Hebrea de Jerusalén señalan que la morfología de los humanos de Nesher Ramla comparte rasgos tanto con los neandertales (especialmente los dientes y las mandíbulas) como con los Homo arcaicos (concretamente el cráneo). Al mismo tiempo, este tipo de Homo es muy diferente a los humanos modernos, ya que presenta una estructura craneal completamente diferente, no tiene barbilla y tiene dientes muy grandes.

Especie «fuente» de la mayoría de los humanos del Pleistoceno Medio

Según los resultados del estudio, los investigadores creen que el tipo de Homo de Nesher Ramla es la población «fuente» a partir de la cual se desarrollaron la mayoría de los humanos del Pleistoceno Medio.

Además, sugieren que este grupo es la llamada población «desaparecida» que se apareó con el Homo sapiens que llegó a la región hace unos 200.000 años, del que se tiene constancia por un estudio reciente sobre los fósiles encontrados en la cueva de Misliya.

De izquierda a derecha: la Dra. Rachel Sarig, la Dra. Hila May y el Prof. Israel Hershkovitz sosteniendo los fósiles de Nesher Ramla. Crédito: Avi Levin e Ilan Theiler, Facultad de Medicina Sackler, Universidad de Tel Aviv.

En este importante descubrimiento han participado dos equipos de investigadores: uno de antropología de, la Dra. Hila May y la Dra. Rachel Sarig, y otro de arqueología, dirigido por el profesor Israel Hershkovitz, de la Universidad de Tel Aviv, el cual resalta que «este descubrimiento de un nuevo tipo de Homo es de gran importancia científica. Nos permite dar un nuevo sentido a los fósiles humanos encontrados anteriormente, añadir otra pieza al rompecabezas de la evolución humana y comprender las migraciones de los humanos en el mundo antiguo. A pesar de haber vivido hace tanto tiempo, en el Pleistoceno medio tardío (hace 474.000-130.000 años), los Nesher Ramla pueden contarnos una historia fascinante, que revela mucho sobre la evolución y el modo de vida de sus descendientes», asegura.

El importante fósil humano fue encontrado por el Dr. Yossi Zaidner (izquierda), del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, durante unas excavaciones de salvamento en el yacimiento prehistórico de Nesher Ramla, en la zona minera de la fábrica de cemento de Nesher (propiedad de Len Blavatnik), cerca de la ciudad de Ramla.

Al profundizar unos ocho metros en la tierra, los excavadores encontraron grandes cantidades de huesos de animales, como caballos, gamos y uros, así como herramientas de piedra y huesos humanos. Un equipo internacional dirigido por los investigadores de Tel Aviv y Jerusalén identificó la morfología de los huesos como pertenecientes a un nuevo tipo de Homo, hasta ahora desconocido para la ciencia. Se trata del primer tipo de Homo que se define en Israel y, según la práctica habitual, se le dio el nombre del yacimiento donde se descubrió: el tipo de 'Homo Nesher Ramla'.

Zaidner resalta que «es un descubrimiento extraordinario. Nunca habíamos imaginado que, junto al 'Homo sapiens', el 'Homo arcaico' vagara por la zona en una época tan tardía de la historia de la humanidad -asegura-. Los hallazgos arqueológicos asociados a los fósiles humanos demuestran que el ‘Homo Nesher Ramla’ poseía tecnologías avanzadas de producción de herramientas de piedra y muy probablemente interactuó con los 'Homo sapiens' locales».

Hueso parental y mandíbula de la nueva especie encontrada. Avi Levin and Ilan Theiler, Sackler Faculty of Medicine, Tel Aviv University.

El profesor Hershkovitz añade que el descubrimiento del tipo de Homo Nesher Ramla cuestiona la hipótesis predominante de que los neandertales se originaron en Europa. «Antes de estos nuevos descubrimientos, la mayoría de los investigadores creían que los neandertales eran una ‘historia europea’, en la que pequeños grupos de neandertales se vieron obligados a emigrar hacia el sur para escapar de los glaciares en expansión, y algunos llegaron a la Tierra de Israel hace unos 70.000 años».

Añade que «los fósiles de Nesher Ramla nos hacen cuestionar esta teoría, sugiriendo que los ancestros de los neandertales europeos vivieron en el Levante hace ya 400.000 años, migrando repetidamente hacia el oeste, hacia Europa, y hacia el este, hacia Asia. De hecho, nuestros hallazgos implican que los famosos neandertales de Europa occidental son sólo los restos de una población mucho mayor que vivió aquí en el Levante, y no al revés», apostilla.

Según la Hila May, de la Facultad de Medicina Sackler y el Centro Dan David de Investigación de la Evolución Humana y la Biohistoria y el Instituto de Antropología de la Familia Shmunis, situados en el Museo Steinhardt de la Universidad de Tel Aviv, «a pesar de la ausencia de ADN en estos fósiles, los hallazgos de Nesher Ramla ofrecen una solución a un gran misterio en la evolución del 'Homo': cómo penetraron los genes del 'Homo sapiens' en la población neandertal que presumiblemente vivía en Europa mucho antes de la llegada del 'Homo sapiens'».

Excavaciones en la cantera de Nesher Ramla, en el centro de Israel. YOSSI ZAIDNER.

Se han encontrado restos fósiles de la nueva población de Homo junto con fósiles de animales y algunos artefactos humanos. Foto: Yossi Zaidner.

«Los genetistas que han estudiado el ADN de los neandertales europeos han sugerido anteriormente la existencia de una población similar a la de los neandertales, a la que llamaron la «población perdida» o la «población X», que se había apareado con el 'Homo sapiens' hace más de 200.000 años», recuerda, pero en los artículos de Science los investigadores sugieren que el tipo de 'Homo Nesher Ramla' podría representar a esta población, hasta ahora desaparecida del registro de fósiles humanos.

Además, los investigadores proponen que los humanos de Nesher Ramla no son los únicos de su tipo descubiertos en la región, y que algunos fósiles humanos encontrados anteriormente en Israel, que han desconcertado a los antropólogos durante años –como los fósiles de la cueva de Tabun (hace 160.000 años), la cueva de Zuttiyeh (250.000) y la cueva de Qesem (400.000)– pertenecen al mismo nuevo grupo humano ahora llamado tipo Homo Nesher Ramla.

«La gente piensa en paradigmas. Por eso se ha intentado atribuir estos fósiles a grupos humanos conocidos como el 'Homo sapiens', el 'Homo erectus', el 'Homo heidelbergensis' o los neandertales. Pero ahora decimos: no, este es un grupo en sí mismo, con rasgos y características distintas», afirma la Dra. Rachel Sarig.

Fuente: naiz.eus | 24 de junio de 2021

Hallado en Israel un misterioso grupo humano que pudo originar a los neandertales

En 2010, un grupo de arqueólogos se lanzó a una misión desesperada. Tenían que evitar que una gran cantidad de huesos animales y herramientas de piedra fabricadas hace decenas de miles de años acabasen en los hornos de la mayor fábrica de cemento de Israel. Algunos de los restos recuperados durante aquella campaña de salvamento aportan hoy un hallazgo que puede cambiar la historia evolutiva del género humano y también la de nuestra especie: la cantera de Nesher Ramla, en el centro de Israel, pudo ser la cuna de los neandertales, una especie humana que se pensaba genuinamente europea y con la que los Homo sapiens tuvimos sexo e hijos hace decenas de miles de años.

En los niveles más profundos de la excavación se rescataron varios fragmentos de la bóveda craneal y una mandíbula inferior casi completa de un adulto del que se ignora el sexo. El análisis detallado de la morfología de estos fósiles desvela que perteneció a un grupo humano desconocido hasta ahora que ha sido bautizado como 'Homo Nesher Ramla'. El nombre hace referencia al grupo Homo, que engloba a los humanos actuales, los Homo sapiens, y a sus parientes más cercanos, los neandertales, entre otros.

Mandíbula /Ariel Pokhojaev, Sackler Faculty of Medicine, Tel Aviv University.

El 'Homo Nesher Ramla' vivió hace unos 130.000 años. Sus restos muestran una mezcla de rasgos primitivos, sobre todo en el cráneo y la mandíbula, y otros muy evolucionados en los dientes que lo acercan a los neandertales posteriores que habitaron Europa. Estos rasgos se asemejan a los de los dientes de Quesem, que se remontan casi 400.000 años, y a los cráneos de Zuttiyeh y Tabun, de entre 150.000 y 250.000 años. Los responsables del trabajo creen que todos estos restos hallados en Israel pertenecían a este nuevo grupo humano de preneandertales. El 'Homo Nesher Ramla' sería uno de los últimos supervivientes de este grupo, que vivió en Oriente Próximo durante más de 300.000 años, un periodo 60 veces más largo que toda la historia desde la invención de la escritura, hace unos 5.000 años.

“Esto es lo que llamamos un fósil eureka”, explica María Martinón-Torres (izquierda), directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH) y coautora del estudio, publicado en Science. La palabra griega hace referencia a un descubrimiento repentino que cambia la historia. “Este hallazgo nos muestra que el origen de los neandertales no está en Europa, sino en Oriente Próximo. Esta era la población madre que generó después poblaciones hijas tanto en Europa, con los neandertales clásicos, como en Asia, con los denisovanos, detalla Martinón-Torres.

El hallazgo tiene importantes implicaciones para entender los orígenes de nuestra especie. Lo que hoy es Israel y antes era la cabeza de puente entre África y Eurasia comienza a parecer una enorme tarta cuyas diferentes capas dan testimonio de una alternancia casi constante entre sapiens y neandertales.

En 2018 el equipo del paleoantropólogo Israel Hershkovitz encontró en esta misma zona los restos de un sapiens de hace 180.000 que puede ser el más antiguo conocido. En los yacimientos de Skhul y Qafzeh se han hallado sapiens de hace 100.000 años. Y en 2015, el equipo de Hershkovitz publicó un estudio que mostraba que hace unos 55.000 años había en esta zona grupos de neandertales y de sapiens que vivían a apenas 40 kilómetros unos de otros y que tal vez algunos de los cráneos generalmente atribuidos a sapiens son en realidad hijos híbridos entre esta especie y los neandertales.

El profesor de la Universidad de Tel Aviv, Israel Hershkovitz, sostiene lo que los científicos dicen que son dos piezas de hueso fosilizado de un tipo de humano temprano previamente desconocido descubierto en el sitio de Nesher Ramla en el centro de Israel. REUTERS / Ammar Awad.

“Este fósil nos cuenta una historia completamente distinta de la evolución humana en este periodo”, explica Hershkovitz, autor principal del nuevo estudio. “Los neandertales europeos serían en realidad descendientes de migrantes que salieron de Oriente Próximo en diferentes oleadas y fortalecieron así las debilitadas y reducidas poblaciones de Europa y Asia”, resalta.

El análisis genético de fósiles ha mostrado que cuando sapiens y neandertales se encontraban tenían sexo e hijos de forma habitual. El principal cruce entre ambos sucedió hace unos 70.000 años. Fruto de ello, todos los humanos actuales de fuera de África llevamos unas gotas de ADN neandertal. Esto implica que nuestros antepasados aceptaron en su seno a los hijos híbridos sin problema. Pero los fósiles de neandertales muestran que también hubo cruces más antiguos. Los neandertales clásicos tienen por ejemplo un cromosoma masculino Y que es sapiens y también es sapiens su genoma mitocondrial, la parte del ADN que pasa de madres a hijos. En estos primeros cruces es probable que fuesen los neandertales los que asumieron en sus tribus a los bebés híbridos. Hasta ahora se ignoraba dónde y cuándo habían sucedido estos encuentros.

“Seguro que los cruces sucedieron aquí”, explica el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga (izquierda), coautor del estudio. “Esta es una tierra de conexión. Esto apoya que la geografía es la madre de la historia”, añade el experto, que, sin embargo, se desvincula de la teoría de sus compañeros. A él le parece demasiado “complicado” que esta sea la cuna de todos los neandertales. Él prefiere verlo como un punto de interacción entre diferentes poblaciones de humanos.

El yacimiento israelí no solo habla de intercambio de genes a través del sexo, sino también de cultura y tecnología. En enero se anunció el hallazgo en Nesher Ramla de un dibujo con seis trazos lineales realizados por un homínido en un hueso de tor.... Según Yossi Zaidner, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, es una prueba de que los homínidos que vivieron aquí hace unos 130.000 años tenían “pensamiento complejo y eran capaces de crear símbolos”.

Foto: Las herramientas de piedra fabricadas por la antigua población de 'Homo' hallada en Nesher Ramla se parecen a las creadas en la misma época por los 'Homo sapiens' cercanos, lo que sugiere que los dos grupos tenían contactos estrechos. TAL ROGOVSKI.

Zaidner firma hoy un segundo estudio en Science analizando las herramientas de piedra halladas junto a los huesos humanos. Son muy sofisticadas. Este tipo de tecnología, conocida como Levallois, solo se había atribuido a sapiens y neandertales muy posteriores. “Nadie podría fabricar este tipo de puntas y cuchillos si alguien no te explica cómo hacerlo, bien de palabra o bien fabricándolas delante de ti”, explica Zaidner. “La existencia de estas herramientas tan avanzadas nos muestran que los 'Homo Nesher Ramla' tenían una capacidad cognitiva muy avanzada. También implica que tuvo que haber un intercambio de conocimiento entre ellos y los sapiens; probablemente sentados al calor de una hoguera”, resalta.

En la actualidad, el yacimiento de Nesher Ramla ha sido arrasado por las excavadoras que explotan la roca caliza para fabricar cemento. La excavación de emergencia terminó en 2011. Aún hay “decenas de miles” de huesos de animales pendientes de analizar. Es posible, aventura Zaidner, que entre todos ellos haya alguno que sea humano y que esté aún por descubrir.

“Es un estudio muy correcto y bien trabajado”, opina Antonio Rosas, paleoantropólogo del CSIC experto en neandertales. Para Rosas, la interpretación más plausible del trabajo no es que Oriente Próximo fuese el origen de los neandertales, sino que este trabajo desvela una nueva población de esta especie que demuestra que su rango geográfico no solo comprendía Europa y Asia.

“Es como si de repente dejasen participar en Eurovisión a un país nuevo”, comenta.

Fuente: elpais.com| 24 de junio de 2021