Arqueólogos analizan el uso de los biocombustibles desde el Paleolítico

Ethel Allué, investigador del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social), Llorenç Gelabert-Picornell, investigador postdoctoral en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) en París, y Marie-Agnès Courty del centro Procédés, Matériaux et énergie solaire (UPR 8521PROMES) a Perpignan. Foto: IPHES

Un grupo de arqueólogos ha analizado el uso de los biocombustibles desde el Paleolítico en un volumen especial de la revista "Quaternary International", informa el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES).

El volumen recoge las principales aportaciones de la sesión que con el mismo título se celebró en el marco del Congreso de la UISPP (Union Internationale des Sciences Préhistoriques et Protohistoriques) en septiembre de 2014, en Burgos.

Una de las responsables de la edición es la investigadora del IPHES, Ethel Allué, y se incluye un artículo sobre el Abric Romaní (Capellades, Barcelona), un yacimiento referente mundial para estudiar a los neandertales.

Espacio doméstico descubierto en el Abric Romaní, Capellades (Barcelona), atribuido a una comunidad de neandertales -Gerard Campeny/IPHES

La publicación consta de un total de once artículos que analizan el combustible desde diferentes disciplinas y se establecen aproximaciones teóricas y metodológicas.

La cronología abarca hasta la época romana para profundizar en la relevancia del consumo energético desde la organización social y económica de los grupos humanos a lo largo de la historia y su relación con el entorno natural.

El estudio permite saber que utilizaban diversos combustibles orgánicos que denominaríamos biocombustibles, como pueden ser los excrementos de animales, la madera o los restos de la producción agrícola.

Uno de los trabajos publicados por Ethel Allué, Alex Solé y Aitor Burguet-Coca se centra en el uso de la leña en las comunidades neandertales que vivieron en el Abric Romaní hace entre 40.000 y 60.000 años.

En este yacimiento, los datos antracológicos (restos de carbón procedente de la leña utilizada como combustible) demuestra que se seleccionaba de forma sistemática ramas de pino albar, una especie abundante en el entorno más próximo.

Desde la Prehistoria, los humanos han realizado una explotación selectiva y optimizada de los recursos energéticos, que implica un control óptimo de su calidad. EFE

Fuente: lavanguardia.com | 29 de mayo de 2017

6º Congreso español de Metrología (San Fernando, Cádiz)

Con el lema “la medida para el desarrollo, garantía de bienestar para las personas”, el Centro español de Metrología en colaboración con el Ayuntamiento de San Fernando (Cádiz) y el Real Observatorio de la Armada, organizan el 6º Congreso Español de Metrología, que tendrá lugar en San Fernando (Cádiz) los días 7, 8 y 9 de Junio de 2017.

El congreso está dirigido a todos aquellos que utilizan tecnologías de medición tanto a nivel industrial como en investigación.

También se dirige a fabricantes y empresas que lleven a cabo desarrollos de instrumentación y equipos relacionados con las medidas, a cualquier entidad que tenga implantado, o esté en fase de implantación de un Sistema de Gestión de la Calidad y a los responsables de la toma de decisiones basadas en resultados de medidas.

En el congreso se abordarán tres grandes temáticas: la metrología fundamental y aplicada; grandes retos en metrología; y metrología: impacto social e industrial.

El comité organizador está compuesto por representantes de empresas e instituciones con especial sensibilidad y experiencia en los distintos ámbitos de la metrología.

IK4-TEKNIKER colabora en el comité organizador en lo referente a los aspectos científicos, proponiendo temas a tratar, coordinando y moderando alguna de las sesiones del congreso y participando en la evaluación de ponencias. También participará como ponente con una charla sobre metrología para la industria 4.0.

Más información: 6º Congreso Español de Metrología

Descifran por primera vez el ADN completo de momias de Egipto

Sarcófago de Tadja, encontrado en Abusir el-Meleq (Egipto) - bpk/Aegyptisches Museum und Papyrussammlung, SMB/Sandra Steiss

Han secuenciado todos los genes de tres momias. Los análisis muestran que los egipcios actuales están un 8 por ciento más emparentados con africanos subsaharianos que con antiguos egipcios.

El material genético de tres momias que vivieron en Egipto entre el año 1.400 antes de Cristo y el 400 de la próxima era ha sido totalmente secuenciado, tal como se ha publicado este martes en la revista «Nature Communications». La investigación, dirigida por Johannes Krause, investigador en el Instituto Max Planck de Ciencia de la Historia Humana en Jena (Alemania), ha concluido que los egipcios actuales están más relacionados con africanos subsaharianos que con los antiguos egipcios. Estos, por su parte, estaban más emparentados con poblaciones de Oriente Próximo y Asia occidental. Esto quiere decir, según los autores, que en el pasado reciente hubo un flujo de población subsahariana hasta Egipto que cambió la composición genética de la población.

Los testimonios y restos dejados por los egipcios siempre han mostrado que estuvieron en constante intercambio con las culturas africanas, asiáticas y europeas desde hace al menos 3.000 años, a través de fenómenos migratorios. Sin embargo, este hecho ha sido difícil de demostrar a través del material genético, sobre todo porque el clima y la antigüedad de los restos dañaban mucho el ADN.

Pero en esta ocasión los investigadores han logrado usar las modernas técnicas de secuenciación (lectura) del ADN, para reconstruir el genoma completo de los restos egipcios a partir de millones de fragmentos. Además, han usado rigurosas pruebas de autentificación para evitar que la contaminación con material genético de bacterias o humanos modernos pudiera alterar los resultados.

Los investigadores confían en haber demostrado que su método puede transformar y acelerar la investigación de las momias egipcias. Además de para reconstruir movimientos de población, han explicado que la secuenciación podría usarse para estudiar la evolución de genes concretos, analizar rasgos individuales de las momias, establecer relaciones de parentesco o incluso buscar el rastro de antiguas infecciones.

Las momias de Abusir el-Meleq

En esta ocasión, los investigadores tomaron muestras de huesos, dientes y tejidos blandos de 151 momias halladas en el yacimiento de Abusir el-Meleq (Egipto), situado junto al río Nilo, en el Egipto Medio, y que en la actualidad estaban en manos de dos colecciones antropológicas.

Posición del yacimiento de Abusir el-Meleq. En naranja, origen del material genético de las poblaciones modernas- Krause et al, Nature Communications

A partir de estos restos, los autores secuenciaron el genoma completo de tres momias: una del periodo anterior a Ptolomeo (el sucesor de Alejandro Magno que fundó su reino en Egipto a la muerte de este), otra de la época de Ptolomeo y una última ya perteneciente al período de la dominación romana.

Además de esto, el equipo de Krause examinó el genoma mitocondrial (un pequeño conjunto de genes que está dentro de las mitocondrias, «fábricas» de energía del interior de las células humanas), de 90 momias.

Con esta información genética, los investigadores pudieron analizar la composición genética de las poblaciones de la antigüedad y después compararla con las actuales.

Las huellas genéticas de la conquista

«En concreto, estábamos interesados en buscar cambios y continuidades en la composición genética de los habitantes de Abusir el-Meleq», ha explicado en un comunicado Alexander Peltzer, uno de los coautores del estudio e investigador en la Universidad de Tubinga. «Quisimios averiguar si la conquista de Alejandro Magno y de otras superpotencias dejó una huella en los genes de los antiguos egipcios», ha dicho Verena Schuenemann, también coautora y profesora en la Universidad de Tubinga.

La investigadora Verena Schuenemann- Johannes Krause

La investigación ha concluido que no fue así. La composición genética de la población de Abusir el-Meleq no sufrió importantes cambios durante los 1.300 años que su estudio ha cubierto, a pesar de la conquista de las superpotencias. En sus genes no se han encontrado huellas de conquistadores, pero sí señales de un origen vinculado a poblaciones antiguas de Oriente y a grupos neolíticos de la península de Anatolia y de Europa.

Pero si las conquistas no cambiaron los genes de los antiguos egipcios, las migraciones sí que transformaron el ADN de los modernos. Estos tienen un material genético un 8 por ciento más similar al de poblaciones africanas subsaharianas que al de los antiguos egipcios, lo que indica que hubo un importante movimiento migratorio en la región, que tuvo que ocurrir en los últimos 1.500 años, tal como ha explicado Stephan Schiffels, otro de los coautores. El motivo de este flujo de personas pudo ser, según Schiffels, una mejora de la movilidad desde el sur del río Nilo, el incremento de la actividad comercial entre Egipto y el África subsahariana y el comercio de esclavos a través del Sáhara, que comenzó hace 1.300 años.

Un nuevo momento para las momias

Los propios autores han recordado que los restos de un único yacimiento no se pueden extrapolar a todo el antiguo Egipto. Pero sí que han propuesto que su investigación es la única que proporciona una conjunto de datos genéticos lo suficientemente fiable. Lo que es una prueba de que la secuenciación puede aplicarse con éxito a las momias egipcias.

Los estudios genéticos de momias siempre han sido muy polémicos entre los egiptólogos. La humedad y el calor típicos de las tumbas egipcias es muy dañino para el ADN, de modo que los estudios que intentan extraerlo corren el riesgo de leer genes modernos de bacterias y humanos modernos en vez de los antiguos.

«La potencial preservación de ADN tiene que ser mirada con escepticismo», ha dicho el propio Johannes Krause, autor del presente estudio y director del Instituto Max Planck para Ciencia de la Historia Humana. «El cálido clima egipcio, los altos niveles de humedad de muchas tumbas y algunos de las productos químicos usados en la momificación, contribuyen mucho a que los genes se degraden, y hacen muy improbable que el ADN de las momias egipcias sobreviva».

Pero las técnicas de secuenciación más modernas pueden cambiar este panorama, tal como sugiere la investigación presentada por Krause. Para confirmarlo, los autores extenderán sus análisis genéticos a otros yacimientos y a otros periodos del Antiguo Egipto.

Las técnicas usadas en este estudio abren la puerta a nuevos e interesantes estudios del material genético de las momias. En un futuro próximo podrían enriquecer mucho lo que se sabe sobre la increíble historia de Egipto.

Vía: ABC

Las excavaciones del Palau de Calatayud sacan a la luz el mayor muro romano hallado en València

Las excavaciones arqueológicas que el Consell está realizando en el edificio de la calle Micalet número 5 de Valencia están proporcionando hallazgos de alto valor histórico y patrimonial, cuya recuperación podría convertirlo en un centro turístico al nivel del museo arqueológico de La Almoina. En concreto, el plan de la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico es que el conjunto arqueológico que está aflorando en el antiguo Palacio de Calatayud sea visitable por parte de la ciudadanía y, al mismo tiempo, compatibilizarlo con fines administrativos.

El proyecto del Consell pretende integrar estos hallazgos arqueológicos de la calle Micalet, junto con otros elementos de gran valor patrimonial como los del Centro Arqueológico de La Almoina, los del Museo Catedralicio, la cripta de San Vicente o los restos conservados en el Palau de l’Almirall (cuya musealización ya está en proyecto), creando de esta forma un panorama histórico y patrimonial muy atractivo tanto para la ciudadanía como para los turistas.

Un muro romano de incalculable valor

Los trabajos arqueológicos en el antiguo Palau de Calatayud están aportando nuevos hallazgos, que se suman a los ya recuperados semanas atrás, donde se han obtenido datos importantes para la historia urbana del entorno de la Catedral y la plaza de la Virgen. En este sentido, las labores arqueológicas han sacado a la luz un muro que conserva parte de su revestimiento de placas de mármol, éstas posiblemente de la cantera valenciana de Buixcarró. Se trata de un hallazgo de incalculable valor, pues nos introduce en el ámbito de los grandes edificios monumentales que rodeaban el Foro de Valentia entre los siglos I y II d.C. Este muro, además, fue utilizado a lo largo de la historia, de modo que se conserva hasta el momento una altura superior a los 2,25 metros y, sobre él, se mantienen reformas de épocas posteriores que muestran cómo distintas culturas y civilizaciones vivieron en el mismo espacio que ha llegado hasta nuestros días.

También se ha descubierto una parte de la trama urbana antigua, cuya modificación en 1800 coincide con la construcción de la actual Casa Vestuario. Se han verificado las antiguas alineaciones de la calle Micalet, que provenían de muchos siglos atrás, y se ha confirmado que la antigua línea de fachada se encuentra bajo la actual calle, de modo que la anterior era mucho más estrecha y con una orientación que coincide con la de otros restos de la ciudad romana de València.

Además, en la pared medianera con la Casa Vestuario se ha descubierto el antiguo muro, que alcanza dos plantas de altura, construido con la técnica del tapial y que data del siglo XIV. Gracias a su gran valor patrimonial y plástico quedará finalmente visible e integrado en el futuro edificio de la administración autonómica.

Fuente islámica y posibles baños árabes

Del pasado islámico de la ciudad se han recuperado también numerosos restos, como una fuente rodeada de tuberías cerámicas, una canalización de suministro de agua, posiblemente derivada de la Acequia de Rovella, y diversas estancias de un edificio, cuya interpretación se encuentra en fase de estudio, a la espera de poder verificar si pertenecen a unos antiguos baños árabes de los que se tiene constancia en el entorno del actual Palau de Calatayud.
Otro descubrimiento islámico que ha aflorado es un muro que progresa en el alzado de las paredes del actual inmueble. Se trata de un hallazgo de gran relevancia, ya que salvo los restos de la antigua muralla musulmana son pocos los muros de esa época conservados en altura en València. Todos los edificios de ese periodo fueron eliminados progresivamente tras la conquista cristiana de la ciudad.

Inscripciones romanas


Inscripción romana encontradas en las excavaciones.

Así, gracias a las excavaciones arqueológicas impulsadas por la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico, han comenzado a surgir más evidencias de la antigua ciudad romana. A una profundidad próxima a los 4 metros ha aparecido una porción de pavimento romano de época imperial (siglos I y II d. C.).

Además, se ha recuperado un fragmento de inscripción con letras romanas, que forma parte del cimiento de un muro de época califal del siglo X, que podría pertenecer, según los expertos, a una lápida honorífica que hace referencia a los “veterani et veteres”. Estos fueron los dos grupos de población que gobernaron la Curia de la ciudad (a modo del actual ayuntamiento). Los “veteres” eran los descendientes de los primeros pobladores, que llegaron a la ciudad en el siglo II a. C., mientras que los “veterani” eran los soldados licenciados llegados a València en la época de Augusto (aproximadamente a finales del siglo I a. C.).

Fuente: comarcalcv.com| 28 de mayo de 2017

Atapuerca abrirá al público una cueva de hace dos millones de años

La Cueva Peluda se encuentra en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca y forma parte de un complejo de galerías que se formaron, aproximadamente, hace más de dos millones de años. El acceso no es fácil. Para entrar es necesario reptar por una grieta que da paso a un lugar extraño: un conducto rectilíneo de dos metros de altura del que cuelgan unas raíces que semejan cabellos negros impregnados de brillos, en realidad, son gotitas de agua. Esta imagen de ensoñación, que podrán ver los más curiosos a partir del 17 de junio, se debe a la presencia de árboles en su superficie, sobre todo encinas y quejigos que buscan la humedad.

«Queremos que se visite la Cueva Peluda y se conozca su interior, para que la gente vea de dónde salieron los yacimientos antes de que el ferrocarril cortara las calizas. Como el recorrido para los visitantes de Atapuerca ha sido hasta ahora solo en la superficie, muchos se preguntan dónde están las cuevas. Esta visita permitirá dar una imagen real de donde se han depositado los fósiles humanos», explica Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca quien compañó a ABC durante toda la visita.

La Peluda se descubrió antes de que los yacimientos de Atapuerca existieran como tal. Se encontró cuando empezaron las obras del trazado del ferrocarril, a finales del siglo XIX. Precisamente fueron las obras de estas vías las que dejaron al descubierto los yacimientos al atravesar la Sierra para abrir paso a las vías. La Peluda se conocía como la «Cueva de la vía» por los lugareños, pero se volvió a cerrar. «No fue hasta la década de los 70 cuando los militares, con explosivos, abrieron la cavidad nuevamente. El grupo espeleológico Edelweis la encuentra en 1972, más o menos cuando empieza el equipo de Atapuerca», explica Cristina Cuesta, arqueóloga y miembro de la Fundación Atapuerca.

Dos galerías

La cueva tiene dos galerías, la principal, de unos 105 metros de profundidad y unos dos metros de altura. Alberga también chimeneas que alcanzan los ocho metros de altura. El recorrido obliga a elevar la mirada para admirar un paisaje que tardó millones de años en formarse.

A cada paso, hay un rastro de historia. Y también de belleza. Por ejemplo, por la cantidad de «macarrones», es decir, tubos circulares y huecos, que dan nombre a las estalactitas en su fase inicial de formación. «Estas se forman gracias al agua que llega a la cueva, la cual disuelve el carbonato cálcico de la roca caliza, que se cristaliza y forma estalactitas, de más de un metro», añade Cuesta. Cuando las estalactitas se unen a las estalagmitas (que están en la parte inferior) dan lugar a columnas con formas indescriptibles que permiten dar rienda suelta a la imaginación.

En cuanto a los hallazgos, en la Cueva Peluda no se han encontrado restos humanos pero sí herramientas, que utilizaron nuestros antepasados. El objeto hallado (lasca del modo 2) en sí no se ha datado pero puede que pertenezcan a nuestros antepasados de hace entre 350.000 y 450.000 años, posiblemente preneandertales».

Además, en la cueva hay restos de animales: aves, tortugas y sobre todo de osos, que entraban a hibernar y en ocasiones no sobrevivian. «Hemos hallado restos en conexión anatómica, es decir, todo el esqueleto tal y como se quedó en el momento», recuerda la arqueóloga. De hecho, la primera intervención arqueológica que se hizo fue con Trinidad Torres en los años 70, un ingeniero de minas que hacía una tesis sobre dientes de oso y sabía que en la zona podía encontrarlos. Aparte de restos, pueden verse zarpazos de osos en algunas partes de la cueva.

El paisaje prehistórico

Pero no solo pasaron animales y algún antepasado pasearon por allí. En la cueva pueden verse también grafitis de los años 20. Destaca uno del Ateneo Popular del año 1929, como parte de las actividades culturales que se hacían en el momento, una de ellas, reunirse en cuevas de Atapuerca.

Aparte de esta visita, se propone otra alternativa para conocer la flora y la fauna de la zona. «Queremos que la gente vea el paisaje, la flora y fauna actual y la relación de nuestra prehistoria hasta la actualidad. Tenemos la suerte de encontrar muchas cosas que nos dicen cómo era el paisaje hace un millón de años y conocer los usos de las plantas que se hacían hace millones de años», concluye Cuesta.

Recreación de un neandertal en un bosque

¿Y si también hubiera neandertales?

Atapuerca espera la que puede ser la gran noticia del año: confirmar la presencia de neandertales en el yacimiento. De ser así, Atapuerca albergaría todas las especies humanas que ha habido en Europa desde hace más de 1.200.000 años: Homo erectus (posiblemente), antecessor (al que se le dio nombre en Atapuerca), heidelbergensis (u otra especie preneandertal), neandertal y sapiens. Los restos, que se están estudiando aún, se encontraron en la Cueva Fantasma, descubierta el año pasado. «Este año es posible que tengamos la confirmación científica», señala Carbonell. «Llevo 40 años diciendo que faltan neandertales. Aunque claro, una cosa es decirlo y otra confirmarlo. Pero, parece ser que los tenemos», dice Carbonell.

Vía: ABC

Estudian una de las colecciones más amplias de colorantes minerales de la época paleolítica

Imágenes de las piezas estudiadas y del yacimiento. Foto: Rosso et al.

El uso de colorantes es un indicio importante para conocer el grado de complejidad de las sociedades prehistóricas. Una investigación publicada en la revista PLOS ONE ha analizado cuarenta kilos de colorante mineral correspondientes al yacimiento de la cueva de Porc-Epic, en Etiopía, con unos 40.000 años de antigüedad. Se trata de una de las colecciones más amplias de este tipo encontradas en un yacimiento paleolítico, y corresponde a un período de 4.500 años, además de estar situada en un área considerada clave para el origen del Homo sapiens, como es África oriental.

«La investigación ha demostrado que las poblaciones estudiadas utilizaron este material de forma continua durante miles de años», explica Daniela Rosso (izquierda), primera firmante del artículo e investigadora del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Barcelona (SERP-UB)
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La investigación de Rosso, realizada conjuntamente con Francesco d’Errico y Alain Queffelec, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y de la Universidad de Burdeos, se ha basado en el material hallado por expediciones anteriores en el yacimiento, descubierto en 1929.

Concretamente, se ha estudiado una colección excavada entre 1975 y 1976 por Kenneth D. Williamson, que está integrada por cuarenta kilos de colorante, veintiún molinos y utensilios para aplastar los colorantes minerales, y dos guijarros con residuos rojos. Según Rosso, «Se trata de una colección excepcionalmente amplia, que permite reconstruir las diferentes fases de tratamiento de los colorantes, y que muestra cómo los habitantes de Porc-Epic procesaban una gran variedad de ellos con útiles de diferentes materias primas para producir polvo de colorantes de diferentes tipos, adaptados a usos diversos, simbólicos o funcionales». A modo de ejemplo, un guijarro con residuos rojos repartidos de forma homogénea, interpretado como guijarro pintado u objeto utilizado como tampón, indica un posible uso de los pigmentos para actividades simbólicas.

La investigación ha permitido saber que, en las sociedades paleolíticas, los colorantes se procesaban con distintas técnicas: abrasión, raspado y talla. Estas técnicas no variaron sustancialmente a lo largo del periodo de 4.500 años estudiado, lo que «parece reflejar una adaptación cultural transmitida a lo largo del tiempo», afirma Rosso, que en breve leerá en la UB una tesis basada en este estudio exhaustivo de los colorantes de Porc-Epic, bajo la dirección de los investigadores D'Errico, João Zilhão (SERP-UB e ICREA) y Josep M.ª Fullola (SERP-UB).

Los colorantes con marcas de uso se han analizado mediante microscopia óptica y confocal. También se han recogido colorantes encontrados alrededor del yacimiento con objeto de reproducir experimentalmente las técnicas para moler. Asimismo, la investigación incluye un estudio comparativo de muestras de polvo producidas por las mujeres hamer (izquierda) del sudoeste de Etiopía, que utilizan en la actualidad los colorantes de forma cotidiana, y les dan múltiples funciones.

Piezas de ocre halladas en la cueva de Porc Epic, Etiopia.

Fuente: Universidad de Barcelona | 24 de mayo de 2017

Una misión arqueológica española descubre un gran dintel grabado del Reino Medio en Heracleopolis Magna


La misión arqueológica de la veteranísima egiptóloga española Carmen Pérez Die, con varias décadas a sus espaldas excavando Egipto, sigue ofreciendo nuevos descubrimientos. El Ministerio de Antigüedades egipcio ha anunciado hoy el hallazgo de un gran dintel de granito rojo durante las excavaciones en el templo de Heryshef, en el yacimiento de Heracleopolis Magna.

La pieza de granito, hallada durante la 51 temporada de la misión arqueológica hispano-egipcia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, estaba adornada con dos cartuchos grabados con el nombre del faraón del Reino Medio Sesostris II (hacia el 1895 - 1889 a.C). «Este descubrimiento es muy importante porque la presencia de este dintel grabado con el nombre de Sesostris II en el templo de Heryshef prueba el interés de este faraón en este área, y la zona de Fayum en general», ha apuntado el director del departamento de Antigüedades del Ministerio, Mahmud Afifi. Sesostris II, faraón de la Dinastía XII construyó la pirámide de Lahun, a 10 kilómetros del templo de Heryshef.


La directora de la misión, Carmen Pérez Die, ha añadido que su equipo ha continuado las excavaciones en la zona noroeste de Heracleópolis Magna, que fue capital de Egipto durante dos dinastías antes que Tebas (actual Luxor), donde han hallado varios restos arquitectónicos nuevos de la dinastía XVIII (hacia el reinado de Tutmosis III, 1479 -1425 a.C.) y de Ramses II (1279 - 1213 a.C.).


Heracleópolis Magna (en la provincia moderna de Beni Suef), pese a haber sufrido años de expolio que han diezmado sus restos faraónicos, es uno de los yacimientos más grandes del país, lleno de templos y necrópolis.

Fuente: A. ALAMILLOS El Cairo | ABC, 26 de mayo de 2017
Fotos por gentileza del Ministerio de Antigüedades Egipcio

El ADN antiguo revela la íntima relación entre cazadores y agricultores del Neolítico

Reconstrucción del rostro de la mujer hallada en Galicia (izquierda) y esqueleto de uno de los genomas rumanos analizados (derecha). / Serrulla, F., and Sanín, M. (2017) / Clive Bonsall

En la historia de la humanidad, la transición de la caza y la recolecta a la agricultura supuso profundos cambios culturales y tecnológicos. En el oeste y centro de Europa, esta transformación se produjo rápidamente y de manera simultánea tras la llegada de los primeros agricultores procedentes de Anatolia (en la actualidad la parte más asiática de Turquía). Más al este, en la región báltica, la transición fue más gradual, con poco o ninguna contribución genética por parte de los agricultores que llegaban.

Un equipo internacional de científicos, con participación de varios centros españoles, ha analizado las relaciones entre los cazadores-recolectores y agricultores en la cuenca baja del Danubio, un área intermedia en la que se produjo una rápida transición y en la que se han encontrado evidencias arqueológicas del intercambio culturas entre esas dos comunidades. Los resultados se publican en Current Biology.

“Los arqueólogos habían supuesto esas relaciones entre los grupos indígenas (cazadores-recolectores) y los de inmigrantes (agricultores-ganaderos), sobre bases de intercambios culturales, pero sin que se hubieran podido demostrar hasta ahora desde el punto de vista genético”, comenta a Sinc María Dolores Garralda, una de las autoras del trabajo e investigadora en el departamento de Zoología y Antropología Física de la Universidad Complutense de Madrid.

Genomas españoles

Los investigadores recuperaron tres antiguos genomas humanos de Rumanía de hace entre 8.800 y 5.400 años. También analizaron los genomas de dos mujeres cazadoras-recolectoras del Mesolítico procedentes de España: la mujer de Chan do Lindeiro, en Galicia –fallecida posiblemente al caer por una sima–, y la otra de Los Canes, en Arriondas, Asturias –hallada en una compleja sepultura–.
Los resultados del análisis de este ADN antiguo revelan que en el área que ahora conocemos como Rumanía, cazadores-recolectores y agricultores convivieron, mezclándose unos con otros y teniendo hijos.

“Esperábamos cierto nivel de mestizaje entre estos dos grupos, dadas las evidencias arqueológicas entre estas comunidades”, indica Michael Hofreiter (derecha), coautor del estudio y científico en la Universidad de Potsdam, en Alemania. “Pero nos sorprendieron los altos niveles de integración entre las dos comunidades cuando se reconstruyó el ADN antiguo”, añade.

Para Garralda, “la investigación confirma la relativa homogeneidad genética de los grupos de cazadores-recolectores, a la vez que, en el caso de Rumanía, demuestran el intercambio de genes que debió existir desde que fueron llegando los primeros agricultores. Son una base para seguir ampliando nuestros conocimientos sobre la evolución de las poblaciones del pasado”.
La pregunta sobre cómo se produjo esta transición ha sido un tema recurrente de debate entre científicos. El abandono de la caza y la recolección hacia la agricultura pudo ser impulsado por el movimiento de personas –como en Europa occidental– o de ideas –como ocurrió más al este en Letonia y Ucrania–.

Relación compleja

Sin embargo, el trabajo demuestra que la relación entre cazadores y agricultores en la cuenca del Danubio pudo ser más compleja. El ADN analizado revela que los genomas rumanos de hace miles de años tenían ascendencia significativa de los cazadores-recolectores occidentales. Pero, también tuvieron una contribución menor, aunque importante, de los agricultores de Anatolia, lo que sugiere múltiples mezclas entre cazadores-recolectores y agricultores. Un análisis de los huesos también confirmó que tenían una dieta variada.

“El estudio muestra que estos contactos entre cazadores-recolectores y agricultores fueron más allá del intercambio de alimentos y artefactos”, dice Hofreiter. “A medida que se recopilan los datos de diferentes regiones, vemos un gradiente en toda Europa, con una mezcla creciente de cazadores-recolectores y agricultores cuanto más se avanza hacia el este y el norte”, añade.
Los análisis de dos de los mesolíticos rumanos señalan que tenían cabello y ojos oscuros con haplogrupos de los cromosomas Y, comunes entre los europeos modernos. A nivel mitocondrial, tenían haplogrupos comunes entre los grupos europeos de cazadores-recolectores y otros identificados en individuos de similar cronología de Escandinavia y Letonia. El tercer genoma, cuyo individuo tenía pelo oscuro y ojos claros, corresponde al haplogrupo común entre los agricultores europeos más antiguos.


Mapa que muestra la ubicación de los sitios arqueológicos analizados.

“Esos datos reflejan un complejo panorama de intercambios genéticos entre los pequeños grupos de esas diferentes sociedades, que, en comparación con datos europeos similares, reflejan diversos grados de mestizaje”, indica Garralda.

En el caso de los genomas españoles, los haplogrupos mitocondriales pertenecen a uno muy antiguo en Europa, común entre las muestras de cazadores-recolectores europeos. “Con respecto a datos fenotípicos, Chan debía ser morena y de ojos marrones, mientras que la mujer de Los Canes 1 parece haber tenido color de pelo castaño y ojos azules”, detalla la investigadora de la UCM.
Los científicos también estimaron la proporción de genes neandertales en todos estos fósiles españoles y rumanos, y sus valores se reparten de acuerdo con la mayor o menor antigüedad de cada uno de ellos. “Además, la intolerancia a la lactosa aparece claramente para todos los individuos de ambas regiones europeas, incluso en el rumano más reciente”, recalca Garralda. Ahora, el siguiente paso de los investigadores es entender por qué las interacciones entre estas diferentes personas llevaron a resultados tan variados.

Fuente: SINC | 26 de mayo de 2017

Aparece una escultura romana durante las excavaciones arqueológicas en Caldes de Montbuí (Barcelona)

Aparece una escultura romana durante las excavaciones arqueológicas en Caldes de Montbuí CALDES DE MONTBUÍ (BARCELONA) | EUROPA PRESS

Un equipo de arqueólogos dirigido por Pere Artigues que trabaja en las excavaciones arqueológicas de las termas romanas de Caldes de Montbuí (Barcelona) ha descubierto esta semana una cabeza de escultura romana, de mármol blanco y de tamaño natural.
Según ha explicado la Conselleria de Cultura este viernes en un comunicado, "está en buen estado de conservación" y es la primera cabeza de escultura que aparece en la localidad asociada a una estratigrafía.

Ahora, la catedrática del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Isabel Rodà de Llanza, será la encargada de estudiar el hallazgo y determinar su procedencia, datación e identificación, aunque se ha apuntado que "se podría trata de una divinidad vinculada con las aguas termales".


El descubrimiento, hecho en el marco de la reurbanización de la plaza de la Font de Lleó de la población, se ha sumado a otro, el de una nueva piscina romana de dimensiones más reducidas en el subsuelo de la plaza y ante el Museo Thermalia (abajo) siendo cuatro las piscinas localizadas y entre las que hay una de 13 metros de largo que está considerada una de las más grandes de Cataluña y de toda la península Ibérica.


Las excavaciones, bajo la supervisión de la Conselleria de Cultura y financiadas por el consistorio vallesano, están previstas de acabarse en junio y permitirán tener una visión de cómo eran las instalaciones termales hace 2.000 años.

Fuente: la informacion.com | 26 de mayo de 2017

Hallan restos humanos y útiles de la Edad del Hierro en una cueva de Peñamellera Baja (Asturias)

Alis Serna Gancedo, en el Museo Arqueológico, muestra la punta de lanza encontrada en Peñamellera Baja (Asturias). A su lado, Alfonso Fanjul Peraza.

«Parece un basurero de la Edad del Hierro completamente intacto». Así lo describe el arqueólogo asturiano Alfonso Fanjul Peraza, que se encarga en los últimos meses de estudiar este yacimiento, hallado en diciembre de 2016 por el espeleólogo Alis Serna Gancedo mientras realizaba una exploración deportiva de varias cavidades del concejo de Peñamellera Baja, en el Oriente asturiano. En una de ellas, el deportista cántabro, que es además arqueólogo y ha realizado numerosos estudios sobre hallazgos en cuevas en la comunidad vecina, se encontró en superficie una serie de objetos y restos óseos que han resultado ser de la Edad del Hierro, esto es, de entre los siglos V y I antes de Cristo. Los investigadores han confirmado que se trata de restos humanos, hallados en superficie, entre ellos un gran fragmento de cráneo y, a su lado, varios dientes, aún sin datar ni estudiar. También han aparecido piezas de cerámica y «una potente colección de fauna».

Según explicaba ayer Alfonso Fanjul, que también participaba en aquella excursión espeolológica y fue avisado por su compañero del hallazgo, «la cueva constituye un ejemplo excepcional en Asturias de ocupación subterránea tardía dentro de la Prehistoria reciente y, teniendo en cuenta la calidad y la cantidad de las piezas, así como la escasez de yacimientos en cueva de esta época, podríamos decir que el yacimiento descubierto no tiene parangón en Asturias, donde la presencia de un vertedero protohistórico intacto, con cerámicos y fauna de la Edad del Hierro sobre el que aparecen en superficie una punta de lanza perfectamente conservada y restos humanos, convierten a este yacimiento en la gran cueva de la Edad del Hierro asturiana». Añade que el único paralelo claro está en Lledías, en Llanes, al que se podría sumar -con varios siglos de mayor antigüedad- la sima de Fuentenegroso, en la sierra del Cuera.

Los descubridores comunicaron el hallazgo a la Consejería de Cultura, que envió una semana después a dos arqueólogos del servicio de Patrimonio para realizar una visita técnica. Tras reconocer los restos, se trasladó la punta de lanza al Museo Arqueólogico de Asturias, donde quedó depositada. La pieza, «excelentemente conservada», mide 30 centímetros de longitud, es de sección plana y dispone de un mango de madera circular.

Al pasar casi cinco meses desde el hallazgo sin que los descubridores hayan recibido el encargo de realizar una actuación de emergencia -tal y como exige la Ley de Patrimonio-, y ante el riesgo de que el yacimiento sea saqueado, han decidido presentar un proyecto y solicitar esa actuación de emergencia. En la misma, según ha podido saber EL COMERCIO, se plantea una topografía de todo el yacimiento, la recuperación y estudio de las piezas y la obtención de muestras para realizar una datación con Carbono 14, aprovechando que la punta de lanza mantiene inctacta la madera del arma. Igualmente, plantean un presupuesto para realizar un análisis de ADN y un estudio antropológico de los restos humanos para poder datarlos y confirmar su importancia arqueólogica.

«Preferimos no dar el nombre de la cueva ni su ubicación exacta para evitar posibles expolios», explicaba Fanjul, quien de todas formas cree que es necesario realizar «cuanto antes» esa intervención de urgencia para recuperar los restos, que siguen en el mismo lugar donde fueron encontrados a finales del año pasado.

Fuente: elcomercio.es| 25 de mayo de 2017

Una sociedad humana compleja floreció en Perú hace 15.000 años

El sitio de Huaca Prieta, también llamado Chicama, en el norte de la costa del Perú, situada en la desembocadura de los Chicama River.

El sitio arqueológico de Huaca Prieta, en la costa de Trujillo, Perú, que destaca por una gran pirámide de arcilla levantada por sus antiguos habitantes hace unos 7.800 años, guardaba una sorpresa aún mayor, según reveló ayer la revista Science Advances.

Tras excavar en uno de sus extremos, un grupo de arqueólogos y antropólogos estadounidenses encontró objetos con una datación de hasta 15.000 años. "Se trata probablemente de la evidencia más antigua de un establecimiento humano en Perú", confirma a "El Mercurio" el antropólogo de la U. de Vanderbilt y líder de la investigación, Tom Dillehay (izquierda), descubridor del sitio de Monte Verde, en Chile, el más antiguo de América.

Según Dillehay, la gente que vivió en esa época en Huaca Prieta y en Paredones, otro sitio cercano que también excavaron, no eran ni sacerdotes ni guerreros, como sus habitantes posteriores, sino que cazadores y recolectores, principalmente de productos marinos.
"Estos primeros habitantes ayudaron a establecer algunas de las bases socioeconómicas y tecnológicas de la cultura y la civilización peruana de los primeros tiempos, especialmente en lo que se refiere a lo que fue la economía marítima de América del Sur occidental", explica.

De hecho, los residentes actuales todavía siguen repitiendo algunas de las prácticas de esas comunidades tempranas, como la captura de peces y tiburones varados en las lagunas temporales que se forman después de una tormenta, o el uso de pelícanos muertos ensartados en cañas como señuelo para atraer otras de estas aves.


Foto: Pescadores actuales utilizan redes para atrapar peces y tiburones varados después de una tormenta, de modo similar a como lo hacían residentes de Huaca Prieta hace 10-15.000 años. (Crédito: Tom Dillehay).


Huaca Prieta fue estudiada por el estadounidense Junius B. Bird entre 1946 y 1947.

Uno de los hallazgos más notables fueron restos de cestas de caña -con una datación de entre 15.000 y 14.000 años antes del presente-, algunas ornamentadas con segmentos de algodón, algo sin precedentes en la zona, ya que se trata de una técnica que se pensaba había sido desarrollada mucho después. Originalmente se creía que en Perú, la sociedad de tipo más complejo surgió en el interior, pero esta evidencia revela que la cuna del desarrollo posterior bien podría haber estado en la costa.
Foto: Izquierda: fragmento de una estera tejida a partir de tallos de junco de 10.500 BP. Derecha: restos de una cesta recuperados en el sitio de Huaca Prieta y que fue realizada con diversos materiales, incluyendo una caña local que todavía se utiliza hoy en día por los modernos fabricantes de canastas. Crédito de la imagen: Tom Dillehay, de la Universidad de Vanderbilt / Universidad de Florida Atlantic.

Los investigadores también encontraron herramientas de piedra empleadas para capturar peces, y restos de comida, como ají, zapallo, palta y plantas medicinales. "Esta gente se las arregló para desarrollar medios eficientes para extraer los recursos del mar. La combinación de su explotación con la de los cultivos terrestres llevó a un mayor desarrollo de la sociedad, con el posterior surgimiento de la burocracia y una religión altamente organizada", destaca James Adovasio (izquierda) arqueólogo de Florida Atlantic University y coautor del estudio.

Foto: Herramientas de piedra fechadas entre 15.000 y 12.000 años antes del presente (BP): (a,b) tendrían entre 15,000-13,500 años BP, y (c-h) de 13,500-11,500 años BP. Crédito de la imagen: Tom D. Dillehay de la Universidad de Vanderbilt.

Excavación en Huaca Prieta. (Crédito: Tom Dillehay)

Fuentes: economiaynegocios.cl | sci-news.com | futurity.org | 25 de mayo de 2017

Descubren un esqueleto humano de 27.000 años de antigüedad en Japón

Un esqueleto humano, considerado a día de hoy como el más antiguo de Japón, ha sido hallado en una cueva denominada Shirahosaaonetabaru, en la isla de Ishigaki, al suroeste de Okinawa Naha, según ha dado a conocer un museo local, añadiendo que podría tener en torno a 27.000 años de antigüedad aproximadamente.
 
El esqueleto, que se ha conservado casi completo y que se data del Paleolítico Superior, parece haber sido intencionadamente colocado en dicha cueva, lo que proporciona la primera evidencia de un rito funerario de ese período en Japón, según el Centro Arqueológico de la Prefectura de Okinawa.
Los huesos humanos más antiguos que hasta ahora se conservaban en Japón eran un grupo que data de hace unos 24.000 años, y que fueron encontrados en la parte sur de la isla de Okinawa.
“Este es un gran descubrimiento, el cual podría marcar un nuevo capítulo en la historia humana de Japón”, dijo Kamenobu Kinjo, director del Centro Arqueológico, en una conferencia de prensa.
Añadió que el cuerpo no fue enterrado en su preciso momento ya que el esqueleto se descubrió en el suelo boca arriba.
Más de 1.000 fragmentos humanos de al menos otros 19 individuos han sido también descubiertos en la zona.

Fuentes: japantimes.co.jp | mainichi.jp | 20 de mayo de 2017

Descubren un fósil de más de tres millones de años que muestra el origen de la columna vertebral que nos hizo humanos

Los huesos analizados pertenecieron a una pequeña niña Australopitecus Afarensis. | Fuente: Universidad de Chicago.

El análisis de un esqueleto fósil de 3,3 millones de años revela la columna vertebral más completa de cualquier pariente humano temprano, incluyendo las vértebras, el cuello y la caja torácica. Los resultados, publicados esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', indican que las partes de la estructura vertebral humana que permiten movimientos eficientes para caminar se establecieron millones de años antes de lo que se pensaba anteriormente.

El fósil, conocido como 'Selam', es un esqueleto casi completo de un niño de dos años y medio descubierto en Dikika, Etiopía, en 2000 por el autor principal del estudio, Zeresenay (Zeray) Alemseged (izquierda), profesor de Biología y Anatomía Organometal en la Universidad de Chicago, Estados Unidos. 'Selam', que significa 'paz' en el idioma etíope amárico, era un pariente humano temprano de la especie Australopithecus afarensis, la misma especie que el famoso esqueleto de 'Lucy'.
En los años desde que Alemseged descubrió a 'Selam', él y su ayudante de laboratorio en Kenia, Christopher Kiarie, han estado preparando el delicado fósil en el Museo Nacional de Etiopía. Poco a poco fueron removiendo la piedra arenisca que rodea el esqueleto mientras utilizaban herramientas avanzadas de imagen para analizar más a fondo su estructura.

"Una continua y cuidadosa investigación sobre 'Selam' muestra que la estructura general de la columna vertebral humana surgió hace más de 3,3 millones de años, arrojando luz sobre uno de los rasgos distintivos de la evolución humana -afirma Alemseged-. Este tipo de preservación es sin precedentes, particularmente en un individuo joven cuyas vértebras aún no están completamente fusionadas".

Selam es el fósil de niño homínido más completo que se tiene por el momento. | Fuente: Universidad de Chicago.

Muchas características de la columna vertebral humana y la caja torácica son compartidas entre los primates, pero la columna vertebral humana también refleja nuestro modo distintivo de caminar erguido sobre dos pies. Por ejemplo, los seres humanos tienen menos costillas -huesos de la espalda- que nuestros parientes primates más cercanos, además de que tienen más vértebras en la parte inferior de la espalda, lo que nos permite caminar con eficacia.

Sin embargo, se desconoce hasta ahora cuándo y cómo evolucionó este patrón porque los conjuntos completos de vértebras rara vez se conservan en el registro fósil. "No hemos sido capaces de determinar cuántas vértebras tenían nuestros antepasados -señala la autora principal Carol Ward (derecha), conservadora y profesora de Patología y Ciencias Anatómicas en la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri, en Estados Unidos-. Selam nos ha proporcionado la primera visión de cómo se organizaron los antepasados de nuestros antepasados".

Para su análisis, 'Selam' tuvo que viajar hasta la instalación europea de radiación de sincrotrón en Grenoble, Francia, donde Alemseged y el equipo de investigación emplearon tecnología de imágenes de alta resolución para visualizar los huesos. "Esta tecnología brinda la oportunidad de examinar virtualmente aspectos de las vértebras que de otro modo no podrían obtenerse del espécimen original", afirma el coautor del estudio Fred Spoor (izquierda), profesor de Anatomía Evolutiva del Departamento de Biociencias del University College de Londres, en Reino Unido.

Los escáneres indicaron que 'Selam' tuvo la distintiva transición torácico-lumbar hallada en otros parientes fósiles humanos, pero el ejemplar es el primero en demostrar que, al igual que los seres humanos modernos, nuestros primeros antepasados tenían sólo 12 vértebras torácicas y 12 pares de costillas, que son menos que la mayoría de los simios.
"Esta inusual configuración humana temprana puede ser una clave en el desarrollo de escenarios más precisos sobre la evolución de la bipedestación y la forma moderna del cuerpo humano", plantea Thierra Nalley (derecha),profesora asistente de Anatomía de la Escuela de Ciencias de la 'Western University', en Pomona, California, Estados Unidos.

Esta configuración marca una transición hacia el tipo de columna vertebral que permite a los humanos ser los caminantes y corredores atléticos y eficientes que son hoy en día. "Estamos documentando por primera vez en el registro fósil la aparición del número de vértebras en nuestra historia, cuándo se produjo la transición desde vértebras que llevaban las costillas a vértebras de la espalda baja, y cuándo se empezó a extender la cintura -subraya Alemseged-. Esta estructura y su modificación a través del tiempo es uno de los acontecimientos clave en la historia de la evolución humana".

Foto: Otra vista de Selam: cráneo, mandíbula, vértebras y la escápula derecha visible.

Fuentes: heraldo.es | Universidad de Chicago | 22 de mayo de 2017

Los orígenes de la actual población hindú

Marina Silva, de la Universidad de Huddersfield

Además de su vasto mosaico de lenguas, culturas y religiones, el subcontinente indio también alberga una enorme diversidad genética. ¿De dónde proceden sus pueblos? Ello es un área de gran controversia entre expertos. En un nuevo estudio se ha intentado responder a la cuestión usando pruebas genéticas.

Un problema al que se enfrenta la investigación arqueogenética sobre los orígenes de las poblaciones indias es que existe una gran escasez de fuentes de datos fiables, como restos esqueléticos conservados que proporcionen muestras de ADN antiguo. El equipo de Marina Silva, de la Universidad de Huddersfield en el Reino Unido, se ha centrado en cambio en las personas que viven hoy en día en el subcontinente.

Ella y sus colaboradores han determinado que algunos linajes genéticos en el Sur de Asia son muy antiguos. Las poblaciones más antiguas las integraban cazadores-recolectores que llegaron de África, donde surgieron los humanos anatómicamente modernos, hace más de 50.000 años. Pero posteriores oleadas de asentamientos procedieron de Irán, después de que finalizara la última Edad del Hielo, hace entre 10.000 y 20.000 años, y con la expansión de la naciente agricultura.


Estas "firmas" antiguas son visibles muy claramente en el ADN mitocondrial, que sigue la línea de descendencia de las mujeres. En cambio, la variación del cromosoma Y, que sigue la línea de descendencia de los hombres, es muy distinta. Aquí las firmas principales son mucho más recientes. De forma muy controvertida, existe una fuerte señal de inmigración procedente de Asia central, que data de hace menos de 5.000 años.

Esto parece un signo de la llegada de los primeros indoeuropeos, que surgieron entre los pueblos de la Edad del Bronce de las praderas en el norte del Cáucaso, entre los mares Negro y Caspio. Eran pastores con gran movilidad en su estilo de vida, sociedades patriarcales que habían domesticado el caballo, y que hablaban una lengua que se convirtió en el sánscrito, el lenguaje del hinduismo clásico, que hace más de 200 años los lingüistas mostraron está relacionado en último término con el griego y el latín clásicos.

Las migraciones del mismo origen también dieron forma al asentamiento de los pueblos de Europa y sus respectivas lenguas.

Fuente: noticiasdelaciencia.com | 23 de mayo de 2017

Descubren interesantes restos prehumanos de 7,2 millones de años en los Balcanes

Mandíbula inferior de Graecopithecus freybergi, denominada 'El Graeco', de 7,175 millones de años hallada en Grecia / Wolfgang Gerber, Universidad de Tübingen

Los chimpancés actuales son los parientes vivos más cercanos de los seres humanos. Dónde vivió el último ancestro común entre ambos es un tema central y altamente debatido en paleoantropología. Los investigadores habían asumido que los linajes divergieron hace entre cinco y siete millones de años y que los primeros prehumanos se desarrollaron en África.

Sin embargo, dos estudios publicados hoy en PLoS ONE (ver referencia bibliográfica más abajo), indican que el linaje común de grandes simios y humanos se dividió varios cientos de miles de años antes de lo que se suponía hasta ahora. El equipo de científicos, encabezado por la profesora Madelaine Böhme (izquierda), del Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente de la Universidad de Tubinga (Alemania), y el profesor Nikolai Spassov (derecha), de la Academia Búlgara de Ciencias, señala además que la división del linaje humano se produjo en el Mediterráneo oriental y no en África, como se había establecido hasta el momento.
El equipo analizó los dos especímenes conocidos del homínido fósil Graecopithecus freybergi: una mandíbula inferior de un yacimiento griego y un premolar superior de Bulgaria. Utilizando la tomografía computarizada, los científicos visualizaron las estructuras internas de los fósiles y demostraron que las raíces de los premolares estaban ampliamente fusionadas.

Premolar superior de 7,24 millones de años de Graecopithecus hallado Bulgaria / Wolfgang Gerber, Universidad de Tübingen

"Mientras que los grandes simios tienen dos o tres raíces separadas y divergentes, las raíces de Graecopithecus convergen y se funden parcialmente, una característica propia de los seres humanos modernos, de los tempranos y de varios prehumanos, incluidos Ardipithecus y Australopithecus", explica Böhme.

La mandíbula inferior, apodada El Graeco por los científicos, tiene raíces dentales adicionales, lo que sugiere que la especie Graecopithecus freybergi podría pertenecer al linaje prehumano. "Estos resultados nos sorprendieron ya que solo eran conocidos en África subsahariana", añade Jochen Fuss (izquierda), estudiante de doctorado en Tübingen, que realizó esta parte del estudio.

Además, Graecopithecus es varios cientos de miles de años más viejo que el más antiguo prehumano potencial de África, el Sahelanthropus de Chad, que tiene una antigüedad de seis a siete millones de años.
El equipo de investigación dató la secuencia sedimentaria de los yacimientos fósiles de Graecopithecus en Grecia y Bulgaria con métodos físicos y obtuvo una edad casi sincrónica para ambos fósiles: 7,24 y 7,175 millones de años.
"Es en el comienzo del Mesiniano, una edad que termina con la desecación completa del mar Mediterráneo", dice Böhme.

David Begun (derecha), paleoantropólogo de la Universidad de Toronto (Canadá) y coautor de este estudio, apunta: "Esta datación nos permite trasladar la división entre humanos y chimpancés al área mediterránea".


Los cambios ambientales impulsores de la divergencia
Al igual que ocurría con la teoría de África oriental, la evolución de los prehumanos puede haber estado impulsada por dramáticos cambios ambientales.

El equipo dirigido por Böhme demostró que el desierto del Sáhara del norte de África se originó hace más de siete millones de años, según los análisis geológicos de los sedimentos en los que se encontraron los dos fósiles. El análisis de los isótopos de uranio, torio y plomo en partículas de polvo individuales dio lugar a una edad de entre 0,6 y 3 mil millones de años por lo que deduce que su origen estaría en el norte de África.

Imagen: Impresión artística del 'Graecopithecus freybergi'. Los científicos han propuesto que este podría ser el homínido más antiguo jamás descubierto.

Además, el sedimento polvoriento tiene un alto contenido de diferentes sales. "Estos datos documentan por primera vez el desierto del Sáhara hace 7,2 millones de años, cuyas tormentas del desierto transportaron polvo rojo salado hasta la costa norte del mar Mediterráneo en su forma", aseguran los investigadores de Tübingen.

Este proceso también es observable en la actualidad. Sin embargo, el modelo de los científicos muestra que, con hasta 250 gramos por metro cuadrado y año, la cantidad de polvo en el pasado supera considerablemente las cargas de polvo recientes en el sur de Europa, si se compara con la situación actual en la zona del Sahel en África.

Imagen de microscopio electrónico de una partícula de polvo redondeado por el transporte eólico. Se originó en el desierto del Sahara y se encontró sedimentos de 7,2 millones de años de antigüedad en Grecia- Ulf Linnemann.

Fuego, hierba y estrés hídrico

Los investigadores demostraron además que, contemporáneo al desarrollo del Sáhara en el norte de África, se formó un bioma de sabana en Europa. Con una combinación de nuevas metodologías estudiaron fragmentos microscópicos de carbón vegetal y partículas de silicato de plantas llamadas fitolitos.

Muchos de estos fitolitos identificados derivan de las gramíneas, y particularmente de aquellas que usan la vía metabólica de la fotosíntesis C4, que es común en los pastizales y sabanas tropicales actuales. La expansión global de las gramíneas C4 comenzó hace ocho millones de años en el subcontinente indio y su presencia en Europa era previamente desconocida.

Foto: Reconstrucción artística del entorno del 'Graecopithecus freybergi'.

"El registro de fitolitos proporciona evidencia de sequías severas, y el análisis de carbón vegetal indica incendios recurrentes", expone Böhme. "En resumen, reconstruimos una sabana que encaja con las jirafas, gacelas, antílopes y rinocerontes que se encontraron junto a Graecopithecus", agrega Spassov.

"La incipiente formación de un desierto en el África septentrional hace más de siete millones de años y la expansión de las sabanas en el sur de Europa pueden haber desempeñado un papel central en la división de los linajes humanos y chimpancés", continúa Böhme, quien llama a esta hipótesis la 'Historia del lado norte', recordando la tesis del paleontrólogo francés Yves Coppens (izquierda), conocida como East Side Story, según la cual el cambio climático en África oriental podría haber desempeñado un papel crucial en este episodio.

Referencias bibliográficas:
Potential hominin affinities of Graecopithecus from the Late Miocen... PLOS ONE
Messinian age and savannah environment of the possible hominin Grae... PLOS ONE

Fuente: SINC | 22 de mayo de 2017