LA EXTRAORDINARIA INVENCIÓN FENICIA DEL ALFABETO

La invención de la escritura alfabética se viene atribuyendo a los fenicios. Alrededor del siglo X a.C., ya han quedado plenamente establecidas las formas escritas, a base de un alfabeto de veintidós consonantes que no incluye ninguna vocal.

En 1904, el inglés Flinders Petrie descubrió cerca de Sarabit el-Kkdem, en el Sinaí, un centro minero egipcio.Entre los hallazgos hechos por sus obreros bajo los arenales había unas tabletas de piedra, con signos de una escritura hasta entonces desconocida; símbolos individuales juntos, como si fueran letras.

Entusiasmado con el hallazgo, mandó Petrie empaquetar las tabletas cuidadosamente y se las llevó a Inglaterra, donde al cabo de diez años el genial sir Alan Gardiner logró descifrar el texto. Un signo parecido al cayado de un pastor, que aparecía a menudo, le hizo caer en la cuenta de que los signos individuales no eran símbolos de palabras o silábicos, sino en realidad símbolos fonéticos. Cuatro de ellos, que aparecían en la sucesión B-´-l-t, acabó por interpretarlos por el nombre de Baalat.


Esto también era un indicio de la gente que había rasguñado la inscripción de la piedra.Sabido es que Baalat era la diosa principal de la antigua Biblos, cuyos habitantes comerciaban regularmente con el país de Egipto, del que a cambio de madera de cedro recibía, entre otras cosas, turquesas y cobre de las minas del Sinaí. No tendría nada de extraño que los reyes o mercaderes de Biblos tuviesen allí representantes para supervisar la extracción y el transporte del metal y las piedras finas. Y en tal caso, todo hacía creer que aquella gente dedicó las inscripciones pétreas a su reina celestial.

Que tal suposición responda o no a la realidad, en lo que, en todo caso, los expertos están de acuerdo es en que la escritura del Sinaí es el ejemplo más antiguo conocido de aplicación del alfabeto. El hecho se sitúa hacia el año 1500 a.C. Sus autores eran realmente cananeos, a sea, protofenicios del área libanesa-palestina.

También los cananeos desarrollaron más tarde la transcripción fonética. Los arqueólogos encontraron en Ugarit un verdadero silabario anterior a 1200 a.C., que contenía todos los signos de un alfabeto completo. Los habitantes de la ciudad destruida por los Pueblos del Mar parecen haber reducido el número de caracteres posibles desde los treinta originales a veintidós  y además lo simplificaron considerablemente en comparación con los signos del Sinaí.

A partir del signo en forma de cabeza de buey, con el que se abría el alfabeto fenicio, resultó una letra muy semejante a nuestra A; de un signo similar a una forma de valla la H, y la K de un signo parecido orientado hacia la izquierda.


Algo más tarde, hacia el 1000 a.C., se usaban en Biblos 23 signos que designaban consonantes desde la B a la W, algunas de las cuales no figuran en nuestras lenguas modernas. Si se juntaban estos signos formando palabras, por el sentido sentido podían deducirse las vocales omitidas.

Hacia la misma época que las letras, o algo después, se inventaron también nombres para ellas, pero eran descripciones que no correspondían a su valor fonético, sino que probablemente sólo servían de ayuda mnemotécnica.Así tenemos que la primera se llamaba aleph la cabeza del buey; la segunda, la casa, beth, y la tercera, la puerta, daleth.

Tal es el origen de las letras griegas alfa, beta,delta y de nuestras a, b, y d. Los fenicios no conocieron la c.

La hermosa escritura cursiva que adorna el sarcófago del rey Ahiram, y que se ha encontrado en otros catorce documentos pétreos más, también evolucionó, hacia el año 1000 a.C., a partir de variantes de los primeros símbolos sinaicos. Solamente se conocen estos ejemplos, que bastan, sin embargo, unidos a los hallazgos de Ugarit, para demostrar que fueron los fenicios los que de aquellos complicados sistemas egipcios y mesopotámicos adaptaron el instrumento simplificado, que entonces debió de ser casi una escritura taquigráfica.

Es de suponer que los primeros documentos escritos fueran cartas comerciales fenicias, pero como no se grababan en monumentos de piedra, como los textos dedicatorios, no se han encontrado ninguno.
Cómo y cuándo conocieron los griegos el alfabeto fenicio y lo adoptaron. tampoco lo sabemos. Herodoto supone que con Cadmos llegó a Beocia y que de allí paso a Atenas. También dice que los jónicos de las islas y del litoral "aprendieron" la escritura alfabética. Se cree que esta clase de "cursos" tuvieron lugar sobre todo en Melos, Tera y Creta, es decir, en las islas que estaban parcialmente ocupadas por los fenicios y que mantenían estrecho contacto con ellos. En todo caso, con lo inteligentes que eran, los griegos advertirían pronto las ventajas del nuevo sistema y comprenderían también que se basaba en un análisis lógico de los sonidos. Jamás olvidaron enteramente de dónde procedía, y la prueba es que durante mucho tiempo llamaron a su alfabeto phoinikia grammata, con caracteres fenicios.

Tuvieron, naturalmente, que modificar considerablemente la serie de letras de Biblos antes de poderlas usar en su propio idioma, tan rico en vocales. No les bastaban las solas consonantes semíticas. Con símbolos que no correspondían  con sonido alguno de los utilizados por ellos hicieron su allpha y su ómicrom, de una de las dos H semíticas formaron su epsilón y de la jot fenicia su ypsilón.

Inventaron, además, todo lo que faltaba: phi, chi, psi, y la gran O abierta, la omega.

Las ventajas del nuevo sistema eran obvias, enormes. En el espacio de un año sabían leer y escribir, el analfabetismo disminuyó y, a partir del siglo VIII a.C., ya se utilizaba la escritura den literatura. Aunque los rapsodas que entonces recorrían el país recitaron los versos de memoria, siempre los llevaban escrito consigo. Es muy posible que sin el alfabeto no existieran los grandes poemas épicos. Pero sobre todo, y esto fue casi lo más importante, en Gracia ya no tuvo razón de ser casta alguna de los escribas. La educación intelectual perdió el carácter profesional y monopolista. Todo aquel que no fuera tonto podía tomar parte en la vida cultural, y así podía enterarse realmente de quién era, a saber, un miembro de un poblado dotado de determinado carácter espiritual.

Sin la escritura, los griegos probablemente no habrían podido desarrollar su propia conciencia nacional, ni tampoco aquella ideología europea antiasiática que inspiró y dio alas a todas sus grandes empresas. También en este aspecto somos sus herederos...gracias a los fenicios.

TARTESSOS Y LA INFLUENCIA FENICIA DE GADIR

Durante muchos miles de años, las ciudades antiguas durmieron bajo densas capas de tierra, con sus antañas orgullosas murallas derruidas por las destrucciones y el tiempo, y sus dirigentes sepultados en tumbas.Sobre aquellas tinieblas, bajo la luz del sol, la vida continuaba, las gentes iban y venían, y las civilizaciones conocían su cenit y su ocaso.Con el paso de los años, otras ciudades aparecieron sobre las ruinas y, a su vez, se hundieron en el olvido.


Después, miles de años más tarde, los hombres empezaron a excavar a través de las capas de tierra y de ruinas, hasta llegar a las ciudades y abrirse paso hacia un lejano pasado de leyendas, héroes y misterio.

Los escritores y científicos siempre han soñado en lograr dar un vistazo al pasado, e incluso visitarlo.Pero los miles de años transcurridos antes de que el hombre escribiera sistemáticamente los sucesos de la vida cotidiana se hallaban aparentemente perdidos para nosotros hasta que la arqueología se convirtió en ciencia.
Desde luego, no existe una máquina del tiempo que nos lleve a los primeros días de la civilización, ni siquiera una que nos permita observar lo que hacia la gente de aquellas épocas. No obstante, las técnicas arqueológicas que se han ido perfeccionando son lo más cercano que existe a tan fantástico invento.

La raza humana siente curiosidad por sus inicios.Es uno de tantos rasgos que nos distinguen de los animales. Como miembro de la raza humana, deseamos poseer un sentido de continuidad, una línea directa a través de toda la historia. Sabiendo como se desarrollaron nuestras costumbres, políticas y religiones, lograremos aprender más acerca de nosotros mismos.

Formamos una especie inquisitiva, interesadisíma en saber de donde venimos y es muy posible que  un estudio de nuestros orígenes nos ayude a comprender adonde vamos. Por consiguiente, los hombres siguen registrando los lugares del mundo que habitaron los pueblos antiguos.

La historia antigua nos ha legado una serie de relatos acerca de hechos heroicos y conquistas fabulosas. Unos personajes sobrehumanos hollaron la tierra, se mezclaron con los dioses y realizaron grandes proezas. Sus nombres nos son familiares: Hércules, Aquiles, Ulises y muchos otros.Surcaron los mares, derrotaron a los gigantes, y fundaron ciudades. Sus nombres resaltan en las leyendas dramáticas que datan de un tiempo en que el hombre empezaba a ampliar sus dominios y trataba de controlar el mundo en que vivía.



En el siglo IV a.C., el historiador griego Herodoto recopiló muchos de estos relatos épicos y trató de averiguar si se basaban en la realidad. La mayor parte de leyendas se referían a ciudades que ya en aquellos tiempos habían desaparecido. Herodoto recorrió el pequeño mundo de su época, visitando antiguos lugares, tomando notas y elaborando sus observaciones y deducciones. En realidad, fue unos de los primeros arqueólogos, y sus escritos, estudiados siglos más tarde, proporcionaron algunas de las primeras pistas que conducirían a las fabulosas ciudades de leyenda. El llamado "padre de la Historia" tiene a los fenicios como los inventores del alfabeto y, cabe añadir que las descripciones de Herodoto, que fueron con frecuencia puestas en duda por los historiadores modernos, han experimentado a través de los años una brillante confirmación.

Volviendo sobre el título del presente artículo, realizaremos una breve incursión en unos de los temas más fascinantes de los últimos años: Tartessos.

El mito de Tartessos, poderoso y enigmático reino de Andalucía, sigue apasionando a los amantes de la Historia de España. Y seguirá apasionando aún más cuantos más trabajos se sigan realizando sobre su misteriosa formación y desaparición. Si su ubicación ya resultara sumamente problemática para los antiguos, para nosotros será harto difícil por no decir imposible que lleguemos a localizarla. Bien es cierto, que el número de yacimientos de época Tartésica han aumentado considerablemente y ello nos da pie para conocer bien lo que fue aquella civilización, aunque la supuesta capital siga siendo un enigma.

El investigador alemán Shulten, consagró cincuenta años de su vida a las investigaciones arqueológicas en España. Él fue quien sacó a la luz la heroica ciudad de Numancia que durante siglos permaneció sepultada, y el que despertó el interés de la legendaria Tartessos. Convencido de que en alguna parte de las marismas existentes junto a la desembocadura del Guadalquivir, dormía una de las ciudades más ricas y misteriosas de la Antigüedad. Y ante la gran cantidad de coincidencias existentes, no vaciló en afirmar que la supuesta ciudad de Tartessos, si es que en realidad existió, se hallaba enclavada en la desembocadura del río Betis.



Sabemos que todas las fuentes conocidas llevan a la conclusión de que aquella civilización estaba situada en el suroeste de España, o sea, en lo que hoy conocemos como Andalucía, región que ya desde las épocas más primitivas, con raíces que llegan al tercer milenio a.C., a la cultura megalítica, fue no sólo la más rica y fértil de la Península Ibérica, sino incluso del mundo conocido.
Pero ¿cuando se forma estructuralmente Tartessos?.Posiblemente con el impacto colonizador. Mientras que en Oriente las regiones se organizan en Estados cada vez más desarrollados y entran en una nueva fase histórica, los pueblos de Occidente siguen sumidos en el Neolítico o en los primeros albores de la Edad del Bronce.

Cuando los fenicios, después de unas incursiones precedentes en busca de prospeccionar metales, fundaron Gadir en el año 11oo a.C., sabían perfectamente lo que buscaban en Occidente y lo que hacían ubicándose en un lugar estratégico con características ideales para guarnecerse de posibles ataques locales. Así, el indigenismos megalítico recibió el choque colonizador que vino a producir una rápida elevación del nivel de vida de esta población autóctona.Estos cambios culturales permitieron que toda la zona se adaptase a la nueva cultura metalúrgica de los nuevos conquistadores aumentando las riquezas de ciertas poblaciones indígenas que potenciaron la creación de estructuras políticas y como consecuencia la aparición de monarquías localistas.

Entre los siglos IX-VI a.C., las poblaciones del sur de Portugal y de toda Sierra Morena fundieron plata y otros metales, como cobre y estaño procedente de las Casitérides (islas gallegas) en grandes cantidades, para proporcionarlos a los fenicios asentados en las costa e intercambiarlos por aceite, telas y productos de lujo (perfumes, joyas, piedras preciosas, marfiles, etc.).

En Tartessos debía haber una gran cantidad de talleres, que trabajaban el metal en lingotes y objetos manufacturados, diseminados por todo el sur y que copiaban los modelos recibidos de Oriente, como se desprende de la gran cantidad de joyas y objetos de bronce y plata. Posiblemente, Gadir fuera, el centro productor más importante de estos objetos, que tuvieron tan gran aceptación entre las poblaciones autóctonas.
Los fenicios de Gadir, bien asentados, fueron haciéndose con el control de las rutas y de las zonas mineras, lo que provocaría el estrangulamiento de Tartessos, con el lógico enfrentamiento entre ambos pueblos donde los tartesios sufrieron severas derrotas. Cartago, interesada en poner orden en la zona, acaba con los intentos griegos de penetración comercial destruyendo muchos yacimientos ibéricos en el siglo IV a.C.

Por lo tanto, la formación de Tartessos, corre paralela con la llegada de los fenicios a Gadir, que al recibir los influjos de una potencia organizada contribuyó a crear las condiciones necesarias para ello. Y así, por las mismas circunstancias que surgió, debió desaparecer, y el poderoso reino terminaba su paso por los campos de la historia entrando en el mundo fantástico del mito.

Los hallazgos arqueológicos a través de los años: el cántaro de Valdegamas, el tesoro del Carambolo, el bronce de Carriazo, los aderezos de la Aliseda y otros muchos más, manifiestan la fuerte presencia fenicia, los bronces, las joyas, la cerámica, los dioses, la agricultura y otros aspectos demuestran esta acción colonial en la civilización Tartésica. De todos modos, a la arqueología le queda mucho más que decir en este sentido. Será  preciso, por tanto, un tiempo de espera.

Por: Juan Antonio Cerpa Niño

LOS SACRIFICIOS HUMANOS EN EL TEMPLO DE MELKART


Por: Juan Antonio Cerpa Niño

La biblia denomina cananeos a los habitantes de esta franja costera; de raza semita, los cananeos no parecen ser los primeros habitantes de la zona, sino que proceden de una zona de emigraciones semíticas que quizás comenzaran a partir de la expediciones  militares de Sargon en el tercer milenio y de la creación del estado Akkadio. Sin embargo los habitantes de Biblos, que ya mantenían un comercio con Egipto desde varios siglos antes, no soportaron ninguna invasión semita. Lo más probable es que la población de la costa libanesa se hallase muy mezclada desde tiempo atrás pero con clara preponderancia de los semitas.

En cuanto al nombre, los cananeos se autodenominaron Kinachu, empleando la lengua Akkadia, ya en el segundo milenio. La época homérica es la que utiliza por vez primera el término Phoenix, que pasará al latín en forma de Phoenices con la que los romanos denominaron a los fenicios. Así pues, mientras que los fenicios nunca se denominaron como tales, sino como cananeos, los griegos les bautizaron por su cuenta con el nombre con el que le conocemos hoy, aludiendo sin duda a la rama cananea que mantuvo su independencia y desarrolló las ciudades comerciales de la costa.

Los fenicios adquieren verdadera entidad histórica pasada la segunda mitad del segundo milenio antes de nuestra era; su ciclo llegará en Oriente hasta que las tropas de Alejandro Magno asalten Tiro, pero en Occidente perdurará en la ciudad de una de sus colonias: Cartago. Su historia termina con la caída del imperio cartaginés ante los embates de Roma, en el 146 antes de nuestra era.

Como pueblo, comenzarán a extender se influencia por medio del comercio y la colonización a partir del 1200 a.C., época en la cual comienza la historia fenicia. Esta es la razón de que su panteón y sus cultos fuesen básicamente cananeos, aunque también hubo influencias en su religión de otros pueblos (egipcio). Fruto de sus contactos con distintas áreas del Mediterráneo, donde iban los colonizadores trasmitieron las creencias religiosas de la Fenicia de origen.

Su dios Baal, fue sustituido en cada ciudad por nuevos apelativos debido al fraccionamiento político de Fenicia a inicios del primer milenio, así es conocido por Baal Hammon en Cartago, Eshum en Sidón, Adonis en Biblos, Elum en Berito y Melkart en Tiro.Es en honor a este último por el que se levanta, en las primeras incursiones tirias, el santuario a Melkart en el entorno a actual islote de Sancti-Petri en San Fernando (Cádiz).

Los navegantes procedentes de Tiro establecieron la colonia de Gadir y eligieron para ello el extremos sur de la gran isla gaditana. La erosión marina ha separado el Área del templo de la isla primitiva, convirtiéndola en el actual islote, sonde no se conserva más que las ruinas de una fortaleza moderna. El Templo de Melkart llegó a convertirse en uno de los santuarios más importantes del mundo antiguo y su divinidad alcanzó una extraordinaria difusión, especialmente durante el alto imperio romano.

El templo debía tener como elemento principal un gran recinto o área sagrada, dentro de la cual estaría el edificio propiamente dicho, con las puertas de bronce decoradas y las restantes reliquias y altares. Había allí dos pozos, uno de ellos de agua dulce, cuyo régimen de caudal era inverso al de las mareas, fenómeno estudiado directamente por el geógrafo griego Posidonio. Debido a al origen oriental del culto, no existía una imagen del dios en el templo, sino solamente los altares destinados a los sacrificios.

Quizá sea este, el sacrificio, el elemento esencial de la religión fenicia. Conservando el antiguo sentido cananeo, el ofertante fenicio sacrificaba generalmente ganado mayor y menor, pájaros  ofrendas de grano, aceite, leche, vino, etc. Pero también realizaba sacrificios humanos.

El sacrificio de primogénitos era ya una practica antigua. Quizá debe remontarse a mediados del III milenio y los fenicios no lo suspendieron. La mayor parte de los restos de las incineraciones aparecidas en Salambó (Cartago),entre otros muchos lugares, demuestran que un 80% no superaba los dos años de edad, aunque no faltaban victimas de mayor edad; se han encontrado en las urnas de los sacrificios las pruebas de que habían sido entregados al fuego purificador, niños incluso de 12 años.


El ritual consistía en la entrega al sacerdote por parte de los padres de su hijo, este llevaba al niño en sus brazos ocultándolo de la vista de los presentes en el momento del preciso golpe de cuchillo. Cuando se incinera el cuerpo, la música y la alegría del pueblo redimido con el sacrificio anulaban los gritos desconsolados de los padres, mientras su hijo se reunía con la divinidad. No debemos llevarnos ninguna sorpresa ni considerar por ello que la religión fenicia era especialmente sangrienta, pues ni siquiera los griegos habían perdido por completo esta práctica en el siglo IV a.C. Según Diodoro, los niños continuaban siendo quemados en aquella época en sacrificios rituales.

Aunque los nombres de Tanit y Baal desaparecen después de la caída de Cartago en el 146 a.C., ambos sobreviven bajo los nombres de los dioses romanos Juno Caelestis y Saturno.Los sacrificios humanos cesaron por completo, aunque es posible que siguiesen realizándose en secreto.
Hasta la fecha, no han podido localizarse restos de estos sacrificios  en nuestro templo, su existencia puede ser dada como segura ya que las diferentes colonias fenicias de occidente, han aportado una amplísima documentación en cuanto a restos de amplios recintos en los cuales eran depositados los huesos calcinados de niños y, en ocasiones de pájaros y otros pequeños animales.

Desvelado el secreto del rojo y el amarillo en las pinturas prehistóricas de Parpalló

Las plaquetas (piedras calizas de superficie plana y diversos grosores) de la cova del Parpalló presentan representaciones zoomórficas, ramiformes, y geométricas ejecutadas con pigmentos rojos y amarillos. / Valentín Villaverde

La cueva del Parpalló, en Gandía, es uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de la península ibérica. En su interior se han encontrado plaquetas de caliza con grabados zoomórficos y geométricos pintados hace más de 14.000 años. Los pigmentos naturales que utilizaron los artistas prehistóricos contenían óxidos de hierro, como los hematites para los tonos rojizos y la goethita para los amarillos, según han comprobado investigadores de la Universidad de Valencia.

El análisis de los pigmentos rojos y amarillos de las plaquetas de la cueva o cova del Parpalló (Gandía) demuestra que fueron obtenidos de óxidos de hierro naturales como la hematites y la goethita. Estos compuestos aparecen en combinación con carbonatos de calcio, arcillas y cuarzo, cuya presencia es común en las tierras rojas y amarillas. El estudio, publicado en la revista científica Plos One, y desarrollado por investigadores de la Universidad de Valencia (UV) mediante técnicas no destructivas, constituye la primera caracterización de estos pigmentos en uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de la península ibérica.

Los científicos valencianos han analizado las plaquetas de la cueva (piedras calizas de superficie plana y diversos grosores), que muestran en su superficie representaciones zoomórficas, ramiformes, y geométricas ejecutadas con pigmentos rojos y amarillos. La cova del Parpalló abarca una cronología entre hace 23.500 y 14.000 años y su material arqueológico está formado por grabados y pinturas realizados en más de 5.000 plaquetas de piedra caliza que muestran la expresión cultural de las poblaciones cazadoras y recolectoras del Paleolítico superior de la franja mediterránea peninsular.

Los análisis de fluorescencia de rayos-X y espectrofotometría se han realizado in situ en el Museo de Prehistoria de Valencia

Clodoaldo Roldán, investigador del Instituto de Ciencia de los Materiales (ICMUV) y coautor del trabajo, destaca que los motivos figurativos fueron realizados con pigmentos naturales basados en óxidos de hierro rojos (hematites), amarillos (goethita) y otros óxidos de hierro inespecíficos procedentes del entorno geográfico de la cova del Parpalló.

Los análisis se han desarrollado mediante fluorescencia de rayos-X dispersiva en energía (EDXRF) y mediante espectrofotometría en la región visible, y se han realizado in situ en el Museo de Prehistoria de Valencia, donde se hallan las piezas. Completan otro estudio efectuado hace tres años que ya se centró en los pigmentos negros en las plaquetas de la misma cueva.

El estudio también tiene como objetivo analizar la evolución del color de los pigmentos y comprobar si estos se degradan y en qué medida. El espectrofotómetro (también denominado colorímetro) es la herramienta que detalla qué tonos se han empleado en las plaquetas de la Cova del Parpalló. Estas coordenadas cromáticas, analizadas al cabo del tiempo, permitirán conocer si los dibujos pierden intensidad o luminosidad y en qué medida.

Actualmente las plaquetas del yacimiento arqueológico se encuentran en el Museu de Prehistòria de Valencia, en cajas de almacenamiento o en vitrinas de exposición. “Si al cabo de un periodo de tiempo no hay variación de las coordenadas cromáticas es que no hay degradación del color”, completa Clodoaldo Roldán.

Técnicas similares en el arte mueble y parietal

Valentín Villaverde, catedrático de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua y miembro del equipo investigador, ha destacado que los resultados obtenidos “confirman que en este yacimiento se utilizaron las mismas técnicas y colorantes que se han señalado hasta ahora en los análisis de figuras parietales pintadas de la misma cronología. Esta coincidencia resulta muy interesante, ya que constituye un argumento a favor de la similitud de los procedimientos empleados durante el Paleolítico en el arte mueble (pequeños objetos transportables) y en el arte parietal (en grandes superficies de piedra)”.

Los pigmentos se elaboraron con una paleta de colores básica de rojo y amarillo
El trabajo se ha estructurado en tres fases: la adquisición de datos experimentales, que se realizó in situ en el Museo de Prehistoria de Valencia; el análisis de los datos experimentales; y la elaboración de conclusiones referidas a los pigmentos rojos y amarillos que se desarrolló en el ICMUV y en el Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV.

Para analizar los pigmentos, elaborados con una paleta de colores básica (rojo y amarillo), se usaron técnicas no destructivas portátiles. La espectrometría EDXRF se utilizó para identificar la composición elemental de los pigmentos; y la espectrofotometría, con el fin de registrar las coordenadas cromáticas, las curvas de reflectancia espectral de los pigmentos y estudiar y evaluar la evolución temporal del color. Adicionalmente, micromuestras desprendidas de las plaquetas se analizaron mediante espectroscopia de infrarrojos.

La investigación es fruto de una colaboración multidisciplinar del ICMUV y del Departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la UV y se desarrolla en el marco de un proyecto centrado en el Paleolítico medio y superior del Mediterráneo español, cuyos objetivos son, entre otros, la caracterización de las materias primas y sus sistemas de gestión, la definición de las cadenas operativas líticas y óseas, y la caracterización de las materias colorantes. El proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad y del programa Prometeo de la Generalitat Valenciana.

Referencia bibliográfica:

Roldán García C, Villaverde Bonilla V, Ródenas Marín I, Murcia Mascarós S. "A Unique Collection of Palaeolithic Painted Portable Art: Characterization of Red and Yellow Pigments from the Parpalló Cave (Spain)". PLoS ONE 11(10): e0163565, 2016. doi:10.1371/journal.pone.0163565.

Fuente: SINC

Alejandro Jiménez: «El expolio es una realidad en Egipto y en Andalucía»

Alejandro Jiménez, en una excavación en Egipto - ABC

El egiptólogo Alejandro Jiménez, descubridor de uno de los mayores hallazgos de los últimos años en Asuán, la momia de una poderosa mujer de la nobleza, defiende el legado de la civilización del país del río Nilo en la Europa actual. También resalta la riqueza arqueológica andaluza, al tiempo que lamenta la incidencia del expolio tanto en Egipto como en el sur de la Península ibérica.

- En la civilización occidental Egipto seduce, pero Roma prevalece. ¿Se debe a que es una cultura superior?

- No, Roma es a su vez deudora de Egipto. La mayor parte de nuestras letras son latinas, pero originariamente parten del jeroglífico. Lo que somos hoy se lo debemos a las culturas antiguas. Está claro que la romana es la que más ha incidido sobre nosotros, como demuestra nuestra lengua, pero Roma asume aspectos de otras civilizaciones.

- Entre ellas, ¿la egipcia era la más avanzada?

- En cierto modo, sí, pero sólo con respecto a la mayoría de las culturas mediterráneas de la época. Egipto estaba más desarrollada porque utilizaba la escritura y se articulaba en una administración compleja. Los aspectos legales, administrativos, políticos y literarios que estudiamos nos hablan de una sociedad sofisticada.

- Las excavaciones que su equipo ha desarrollado en Asuán le han convertido en un referente internacional de la arqueología, ¿qué han descubierto?

- Nuestro mayor hallazgo ha sido la momia de la madre de los gobernadores de Elefantina, miembro de una de las familias más importantes de Egipto hace 4.000 años. Esta mujer es un personaje clave en la historia de esa civilización.

- Regresemos a la nuestra. En el Egipto antiguo había una clase dominante y una clase dominada. Como ahora. No parece que hayamos cambiado mucho.

- Bueno, ahora existe una clase media y antes no. En Egipto el 2% de la población pertenecía a la clase dirigente y el resto de la población eran agricultores o pastores. Quizás sólo un pequeño número de artesanos y comerciantes podría acercarse a nuestro concepto de clase media. Otra diferencia es que hoy podemos elegir el modo en que queremos que nos gobiernen.

- Tal vez los egipcios no tengan eso tan claro. Hay atentados, violencia...

- Egipto es un país seguro. Las medidas de seguridad han aumentado muchísimo desde la primavera árabe. Personalmente, me siento más seguro en Egipto que en otros países.

- Aunque la relevancia sea menor, ¿Egipto y Andalucía son equiparables por su riqueza arqueológica?

- El sur de la Península ibérica es una de las zonas arqueológicas más importantes de Europa. La presencia de fenicios, griegos y romanos, atraídos por su riqueza minera, lo convirtió en un área de introducción de elementos artísticos y de pensamiento que proceden del Mediterráneo oriental. En este sentido, Andalucía está más cerca de Egipto que otros territorios españoles.

- ¿Hay también similitudes por la incidencia del saqueo en los yacimientos?

- Desgraciadamente, el saqueo de los bienes arqueológicos es una realidad en Egipto y en Andalucía. Es preciso aprobar una legislación mucho más severa contra los expoliadores. Porque nos roban a todos. Es cierto que evitarlo es también una cuestión educativa, que es preciso sensibilizar a la población sobre el valor de la arqueología, pero hace falta una ley dura para frenar el expolio patrimonial.

Conferencia en el Louvre

De la importancia del egiptólogo jiennense Alejandro Jiménez da cuenta la invitación que le ha cursado el museo del Louvre, uno de los centros más prestigiosos del mundo en el ámbito del estudio del antiguo Egipto, para que el próximo 24 de octubre diserte sobre los últimos hallazgos descubiertos en Asuán por el equipo de investigación coordinado por la Universidad de Jaén, donde imparte clases de historia antigua.

Bajo su dirección, 38 investigadores de diversas nacionalidades llevarán a cabo desde enero a marzo de 2017 excavaciones en Asuán en 2 cámaras funerarias en las que esperan encontrar a más personajes relevantes, según explica Jiménez, quien agradece al Ministerio de Economía y Competitividad que finacie el proyecto.

Fuente: ABC