Kozarnika (Bulgaria)

Entrada de la cueva de Kozarnika (Bulgaria). Fuente: Wikipedia.

Hace algunos años tuve la oportunidad de visitar el yacimiento localizado en la cueva de Kozarnika, situada al noroeste de Bulgaria, no lejos de la frontera con Serbia. La ocasión surgió con motivo de dos conferencias en el Instituto Cervantes de Sofía, que nos permitió contactar con los dos únicos equipos de arqueólogos que trabajaban en sendos yacimientos de ese país. Como suele ocurrir entre vecinos muy próximos, los miembros de los dos equipos no tenían una relación fluida. Así que no quedó más remedio que quedar con ellos en días diferentes.

El arqueólogo Nikolay Sirakov lideraba las excavaciones en la cueva de Kozarnika junto con un colega francés. Sus medios eran muy limitados, en un país donde una gran parte de la población había tenido que emigrar. Durante nuestro viaje por carretera (algo más de 200 kilómetros) desde la capital y la pequeña aldea cercana a la cueva fue imposible encontrar un solo lugar para detenernos a tomar un café. Es más, atravesamos una ciudad fantasma, totalmente abandonada tras la desmembración de la Unión Soviética y que en su día fue un lugar próspero dedicado a la minería. Al menos disfrutamos de un paisaje espectacular de montes y bosques vírgenes.


En un valle idílico se abría la entrada, alta y estrecha, de la cueva de Kozarnika. Sirakov nos relató que tiempo atrás había sido utilizada para guardar material bélico. Pero la cueva fue abandonada por los militares y pudieron iniciarse excavaciones. Varios sondeos de pocos metros cuadrados habían permitido llegar hasta los niveles más profundos, que habían proporcionado varias herramientas de piedra de manufactura muy arcaica. Su datación se ha fijado entre 1,4 y 1,6 millones de años por lo que esas esas herramientas representan la evidencia más antigua conocida de la primera ocupación del continente europeo desde la península de Anatolia a través del Bósforo. Si los humanos ya estaban en la República de Georgia, a las puertas de Europa, hace al menos 1,8 millones de años, la ocupación del continente tuvo que suceder muy poco después de esa fecha. Será fascinante conocer algún día el aspecto de aquellos primeros europeos.

Hace más de diez años de aquel viaje y Sirakov ha conseguido algunos logros junto al equipo francés con el que colabora. Se han realizado sondeos escalonados para obtener datos de épocas distintas. En uno de los sondeos, datado entre 128.000±13.000 y 183.000±14.000 años mediante el método de luminiscencia (OSL) se localizó en 2013 un húmero infantil junto a una abundante industria musteriense. Su estudio se publicado en la revista Journal of Human Evolution, en un trabajo liderado por la paleoantropóloga francesa Anne-Marie Tillier. La edad del individuo al que perteneció este húmero, que apenas mide 69 milímetros, se ha estimado entre tres y seis meses después del nacimiento. A pesar de ello, este fósil muestra ya algunos de los caracteres diagnósticos de los neandertales. No es una sorpresa que los neandertales ocuparan el noreste de la península balcánica, pero resulta interesante encontrar restos de la especie en una zona muy poco explorada por falta de recursos.


Radio infantil recuperado en la cueva de Kozarnika. Fuente: Journal of Human Evolution

Esta región fue lugar de paso de todas las poblaciones que colonizaron Europa, y la cueva de Kozarnika se encuentra en el lugar oportuno. Quizá tengamos ocasión de escuchar con más frecuencia este nombre por futuros hallazgos, y cabe desear que se lleve a cabo una exploración arqueológica intensa de todo este territorio, que tiene muchas claves para conocer la naturaleza de las diferentes entradas de grupos humanos en Europa occidental.

Fuente: quo.es | 19 de diciembre de 2017

Incógnitas sobre la expansión de Homo sapiens

Restos humanos de la cueva de Zhiren, sur de China. Fuente: PNAS.

La cueva de Zhiren (Zhirendong) se encuentra situada en las montañas de Mulan, cerca de la ciudad de Chongzuo, en la provincia de Guangxi (sur de China). En uno de los niveles estratigráficos del yacimiento que rellena la cueva se obtuvieron en 2007 un fragmento de mandíbula y dos dientes humanos, junto a restos de elefantes (Elephas kiangnanensis y Elephas maximus) y un número indeterminado de restos de pequeños mamíferos. El 25% de las especies de estos mamíferos (la mayoría roedores) ya están extinguidas. En la sección estratigráfica se localizaron tres depósitos secundarios de carbonato cálcico (espeleotemas). El hecho de que en esta región la concentración de uranio sea elevada permitió datar con notable precisión los tres espeleotemas mediante el método de las series del uranio. Los datos obtenidos sugieren que los restos fósiles tienen más de 100.000 años de antigüedad.

En 2010, y con el apoyo del profesor estadounidense Erik Trinkaus, nuestro colega Liu Wu y otros investigadores del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín, publicaron los datos de la cueva de Zhiren en la revista PNAS de la Academia de USA.

La simple imagen de los dientes, que reproducimos en este post, permite asignarlos a nuestra especie. En mi opinión, la mandíbula de Zhiren también perteneció a un miembro de Homo sapiens. Su mentón no está muy pronunciado, pero tiene todos los caracteres que definen este rasgo. En ciertos fósiles del Pleistoceno se observa un leve abultamiento en la región anterior de la mandíbula, que tal vez anuncia lo que mucho más tarde terminaría por transformarse en una característica exclusiva de nuestra especie.

Sin embargo, la discusión y las conclusiones de Liu Wu y sus colegas fueron increíblemente enrevesadas. Presentaron dos alternativas: la primera defendía el surgimiento de una población con rasgos “sapiens” a partir de las antiguas poblaciones de Homo erectus, como sucedió en otras partes de África y Eurasia (Teoría multirregional). La segunda hipótesis proponía la hibridación de grupos de Homo sapiens en su expansión por África y Eurasia.

La primera hipótesis era la preferida por nuestros colegas de China, entre los que se encontraba el profesor Wu Xin-Zhi. Tuve el honor de conocer al profesor Wu en 1992. Ya está retirado, pero a sus 91 años sigue activo y trabaja en su despacho al menos una vez por semana. Hace un par de años tuve la suerte de volver a coincidir con él en Pekín y su lucidez a la hora de debatir sobre evolución humana es asombrosa. Wu Xin-Zhi ha sido uno de los mayores defensores del origen multirregional de Homo sapiens, junto al estadounidense Milford Wolpoff y el australiano Alan Thorne. Wu Xin-Zhi ha tenido una influencia enorme en la paleoantropología de China y solo los científicos más jóvenes se han decantado definitivamente por la teoría del origen africano de Homo sapiens. Pero la influencia y el respeto por los ancianos forma parte de la cultura oriental. No es pues de extrañar que aquel artículo de PNAS se discutiera una vez más la interpretación multirregional a partir de los fósiles de la cueva de Zhiren.

La segunda interpretación defiende que los restos humanos de Zhiren pertenecieron a individuos mestizos, resultantes de la hibridación de poblaciones autóctonas con miembros de nuestra especie. En esta segunda interpretación se nota la influencia de Erik Trinkaus en las investigaciones de la cueva de Zhiren, que durante años ha defendido la Teoría de la Asimilación (ver post de 2 de noviembre en este mismo blog). Para este investigador, la población humana actual es el resultado de una mezcla a gran escala entre todas las poblaciones del Pleistoceno y los miembros de Homo sapiens. Aunque Erik Trinkaus no acepta que los restos de la cueva de Zhiren pertenecieran a nuestra especie, de manera implícita está reconociendo la presencia de Homo sapiens en China hace más de 100.000 años.

Ahora ya sabemos que ciertamente hibridamos con las poblaciones autóctonas en nuestra expansión por Eurasia, pero el porcentaje de ADN de esas poblaciones en nuestro genoma es muy bajo (2-4%). Los restos de Zhiren demuestran que Homo sapiens ya estaba en el sur de China hace más de 100.000 años, y sabemos que el viaje hacia Australia pudo suceder hace unos 70.000 años. En cambio, la entrada definitiva en Europa se demoró hasta fechas en torno a los 40.000 años antes del presente, que coinciden con las evidencias en la regiones centrales y septentrionales de China. Esa misma antigüedad se ha obtenido en yacimientos como los de las cuevas de Tianyuan o Zhoukoudian, situadas aproximadamente a una latitud de 40º N.

Antes estos datos podemos plantear dos escenarios: 1) los miembros de nuestra especie colonizaron rápidamente las regiones más templadas y cálidas del planeta, tras su salida del continente africano. La posible presencia de otros grupos humanos en esas regiones no fue un obstáculo para su expansión. El clima más frío de las regiones del centro-norte de Eurasia fue el verdadero impedimento para demorar su colonización de las tierras situadas en latitudes septentrionales; 2) los miembros de nuestra especie no encontraron resistencia de las poblaciones autóctonas que vivían en el sur de Eurasia, pero no pudieron romper la barrera demográfica de los neandertales en Europa y de los Homo erectus del norte en el resto de Eurasia.

En mi opinión, el primer escenario es más sencillo que el segundo. Los grupos de neandertales o de Homo erectus que vivían en el sur de Eurasia seguramente opusieron tanta resistencia al avance de nuestra especie como los del norte. Pero Homo sapiens, que se había gestado en los climas cálidos de África, tardó muchos milenios en adaptarse a las condiciones climáticas del norte de Eurasia. Solo entonces, y apoyados en nuestros progresos culturales, pudimos colonizar la regiones templadas y frías de este continente.

Fuente: quo.es| 21 de diciembre de 2017

El Museo Arqueológico de Granada saca pecho con una exposición sobre su propia historia

Una exposición repasa el siglo de historia del Museo Arqueológico de Granada en la patrimonial Casa de Castril, un edificio en rehabilitación que volverá a abrir como espacio museístico en el primer trimestre del próximo año aunque solo con tres de sus salas para ofrecer sus principales piezas.

El Museo Casa de los Tiros acoge esta muestra dedicada a recordar la historia del Museo Arqueológico de Granada, ubicado en la casa renacentista de Castril, en el entorno del conocido Paseo de los Tristes y a las faldas de la Alhambra.

Lo hará con una veintena de paneles ideados para recorrer la historia de este espacio museístico y las vicisitudes por las que ha pasado en sus casi 140 años de vida.

El Arqueológico alberga fondos del paleolítico, el neolítico y la Edad de Bronce, salas destinadas a las colonizaciones, el arte andalusí o el mundo íbero, entre otros.
Esta infraestructura cultural se fundó en 1842 aunque hasta 1879, cuando se registró como museo, se articulaba como un Gabinete de Antigüedades dependiente de la Comisión de Monumentos de Granada.
El delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta en Granada, Guillermo Quero, acompañado del director del Museo Arqueológico, Isidro Toro, inauguraron ayer la muestra Domus Antiqua. 100 años de la adquisición de la Casa de Castril para museo, que estará abierta al público hasta el 31 de enero de 2018.

Quero señaló que la iniciativa responde al objetivo de dar a conocer el museo y su contenido, pese a que esté cerrado, como ya se hizo hace unos meses con las piezas significativas que se exhibieron en el Cuarto Real de Santo Domingo.

El delegado anunció además que "si no surge ningún problema" el Arqueológico, cerrado por las deficiencias del edificio desde 2010, reabrirá en el primer trimestre del próximo año con tres salas para ofrecer las piezas más significativas de su gran colección.

Esta reapertura parcial permitirá ver el diente del primer homínido de Europa encontrado en Orce o las sandalias y las diademas de la Cueva de la Carigüela, entre otras piezas.

La compra de la Casa de Castril, sede del Arqueológico, tuvo como protagonistas a los herederos del catedrático de la Universidad de Granada, Leopoldo Eguilaz, último propietario de la casa, y al granadino Natalio Rivas, que desde sus responsabilidades en el Gobierno de España estuvo atento a las necesidades de su provincia.

Tras la adquisición de la Casa el Estado se vio obligado a realizar diferentes obras para adecuarlo a museo entre 1917 a 1941, proyectos dirigidos por el arquitecto Fernando Wilhelmi, que realizó una importante reforma del edificio principal y otras estancias.

En 2017 se cumplen además 150 años de la aprobación en marzo de 1867 del Real Decreto de creación el Museo Arqueológico Nacional y de una red de museos arqueológicos provinciales, así como un cuerpo especializado de funcionarios para su gestión.

Fuente: granadahoy.com | 22 de diciembre de 2017

Descubren en Israel los restos de un monasterio bizantino con un colorido mosaico

Los restos de un monasterio e iglesia de 1.500 años de antigüedad, con un colorido suelo de mosaico, han sido desenterrados en Israel.

La Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, por sus siglas en inglés) anunció que el monasterio bizantino (el complejo donde se encontraba la iglesia) fue descubierto durante las excavaciones de salvamento que tuvieron lugar antes de una construcción en Beit Shemesh, una ciudad al oeste de Jerusalén.


"Durante la excavación, descubrimos ante nuestros ojos los restos de muros construidos con mampostería de piedra trabajada y una serie de elementos arquitectónicos, incluida una base de un pilar de mármol decorada con cruces y mamparas igualmente de mármol", dijo Benyamin Storchan, director de las excavaciones, en un comunicado.


El mármol no era de una fuente local, sino que había sido enviado desde Turquía, explicó Storchan. En una de las salas de la iglesia, el equipo reveló "un hermoso suelo de mosaico decorado con pájaros, hojas y granadas", añadió Storchan. En un video de IAA, Storchan afirma que "la iglesia probablemente disfrutó de una gran cantidad de riqueza en la antigüedad".



Entre lo las artefactos encontrados durante las excavaciones se encuentran una pequeña cruz de bronce que puede haber sido parte de un conjunto de alhajas y lámparas de aceite de cerámica ennegrecidas por la antigua carbonización.

La iglesia parece haber sido abandonada en el siglo VII, durante los inicios de la conquista islámica, dijo Storchan, pero los investigadores están tratando de descubrir por qué la iglesia dejó de usarse.


Comparada con otras iglesias que se encuentran en las estribaciones judías de Shephelah o Judea, Storchan dijo que "esta tiene una preservación excepcional" y es una de las más grandes halladas en la región. "A menudo solo encontramos pequeñas piezas, pero aquí estamos descubriendo la iglesia completa".

El cristianismo se extendió por todo Israel después de que el Imperio bizantino se formara en el siglo IV, dijo Storchan, y esas tempranas iglesias a menudo se asociaron con sitios bíblicos o tumbas de santos y mártires. Justo al sur de la iglesia está el Valle de Ella, que, según la Biblia, es el lugar donde David luchó contra Goliat.

"Tal vez tenían la idea de que este es el valle", dijo Storchan en el video. "Todo esto es especulación, pero es completamente posible".

Fuente: Live Science | Fotos | 21 de diciembre de 2017

La estética fue crucial en el desarrollo de las primeras aleaciones de cobre

Objetos de oro en la tumba más rica en un cementerio del V milenio en Varna, Bulgaria. Esta tumba contiene cerca de 3kg de artículos de oro que decoran el cuerpo de un difunto. Varna es considerada uno de los sitios arqueológicos clave en la prehistoria mundial.


Si bien los estudios de metalurgia antigua del oro y las características de color de las aleaciones de oro son bien conocidas por la investigación moderna, las propiedades de color de las aleaciones de cobre prehistóricas, como el bronce estañado o el bronce con arsénico (los tipos de metal más abundantes en la prehistoria), han sido durante mucho tiempo desconocidas. Hasta ahora.

En un estudio publicado en Journal of Archaeological Science, un equipo internacional de investigadores serbios y británicos ha desarrollado un diagrama de color del Cu-As-Sn (cobre-arsénico-estaño) para descubrir los colores originales que tenían ciertos artefactos arqueológicos y cuya pátina perdieron a través del tiempo y la exposición.

El estudio fue impulsado por el descubrimiento realizado en Serbia, cuatro años atrás, de artefactos realizados en bronce estañado -con unos 6.500 años de antigüedad-, y el consiguiente debate sobre el papel que jugó el color en el avance las tecnologías metalúrgicas.

La Dra. Miljana Radivojevic (izquierda), autora principal del estudio e investigadora del Instituto McDonald de Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge, afirma: “Dada la importancia reconocida de la estética en la metalurgia antigua, decidimos replicar experimentalmente las aleaciones prehistóricas más comunes, hechas de combinaciones binarias y ternarias de cobre, arsénico y estaño, y producir una carta de colores que nos permita mostrar el brillo original de los artefactos del pasado. Para ello nos inspiramos en la fabricación de joyas modernas utilizando cartas de colores similares a las creadas para explorar las propiedades de las aleaciones de oro, cobre y plata".


Carta de colores de 64 muestras de metal con composiciones variables de cobre-estaño-arsénico creadas para usar en el estudio.

Por su parte, Zeljko Kamberovic (derecha), coautor del estudio y profesor de la Facultad de Tecnología y Metalurgia de la Universidad de Belgrado, señala que “Nuestro laboratorio es uno de los pocos en Europa que posee una licencia para experimentar con arsénico, por lo que nos propusieron desarrollar el estudio y producir 64 muestras de metales con composiciones variables de cobre-estaño-arsénico. Las cartas de colores ternarios de cobre-estaño-arsénico nos permitieron reevaluar la afirmación de que las primeras aleaciones de bronce estañado en los Balcanes tenían un tono dorado distintivo".

"Es muy probable que la producción de esta nueva aleación en los Balcanes, al mismo tiempo que el oro, pueda haber sido dictada por la demanda de una exótica tonalidad dorada, o su imitación más cercana”, añade la Dra. Radivojevic.

"Esta investigación, aunque impulsada por el estudio del caso de los Balcanes, proporciona una valiosa representación del color de las aleaciones prehistóricas más comúnmente producidas en todo el mundo. Ahora tenemos los medios para llevar el brillo original a los artículos que han perdido su atractivo estético original durante varios milenios de deposición bajo tierra", afirmó el profesor Marcos Martinón-Torres (izquierda), del Instituto de Arqueología del UCL, donde se realizaron análisis químicos y colorimétricos para este estudio.
La Dra. Radivojevic agregó que anticipa que estas tablas de colores serán ampliamente utilizadas en la enseñanza o en exhibiciones de museos, "ayudando a los estudiantes y visitantes de museos a imaginar cómo se veía la mayoría de los objetos metálicos antiguos hace un par de miles de años".

Fuentes: QUO | EurekAlert! | Historia y Arqueología | 21 de diciembre de 2017