Descubren nuevos espacios en el asentamiento de la Edad de Bronce de la Font de la Figuera (Valencia)


Excavación en L' Altet de Palau

El Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación lleva a cabo desde hace más de diez años una campaña de excavaciones en los yacimientos de L’Arbocer y en L’Altet de Palau, en la Font de la Figuera (Valencia), que han permitido conocer un asentamiento de la Edad de Bronce.

Durante el mes de julio se ha llevado a cabo una nueva campaña de excavación realizada en el poblado del Altet de Palau, donde se han descubierto nuevos espacios de habitación y de comunicación entre departamentos: estancias grandes con muros de piedra revocados con lucido; suelos de habitación con estructuras de combustión, bancos y enlosados de piedras planas; cerámica, pesos de telar de barro, una pulsera y dos punzones metálicos, molinos de piedra, dientes de hoz de sílex y numerosos restos de fauna.

La conservadora del Museo de Prehistoria, Maria Jesús de Pedro, ha sido la encargada de dirigir esta campaña y ha contado con sus colaboradores habituales como son Pablo García Borja, Carmen Tormo Cuñat, Víctor Chaos López y Mario Sanz Tormo. Los trabajos han estado centrados en el sector norte y nordeste del yacimiento, y alcanzan una extensión alrededor de los 80 m2.

Foto: Excavación en L' Altet de Palau

Diez años de excavaciones
Las campañas realizadas desde 2005 han permitido conocer el asentamiento de la Edad de Bronce, con espacios de habitación de planta cuadrangular, diferentes áreas de trabajo: de moltura, de almacén o de metalurgia; una muralla de grandes dimensiones con bastiones rectangulares, una calle central que articula los diferentes departamentos, y estructuras excavadas en la roca a manera de cubetas; con una cronología de mediados del II milenio a.C., avalada por la presencia de bronces entre los hallazgos metálicos, por las técnicas de construcción empleadas, por la cerámica, pesos de telar y otros elementos de la cultura material; y confirmada por los análisis de C-14 efectuadas sobre grandes de cebada que dan como resultado dataciones alrededor del 1400 aC, es decir, del Bronce tardío o reciente.

En cuanto a sus bases económicas, la agricultura estaría centrada en el cultivo de cebada vestida, y los rebaños de ovejas y cabras serían numerosos, además de algunos perros y cerdos; bueyes y caballos realizarían tareas de carga, y la caza de ciervos y conejos complementaría la dieta cárnica.
Respecto a la vegetación, en los alrededores del yacimiento habrían especies arbóreas como la carrasca y el pino, utilizadas en la construcción, y también matorrales de brezos, legumbres y ginebras; robles, fresnos y salces.

Estas campañas comenzaron a raíz del encuentro de un conjunto metálico formado por hachas, pulseras, sortijas, punzones y un puñal de bronce, y forman parte del Programa de Excavaciones Arqueológicas de la Corporación.



Nuevas líneas de actuación

A día de hoy, con más de tres cuartas partes del poblado ya excavadas, son prioritarias las medidas de consolidación y protección de las estructuras, dada su fragilidad, a pesar de su buen estado de conservación. Es por eso que, desde el Museo de Prehistoria, y como ya se ha hecho en otros yacimientos valencianos, como la Loma de Bexti de Paterna, están previstas diferentes actuaciones encaminadas a preservar un interesante legado arquitectónico, de gran valor arqueológico y patrimonial; y a garantizar su futuro uso público, con una señalización adecuada, plafones informativos, visitas guiadas, etc.


Por otro lado, la continuación de los trabajos de excavación es determinante para el estudio del poblamiento del II milenio aC en las comarcas del Vinalopó, La Costera y La Vall d’Albaida; una zona de gran interés como cruce de culturas en contacto con los poblados de la Edad del Bronce de l'Alcoià, el mundo argárico del Cabezo Redondo de Villena, o los poblados de Corredor de Almansa, entre los cuales Lo Cuchillo, con cronologías parecidas.

Un nuevo estudio sugiere que la cantidad de sangre que llega al cerebro fue la clave en la evolución de la inteligencia humana

Orificios craneales de los humanos actuales

Que el aumento de tamaño del cerebro humano en algún punto remoto de nuestra evolución tiene que ver con el desarrollo de la inteligencia es algo comunmente aceptado. Pero ahora un equipo de investigadores de Sudáfrica y Australia lo cuestionan. Según explican, la auténtica clave para la evolución de la inteligencia fue el aumento del suministro de sangre al cerebro.

Según explican en el artículo publicado en Royal Society Open Science, para demostrar su hipótesis calcularon como había ido variando la cantidad de sangre suministrada al cerebro de nuestros ancestros a lo largo del tiempo. Encontraron que el cerebro humano no solo evolucionó en tamaño, sino que también pasó a consumir mayores cantidades de sangre.

Foto: De izquierda a derecha: Australopithecus afarensis, Homo habilis, Homo ergaster, Homo erectus y Homo neanderthalensis. Crédito: Roger Seymour.

El profesor Roger Seymour (izquierda), un biólogo evolutivo de la Universidad de Adelaida, dijo: "El tamaño del cerebro ha aumentado alrededor de un 350 por ciento más a lo largo de la evolución humana, pero hemos hallado que el flujo de sangre al cerebro se incrementó un increíble 600 por ciento".

Para ello estudiaron fósiles de 11 especies de homínidos, desde el Australopithecus hasta los primeros Homo Sapiens.

Según Roger, esto se debió a la necesidad progresiva de energía del cerebro para establecer conexiones entre las neuronas que permitieron la evolución del pensamiento complejo y el aprendizaje.

"Creemos que esto está posiblemente relacionado con la necesidad que tiene el cerebro de satisfacer cada vez más las conexiones energéticas entre las células nerviosas, las cuales capacitan la evolución del pensamiento y el aprendizaje complejo. Para permitir que nuestro cerebro sea tan inteligente, debe ser alimentado constantemente con oxígeno y nutrientes de la sangre".

Los investigadores analizaron el tamaño de dos agujeros de la base del cráneo en los fósiles de los primeros humanos. Estos agujeros están donde las principales arterias se dirigen al cerebro. Encontraron que, con el tiempo, tales agujeros aumentaron de tamaño desde hace unos tres millones de años, cuando el Australopithecus vagaba por África.

Gráfico: Tasa de flujo sanguíneo cerebral en relación con la antigüedad estimada en 12 especies de homínidos.

Cuantas más neuronas y conexiones desarrollaba el cerebro, la actividad metabólica se incrementaba, lo que requería una mayor demanda del oxígeno y los nutrientes aportados por la sangre.

Dos orificios en la base del cráneo humano permiten a las arterias llevar sangre al cerebro. El diámetro de estos orificios está en relación con la capacidad de las arterias para suministrar sangre. Por tanto, midiendo los cambios de tamaño de estos orificios en nuestros ancestros los investigadores han sido capaces de determinar su aumento progresivo y ponerlo en relación con la evolución de la inteligencia.

No solo eso, los mismos investigadores afirman, en otro estudio publicado el pasado año, que la inteligencia de los animales se puede predecir midiendo el tamaño de sus orificios craneales.

Sin embargo, el profesor Darren Curnoe (derecha), director de Paleontología y Geobiología en la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), es más cauteloso y dice que "el estudio es demasiado especulativo".

"No creo que sea una pieza innovadora de la ciencia o que suponga un cambio de juego en nuestra comprensión de la evolución del cerebro humano", dijo a SBS Science en un correo electrónico.

Argumenta que una de las limitaciones más importantes del estudio es que hace una serie de hipótesis acerca de cómo evolucionó el cerebro humano, tal como considerar la evolución de una forma lineal respecto a los cambios anteriores, cuando esto puede no haber sido el caso, así como sobre el aumento de la complejidad y organización del cerebro.

"Mi principal preocupación es que sabemos muy poco acerca de la variación en la organización del cerebro entre las diferentes especies humanas y no es razonable suponer que en realidad existían grandes diferencias", concluye.

Fuente: La Brújula Verde |  Mail Online | SBS Science

Arqueólogos descubren un sonajero de 4.200 años en Turquía


Sonajero de la Edad del Bronce descubierto recientemente en el yacimiento arqueológico turco de Acemhöyük. (GTU Gazeturka.com)

Se ha descubierto recientemente un antiguo juguete de la Edad del Bronce equivalente a un moderno sonajero en el yacimiento arqueológico de Acemhöyük situado en Yeşilova, Aksaray (Turquía). Se trata de un hallazgo único que arroja nueva luz sobre la vida cotidiana de los niños de épocas antiguas.

Este sonajero es uno de los más antiguos ejemplos de lo que parece ser un juguete para niños. Pero el reciente descubrimiento es también interesante por su similitud con los sonajeros actuales. Según podemos leer en el Daily Sabah, el juguete está cerrado, pero presenta diminutas ornamentaciones y contiene pequeños guijarros en su interior. Aún suenan al agitar el sonajero.

El juguete tiene forma de bola y en el pasado tenía un mango que habría permitido al niño o adulto agitarlo. Está hecho de terracota, y fue descubierto en una capa de terreno datada en el 2200 a. C. Según la profesora Dra. Aliye Öztan, directora de las excavaciones del yacimiento arqueológico de Acemhöyük, situado en el interior de Turquía, "los investigadores “desean examinar los estratos de principios de la Edad del Bronce junto con otros estratos más antiguos, ya que el yacimiento alberga las murallas de una ciudad que se remonta a principios de la Edad del Bronce".

La Dra. Öztan opina que este juguete constituye uno de los hallazgos más interesantes descubiertos en el yacimiento durante la temporada de excavaciones más reciente. No obstante, los arqueólogos han desenterrado también en este tiempo un séptimo estrato, en el que se encontraron un fragmento de un collar de huesos, copas y agujas de metal.


Los juguetes siempre han sido parte importante de la vida cotidiana en los asentamientos humanos. En diciembre del 2015, Ancient Origins informaba a sus lectores sobre un enterramiento descubierto en la orilla noroccidental del lago Itkul, ubicado en la cuenca de Minusinsk (Rusia). Según los arqueólogos este enterramiento databa de hace unos 4.500 años, y en él se descubrieron misteriosas pequeñas figuritas en la tumba de un niño de corta edad. Estas estatuillas podrían haber sido utilizadas por aquel entonces como juguetes o sonajeros, o quizás también como amuletos para mantener alejados a los espíritus malignos.

Restos de un niño de corta edad descubiertos en un túmulo funerario de hace 4.500 años junto con ocho figuritas que presentan complejos grabados. También se encontró cubriendo la cabeza del niño un casco metálico hecho con 11 placas de cobre unidas entre sí. Fotografía cortesía de Yury Esin.

Sobre el pecho del niño, los arqueólogos descubrieron ocho figuritas en miniatura con cuernos. Estas figuritas representaban personajes antropomorfos con cabezas de alce, jabalí, diversos pájaros y un carnívoro no identificado. Las figuritas habían sido labradas en asta de ciervo y pintadas con ocre rojo. Algunas de ellas, según Andrey Polyakov y Yury Esin, cuentan con cavidades internas, y podrían producir sonidos como los modernos sonajeros. Se cree que estas figuritas podían encontrarse adosadas a la cuna. Otra idea acerca de su posible función es que fueran juguetes fabricados para proteger al niño contra las fuerzas malignas, algo bastante habitual en las culturas de este período.


Sonajero de bronce de la antigua Roma utilizado en rituales religiosos de exorcismo contra demonios y espíritus malignos. (Tallis Keeton/CC BY 2.0)

En Centroeuropa también se han encontrado antiguos sonajeros. Como ya informaba April Holloway en Ancient Origins en noviembre del 2013: Los arqueólogos han descubierto cientos de fosas funerarias en la población polaca de Łęgowo, cerca de Wągrowiec, algunas de las cuales albergaban pequeñas urnas que contenían restos incinerados de bebés que databan de hace unos 2.500 años. […] Durante las excavaciones se reveló la existencia de una fosa que contenía hasta 40 urnas. En ocasiones se ofrecían cenizas como regalos a los dioses, y las fosas a menudo contenían también ofrendas de arcilla. En una de las tumbas los arqueólogos encontraron una pequeña urna cerca de un antiguo sonajero de bebé con forma de almohada, hecho de arcilla y lleno de bolitas, en otra se halló una cuchara con un mango al que se le había dado la forma de un ave, mientras que una tercera contenía un cuenco decorado con la figurita de un pájaro.

Es también interesante tener en cuenta que un sonajero podría no haber sido utilizado siempre como juguete. Quizás estos utensilios fueran empleados también para prácticas rituales o como ofrendas para aplacar (o ahuyentar) a los dioses o espíritus que podrían haberse llevado a los niños encontrados junto a ellos. ¿Es posible que fueran considerados amuletos capaces de proteger a otros de seguir su mismo destino?

Sonajero maya del Período Clásico Tardío procedente de Campeche o Yucatán, México (650 d. C. – 800 d. C.). (A. Davey/CC BY NC ND 2.0)

Fuente: ancient-origins.es | 2 de septiembre de 2016
Autor: Natalia Klimczak
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

El análisis de la placa dental de los cazadores-recolectores del Mesolítico en los Balcanes arroja nueva luz sobre su dieta


Primer plano de restos humanos de Vlasac, Serbia. Imagen: Dušan Boric

El estudio de la acumulación de sales sobre la superficie dental en restos de habitantes de los Balcanes, ha dado pruebas de consumo de cereales hace 6.600 años, casi 500 años antes de lo pensado.

Los restos corresponden a individuos del Mesolítico Tardio hallados en el yacimiento de Vlasac, en las Gargantas del Danubio, ubicadas en el centro de los Balcanes.

El equipo de investigadores dirigido por Emanuela Cristiani (izquierda), del Instituto McDonald de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Cambridge, utilizó la microscopía polarizada para estudiar micro-fósiles atrapados en el cálculo dental (antigua placa dental calcificada) de 9 individuos que datan del Mesolítico Tardío (c. 6600 -6450 aC) y la etapa de transición del Mesolítico-Neolítico (c. 6.200 a 5.900 aC). Los restos fueron recuperados en las excavaciones de 2006 a 2009 por Dušan Boric, de la Universidad de Cardiff.

"La deposición de la placa mineralizada termina con la muerte del individuo, con lo que el cálculo dental revela la única información sobre las preferencias dietéticas y el estilo de vida de los humanos del Mesolítico", dijo Cristiani. A su juicio, el resultado de la investigación "tiene un significado tremendo, ya que desafía la visión de la neolitización en Europa".

"Microfósiles atrapados en el cálculo dental son una prueba en vivo de que los alimentos vegetales fueron la principal fuente de energía dentro de la dieta de los recolectores del Mesolítico. Pero lo más significativo es que revelan que las plantas domesticadas fueron introducidas en los Balcanes independientemente del resto de novedades neolíticas tales como animales domesticados y herramientas, que acompañan a la llegada de las comunidades agrícolas en la zona".


Cálculos conservados en los dientes de los yacimientos de Vlasac y Lepenski Vir. Imagen cortesía de E. Cristiani.


Distintos gránulos de almidón atrapados en los cálculos dentales analizados.

Aunque los investigadores coinciden en que la dieta del Mesolítico en la Garganta del Danubio se basó principalmente en los recursos terrestres o fluviales ricos en proteínas, el equipo encontró que los gránulos de almidón que se conservan en los cálculos dentales de los restos de Vlasac eran consistentes con las especies domésticas, como el trigo (monococcum Triticum, Triticum dicoccum) y cebada (Hordeum distichon), los cuales son también los principales cultivos que se encuentran entre las comunidades del Neolítico antiguo de Europa sudeste. Las especies domésticas fueron consumidas junto con otras especies salvajes como Aveneae (avena), Fabaeae (guisantes y frijoles) y Paniceae (pastos).

Estos gránulos de almidón conservados proporcionan la primera evidencia directa de que los cereales domésticos ya eran consumidos por los recolectores en el interior de los Balcanes hacia el año 6600 a.C. Su introducción en las sociedades del Mesolítico fue probablemente facilitado por las redes sociales entre recolectores locales y las primeras comunidades neolíticas.

Anita Radini, de la Universidad de York añadió: "En los Balcanes centrales, la familiaridad en el forrajeo de gramíneas Cerealia domésticadas desde alrededor de 6500 a. C., si no antes, podría haber facilitado la rápida adopción de prácticas agrícolas más adelante".


Excavación de restos humanos en Vlasac, Serbia. Image: Dušan Boric.

Fuentes consultadas: lavanguardia.com | University of Cambridge | 31 de agosto de 2016

La busqueda de los fenicios

Trabajo documental sobre la historia de los fenicios. Dirigido por Pamela Caragol, este reportaje realiza un completo análisis científico y artístico de los restos encontrados en diversos puntos.

Más de 2000 años después de la desaparición de los fenicios, dos expediciones aportarán nuevos datos sobre este enigmático pueblo; la primera, buscará navíos fenicios en el fondo de los mares y la segunda, con herramientas genéticas, intentará dar con los descendientes de los fenicios.


La busqueda de los fenicios por historiayarqueologia

El CSIC pone en valor para la visita los yacimientos auríferos de Ancares (León)


Técnicos del centro de investigación en una de la catas realizadas en la zona montañosa limítrofe de Candín con Lugo y Asturias. DL

Los trabajos de prospección que está desarrollando el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la zona limítrofe de Ancares (Candín, León) —con Javier Sánchez-Palencia como la persona que coordina desde el Instituto de Historia del CSIC un equipo de investigación arqueológica— está dando sus frutos.

La labor de investigacion de los campamentos de la época romana en la zona montañosa de A Granda das Xarras está muy avanzada, y según comentaba el alcalde de Candín, José Antonio Álvarez Cachón, el acuerdo con los municipios asturianos de San Antolín de Íbias, y gallego de Navia de Suarna, supondrá a corto plazo el desarrollo de una nueva ruta turística de mayor calado, con contenidos culturales detallados con rigor.

La zona supone para la visita hacerse una idea del escenario real de los campamentos romanos en tiempos de las Guerras Cántabras, cuando los romanos quisieron conquistar la Península Ibérica, y eligieron esta zona montañosa para consolidar y mantener las posiciones tácticas militares.


Foto: Localización del campamento de A Recacha (izquierda) y Granda das Xarras (derecha)


A parte de esta puesta en valor histórica, el estudio científico, cuyas conclusiones estarán plasmadas en un par de meses, también aborda la labor de explotación aurífera de los romanos en la zona de Ancares. El lugar forma parte del conjunto de explotación aurífera junto con Las Médulas, aún cuando se le haya dado más renombre a este último punto por su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Precisamente para rescatar del olvido y darle un mayor auge a la visita turística de las explotaciones auríferas de esta zona de Candín es en lo que incide este trabajo del CSIC. «Los del CSIC han visitado la zona, han visto las explotaciones, han hecho un estudio y análisis riguroso y ahora lo están difundiendo en los pueblos», dijo Cachón.

El plan seguirá con otros trabajos de colaboración. «Las conclusiones no las tenemos porque aún han estado hasta hace poco haciendo sondeos y catas y demás, pero dentro de unas semanas habrá un informe y con él se detallarán las posibilidades que tenemos para poder hacer visitables determinados puntos, promocionarlo y demás, y existe voluntad de todos en seguir colaborando», concluye Cachón.

Las excavaciones en el Castro de la Peña del Hombre (León) sugieren un origen prerromano


Las investigaciones llevadas a cabo durante el campo de trabajo de la Fundación Las Médulas a través de las excavaciones en el Castro de la Peña del Hombre, ubicado en terrenos de Paradela de Muces (Priaranza del Bierzo, León), sugieren su posible origen prerromano. En una fase posterior, las labores se centrarán en tratar de concretar su vínculo con la cercana explotación de oro de Las Médulas. La propia Fundación Las Médulas ha liderado esta iniciativa (a través del Plan Médulas 2020 en el que participa la Junta de Castilla y León) con la colaboración del Ayuntamiento de Priaranza, que guardaba en el tratamiento de este espacio una vieja aspiración, según explicó su alcalde, José Manuel Blanco.

Los primeros análisis sitúan el origen del castro en la Edad del Hierro, entre los años 600 y 200 antes de Cristo, según expuso el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Sáiz. “Y tuvo que ser importante para el control del territorio”, dijo el responsable autonómico al pie de las excavaciones, en un punto ubicado a 1.200 metros de altitud.


Enrique Sáiz, en primer término, seguido del alcalde de Priaranza, José Manuel Blanco, visitó este lunes el castro / Víctor Alón
Además de voluntarios, hasta 24 arqueólogos (estudiantes y titulados) procedentes de una decena de universidades (dos extranjeras, de Edimburgo y Buenos Aires) han participado durante el último mes en las excavaciones en un campo de trabajo de verano que vivió el pasado año su primera edición en el yacimiento de Las Pedreiras (Carucedo).

El objetivo del Gobierno autonómico es hacer del entorno de Las Médulas un “laboratorio” y un “punto de referencia” en materia de arqueología. Dando por bueno el origen prerromano de Peña del Hombre, ahora quedaría por ver cuál fue su vínculo con la explotación aurífera romana (presumiblemente sólo a efectos de trasvase de mano de obra a la mina de oro). Por lo pronto, el arqueólogo Jesús Celis (izquierda) ya sugirió la relación con otros castros cercanos como el Castrelín de San Juan de Paluezas y la Corona del Cerco de Borrenes.

La Junta de Castilla y León, por la labor de dar continuidad a las labores para hacerlo visitable en 2018
Consciente de que estas excavaciones iniciales “están pidiendo” otra intervención, el director general de Patrimonio planteó la posbilidad de avanzar en la puesta en valor del entorno a través de visitas, en primera instancia especializadas de arqueólogos y más tarde turísticas en general a través de vehículos todoterreno, una posibilidad esta última que no vería la luz antes de 2018.



Los visitantes podrían acceder a una parcela que ocupa menos de media hectárea. Los trabajos actuales se han centrado en un los espacios externos del entorno y del interior de la muralla, donde se han encontrado edificaciones vinculadas, algo “inusual en un castro prerromano de este porte”, según destacó Sáiz. En las primeras excavaciones se han descubierto cerámicas y huesos entre las piedras retiradas, señaló el arqueólogo Jesús Celis, responsable de los trabajos junto a sus colegas Jimena Martínez y Miguel Lage.


Valorarán extender la declaración de Patrimonio de la Humanidad al yacimiento portugués de Tres Minas

Preguntado por la posibilidad de firmar un convenio entre Las Médulas y el yacimiento portugués de Tres Minas, el director general de Patrimonio esbozó la posibilidad de que una delegación lusa visite el paraje berciano a finales del próximo mes de septiembre.

En ese contacto se valorará una posible ampliación de la declaración de Patrimonio de la Humanidad que incluya a los dos parajes para abarcar este tipo de explotaciones en el noroeste de la Península Ibérica. Sería el segundo caso transnacional de los englobados en la declaración de la Unesco, según resaltó Sáiz.



Fuente: infobierzo.com| 29 de agosto de 2016