Los primeros Homo podrían ser de la misma especie

- El estudio de un cráneo de 1,8 millones de años podría cambiar lo que sabemos de los primeros humanos.
- Los restos atribuidos a Homo erectus y Homo habilis podrían ser del mismo linaje.
- Arsuaga y Bermúdez de Castro consideran arriesgadas estas conclusiones.

Por: Antonio Martínez Ron / lainformacion.com
El análisis del cráneo número 5 hallado en Dmanisi, Georgia, puede dar un vuelco a la historia de la paleoantropología. O al menos eso pretenden sus autores. Se trata de un cráneo completo y una mandíbula, con una antigüedad aproximada de 1,8 millones de años, que no se parece a casi nada, pero cuyo análisis lleva a David Lordkipanidze y su equipo a sugerir en la revista Science que los primeros miembros del género Homo, las dos líneas que poblaron África y Asia simultáneamente durante miles de años (Homo habilis y Homo erectus), pertenecían en realidad a la misma especie. Para comprender el bombazo que la noticia supone para la paleontología hace falta tomar un poco de perspectiva.

Desde hace más de un siglo los paleontólogos intentan recomponer el puzle de la evolución humana con los fósiles que van encontrando. Desde el descubrimiento de Mary y Louis Leakey en los años 60 en la garganta de Olduvai, en Tanzania, se tenía más o menos claro que Homo habilis pobló África durante miles de años y convivió con otras especies como Homo erectus, que se movió paralelamente por Asia y tenía características diferentes, y Homo ergaster, que se consideraba por algunos como una suerte de paso intermedio entre poblaciones.Pero en el año 1991, a unos 85 km al sudoeste de Tiblisi, la capital de Georgia, aparecieron cerca de una iglesia bizantina los restos fósiles de una mandíbula que pasaría a ser considerada como el resto de un humano más antiguo hallado fuera de África.

En los siguientes años, los hallazgos se fueron sucediendo en este yacimiento de Dmanisi y aparecieron nuevos restos atribuidos en principio a Homo ergaster y clasificados más tarde, a falta de referencias, con su propia etiqueta como Homo georgicus. El día de su cumpleaños, el 5 de agosto de 2005, Lordkipanidze encontró en este lugar algo tan raro y primitivo que uno de los miembros del equipo bromeó y pidió que lo volvieran a enterrar. Se trataba del cráneo número 5, un fósil perfectamente conservado que, como se descubrió después, encajaba con una mandíbula hallada en el año 2000 a dos metros de distancia. Estaban ante una pieza única que ofrecía el valor añadido de que estaba junto a otros cuatro cráneos que por la disposición y la datación, habían convivido en épocas parecidas y presumiblemente pertenecieron al mismo grupo.

Historia de cinco cráneos

Durante los últimos ocho años el equipo de Lordkipanidze ha trabajado en el estudio del cráneo 5 y ha llegado el momento de su presentación en sociedad. Sus características ya son los suficientemente llamativas para haber ocupado grandes titulares: posee una capacidad craneal sorprendentemente pequeña (546 centímetros cúbicos), el rostro alargado y una mandíbula enorme, características que no habían sido observadas juntas en ningún fósil de Homo hasta ahora y que recuerdan incluso a los australopitecos más primitivos. En otras palabras, es un bicho raro. Pero es que el grupo de los cinco individuos encontrados en Dmanisi era en sí bastante raro. Los datos apuntan a que vivieron en la misma época y forman parte de lo que los científicos llaman un paleodeme. Se cree que los cráneos pertenecieron a un macho que había perdido los dientes, a otros dos machos maduros, una hembra joven y un adolescente con sexo sin determinar.

Algunas especulaciones apuntan a que se trataba de un grupo familiar que se vio sorprendido por una erupción y murieron asfixiados por las cenizas volcánicas, pero esto es ir demasiado lejos. Lo importante es que morfológicamente también presentaban una gran diversidad entre ellos y unos recordaban al africano Homo habilis, mientras que otros presentaban rasgos más típicos del asiático Homo erectus o el Homo rudolfensis.

A pesar de las diferencias, un análisis de los cráneos mediante métodos de escaneo en 3D demostró que los cinco individuos no presentaban en realidad más variedad que la que se puede encontrar en un grupo de cinco individuos humanos o cinco chimpancés. El equipo concluyó que se trataba en realidad de la misma especie pero no sabían a qué especie en concreto asignarlos. Por otro lado, el cráneo número 5 estaba justo en el medio: la mandíbula recordaba a Homo habilis y el arco superciliar a Homo erectus. Llamarle Homo erectus ergaster georgicus no parecía una opción así que, ¿cómo clasificarlo?

Vídeo: así se extrajo el cráneo número 5 de Dmanisi

El equipo de Marcia Ponce de León, coautor del estudio, realizó entonces un análisis de los cráneos que indicó que tenían rasgos de las tres especies de Homo antes citadas, hasta el punto de que si hubieran sido encontradas en lugares geográficos distantes, afirma Ponce de León, podrían haber sido clasificadas como cualquiera de las tres. Y en este punto fue cuando a Lordkipanidze y los suyos se les encendió la bombillita: ¿y si lo que ha ocurrido con el registro fósil de los primeros humanos es una reproducción a escala de lo que ocurre en Dmanisi? ¿Y si los fósiles son distintos entre sí pero son todos miembros de la misma especie?.

La conclusión del trabajo publicado en Science es que existen evidencias para pensar que hubo una gran variedad morfológica entre los primeros especímenes de Homo pero que unos y otros- los hallados en África y Asia - pertenecen a un mismo linaje. De acuerdo con estas conclusiones, el equipo de Lordkipanidze propone agruparlos a todos bajo el paraguas de Homo erectus y dejar por el camino clasificaciones como Homo habilis (que ya había sido cuestionada) y el provisional Homo georgicus. “Después de Dmnisi”, asegura el investigador, “estamos reconsiderando de alguna manera qué es el Homo erectus y cuáles son los nombres que podemos utilizar”.

Una conmoción en la fuerza

Una hipótesis como ésta provocará en la comunidad científica un debate sembrado de polémica. José María Bermúdez de Castro, coordinador del CENIEH y uno de los autores de los principales hallazgos en Atapuerca, no tiene reparos en admitir sus dudas sobre las conclusiones del estudio. “Creo que una parte de la comunidad internacional va a reaccionar de una manera muy contraria”, explica a lainformacion.com, “porque los autores del artículo han atravesado una barrera peligrosa: una cosa es dar una hipótesis y otra querer abarcar y llegar a conclusiones que salen de su yacimiento”. Bermúdez de Castro conoce de primera mano el material hallado en Dmanisi y ha tenido oportunidad de visitarlo en tres ocasiones. En su opinión, sacar conclusiones sobre los restos hallados en África y en otros lugares a partir del grupo de Georgia es ir demasiado lejos. “Han extendido sus conclusiones más allá de lo que me parece razonable”, apunta. “Sobre el argumento de que los cinco cráneos pertenecen a la misma época”, explica, “hay algún investigador que opina que no es así y hay datos para pensar que pueden ser de épocas diferentes”.

Por otro lado, las diferencias entre un cráneo de Homo habilis y el cráneo número 5 son tan notables que no encajan con el hallazgo anunciado. “Si los pusiéramos uno al lado del otro”, insiste Bermúdez de Castro, “nos quedaría asombrados. El número 5 tiene un neurocráneo muy pequeño y una cara descomunal, muy grande, con unos dientes enormes, mientras que Homo habilis tiene una reducción dental importante y un aparato masticador mucho más proporcionado con su cráneo”. Si uno coge los restos de humanos actuales de cualquier raza o parte del mundo, en cambio, no habrá duda de que se trata de Homo sapiens. No son las únicas objeciones. A su parecer, la capacidad craneal del nuevo fósil no está suficientemente explicada, y el dimorfismo sexual – la diferencia de tamaño entre machos y hembras- encontrado en estos primeros humanos debería parecerse más a la nuestra (poco pronunciado) que a la de los gorilas, por poner un ejemplo."

Estos fósiles son los que son, lo que siempre han sido", asegura el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, director científico del Museo de la Evolución. "Meter todo en el mismo saco me parece que es estirar demasiado el chicle". A falta de conocer los detalles, a Arsuaga le parece muy arriesgado incluir fósiles tan diferentes en la misma 'cajita'. "Yo no utilizaría un nombre específico para fósiles que a lo mejor se diferencian en un millón y medio de años, que es mucho tiempo", explica a lainformacion.com.Para Arsuaga lo interesante no es el debate sobre las etiquetas, los nombres con los que se conocerá a los fósiles, sino el debate de fondo: si la evolución fue más lineal o más ramificada. "Lo interesante es la morfología", insiste, " y lo que es real y sabemos hasta ahora es que los fósiles de Dmanisi se parecen a los Homo habilis, como muestran los 546 cm3 del cráneo 5, pero meter ahí a especies posteriores en el tiempo como ergaster y erectus me parece un poco extremo. No es descabellado que Homo habilis y georgicus sean la misma especie o dos variables geográficas", concluye, "lo que está por ver es si los cráneos grandes como el 'niño de Turkana' caben ahí".

Antonio Rosas, paleontólogo del CSIC, participó junto a Bermúdez de Castro en uno de los primeros trabajos sobre los cráneos de Dminisi y tiene menos reservas sobre el nuevo anuncio. “Lo que viene a plantear el estudio”, resume, “es que en estos primeros humanos hay una diversidad como la que encontramos dentro de las poblaciones de chimpancé, solo que a estas variedades les llamamos chimpancés sin más y en los humanos les ponemos varios nombres”. En su opinión el estudio está muy bien hecho, pero se puede discrepar en las conclusiones. Rosas también prevé que habrá muchas contestaciones porque el debate sobre si hay una sola especie o son varias lleva años sobre la mesa, aunque los fósiles hallados en Georgia ofrecerán una ocasión única para intentar aclararlo. “Lo más importante”, concluye, “es la puesta en escena del cráneo número 5, porque con ese elemento podremos jugar y estudiar el asunto durante muchos años. Y quizá pueda llegarse a una conclusión en la que quepan las dos interpretaciones”.

Referencia: A Complete Skull from Dmanisi, Georgia, and the Evolutionary Biology of Early Homo doi/10.1126/science.1238484 David Lordkipanidze et al. (Science)

El hombre de Denisova tuvo relaciones sexuales con mujeres modernas

Los denisovanos, unos misteriosos ancestros humanos de Siberia, atravesaron la Línea de Wallace, una de las barreras marinas más importantes del mundo, en Indonesia, para hibridarse con el Homo sapiens

En marzo de 2010, el mundo conoció un extraño fósil, un fragmento de un meñique infantil de unos 50.000 años de antigüedad, descubierto en la cueva siberiana de Denisova, en los montes Altai. Dos años después, científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva llevaron a cabo la secuenciación del genoma de esos restos y llegaron a la conclusión de que se trataba de una especie completamente nueva, «hermana» de los neandertales: los denisovanos. Ahora, investigadores de la Universidad de Adelaide, en Australia, sugieren que estos ancestros lograron de alguna manera atravesar una de las barreras marinas más importantes del mundo, en Indonesia, y más tarde se cruzaron con los humanos modernos que se movían por la zona de camino a Australia y Nueva Guinea. En concreto, varones de esa especie tuvieron sexo con mujeres de la nuestra.
Desde que los investigadores obtuvieran el análisis genético de los denisovanos, se ha detectado evidencia genética que apunta a su hibridación con poblaciones humanas modernas, pero solo con poblaciones indígenas de Australia, Nueva Guinea y áreas circundantes. Por el contrario, el ADN del homínido de Denisova parece estar ausente o en niveles muy bajos en las poblaciones actuales en el continente asiático, a pesar de que éste es el lugar donde se encontró el fósil.
Los autores del estudio, publicado este jueves en la revista Science, Alan Cooper, profesor de la Universidad de Adelaida, y Chris Stringer, profesor del Museo de Historia Natural de Reino Unido, creen que este patrón se puede explicar si los denisovanos lograron cruzar la famosa línea de Wallace, una de las mayores barreras biogeográficas del mundo que está formada por una poderosa corriente a lo largo de la costa este de Borneo. La línea de Wallace marca la división entre los mamíferos de Europa y Asia.
«En el continente asiático, ni los antiguos especímenes humanos ni las poblaciones indígenas modernas geográficamente aisladas tienen ADN desinova, lo que indica que no ha habido nunca una señal genética de mestizaje en la zona», dice el profesor Cooper, director del Centro Australiano de ADN antiguo de la Universidad de Adelaida. «El único lugar donde existe tal señal genética parece estar en áreas al este de la Línea de Wallace y ahí es donde creemos que tuvo lugar el cruce, a pesar de que esto significa que los denisovanos debieron hacer de alguna manera la travesía marítima», argumenta.

El hombre de Flores

«El reciente descubrimiento de la antigua especie enigmática 'Homo floresiensis', los llamados hobbits, en Flores, Indonesia, confirma que la diversidad de parientes humanos arcaicos en esta área fue mucho mayor de lo que pensábamos», destaca el profesor Stringer, experto en investigación de orígenes humanos en el Museo de Historia Natural de Londres. «La morfología de los hobbits muestra que son diferentes de los denisovanos, lo que significa que ahora tenemos al menos dos, y potencialmente más, grupos inesperados en la zona», añade.
Según este experto, saber que los denisovanos se extendieron más allá de esta significativa barrera martítima abre todo tipo de preguntas acerca de los comportamientos y las capacidades de este grupo y lo lejos que pueden haberse extendido.
«Las preguntas clave son ahora dónde y cuándo los antepasados de los humanos actuales, que se dirigían a colonizar Nueva Guinea y Australia hace unos 50.000 años, se reunieron e interactuaron con los denisovanos», agrega el profesor Cooper, quien destaca que los datos genéticos sugieren que hombres denisovanos se cruzaron con hembras humanas modernas.
Fuente: www.abc.es

Las vías romanas XVIII y XIX/XX del Itinerario de Antonino, pasaban junto a Las Médulas

Toral de Merayo, León: Trinchera romana inédita de 5 metros de altura y más de 200 metros de longitud en la vía descrita en las rutas XIX/XX del Itinerario de Antonino, entre INTERAMNIO FLAVIO y BERGIDO. El ancho de la vía romana de la imagen es de 11 pies romanos (3,256 m.), suficiente para permitir el paso simultáneo de dos carros de la época.

Aunque la mayoría de las propuestas realizadas hasta la fecha no apoyan la afirmación que da título a este "post", como es de sentido común, las calzadas más importantes del noroeste de León se concibieron, entre otras finalidades, para abastecer a la más importante explotación del gran coto minero aurífero de AVGVSTO en HISPANIA. 

 Itinerario de Antonino en la provincia de León, según el autor.
Vías descritas en las rutas XVIII y XIX/XX del Itinerario de Antonino en la provincia de León, según el autor.

Los trazados que vamos reconstruyendo minuciosamente mediante la aplicación de la metodología de trabajo por nosotros desarrollada durante los cuatro últimos años discrepan en más de un 70% de las propuestas realizadas recientemente por otros investigadores que se han ocupado del tema:


Vías descritas en las rutas XVIII y XIX/XX del Itinerario de Antonino en la provincia de León, según Isaac Moreno Gallo (2012)

Vías descritas en la rutas XVIII y XIX/XX del Itinerario de Antonino en la provincia de León, según el CSIC (2012). Al menos para León, coincide con Colmenero y col. (2004)

Por ello, es obligatorio aclarar que disponemos de argumentos contundentes para defender nuestras tesis, que serán publicados con todo detalle en breve.

Sirva de ejemplo la imagen de un campamento legionario de 20 Has. aproximadas de extensión, que controlaba uno de los puntos de paso más estratégicos de la vía descrita en las rutas XIX/XX del Itinerario.

Campamento legionario inédito en Rabanal del Camino (20 Has. aprox.).

Somos muy conscientes de que nuestras investigaciones no serán bien recibidas por el estamento arqueológico nacional (y menos viniendo de un titulado en Ingeniería Técnica Forestal), en un país en el que rectificar los errores no se considera una virtud propia de sabios, sino un hábito indeseable, propio de idiotas o blandengues.

Sin embargo, tenemos la firme convicción de que, como decían hace ya 2.000 años los constructores del campamento mostrado en la figura anterior: "VERITAS FILIA TEMPORIS".

El tiempo pondrá a cada quien en el lugar que se merezca, antes o después.
(No obstante, es de justicia dar la enhorabuena a unos cuantos funcionarios de diversas administraciones, pues su objetivo de convertir mi vida y la de mis familiares en un calvario, por no dejarme robar el resultado de mi trabajo por los mismos, avanza tan rápida y eficientemente -o más- que mi labor investigadora).

Un saludo a todos los seguidores de REHA, y muy especialmente a Aníbal, Sonia y Neville por su continuo apoyo en tiempos muy difíciles.

Por José Luis Vicente González

Entrevista a Mohamed Ibrahim, Ministro de Antigüedades egipcio

Francisco Carrión | El Cairo (Egipto)
Los últimos años han resultado catastróficos para el patrimonio egipcio. El legado de los faraones, que fascina a la arqueología europea desde el siglo XIX, ha sufrido el expolio y la destrucción mientras el país se hundía en una interminable y azarosa transición política. El arqueólogo egipcio Mohamed Ibrahim es el hombre encargado de detener la sangría. Doctor en Egiptología por la Universidad de Lyon (Francia), ya ocupó la cartera de Antigüedades hasta la última remodelación del presidente derrocado Mohamed Mursi. Ahora vuelve a liderar la protección de los vestigios del Antiguo Egipto con las credenciales de haber sido inspector de los templos de Abu Simbel, Edfu, Kom Ombo y Asuán.

¿Qué zonas arqueológicas afrontan un mayor riesgo de ataques?

Todos los sitios están en riesgo. Debemos estar seguros de que ninguno es asaltado o expoliado y hay que extremar el cuidado. Atravesamos un periodo muy peligroso. La situación no es buena desde la revolución del 25 de enero de 2011. Todos los monumentos están expuestos al saqueo. Aunque es cierto que los incidentes de hace unas semanas se concentraron en el museo de Malaui.

¿Qué medidas se han adoptado para afrontar la amenaza?

Además de trabajar con la policía de Antigüedades y el personal del ministerio, hemos pedido apoyo al ejército para salvaguardar los principales museos como el de Tahrir y los almacenes de piezas arqueológicas en zonas donde se han registrado ataques. Para evitar el expolio, habría que aumentar el número de guardias y equiparles con armas de fuego porque quienes asaltan los monumentos van armados.

El gran beneficiario de los altercados es el mercado ilegal de objetos arqueológicos..

Así es. Me preocupa el contrabando pero estamos logrando controlar buena parte de las piezas que fueron robadas del museo de Malai e impidiendo que salgan del país. Hasta la fecha, de las mil piezas que se robaron se han recuperado más de 400. Estamos en contacto permanente con la Unesco y la Interpol para evitar que puedan ser adquiridas por museos e instituciones de todo el mundo.

La conservación y restauración del patrimonio egipcio depende de los ingresos de un turismo que ha huido. ¿Cuál es la solución?

No puedo negar que la situación económica es pésima. Por eso he pedido a todas las organizaciones internacionales que nos ayuden con equipamiento y financiación para luchar contra el contrabando. Necesitamos mucho dinero, alrededor de mil millones de dólares para proteger las antigüedades y concluir los proyectos que ya están en marcha. El patrimonio egipcio no pertenece solo a los egipcios. Es propiedad de todo el planeta. Próximamente tendremos un encuentro en París con la Unesco para lanzar una campaña internacional a través de la que reunir fondos.

Egipto inició hace años una exitosa campaña de recuperación de piezas sustraídas ilícitamente del país. ¿Sigue dando frutos?

Sí. En el último año hemos recuperado unos cien objetos y estamos trabajando en la devolución de otros. Seguimos además tratando de modificar la convención de la Unesco de 1970 que prohíbe el comercio ilícito de bienes culturales. Queremos formar un grupo de presión con los países que padecen el expolio de su patrimonio y tener voz frente a las naciones que se han beneficiado de este comercio, especialmente europeas.

Pero la circunstancias actuales no ayudan a recuperar joyas que han sido reclamaciones históricas de Egipto como el busto de Nefertiti expuesto en un museo berlinés...

El de Nefertiti es un asunto político que depende de una solución política. Claro que la situación interna no está ayudando pero no quiero hablar de eso en estos momentos.

El Museo de Tahrir, el mayor centro de arte faraónico del mundo, ha sido el más dañado por estos dos años y medios de inestabilidad... ¿Cuál es su futuro?

Vamos a cambiar su concepto para dedicarlo a los grandes logros de la escultura egipcia, modernizar el sistema de seguridad y exhibición y extender el recinto usando los terrenos anejos que pertenecían al Partido Nacional Democrático (la formación disuelta de Hosni Mubarak). Con la ampliación, el Museo llegará hasta hasta el Nilo. La mayor parte de la colección que ahora exhibe, el tesoro de Tutankamón incluido, será trasladado al Gran Museo Egipcio (GEM).

El GEM se construye en estos momentos cerca de las pirámides de Giza. ¿La situación política ha afectado al proyecto?

En absoluto. El trabajo prosigue según el calendario. Contamos con un préstamo de Japón y el complejo debe estar concluido en agosto de 2015. Es una prioridad junto a la apertura del Museo Nacional de la Civilización Egipcia y los museos de Sharm el Sheij y Hurgada (ubicados ambos en el Mar Rojo).

En los últimos años el deterioro de la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes ha concitado todas las alertas. ¿Seguirá abierta al público?

Sí. No hay previsto ningún cierre definitivo. Tenemos además una réplica elaborada en España y nuestro plan es exhibirla temporalmente en Luxor para luego trasladarla al GEM.

Vía: www.elmundo.es

¿Proceden los Minoicos del Atlántico?

Laberintos clásicos, también conocidos como tipo Knossos o Cretense. De izquierda a derecha: 1 - Prototipo Cretense, 2 - Laberinto en una moneda de Knossos, 3 - Petroglifo de Tintagel, Cornwall, 4 – Petroglifo de Valcamónica, Alpes (Italia), 5 – Laberinto Micénico del tipo cuadrangular en una tablilla de arcilla de Pilos, Grecia, 6 – Laberinto en una vasija de Tell Rifa’at, Siria, 7 – Grafito de Pompeya, Italia, con texto en Latín: Labyrinthus Hic Habitat Minotaurus, “El laberinto. Aquí habita el Minotauro”, 8 – Varios laberintos petroglíficos de Galicia, 9 – Pedra do Laberinto, Mogor, Pontevedra.
Georgeos Díaz-Montexano, Scientific Atlantology International Society (SAIS)

Laberintos clásicos, también conocidos como tipo Knossos o Cretense. De izquierda a derecha: 1 – Prototipo Cretense, 2 – Laberinto en una moneda de Knossos, 3 – Petroglifo de Tintagel, Cornwall, 4 – Petroglifo de Valcamónica, Alpes (Italia), 5 – Laberinto Micénico del tipo cuadrangular en una tablilla de arcilla de Pilos, Grecia, 6 – Laberinto en una vasija de Tell Rifa’at, Siria, 7 – Grafito de Pompeya, Italia, con texto en Latín: Labyrinthus Hic Habitat Minotaurus, “El laberinto. Aquí habita el Minotauro”, 8 – Varios laberintos petroglíficos de Galicia, 9 – Pedra do Laberinto, Mogor, Pontevedra.
El objetivo de este informe es advertir a la sociedad europea occidental -especialmente española, portuguesa, francesa y sarda- de un posible caso de manipulación, donde se intenta negar ciertas evidencias científicas de primer orden que demuestran una mayor probabilidad -por mayor afinidad genética de ADN Mitocondrial- de que los antiguos pobladores neolíticos de Creta, y especialmente los de la Edad del Bronce (tiempos en que floreció el imperio Minoico-Cretense), provengan del occidente de Europa, especialmente de Iberia, Francia y Cerdeña, y no de Anatolia o Asia Menor, como se está sosteniendo a través de los más importantes medios de comunicación, en contra de lo que los resultados de los mismos estudios genéticos demuestran.

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El origen egipcio del nombre de España. Nueva teoría

Papiro de la XVIII Dinastía.


El origen egipcio del nombre de Hispania.


Recientemente ha sido propuesta la hipótesis de un origen egipcio. La misma es desarrollada en un reciente libro del escritor Georgeos Díaz-Montexano,12 donde expone lo siguiente: "Hispania sería la pronunciación latina de una forma púnica como 'Y-Span-ya, que según las más recientes y autorizadas interpretaciones significaría: "Isla de los Forjadores o Fundidores de Metales" (Cunchillos, 2000) . Otras viejas hipótesis proponían: "Isla del Norte" o "Isla de los Conejos". Lo cierto es que si bien la segunda parte del nombre ha derivado en diferentes hipótesis, la primera parte, 'Y, siempre ha sido aceptada por la mayoría como correspondiente al fenicio 'Y (pronunciado I) 'Isla/costa'. La antigua tradición de los fenicios y cartagineses de identificar a la península ibérica como una "Isla", la conservaron los árabes y beréberes, quienes llamaron a toda Iberia con un único nombre, "Yazirat al-Andalus", esto es: "Isla de Andalus o Andalos". De Andalus -escrito en las más viejas grafías árabes como Andlws o Addlws- dicen algunas fuentes islámicas medievales que era el mismo Atlas o Atlante, hijo de Japhet o Jápeto. Por lo que los árabes realmente estarían denominando a Iberia como la "Isla de Atlas o Atlante", que es justa la traducción de la denominación griega que Solón usó para la isla de la Atlántida, o sea, Atlantis Nêsos, "Isla de Atlas o de la Descendencia de Atlas". 

Eso es lo conocido hasta hoy. Pero el autor ha logrado hallar numerosas referencias a una gran isla en el océano (La Isla de los Dioses), frente a un estrecho canal (Columnas de Hércules), que encaja en su títulos, denominaciones, descripción, y hasta en su ubicación (al ser representadas en muchos mapas antiguos egipcios, en lo que sería el Golfo de Cádiz) con la misma "Isla de Atlas o de Atlante" que nos describe Platón a través de Solón, con el nombre griego de ATLANTIS NÊSOS, que justamente se traduce como "Isla de Atlas" o "Isla de la Descendencia de Atlas". Esta "Isla de los Dioses" -como reza en los textos egipcios- la cual tenía su comienzo en lo que sería el Golfo de Cádiz, tenía una metrópolis conectada con el mar por un largo canal -como la metrópolis de Atlantis descrita en el Critias- y su acrópolis, en la cual se hallaba el Trono Sagrado del mismo Osiris, Atum-Ra y Schu, y también la morada de su hijo Horus y de la diosas Isis y Maat, es descrita como "La Ciudad del Trono Acuático" o "La Ciudad del Trono de Agua" o "La Ciudad del Trono entre Aguas". Justo como la Acróplis de Atlantis, la cual tenía, en efecto, su Trono, es decir, su Palacio Real, en una pequeña isla rodeada de varios canales circulares inundados del agua del mar que provenía a través del mismo largo canal que la conectaba con el mar. Mientras que el nombre egipcio para esta Acrópolis Acuática o entre Aguas, tal como aparece escrito (jw spA-n't o jw spA-njw.t) se pronunciaría -en egipcio- como "Iu-Spaniu o Iu-Spania" (Spa = Trono de El que Eleva o hace Elevar o Sostiene en lo Alto (un epíteto del dios Shu, el mismo Atlas para los griegos) y nia o niu = Ciudad (y en algunas variantes mu o nu = Agua). "Iu-Spa.niu mu" se traduciría entonces como "La Ciudad de Agua o Acuática del Trono del (dios) que Eleva o Sostiene en lo Alto (Schu)" y justamente, en el Critias 113 se afirma que Solón había traducido los nombres originales al griego, guiándose por el significado de los mismos, al ver que los egipcios habían hecho lo mismo antes. Por tanto, el nombre de Atlantis Nêsos, que en griego significa: "Isla de Atlas o de la Descendencia de Atlas" es la traducción por significado y equivalencia del nombre original de tal isla representada en el "inmenso mar azul-verdoso de aguas frías cuyas dimensiones no conocía ni el mismo Osiris" (como rezan los textos junto a la misma isla), y justo delante de la boca de un estrecho canal.

En la mayoría de los planos y mapas, debajo de la proa de la gran Barca Sagrada representada en el centro de la ciudad, se lee el nombre de la isla (jw) SpA-n.t o Spa-njw.t, (Iu)-Spani o (Iu)-Spaniu, “(Isla) de la Ciudad del Trono Acuático” o “Trono de El que Eleva (Schu/Atlas) de la Ciudad de Agua o Acuática”. En otro mapa datado en los inicios de la Dinastía XVIII, bajo la proa de la misma Barca Sagrada con el trono de Osiris se lee: “La Isla/Colina de la Ciudad de Agua o Acuática”. El jeroglífico que representa una colina también era usado como isla, según sostiene Lesko y otros importantes egiptólogos. Esta isla-colina o bien colina en una isla con una ciudad acuática, según Díaz-Montexano se correspondería con lo que Solón interpretó como una colina o monte de muy poca altura situada en una isla, que a su vez fue rodeada por tres fosos circulares inundados con agua del mar y que se hallaba conectada a su vez con la costa por un largo canal, o sea, la Isla-Acrópolis de Atlantis. Como en la mayoría de los mapas posteriores a la expulsión de los Hykso-Minoicos, esta ciudad acuática o del trono acuático, aparece representada con una grada o altar (Trono) sobre una gran barca sagrada (La barca de Mehen, la Circundada y Laberíntica), y esta acrópolis acuática estaba conectada con la costa del mar por una largo canal, justo como se describe en el Critias para la Acrópolis de Atlantis.

En esta "Isla de los Dioses" vivían los descendientes del dios egipcio Schu, el Atlas de los griegos, y justamente en griego, Solón usó la expresión Atlantis Nêsos para referirse a la legendaria isla situada en el frío océano occidental, y Atlantis Nêsos se traduce justamente como "Isla de la Descendencia de Atlas". Más que sorprendente resulta que en egipcio, "La Ciudad del Trono Acuático o de Agua" o "La Ciudad Acuática o de Agua del Trono de 'El que Eleva o hace elevar hacia lo alto' (un epíteto del dios Schu, el equivalente de Atlas o Atlante entre los griegos), se escribía en la mayoría de los mapas como jw SpA-n.t o jw SpA-njw.t, que se pronunciaría aproximadamente como Iu-Spani o Iu-Spaniu, incluso como Iu-Spania. Estos mapas que remontan a más de 2000 años antes de Cristo, serían pues las evidencias más antiguas del nombre que los griegos registraron como Ispania, a través de los fenicios, y los romanos latinizaron como Hispania, del que deriva el actual nombre de España.

Según el autor, el nombre de la metrópolis o capital de la Isla de los Dioses donde vivía la Descendencia de Schu (Osiris, Isis o Maat y Horus aparecen en los mapas dentro de la isla), pasó a la península ibérica cuando los primeros fenicios llegaron a las costas de Iberia, y traspasaron las Columnas de Hércules, como ya no existía la gran "Isla de los Dioses" de la "La Ciudad del Trono Acuático o de Agua" o "La Ciudad Acuática o de Agua del Trono de 'El que Eleva o hace elevar hacia lo alto', o sea, Iu-Spania, la que ellos de seguro conocían por los mapas y escritos egipcios que ya en aquellos tiempos se editaban por centenares (como se ha estimado recientemente a juzgar por la gran cantidad de fragmentos conservados), y al creer que la península ibérica era una isla, tal como demuestra el mismo nombre de I-Spania, donde I se corresponde con el fenicio 'y, 'isla' (tradición egipcia y fenicia que heredaron los árabes al llamar a toda Iberia como Yazirat al Andalus, "Isla de Andalus"), pues creyeron que esta gran isla no podría ser otra que la misma Iu-Spani o Iu-Spania, Isla de los Dioses que en los mapas egipcios era nombrada como la Isla de la Ciudad del Trono Acuático o Ciudad Acuática del Trono de 'El que Eleva o hace elevar hacia lo alto' (Schu/Atlas).

Por otra parte, la asociación del mismo dios egipcio Schu con el titán Atlas de los griegos debió ser igualmente conocida por los antiguos autores árabes, pues al referirse al nombre de Iberia como la Isla de Andalos o Andalus (Yazirat al Andalus), algunos de los más autorizados y célebres autores islámicos afirmaban que este Andalos (en árabe clásico aparece escrito como Andlws o Addlws), era el mismo Atlas o Atlante, hijo de Japhet, el mismo que las tradiciones hebreas nombran como Tubal, hijo de Japhet o Jafet, y que afirman fue el primero que pobló la Iberia.

Casi doscientos mapas egipcios que remontan a más 4000 años de antigüedad con la "Isla de los Dioses", Iu-Spania, la Isla de la Ciudad Acuática del Trono de El que Eleva (Schu/Atlas), que bien podría ser la misma Isla Atlantis en el Océano Atlántico, delante de Gibraltar, con su "Trono Acuático" y su Gran Canal central, y las regiones paradisíacas adyacentes, son mostrados por el autor como soporte a sus hipótesis sobre el origen egipcio del nombre de Ispania.

Fuentes:

Un artículo con ilustraciones del mismo autor, Georgeos Díaz-Monttexano, en su facebook: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=10201907666676031&l=146f98c316 

Libro de Georgeos Díaz-Montexano donde se desarrolla la teoría: 

http://www.Atlantida.beATLANTIS - AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS (VERSIÓN B/N) Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II.  Autor: Georgeos Díaz-Montexano  Ilustración y Dibujos: Monik Perz: http://www.actiweb.es/georgeosdiazmontexano/videosframe.html

ATLANTIS – AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II. Autor: Georgeos Díaz-Montexano Ilustración y Dibujos: Monik Perz

Versión a Todo Color

ATLANTIS - AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS (VERSIÓN TODO COLOR) Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II.  Autor: Georgeos Díaz-Montexano  Ilustración y Dibujos: Monik Perz: http://www.actiweb.es/georgeosdiazmontexano/videosframe.html
ATLANTIS – AEGYPTIUS CODEX . CLAVIS (VERSIÓN TODO COLOR) Las fuentes primarias egipcias sobre la Atlántida. Evidencias y pruebas indiciarias. Epítome de la Atlántida Histórico-Científica. Tomo II. Autor: Georgeos Díaz-Montexano Ilustración y Dibujos: Monik Perz

http://www.Atlantida.be