MURALLA ROMANA DE LUGO

La muralla romana de Lugo rodea el casco histórico de la ciudad es la única del mundo que se conserva entera. Por eso y por su misteriosa belleza es Patrimonio de la Humanidad declarada por la Unesco en el año 2000. Fundada por magistrado romano Paulo Fabio Máximo en nombre del emperador César Augusto fue el primer emperador del Imperio romano en el año 13 a. C y está hermanada desde el día 6 de octubre de 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao. Se encuentra a unos 300 km al este de Pekín, en el mar de Bohai, en el golfo del mar Amarillo.
    La leyenda dice que los romanos construyeron la muralla para proteger no una ciudad sino un bosque, el Bosque Sagrado de Augusto, en latín Lucus Augusti, de ahí el nombre de Lugo. Hoy el bosque es un misterio, pero la muralla sigue en pie.

 Vista  parcial de la muralla de Lugo

    Hace más de 17 siglos siguiendo las directrices de las elegantes obras de Vitruvio, la Muralla de Lugo mide más de 2 km  y tiene 10 puertas. Caminar por lo alto de la muralla que en algunos tramos alcanza los 7 metros de ancho, y detenerse en algunas de sus 85 torres es sentir de cerca el poder de la Roma Imperial.
    De las 85 torres originales se conservan 71, de ellas 60 son de planta circular y 11 cuadrangular. Debieron estar coronados por torres de dos pisos que tenían ventanales, como atestigua la torre llamada de A Mosqueira en la que todavía permanecen.
    El acceso al adarve, se realizaba mediante escaleras embutidas en los muros de las torres. Estas escaleras eran dobles. En la actualidad se accede mediante seis escaleras exteriores a los muros
    Los materiales de lo que está construida la muralla son, principalmente, el granito, para los remates de las puertas y ángulos de refuerzo de las torres y las lajas de pizarra, que constituye la exterior de los muros. El interior está relleno de un mortero compuesto de tierra, piedras y guijarros cementados con agua. Se estima que su construcción fue un único proyecto que terminó de realizarse sobre finales del siglo III o la primera mitad del siglo IV.
    Además de la amenaza bárbara, la situación e importancia estratégica de la ciudad aconsejaron su construcción. La propia ubicación de la ciudad, bien resguarda el estar en lo alto de una pequeña colina y rodeada por un lado por el río Miño y por otros arroyos. La muralla protegió a la ciudad del viento frío del norte.
    Bajo el dominio de los suevos y visigodos Lugo se fue despoblando. Alfonso I de Asturias intentó frenar esa pérdida de población, pero no fue hasta después de su conquista a los musulmanes en el año 998 fue atacada por Almanzor, caudillo del Califato de Córdoba que derribó uno de los lienzos aunque no alcanzó a conquistar la urbe.
    En el siglo XVI se comenzaron a construir viviendas en los huecos entre las torres por la parte exterior propiciando el crecimiento ultra muros de la ciudad.
    Lugo una ciudad con un espléndido pasado romano como se  visita a la Catedral y a la Virgen de los Ojos Grandes, una preciosa talla medieval de piedra policromada. Es una imagen muy venerada en Lugo, cuyo nombre se debe según se dice a su gran expresividad en la mirada. Es una escultura gótica rodeada de ángeles, de tamaño natural y realizado en granito, que ocupa el riquísimo camarín diseñado también por Fernando de Casas y realizado por Miguel de Romay. Esta capilla constituye uno de los ejemplares más vistosos del barroco peninsular.

La estructura defensiva que conformaba la muralla estaba formada por:
•         El foso está situado a unos 5 metros  de las torres y tenía una anchura de 20 metros y una profundidad de 4 metros. En la actualidad sólo quedan vestigios del mismo no es un foso continuo, sino que está formado por diversos tramos independientes con encuentros acoplados.
•         El intervallum era un espacio entre la muralla y las edificaciones urbanas. Recorría toda la longitud de la misma, Con el paso del tiempo este espacio fue siendo ocupado por edificaciones. A mediados del siglo XX había más de 30 edificios adosados a la muralla, invadiendo el intervallum.
   En 1837 se realizó la construcción del llamado Reducto Cristina se construyó un baluarte defensivo para la ubicación de artillería entre la puerta del Obispo Aguirre y la torre de A Mosqueira. Se realizó por motivo de las Guerras Carlistas partidarios de Carlos María Isidro de Borbón  llamado Carlos V y sus descendientes, y los liberales, partidarios de Isabel II de España conocida por la Reina Castiza. Esta construcción fue bautizada como reducto de María Cristina en honor a la reina Regente, María Cristina de Borbón, madre de Isabel II de España.
    Entre 1853 y 1921 se abrieron otras cinco por necesidades de la expansión de la ciudad, de las diez puertas existentes, seis son peatonales y cuatro permiten el tráfico rodado
•         1853 - Príncipe Alfonso.
•         1875 -  La Estación.
•         1888 - Obispo Izquierdo.
•         1894 - Obispo Aguirre.
•         1921 - Obispo Odoario.
    En 1971 se inició el plan conocido como Operación Muralla Limpia, que tenía como objetivo el librar al monumento de todas las edificaciones adosadas a su paramento exterior.

PRINCIPALES PUERTAS

La puerta de Santiago

    Existía ya en época romana y está totalmente modificada. Se conoce desde el siglo XII como puerta del Postigo. Todos estos nombres están relacionados con la existencia de un postigo encuadrado dentro de una puerta más grande. Sus dimensiones son, 4,15 x 5,50 metros y hasta el adarve 6,90 metros. Fue una puerta privada, ya que perteneció a la Iglesia y fue empleada hasta 1589 por los canónigos y sus sirvientes con el fin de acceder a las huertas. Esta puerta era la única que permanecía abierta en tiempos de peste. Fue ensanchada en 1759 por el Obispo Izquierdo y Tavira para facilitar la entrada de carruajes.
    Tiene un templete en el que se colocó una imagen de Santiago Matamoros y en la parte inferior el escudo de armas del Obispo Izquierdo. Cuando se accede al recinto histórico por esta puerta el viajero se encuentra con la majestuosa Catedral de Santa María.

Puerta del Obispo Aguirre

    Es la cuarta puerta abierta en el año 1894. Su apertura se debe al deseo de facilitar la comunicación con el nuevo seminario, construido por orden del Obispo Aguirre, y con el antiguo cementerio. Situada en una ladera, mide 10 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8,15 metros y hasta el adarve, de 9 metros Al igual que el seminario, la realizó el arquitecto Nemesio Cobreros Cuevillas. En su construcción se derribaron dos torres de la muralla que contenían lápidas romanas.

Puerta de San Pedro

    Ya existía en época romana. También en época medieval es conocida como Puerta Toledana al estar situada al final del camino procedente de Castilla, empleado sobre todo por mercaderes toledanos que comerciaban en la ciudad. Situada en una vaguada, mide 3,70 metros de ancho y unos 4,85 metros de altura hasta la clave.
    La decoración se encuentra en el exterior de la puerta, por ser una puerta principal de entrada. Hoy en día aún se ve un frontón triangular con el escudo de la ciudad, y una cartela oval con la inscripción del año de reconstrucción de la puerta.
    Esta puerta fue y sigue siendo la entrada a la ciudad para los millares de peregrinos que se desplazaban hasta Santiago de Compostela en la Edad Media a través del Camino Primitivo. Por aquí también se sale al Camino Real de Castilla hacia Astorga. Atravesando la puerta, encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

 Puerta de la Estación

    Se abrió a petición de algunos vecinos como consecuencia de la necesidad de comunicar la ciudad con las vías del ferrocarril. En 1921 se ampliaría aún más, en una obra que supuso el derribo de la primera puerta y la construcción de la actual. La escasez de elementos ornamentales responde a la precaria situación económica, debido a las deficiencias presupuestarias provocadas por la Primera Guerra Mundial. La Puerta proyectada por Nemesio Cobreros en 1875 y derribada en 1921.. Su anchura es de 10 metros, su altura hasta la clave de 8 metros y hasta el adarve de 9 metros. Atravesando la puerta, encontraremos a la derecha unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta Falsa

    Esta es una de las antiguas puertas romanas de la Muralla, era conocida como Puerta del Boquete aunque muy modificada. Cerrada seguramente durante la Edad Media, se abrió en el siglo XVII al instalarse en la actual plaza de Ferrol el Hospital de San Bertomeu, antes situado en la plaza Mayor.
    Por esta puerta entraban y salían los correos durante muchos años fue la más próxima al camino de La Coruña, sede de la Capitanía General y de la Audiencia. Ya en el siglo XX se cierra al tráfico y se dota de un acceso con escaleras. El ancho es de 3,45 metros, el alto hasta la clave es de 5,65 metros y hasta el adarve, de 11,50 metros. Atravesando la puerta, a la izquierda encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta de San Fernando

    Fue la primera de las puertas modernas. Se abrió en 1854 en el lugar donde estaba el llamado Boquete, por donde entraba en la ciudad el acueducto de origen romano. En 1858, con motivo de la visita de Isabel II y sus hijos, se le dio el nombre de Puerta del Príncipe Alfonso, en honor del futuro Alfonso XII, un niño de apenas un año de edad.
    En 1962 se reforma, debido a toda la población que se instala en el norte de la ciudad y la dificultad del tráfico, y se decide ensanchar la puerta derribando los edificios arrimados a la Muralla en su parte exterior, catorce años después. En la actualidad, un monolito al lado de esta puerta recuerda otra visita real, la que hicieron en 1976 los Reyes, Juan Carlos I y Sofía de Grecia. Atravesando la puerta tenemos la iglesia de San Froilán, patrón de Lugo.
    Sus medidas son, 12,5 metros de ancho, 7,50 metros de alto. Tiene una bóveda de cuerno de vaca, o de paso oblicuo. Es uno de los principales accesos a la ciudad vieja y permite el paso de vehículos y peatones a la vez.

Puerta Nueva

    De época romana, era la salida de la ciudad hacia Betanzos. Hasta la construcción en 1854 de la Puerta de San Fernando fue la principal vía de comunicación de la parte norte de la ciudad. En la época medieval se rehízo y es mencionada en la documentación del siglo XII como Puerta Nueva.

    La puerta actual fecha del año 1900, se debe al arquitecto Juan Álvarez de Mendoza dado que la anterior estaba en estado ruinoso y amenazaba la seguridad de los viandantes. Para la construcción de esta puerta nueva hubo que derribar un cubo de la Muralla. Mide 4,60 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8 metros y el alto hasta el adarve mide 8,95 metros. En este punto desde el adarve de la Muralla se contempla una típica estampa de la ciudad con las torres de la Catedral de Lugo al fondo. Atravesando la puerta, a la derecha encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.

Puerta del Obispo Odoario

    En 1921 con motivo de la colocación de la primera piedra del Hospital de Santa María. El alcalde Ángel López Pérez ordenó dinamitar la Muralla para abrir la puerta, pero lo hizo sin permiso. Cinco vecinos denunciaron contra el Ayuntamiento. Este hecho provocó que el 16 de abril de ese año el Estado declarara Monumento Nacional a la Muralla de Lugo, con el fin de dotarla de más protección. La nueva puerta se finalizaría finalmente en 1928. por el arquitecto Ramiro Sainz Martínez. Mide 12 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 9,10 metros y hasta el adarve, 10 metros.

Puerta Miñá o del Carmen


    Es la puerta de origen romano que se conserva con menos modificaciones. Conocida popularmente en la actualidad como Puerta del Carmen por estar ubicada frente a la capilla de este nombre, por ser la salida natural hacia el río Miño, nombre que derivó en el actual de Puerta Miñá. Tiene 3,65 metros de ancho. Atravesando la puerta, encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla. El Camino Primitivo a Santiago deja atrás la ciudad al salir por esta puerta.

 Puerta Obispo Izquierdo

    Con motivo de la inauguración de la nueva cárcel en 1887, se hizo necesaria la apertura de esta nueva puerta para facilitar el cambio de guardia y el acceso al juzgado. También conocida como Puerta de la Cárcel, fue la tercera puerta que se abrió durante el siglo XIX.
    Mide 4,32 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 7,15 metros y hasta el adarve, de 8,10 metros. Para su construcción se aprovechó la piedra del derribo y el sobrante se empleó en la construcción de alcantarillas a las afueras de la Puerta de San Fernando y para llenar la diferencia de nivel existente entre la ronda exterior de la Muralla y la que hoy es la plaza del Campo Castelo. Atravesando la puerta encontramos la plaza de Campo Castelo, donde hay unas escaleras de acceso a la Muralla.

Narciso Casas - Profesor de Arte y Escritor.
Fuente: Mi libro titulado Patrimonio Mundial Cultural de la Humanidad en España.
ISBN: 978-84-686-7933-4
http://narcisocasas.bubok.es
http://librosdenarcisocasas.blogspot.com.es

http://pinturascreadaspornarcisocasas.blogspot.com.es

Arqueólogos recuperan una necrópolis medieval y un yacimiento de icnitas en Regumiel de la Sierra (Burgos)

Imágen de Regumiel de la Sierra (Archico Wikimedia)

El proyecto arqueológico ha recuperado 130 tumbas excavadas en roca y un yacimiento de icnitas de dinosaurio con más de 5.000 huellas

Un proyecto arqueológico impulsado por el Ayuntamiento de Regumiel de la Sierra, en Burgos, ha recuperado una necrópolis altomedieval, con 130 tumbas excavadas en roca, así como un yacimiento de icnitas de dinosaurio en el que se han localizado más de 5.000 huellas, algunas de tamaño minúsculo.

La intervención, que ha contado con una ayuda de 30.000 euros de la Junta de Castilla y León, se inició en octubre y este viernes ha presentado sus principales resultados. El arqueólogo Asier Pascual ha asegurado que están “muy satisfechos”, ya que el proyecto se concibió como una puesta en valor de yacimientos conocidos en Regumiel de la Sierra y ha acabado “dando sorpresas” de repercusión científica.

La intervención se inició en octubre con una ayuda de 30.000 euros de la Junta de Castilla y León

La necrópolis altomedieval, que se ubica junto a la iglesia de la localidad burgalesa, fue estudiada en los años 70 del siglo pasado, cuando se identificaron unas 70 tumbas excavadas en roca. Y el yacimiento de icnitas de dinosaurio también fue investigado por el Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense, que encontró huellas de un ornitópodo años atrás.

Sin embargo, el proyecto municipal liderado por Asier Pascual ha realizado grandes descubrimientos, y algunos podrían tener una gran repercusión científica en el ámbito internacional. En la necrópolis altomedieval se han recuperado 132 tumbas de los siglos IX al XI, de un total de 200 que se presupone tenía esta zona de enterramiento, y algunas intactas, con losa de cierre incluida.

Algunos de los hallazgos pueden tener una gran repercusión científica a nivel internacional
Además, se han hecho grandes hallazgos, como el descubrimiento de un esqueleto completo “maltratado”, con cabeza y piernas fracturadas al intentar introducirlo en una tumba demasiado pequeña. Pascual ha asegurado que no es habitual encontrar esqueletos en necrópolis y mucho menos restos óseos tratados de este modo, ya que en la Edad Media trataban con especial respeto a sus muertos.

También se ha hallado ajuar, collares de cuentas de pasta vítrea, cuentas negras y azul brillante, un anillo y monedas que formarían parte del tradicional ritual de enterramiento. El ajuar ofrece información adicional puesto que correspondería a una reocupación de la necrópolis en la Baja Edad Media, ha apuntado el arqueólogo de la excavación.

Es necesaria una segunda fase de intervención: la mayor parte de la necrópolis está debajo de la iglesia

Asier Pascual ha afirmado que quedaría pendiente una segunda fase de intervención para tratar de recuperar una veintena de tumbas que se encuentran bajo el hormigón que rodea la iglesia. Igualmente, sería interesante excavar en el suelo del templo, ya que “gran parte de la necrópolis se encuentra debajo”, aunque por el momento se van a dedicar a estudiar con tranquilidad lo descubierto.

En el proyecto promovido por Regumiel de la Sierra se ha incluido la recuperación del yacimiento de huellas de dinosaurio El Frontal 2, en el que se han localizado más de 5.000 icnitas. Pascual ha recordado que el Colectivo Arqueológico Paleontológico Salense halló años atrás dos rastros grandes de un ornitópodo, con huellas muy profundas y un arrastre de cola, poco peculiar.

El 90%de las 5.000 nuevas icnitas son de poca profundidad y de difícil detección

Sin embargo, el trabajo realizado ahora ha permitido sacar a la luz más de 5.000 nuevas icnitas, el 90 por ciento de ellas de poca profundidad y difíciles de detectar. Corresponderían a terópodos carnívoros de mediano tamaño y suelen ir acompañadas de marcas de garras o rastros largos, lo que aporta información extra sobre comportamiento.

El arqueólogo ha destacado la presencia de huellas minúsculas, lo que requiere de una profunda investigación científica ya que podrían corresponder a animales muy pequeños o a crías. La intervención se ha completado con una puesta en valor de ambos yacimientos, a fin de convertirlos en un recurso turístico para la localidad burgalesa.

Las huellas fósiles corresponderían a terópodos carnívoros de medio tamaño
Se han instalado señalización, atriles informativos e infografías en español e inglés para facilitar una visita autónoma, y Códigos QR con acceso a audioguías y contenidos adicionales. A modo de curiosidad, en la necrópolis se ha colocado una réplica de un esqueleto que simula un enterramiento típico, mientras que en El Frontal 2 hay sendas réplicas de dinosaurio de tamaño pequeño.

También se ha conectado El Frontal 2 con el Frontal 1, el primer yacimiento de icnitas de dinosaurio recuperado, y que cuenta con 86 huellas agrupadas en ocho rastros, de iguanodonte principalmente. Asier Pascual ha asegurado que ahora toca investigar y analizar con calma todo lo descubierto, si bien es cierto que el objetivo es continuar trabajando en el lugar, a corto y medio plazo.

El pueblo ultima los detalles para acoger el mayor numero de visitantes

Vía: La Vanguardia

La Arqueología Virtual muestra las zonas de ocio de la antigua ciudad romana de Carnuntum (Austria)

Tabernas, cantinas y tiendas de recuerdos donde comprar, por ejemplo, la figura de un gladiador. Un equipo austríaco de arqueólogos han descubierto una “zona de ocio” cerca de un coliseo que permite conocer mejor la importancia de los espectáculos en el antiguo Imperio Romano.

El descubrimiento ha tenido lugar en la antigua ciudad romana de Carnuntum, a unos 40 kilómetros al este de Viena, gracias a las investigaciones del Instituto Ludwig-Boltzmann de Prospección Arqueológica y Arqueología Virtual .... El responsable del estudio, Wolfgang Neubauer, ha señalado a la prensa que se conocía la existencia de estas zonas de ocio en la antigua Roma, pero que hasta ahora no se habían documentado con tal detalle.



“De esta forma nunca se han encontrado porque aunque se conservan los anfiteatros de muchas antiguas ciudades romanas, las áreas cercanas se han edificado”, explicó. Se han utilizado técnicas “no invasivas” como el georradar o el magnetómetro, que permiten recrear con un margen de error de escasos centímetros una imagen en tres dimensiones de las ruinas encontradas en el subsuelo, explica a Efe el español Juan Torrejón, uno de los investigadores del LBI ArchPro. En Carnuntum, capital de la región romana de Panonia, vivieron hasta 50.000 personas antes de que la ciudad fue destruida en el siglo IV por un terremoto.


El coliseo de Carnuntum es el cuarto más grande del mundo, según Torrejón, y tenía una capacidad para más de 13.000 personas, que llegaban incluso desde regiones alejadas para presenciar las batallas de gladiadores. Allí también se halló en 2011 una escuela de gladiadores que ha permitido conocer algunos detalles de la vida de esos guerreros, que en su época eran figuras muy populares. Ese coliseo, según los últimos descubrimientos, no era el único que hubo en la ciudad, ya que con esta tecnología se ha encontrado un segundo anfiteatro mucho más antiguo, que puede datar del siglo II.


“Antes de construir una muralla u otro tipo de infraestructura que a priori pueden parecer más importantes, se construyó un anfiteatro para entretener a la gente”, relata Torrejón. Esta construcción estaba además situada en un enclave estratégico, en un cruce de caminos, por lo que era muy accesible para aquellos que quisieran acudir al coliseo. El elevado nivel de precisión del georradar permite reconocer la estructura de los edificios del complejo y, por tanto, esclarecer la función que desempeñaban en la sociedad.



De esta forma se ha podido descubrir a escasa distancia del anfiteatro principal un área urbana desconocida y que estaba destinada completamente al ocio. La multitud que iba al coliseo acortaba la espera en las tabernas, cantinas, tiendas de recuerdos y otras de comida (termopolio), con capacidad para miles de personas. Además, gracias a la señal térmica que devuelven algunas de las infraestructuras ha sido posible encontrar lugares como un gran horno, donde se cocía pan con el que alimentar a los asistentes al espectáculo, cuenta Torrejón.


Ilustración facilitada por el Instituto Ludwig-Boltzmann de Prospección Arqueológica y Arqueología Virtual de Viena que ha hallado cerca del coliseo romano de Carnuntum otro anfiteatro, tiendas de recuerdos y una panadería, entre otros, construidos para satisfacer las necesidades de los asistentes a las batallas de gladiadores. EFE

El entretenimiento de las masas, resumido en el lema “pan y circo”, fue tan importante en Roma como en Carnuntum, una ciudad situada en los confines del Imperio Romano, concluyen los investigadores. Los curiosos que se acerquen a la zona no podrán explorar a simple vista estos nuevos descubrimientos, ya que el instituto arqueológico no tiene previsto hacer excavaciones, sino “protegerla para generaciones futuras”, afirma el experto español. “Excavar un yacimiento lo primero que implica es su destrucción. Nunca más vamos a poder excavarlo o verlo como está a día de hoy”, añade.


Por eso, lo más importante es proteger lo que hasta el momento se ha descubierto y esperar a que existan otros métodos que permitan entender mucho mejor los restos arqueológicos sin dañarlos. De hecho, hace años era impensable que existieran herramientas arqueológicas avanzadas como las que se han utilizado para este proyecto, recuerda Torrejón. Los investigadores han ofrecido imágenes y un vídeo que recrean de forma virtual sus descubrimientos y permite hacerse una idea de la vida y el ocio hace 1.700 años.


“La realidad virtual y la realidad aumentada nos ofrece una herramienta que hasta ahora no existía y que desde luego nos permite poder transmitir toda esta información de forma muy sencilla, muy simple y muy entendible al público”, afirma Torrejón. Así, las visitas virtuales pueden ser un gran atractivo para los turistas que quieran acercarse al yacimiento y descubrir cómo vivían sus antepasados hace cerca de 2.000 años, concluye el experto.

Fuente: Esther Martín | EFE, Viena | LA VANGUARDIA, 2 de abril de 2017

El Museo de la Alhambra exhibe una colección de capiteles nazaríes ‘Labrados a maravilla’

En la sala IV, hasta el 17 de septiembre, la muestra está compuesta por media docena de piezas y el acceso es gratuito

‘Labrados a maravilla. Capiteles nazaríes para estructuras octogonales y hexadecagonales’ es el título de la exposición temporal que, desde hoy, puede visitarse en el Museo de la Alhambra. En la sala IV, hasta el próximo 17 de septiembre, se pueden contemplar media docena de estas piezas procedentes de la propia colección de la Alhambra, Fundación Rodríguez-Acosta, Museo Arqueológico de Granada e Instituto Valencia de Don Juan de Madrid.

Esta mañana, el director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández, ha realizado una visita a la muestra acompañado por la conservadora del Museo, Purificación Marinetto, y el comisario de la exposición, Javier Moya, quien ha explicado que Labrados a maravilla pretende “rescatar del olvido un capítulo fragmentario de la tradición constructiva nazarí; un capítulo brillante, sin duda, dada la calidad de los materiales y la variedad y singularidad de las decoraciones, que las vincula en algún caso a edificaciones oficiales del emir de Granada”.

Por su parte, Fernández Manzano ha animado a todos los ciudadanos a que “disfruten” de esta exposición, cuyo acceso es gratuito, y además “descubran la colección permanente que conserva el Museo de la Alhambra”.

La muestra, que tiene como soporte científico el catálogo bilingüe (español/inglés) de los objetos expuestos, ha permitido, según comenta Javier Moya, reunir e identificar este grupo de capiteles, dispersos en museos y colecciones, para “confirmar, ampliar y matizar” las observaciones apuntadas por el pintor, historiador y arqueólogo Manuel Gómez-Moreno (Granada, 1834-1918) hace ya casi siglo y medio: “Ninguna certeza puede aducirse respecto del edificio o edificios a los que pertenecieron estas piezas, pero hay indicios de que fueran los mismos que desde el siglo XV mencionaba el romance castellano:

¿Qué castillos son aquellos?

¡Altos son y relucían!

-El Alhambra eran, señor,

Y la otra la Mezquita;

Los otros los Alixares,

Labrados a maravilla.”

Fuente: Granada Digital

La Cova Negra de Valencia

Durante estas últimas semanas se han publicado trabajos muy interesantes, que no podía dejar de comentar en este blog. Pero es momento de seguir escribiendo sobre los yacimientos con restos neandertales de la península Ibérica. Entre ellos, y con todos los honores, está el que rellena una gran parte de la Cova Negra de Xátiva (Valencia).

La Cova Negra se localiza entre la Serra de Creu y la cordillera de Solana. En la actualidad se alza a unos 150 metros sobre el nivel del mar y cuenta con la proximidad de las aguas del río Albaida. Un paraje extraordinario para la vida de nuestros ancestros. La cueva apenas tiene unos 20 metros de profundidad y parte de su visera se ha desprendido durante los últimos 50.000 años. Sin duda fue el abrigo perfecto en el que acampar y protegerse de los vientos del norte.

La primera excavación del yacimiento de la Cova Negra fue dirigida por Gonzalo Viñes entre 1928 y 1933. En esos años, el hallazgo de un parietal humano, junto con restos de diferentes especies de mamíferos marcó para siempre la importancia del lugar, que ha pasado por diferentes episodios de investigación. La fauna recuperada por Viñes incluía restos de elefantes (Palaeloxodon antiquus), al menos dos especies de rinoceronte (Dicerorhinis kirchbergensis y D. hemitoechuus), caballo (Equus caballus), así como restos de bóvidos, cérvidos, carnívoros (Panthera spelea y P. pardus), osos (Ursus arctos), zorros, linces, varias especies de aves, roedores, etc. He citado algunas especies, que son características del Pleistoceno Superior. Simplemente por ese motivo podemos inferir que la cueva fue visitada por los llamados neandertales clásicos.

Tras un largo período de inactividad, el yacimiento de la Cova Negra fue nuevamente excavado entre 1950 y 1957 bajo la dirección de Francisco Jordá. En este período se encontró un incisivo superior permanente humano, que daba todavía más valor al yacimiento. Pero tuvieron que pasar algunos años hasta que las excavaciones fueron abiertas de una vez más, esta vez bajo la dirección del catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valencia, Valentín Villaverde. Desde entonces, las excavaciones han sido muy fructíferas, contando con los métodos y técnicas actuales de excavación. Durante este período, el número de restos humanos se ha incrementado, hasta completar un mínimo de siete individuos: dos adultos, un adolescente y cuatro infantiles, representados sobre todo por dientes y restos craneales.


VALENTIN VILLAVERDE BONILLA CATEDRATICO DE PREHISTORIA DE LA UNIVERSITAT DE VALENCIA. FOTO MIGUEL LORENZO.

Este yacimiento me trae muy buenos recuerdos, por la invitación que recibimos de Valentín Villaverde quienes componíamos en los años 1980s el primer equipo de paleoantropología del proyecto Atapuerca: Juan Luis Arsuaga, Ana Gracia, Ignacio Martínez, Antonio Rosas y quién escribe estas líneas. Se estaba reabriendo el yacimiento y parecía razonable realizar un estudio de los fósiles humanos. En 1973 la profesora Marie Antoinette de Lumley había publicado un extensa monografía, que incluía la mayor parte de los fósiles humanos del sur de Francia y de la costa mediterránea española. En esa monografía el parietal de Cova Negra había sido clasificado como “anteneandertal”, un nombre que sugería de manera informal una datación mucho más antigua del yacimiento de la Cova Negra. Valentín Villaverde no estaba de acuerdo con esa clasificación, a juzgar por las características de la industria lítica y de las especies de mamíferos recuperadas en el yacimiento. Valentín Villaverde estaba comenzando una nueva etapa en Cova Negra y quería hacerlo con ideas claras y con una nueva valoración del registro recuperado en épocas anteriores. Aquel viaje a Valencia y el estudio que realizamos de los fósiles humanos permanece imborrable en nuestra memoria.

El estudio de los fósiles nos llevó a la conclusión de que habían pertenecido a la población neandertal y que parecían ser mucho más recientes de lo que se podía inferir del estudio de la profesora de Lumley. Todos los estudios y dataciones recientes han llegado a esta misma conclusión. Fue un buen trabajo en equipo, que culminó con la presentación de una ponencia en nuestro primer congreso internacional, celebrado en Turín en 1987. En aquellos años no era habitual que los españoles participáramos en congresos internacionales. Claro que las condiciones de nuestro viaje a Italia, tras un periplo de casi 20 horas en una vieja furgoneta, y nuestras comidas a base de bocadillos en un parque de Turín merecerían un capítulo aparte. Salir fuera de nuestro país no era sencillo, no solo por cuestiones económicas, sino porque todos los ámbitos científicos habían sufrido una ralentización durante varias décadas. Pertenecíamos a lo que llamamos, la “periferia de la Ciencia”, un calificativo que lamentablemente nos resistimos a perder.

Por José María Bermúdez de Castro

El Imperio Romano apenas se asentó en Canarias

Excavaciones en el Islote de Lobos (Fuerteventura)

Los fondos de Canarias están llenos de tesoros arqueológicos. Los expertos calculan que hay más de un centenar de barcos hundidos, la mayoría posteriores a la Conquista. Pero también hay restos romanos. No son muchos, pero algunos arqueólogos se agarran a esos hallazgos para sustentar sus tesis sobre la presencia romana en Canarias.

La comunidad científica canaria está pendiente de la publicación de las conclusiones a las que ha llegado la catedrática de Prehistoria de la Universidad de La Laguna (ULL), Carmina del Arco (izquierda), en el yacimiento del islote de Lobos (Fuerteventura), porque su trabajo podría arrojar nuevos planteamientos sobre la relación que hubo entre los romanos y los indígenas canarios. Hasta ahora, las únicas huellas de los romanos en Canarias que se han hallado en el fondo del mar son menos de veinte ánforas que «lo único» que vienen a evidenciar es «un contacto esporádico» entre navegantes romanos e indígenas canarios, asegura el profesor de Historia Antigua de la ULL, José Delgado.

«En ningún caso se puede hablar de convivencia ni relación comercial, política o cultural», dice taxativo este experto en mundo clásico, que se refiere a los hallazgos arqueológicos anfóricos como «evidentemente romanos» pero «escasos y muy localizados» lo que, a su juicio, «descarta un proceso de contacto habitual», máxime cuando «la huella romana es muy ingente, algo que no sucede en Canarias».

Delgado llama la atención sobre los modelos de colonización romana en el norte de África, qué objetos aparecen allí y por qué no los hay en Canarias. «Hay que contextualizar y eso no se ha hecho», dice, al tiempo que apunta hacia los «discursos interesados», «no sometidos a método», a la «recreación que hicieron los intelectuales del siglo XVIII y XIX de un pasado de las Islas vinculado a la antigüedad grecorromana». Sostiene Delgado que esa interpretación histórica convenía a los poderes coloniales para justificar los derechos de conquista «y se sigue percibiendo en propuestas recientes» que, según apunta, «pretenden integrar a fenicios, cartagineses o romanos en los procesos de desarrollo histórico de las poblaciones indígenas canarias».

En esas propuestas están, sobre todo, los trabajos de los arqueólogos Alfredo Mederos y Gabriel Escribano, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la ULL. También los de Carmina del Arco.

Delgado sigue sosteniendo que si se atiende al contexto histórico y a las fuentes, tanto textuales como arqueológicas, «no hay vestigio cultural fenicio, púnico o romanos salvo las ánforas halladas de manera marginal, lo que impide relacionarlas con un tráfico comercial u otras prácticas económicas; sí son testigos de navegación ocasionales».

El catedrático de Arqueología de la ULL, Antonio Tejera Gaspar (izquierda) y la profesora Carmen Chávez sostienen tras un minucioso estudio que de «las 16 ánforas halladas en el mar desde los años 60, solo nueve serían romanas, y de ellas, alguna bastante dudosa».

Fuente: canarias7.com | 1 de abril de 2017

Descubren un tesoro del Imperio Romano bajo tierras holandesas

Estatua de Júpiter. Foto: SerVaas Neijens.

Excavaciones para la construcción de un parque empresarial en Tiel, Holanda, han puesto al descubierto inusuales y misteriosos restos del Imperio Romano como piezas de bronce, una estatua de piedra de Júpiter y una lápida con la inscripción "DEAE" (la diosa), explicó hoy a Efe el arqueólogo holandés Henk van der Velde (abajo).


"Se trata de uno de los asentamiento más ricos de la expansión romana. Esta excavación ha demostrado el gran valor que aportó el Imperio romano a Holanda mientras trataba de dominar territorios", detalló el arqueólogo, que participa en el estudio de las piezas, cuyo valor se sigue calculando.

Entre los objetos más sorprendentes, destaca Van der Velde, hay dos estatuas de piedra, un material que no se podía encontrar en la región holandesa de esa época, lo que significa que lo transportaron desde otro lugar. Una de las estatuas es una representación de 45 centímetros del dios Júpiter, el máximo exponente de la mitología romana.

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También fue localizada una lápida con la inscripción de "DEAE" (la diosa) sobre la moldura, un lujo que solo unos pocos con recursos podían permitirse sobre su tumba.

Entre el barro, además, se escondían una jarra de barro, tazas y una copa de bronce decorada al milímetro y con "curiosos detalles", que se utilizaba para guardar aceite. Junto a ella, había un anillo grande "probablemente de un hombre", según el arqueólogo, y que muestra un centauro blanco, mitad hombre mitad animal, sobre fondo negro.



"El descubrimiento de estas piezas, muchas hechas de un material de gran valor durante la época, o incluso inexistente en este territorio, es todo un misterio que podrá arrojar luz sobre un carácter desconocido de los romanos", indicó.

Asimismo, el arqueólogo destacó el descubrimiento de unos 2.500 pequeños objetos de bronce, en su mayoría pertenecientes a los romanos, y cuyo significado y valor económico siguen estudiando los especialistas.

La excavación se llevó a cabo en Tiel, ciudad localizada en Betuwe, en la mitad sur de Holanda, una región rica en restos que datan incluso de la Edad de Piedra y la Edad del Hierro y que representó la frontera norte del Imperio Romano (27 a.C. - 476 d.C.).

Recipiente de vidrio romano. Foto: SerVaas Neijens.

La zona fue habitada por los agricultores bátavos que cultivaron las tierras fértiles a orillas del delta del Rin y que residían en casas simples hechas de madera y arcilla, pero con la llegada de los romanos sus objetos y técnicas se convirtieron en parte de la vida cotidiana bátava.
"Esa zona se convirtió más tarde en un área militarizada y de fortalezas romanas. Los restos de unos y otros muestran una mezcla de culturas, así como su integración en lo que hoy es Holanda", agregó el arqueólogo.

Este descubrimiento, dice, puede significar dos cosas: "Que la zona fue una residencia lujosa donde vivió un distinguido bátavo que quiso crear un trozo de Roma rodeándose de este tipo de lujosos y atípicos objetos, o que estamos ante los restos de un antiguo templo".


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Van der Velde lamenta que muchos tesoros arqueológicos fueran destruidos por la construcción de carreteras y advirtió de que eso podrá también ocurrir en este suelo, que equivale a unos 36 campos de fútbol y representa la investigación arqueológica más grande de las últimas décadas. Las excavaciones comenzaron en noviembre de 2016 y se prolongarán hasta octubre de 2017; mientras, las piezas localizadas se expondrán el próximo 8 de abril en una jornada de puertas abiertas en la misma ciudad.


"La cultura romana es una de las más globalizadas de la historia. Muchos de estos objetos son parte de la mitología romana y acabaron de alguna manera en este territorio, lejos del centro y capital del Imperio", concluye este especialista holandés.

Por otro lado, otros tres arqueólogos holandeses encontraron unas 90 monedas de plata del periodo 1524-1571 en un campo en Westwoud, en el norte del país, en su mayoría con la cara del monarca español Felipe II, que reinó en los Países Bajos. Ese periodo de ocupación se caracterizó por las tensiones religiosas, la resistencia de los mendigos, los saqueos, los incendios provocados y la tributación española.

"En esas circunstancias, es bastante comprensible que un agricultor pobre de Westwoud decidiese un día poner su capital en una olla y enterrarlo para tiempos más seguros", analizó por su parte el arqueólogo Michiel Bartels, que posee un tercio de este tesoro de sello español. EFE

Fuentes: lavanguardia.com | National Geographic | detielenaar.nl | 1 de abril de 2017