Encuentran una gran escultura fálica erigida hace 2.500 años para sacrificios rituales de fertilidad en Gotenburgo (Suecia)

The Archaeologists, NHM

Unos arqueólogos han descubierto una gran escultura fálica de piedra en Suecia de hace 2.500 años. De unos 52 centímetros de alto, ha sido hallada durante unas excavaciones realizadas en Rollsbo, cerca de Gotenburgo.

En un principio, los investigadores pensaron que era una tumba de la Edad de Bronce, pero ahora afirman que está ligada a sacrificios rituales de fertilidad.

La arqueóloga Gisela Ängeby (izquierda), autora del hallazgo, contaba al periódico local Göteborgs-Posten: «Tiene una marcada forma fálica. Cuando lo encontré, pensé "Dios mío, no puede ser verdad". Mostré la foto a mis colegas y no hubo discusión, tiene una forma muy parecida al pene».
No es poco frecuente encontrar piedras fálicas en las excavaciones arqueológicas que, de acuerdo con los expertos, siempre están relacionadas con el poder y la potencia. Sin embargo, lo que hace destacar esta pieza entre las demás es su gran realismo.

The Archaeologists, NHM
The Archaeologists, NHM

Alrededor de la escultura había numerosas manchas de hollín y también se encontraron restos de un martillo y pequeños huesos quemados, probablemente de animales. Todo ello ha hecho que los investigadores lo relacionen con un ritual de fertilidad.

El equipo de científicos apunta a que se trata de un altar para sacrificios del final de la Edad de Bronce, entre 1800 y 500 a. C. «Creo que, enlazando con la erección, era utilizado para las ofrendas como parte de un culto a la fertilidad», ha afirmado Ängeby, quien ha añadido, «Vamos a realizar una serie de análisis que quizá revelen la presencia de cereales quemados como ofrenda».


The Archaeologists, NHM
The Archaeologists, NHM

Fuente: abc.es | 3 de octubre de 2019

Humanos y grandes carnívoros competían por vivir en el complejo de cuevas de Denisova

Los estudios microscópicos de sedimentos en el complejo de cuevas de Denisova incluyen excrementos fósiles dejados por animales depredadores como hienas y lobos. Crédito: Dr. Mike Morley, Universidad de Flinders

Excrementos de animales fósiles, el carbón de leña de antiguos incendios y fragmentos de huesos están depositados en el suelo de uno de los sitios de la evolución humana más importantes del mundo, según revela una nueva investigación.

La evidencia más reciente en el sur de Siberia muestra que los grandes carnívoros que vivían en cuevas alguna vez dominaron el paisaje, compitiendo durante más de 300.000 años con poblaciones humanas antiguas por un espacio privilegiado en refugios de cuevas.


Un equipo de científicos rusos y australianos ha utilizado técnicas geoarqueológicas modernas para descubrir nuevos detalles de la vida cotidiana en el famoso complejo de cuevas de Denisova en las montañas Altai de Siberia.

Los grandes carnívoros como la hiena, los lobos e incluso los osos y al menos tres grupos humanos nómadas tempranos (homínidos) -denisovanos, neandertales y los primeros Homo sapiens- usaron este famoso sitio arqueológico, dicen los investigadores en un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports en el que examina los detritus depositados en el complejo de la cueva durante miles de años.

"Estos grupos de homínidos y grandes carnívoros como las hienas y los lobos dejaron una gran cantidad de rastros microscópicos que iluminan el uso de la cueva en los últimos tres ciclos glaciales-interglaciales", dice el Dr. Mike Morley (izquierda), investigador principal del Futuro ARC de la Universidad de Flinders.

"Nuestros resultados complementan el trabajo previo de algunos de nuestros colegas en el lugar que ha identificado ADN antiguo en la misma tierra perteneciente a los neandertales y a un grupo humano previamente desconocido, los denisovanos, así como a una amplia gama de otros animales".

Pero ahora parece que fueron los animales los que más predominaron en el espacio de la cueva en aquel entonces.

Los estudios microscópicos de 3-4 metros de sedimentos en la red de cuevas incluyen excrementos fósiles dejados por animales depredadores como hienas, lobos y posiblemente osos, muchos de ellos inmortalizados en el antiguo arte rupestre antes de extinguirse en gran parte de Eurasia.
A partir del examen micromorfológico del detritus encontrado en el complejo de cuevas de Denisova, el equipo descubrió indicios sobre el uso de la misma, incluido el uso del fuego por parte de los antiguos humanos y la presencia de otros animales.

Perfiles de sedimentos que muestran una galería de excrementos fósiles en Denisova, incluyendo hiena, lobo y otros no identificados. Crédito: Dr. Mike Morley, Universidad de Flinders.

El estudio de los bloques de sedimentos intactos recogidos en el lugar ha arrojado información que no era evidente a simple vista o que fue extraída de estudios anteriores de ADN antiguo, de herramientas de piedra o restos de animales y plantas.

El coautor de la nueva investigación, el profesor distinguido Richard (Bert) Roberts (izquierda), de la Universidad de Wollongong, dice que el estudio es muy significativo, dado que muestra cuánto se puede lograr tamizando material sedimentario utilizando microscopía avanzada y otros métodos de ciencia arqueológica para encontrar nuevas y críticas evidencias sobre la vida humana y no humana en la Tierra.

"Al utilizar el análisis microscópico nuestro último estudio muestra visitas esporádicas de homínidos ilustradas por rastros de uso del fuego, tales como fragmentos minúsculos, pero también un uso continuado del sitio por carnívoros que habitan en cuevas, como hienas y lobos", dice el profesor Roberts.

"Los excrementos fósiles (coprolitos) indican la presencia persistente de animales de cuevas, los cuales es muy poco probable que hayan convivido con los humanos que también usaban este lugar como refugio".


El Dr. Mike Morley, investigador de la Universidad de Flinders, toma muestras del complejo de cuevas de Denisova. Crédito: Dr. Paul Goldbert, Universidad de Wollongong.

Esto implica que los grupos de humanos antiguos probablemente iban y venían durante episodios de corta duración, y en todas las otras ocasiones el complejo de cuevas estaba ocupado por grandes depredadores.

Este enclave siberiano llegó a la fama hace más de una década con el descubrimiento de los restos fósiles de un grupo humano previamente desconocido, denominado denisovanos por el nombre local del complejo de cuevas.
En un giro sorprendente, el reciente descubrimiento de un fragmento de hueso en los sedimentos de este lugar mostró que una adolescente nació de una madre neandertal y un padre denisovano hace más de 90.000 años.

Los denisovanos y los neandertales habitaron partes de Eurasia hasta hace unos 50.000 a 40.000 años, cuando fueron reemplazados por humanos modernos (Homo sapiens).

Fuente: phys.org | 26 de septiembre de 2019

El triunfal regreso a Egipto del sarcófago dorado del sacerdote Nedjemankh

El sarcófago dorado de Nedjemankh en el Museo Nacional de las Civilizaciones de El Cairo - AFP.

El sarcófago del sacerdote Nedjemankh, que data del 150 al 50 a.C., ha sido recibido en El Cairo con todos los honores, donde a partir de ahora se expondrá en una caja de vidrio en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia.

«Estoy contento de que hayamos recuperado esta pieza», ha afirmado a AFP durante la presentación a la prensa el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Mostafa Waziri, que después ha precisado que la someterán a trabajos de restauración y conservación.

Realizada a medida de Nedjemankh, el sacerdote del dios con cabeza de carnero Heryshef, la imponente tumba dorada, de casi 1,80 de longitud, ha pasado por Dubai, Alemania y París. Allí, un comerciante de arte, cuya identidad no se reveló, lo vendió al Metropolitan de Nueva York por 3,5 millones de euros.

Detalle del sarcófago - AFP

Sin embargo, una investigación conjunta de las autoridades de EE. UU., Egipto, Alemania y Francia concluía que la pieza había sido robada en Egipto durante las revueltas contra el presidente Hosni Mubarak en 2011.
En ese momento, en febrero de este año, el sarcófago era la pieza estrella de una exposición en el museo neoyorquino, que se vio obligada a clausurar de forma anticipada.

Según el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, a quien el Metropolitan le había entregado el sarcófago, se encontraba entre cientos de objetos robados por la misma organización criminal. Mostafa Waziri ha avalado ahora su autenticidad, ha aseverado que la investigación continúa y que el departamento de repatriación de objetos egipcios antiguos ha recuperado «varios miles de objetos» en los últimos dos años.

Fuente: abc.es| 1 de octubre de 2019

Las armas de proyectil dieron a los humanos modernos una ventaja competitiva sobre los neandertales

Recreación de uso de de un arco y flechas de la cultura Uluzziana. Crédito: S. Ricci

Un equipo de investigadores japoneses e italianos ha encontrado en Europa pruebas de armas proyectiles que datan de hace 45.000 - 40.000 años, más de 20.000 años anterior a lo que se pensaba al respecto. El estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, indica que las tecnologías de lanzas y arco con flechas permitieron a los humanos modernos cazar con más éxito que los neandertales, proporcionándoles una ventaja competitiva. Este descubrimiento ofrece una visión importante para comprender las razones del reemplazo de los neandertales por los humanos modernos.

Aparentemente, los neandertales y los humanos modernos coexistieron en Europa durante al menos 5.000 años. Sin embargo, se sabe poco sobre por qué los humanos modernos pudieron aumentar el tamaño de su población después de migrar a Europa y ocupar con éxito nuevos territorios, mientras que los neandertales autóctonos se extinguieron hace unos 40.000 años.

El equipo de investigación, ha estado coordinado por los arqueólogos Katsuhiro Sano (izquierda), del Centro de Estudios del Nordeste Asiático de la Universidad de Tohoku, y Adriana Moroni (derecha), del Departamento de Medio Ambiente, Ciencias de la Tierra y Físicas de la Universidad de Siena, y el paleoantropólogo Stefano Benazzi , del Departamento de Patrimonio Cultural de la Universidad de Bolonia).

Se estudiaron 146 piezas con dorsos en forma de media luna (también conocidas como lunados o segmentos) pertenecientes a la cultura Uluzziana de la Grotta del Cavallo (sur de Italia), la primera cultura del Paleolítico superior desarrollada por humanos modernos en Europa.
Una pieza con dorso en forma de media luna con una fractura de impacto hallada en la Grotta del Cavallo. La fractura por impacto demuestra que este pequeño artefacto de piedra se utilizó como arma de caza. Crédito: K. Sano.

"Se han observado piezas con dorsos similares en África Oriental, aunque no hay evidencia arqueológica que indique una ruta de las mismas desde África Oriental hacia Europa. Para comprender mejor las diferencias de la cultura Uluzziana de las tradiciones líticas anteriores, así como la importancia de su surgimiento en Europa, es crucial identificar la función de las piezas con dorso en forma de media luna", dice Adriana Moroni.

Vista de la entrada a la Grotta del Cavallo

Tales piezas se analizaron macroscópica y microscópicamente utilizando un microscopio digital Hirox y los resultados se compararon con los patrones de uso y desgaste en muestras experimentales. A través de este análisis, se encontraron fracturas de impacto y rastros lineales microscópicos en numerosas piezas, lo que demuestra que se usaron como armas de caza.
Residuos en una de las piezas halladas en la Grotta del Cavallo. Crédito: C. Stani.

"El diagnóstico de las fracturas de impacto mostró patrones similares en muestras experimentales realizadas mediante un propulsor y un arco, pero fueron significativamente diferentes en aquellas muestras realizadas mediante lanzamiento o empuje", dijo Katsuhiro Sano. "Los humanos modernos que migraron a Europa se equiparon con armas proyectiles, tales como dardos, lanzas-flechas o flechas y arcos, lo cual supuso un mayor recompensa energética en su estrategia de caza y ofreció a los humanos modernos una ventaja sustancial sobre los neandertales", concluye Sano.

Además, la espectromicroscopía infrarroja transformada de Fourier (FTIR) de los residuos en varias piezas demuestra que las mismas se manipularon utilizando un adhesivo complejo, el cual incluía ocre, goma vegetal y cera de abejas, lo cual permitía asegurar el enmangamiento de las puntas líticas. "La comparación con análisis de espectroscopía FTIR de varios depósitos rojos y muestras de suelo recuperadas en la Grotta del Cavallo descartaron contaminantes orgánicos del entorno del yacimiento y confirmó la presencia de ocre como una mezcla de silicato y óxido de hierro", dijo Chiaramaria Stani (izquierda) de Elettra-Sincrotrone Trieste.

"Como la estrategia de caza avanzada está directamente relacionada con una ventaja competitiva, este estudio ofrece información importante para comprender las razones que llevaron al reemplazo de los neandertales por los humanos modernos", dijo Stefano Benazzi (derecha), investigador principal del proyecto ERC n. 724046: SUCCESS, un proyecto destinado a comprender cuándo llegaron los humanos modernos al sur de Europa y los procesos bioculturales que favorecieron su adaptación exitosa y la causa final de la extinción de los neandertales.

Fuente: Universidad de Tohoku | 29 de septiembre de 2019

Los extintos denisovanos les dieron a los humanos modernos un impulso de inmunidad

Los hallazgos del Garvan Institute of Medical Research muestran que los humanos modernos adquirieron una variante genética de los denisovanos que aumentó sus reacciones inmunes, lo que indica la adaptación del sistema inmune a un entorno cambiante.

El innovador estudio, publicado en Nature Immunology , es el primero en demostrar una única variante de secuencia de ADN de una especie humana extinta que cambia la actividad del sistema inmune humano moderno.

Los denisovanos, una especie humana extinta relacionada con los neandertales, se cruzaron con los humanos modernos hace unos 50.000 años durante las migraciones de los humanos modernos de África a lo que ahora es Papúa Nueva Guinea y Australia. Hoy, hasta el 5% del genoma de las personas indígenas de Papúa Nueva Guinea se deriva de los denisovanos.
El estudio del Instituto Garvan revela que los humanos modernos adquirieron una variante genética de los denisovanos que aumenta un rango de reacciones inmunes y respuestas inflamatorias, incluidas reacciones que protegen a los humanos de los microbios que causan enfermedades.
"Nuestro estudio indica que la variante del gen denisovano aumenta la respuesta inflamatoria en humanos", dice el coautor principal, el profesor asociado Shane Gray, quien dirige el Laboratorio de Inmunología de Trasplantes en Garvan.

"Investigaciones anteriores han encontrado colecciones de variantes genéticas de especies humanas extintas que parecen haber proporcionado una ventaja a los humanos que viven a grandes altitudes o para resistir a los virus, pero no han sido capaces de determinar cuáles de ellas fueron realmente funcionales", agrega. "Este estudio es el primero en identificar una única variante funcional y sugiere que también tuvo un beneficio evolutivo en el sistema inmunitario humano".


Los investigadores Chris Goodnow, Shane Gray y Nathan Zammit, autores, entre otros, del trabajo publicado en 'Nature Immunology'.

Descubriendo un interruptor inmune

Las versiones dañinas de un gen llamado TNFAIP3 se han asociado durante mucho tiempo con la inmunidad hiperactiva en condiciones autoinmunes, que incluyen enfermedades inflamatorias del intestino, artritis, esclerosis múltiple, lupus, psoriasis y diabetes tipo 1. El gen TNFAIP3 codifica una proteína llamada A20 que ayuda a "enfriar" el sistema inmunitario al reducir las reacciones inmunes a moléculas y microbios extraños.

Como parte de una colaboración entre el Garvan Institute of Medical Research, el Sydney Children's Hospital, Randwick, el Children's Hospital en Westmead y el Clinical Immunogenomics Research Consortium of Australasia (CIRCA), los investigadores analizaron los genomas de familias en las que un niño presentaba una grave enfermedad e inusual condición autoinmune o inflamatoria.
"Cuatro familias separadas tenían la misma variante de ADN en el gen TNFAIP3 , cambiando un aminoácido en la proteína A20 de una isoleucina a una leucina (I207L)", dice el profesor Chris Goodnow, director ejecutivo del Garvan Institut y coautor principal del estudio. "Sin embargo, la presencia de esta variante en familiares sanos indicó que no era suficiente para causar la enfermedad inflamatoria por sí sola".

Los investigadores extrajeron células inmunes de las muestras de sangre de las familias y descubrieron que, en el cultivo celular, producían una respuesta inflamatoria más fuerte que las células inmunes de otros individuos.
Mapa en el que se muestra la frecuencia de la variante del gen TNFAIP3 procedente de los denisovanos en las poblaciones humanas modernas de las islas del sudeste asiático y Oceanía. Se observa que es común al este de la Línea Wallace. Fuente: Owen Siggs / Flinders University's College of Medicine and Public H...

Rastreando la inmunidad

Utilizando conjuntos de datos disponibles a través del Proyecto de Diversidad del Genoma de Simons, el Proyecto de Diversidad del Genoma de Indonesia, la Universidad de Massey y el Instituto Telethon Kids, que incluye datos de secuencia del genoma en cientos de poblaciones humanas diversas, el coautor principal y el investigador principal de la Universidad de Flinders, el Dr. Owen Siggs (izquierda) investigó la distribución mundial de la variante genética TNFAIP3.

La variante I207L llevada por las familias de Sydney (Australia) estaba ausente en la mayoría de las poblaciones, pero común en las poblaciones indígenas al este de la Línea Wallace, una trinchera oceánica profunda que pasa entre Bali y Lombok y separa la fauna asiática al oeste de la fauna australiana al este. La variante I207L era común en personas de toda Oceanía, incluidas las personas con ascendencia indígena australiana, melanesia, maorí y polinesia.
"El hecho de que esta versión rara del gen se enriqueció en estas poblaciones y mostraba firmas genéticas de selección positiva, significa que casi con certeza fue beneficiosa para la salud humana", dice el profesor Shane Gray.

El equipo también descubrió la variante I207L en la secuencia del genoma de una especie humana extinta, extraída del hueso de un dedo de una niña denisovana de hace 50.000 años, hallado dentro de la cueva Denisova, en las montañas de Altai, en Siberia. "Poder hacer esta conexión fue extremadamente emocionante", dice el Dr. Siggs.

La variante I207L estaba presente en dos copias de la niña denisovana, pero ausente en los restos de neandertales de la misma cueva, lo que indica que la variante del gen que mejora la inmunidad surgió después de la divergencia de los linajes denisovano y neandertal hace unos 400.000 años.

Marcar el sistema inmune

Para investigar los efectos de la variante del gen denisovano en el sistema inmune, el coautor, el Dr. Nathan Zammit, replicó la variante I207L en un modelo de ratón. "Cuando se expuso a una cepa patógena del virus Coxsackie, un virus que se aisló originalmente de un caso mortal de infección infantil, los ratones con la variante genética denisovana tuvieron reacciones inmunes más fuertes y resistieron mejor la infección que los ratones sin el gen denisovano", explica el Dr. Zammit.
"Nuestro estudio indica que la variante genética denisovana, y otras similares, actúan en un dial de 'control de temperatura' en el sistema inmune, aumentando la temperatura para cambiar la forma en que respondemos a los diferentes microbios", dice el profesor Goodnow.

"Anteriormente se pensaba que la proteína A20, que activa un gen que es central para el sistema inmune, es binaria, ya sea que esté encendida o apagada", agrega el profesor asociado Gray. "Hemos encontrado que, de hecho, nos sintoniza como individuos con el principio óptimo de Ricitos de Oro', es decir, en justo medio, donde las reacciones inmunes no son ni demasiado calientes ni demasiado frías, y eso abre el campo de par en par".

Fuentes: garvan.org.au |interestingengineering.com | 19 de septiembre de 2019

Descubren por casualidad el templo del faraón Ptolomeo IV en el Alto Egipto

Unas obras de saneamiento en la orilla oeste del río Nilo en el Alto Egipto (Kom Shaqao, Sohag) han dejado al descubierto los restos del templo de Ptolomeo IV, el cuarto faraón de la Dinastía Ptolemaica, que gobernó desde 222 hasta 205 a. C.

Hijo de Ptolomeo III y Berenice II, el comienzo de su reinado coincide con el inicio del declive del imperio. Ptolomeo IV Filopátor está considerado por los historiadores griegos como un gobernante débil que fue manipulado por los funcionarios alejandrinos, a pesar de la gran victoria en la Batalla de Rafia.

Tras el fortuito hallazgo, se han paralizado los trabajos para permitir a los arqueólogos realizar su labor. De este modo, han desenterrado la esquina suroeste del templo y los restos del muro que se dirigía del norte al sur, con varios pisos de piedra caliza.

El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mostafa Waziri ha afirmado en un comunicado que, después, los trabajos se centraron en el sur, donde las ruinas descubiertas presentaban inscripciones del antiguo dios egipcio Habi, acompañado de muchos animales diferentes, y restos de textos que contienen el nombre de Ptolomeo IV.

También se ha encontrado otro muro en dirección oeste, cubierto con losas de piedra caliza.
Kom Shaqao es la capital de la décima región de Egipto, se encuentra al oeste de la ciudad de Tama y antes era conocida como Wagit. De hecho, la mención más antigua aparece en la Cuarta Dinastía, en el templo de Hathor.

Fuente: abc.es | 2 de octubre de 2019